El gigante Demiral provoca el delirio otomano en Alemania: Turquía gana a Austria y está en cuartos

El gigante Demiral provoca el delirio otomano en Alemania: Turquía gana a Austria y está en cuartos

Los claxon de miles de coches sonaron en la noche del martes en toda Alemania. Es la población turca emigrada al país, el delirio otomano provocado por el gigante Demiral, autor de dos goles para llevar a su país a los cuartos de final. Claudicó Austria, teóricamente superior pero incapaz de superar al portero Günok, vital con un vuelo imperial en el último suspiro.

La ausencia de Calhanoglu por sanción le otorgó la mediapunta a Arda Güler, convertido, a sus 19 años, en el buque insignia de esta valiente Turquía. La buena fase de grupos de Austria le daba el papel de favorito, pero el conjunto otomano mordió primero en un tramo inicial loco.

Después de vivir el lunes dos partidos en los que reinó la táctica, el respeto y el juego ordenado, especialmente en ese frío Francia - Bélgica, Austria y Turquía saltaron al Leipzig Stadion como si el minuto uno fuera el tiempo extra. Como si todo se acabara.

A los 57 segundos, cuando los dos equipos todavía no habían soltado su primer aliento, un error de la defensa austríaca provocó el tanto de Turquía. Córner sacado por Güler, Baumgartner se equivoca al despejar y toca el balón hacia su portería, el portero Pentz evita que entre y Demiral, en el rechace, la empuja al fondo de la red. Locura turca en Leipzig, donde se contaban por miles, y locura en el césped, con un partido absolutamente delirante.

En el 4 y el 7, Baumgartner estuvo a punto de reparar su error, pero no tuvo éxito en ninguna de sus dos acciones, primero con un disparo raso y cruzando que rozó el poste y luego al no rematar un córner que se paseó por la línea de gol.

Austria, acostumbrada a mandar en sus partidos de la primera fase, incluso contra Francia, se encontró con un equipo turco molesto en las transiciones. Sabitzer y Seiwald no pudieron dominar el juego con la pausa que les caracteriza y los de Rangnick se contagiaron de la electricidad otomana. Fue un ida y vuelta constante a un ritmo altísimo con más errores que aciertos. Muy divertido para el espectador.

El paso del tiempo asentó la posesión de Austria y encerró a Turquía en su campo, siendo capaz de respirar sólo cuando Güler o Yildiz tenían el balón. Los jóvenes batieron un récord, porque es la primera vez que una selección sale con dos titulares menores de 20 años en una eliminatoria de Mundial o Eurocopa desde Hungría en la Euro de 1964.

El madridista probó suerte desde el centro del campo y casi sorprende al portero. No se corta y las ocasiones turcas salieron todas de sus botas. En el 25, Demiral remató alto un centro del zurdo.

El tramo final de la primera parte sirvió para que Rangnick anotara ideas. Necesitaba más referentes arriba y más juego por banda para intimidar a los turcos. Y así fue. En el descanso, al que se llegó sin más ocasiones claras y con Austria chocándose contra el muro turco, el técnico metió a Gregoritsch, su delantero centro más puro, para acompañar a Arnautovic.

En los cinco primeros minutos de la segunda parte, Gregoritsch tuvo dos cabezazos para empatar el partido, y en el 50 un genial pase de Posch dejó sólo a Arnautovic ante Günok, pero el delantero falló en su definición e hizo brillar al portero.

Los cambios espabilaron a Austria, que comenzó a asediar el área de Turquía. Laimer y Posch tuvieron varias oportunidades, pero sus remates no fueron buenos. El empate parecía evidente, pero el fútbol no entiende de lógicas.

Turquía encontró unos segundos para calmar el duelo cuando apareció Güler, de cuyo pie izquierdo, otra vez, nació la alegría de su país. En el 59, el centrocampista del Madrid puso un córner perfecto al primer palo que Demiral, otra vez Demiral, cabeceó a gol. 0-2 y delirio de toda la comunidad otomana en el país.

Austria se mantuvo fiel a sus ideas y Gregoritsch, tras una peinada de Posch en un córner, recortó distancias en el 65 para dejar un final de encuentro de máxima tensión. Los de Rangnick encontraron mucho espacio en tres cuartos, justo delante de los centrales turcos, pero les falló el último pase y la definición. Mucha posesión, mucho pase, pero nada de claridad. No les quedó más remedio que empezar a colgar balones sobre el área de Günok.

