Miles de personas esperan desde primera hora el paso de la gabarra del Athletic

Miles de personas esperan desde primera hora el paso de la gabarra del Athletic

Cuarenta años después, la gabarra del Athletic volverá a recorrer la ría de Bilbao para celebrar un título, la Copa del Rey conquistada el sábado pasado ante el Mallorca en Sevilla. Y la expectación es máxima. Se espera la presencia de un millón de personas, casi tres veces más que la población de la capital vizcaína (346.096 personas en 2023).

Desde primera hora de la mañana, la gente se ha congregado en los márgenes de la ría del Nervión: los más jóvenes celebrando con bebidas y señores de avanzada edad reservando un sitio privilegiado con sus hamacas.

Además, en los últimos días se han puesto en alquiler los balcones y terrazas con vistas a la ría por precios desde los 300 a los 1.000 euros.

Para saber más

La travesía de la gabarra comenzará a las 16.30 en el Real Club Marítimo del Abra de Las Arenas, en Getxo, pero desde 24 horas antes ya se podían ver en algunas partes del recorrido, de unos 13 kilómetros, banderas y vehículos con distintivos rojiblancos ya apostados para el acto.

Está previsto que la celebración dure más de cuatro horas. A continuación, los jugadores del Athletic visitarán el Ayuntamiento y la Diputación. En la gabarra se subirán un máximo de 60 personas y será escoltada por 160 embarcaciones y 32 traineras.

El Gobierno vasco ha anunciado que la multa por saltar a la ría será de hasta 60.000 euros, para evitar tentaciones de aficionados. Habrá tres helicópteros vigilando la celebración.

La expectación es máxima, no sólo en la ciudad, sino en toda Vizcaya. Anoche llegó al aeropuerto de Loiu un avión procedente de Lanzarote repleto de aficionados canarios del Athletic con sus camisetas rojiblancas. También se han desplazado decenas de autobuses de jóvenes hinchas desde toda la geografía española.

La historia del romance entre las 24 (o 25) Copas del Rey y el Athletic: "Es nuestra Champions"

La historia del romance entre las 24 (o 25) Copas del Rey y el Athletic: “Es nuestra Champions”

Cuando Iker Muniain levantaba el trofeo de la Copa del Rey en La Cartuja debía haber un pensamiento que no se le quitaba de la cabeza. Ayer, el capitán, antes de subir al autobús camino del aeropuerto, tachó con un spray el número 24 que lucía en el vehículo por el 25. Son 25 las Copas del Athletic, según el club; 24 le reconoce la Federación Española. Reclaman la ganada en 1902 bajo el nombre del Vizcaya en un torneo que celebraba la mayoría de edad del Rey Alfonso XIII. "Es un viejo romance", cuenta Txtexu Lertxundi, ex presidente del club.

Revela Lertxundi que Pedro Aurtenetxe, su predecesor y uno de los presidentes más laureados del Athletic, tenía preparado un regalo para el Rey Juan Carlos en el caso de que reeditasen el título de Copa de 1984. Este presente era una conmemoración de los 25 trofeos. Pero en la final de 1985, el equipo perdió ante el Atlético de Madrid. "Si hubiéramos ganado y el Rey hubiera aceptado el regalo, a ver si la RFEF hubiera tenido narices a no admitir que era el 25º título".

Muniain y el número 25 en el autobus del Athletic.

Muniain y el número 25 en el autobus del Athletic.David ArjonaEFE

Hoy eso sigue sin ocurrir, pero a los aficionados del Athletic, más de 100.000 que se pasaron atascados el domingo en serias retenciones para volver desde Sevilla a Bilbao, eso les da igual. "Nos pasó en nuestra final que le ganamos al Barça, había el 80% de banderas rojiblancas por Madrid y ahí empezamos a ganar la final", recuerda con nostalgia el ex futbolista del Athletic, Manu Sarabia.

El desplazamiento de aficionados bilbaínos fue masivo ignorando la estadística, pero abrazando a la historia. "Lo de Sevilla fue un cataclismo mundial", destaca Lertxundi. En los últimos 11 años, el Athletic había llegado antes a nueve finales, cinco de ellas de Copa que había perdido todas. Hasta que llegó la 10ª y con ella el triunfo copero. "No me gusta comparar, pero sí podría ser como la Champions para el Madrid. No puede ir el Athletic por un lado y la Copa por otro, son el mismo camino", dice Sarabia.

