Un gol de rebote de Daniel Vasulin en el minuto 89 condenó a la Real Sociedad en su visita a la República Checa, donde dominó durante muchos minutos, sin saber concretar sus oportunidades ante el Viktoria Plzen. Por si no bastase, el equipo de Imanol Alguacil acabó desquiciado en el tiempo del añadido, cuando vio tres tarjetas amarillas tras una tángana. [Narración y estadísticas (2-1)]
Apenas un minuto después de saltar al césped, Vasulin desvió un disparo de Lukas Kalvach, imposibilitando cualquier reacción de Álex Remiro. Antes, en el minuto 13, Prince Adu había adelantado al segundo clasificado de la liga checa y Orri Steinn Oskarsson había empatado de cabeza pasada la media hora, tras una fabulosa asistencia desde la izquierda de Mikel Oyarzabal.
El 2-1 llegó en el peor momento para la Real, que entonces buscaba con denuedo la victoria. Incluso en esas circunstancias adversas, los blanquiazules llegaron a rozar el empate, pero Oyarzabal no pudo controlar bien en el segundo palo, en la última gran ocasión. Asimismo, una entrada de Jon Aramburu sobre Martin Jedlicka soliviantó los ánimos, por lo que el duelo acabó entre feos altercados.
Tras este tropiezo, la Real queda con cuatro puntos, en la mitad baja de la tabla, con un pobre balance de un triunfo, un empate y dos derrotas. Un frenazo al conato de reacción que había supuesto su triunfo ante el Maccabi Tel Aviv.
La irregularidad sigue siendo la tónica para el conjunto txuri urdin, que este domingo recibe en el Reale Arena al Barcelona en un partido de la decimotercera jornada de Liga.
La Federación Española de Fútbol ha comunicado esta tarde que Mikel Oyarzabal, que entró ayer en el tramo final del partido para buscar el gol de triunfo ante Serbia, abandona la concentración de la selección española en Belgrado tras confirmarse un "esguince de alto grado en su tobillo izquierdo".
El jugador de la Real Sociedad, protagonista en la final de la Eurocopa, tuvo que salir ayer el terreno de juego con ayuda de las asistencias médicas después de dañarse el tobillo en una acción fortuita con el portero Predag Rajkovic.
Tras someterse a pruebas médicas, el parte médico difundido por la selección este mismo viernes ha confirmado las peores noticias para el delantero vasco, que regresará a San Sebastián, acompañado por un médico de la Federación, para ser evaluado por la Real Sociedad e iniciar el tratamiento de recuperación.
El seleccionador Luis de la Fuente, que se mostró preocupado en la rueda de prensa por la situación del jugador, ha decidido no reemplazarle y no llamar a ningún otro jugador para afrontar el siguiente partido de España en la Nations League que le enfrentará a Suiza el próximo domingo en Ginebra.
El empate ante Serbia ha dejado provisionalmente a España tercero en el cuarto grupo de la Liga A de la competición después de que Dinamarca venciera a los helvéticos por dos goles a cero.
Mikel Oyarzabal, autor del gol que dio a España la victoria en la final de la Eurocopa el pasado domingo, ha tenido un recibimiento muy especial en Eibar, su localidad natal.
En un vídeo difundido en las redes sociales se puede ver cómo el delantero de la Real Sociedad sale de un local de la ciudad y en cuanto se asoma a la calle se escuchan los gritos de un grupo de personas que le esperaban con bengalas y una pancarta en euskera en la que ponía "Zorionak Mikel txapeldun" ("Felicidades Mikel, campeón").
Oyarzabal se acerca a ellos y se desata la locura. El jugador es rodeado por sus amigos, que saltan cantando la canción de Potra Salvaje que acompañó a la Selección durante su estancia en Alemania y empiezan a corearle "Mikel, mikel, mikel Oyarzabal".
Se da la circunstancia de que el homenaje a Oyarzabal se produjo frente a la sede de Bildu, un partido que reniega de la selección española. Su coordinador general, Arnaldo Otegi, aseguró este lunes que "nunca" se alegrará de las victorias de la selecciones de España porque "no es mi selección, no es mi rey y no es mi himno", y porque, además, el Estado español "niega a los jugadores vascos la opción de jugar con la selección vasca".
