Flick despeja la incógnita: Szczesny seguirá siendo el número uno en la Champions

Flick despeja la incógnita: Szczesny seguirá siendo el número uno en la Champions

Actualizado Martes, 29 abril 2025 - 14:49

Se acabó deshojar la margarita: Wojciech Szczesny seguirá siendo el portero titular del Barça en la Champions. Así lo adelantó Hansi Flick en la rueda de prensa previa a la ida de unas semifinales frente al Inter de Milán que son el último paso para plantarse en la gran final de Múnich. El capitán, Marc-André ter Stegen, que sufrió una grave lesión de rodilla a finales del mes de septiembre del año pasado ante el Villarreal en La Cerámica, ya tiene el alta médica. E, incluso, estuvo en el banquillo en la final de la Copa del Rey frente al Real Madrid el pasado sábado. No obstante, a pesar de que en los entrenamientos se le ha visto en plena forma, no desbancará al polaco en Europa. En la Liga, en cambio, sí podría tener su oportunidad llegado el momento.

«Szczesny jugará la Champions, eso está claro. Ya veremos qué pasa en la Liga», aseveró el técnico barcelonista. No en vano, la opción de que Ter Stegen tuviera minutos en la máxima competición europea pasaría obligatoriamente por dar de baja al polaco, que llegó a la entidad azulgrana como fichaje de emergencia ante la baja de larga duración del germano. En la Liga, en cambio, tal y como ya ocurrió en la Copa, sí es posible que ambos arqueros formen parte de la convocatoria, con lo que el capitán barcelonista sí podría tener oportunidad de volver a estar bajo los palos antes de que termine oficialmente la temporada. Tal vez, si los azulgrana se plantan en la final de Múnich, como una opción para reservar a Szczesny con vistas a ese partido.

Por lo pronto, no obstante, Flick prefiere centrarse en el presente. «Vamos a poner primero el foco en la ida. El Inter es un rival muy complicado, con una de las mejores defensas de Europa. Tienen un centro del campo muy bueno, delanteros muy fuertes y unas transiciones muy peligrosas. Será un partido difícil y hay que estar preparados», arengó. Incluso, señaló que desconfía de la mala racha que está encadenando el equipo italiano. «Es diferente. La Champions es una gran oportunidad para ganar el título y estamos a dos partidos de la final. Todo el mundo ahora da el 100%. El pasado no importa y no pienso en sus resultados porque no es mi trabajo. Lo que hago es decirles a mis jugadores que tienen que dar el máximo», recalcó.

Los elogios a Koundé

En su opinión, los suyos sabrán aislarse de la euforia desatada tras hacerse con la Copa ante el eterno rival, pero también, tal vez, aprovecharla para tomar impulso. «Todo el mundo está centrado y sabe lo importante que es esta semifinal, pero la victoria contra el Real Madrid también te puede impulsar. Esa es la clave. Sabemos que tenemos que trabajar muy duro para llegar a la final y el Inter tiene jugadores que están ante su última oportunidad de conseguirlo y lo van a dar todo", reflexionó un Flick que ve a su equipo en forma pese al esfuerzo del sábado. «Ganar fue muy emotivo, pero ahora tenemos la oportunidad de llegar a la final de la Champions, la más importante del calendario, un sueño. La sesión ha sido buena, todo el mundo está centrado y, además, hemos tenido una reunión, para ver qué tenemos que hacer y en qué podemos mejorar viendo el partido contra el Real Madrid. Hay que sacar nuestra mejor versión en estos dos partidos», apostilló.

En su caso, además, está claro que seguirá al frente del equipo el próximo curso, si bien, por ahora, no quiere hablar de una posible ampliación de su contrato. Como a la hora de afrontar los partidos, también prefiere ir paso a paso. «Creo que entrenaré al equipo la próxima temporada, tengo contrato hasta 2026 y ya he dicho que estoy muy contento de estar aquí, que me encanta pero ahora no es el momento de hablar de ello. Hay que centrarse en los objetivos, en el equipo. Todo gira alrededor de los jugadores», sentenció. Entre ellos, cómo no, un Jules Koundé que fue del todo determinante en La Cartuja. «Jules es un jugador muy profesional. No solo por marcar el gol, sino también por cómo defiende. Está a un gran nivel y es muy importante para nosotros», zanjó.

El Madrid no se presenta a la final

El Madrid no se presenta a la final

El Real Madrid decidió finalmente presentarse a jugar la final de la Copa del Rey pero se olvidó de informar a la plantilla. Que el Madrid no se presente a jugar un partido no siempre quiere decir que lo pierda, ya que buena parte de su historia reciente en Europa la ha escrito presentándose en algunos minutos. Al club le había dado por dejar de presentarse a cosas, ya sea a una gala del Balón de Oro, porque no gana quienes ellos quieren, o por designar para una final de Copa a los árbitros que ellos no quieren.

Había avisado Hansi Flick de que Lamine Yamal se guardaba una sorpresa para la final, y el Madrid se creyó que era su nuevo peinado trumpista. Hasta que, en el minuto 28, le dio por aparecer caminando por su banda con el balón controlado, como si saliera a pasear por los jardines de la Casa Blanca, atrayendo jugadores del Madrid hacia su pelo como mosquitos hacia una bombilla. Y por allí esperó hasta que llegó Pedri. Tanto que parecía venir en un tren de Extremadura. Su disparo dibujó una curva tan amplia que el balón fue recalculando la trayectoria por Google Maps para poder llegar la escuadra.