Demiral y Bardakci estuvieron imperiales por alto y evitaron casi todos los remates, y los que no pudieron los desvió Günok, vital con un vuelo extraordinario en un cabezazo de Baumgartner cuando el partido ya acariciaba el final.

Turquía y su pasión son de cuartos de final, donde espera Países Bajos. Da igual el rival, el delirio es el mismo y es real.

En la cocina de la selección: pollo, boniato y yogur antes del partido; burritos, hamburguesas (buenas), sushi y ensaladilla después

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 22:44

A las 6.30 de la mañana comienza cada día el proceso para que España gane a Alemania y se clasifique para las semifinales de la Eurocopa. A esa hora se levanta Rodrigo Vargas, el cocinero de la selección desde 2010. «Una ducha y a la cocina para preparar el desayuno, pues el staff llega a las ocho en punto. Luego los jugadores, y cuando todos terminan, sobre las nueve y media o diez, ya vamos preparando la comida, que es a las 14.00. La merienda

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No te preguntes por quién pitan los árbitros

No te preguntes por quién pitan los árbitros

Yo no me acuerdo de Juanito llorando pero los futbolistas han llorado siempre. Lo que pasa es que ahora lloran por motivos diferentes. Antes dejaban escapar lágrimas de impotencia por una derrota inmerecida, o de rabia ante un tangazo arbitral, no pocas veces de alegría una vez rota la presa de la tensión.

En esta Eurocopa hemos visto llorar a muchos -quizá a demasiados teniendo en cuenta que son estrellas del fútbol y no asfaltan carreteras en ag

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Muere el defensa italiano Comunardo Niccolai, el rey de los autogoles

Muere el defensa italiano Comunardo Niccolai, el rey de los autogoles

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 12:44

Comunardo Niccolai, conocido como el rey de los autogoles, ha muerto este martes en Pistoia a los 77 años. Muchos de ellos los pasó explicando por qué siempre hacía goles en la portería equivocada. La suya. Una reputación exagerada, como todos los prejuicios. Comunardo marcó seis goles en propia puerta, dos menos, solo por mencionarlo, que Riccardo Ferri. Pero los suyos eran obras de arte, no simples errores. Remates de cabeza al ángulo que ni Zamora podía parar.

Comunardo Niccolai, que ganó el Scudetto con el Cagliari en 1970, fue un defensa destacado, de los que los delanteros preferirían evitar. Aunque también tenía sus fragilidades: siempre tenía que vendar sus tobillos antes de jugar. La única vez que olvidó hacerlo, sufrió una lesión seria. Desafortunadamente, eligió el día equivocado para esto: Italia-Suecia, debut en la Copa Mundial de 1970. Entró Rosato y Niccolai no volvió a jugar. Se perdió el "partido del siglo" contra Alemania y la final contra Pelé.

Niccolai, originario de Uzzano en Pistoia, luchó para abrirse camino en el mundo del fútbol, donde los mejores no siempre tienen éxito. Sin embargo, terminó ganando trofeos en el equipo más improbable. Ese Cagliari, contra todo pronóstico, lo ganó todo. Porque un Scudetto en Cerdeña valía al menos tres Champions en otros lugares. Había todo un sistema que sortear, incluidos los árbitros.

Con su rostro que mostraba experiencia y sin sorprenderse por nada, Niccolai era un bastión para los que estaban delante. En el límite, era él quien decidía cuándo y cómo se recibía un gol. Una garantía para los atacantes, una pesadilla para los porteros, incluso si se llamaban Ricky Albertosi.

Pero también aquí se mezcla la leyenda, incluso se exagera. La defensa sarda era prácticamente impenetrable. En el año del Scudetto solo encajaron 11 goles. Un récord. Niccolai tenía un lugar asegurado en el equipo. Un defensor tan férreo como él no se encontraba fácilmente. Además, añadía elegancia, una cualidad no buscada en los stoppers de entonces. No se sabe si fue cortejado por los grandes equipos, probablemente sí, pero se quedó en el Cagliari, al igual que Riva, excepto en la fase final de su carrera, que jugó en ligas inferiores.