La historia, en cambio, les ayudaba. El Athletic gana la Copa cada 40 años, y 2024, como antes 1904, 1944 y 1984, era el año para hacerlo. Es un romance, una pasión eterna. "La pasión en Vizcaya no es el fútbol, es el Athletic", cuenta Carlos Iturgaiz, ex presidente del PP vasco, gran aficionado al conjunto bilbaíno.

Valverde, con el trofeo.

Valverde, con el trofeo.CRISTINA QUICLERAFP

La diferencia entre esos títulos precedentes como destaca Txetxu Lertxundi se podía resumir en la Ley Bosman, una revolución en el mundo del fútbol, pero que no alteró la filosofía del Athletic ni siquiera en sus años más oscuros, cuando el equipo salvó la categoría en el último partido de la temporada 2006-07. "Hubo momentos complicados con la cantera, cuando se estuvo a punto de descender y no se cambió en nada la filosofía", apunta Iturgaiz.

Filosofía única

El político se refiere a la filosofía de apostar por jugadores vascos o formados en la cantera vasca. En un mundo cada vez más globalizado y en el que la entrada de capitales extranjeros complica aún más mantener el nivel. "Cualquier título que podamos conseguir es un mérito tremendo por la filosofía del club. El radio de acción cada vez se limita más, así que el mérito es mayor", explica Sarabia.

Es cierto que, en el caso del Athletic se da, como evoca Iturgaiz haciendo una metáfora respecto al vino: «Una cosecha que hay que aprovecharla». Lo que comenzó con Muniain y De Marcos se mejora con los hermanos Williams, entre otros. "Esta generación del Athletic es una de las mejores, pero el nuevo formato de Copa, a partido único y sorteo de campo, nos da más posibilidades, como ocurrió con el Barcelona en cuartos. Barça, Madrid y Atlético son selecciones mundiales", concluye Lertxundi.

Xabi Alonso, Mendilibar, Arteta... Euskadi brilla en Europa: "Lo que marca la impronta del fútbol vasco es su competitividad"

Xabi Alonso, Mendilibar, Arteta… Euskadi brilla en Europa: “Lo que marca la impronta del fútbol vasco es su competitividad”

Y Berenger la ajustó al palo y San Mamés sonrió desde el cielo. Y Arteta le hizo tres al Brighton para ponerse líder de la Premier mientras Xabi Alonso se aleja cada vez más del Bayern para acercar cada vez más la Bundesliga al Leverkusen. Y la Real apretó al PSG hasta que Mbappé demostró porqué es el mejor jugador del mundo. Y Mendilibar remontó un 4-0 en Conference League con un 6-1 para que sus hinchas griegos le recibieran de madrugada con el Porrompompero.

Y todo eso le ocurre a una gente de una tierra de apenas 7.000 kilómetros cuadrados y poco más de dos millones de habitantes. El fútbol vasco está de moda y el Athletic de Bilbao, tras 40 años y cinco finales perdidas este siglo, lo ha puesto en órbita frente al equipo del 'Vasco' Aguirre.

"Lo que marca la impronta del fútbol vasco es su competitividad". Es Xabier Fernández Monje, responsable de Comunicación en In- Komunikazioa y ex jefe de prensa del Athletic Club quien lo afirma. Fernández Monje, además, tiene varios libros relacionados con la historia del fútbol vasco y, especialmente, del conjunto bilbaíno. El equipo que, junto con la Real Sociedad, son los máximos exponentes de la región.

Aitor Ocio, ex futbolista del Athletic Club coincide con Fernández Monje en que el fútbol vasco, históricamente, siempre ha sido "una referencia". "Es un territorio donde es un elemento muy importante", cuenta el que fuera zaguero del germen del equipo actual, del que aún sobreviven Iker Muniain y Óscar de Marcos.

El Athletic, a su llegada a Bilbao.

El Athletic, a su llegada a Bilbao.Juan FlorEFE/Athletic

Lógicamente, el fútbol vasco ha pasado por épocas más laureadas como los primeros años 30 del Athletic Club o los principios de los 80 donde los leones y la Real Sociedad se repartieron varias ligas entre ellos. "A veces es cuestión de rachas", afirma Ocio respecto a aquellas victorias en la competición nacional que, en el caso del conjunto bilbaíno, se han repartido más en el tiempo en el caso de la Copa del Rey.

