Los secretos de la final de la Conference y la diferencia entre Chelsea y Betis: "El dinero"

Los secretos de la final de la Conference y la diferencia entre Chelsea y Betis: “El dinero”

Ese mensaje que Manuel Pellegrini envió a Enzo Maresca al iniciarse la fase de grupos de la Conference League fue premonitorio: "Nos vemos en Polonia". Los técnicos de Betis y Chelsea se enfrentan este miércoles en Breslavia en un duelo entre un 'padre', como le llamó el técnico italiano al chileno, y un hijo. Un duelo de grandes diferencias, pero también grandes similitudes.

"Esto no es David contra Goliat, creo que tenemos las mismas posibilidades unos y otros", apuntaba Pellegrini en la rueda de prensa previa al encuentro. El chileno confía en "ser el mismo equipo de siempre" y en evitar errores causados por el exceso de motivación.

El técnico bético conoce al del equipo blue desde que coincidieron juntos en el Málaga. Entonces Maresca ejercía su conocimiento táctico y técnico desde el mediocentro del conjunto andaluz. Luego fue su ayudante en la aventura inglesa del Ingeniero, en el West Ham. Hasta que el italiano ya voló solo en el Parma, Leicester y ahora Chelsea.

En su aventura londinense ha conseguido clasificar a su equipo para la Champions, en la gran vuelta de una escuadra cuya inversión en los últimos años ha sido desproporcionada tanto económica como en el número de jugadores: 34 al inicio de la temporada, 30 en esta fase.

"¿Cuál es la principal diferencia entre el Chelsea y el Betis?", preguntaba un periodista a Isco. "Sobre todo dinero", respondió el malagueño con sorna para luego especificar que ambos eran dos grandes equipos con muy buenos jugadores. Pero claro, mientras el Chelsea ha acumulado hasta 260 millones en la ventana veraniega, el Betis ha tenido que traer jugadores cedidos para elevar el nivel del plantel.

"Hablé con Antony antes de venir y noté que tenía ganas de revancha. No es fácil para un jugador cuando pagan 100 millones por ti", comentaba Pellegrini sobre la recuperada estrella brasileña que será una de las grandes amenazas para el conjunto de Maresca en el Breslavia Stadium.

Otra de las diferencias entre ambos equipos es la ilusión. El Chelsea ya ha conseguido ser campeón europeo, conquistó la Champions en dos ocasiones (2012, 2021) mientras que para el Betis, esta es la primera posibilidad de título internacional de su historia. "Tenemos más ilusión por este partido y por escribir nuestra historia en Europa", advertía Isco.

La familia bética

Marc Bartra hablaba de que "eran una familia" y como tal afrontarían un duelo "que para ellos es más que una final". A lo que el centrocampista malagueño revelaba que en el vestuario les había dicho, tras haber disputado y ganado hasta cinco Champions, que "creer es el primer paso para la victoria". El catalán añadía que había aprendido a jugar estos partidos de "maestros como Puyol, Xavi o Víctor Valdés".

Otra de las diferencias y sobre la que se ha quejado Enzo Maresca es el tiempo de descanso. Los londinenses jugaron y vencieron el domingo al Nottingham Forest para asegurar la Champions, mientras que los béticos lo hicieron el viernes ante el Valencia con la Europa League ya certificada hacía cuatro fechas. Aunque el técnico chileno estuviera de acuerdo con Maresca apuntaba: "Cuando estás en Europa estás acostumbrado a jugar cada tres días".

Isco descubre lo que los futbolistas no asumen: el talento no basta

Isco descubre lo que los futbolistas no asumen: el talento no basta

Era tal escándalo verle exhibirse partido tras partido que Luis de la Fuente, reticente aunque disimule, no pudo evitar durante más tiempo convocar a Isco. Por talento puro y nivel mostrado estas dos últimas temporadas, el único debate es si debe entrar en el once. Probablemente, no. Pedri y Fabián son indiscutibles como interiores, renunciar a los extremos sería dejar de respirar y Olmo le lleva ventaja si vuelve el falso nueve. Pero el mero hecho de estar especulando con esta posibilidad en 2025 es un milagro. O lo parece. En realidad, sólo lo parece.

El error recurrente más grave que cometen los futbolistas es no pensar ni informarse sobre el contexto antes de decidir qué pasos dar en su carrera. Cuando negocian un traspaso, la mayoría hace sólo dos preguntas a sus agentes: ¿qué equipo es? (cuantas más camisetas venda, mejor) y ¿cuánto me van a pagar? Con eso deciden. Y ahí mueren infinidad de carreras.