La muerte de Niccolai llega pocos meses después de la de Gigi Riva. En enero, Niccolai recordó a Riva así: "Nos conocíamos desde siempre. Incluso hicimos el servicio militar juntos en la Cecchignola de Roma. Cuántas travesuras hicimos. Los mejores años de nuestras vidas". Ambos, de manera diferente, sabían cómo marcar goles.

De Bruyne, Tedesco y los periodistas belgas acaban a insultos y Koundé insiste contra Le Pen: “Quita libertades”

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 01:57

Periodistas y futbolistas vivieron ayer una zona mixta muy caliente en el Dusseldorf Arena. Bueno, casi todos. Aurelien Tchouaméni sonreía ante la pregunta del millón de la prensa española: "¿Alemania o España? ¿Kroos y Rüdiger o Nacho, Carvajal o Joselu?". El galo no quiso elegir entre sus "hermanos", pero verá el partido. Como Griezmann, que admitió, tirando de un pequeño tópico, que "el lado del cuadro es duro, pero queremos ganar a todos", aunque no le gustó una de las preguntas: "¿Un resultado corto? No molestéis con un resultado corto porque estamos en cuartos de final. A su lado, Camavinga se despedía con un "¡Adiós!" en castellano mientras asumía que acumula otro partido sin saltar al césped. Cosas de Deschamps... Pero vamos a lo caliente.

La derrota de Bélgica ante su rival fronterizo dolió. Pero dolió más entre la prensa y los jugadores que en la grada. Los miles de aficionados que hace unos días abuchearon al equipo tras el empate contra Ucrania que les hizo quedar segundos, ayer les animaban. Los 'Diablos Rojos' tuvieron contra las cuerdas a Francia durante algunos momentos del partido y sólo un gol de rebote de Kolo Muani decantó el duelo.

Pero en la zona mixta no hubo aplausos. "¿Cuál es tu sentimiento al saber que la generación dorada no ha tenido ningún éxito?", le preguntó un periodista a Kevin DeBruyne. "¿Qué generación dorada?", contestó el centrocampista del Manchester City. "La vuestra", le insistió el compañero. "¿Es que Alemania, Francia, Inglaterra y España no tienen una generación dorada?", replicó suspirando y abandonando la sala... "Estúpido...", finalizó, sin mirar al periodista.

Antes le habían preguntado por su retirada de la selección, algo que reconoció no tener decidido. "Es demasiado pronto para responder. Déjame procesar esto. Ha sido una temporada larga y necesito descansar. Tomaré una decisión después del verano", anunció.

Con Domenico Tedesco, seleccionador, fueron todavía más duros. "¿Cree que Courtois hubiera parado el gol?", le cuestionaron, sin miramientos. "No puedo responder de otras circunstancias. Casteels ha estado brillante en esta Eurocopa. Nos salvó contra Ucrania. Su parada entonces supuso que pudimos jugar el partido de este lunes, ha estado fantástico. Ese gol no es culpa suya", dijo.

Le insistieron en la "cobardía" que había tenido el equipo, en el bajo nivel de Lukaku, en la táctica... Cuando la realidad es que Bélgica, ya sin Hazard y con una mezcla de veteranos y jóvenes, aguantó a Francia casi hasta el final.

En el lado francés hubo de todo: fútbol y política. Tchouaméni, que tiene la lección aprendida del Madrid, reconfirmó que "me da igual cómo ganar, tirando una vez, tres o 15, lo que importa es ganar". Koundé, por su parte, se centró en las elecciones generales de su país, en cuya primera vuelta el partido de ultraderecha de Marine Le Pen se llevó la mayor cantidad de votos.

"Me decepcionó ver qué dirección toma Francia, con un gran apoyo a un partido que rompe los valores del respeto y la convivencia. Solo insté a la gente a votar, a todos los que no habían votado. Creo que hay que combatir a Rassemblement National (el partido de Le Pen) porque va a recortar libertades y diversidad", reflexionó el futbolista, elegido MVP del partido.