Sin embargo, además de la buena situación de los clubes de la región, en esta época coincide también la calidad de sus futbolistas y el nivel que están mostrando sus técnicos. "En los jugadores hay un gen de competitividad muy alto que se extiende hasta los entrenadores", cuenta Fernández Monje y destaca la capacidad de trabajo de los mismos y la discreción frente al escándalo o los focos de otros.

Xabi Alonso es, a día de hoy, el técnico que acapara todos los focos puesto que está a punto de arrebatarle la primera Bundesliga al Bayern en los últimos 11 años. "Su padre es entrenador y fue un jugador que su posición en el campo le hacía saber leer los partidos. Ese talento le ha ayudado, además de la vocación que tenía", ensalza Aitor Ocio al tolosarra que podría dar al Bayer Leverkusen la primera liga de su historia.

Mendilibar, tras ganar la Europa League.

Mendilibar, tras ganar la Europa League.AFP

En la Premier, además de que Mikel Arteta se encuentre peleando con su Arsenal por el título por segundo año consecutivo, Unai Emery ha conseguido meter al Aston Villa en puestos Champions. Mientras, Mendilibar sigue agrandando su leyenda en Grecia tras despedirse del Sevilla con una salvación y la séptima Europa League. "Cuando un técnico ha sido futbolista ayuda a gestionar un equipo porque entiende cómo se sienten y les permite empatizar", destaca Ocio.

Eso le pasa a Ernesto Valverde y a Imanol Alguacil que tienen que gestionar grandes generaciones de futbolistas, muchos de ellos internacionales. Ambos con filosofías muy sui generis en el fútbol globalizado actual. "Los equipos vascos han sabido leer bien el futuro del fútbol", explica Xabier Fernández Monje y destaca el trabajo que se está llevando a cabo en Lezama y Zubieta, los principales exponentes del fútbol base de la región. "Puede ser que se cuide más la cantera que en otras partes", añade Ocio.

Valor

Zubimendi, Nico Williams, Mikel Merino y Oyarzábal están entre los jugadores más valiosos de LaLiga según Transfermarkt con un precio de mercado de 50 millones cada uno. Españoles sólo les superan Gabi, Pedri y Lamine Yamal. "Muchas veces es confianza, pero también es importante tener paciencia", destaca Fernández Monje.

Clubes, entrenadores y jugadores todos de la mano para situar al fútbol vasco en una posición privilegiada en el fútbol actual. En un momento, por cierto, donde el deporte se está recuperando del golpe de la pandemia, algo que ha agudizado aún más la distancia económica entre grandes y pequeños, pero que parece que en Euskadi han conseguido evitar ese golpe gracias a su filosofía y su resiliencia. "Los equipos, no solo los vascos, si quieren cuadrar las cuentas se ven forzados a mirar a la gente de casa. Los vascos tienen más facilidades porque lo han hecho más veces·, apunta Monje.

De momento, equipos, jugadores y entrenadores vascos ya han inaugurado el palmarés este año con una Copa del Rey con deudas históricas, Xabi Alonso aspira a tres títulos más con su Bayer Leverkusen y Arteta y Mendilibar a uno cada uno.

Fútbol de secano

Fútbol de secano

La final de Copa constató una de las características actuales del fútbol español: la carestía goleadora. En conjunto, 43 disparos con ánimo de gol, con sólo 12 entre los tres palos, no sirvieron más que para, tras un encuentro vibrante pero romo, acabar citándose ambos equipos en el punto de penalti. Y, una vez allí, encomendarse cada cual a la Providencia o a la suerte. A Dios o al Azar, reencarnados en los porteros, seres elevados entonces a la

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La gabarra para la generación de Nico y Agirrezabala y la cerveza de Valverde: "40 años para coger la Copa y no queremos soltar jamás"

La gabarra para la generación de Nico y Agirrezabala y la cerveza de Valverde: “40 años para coger la Copa y no queremos soltar jamás”

Cuando Julen Agirrezabala y Nico Williams nacieron, la gabarra llevaba 18 y 16 años sin pasear a un campeón por la ría de Bilbao. Nadie de su generación ha visto al Athletic alzar la Copa del Rey, cinco veces han llorado que se les escapó y ambos se conjuraron y fueron clave para levantarla 40 años después. Les costó 120 minutos probar de todas las formas posibles cómo batir a un combativo Mallorca que los llevó hasta una tanda de penaltis en la que no fallaron. La gabarra, por fin, volverá al agua el próximo jueves.