Real Madrid TV había planteado un duelo arbitral, pero había demasiada calidad en el campo para que Vinicius, Modric y Mbappé renunciaran a jugar al fútbol. Tras regalar la primer parte, les bastó ponerse a jugar durante siete minutos para empezar a ganar la Copa. Y el hecho de que el Madrid no esté bien se refleja en que ya no les llegan. Con el partido casi ganado, retomaron su protesta arbitral ausentándose de los últimos minutos de la final con la misma devoción que de la previa.

A los blancos le costó parar al Barça durante todo el partido. Solo lo consiguieron sacando a Lamine del tatami y, con espíritu gremial, enseñándole a Dani Olmo, Gavi, Gerard Martín, Ferran Torres y Raphinha cómo son exactamente esas rojas y esos penaltis que nunca les pitan.

La final del 2025 pasará a la historia como la primera perdida por una cadena de televisión, que tendrían que dejar de ver tipos simpáticos como Antonio Rüdiger, y ganada por el fútbol.

La muerte de un retrato ganador

La muerte de un retrato ganador

Actualizado Domingo, 27 abril 2025 - 01:12

No mereció perder el Madrid. Desde cualquier punto de vista, el Madrid fue más ofensivo y mereció mejor suerte, pero le falló el único que nunca falla: Courtois. Sobre todo en el tercer tanto, el decisivo. Pero qué difícil es matar al Madrid. En esta época de errores de Ancelotti y Florentino, el Madrid ha anunciado la muerte de un retrato ganador. Ya no lo es. Aunque haya sido injusto.

Aun así, yo no hubiera jugado el partido. En estas condiciones, con dos árbitros acusando al Madrid de ser un machacador de la moral arbitral. Los acusadores del arbitraje. Estuvieron bien, hasta que a De Burgos Bengoetxea se le vio el color, cuando el Madrid agobiaba a un Barcelona que ha perdido brillantez, con una defensa absolutamente terrible.

Para empezar, con Dani Olmo ya están desvirtuando la competición. La propia representación del partido tendía hacia la locura. Un manicomio cervantino, con un partido absolutamente espectacular. La suerte cayó en la balanza del Barcelona

Y la locura se inició con una Real Madrid, jugando al catenaccio ancestral de Ancelotti, que no sabe hacer otra cosa, mientras el Barcelona con el super programa de Flick.

Pero tras el golpe del 1-0, el Madrid se transfiguró y, por fin fue a por el partido. Courtois no se puede tragar ese disparo de Pedri. El belga ya no es el mismo de antes, como demostró el regalito que le hizo a Ferran Torres, en el 2-2, que llegaba al delirio del show maravilloso.

El caso es que el Madrid cambio la faz del partido. Desde el cerrojo pasó a la libertad individual de sus grandes jugadores. Bellingham se puso de lider y como la defensa del Barça es tan mediocre, el Madrid pudo empatar. Y hasta llegar a la senda del éxito.

Faltaba la fenomenología de Mbappé, que se convirtió en pesadilla azulgrana, hasta que hizo una jugada fabulosa, falta y golazo de un feómeno. El Madrid tuvo el partido y Tchouaméni, que estuvo inmenso, con un cabezazo expeditivo, tras el maravilloso córner que sacó Arda Güler, decisivo una vez más.

Dominó, dominó el Madrid. Tuvo más oportunidades de que manchaban la fama del Barça, pero un despiste de Brahim y una mala posición bajo palos de Courtois despejaron el camino a Koundé. Era el final del retrato de Dorian Gray madridista.

El futuro blanco pasa por acabar con la era Ancelotti. Aunque la perspectiva próxima no me gusta nada, con un Xabi Alonso que sólo es una secuela de Guardiola. Malos tiempos para la lírica de Florentino, que también ha perdido el olfato del éxito, con su racanería para hacer fichajes. Fin de una era. Desde luego.

Koundé abre el ciclo del nuevo Barça y entierra el de Ancelotti en una final trepidante

Koundé abre el ciclo del nuevo Barça y entierra el de Ancelotti en una final trepidante

El vuelo de Koundé no fue el vuelo de Ícaro. No había sol bajo La Cartuja que derritiera sus alas en forma de melena, sólo un dios del fuego, un Vulcano de la pelota que agitó en su fragua el carbón del orgullo y la ira para llevar al límite al mejor equipo del año en una final trepidante. El Madrid, en cambio, es el mejor en las llamas y el caos, pero, hoy, no es suficiente. La temporada lo ha demostrado. Le falta el yunque y una idea clara de cómo utilizarlo. Todo lo contrario que el nuevo campeón de Copa, con el modelo y las herramientas, y la pasión de un adolescente para el que lo mejor está por venir. [Narración y estadísticas (3-2)]

La conexión imberbe del primer gol es la prueba, Cubarsí-Lamine-Pedri. Entre los tres abrieron un marcador que cerró Koundé para empezar un ciclo con el primer gran título de esta generación, después de una Supercopa de chocolate. Un ciclo que entierra otro, el de Carlo Ancelotti, como un general romano en retirada en un imperio que se agota, pese al honor de las últimas batallas. Es el momento del César.

Para saber más

A Florentino Pérez corresponden decisiones que ya están pensadas, pendiente Xabi Alonso de una llamada. La misma que recibió Hansi Flick hace menos de un año para reconstruir un equipo adocenado. La llegada de Dani Olmo, que ha jugado a ratos, no justifica el cambio. Para acometer ese proceso, el Madrid debe mirarse hacia adentro sin mirar hacia afuera, sin engañarse con el relato arbitral por imprudentes que fueran los colegiados antes de la final de Sevilla. Se trata de cajones diferentes, no se abren a la vez.