La pasión turca del niño Güler, de recogepelotas a icono: "No ha habido nadie como él en nuestro país"

La pasión turca del niño Güler, de recogepelotas a icono: “No ha habido nadie como él en nuestro país”

La noche del 6 de enero de este año, día de Reyes en España, Umit y Serap Güler se sentaron en una humilde grada de Aranda de Duero para ver el debut de su hijo Arda con el Real Madrid. Lejos, en Turquía, la retransmisión del partido se convertía en uno de los programas más vistos del día en el canal Tivibu Spor 1. Así era la pasión turca por el niño de moda en el país, elevado ahora en la Eurocopa a héroe nacional. «No ha habido ni hay en el país ningún jugador como él que haya conseguido tantas cosas tan pronto y juegue en un club tan grande», explica a EL MUNDO el periodista turco Halil Sarkaya, que conoce a Güler desde los 13 años.

Hoy, ante Austria, Turquía busca igualar el mejor resultado de su historia en una Eurocopa, los cuartos de final de la edición de 2000. Y lo hará a hombros de su nueva estrella, su Messi, autor de un golazo en la primera jornada y clave en el triunfo ante República Checa en el último encuentro de la fase de grupos. Ya es el jugador más joven en marcar en su debut en el torneo continental, superando a Cristiano Ronaldo (2004).

Arda, un niño por su edad pero también por su apariencia tímida, vive en el foco mediático del fútbol turco desde hace varios años, antes incluso de fichar por el Fenerbahce. Y la culpa la tiene el fotoperiodista Halil Sagirkaya, que hace seis años quería hacer un reportaje con algún recogepelotas del Genclerbirligi que quisiera ser futbolista profesional y preguntó al club quién podría valer. La respuesta: Arda. «Me avisaron sobre Arda. Le observé entrenar durante un rato y me pareció muy talentoso. Y además era fotogénico, tenía algo», explica a este periódico. «Le seguí durante algunos días, tanto a los partidos del club como a encuentros de la selección en los que también ejercía como recogepelotas», añade.

«Sabía lo que hacía»

En seis años, de recogepelotas a icono nacional, pero siempre manteniendo un perfil discreto. «Era muy tranquilo, muy trabajador y muy respetuoso. Sabía lo que hacía. Su mayor sueño era ser un gran futbolista», recuerda Sagirkaya.

Su fichaje por el Fenerbahce cumplió sus objetivos, porque ahí jugaba uno de sus ídolos, Álex de Souza, centrocampista brasileño que después de cruzar el charco para jugar en el Parma terminó vistiendo la camiseta del Fenerbahce durante ocho temporadas, desde 2004 a 2012. Arda, nacido en 2005 y cuyos partidos son los primeros que recuerda, dormía con la biografía del futbolista al lado. La leía casi todas las noches.

Su explosión en la Eurocopa llega después de un año complicado en el Madrid, con varias lesiones y una puesta a punto con algunas prisas que alargó su debut hasta enero. En Valdebebas lo llaman «un golpe de realidad». Pasar de Turquía al club con más presión del mundo, a una nueva ciudad y a un idioma nuevo no es fácil. «Le costó un poco», admiten en la ciudad deportiva. A partir de ahí, mucha mano izquierda de Ancelotti y de la directiva del conjunto blanco, con Juni Calafat, el jefe de ojeadores, pendiente de él para que no se impacientara por la falta de minutos y con el cuerpo técnico enfocado en su preparación física. Necesitaba tiempo para ganar musculatura, la calidad la tenía. «No se rindió y luchó», reflexionan en Valdebebas, donde no olvidan a James Rodríguez, que se dejó llevar cuando la situación se puso más complicada.

No saldrá cedido

Güler terminó jugando mucho en el tramo final del curso y acabó con seis goles en 379 minutos, ganándose el cariño del vestuario, donde es «el hermano pequeño», dicen, y del cuerpo técnico, que le quiere de nuevo en la plantilla la próxima temporada. Según ha podido saber este periódico, la idea del club es que no salga cedido y siga evolucionando al lado de sus compañeros. Ni la dirección quiere que se vaya ni él quiere salir.

En la fiesta de Cibeles, hubo un detalle que resumió la temporada de la nueva joya turca. «Hoy os quiero presentar a un chico muy interesante...», anunció Ancelotti al público. «¡Arda!», le llamó, mientras los compañeros aplaudían y se partían de risa. «¡Es muy tímido!», siguió el italiano. «¡Hola madridistas!», saludó Güler, mientras Ancelotti celebraba sus palabras. «Somos una familia, gracias por todo», terminó el joven. «¡Olé!», finalizó el técnico, que repite a su círculo cercano la misma frase desde hace meses: «Arda tiene un don».