Fue Iker Muniain quien recorrió los escalones hasta el palco de La Cartuja para recoger de manos del Rey Felipe el título. A final de la larga fila de autoridades estaba Iribar, con lágrimas en los ojos. Como el mítico guardameta, el capitán navarro sabe lo que ha costado volver a ser campeones. "Una barbaridad, muchas derrotas, muchas lágrimas, muchos momentos amargos. Hoy saboreamos el lado bueno del fútbol. 40 años han pasado para coger la Copa y no soltarla jamás", aventuró.

Buscó Iker a otro veterano, De Marcos, para volver a levantar una Copa que llegó pronto a las manos de Ernesto Valverde. No rehuyó el protagonismo como tampoco se libró del manteo.Técnico siempre comedido, agarró el trofeo, caminó en solitario hacia la grada rojiblanca de La Cartuja y, sin dejar de sonreír dejó la Copa en el punto de penalti desde donde se acababan de proclamar campeones. No tiene comparación con ninguno, Sólo hay que ver cómo estaba el campo lo que significa para esta afición. Al final fue en los penaltis, porque también hemos sufrido", admitió el técnico, que miraba de reojo los lanzamientos pero se alegró de la parada de Agirrezabala. "Ha jugado partidos muy comprometidos antes de esta final, como contra el Atlético o el Barça", destacó Valverde.

No será la que se vio en el césped su única celebración, que tendrá que planear. "Me había negado a pensar cómo celebrarlo y ahora tendré que hacerlo. Cuando estaba en Grecia, después de una final aparecíamos en un bar perdido para comer un gyros (un sandwich con pan de pita) y beber cerveza. Algo así haremos", confesó el entrenador mientras la fiesta seguía en el césped.

Una valla cedió

Celebró el Athletic con su afición tan de cerca que una valla del fondo cedió ante la eufórica cercanía de los jugadores sin que se lamentaran daños y al unísono con su plantilla de campeones abrazada en el área entonaron el Txoria Txoi antes de que Asier Villalibre sacara su mítica trompeta y Unai Simón y Yuri se pasaran un ratito cortando la red donde acabaron los cuatro penaltis pateados por el Athletic.

No llegó a patear Nico Williams, que fue el peligro, el mejor jugador del partido, el talento al que se agarraron los rojiblancos. «No puedo esperar más a subir a la gabarra. Llevamos mucho tiempo persiguiendo esto, desde el parque hasta este estadio. El año pasado fallé dos ocasiones en las semifinales y ahora esto es un sueño. Por mi familia, mi hermano, De Marcos, estoy feliz de haberlo logrado en el club de mi vida».

Ese sueño lo cumplirá el próximo jueves y tendrá un protagonismo especial: "Siempre he sido el hermano de, pero ahora me estoy haciendo mi nombre".

Julen Agirrezabala ataja el lanzamiento de Morlanes.

Julen Agirrezabala ataja el lanzamiento de Morlanes.J. REINAAFP

Lo mismo sentía Julen Agirrezabala, otro veinteañero a quien le han contado la historia de cuando fueron los mejores. En este partido fue creciendo hasta atajar las ocasiones del Mallorca, que no fueron muchas pero algunas muy claras, y el penalti de Morlanes que hundió a los de Aguirre con una suerte que muchas veces les salió de cara. Esta vez Dominik Greif no pudo ser el héroe ni llevarse una Copa de regalo de cumpleaños que borrara tres años de calvario de lesiones.

Lo tuvo cerca el Mallorca. Aguirre reconoció más a su equipo que Valverde durante muchos minutos. La Cartuja era rojiblanca y rujía en euskera, pero sus futbolistas estuvieron atenazados por la responsabilidad en toda la primera parte. Les costaba hacer correr a los Williams, que lo peleaban con más corazón que cabeza. Iñaki contra Copete y Lato mientras Nico lograba quebrar a Gio González y Valjent pero no encontraba la portería de Greif.

De la ansiedad se pasó al temblor con el gol de Dani Rodríguez. «Como si jugaras en la plaza» le había dicho al gallego su mujer y por eso no dudó en rematar una pelota escupida por Prados que le ofreció Gio González para que se convirtiera en héroe. Ni Muriqi ni Larin ni Abdón. Aquel chico criado en el Deportivo que en el que llegó del Albacete en el verano de 2018 para jugar en Segunda acercaba al Mallorca a la segunda Copa. Eso pensaba en el palco bufanda al cuello, Rafa Nadal y su entrenador Carlos Moyà. Unas filas más abajo sufría Iríbar viendo a su Athletic tambalearse y a Nico, en un mano a mano escorado contra Greif, estrellar el empate en el exterior de la red antes de que le anularan un tanto por fuera de juego.