Además, Oyarzabal fue objetivo esta semana de una pintada en Elorrio, un pueblo de Vizcaya donde tiene familia, que les llamaba "traidores" a él y a Mikel Merino, también campeón de Europa.
Uno de los primeros debates que surgieron en Berlín, una vez superado el éxtasis inicial, fue el del Balón de Oro. No por un excesivo interés en el premio, sino por las dudas sobre qué futbolista había sido el mejor del torneo y del año ahora que todas las competiciones tienen dueño. Y la realidad es que el Imperio ha sido España, pero el fútbol continental parece no tener Rey, lastradas sus estrellas por un calendario eterno y por la cobardía de muchos de los seleccionadores.
Esa es una de las grandes conclusiones del torneo. Recuerden los partidos que han visto. ¿Qué equipos, más allá de España, han sido verticales y valientes y han buscado su propio gol antes que evitar el del rival? A Países Bajos hay que reconocerle sus virtudes, Turquía fue la revelación y Austria, atractiva en fase de grupos, perdió ante los otomanos.
Las grandes potencias, sin embargo, han sido una decepción. No tanto por los resultados sino por el estilo. En la historia quedará un apretado 2-1 contra España, pero la reacción ante la derrota de Inglaterra es de «decepción». Así lo resumió Jude Bellingham, lejos de su nivel en el Madrid. De Phil Foden y Harry Kane siguen esperando noticias, limitados, como el madridista, por lo extenuante del calendario.
52 partidos de Bellingham
«La gente tiene que entender que el fútbol de selecciones no es como el de clubes. Llegamos aquí después de una temporada muy larga y exigente, no podemos salir a ganar 5-0 los partidos, hemos tenido que jugar a otra cosa», admitió Bellingham en la zona mixta del Olympiastadion. Lesionado en varios momentos del curso, el inglés ha disputado 52 partidos, 12 menos que Lamine Yamal, el español con más encuentros.
Francia es la otra gran decepción del torneo. Llegaba después de ser finalista en Qatar y con Kylian Mbappé recién fichado por el Madrid, aunque su mes en Alemania ha tenido más política que fútbol. Didier Deschamps, que como Gareth Southgate llegará hasta el Mundial 2026, ha vuelto a construir un equipo rocoso en defensa, pero sin ideas en ataque. El cansancio de la temporada ha hecho mella y sus técnicos no han encontrado las soluciones de Luis de la Fuente.
Southgate tardó en apostar por jóvenes como Watkins, Mainoo y Palmer, y Deschamps apenas ha contado con Barcola, que demostró por momentos tener una velocidad más que sus compañeros. Contaban con ingredientes, pero los dejaron en la nevera. De la Fuente, por su parte, no dudó en apostar por los niños y, cuando los necesitó, por secundarios como Merino, Zubimendi y Oyarzabal.
Miedo a perder
Alemania y Portugal detuvieron su paso en cuartos ante España y Francia. Un pequeño traspié para dos proyectos que deben decir «adiós» a sus jerarcas. Toni Kroos ya ha dado un paso al lado, ¿lo hará Cristiano Ronaldo (o lo hará Roberto Martínez)? Jamal Musiala, Florian Wirtz, Vitinha y Rafael Leao ofrecen suficientes argumentos como para que sus países lleguen a la Copa del Mundo en las primeras filas de la parrilla.
El torneo se ha caracterizado por el miedo a perder, la guerra táctica y, especialmente, el poco protagonismo de las grandes estrellas. España ha acumulado más ataques (411) y más regates (146) que nadie, por encima de Francia (341 y 129) e Inglaterra (344 y 120). Queda claro el mejor equipo, pero ¿y la gran estrella?
Kroos y Musiala fueron de más a menos, Bellingham dejó una chilena histórica y varios encuentros irregulares, Kane se lleva el Pichichi compartido con b, pero no ha aparecido en los momentos importantes, Mbappé, ausente en el inicio por su fractura de nariz, volvió a casa con una asistencia entre octavos, cuartos y semifinales, Cristiano y Antoine Griezmann no han marcado...