Esta tarde, a sus 19 años, juega por la historia de su país.

El ambiente convulso de Países Bajos, entre los cónclaves y la falta de un líder: "Convendría hablar con el 'staff"

El ambiente convulso de Países Bajos, entre los cónclaves y la falta de un líder: “Convendría hablar con el ‘staff”

La última vez que Países Bajos ganó una eliminatoria en la fase final de una Eurocopa, nueve de los actuales futbolistas de Ronald Koeman ni siquiera habían nacido. Desde aquel 25 de junio de 2000 (6-1 ante Yugoslavia en Rotterdam), la selección Oranje acumula demasiadas frustraciones como para no afrontar el cruce de hoy frente a Rumanía como una final anticipada. Sin embargo, el ambiente de los últimos días en el cuartel general neerlandés no presagia nada bueno. La dificultad para encontrar un plan definido, la ausencia de un líder y los cruces de reproches vienen lastrando al equipo desde el comienzo del torneo.

"Ha sido una semana muy larga", admitió ayer Koeman en el Olímpico de Múnich. Desde la derrota ante Austria, durante estos siete días se han filtrado demasiadas críticas. No sólo periodísticas, sino también internas. "Los jugadores y el cuerpo técnico han sido abiertos entre sí. He visto una reacción en los entrenamientos", añadió el seleccionador sobre las reuniones a las que el domingo ya se había referido Memphis Depay. "Hemos discutido y nos hemos criticado mutuamente. Es lógico que haya roces si los resultados no se dan", explicó el delantero.

Los cónclaves en el Hotel Ritz-Carlton, sede de la Oranje en Wolfsburgo, escenifican el delicado momento de un vestuario sin líderes. Ni Virgil van Dijk - primer capitán- ni Daley Blind o Georginio Wijnaldum -los jugadores con más internacionalidades- han asumido la autoridad de su rango. De modo que el diario De Telegraaf, el más influyente del país, ya pedía el domingo un paso adelante a Depay, lo único rescatable de la debacle ante los austriacos. Más allá del acierto cara al gol, nadie podrá discutir el empeño del ariete rojiblanco. Durante la fase de grupos fue el segundo futbolista de la Eurocopa que más presionó en el último tercio rival (108 veces, más del doble que el segundo neerlandés).

"Remedios a corto plazo"

"El problema de Memphis es que su talento para liderar interfiere psicológicamente con su talento para atacar. Y que sólo lleva la voz cantante cuando se encuentra realmente relajado", comenta a EL MUNDO Joost van der Leij, profesor invitado en la Universidad Libre de Amsterdam. Filósofo de formación, Van der Leij cuenta con un notable prestigio en su país por su revolucionario enfoque del fútbol, donde combina la estadística con herramientas psicológicas de la Terapia Gestalt. "La cuestión con Depay puede solucionarse a corto plazo dejando claro que queda liberado de cualquier tarea de liderazgo", zanja.

Respecto a las opciones de alcanzar los cuartos, Van der Leij se muestra, cuanto menos, cauteloso. "En mi país tendemos a subestimar a rivales en teoría más débiles, pero hacerlo ahora frente a Rumanía supondría un riesgo demasiado grande. Por desgracia, debido a la falta de tiempo, será difícil hacer grandes cambios tácticos. Ahora se necesitan remedios a corto plazo. Sin que los jugadores lo sepan, convendría hablar seriamente con el staff, especialmente con sus analistas, que de alguna manera subestimaron a Austria y elaboraron un plan táctico equivocado".

Desde 1968, Rumanía sólo sumó una victoria y tres goles en los 14 precedentes. Pero si los hombres de Edward Iordanescu logran la heroica, Países Bajos se convertirá en la segunda selección de la historia -después de Yugoslavia (1968-2000)- que cae en cuatro eliminatorias consecutivas de la Eurocopa.

La revolución Nico-Lamine, lo que va de Qatar a Alemania: 13 disparos contra uno, 218 pases menos y… ¡menos posesión!