Valverde y Unai Simón consuelan a Morlanes.

Valverde y Unai Simón consuelan a Morlanes.JAIME REINAAFP

En el vestuario, Valverde les leyó todo lo que había apuntado en su libreta y hubo un despertar. Si Larin pudo hacer el segundo, nada evitó que su rival se quedara el balón y que el pequeño de los Williams se echara el escudo a la espalda. Se escapó por la banda izquierda, perdió la pelota ante Gio, peleó la recuperación con Samu Costa y asistió a Oihan Sancet para que batiera la meta mallorquinista. Este regalo le convierte en el tercer jugador más goles ofrece a sus compañeros de toda Europa.

Todo empezaba de nuevo aunque, esta vez con un Athletic que se sacudió la tensión para mandar con descaro, jugar y crear ocasiones, pero sin poder evitar la prórroga que puso nerviosos a todos. Pudo cerrar el partido otra vez Nico, pero los 40 años de sequía acabaron de penalti, un castigo que el Mallorca recuerda que ya sufrió en 1998 en su primera final en Mestalla. Al partido le puso fin el largo abrazo de Valverde y Aguirre.

Algunos pitos y "¡Goazen, Athletic!" durante el himno de España en la final de la Copa del Rey

Algunos pitos y “¡Goazen, Athletic!” durante el himno de España en la final de la Copa del Rey

El Rey Felipe VI, la vicepresidenta primera del Gobierno María Jesús Montero, el presidente de la Junta de Andalucía Juanma Moreno y el presidente de la Comisión Gestora de la Federación, Rafael del Amo, fueron los principales representantes en el palco del estadio de La Cartuja para disfrutar de la final de la Copa del Rey entre el Athletic Club y el Mallorca. Una final cuyo inicio, como siempre, fue protagonizado por el himno de España.

"El Athletic Club solicita a su afición que se abstenga de realizar actos o manifestaciones que puedan ser consideradas como una falta de respeto, incluido en el momento que suene el himno previo.El respeto a cualquier símbolo o himno en competiciones deportivas, y los mundiales de fútbol, el rugby o el olimpismo son los mejores ejemplos, supone una muestra de educación, civismo y tolerancia que trasciende otras cuestiones o reivindicaciones", había pedido el conjunto vasco en la previa. Un mensaje directo a su afición, que en las últimas finales de Copa había pitado con contundencia el himno durante su emisión.
En esta ocasión, y haciendo caso a la petición del club, los aficionados del Athletic, salvo la excepción de algunos aficionados que abuchearon el himno, optaron por los cánticos en lugar de los pitos. "¡Goazen, Athletic! (Vamos, Athletic)", cantaron sin parar durante el sonido de los acordes nacionales, ondeando sus bufandas sin parar. Enfrente, en las gradas de la afición del Mallorca sí se vieron banderas de España y se celebró el himno.

De vuelta al palco, la Federación se encontró algo descabezada después de los polémicos meses en los que la organización ha vivido una continua salida, vía dimisión, inhabilitación o despido, de sus principales representantes. Sin Luis Rubiales ni Pedro Rocha, que dimitió esta semana para convocar elecciones y poder presentarse, el directivo que se situó al lado de los representantes políticos fue Rafael del Amo, presidente de la Comisión Gestora y máximo responsable de la Federación de Fútbol de Navarra.

En los asientos VIP se pudo observar al seleccionador nacional, Luis de la Fuente, el tenista Rafa Nadal junto a su entrenador Carlos Moyá o el presidente del Partido Popular Alberto Núñez Feijoó

Una 'quedada' para pelearse acaba en una batalla campal entre cuatro grupos ultra y ensucia la fiesta de la Copa

Una ‘quedada’ para pelearse acaba en una batalla campal entre cuatro grupos ultra y ensucia la fiesta de la Copa

La mayor fiesta del fútbol español, la Copa del Rey, ha vivido un pequeño lunar en sus momentos previos. Mientras la mayoría de aficionados, se calcula que en torno a 100.000, acudió a Sevilla a animar a su equipo y a celebrar la final entre el Athletic de Bilbao y el Mallorca, un reducido grupo de radicales ha aprovechado el evento para hacer una quedada para pegarse.