Mbappé, suplente

Ese ciclo se cierra, además, en el año de Mbappé, el año que debía mostrar a un Madrid intratable. La realidad es que ha acabado maltratado por el Arsenal y el Barcelona, aunque en la Copa sólo llegara a derrotarle. La providencia, en forma de lesión, quiso que Mbappé no estuviera en el once de La Cartuja. La exigencia le obligó a exprimirse a partir del descanso. Fuera de la Champions, lejos en la Liga y por detrás ya en el marcador de la final, no había nada que administrar.

La baja del francés llevó a Ancelotti a hacer algo que, probablemente, le pedía el cuerpo y es huir del 4-3-3 para formar prácticamente en un 4-1-4-1, con Tchouaméni como pivote, Ceballos un paso adelante y Vinicius en punta. Rodrygo era un cuarto centrocampista absolutamente irrelevante, tanto que fue el señalado para dejar su sitio a Mbappé. La solución no funcionó, porque el Madrid no trabaja para eso. O corre o muere. Es lo que hizo después.

Al empezar, en cambio, tuvo enormes problemas para iniciar el juego ante la presión alta del Barcelona, lo que obligó a Courtois a sacar en largo, y falta de claridad para encontrar a un Vinicius solo, ofuscado y sin precisión. La primera vez que tiró entre los tres palos fue tras el descanso. Era también la primera vez del Madrid, sometido a un dominio total del Barcelona en el primer tiempo. Szczesny ganó el duelo al brasileño en una doble parada.

Los futbolistas del Madrid, abatidos, tras el gol de Koundé.

Los futbolistas del Madrid, abatidos, tras el gol de Koundé.AP

Flick no hizo experimentos y solucionó sus bajas con lo que más ha probado en la temporada, Ferran Torres por Lewandowski y Gerard Martín en el lateral izquierdo. Era el punto más débil del Barcelona, pero la inoperancia de Rodrygo acabó por hacerle crecer en confianza.

Asencio cortó un centro mortal de Raphinha y Courtois sacó una mano de gigante ante un remate de Koundé antes de que Cubarsí viera la carrera de Lamine Yamal. La ruptura de líneas con pases verticales es una de las especialidades del central. Lamine bailó con Fran García y se tomó una pausa, la justa para que la llegada de Pedri, certero en el lanzamiento allá donde Courtois no pudiera llegar. El crecimiento del canario esta temporada ha sido colosal, en el liderazgo y en su capacidad física para estar en todas partes, con el don de la ubicuidad, y decidir bien. Es también lo que distingue a Lamine, sin el protagonismo de otras veces, pese a su pelo coloreado, como un dios pagano.

Presionar, correr, atacar..

Ancelotti necesitaba activar a los suyos, desesperado en la banda, donde había sido ya amonestado. Quizás pensó que eso también podía levantar a su gente, narcotizada la grada por el dominio azulgrana. La temprana lesión de Mendy, que había forzado para jugar pero cayó a los ocho minutos, había sido ya el primer hándicap para el técnico.

La primera decisión fue llamar a Mbappé. Para eso había llegado al Madrid, para estos momentos, para el riesgo si era necesario. La salida, tras el descanso, fue como una punción en el sistema nervioso del equipo. Llegó entonces ese disparo iniciático de Vini. Empezaban a pasar cosas en el área azulgrana. Para el Barça no parecían importantes. Se equivocó. Lo serían.

Hacía falta más y llegó el turno de Arda Güler y Modric, y hacía falta presionar, correr, lanzarse, atacar, ser el Madrid, en pocas palabras. El cambio trajo las llegadas y, finalmente, una falta en la frontal. En esas circunstancias, era como encontrar una veta en una mina. Mbappé lanzó cruzado y, tras tocar en el palo, lo que parecía imposible se hizo realidad. Tan imposible, después de lo observado en el primer tiempo, que los azulgrana quedaron en estado de shock, expuestos y superados por los madridistas, lanzados entonces al espacio.

Courtois no alcanza el disparo de Pedri, en la acción del 1-0.

Courtois no alcanza el disparo de Pedri, en la acción del 1-0.AFP

Una llegada de Vini dejó el centro que Mbappé lanzó fuera, pero la tendencia había cambiado. Tchouaméni la consumó a balón parado, porque en todo era superior en ese instante el equipo blanco. Ahí tuvo la Copa a su alcance el Madrid, pero espacio por espacio, no aprovecharon más los suyos y dejó que lo hiciera Ferran Torres en la llegada aislada de un Barça que pedía oxígeno.

Pudo hacer el pleno en otra más, pero la caída de Raphinha no se había producido por la falta de Asencio, sino que el azulgrana la había simulado. De Burgos Bengoetxea señaló penalti, ya en el tiempo añadido, pero tras minutos de suspense fue a verla la jugada en el monitor y la anuló, mientras la afición del Barcelona insultaba a Florentino. Nada se olvida.

La prórroga empezaba del mismo modo, con el equilibrio que no tuvo el inicio, pero con el desenlace que ese mismo inicio apuntaba, cuando Koundé aprovechó un error del infalible Modric y, como Ícaro, atravesó el cielo sin quemarse mientras ardía el Madrid de Ancelotti.