Actualizado Lunes, 1 julio 2024 - 22:43

El día después de pasar a cuartos de final, España se despertó en Colonia, la ciudad del partido contra Georgia. Como siempre, viajó en avión hasta Stuttgart y llegó a su hotel de concentración, en Donaueschingen, para comer. Después, entrenó por la tarde, aunque sólo salieron al campo los suplentes el domingo. La rutina no cambia para el equipo. Lo que cambia, y mucho, es la percepción que de ellos tienen los rivales. Y el próximo es ni más ni menos que el anfitrión. Alemania, sus periódicos y televisiones, ponían ayer el foco, cómo no, en los dos chavales que marcan esta Eurocopa. Nico Willi

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Francia llega a cuartos de rebote tras jugar al ajedrez con Bélgica

Francia llega a cuartos de rebote tras jugar al ajedrez con Bélgica

Didier Deschamps es frío, calculador y le encanta el ajedrez. Así es también Francia, 'su' Francia, un equipo que desde hace una década es sólido como una roca aunque no sonría todos los días, aunque no brillen como deberían las estrellas que tiene en su plantilla y aunque a veces no merezca lo que consigue. Da igual, llega lejos en los torneos y a veces los gana. Eso importa. La final de la Euro 2016 y del Mundial 2022 lo demuestra. El Mundial de 2018 lo confirma. En Dusseldorf y en otro juego táctico, Francia superó a Bélgica con un gol de rebote de Kolo Muani y se metió en los cuartos de final de la Eurocopa, donde espera a Portugal o a Eslovenia.

Los dos entrenadores, criticados durante la primera fase por sendos segundos puestos, cambiaron el esquema de su equipo. En Francia, Deschamps optó por primera vez por sentar a Dembélé y situó a Griezmann escorado hacia la derecha, aunque cayendo hacia la mediapunta. El francés fue el cuarto centrocampista galo, con Mbappé a la izquierda y Thuram en punta. En Bélgica, Tedesco se olvidó de los tres centrales, dibujó una defensa de cuatro zagueros, retrasó a De Bruyne al centro del campo y se la jugó con dos delanteros, Lukaku y Openda, rápido atacante del Leipzig.

Fue un juego de ajedrez que se trasladó al césped. Mientras la afición esperaba un duelo de velocidades, exprimiendo las virtudes de sus estrellas, el duelo derivó en una batalla táctica entre los dos entrenadores.

En la primera media hora el balón fue de Bélgica, que creció en las arrancadas de Doku y en las segundas jugadas tras balones largos a Openda y Lukaku. Así conseguían superar la primera línea de presión francesa y evitaban combinar entre sus torpes centrales. En el 23, una falta lateral de De Bruyne casi sorprende a Maignan. Y en el 26, Carrasco tuvo la más clara de los 'Diablos Rojos', pero su disparo, tras un buen regate de Openda a Upamecano, se estrelló en Theo Hernández.

Los minutos asentaron a Francia en el partido, lo que tardaron Griezmann y Mbappé en entender que tenían que mediapuntear para abrir las bandas a Theo y Koundé. Así surgieron sus mejores opciones. El lateral del Milán ganó la línea de fondo en varias ocasiones pero sus centros no encontraron a Thuram, que sí remató un buen balón de Koundé, pero sin atinar en portería por centímetros.

En un buen eslalon de Mbappé por izquierda, justo cuando amenazaba el descanso, el rechace del pase de la muerte cayó a los pies de Tchouaméni, que remató de primeras demasiado alto.

Tras el descanso siguió el juego de ajedrez, con Bélgica esperando su oportunidad y Francia acelerando sólo cuando veía algún espacio. Es decir, casi nunca. Tchouaméni, muy incisivo en los disparos, probó a Casteels desde lejos, y Mbappé remató demasiado alto tras dos buenos regates sobre Carrasco y De Bruyne.

Onana y Tchouaméni, los mejores

El duelo se sujetó en el centro del campo, con Onana y Tchouaméni ganando duelos y organizando el juego de sus equipos, muy sólidos atrás. La vía para el gol era el error rival. Lo sabía Bélgica, que murió con su idea: espero y corro cuando pueda.