Un centenar de ultras se ha enfrentado en los alrededores de la Alameda de Hércules, una céntrica plaza de Sevilla muy próxima a la Fan Zone del Mallorca, con bengalas, piedras, sillas, taburetes y demás mobiliario de los establecimientos cercanos.

La Policía Nacional se ha visto obligada a intervenir para disolver esta batalla campal en la que no ha habido heridos graves, pero sí daños materiales tanto en el espacio público como en las cafeterías cercanas. Tras la refriega, se ha identificado a cinco personas.

Al parecer, se trataba de una cita entre el grupo radical del Athletic de Bilbao, Herri Norte Taldea, de ideología de extrema izquierda frente a un compendio de ultras del Mallorca y de los radicales de extrema derecha del Betis, los Supporters Gol Sur, y del Atlético de Madrid, los Suburbios Firm.

Este último grupo se trata de una escisión del principal grupo ultra del Atlético de Madrid, el Frente Atlético. En el Suburbios Firm milita el asesino de Aitor Zabaleta, el aficionado de la Real Sociedad apuñalado en los alrededores del Vicente Calderón hace ya 25 años.

Los radicales de Betis y Atlético ya protagonizaron una riña, esta vez entre ellos, en las proximidades del Metropolitano hace justo un mes. Tampoco hubo que lamentar heridos de gravedad.

Los Herri Norte Taldea, por su parte, estuvieron implicados en las agresiones a varios aficionados del Atlético así como a enfrentamientos con la Ertzaintza en Bilbao en la previa del partido que enfrentó al Athletic Club y al Atlético de Madrid en las semifinales de la Copa del Rey.

Cyle Larin, el 9 del Mallorca que llegó del hielo: "Sabemos lo importante que es este trofeo y vamos a por él"

Cyle Larin, el 9 del Mallorca que llegó del hielo: “Sabemos lo importante que es este trofeo y vamos a por él”

Actualizado Viernes, 5 abril 2024 - 21:20

En el camino del Mallorca hasta la cuarta final de Copa del Rey en su historia se levantan dos piedras miliares. Doshitos, lances donde la moneda voló al aire y salió cara. Uno, el de los pies que el portero gigantón Dominique Greif movió felinamente sobre la línea para atajar el penalti de Brais Méndez en San Sebastián. Era el descuento de la primera parte de la semifinal y ante el precipicio de lo que suponen los goles psicológicos. El otro, el del gol en la prórroga de los octavos en Tenerife anotado por uno de los grandullones del vestuario: un tipo canadiense de hechuras pugilísticas y que llegó hace un año al club bermellón tras una fulgurante irrupción en Valladolid, con ocho goles en 16 partidos disputados.

Horas antes de la final y a unos días de cumplir 29 años, Cyle Larin (Ontario, 1995) atiende a EL MUNDO. Parco de palabras, recuerda aquel gol en Tenerife que el equipo celebró como una hombrada y que descorchó de nuevo en la isla la ilusión por la competición fetiche del Mallorca 21 años después de que venciera 0-3 al Recreativo de Huelva en su última final.

Hijo de madre canadiense y padre jamaicano, Larin forma parte de la hornada de futbolistas que llevó a la selección nacional de la hoja de arce a disputar su segundo Mundial, en Qatar en 2022. En un país donde el hockey hielo es el deporte nacional, él también se calzó los patines: "Empecé con el hockey hielo, pero era demasiado caro para la familia". Lo suyo era el fútbol. Seguía sus "raíces" caribeñas. "Siempre tuve una pelota en los pies, jugaba en la calle con mis amigos, en el colegio, siempre fútbol...y se me daba bien". Llegó a jugar de portero, pero en cuanto marcó un gol, cambió su vocación.

Así llegó a la MLS y fichó por el Orlando City, donde llegó a jugar contra su ídolo: el ex delantero del Chelsea, Didier Drogba, que militaba en el Montreal Impact. Desde la distancia, dice que Canadá tiene buenos jugadores para "jugar al máximo nivel" y que "las infraestructuras están mejorando" pero admite no ser lo mismo que en Europa, donde los niños tienen "más facilidades" para el fútbol.

Su primer salto al viejo continente fue a Turquía, donde recaló en el Besiktas, club en el que permaneció durante cuatro temporadas. Como 'Águila negra' logró anotar 23 goles en 45 partidos como mejor registro anual: "Era todo muy diferente a lo que conocía, la cultura, la pasión, el ruido de la afición...fue una gran experiencia, ganamos trofeos y aprendí mucho".