Muy pocos se plantean las cuestiones realmente importantes: ¿quién es el entrenador?, ¿dónde sirvo en su sistema?, ¿me gusta su estilo?, ¿con quién compito por el puesto?, ¿qué se espera de mí? y ¿puedo darlo? En definitiva, ¿encajo allí? Cojan cualquier gran fichaje fallido reciente y verán cómo, tras someterlo a ese test, concluyen que la decepción era previsible.

El PC Fútbol hizo mucho daño. Fichabas un delantero centro de 90 del Flamengo, lo ponías de delantero centro en tu Atleti y te daba el mismo rendimiento de 90. Punto. Así de sencillo. Las comunidades tuiteras de todos los equipos de Europa son ahora mismo un hervidero de aficionados arreglando sus equipos con cinco fichajes que, aparte de ser en su mayoría inviables, funcionarían en un porcentaje bastante bajo.

Muy pocos futbolistas son a prueba de balas y entornos. Mbappé, Lamine, tal vez Haaland. Hemos visto a Raphinha con Flick y con Xavi, Rodri y Pedri sufrirían en equipos que no quisieran mandar todo el rato, Vinicius necesita un vestuario muy fuerte alrededor... Y estamos hablando de los mejores. Permítanme esperar unos meses antes de felicitar al Arsenal si ficha a Gyökeres.

Isco es un genio y lo ha sido siempre. También cuando se desvaneció en el Madrid y cuando parecía finiquitado en el Sevilla. La decisión de ir al Betis es la mejor de su vida profesional. ¿Por qué? Porque vio el bosque y no sólo los árboles. Un técnico, Pellegrini, que le conoce a la perfección y es especialista en recuperar jugadores (es escandaloso lo que ha logrado con Antony), un estilo y un sistema a su medida, un calendario manejable a su edad, una confianza total en él... No es un milagro, es fútbol. Y el fútbol es mucho más que talento.

El nuevo Isco y el sueño de la primera final europea del Betis: "Quería este desafío, con rendimiento y liderazgo"

El nuevo Isco y el sueño de la primera final europea del Betis: “Quería este desafío, con rendimiento y liderazgo”

Cuatro Champions, tres Ligas, un Copa del Rey y un puñado de Supercopas lucen en el palmarés de Isco Alarcón, pero fueron éxitos casi de otra vida, en los que no siempre tuvo una participación decisiva. Por eso sueña con ganar la Conference League con el Betis, lo que pasa por estar de Breslavia el día 28 de mayo dejando en el camino a la Fiorentina. Ése es el reto que tiene «engorilado» al nuevo Isco: llevar al equipo que le resucitó a su primera final europea.

En él confía ciegamente un beticismo que le recibió con cierto escepticismo tras su polémico paso por el Sevilla pero al que se ha metido en el bolsillo. Es un estandarte fuera del campo, pero sobre todo su liderazgo lo ejerce en el césped. Con 11 goles y ocho asistencias desde diciembre, el malagueño está viviendo «una segunda juventud» a los 33 años y puede que el segundo momento más dulce de su carrera. Hay que remontarse a su segunda temporada en el Real Madrid, la 16/17 bajo las órdenes de Zidane, para encontrar una incidencia similar. Fue entonces cuando Sergio Ramos e Iker Casillas le apodaron 'Magia', un título que lleva tatuado en el bíceps.

En esta resurrección hay dos factores esenciales: su propio convencimiento y el de Manuel Pellegrini. Con el chileno explotó en el Málaga hace 12 años, en una temporada en la que marcó 12 goles y seis asistencias. «Me lo quise llevar al Manchester City, pero se metió el Real Madrid», confesaba el Ingeniero, un entrenador que, como valora Isco, «sigue apostando por esa figura del mediapunta». «Es mi padre futbolístico», no duda en proclamar.

Cambio físico

Pese a esta fe, Pellegrini quizá no hubiera convencido al Betis para firmarlo en el verano de 2023 si no fuera por la transformación que vivió el jugador. En 2022 sale del Real Madrid para firmar por el Sevilla por expreso deseo de Lopetegui, que antes de acabar la primera vuelta es cesado. Un encontronazo con Monchi provoca que se active su salida al Unión Berlín en el mercado de enero, pero el acuerdo se rompe el último día, el 31 de enero y se queda sin equipo.

Isco se vuelca entonces en una transformación física que ya había comenzado como sevillista. Fueron meses de largas sesiones de entrenamiento en el gimnasio y sobre el césped en las instalaciones que le cedía el CD San Fernando o en el jardín de su casa. No se permitió un respiro y se convirtió en un jugador más rápido: cuatro segundos cada 100 metros. Ese recurso hizo que su magia indiscutible con el balón aflorara con más intensidad.