Mientras, la Copa América se la llevó la Argentina de Leo Messi y Brasil quedó varada en cuartos, rebajando las opciones de Vinicius, clave en la Liga y la Champions del Madrid. Las estrellas tienen claro por qué no han aparecido: la culpa es del calendario. «Necesito descansar y recuperarme, ha sido una temporada muy larga», manifestó Mbappé tras la derrota ante España en semifinales. Hoy se presenta en el Bernabéu. Así es el fútbol. Esto no para.
Luis de la Fuente está tranquilo. Sabe que, pase lo que pase esta noche, no le podrán acusar de nada. España ha sido, hasta la fecha, el mejor equipo de la Eurocopa, y caer con Francia esta noche (21.00 horas), finalista en los dos últimos Mundiales, con el mejor jugador del mundo en sus filas, entra dentro de lo posible. Pero Luis de la Fuente, detrás de esa sonrisa y esos 63 años y esa educación y ese llamar a los periodistas por su nombre y esa amabilidad... detrás de todo eso, en fin, hay un animal competitivo que no da por bueno caer con dignidad en Múnich.
Por eso estos días, en la tranquilidad el hotel Der Öschberghof, ha estado incidiendo en un mensaje: "Más grupo que nunca". Como proponían D'Artagnan y los Tres Mosqueteros: "¡Uno para todos y todos para uno!". Mejor escrito, y en este caso: "¡Uno contra todos y todos contra uno!" Porque, por mucho que los protagonistas lo nieguen -lo hicieron Deschamps, Rabiot, Rodrigo y el propio De la Fuente-, y al margen de lo difícil que es marcar un gol a los bleus, la semifinal de esta noche es el colectivo español contra la aparición, o no, de un genio. Francia lleva tres goles a favor, dos en propia puerta y uno de penalti, el único que ha marcado Mbappé. España lleva 11, y además repartidos en ocho futbolistas: Morata, Carvajal, Ferran Torres, Rodrigo, Nico, Merino, Fabián (2) y Olmo (2). Lo coral contra lo único, lo colectivo contra una bestia de la naturaleza.
El seleccionador siempre dice que sus jugadores son los mejores, y que su equipo es el mejor. Que eso le deja en posición de competir para ganar. Ganar. La palabra que le obsesiona. De esa competitividad dan fe los datos. En su carrera como seleccionador, desde que llegó a Las Rozas en 2013, ha llegado al penúltimo escalón de todos los grandes eventos en los que ha participado (siete). Comenzó en el Europeo sub'19 de 2013, en Lituania, donde cayó, su primera vez de dos, ante Francia. Luego vendría el sub'19 de Grecia, en 2015. Se enfrentó de nuevo a Francia (la Francia de Coman, Dembélé, Pavard y Thuram, que hoy sobreviven). De España, nueve años después andan por aquí Unai Simón, Merino y Rodri. Cabría contar los Juegos del Mediterráneo en 2018, donde en la semifinal ganó (2-1) a Marruecos.
Subiendo escalones, llegó el Europeo sub'21 de 2019 en Italia. ¡De nuevo Francia! España arrolló (4-1) con Fabián (Balón de Oro del torneo), Unai, Merino, Oyarzabal y Dani Olmo. Dos años más tarde, en el Europeo sub'21 de 2021, De la Fuente contabiliza su segunda semifinal perdida, ante Portugal (0-1), con Zubimendi y Cucurella en aquella plantilla. Luego, los Juegos Olímpicos de ese mismo año, donde se impuso a Japón en la prórroga con Unai, Cucurella, Zubimendi, Merino, Olmo, Oyarzabal y Pedri. A Fabián y a Ferran no les dejaron sus equipos, Nápoles y City respectivamente.
Por último, la Liga de Naciones del año pasado, 2-1 ante Italia, con 14 jugadores que repiten en esta Eurocopa: Unai, Raya, Carvajal, Laporte, Le Normand, Navas, Rodrigo, Fabián, Zubimendi, Merino, Morata, Olmo, Joselu y Nico Williams. Como se puede observar, ha ido horneando en estos nueve años la base del grupo que está hoy aquí.