Desde su aterrizaje en el club balear, en el que suma dos goles en Liga, no se han cumplido sus mejores expectativas. Hasta el momento, Larin no ha tenido en Mallorca el acierto que tuvo en Valladolid, donde cuajó una de las mejores actuaciones de un fichaje de invierno, llevando al club pucelano a luchar hasta el final por una permanencia que finalmente no pudo conseguir.

"Hemos remado duro todos juntos"

Sin embargo, en la Copa sí ha logrado buenos registros. Con el kosovar Vedat Muriqi como intocable en la punta de lanza del ataque, Larin tiene que desempeñarse como segundo punta en las variables más ofensivas de Javier Aguirre. "He podido ayudar con goles importantes en esta Copa, pero por encima de todo ha sido un trabajo en equipo, hemos remado duro todos juntos para llegar hasta aquí", explica el delantero cuando se le pregunta por aquel tanto. Un brillante zarpazo a bote pronto, a la media vuelta en la frontal del área pequeña que acabó en la cepa del poste.

"He actuado, fundamentalmente, de 9, pero en mi carrera también he estado en la izquierda y en el centro. Así jugaba en el Besiktas, moviéndome más, tocando la pelota y luego atacando el área", explica abriendo el abanico de opciones con el que espera encontrar hueco en un equipo al que le cuesta mucho hacer gol.

Además, entiende que la Copa es casi una religión en Mallorca. La isla que lleva 21 años sin disfrutar una final y donde ahora vive feliz con su mujer y sus dos hijos gemelos apreciando "la calma, la calidad de vida y la buena comida". "Sabemos lo que esta Copa del Rey significa para todos", antepone. "Vamos a ir a por ella", confiamos en nosotros", cierra

Íñigo Lekue: "La historia no nos debe una Copa"

Íñigo Lekue: “La historia no nos debe una Copa”

Actualizado Viernes, 5 abril 2024 - 21:20

Iñigo Lekue (4 de mayo de 1993, Bilbao) lleva nueve años viviendo un sueño. Del Athletic desde que recuerda, ha defendido su escudo, ha lucido incluso en ocasiones el brazalete de capitán y tiene dos Supercopas de España en su palmarés. Ahora, quiere sumarles también un título, el de Copa, que se le resiste al club desde 1984, no porque la historia se lo deba, sino porque cree que pueden merecérselo en el campo. El Mallorca es su rival en la final de este sábado y sus sensaciones son excelentes. Como siempre, de hecho, que se ve en un partido de este calibre.

¿Qué balance hace de estos años?
Nueve años dan para mucho. Cuando debutas, asentarte en la élite requiere muchos sacrificios y en este tiempo he tenido un poco de todo. Empecé con muy buen pie, ganamos la Supercopa, pero luego tuve dos lesiones graves, pasé dos veces por el quirófano y estuve un año en blanco, con todo lo que conlleva. Y, ahora, me siento casi en el mejor momento de mi carrera.
Uno de sus apodos es El ingeniero, porque estuvo estudiando Ingeniería Industrial. ¿Llegó a terminar la carrera?
Qué va, ya me hubiese gustado. Empecé a estudiarla con 18 años, en mi primer año estaba fuera de Lezama, allí me fue bastante más fácil combinar el fútbol con los estudios y aprobé bastante bien el primer curso, pero luego ya entré en Lezama y te metes en una espiral en la que es bastante difícil combinar las cosas. En total, estuve cuatro años en la Universidad, y aprobé casi dos, pero, tras mi debut, al final me fue imposible compaginarlo.
¿Se ha planteado retomarla en cuanto se acabe el fútbol?
La verdad es que sí, me he planteado eso y otras mil cosas. Soy bastante inquieto, tengo muchas cosas en mente para cuando deje el fútbol. La mayoría, por no decir el 100%, fuera del fútbol y del deporte, y una de ellas son los estudios, pero, quién sabe, al final tampoco sé cuándo acabará mi carrera. Espero alargarla lo máximo posible.
¿Cree que es importante para todo chaval que comienza no descuidar los estudios?
Para mí sí es muy importante. Sobre todo, en etapas formativas. El fútbol muchas veces es una lotería, cuantos más boletos compres más opciones puede haber de que te toque, pero puede que no, y tener ese plan B es primordial, porque, además, te formas, te enriqueces. Y, por otro lado, también es una vía de escape. Cuando te enfocas en sólo una cosa, puede ser contraproducente. Y al revés sucede lo mismo. Si sólo estudias, también te puedes volver loco. Tener esa posibilidad de evadirte creo que es importante también. Para mí lo fue en su día.