Isco y Pellegri, durante una reciente rueda de prensa.

Isco y Pellegri, durante una reciente rueda de prensa.EFE

Ni el Betis, que el firmó en el verano de 2023, lo esperaba. Por eso le ofreció un año de contrato con opción a otro si jugaba un mínimo de 45 minutos en 25 partidos. Pellegrini, sí: «Cuando hablé con él me di cuenta de que quería este desafío y lo demostró, no solo por su rendimiento futbolístico, sino porque se involucra en la parte física y de liderazgo».

Apenas seis meses después, convertido en estandarte del equipo, el club le amplió el contrato hasta 2027. Incluso parecía que se le podían abrir las puertas de la Eurocopa de Alemania. Pero en mayo se rompió en peroné en un partido ante Las Palmas. Para entonces llevaba 9 goles y siete asistencias, cifras que no alcanzaba desde 2018.

En septiembre, tuvo que volver a pasar por quirófano y eso le ha llevado a perderse las 15 primeras jornadas de Liga y toda la fase de grupos de la Conference. Volvió a jugar el pasado 7 de diciembre, ante el Barça y en enero ya era titular indiscutible. Isco se ha hecho más fuerte, ha encontrado su lugar perfecto en el mundo y vuelve a disfrutar. "Ojalá hubiese venido antes", reconoce un jugador. Un ciclo de vida que quiere cerrar llevando al Betis al primer título europeo.

El Betis asoma por la Champions y certifica el descenso del Valladolid

El Betis asoma por la Champions y certifica el descenso del Valladolid

Actualizado Viernes, 25 abril 2025 - 00:00

El Real Betis, quinto y provisionalmente en puesto de Champions, venció con rotundidad al Real Valladolid en un encuentro decantado en la segunda mitad y que certifica el descenso matemático del conjunto pucelano. El triunfo se construyó en una última media hora excelsa en la que, después de una notoria sensación de igualdad, los locales anotaron cuatro goles de bella factura a cargo de Cucho Hernández, Isco, Perraud y Ez Abde. [Narración y estadísticas (5-1)]

La temporada negra del Valladolid, que sólo ha sumado uno de los 39 últimos puntos en juego, se prolongó nada más empezar. Javi Sánchez, su capitán, se lesionó de aparente gravedad en la rodilla derecha sin mediar entrada de ningún rival y fue suplido por Aidoo, cuya primera intervención fue un despeje fallido que facilitó el 1-0, obra de Jesús Rodríguez.

Pese a la desventaja tempranera, se recompuso el conjunto pucelano y generó peligro, sobre todo con un cabezazo de Latasa demasiado centrado como para inquietar a Adrián y con un recorte seco de Raúl Moro sobre Fornals, que lo tocó con más levedad de la exigida para decretar penalti. Al filo del descanso, sí obtuvo el Valladolid el premio a su insistencia gracias a una incursión por la izquierda de Moro, que habilitó con un precioso pase de exterior a Chuky, quien recortó al portero y marcó su primer gol en categoría profesional.

Adrián, providencial

En la larga prolongación del primer tiempo, Adrián se erigió en el salvador del Betis con dos intervenciones meritorias: un manotazo en vuelo para desviar el violento tiro de Luis Pérez desde 30 metros y, en el córner subsiguiente, un despeje poco ortodoxo con el que evitó el autogol de Natan.

El primer tramo de la segunda parte continuó por derroteros parecidos, con más chispa visitante que local, hasta que el triple de cambio de Pellegrini desató la tormenta perfecta sobre el área de Ferreira, que encajó el 2-1 mediante un magnífico cabezazo en plancha de Cucho Hernández a centro de Bartra.

Javi Sánchez, tras su lesión de rodilla en el Villamarín.

Javi Sánchez, tras su lesión de rodilla en el Villamarín.EFE

En la jugada siguiente, el Betis aseguró su triunfo con una preciosa jugada colectiva que comenzó con un robo de Isco y que culminó el propio crack malagueño con un giro de tobillo, casi como un toque del taco de billar, incorporándose desde la segunda línea para rematar el pase de la muerte de Ruibal.

La marcador, con el Valladolid ya rogando por el descabello, se cerró en los minutos finales entre el alborozo del público con dos nuevos golazos: un obús a la escuadra de Perraud tras pared con Cucho Hernández y un tiro cruzado de Abde, que hizo eslalon entre los defensores para plantarse casi en el área chica.