"Es mérito de la calidad humana y deportiva de los jugadores. Lo que pasa que yo les conozco mucho. Yo elijo a estos porque sé que no me van a fallar. Estoy orgulloso de este grupo de jugadores que quieren siempre competir por ser un poco mejores", decía De la Fuente en Stuttgart, tras eliminar a Alemania. "Me ha dado una alegría extra", insistió, porque "me he acordado de cuando ganamos el europeo en Grecia con Merino, Unai... Luego el europeo sub'21 con Fabián, Dani Olmo... es un orgullo, llevamos casi 10 años juntos. No fallan, quieren seguir ganando y eso nos hace muy competitivos", cerró.
"Es el mismo de siempre, lo más importante es el ambiente que crea en el grupo. Él ha conseguido que tengamos una conexión muy especial", explica Cucurella, uno de sus fetiches. De la Fuente acude casi todos los días a entrenar en bicicleta, atendió a las radios, a todas las nacionales, el domingo por la tarde, como era costumbre hasta Del Bosque. Así las cosas, el mensaje, desde la experiencia de jugar siempre semifinales, desde la consciencia de que la baja de Carvajal es importantísima, ha sido el mismo: "Ahora, más que nunca, tenemos que ser una familia". Porque eso, la unión, el grupo, el colectivo, lo de todos, es lo mejor que puede oponer España a la presencia de una estrella en el otro lado.
Kylian Mbappé no está en su prime, como dicen los chavales. Pero es el mejor jugador del mundo. Con máscara o sin ella. No ha lucido todavía en el torneo, y es difícil que un tipo como él se vaya sin, al menos, un buen partido. Ahí estará Jesús Navas, con sus 38 años, como primer dique de contención cuando caiga por su lado. "Tenemos toda la confianza en él", dijo ayer De la Fuente, que no hará experimentos porque nunca los hizo en las otras siete semifinales que dirigió: cinco victorias y dos derrotas. Hoy toca otra.
La sensación de no disputar nada en el tercer partido no la tenía España desde el Mundial de Brasil, 2014, cuando jugó, y ganó, a Australia en Curitiba sabiéndose eliminada desde cuatro días antes. En sentido positivo, desde 2008, cuando jugó, y ganó también, a Grecia sabiéndose ya en cuartos de final desde cuatro días antes. Dos veces en 16 años, y por medio, un montón de terceros partidos de la fase de grupos con algo en juego, algunos agónicos (Rusia'18, Euro'21) y una costumbre, la de guardar a los titulares para los cruces, en desuso. Quizá por eso el partido de ayer fue algo extraño, ayudada esa extrañeza también por el traje amarillo, por la debilidad del rival y hasta por el día de la semana. Ganó España, rellenó el formulario del tercer encuentro, no sin algún apuro en la segunda parte y se dispuso a descansar a la espera de rival el próximo domingo en Colonia. [Narración y estadísticas (0-1)]
Se hizo el interesante Luis de la Fuente en la rueda de prensa previa, hablando de jugarse muchas cosas, prestigio, puntos, orgullo y a saber cuántas cosas más, pero no logró engañar a nadie. Le dio la vuelta entera al once inicial y, como sigue siendo ley en el fútbol, los titulares descansaron porque no había nada que discutir. Los meritorios, término antiquísimo que se entiende a la primera, tienen como misión fundamental no dar que hablar. Cumplir, pasar desapercibidos como mínimo y, si se puede, apuntar maneras. Los meritorios de España salieron al césped de Düsseldorf con esas premisas, traducidas en la misión de proponerle al entrenador algún cambio en la noche de octavos. Sólo Laporte, que al no jugar el primer partido necesitaba algo de ritmo, parece que estará en ese primer cruce sin red. El resto serán suplentes, salvo lesión en estos días. Y eso que hubo un puñadito de ellos que levantaron la mano para el futuro.