En el 60, después de una hora esperando, llegó el error de Francia. Saliba falló en salida de balón, De Bruyne le robó la pelota y encontró a Carrasco al hueco, pero Theo, salvador, llegó justo cuando el ex del Atlético se disponía a batir a Maignan.

El susto se le metió en la cabeza a Francia y empujó a Bélgica, que volvió a intentarlo unos minutos después en las botas de Lukaku. Maignan, otra vez, estuvo firme.

El partido entró en máxima tensión a diez minutos del final. Mbappé volvió a enviar arriba una buena opción tras un pase atrás de Koundé y Bélgica soñó con los cuartos en un disparo de De Bruyne. Doku vio a su compañero del City y éste, desde la frontal, hizo volar a Maignan.

Fue un suspiro belga, porque un minuto después llegó el golpe más duro. Francia tocó en la frontal de izquierda a derecha, Kolo Muani recibió de espalda de Kanté, se dio la vuelta, disparó y su remate, que iba fuera, tocó en Vertonghen para sorprender a Casteels y meterse en la portería rival.

Silencio en Dusseldorf y Deschamps que consiguió su objetivo. Un partido en el que apenas pasaron cosas, dos remates a puerta de los galos y tres de los belgas, con un sólo gol, de rebote; en el que Francia dejó la portería a cero una vez más y se metió con frialdad pero con derecho en los cuartos de final, donde espera a la Portugal de Cristiano Ronaldo o a la Eslovenia de Oblak.

Gruconsa exculpa al abogado de la RFEF y presenta a 'Nene' como un "mero comercial"

Gruconsa exculpa al abogado de la RFEF y presenta a ‘Nene’ como un “mero comercial”

La constructora Gruconsa exculpa por completo al abogado externo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Tomás González Cueto, y asegura que antes de la operación policial contra la cúpula de Luis Rubiales "ni siquiera le conocía".

La empresa a la que la Guardia Civil sitúa en el epicentro de la trama de corrupción para pagar sobornos al ex presidente del fútbol español y a su entorno directo ha presentado un escrito ante el Juzgado de Majadahonda que investiga el denominado caso Rubiales.

En él da por primera vez su versión sobre los pagos que realizó a Javier Martín Alcaide, conocido como Nene, íntimo amigo de Rubiales y a quien la Policía Judicial señala como testaferro del ex presidente federativo, pero también aborda su supuesta vinculación con González Cueto, que tilda directamente de inexistente.

Gruconsa explica que Nene "era un mero comercial", que "jamás tuvo nómina alguna ni estuvo contratado" y que se limitaba a "cobrar a éxito los trabajos que conseguía". En este sentido, y en contra de lo que sostiene la investigación, añade que "la mayor parte" de los encargos que se le realizaron "nada tenían que ver con la RFEF". Rebajando estos últimos a apenas un 3% de su facturación total.

Así, indica que, además de haberle pagado por haber conseguido obras de reforma en el estadio de fútbol de La Cartuja (operación que la Guardia Civil vincula directamente con Rubiales), subraya que los trabajos "que más facturación generaron" estaban relacionados, por citar un solo ejemplo, con la construcción de 39 villas de lujo en la localidad malagueña de Fuengirola. Esta operación, que recibe el nombre de El Higuerón, representó el "72% de toda la facturación" entre Gruconsa y el amigo íntimo de Rubiales.

En esta línea, Gruconsa niega que los pagos realizados posteriormente por Nene a González Cueto (que ascendieron a unos 70.000 euros) tengan que ver con obras vinculadas a la RFEF y añade, además, que las cantidades que intenta vincular la Guardia Civil ni siquiera coinciden. "Lo que Martín Alcaide hiciese con su patrimonio nada tiene que ver con mis patrocinados y se escapa de su alcance y esfera de control", resalta Gruconsa al desligar por completo de su actividad a este letrado, único detenido durante la operación policial contra Rubiales.

Por todo ello la constructora considera "meras suposiciones sacadas de contexto" las vinculaciones establecidas por la Guardia Civil entre Gruconsa y la directiva de Rubiales, a pesar incluso de que el hermano del jefe de los Servicios Jurídicos de la RFEF, Pedro González Segura, trabajaba en la referida constructora. De ahí que solicite a la juez el sobreseimiento de la causa en relación con la empresa.