El derbi del destino se juega en el Metropolitano: el crédito de Ancelotti, la frustración de Simeone y el objetivo de Mbappé

El derbi del destino se juega en el Metropolitano: el crédito de Ancelotti, la frustración de Simeone y el objetivo de Mbappé

Esto no es una final, como en 2014 o 2016. No decide títulos, pero puede descartar el más deseado. No pone puestos en juego, pero acontece en un momento capital para algunos de los principales personajes implicados, como Diego Simeone, Carlo Ancelotti o Kylian Mbappé. El desenlace de lo que ocurra esta noche en el derbi va a cargar o mermar el crédito de ambos entrenadores y la estrella francesa, el mayor fichaje estratégico de Florentino Pérez desde Cristiano, esta temporada. El destino pasa, pues, por el Metropolitano.

Siempre fue, de hecho, de ese modo en los grandes duelos europeos de los dos colosos de la capital. En 2014, en Lisboa, Ancelotti salvó su cabeza gracias a la cabeza de Sergio Ramos, y Florentino hiperventiló tras un tiempo de dudas. La Décima abría su gran era. En 2016, en Milán, Zinedine Zidane obtenía la laureada de la Champions, la que tanto le costó conquistar como futbolista, hasta la volea de Glasgow, y daba paso a su trilogía: Milán, Cardiff y Kiev.

Simeone creyó entonces haber sido vencido por el destino. Dudó pero continuó. Está de nuevo en el mismo lugar, aunque no sea en una final. En 2017, en la vuelta de las semifinales, en el Calderón, Benzema hacía renacer al Madrid con una jugada de antología y proclamaba su renacimiento personal después de años de intentar regatear a las críticas. Esa fue una jugada 'hors catégorie', rematada por Isco, que dio paso a su liderazgo, un año después, con la marcha de Cristiano y, finalmente, el Balón de Oro. Todos en el Madrid le deben mucho al derbi. Simeone, en cambio, siente que el derbi, al menos en Europa, tiene una deuda consigo mismo y con el Atlético. La duda es cómo cobrársela.

Ancelotti dice que el Atlético puede jugar de muchas formas. Es cierto. También el Madrid, aunque la capacidad de travestirse futbolísticamente en un mismo partido es más propia de Simeone. Ahora tiene que ganar, y la pregunta es si para ganar tiene que atacar. No es necesariamente una sucesión lógica, no en su cabeza. La desventaja, aunque mínima, obliga al Atlético, pero el temor al contraataque blanco condiciona esa obligación. En el Bernabéu, fue mejor cuando lo necesitó, tras el gol de Rodrygo, pero le faltó instinto criminal. En el Metropolitano le urge. «Saldremos en busca del gol», afirma Simeone, pero desde la reflexión de que habrá momentos para todo, para jugar de diferente modo, y a todos habrá que adaptarse. El mayor peligro del Madrid, en cambio, no tiene máscaras. Es el contraataque.

El factor Julián Álvarez

Simeone sigue en la lucha por todo, también por la Liga y la Copa, pero sabe que la de esta noche no es una lucha cualquiera. Es la lucha que le daría la opción de cerrar el círculo. Los fracasos en la Champions le hacen sentirse incompleto. Nada peligra en su caso, porque el Cholo es el guía de la causa rojiblanca, no sólo su entrenador. Simeone dictará su fin, y quizás no sea el único fin, con Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo cada vez más tentados por futuros inversores. Este derbi, esta Champions, con la plantilla con más recursos de la que ha dispuesto el argentino, en especial tras la llegada de Julián Álvarez, puede marcar un punto de inflexión en sus intenciones.

Ancelotti ya tiene sus obras completas, pero se sabe escudriñado, fuera y dentro de su casa. Ironiza cuando asegura que muchos ansían su puesto. En una temporada irregular, con un Barça creciente, quedarse prematuramente fuera de Europa cargaría el debate sobre si el Madrid necesita o no un nuevo ciclo. La clasificación para cuartos significaría, en cambio, la tranquilidad.

Simeone, el pasado sábado, en el Coliseum de Getafe.

Simeone, el pasado sábado, en el Coliseum de Getafe.AFP

Mbappé ya ha jugado grandes partidos, pero el del Metropolitano es el primer gran partido al KO. La Supercopa era una final de chocolate, dulce si se gana, pero sin gravedad en la derrota, únicamente una indigestión, aunque fuera ante el Barcelona. En la Champions y frente al Atlético sería otra cosa. Al presidente es de las que más le dolerían, como a los madridistas de antes. Mbappé no empezó el entrenamiento, ayer, y se incorporó a la media hora, debido a unas molestias en un tobillo por un golpe, lo que genera una inquietud moderada en el club. Del francés se espera una respuesta proporcional a su fichaje, como frente al City. Personalmente, no ha llegado para sumar más Ligas ni hacer más fortuna. Está aquí para ganar Champions, algo que se le negó en el PSG.