Cantera

¿La apuesta por la cantera del Athletic contribuye a aumentar su espíritu de equipo?
Sin duda. La filosofía del Athletic es única en el mundo y, por lo tanto, sí se genera ese vínculo más estrecho, tanto en la misma plantilla como con la afición, con ese sentimiento de cuadrilla. Creo que es primordial para el rendimiento de cuatro chavales que somos de la tierra y que compiten contra todo el mundo.
La Copa se le resiste al Athletic desde hace ya casi 40 años. ¿Ha llegado ya el momento de romper al fin esa maldición?
No creo que sea una maldición, ganar títulos hoy en día es muy difícil, y aún más con la filosofía que tenemos nosotros, con nuestra identidad. Sí que es verdad que llevamos cinco semifinales seguidas, hemos perdido dos finales en los últimos años... Competimos muy bien, siempre estamos cerca, pero la historia no nos debe una Copa ni se trata de romper una maldición. Hemos llegado a la final porque nos lo hemos merecido, igual que el Mallorca, y esperamos romper esa racha no porque la historia nos lo deba, sino porque nos lo podemos merecer.
¿Tiene la sensación de que este puede ser al fin su año?
Por supuesto. Siempre que llego a una final pienso que va a ser nuestro año. Independientemente de la trayectoria o del rival, estás en un partido en el que te juegas a cara o cruz conseguir un título. Es verdad que este año todos tenemos buenas sensaciones, llegamos con buen rendimiento colectivo y buen rendimiento individual y eso nos da más fuerzas para intentarlo.
¿Cambiaría las dos últimas Supercopas conseguidas en 2015 y 2020 por este título?
Las dos Supercopas tuvieron su dificultad. La primera, la de 2015, la conseguimos ganándole al Barça de Messi y Neymar, con un 4-0 en casa, todo un partidazo. Y la segunda, la de 2020, fue incluso más difícil, porque tuvimos que ganarle al Real Madrid en semifinales y, luego, en la final, al Barcelona. Deportivamente, tiene bastante mérito, pero sí es verdad que la Copa es otra cosa, un trofeo mayor, aunque esté feo comparar. En nuestras manos tenemos la oportunidad de conseguir las dos.
Aguirre: "Estamos en una final sin pretenderlo"

Aguirre: “Estamos en una final sin pretenderlo”

Actualizado Viernes, 5 abril 2024 - 20:09

Un contraste radical entre las manifestaciones de Ernesto Valverde y Javier Aguirre en la víspera de la final de la Copa del Rey que disputan este sábado a las 22.00 horas en el estadio de La Cartuja de Sevilla. El técnico del Athletic asume la importancia del encuentro para el club que parte como favorito. "Desde principios de temporada llevamos soñando con estar aquí y jugar esta final. Sé lo que significaría este partido para todos si pudiéramos ganar", afirmó en conferencia de prensa.

Aguirre, por el contrario, se siente cómodo en el papel que le corresponde a su equipo, sin renunciar al que podría ser el mayor triunfo de su dilatada carrera en los banquillos. «Estamos en una final de Copa del Rey sin pretenderlo, porque no estaba en el proyecto», admite el entrenador mexicano, de orígenes genuinamente vascos, en una rueda de prensa plagada de ocurrencias y con la sorna que acostumbra.

Hace tan sólo dos temporadas, ya con Aguirre en el banquillo, los isleños habrían de esperar a la última jornada para garantizar la permanenciaen la máxima categoría. Seis años atrás, el Mallorca salía del averno de Segunda División B, ahora denominada Primera Federación. Es por ello que, pese a contar con una Copa ganada en 2003 y encontrarse en su tercera final de la competición, la presencia del equipo en el encuentro de esta noche posee un carácter cercano a lo heroico.

«Del Athletic me preocupa su velocidad; al espacio son letales. Te equivocas en una salida de balón y te matan. Son muy dinámicos y cualquiera te la puede liar. Es el equipo de primera división que más balones roba y que más daño hace cuando lo consigue», añade Aguirre. «No basta con la ilusión. Hay que hacer un partido casi perfecto».

Valverde también dio su impresión sobre el adversario: "Es un equipo correoso que intenta hacer largos los partidos y a menudo lo consigue. Difícil de sobrepasar. Hacen presión alta hombre a hombre, lo cual significa que son valientes".