España, de hecho, ya puede decir que ha usado a todos los jugadores que ha traído a Alemania menos a Álex Remiro. Jugaron los disponibles, todos salvo Rodrigo, sancionado, y Ayoze y Nacho, lesionados. El central del Madrid pasó parte de la mañana, por cierto, en un hotel firmando su contrato con el Al Qadsiah, algo cuestionable siquiera sea en lo estético, pues parecen sobrar días que no sean de partido para echar un garabato, por mucho que no hubiera nada en juego y por mucho que él no pudiera participar. Al margen de ellos tres, pues, De la Fuente dejó que todos pisaran el césped menos el tercer portero.
Cinco minutos de ilusión
¿Y quiénes son los meritorios que alzaron la mano? Pues hubo varios. Jesús Navas, que tendrá 90 años y seguirá centrando mejor que cualquier lateral de la Eurocopa. Vivian, un albanés (por el entusiasmo) de Vitoria que se afeita sin espuma, y que es un central de los de antes, con pocas, muy pocas, florituras y mucha, mucha seguridad. Dani Olmo, pura calidad en la mediapunta por mucho que no ande fino. Y Ferran Torres, un chaval rapidísimo y que tendrá muchos defectos, pero tiene, sobre todo, una virtud con la selección: se le caen los goles de los bolsillos a nada que juega.
Albania, una selección limitadita, sí puso a todos sus titulares, pero le dio igual. A este tipo de grupos apenas les sostiene la ilusión durante un rato de los partidos, y a Albania la sostuvo durante los primeros cinco minutos y durante un rato del segundo tiempo. Un poquito de barullo al calor de las bengalas de sus aficionados, un par de presiones alocadas y hasta el último tramo, donde lo ajustado del marcador le permitió poner en apuros (algunos muy serios) a una España que, como era previsible, cogió la pelota y la tuvo casi todo el rato.
No tardó en ponerse por delante en el marcador, que suele ser lo más difícil en estos escenarios. Fue una jugada realmente bonita. Un pase interior de Laporte a Olmo que rompió dos líneas, un giro estupendo del futbolista del Leipzig y el balón a la carrera de Ferran, que la colocó en el palo contrario.
juego del limpiaparabrisas
Como era previsible, el gol dio paso a un monólogo patrio bastante aburrido, pues la Albania de Sylvinho devino en un muro en el balcón de su propia área. Así se llegó al descanso, con otro remate de Ferran que se fue alto, y así se inició la segunda parte, con un centro de Grimaldo, que tampoco anda cojo en esa faceta, y un remate inverosímil de Joselu que no fue gol de milagro. Lo necesitaba el delantero, todavía, del Real Madrid, pero tendrá que esperar.
Conforme fue avanzando el partido, fue más evidente que el verdadero cambio de este equipo son los extremos. Sin Yamal ni Williams, España pasó muchos minutos jugando a ese juego del limpiaparabrisas que tan aburrido resulta. Llegaron bastante los dos laterales, Navas y Grimaldo, y centraron mucho y bien, pero no es lo mismo. No es lo mismo tener la electricidad de los chavales que no tenerla, una obviedad hoy incuestionable para nadie.
Tanto fue decayendo la cosa que por poco no se lleva un susto la selección. Por poco y por David Raya, que no va a ser titular mientras esté Unai Simón, pero que ayer terminó siendo el mejor del equipo, parando tres o cuatro disparos albaneses que eran gol y evitando el sinsabor de un empate que probablemente mereció Albania, corajuda y entusiasta en un tramo final intrascendente, pero feo. De la Fuente, antes, había agitado al equipo a ver si encontraba algo. Salieron Fermín, Yamal y Morata, pero para ese momento, el último cuarto de hora, España ya había desconectado y Albania perseguía un segundo punto de dignidad.