Las tiene Vinicius, que lleva un tiempo atascado ante el Atlético, y la tiene Julián Álvarez, convertido en una aparición divina en el Metropolitano. El escenario juega, claro, pero como Simeone recordó, los suyos han de intentar reproducir en el campo lo que suceda en la grada. Lo demás, señaló, está en manos de Dios. Como el destino.

De las noches negras de Los Galácticos al muro anti-remontadas de los últimos 17 años: la esperanza del Real Madrid en el Metropolitano

De las noches negras de Los Galácticos al muro anti-remontadas de los últimos 17 años: la esperanza del Real Madrid en el Metropolitano

El Real Madrid, y especialmente la plantilla actual, es un club experto en remontadas. Lo lleva en la sangre. Ahí están las de la Champions de 2022 y 2024 como grandes gestas de los últimos años, dándole la vuelta al marcador de la eliminatoria en el Santiago Bernabéu, convertido en el manicomio de lo inexplicable. Pero la virtud de este Madrid que ha sido campeón de Europa seis veces en las últimas once ediciones es también transformarse en un muro infranqueable en la casa del rival. Así ha conquistado también el continente, evitando una y otra vez que su enemigo golpee en último lugar en campo propio. Antes del derbi de esta noche, la estadística clama contra la historia: si ha ganado la ida en Chamartín, nadie le remonta al Madrid desde el Bayern de Múnich en los octavos de final de la 2006-2007.

Son 17 temporadas sin venirse abajo en Europa cuando se ha llevado un resultado favorable del Bernabéu. Desde entonces el Madrid ha tenido noches negras en los partidos de vuelta, obviamente, como el 4-0 de Manchester hace dos años o el 2-0 de Stamford Bridge en 2021, pero en ambos casos la ida había terminado en empate.

Rechazar la remontada rival es una característica de esta generación madridista, comandada primero por Zinedine Zidane y ahora por Carlo Ancelotti. Una virtud clave para reinar en Europa que nunca tuvieron Los Galácticos, acostumbrados a sufrir en campo enemigo cuando tenían las eliminatorias de cara. Quizás Zizou aprendió de los errores de esa época, que terminaron lastrando el legado futbolístico de la primera galaxia de Florentino Pérez.

Aquel Madrid, por ejemplo, se puso por delante en las semifinales de 2003 contra la Juventus, en los cuartos de 2004 ante el Mónaco y en octavos de 2005, otra vez frente a la Juventus, y fue incapaz de mantener la ventaja en la vuelta. Cayó en Turín las dos veces y en el Principado, cuando era el gran favorito a levantar una Champions que terminó ganando el Oporto de Mourinho.

Dos sufrimientos

Una serie de actuaciones inexplicables que contagiaron el ambiente y se repitió en 2007, ya sin varios galácticos, contra el Bayern en octavos. El Madrid venció en la ida por 3-2 y perdió en Múnich por 2-1.

Fue la última remontada en contra. 17 años después, sólo dos equipos han estado cerca de repetir un triunfo así contra el conjunto blanco: el Borussia Dortmund en los cuartos de 2014 y el Atlético de Madrid en las semifinales de 2017.

En 2014, los alemanes le dieron un susto gigante al Madrid de Ancelotti, que soñaba con la ansiada Décima. Los blancos ganaron con contundencia la ida por 3-0, con goles de Bale, Isco y Cristiano, y acumularon sufrimiento en una vuelta agónica, en la que el Dortmund se puso 2-0 al descanso. La actuación de un joven Casemiro, colosal para apuntalar el muro defensivo, fue vital para aguantar.

Sólo un cero en la portería

Tres años después, el extraordinario zigzagueo de Benzema sobre la línea de fondo del Calderón despidió al estadio y al Atlético de la Champions. Fue el último encuentro continental de los rojiblancos en el Manzanares y el mayor intento de remontada sobre la meta madridista. En la ida, un hat-trick de Cristiano parecía decidir todo, pero Saúl y Griezmann marcaron en el primer cuarto de hora y calentaron el ambiente. Isco, tras la obra de arte de Benzema, recortó distancias, pero el Atlético no dejó de empujar.

Esos dos muros levantados por el Madrid se convirtieron en dos Copas de Europa. Este año sólo ha conseguido dejar la portería a cero en una ocasión en Champions, así que Ancelotti necesitará recuperar su viejo muro para volver a sobrevivir a su competición fetiche. Enfrente, el hambre de Simeone y del Atlético.