Raphinha, la fiera poco brasileña que impulsa al Barça: “Quería tener esa conexión con Ronaldinho”

Actualizado Viernes, 25 abril 2025 - 22:53

Cuesta creer que Inter de Porto Alegre y Gremio rechazaran por pequeño y delgaducho a un futbolista que sus compañeros definen como «superdotado físico» y que, además, suma 53 participaciones de gol esta temporada -30 tantos y 23 asistencias-, ha superado a Leo Messi en su mejor temporada Champions y lleva camino de ser el máximo goleador de la competición. A Raphinha (Porto Alegre, 1996) nadie le esperaba esta temporada en el podio de los mejores de Europa. Ni siquiera el Barça, que le abrió la puertas hace unos meses para darle su dorsal 11 a Nico Williams. El brasileño está acostumbrado a la pelea constante y a apretar los dientes esperando su momento. Y ha sido Hansi Flick quien le ha preparado el mejor escenario.

Lo buscaba desde que con 18 años se subió a un autobús a ocho horas de casa para jugar en el Avaí persiguiendo un sueño. Le habían advertido que había dinero para la ida, pero no para la vuelta ni para mantenerle allí. Como hacía en el campo, también se buscó la vida fuera. Entonces ya sabía lo que era el Barça. Su padre, Raphael, músico percusionista apodado Maninho, tocaba con Samba Tri en las fiestas de Ronaldinho y, en cuanto destacó, le puso en contacto con Deco. El descenso del Avaí y la necesidad de hacer caja le lanzó a Portugal.

Al Vitória de Guimaraes primero y después al Sporting de Portugal. Ahí lo conoció Rodrigo Moreno, el internacional español que años después formaría con él delantera en el Leeds. «Con el Valencia jugamos un amistoso de pretemporada y recuerdo que en el vestuario comentamos la impresión que nos causaron Bruno Fernandes y Raphinha, del que nunca había oído hablar. Yo llegué al Leeds unos meses antes que él y cuando dijeron su nombre me acordé de aquel partido», explica a EL MUNDO desde Qatar.

«era un líder natural»

Antes de llegar a la Premier, el Rennes pagó 21 millones de euros en una temporada en la que jugó junto a Camavinga e impulsó al equipo a la Champions con ocho goles y siete asistencias. No pasó desapercibido para Víctor Orta y Andrea Radrizzani, los hombres que habían devuelto al Leeds a la Premier de la mano de Marcelo Bielsa.

Un pilar de aquel equipo era Pablo Hernández, ex jugador del Valencia. «Fue una sorpresa porque los brasileños siempre tienen esa etiqueta ofensiva, pero él era diferente. Se vio desde el primer día, con un físico superdotado, comprometido en defensa y que no desistía nunca», explica. Fue el estandarte del Leeds durante dos campañas y en la última «fue clave para evitar el descenso». Tanto que hizo la promesa de recorrer de rodillas el campo si lograban la permanencia. Rodrigo fue a abrazarle tras cumplirla: «Fue una locura. Nos salvamos ante el Brighton y dependíamos de otros resultado que se dio. Él, que era un líder natural, se quitó un peso de encima y maduró muchísimo aquella temporada», recuerda el atacante.

Ambos explican lo sencillo que era jugar con él. «Es de los mayores portentos con los que he jugado. Es capaz de repetir una y otra vez acciones de alta intensidad en un partido. Con lo que exigía Bielsa, se adaptó a la Premier en un instante», rememora Rodrigo, que compartió mucho dentro del campo y también fuera. En especial recuerda dos conversaciones personales que acabaron con decisiones que han marcado la carrera de Raphinha.

Abrazo entre Raphinha y Flick.

Abrazo entre Raphinha y Flick.AFP

«Cuando llegó al Leeds tuvo la oportunidad de ir con Italia. Además era año de Eurocopa. Pero tenía muchas dudas, porque deseaba jugar con Brasil aunque nunca le había llamado. Le dije que la Premier le daría la visibilidad que necesitaba y así fue», admite quien hoy le considera imprescindible en la selección por un rendimiento que le puede conducir al Balón de Oro.

La segunda conversación ya versó sobre la oferta del Barça: «El Leeds prefería que fuera al Chelsea, pero él quería repetir la historia de los brasileños en Barcelona. Quería tener esa conexión con Ronaldinho, Romario o Neymar», desvela.

«nunca tiene miedo»

La adaptación no fue fácil. Le costó seis meses de críticas por los 60 millones de traspaso, por llegar de la mano de Deco -a quien dejó- y por no adaptarse «a un juego más táctico, donde siempre hay menos espacios y los partidos son más cerrados que en la Premier, con menos transiciones», describe Rodrigo. Eso le llevó a pensar que LaLiga no era su lugar y que «el fútbol te destruye» con facilidad, por lo que nunca dudó en apoyarse en psicólogos.

Pero resistió y apareció Flick con el brazalete de capitán para propulsarle. «Dentro del vestuario la gente confía en mí y eso emociona», ha reconocido el jugador, con predicamento entre los más jóvenes. Lo mismo le limpia la bota a Lamine Yamal tras un gol espectacular que invita a su fiesta de cumpleaños a Pau Víctor o Gerard Martí tras endosarle una goleada al Real Madrid en la Supercopa.

Su liderazgo es generoso, como refleja su tatuaje en el cuello: «Soy uno, pero no estoy solo». Sobre él puede descansar el Barça porque, como recuerda Pablo Hernández, «nunca tiene miedo».