Si el lector no es hincha del Betis ni ha prestado demasiada atención a la Liga este año, el nombre de Ayoze Pérez, delantero del equipo que ha quedado séptimo en Primera División, tinerfeño de 30 años que ha hecho buena parte de su carrera en Inglaterra y que debutó con la selección absoluta tras sus 11 goles este curso, no le sonará demasiado. Pues bien, si no le suena, quizá ahora empiece a hacerlo. De hecho, Ayoze fue la mejor, y casi única (junto a los tres de Mikel Oyarzabal), noticia del partido amistoso que disputó España contra Andorra en Badajoz, porque sí, España jugó contra Andorra en Badajoz. Él y Fermín López, este seguro que más conocido por el hecho de jugar en el Barcelona. Ambos, debutantes, fueron lo mejor de una noche completamente prescindible para el espectador. [Narración y estadísticas (5-0)]
Ayoze parecía uno de los tres nombres que hoy serán descartados por De la Fuente (que tiene 29 y sólo puede llevar 26 a Alemania), y sin embargo, ahora tiene pinta de que va a ir. Por distinto, por diferente, por representar un tipo de jugador que puede cambiar partidos, tan necesario en competiciones así. Queda la duda de a quién le quitará el puesto si finalmente el seleccionador se decide por él. Ferran Torres tiene muchas papeletas pese a su gol. Fermín sí parecía claramente entre los 26 y ante Andorra lo reafirmó.
El episodio de la megafonía, afónica en el peor momento, dejando al personal sin himnos nacionales (uno de los rituales que más gustan en las ciudades que visita la selección) fue el preludio de una de esas noches difíciles de justificar. En realidad, seguramente sólo sea justificable desde la óptica de los profesionales, encantados, quizá, de poder probar un montón de variantes ofensivas ante un muro de once jugadores situados disciplinadamente delante de su portero. Estudiar líneas de pase, automatizar determinados mecanismos, testar ideas... Seguramente, pues, De la Fuente y su equipo de trabajo estén encantados con la prueba, pero desde la óptica, siguiendo con las ópticas, del espectador, la noche fue sencillamente intolerable.
Pedri, en la jaula
Un peñazo. Sin más. Y sin menos. Un tostón insufrible para el espectador, perdido a medio camino entre los recientes efluvios de la Champions y muy alejado de momento de la competición, bonita, que será la Eurocopa. Una tierra de nadie aumentada por el calor, que invitaba mucho más a una cerveza en una terraza que a meterse en casa a ver la televisión.
Puestos, pues, bajo el prisma de los profesionales, habrá que concluir que, si el objetivo fundamental era ver cómo está Pedri, seguimos sin saber cómo está Pedri. Enjaulado en la acumulación defensiva de Andorra, no se pudo ver nada del centrocampista del Barcelona, que sin embargo parece tener segura su plaza en la lista de 26.
Sí asomó, en cambio, uno que parecía destinado a ser uno de los descartes, y que quizá lo sea, pero si lo es, dejará en el ambiente la idea de que merecía estar. Se trata de Ayoze, un tipo que insinúa cosas diferentes. En mitad del atasco, fue el único capaz, partiendo del extremo izquierdo, pero metiéndose casi siempre hacia dentro, fue el único capaz, decíamos, de agitar el cotarro con controles orientados, con unos contra uno que provocan desequilibrios, y que además fue capaz de marcar y asistir. Dinámico, imprevisible, fue la mejor noticia de un primer tiempo aburridísimo, por decirlo sin herir ninguna sensibilidad.
¿Con falso nueve?
La segunda fue algo más divertida, tampoco para tirar cohetes, pero por lo menos hubo goles. Fueron todos de Oyarzabal, uno de los ojitos derechos del entrenador, al que no le hacía falta pedir sitio, porque ya lo tenía, pero que azuza otro debate con el que se entretendrá el personal durante las semanas que dura España en competición. ¿Estaría bien jugar con falso nueve?
No es una opción descartable, ni mucho menos, pero mientras llegan los días de hablar de ello, hubo otros detalles en los que fijarse. Por ejemplo, en Navas, que a la sombra de Dani Carvajal será un futbolista importante, o Fermín, otro debutante. El centrocampista del Barcelona también tiene pinta de viajar el próximo domingo a la Selva Negra. En el rato que jugó, volvió a demostrar ese dinamismo que le hace imprevisible, capaz como es de aparecer por cualquier lugar del campo, e irrumpir en el área de la manera más insospechada, además de filtrar pases, como en el gol de Ferran.
2-0 en Sevilla
EDUARDO J. CASTELAO
@EJCASTELAO
Sevilla
Actualizado Jueves,
12
octubre
2023
-
23:02Pese a no brillar demasiado, ganó con solvencia con goles...