La celebración especial de Isco y la advertencia de Ancelotti: "Jugando así, el martes no ganamos. Es un golpe duro"

La celebración especial de Isco y la advertencia de Ancelotti: “Jugando así, el martes no ganamos. Es un golpe duro”

El chubasquero gigante y la capucha casi no dejaban ver la cara de Carlo Ancelotti en el Benito Villamarín, pero sus brazos lo decían todo. El entrenador italiano se pasó enfadado casi todo el encuentro contra el Betis, prácticamente desde el minuto 10, cuando marcó Brahim. A partir de ahí su equipo desapareció y cuajó una de las peores actuaciones de la temporada: «Si jugamos así, seguro que el martes no ganamos», avisó después ante los medios, consciente de que la ida de los octavos de Liga de Campeones ante el Atlético es la gran prueba de este mes. «Esto es un golpe duro, un mal partido», declaró, contrariado por el duelo.

El enfado de Ancelotti con sus jugadores fue tan evidente delante del micrófono como en el césped. Después de unas semanas en las que la plantilla parecía haber dado un paso adelante en cuanto a intensidad, ganas y compromiso defensivo, en Sevilla volvió a las andadas: «El partido ha empezado bien, pero después no hemos tenido el mismo nivel de compromiso, se nos ha escapado el control de partido. El Betis ha jugado mejor que nosotros y ha merecido ganar», reconoció.

Las continuas pérdidas de sus futbolistas fueron una de las claves del encuentro. «Hemos perdido 27 balones sólo en la primera parte y hemos permitido que el Betis volviera al partido», explicó, insistiendo en que «es un golpe duro y tenemos que reaccionar». «Perder en este momento de la temporada cuesta porque todos corren y nosotros en este partido no lo hemos hecho bien», dijo, en un claro mensaje a su vestuario: no se han esforzado lo suficiente.

Mensaje a los de arriba

«Parecía que en los últimos tiempos estábamos más ordenados, más compactos... y hoy no hemos sido capaces de hacerlo como en los anteriores», aseguró.

En el tramo final, Ancelotti retiró a Mbappé y dio entrada a Endrick, y mantuvo en el campo a Vinicius y Rodrygo, aunque el italiano les dejó un mensaje a los tres de arriba: «La línea de arriba sirve para presionar cuando no puedes cortar pases entre líneas y meter presión a sus cuatro de atrás. En los primeros 20 minutos lo hicimos bien y los siguientes 70 mal».

El gran protagonista del partido fue Isco, con gol y asistencia justo en los días previos a que Luis de la Fuente anuncie la lista de convocados para la Liga de Naciones. «La Selección es el sueño de cualquier jugador. Ojalá tener esa oportunidad y volver después seis o siete años», admitió el andaluz, que celebró su gol con un beso a su mujer: «Sí, estaba mi mujer. Estoy grabando un documental de la recuperación de mi lesión y también he tenido un gesto con la afición del Madrid porque les estoy agradecido de que me hayan ayudado a cumplir los sueños que todo niño tiene. Siempre con el Madrid en mi corazón», declaró el futbolista, «muerto y reventado» tras su exhibición.

Otro desastre de Ancelotti e hijo

Otro desastre de Ancelotti e hijo

Actualizado Sábado, 1 marzo 2025 - 21:31

El Betis mereció ganar tras un nuevo cataclismo del Real Madrid, que se quedó como un escritor con la página en blanco. No hay más que decir, salvo que el Madrid regala la Liga y, esta vez, no es por los árbitros.

Les voy a decir el embrollo que metieron al Madrid, en el nuevo desastre de padre e hijo, de apellido Ancelotti. El primer gran error fue poner como centrales a un Rüdiger que sin el apoyo del centro del campo, sin velocidad, se queda desnudo, acompañado de un Alaba al borde del adiós.

¿Por qué se olvido de Asencio, que actualmente es el mejor defensa del Madrid? No me imagino a un jugador fuerte mentalmente que le afecte que le llamen "asesino". Y si se lo llaman, peor para el Betis. Estos son los complejos de un caduco entrenador.

A partir de ahí, tras unos despampanantes veinte primeros minutos, el Madrid se cayó en un pozo sin posibilidad de emerger. Con Modric más cansado y un Tchouaméni que es un absoluto desastre, el equipo equipo de cristal era irrelevante.

Si fueran unos buenos técnicos, no desperdiciarían tanto talento como Rodrygo, un Mbappé a la baja, abrumado con tanto cambio táctico de Ancelotti. Un correr y bajar fuera del área.

Una pantalla a Alaba, que estaba alelado, resucitó a un Betis que estaba en el limbo. Para colmo, el técnico que odia los cambios, prescindió de Mbappé, cuando aún faltaban 20 minutos y mantenía a un Vinicius que daba vergüenza verlo. El brasileño ya no se va de nadie y sólo sobresale por idioteces con la árbitros. Alguien me decía: "Que lo manden al desierto". Y pienso que sería una magnífica idea.