Flick: “Los clubes, los entrenadores y los jugadores tenemos que respetar y proteger a los árbitros”

Actualizado Viernes, 25 abril 2025 - 18:35

Hansi Flick es hombre de pocas polémicas y menos a 24 horas de su primera final como técnico del Barcelona. El revuelo creado por el Real Madrid en torno a los árbitros y las lágrimas de De Burgos Bengoetxea le permitió lucir su lado más conciliador. "No es fair play no cuidar a los árbitros", sentenció el alemán. "Los clubes, los entrenadores y los jugadores tenemos que respetarlos y protegerlos. Los necesitamos. Esto solo es deporte, fútbol. A veces hay decisiones en el campo que hacen entrar en juego las emociones, pero después hay que dejarlo todo atrás", añadió.

No estaba la mente de Flick en los colegiados sino en frenar la euforia del entorno culé tras las goleadas en Liga y en la final de la Supercopa. "Todo eso es pasado. Jugamos contra uno de los mejores del mundo y una final siempre es distinta, no hay favoritos. El Real Madrid tiene un equipo fantástico y nos puede hacer daño. Tenemos que respetar al rival y hacer lo deberes para jugar como queremos y para luchar por este títulos los 90 minutos o los que sean necesarios", advirtió el alemán, que no soltó prensa sobre si habrá cambios en el lateral izquierdo, con Araújo por Gerard Martín, pero sí apuntó a la titularidad de Ferran como 9: "En los partidos de Copa ya ha demostrado lo bien que puede jugar de 9. Es una muy buena posición para él".

Como entrenador, Flick no ha perdido una final, pero dirige a un equipo en el que para muchos será su primer gran título con el Barça tras la Supercopa. Lejos de ser presión, el alemán lo ve como un acicate. "Es la oportunidad que buscamos cuando iniciamos el viaje a principios de temporada y vamos a luchar por ello. Será difícil, porque es el Real Madrid, pero cuando veo al equipo entrenando, cómo se esfuerza y lo concentrados que están, creo en ellos. Tenemos una idea clara de cómo jugar y lo visteis contra el Mallorca, el Celta... Luchamos siempre y en la final será lo mismo", explicó el técnico que tiene ante sí dos retos en pocos días: este primer título y las semifinales de la Champions ante el Inter. De cara a ese duelo, "jugar una final siempre es positivo para mejorar y aprender".

Su situación es, por tanto, más cómoda que la de Carlo Ancelotti. "No lo creo. Es lo mismo para los dos. Queremos ganar esta final y estamos preparando a nuestros equipos para que puedan hacerlo", admitió.

La sorpresa de Lamine

Un arma con la que él cuenta es Lamine Yamal, que emerge en los partidos decisivos de esta temporada. "Lo hace porque es un jugador increíble", se limitó a decir el entrenador que, con una sonrisa, desveló que su joven estrella tenía preparada una sorpresa. "Ahora os sorprenderéis", algo que no ocurrió porque Lamine entrenó con un gorro que cubría su cabeza. Su peinado será una sorpresa para la final, como lo fueron los brackets azulgranas en el duelo liguero en el Bernabéu.

La forma en que estos jugadores recién llegados al primer equipo encaran esta final ha sorprendido a Ronald Araújo: "Su mentalidad es increíble. Tienen una tranquilidad inmensa porque vienen haciendo esto desde chiquitos en la Masía. Me sorprenden porque no tienen miedo".

La de mañana puede ser la primera final de muchas por el crecimiento que se augura a esta joven plantilla, pero el uruguayo no quiso ver más allá del Real Madrid. "Ganar un título siempre es importante y más contra el mayor rival. Pero la mentalidad de este equipo es diferente. Queremos ganar, pero si no pasa, seguiremos buscando La Liga y los máximos títulos posible. Vamos a intentar ganar todo, partido a partido y con humildad, aunque es cierto que este equipo puede dar miedo", zanjó.

Las lesiones lastran aún más el eterno rompecabezas de Ancelotti antes de la final que decidirá su futuro

Las lesiones lastran aún más el eterno rompecabezas de Ancelotti antes de la final que decidirá su futuro

El tercer clásico de la temporada encontrará de nuevo al Real Madrid en urgencia médica. Después del 0-4 liguero del Bernabéu y el 2-5 de la Supercopa de España, las últimas lesiones de Camavinga y Alaba obligan a Carlo Ancelotti a improvisar un nuevo puzle justo cuando más quema la mesa. El italiano, perdida la Champions y con la Liga muy complicada (cuatro puntos le separan del Barça), se juega el curso y su futuro en La Cartuja. Si quiere tener alguna opción de continuar en el banquillo de Chamartín, vencer a los de Flick en Sevilla es una obligación... Pero en su bolsillo cada vez hay menos piezas para resolver el rompecabezas.

Ancelotti parecía haber encontrado un once tipo el pasado domingo, cuando aprovechando la vuelta de Ceballos a la titularidad probó a Valverde y a Camavinga de laterales, acumulando seis centrocampistas en total (dos en los carriles y cuatro en el rombo) y dejando a solo dos delanteros en punta, Vinicius y Rodrygo. Fue un equipo compacto y con más sentido en la ocupación de espacios y a la espera de la recuperación de Mbappé, era el once de gala.

Con Valverde y Camavinga el técnico solucionaba así dos de los principales lunares del equipo esta temporada. Lesionados Carvajal y Mendy, el nivel de Lucas Vázquez, Alaba y Fran García en las bandas no le había convencido ante los grandes equipos. Situar ahí al uruguayo y al francés, físicos, verticales y con recorrido, le aportaba mucho al juego del equipo.