A partir de tantos errores, el Madrid se deprimió con el empate y se sintió condenado a perder. El Betis pareció un enorme equipo, cuando sólo está para la Conference League. Qué manera de hacerse el hara-kiri los de Ancelotti.

Que no se crea el altivo Pellegrini que ha sido por su equipo y su planteamiento. Ha encontrado el Madrid de inicios de la gira, que la regala el gol como si fuera baratija. El Betis hizo como todos los equipos que juegan en casa al Madrid.

Expulsan espuma por la boca, se hinchan a correr, hacen decenas de faltas y próximamente perderán con cualquier equipo de la Conference, como ya ha ocurrido. Salvaron en casa con los últimos 30 minutos agotados. Cualquier equipo con cabeza, le hubiera podido hacer mucho daño.

Pero, ¿quién iba a hacer un gol? ¿Arda Güler? Al turco sólo lo ha vuelto loco y no es posible que ahora juegue tan mal. Y Endrick, con ansia y pocos minutos, no encuentra el tesoro del gol. Además, nunca vi un partido en que el Madrid perdiera todos los balones.

Lo peor es que Ancelotti tiene muchas bajas, porque cuando en un principio había más jugadores para una plantilla incompleta, ni se quejó, como obediente y sumiso de la Casa Blanca.

No veo luz en el túnel para el Madrid. Ni por ánimo ni por juego podrá soportar al Atlético. Entonces, el Madrid habrá perdido dos títulos como si estuvieran anestesiados por los Ancelotti. Pero le queda la Copa, que la va a perder también. El pesimismo se ha apoderado de la Casa Blanca.

Borja Bastón: “En Europa no se le da importancia, pero en América la Intercontinental es la final del mundo”

Actualizado Martes, 17 diciembre 2024 - 22:41

Borja Bastón (Madrid, 1992) compartió generación con Carvajal, Isco, Morata o Deulofeu. Ganaron el Europeo sub'19 de 2011 y a partir de ahí el destino del fútbol les fue colocando en diferentes lugares. Ahora, en 2024, el balón enfrenta a Bastón, canterano del Atlético y delantero del Pachuca, con el Real Madrid en la final de la Copa Intercontinental tras 12 equipos y tres años intentando ascender a Primera con el Oviedo.

Después de tres temporadas en el Oviedo, ¿cómo le llega la oportunidad del Pachuca?
Pues el dueño del Pachuca es el mismo que el del Oviedo. Tras mi primer año en el Oviedo (marcó 22 goles), tenía varias ofertas, el Grupo Pachuca compró el club y me hicieron un contrato largo con base en Pachuca y con una cesión en el Oviedo para intentar ascender. Pasaron dos años, no se consiguió el ascenso y me fui a México.
¿Qué tal el cambio?
Bien, aunque al principio las condiciones fueron complicadas. Acabé la temporada con el Oviedo el 24 de junio y el 28 tenía que estar con Pachuca para la pretemporada. No tuve ni dos días de descanso después de un año que mentalmente había sido muy duro por el desgaste. La liga empezaba al momento, no conocía a los compañeros y me tuve que adaptar muy rápido. Es un fútbol diferente, unas costumbres diferentes y no ha sido fácil. No estoy jugando todo lo que yo quisiera, pero todo tiene un proceso. El campeonato que hemos hecho no ha sido bueno, pero tengo ganas.
Y les llega el premio de la Intercontinental.
Teníamos muchas ganas de este torneo. Ganar al campeón de la Libertadores, ganar al campeón de África y ahora enfrentarte al ganador de la Champions, y que encima sea el Madrid, uno de los mejores de la historia... Algunos nos hemos podido enfrentar a ellos alguna vez, pero para muchos es un sueño medirse al Madrid.
En Europa a la Intercontinental no se le da demasiado bombo. En América es diferente, ¿no?
Para ellos es la final del mundo. El torneo más grande a nivel de clubes. En Europa no se le da tanta importancia, también porque el ganador de la Champions va directo a la final y eso le quita todo lo que hemos vivido estos días, los partidos que hemos ganado, las alegrías...
¿Es muy diferente la presión en España que en América?
Creo que depende. Hay clubes en México con mucha masa social y con una presión enorme. Pachuca es un club grande, ganador, aunque a lo mejor no tiene esa masa social como otros en el que el día a día es más duro.
Se miden al Madrid. Usted coincidió con Carvajal en las inferiores de la selección, con Nacho, con Courtois en el Atlético...
Dani y yo somos de la misma generación y nos hemos enfrentado desde pequeños en la cantera, en los derbis, hemos compartido selección madrileña, española... Nos tenemos cariño, aunque no tenemos una relación de hablar todos los días. Con Courtois estuve dos pretemporadas, él era súper joven, casi no hablaba español al inicio, y luego en Inglaterra, cuando él jugaba en el Chelsea y yo en el Swansea, nos enfrentamos, pero también sin contacto día a día.
¿Ser canterano del Atlético le da un impulso más al partido de esta noche?
Bueno, el partido en sí ya es especial, pero claro, yo desde pequeñito he sido del Atlético y esa rivalidad la llevas dentro.
Cuando se da un cambio de equipo como el de Courtois, ¿los futbolistas que son de ese club lo viven tanto como el aficionado o no?
Depende un poco. Cuando 'Tibu' vino al Atlético era un cedido del Chelsea. Hizo dos temporadas espectaculares, pero no tenía ese arraigo que se tiene desde la cantera. Es diferente. Lo hizo lo mejor posible en el Atlético, volvió a su club y luego le surgió la oportunidad del Madrid, donde está demostrando la clase de portero que es.
¿Cómo ha llevado usted tanto movimiento en su carrera? Suma trece equipos.
Bueno, cuando perteneces a un club grande como el Atlético tienes a grandes delanteros delante. Yo sufrí una lesión, no tenía continuidad y me tocó salir cedido. Cada año iba a un destino intentando hacer bien las cosas para quedarme en el Atlético y al final, el año del Eibar, no me pude quedar y salí vendido al Swansea. Y allí lo mismo, me fui a una liga diferente, no tuve la continuidad que esperaba y volví a España. He ido enlazando situaciones en las que he tenido que buscar equipo. En Oviedo he encontrado una estabilidad de tres años que era lo que buscaba, y ahora a ver lo que depara el futuro.
Isco sufre una lesión en el peroné y se pierde la Euro