Pero el paso por Getafe dejó K.O. a Camavinga, descartado para la final por una rotura en el aductor de la pierna izquierda y para el resto de la temporada. No podrá estar ni tan siquiera en el Mundial de clubes. El galo, de hecho, había salido en el descanso por Alaba, que se retiró con molestias, y ninguno pudo terminar el duelo.

La duda de Ancelotti

Las dos lesiones y la eterna irregularidad física de Ferland Mendy darán una opción única a Fran García, confirmado su billete a la final por el propio Ancelotti: "Jugará Fran", dijo en la sala de prensa de Getafe.

Será la primera vez que el italiano apueste por el ex del Rayo de inicio ante el Barça, porque en los dos primeros clásicos del año se la jugó con Mendy. Fueron dos desastre para el Madrid, que perdonó en el Bernabéu y lo acabó pagando y que se deshizo en Arabia. Siempre, eso sí, limitado por las lesiones.

En el duelo liguero, Ancelotti no pudo contar con Courtois, Carvajal ni Rodrygo. Mbappé erró varias ocasiones y en la segunda parte el Barça le pasó por encima, sufriendo Lucas por la velocidad de Raphinha. La baja de Rodrygo facilitó el rombo del centro del campo, pero entre Valverde, Tchouaméni y Camavinga no tuvieron demasiada creatividad en la construcción. Faltó un timón.

Ancelotti, el miércoles, en la zona técnica del Coliseum.

Ancelotti, el miércoles, en la zona técnica del Coliseum.EFE

En Arabia, Lucas repitió en el lateral, con Tchouaméni de central (ya lesionado Militao) y con las cuatro estrellas en el ataque secundadas por Valverde y Tchouaméni en el doble pivote. El Madrid estuvo roto, partido en dos por el poco compromiso defensivo de Bellingham, Rodrygo, Vinicius y Mbappé. El 2-5 final lo dijo todo.

Ahora, Ancelotti parece convencido de enviar a Valverde al lateral y de incluir a Ceballos o a Modric en el once. Ambos fueron titulares contra el Athletic junto a Tchouaméni, cuajando uno de los mejores partidos del centro del campo madridista este año, y el técnico debe tomar la decisión más comprometida de la final: estando Mbappé de vuelta tras su lesión de tobillo, aunque veremos a qué nivel, ¿jugará con los cuatro delanteros o reforzará el centro del campo?

Los resultados de la temporada y el nivel del mediocampo del Barça invitan a pensar que la idea más lógica es sentar a Rodrygo o a Mbappé (si no está al 100%) y meter más hombres por dentro, volviendo al 4-4-2 en rombo que tan buenos resultados le ha dado en los últimos años. El puzle, eso sí, está cogido con pinzas. Demasiadas urgencias médicas.

Dani Olmo acerca un poco más la Liga al Barça

Dani Olmo acerca un poco más la Liga al Barça

Actualizado Martes, 22 abril 2025 - 23:51

Al Barça le bastó con un gol de Dani Olmo para llevarse la victoria ante un rocoso Mallorca, sostenido por Leo Román, suplente habitual de Dominik Greif y autor de un partidazo. El ibicenco frustró una y otra vez las llegadas del equipo de Hansi Flick, que optó por reservar a varias piezas llamadas a tener un indudable protagonismo en la final de Copa del Rey. Y, aunque hubo también algún momento en el que le tocó apretar los dientes, acabó por sumar tres puntos que le acercan un poco más al objetivo de hacerse con la Liga. [Narración y estadísticas (1-0)]

Flick recogió el guante y dio la titularidad a Ansu Fati y Héctor Fort, quienes se quejaron ostensiblemente de haberse quedado sin minutos en el loco encuentro del sábado ante el Celta. El 10, como recambio de Raphinha a quien, como en los casos de Jules Koundé, Pau Cubarsí, Gerard Martín y Frankie de Jong, prefirió reservar con vistas al clásico en La Cartuja. El joven delantero, quien parecía destinado a ser un jugador de época, se esforzó de lo lindo para buscar la manera de ganar más protagonismo. Sus intentos, no obstante, no lograron romper la resistencia de un Mallorca sujetado a un arquero con mucho ánimo de revancha.

Leo Román, que no jugaba en la Liga precisamente desde que el Barça le endosó un 1-5 en Son Moix, se erigió en el mejor de los visitantes a lo largo de los primeros 45 minutos. Arrancó con una doble intervención a sendos disparos de Ferran Torres, relevo en punta del lesionado Robert Lewandowski, y Lamine Yamal. Y, a partir de allí, encadenó paradas mientras los azulgrana trataban una y otra vez de romper la igualada.

A la vuelta del descanso

Donde no llegaba el guardameta, además, lo hacía la zaga del conjunto balear para evitar que el balón acabara besando la red, ante la desesperación de Flick. En ataque, mientras, los visitantes lo fiaban todo a intentar romper el fuera de juego y al cuerpo a cuerpo que Cyle Larin mantenía de forma casi constante ante Ronald Araujo. Y, en las contadas veces en que se acercaron con algo de peligro, Wojciech Szczesny se resarció también de la jugada que propició el sábado el inicio del terremoto, al final sin consecuencias, ante el Celta.

Tras el 0-0 con el que se llegó al descanso, la segunda parte no pudo arrancar mejor para el líder. Antes de que se cumpliera el primer minuto, Dani Olmo, tras una asistencia de Eric García, encontró el premio del gol. No tardaría mucho tampoco Ansu Fati en volver a poner a prueba los reflejos de Leo Román. Una vez logrado el 1-0, todo invitaba a pensar que los barcelonistas podrían abrir aún más brecha. El Mallorca, no obstante, respondió con un cabezazo de Antonio Raíllo tras saque de falta que llevó el susto a las tribunas.

Pedri, ante Antonio Sánchez, el martes en Montjuïc.

Pedri, ante Antonio Sánchez, el martes en Montjuïc.EFE

Flick, para dar una marcha más al juego y, de paso, reservar a uno de los jugadores que puede ser clave para el clásico, dio entrada a Raphinha y Fermín por Ansu y Olmo, respectivamente. La efervescencia de los primeros instantes del segundo tiempo, pese a todo, se fue diluyendo. Y Lamine Yamal, solo ante el portero tras asistencia de Pedri, vio cómo Leo Romän se le imponía en el uno contra uno, en una de esas acciones que, de no sumar los tres puntos, se lamentan amargamente.

Y aún tendría el meta visitante varias opciones para añadir más buenas intervenciones a su haber tras un disparo de Pau Víctor y dos de Fermín, el primero envenenado tras tocar en los pies de un defensa, que dieron aún algo de esperanzas para los suyos. Finalmente incumplidas.

Flick también estalla contra Tebas: "Quiero ver al que decide los horarios, son una broma, no tiene ni idea"

Flick también estalla contra Tebas: “Quiero ver al que decide los horarios, son una broma, no tiene ni idea”

Actualizado Viernes, 18 abril 2025 - 18:19

Hansi Flick no se mordió la lengua. El técnico del Barça sabe que a estas alturas de la temporada es muy importante asegurarse de que los futbolistas puedan tener la mayor calidad de descanso posible. Y eso, en su opinión, es algo que no depende solo de los días que pasan entre un partido y otro, como ya señaló Carlo Ancelotti. También, del horario en el que se juegan los partidos. Por eso, el alemán le lanzó, sin nombrarlo, un contundente mensaje al presidente de LaLiga, Javier Tebas. «Quiero ver al que decide los horarios, son una broma, no tiene ni idea», se quejó el técnico a raíz del cambio de horario de su duelo ante el Valladolid por la vuelta de las semifinales de la Champions frente al Inter.

«No jugamos el domingo a las 14.00 horas contra el Valladolid, sino el sábado a las 21.00. Pero, ¿por qué no jugamos a las 16:00 o a las 18:00?», señaló el alemán. «Si tenemos éxito, es bueno para LaLiga, habría otro equipo más en la Champions. Me quedo sin palabras. Es increíble. Cada competición, como la Bundesliga por ejemplo, se preocupa por los clubes. Aquí, no. Aquí dicen 'ya volverán a las 6.00', no tienen ni idea de lo que eso significa para los jugadores», abundó.

Sabe muy bien que algunas de las figuras clave para sus esquemas acumulan ya muchos minutos en sus piernas. Sus 10 futbolistas más utilizados, contando también a los ahora lesionados Alejandro Balde y Marc Casadó, acumulan un total de 33.767 minutos, con Jules Koundé a la cabeza con 4.171 minutos. Raphinha, con 3.834, sería el segundo, y Pedri, con 3.829, el tercero.

En el caso del Real Madrid, sus 10 más utilizados suman 35.074 minutos, con Valverde en primera posición (4.192) y seguido por Mbappé (4.023) y Rüdiger (3.900). En el Atlético, por su parte, la suma de minutos de sus 10 jugadores con más horas de vuelo da un resultado de 28.423, con Oblak ( 3.630), Griezmann (3.306) y Julián Álvarez (3.217) en los tres primeros puestos. Con estos números, Simeone se erige como el técnico que mejor ha sabido dosificar a los suyos, mientras que Ancelotti sería quien menos rotaciones habría aplicado, sobre todo con algunas figuras clave. Algo que, en gran parte, también habría hecho Flick, si bien sí ha ido dando descanso puntualmente a algunos de los suyos y últimamente está dando más protagonismo a futbolistas como Frenkie de Jong, Fermín, Eric García o un Dani Olmo muy castigado por las lesiones.

Reparto de minutos

«Entre este partido frente al Celta y el que jugamos en Dortmund tenemos un día más. Llegamos tarde, pero lo hemos gestionado bien. Tenemos muchos jugadores jóvenes y los veteranos son muy profesionales. Hay que dar el 100% siempre. Si alguno está cansado, que pida el cambio. Hay que mirarse en el espejo y ser honesto con uno mismo», aseguró un Flick que admitió que le gustaría poder dar algo más de descanso a Jules Koundé, si bien sabe que el ímpetu del francés convierte eso en casi una quimera. «El problema con Jules es que, cuando le digo que juegue sólo media hora, al día siguiente se va a Sitges a correr, así que es mejor que juegue. Su estado de forma es increíble, pero sé que descansar también es beneficioso. Hablo con los jugadores y también analizamos los datos», apostilló.