Isco sufre una lesión en el peroné y se pierde la Euro

Isco Alarcón no disputará la Eurocopa. El centrocampista andaluz, que en las últimas semanas había ganado enteros para formar parte de la lista de convocados de Luis de la Fuente, se retiró lesionado del encuentro entre el Betis y Las Palmas y las pruebas médicas a las que ha sido sometido hoy han confirmado la gravedad de la lesión. El malagueño sufre una fractura diafisaria en el peroné izquierdo, tal y como ha anunciado el conjunto bético en un comunicado.

"Tras las pruebas realizadas a Isco Alarcón en el día de hoy se confirma que el jugador malagueño sufre una fractura diafisaria en el peroné izquierdo. Los servicios médicos del Club valorarán en las próximas horas la necesidad de intervención quirúrgica para resolver la lesión", ha explicado el club.

Este viernes, Isco salió en muletas del centro médico al que acudió a pasar las pruebas y respondió que "ojalá" pudiera estar en la Euro, pero los resultados no han sido favorables y se perderá el torneo.

Se trata de un mazazo para el futbolista, que en el Villamarín ha recuperado su mejor nivel después de varias temporadas alejado de los focos. Acumulaba 9 goles y 7 asistencias entre la Liga y la Europa League y 19 premios a Mejor Jugador del Partido en la competición doméstica. "Le conocemos todos y sabemos el talento que tiene, me declaro públicamente admirador de Isco", había dicho De la Fuente esta semana.

Tras esas declaraciones, el ex del Valencia, Málaga, Madrid y Sevilla era considerado ya un fijo en la lista de 26 para el torneo, recuperando su sitio en el equipo nacional tras estar ausente desde junio de 2019.

Isco debutó con España en 2013 y fue uno de los líderes de la selección en el Mundial de Rusia de 2018, su única presencia en un gran torneo, en el que disputó al completo los cuatro partidos del equipo. Jugó parte de la Liga de Naciones de 2018-2019 y dos partidos de la clasificación para la Eurocopa 2021 en 2019, pero a partir de ahí dejó de contar para los seleccionadores.

Según la plataforma de análisis estadístico WhoScored, es el tercer mejor jugador de la temporada en LaLiga, sólo superado por Jude Bellingham y Vinicius Júnior. Tiene una nota media de 7,40, algo inferior a la del inglés y el brasileño. Ha sido el tercer mejor regateador del curso (2,6 por partido) tras Vini (2,8) y Savio y el futbolista que ha logrado más pases clave, igualado con Gündogan, en el campeonato: 2,8 por jornada.

A pesar de las dudas sobre su presencia en la lista de convocados, una vez confirmadas las intenciones de De la Fuente se trata de una baja colosal para España. Iba a ser su primera Eurocopa.