Pedri, una figura vital para el centro del campo azulgrana, descansó de inicio en Alemania, no así Raphina, Lamine Yamal ni Robert Lewandowski, a quienes la suma de minutos parece haber mermado en parte su efectividad en labores ofensivas. El calendario, de aquí al final de temporada, va a ser infernal. A los azulgrana, contando el duelo con el Celta, les quedan por jugar siete partidos de Liga, entre los que está también el clásico ante el Real Madrid en Montjuïc, por lo menos dos de Champions (que pueden ser tres si se meten en la final) y la final de la Copa del Rey. «Tal vez no estamos en nuestro mejor momento, pero estoy orgulloso de mi equipo. En Dortmund no hicimos nuestro mejor partido, pero estamos a 18 de abril y, si alguien nos hubiera dicho al principio que estaríamos en la final de Copa, en semifinales de la Champions, líderes... No le hubiéramos creído», sentenció.

Las técnicas de meditación que han llevado a Szczesny a ser una estrella en el Barça: "Papá, ¿por qué está durmiendo?"

Las técnicas de meditación que han llevado a Szczesny a ser una estrella en el Barça: “Papá, ¿por qué está durmiendo?”

Actualizado Lunes, 14 abril 2025 - 21:06

Wojciech Szczesny salta al terreno de juego para empezar a ejercitarse justo antes de que empiecen los partidos con una tranquilidad pasmosa. Casi como si estuviera aún en el campo de golf en el que recibió la llamada del Barça para incorporarse como recambio del lesionado Marc-André ter Stegen. A base de no inmutarse ni cuando sus compañeros marcan un gol decisivo ni cuando le toca abandonar el césped tras ver tarjeta roja, como le ocurrió ante el Real Madrid en la Supercopa, transmite una tranquilidad contagiosa. Y además, se ha ganado con su personalidad, a veces un tanto socarrona, a unos compañeros que son bastante más jóvenes. Tiene 34 años.

«No lo sabía. ¿Tenéis un ramo de flores para mí?», llegó a espetar este lunes en plena rueda de prensa cuando le comentaron que el 14 de abril es el día del portero, fecha establecida tomando como homenaje el día de nacimiento del colombiano Miguel Calero, estrella del Pachuca y fallecido algo más de un año después de colgar los guantes.

Eso sí, tan pronto bromea como se pone serio. Sobre todo, a la hora de hablar de un factor tan importante para él como es la meditación. «No tengo tiempo para explicar toda mi rutina, es bastante larga, pero empecé hace tiempo, cuando me mudé a Italia. Me ayudaba a centrarme en el fútbol y me ayuda mucho en el día a día, con mi familia y con mis hijos. Se lo recomiendo a todos los jugadores, porque da una perspectiva mejor y creo que los profesionales pueden mejorar sus habilidades con ella. Saber gestionar la presión es algo muy bueno», apuntó.

«No necesito silencio»

Según aseguró en declaraciones a los medios oficiales del Barça, ni siquiera necesita aislarse del ruido. «No necesito silencio para meditar. Lo hago, a veces, en el autobús, camino del partido. Muchos no saben lo que estoy haciendo y seguramente piensan '¿qué está pasando?' No he visto a nadie hacerlo conmigo, pero creo que es muy útil», aseguró. E, incluso, desveló una anécdota al respecto. «Me siento cómodo haciéndolo delante de todo el mundo. Y una vez tuve una situación divertida con Ter Stegen. Marc me contó que su hijo había entrado en el vestuario antes del partido, vio que todo el mundo estaba haciendo lo suyo mientras yo meditaba y le preguntó: 'Papá, ¿por qué duerme Szczesny?'», agregó.

El alemán, que sufrió una grave lesión de rodilla a finales del pasado mes de septiembre, ya ha empezado a trabajar prácticamente a ritmo de competición. Para jugar en la Champions y emular lo que hizo Thibaut Courtois el año pasado, con todo, el polaco debería quedarse sin ficha en Europa. «Si Marc está de vuelta y en forma y los técnicos deciden que vuelva a la portería, estaré de acuerdo con ello. Dicho esto, quiero jugar esta competición, por supuesto. Espero que si la decisión es en la otra dirección, Marc lo entienda también. Tenemos una gran relación, pase lo que pase es decisión de Flick y la respetaremos», apuntó Szczesny al respecto.

«Ahora, solo está centrado en los entrenamientos. Cuando esté disponible, la decisión es del técnico, no nuestra. Ambos lo entendemos, no es incómodo ni hay tensión entre nosotros. Pase lo que pase, lo aceptaremos y lo respetaremos. Los dos queremos lo mejor para el equipo», recalcó, sin olvidarse tampoco antes de elogiar a su compañero y a la vez rival. «Compararnos no tiene sentido. Está volviendo de una lesión muy grave, pero, cuando esté recuperado, no creo que haya muchos porteros que puedan competir con su nivel», sentenció.

Szczesny, durante la rueda de prensa del lunes en Dortmund.

Szczesny, durante la rueda de prensa del lunes en Dortmund.AFP

Su gran objetivo, cómo no, es ganar la Champions. Un título que se le resistió en su paso por el Arsenal, la Roma o la Juventus. «Lo que más me gusta del fútbol es ganar, quiero ganar trofeos grandes y cada vez estoy más cerca de ganar esta competición, así que voy a intentar aprovechar la oportunidad y lograr algo realmente especial tanto para el club como para nosotros», aseveró el polaco.

Flick, por ahora, evita decir si seguirá o no siendo su número uno hasta el final del curso, pero insistió que todo en Europa pasa por apear definitivamente al Borussia Dortmund. «Quiero que mi equipo muestre lo bueno que es y que disfrute de jugar contra uno de los más importantes de toda Europa. Queremos hacer un buen partido, el 4-0 de Barcelona fue genial y queremos mantener el nivel», zanjó. Como Szczesny.