Madrid, rompeolas de todas las Españas, en el centro del fútbol y de la política del país. La polisemia del vocablo «partido» permite analogías y metáforas comunes, intercambiables. Se disputa un derbi futbolístico de tarde en tarde y a cielo abierto. Tenemos un derbi político todos los días, con mucho juego subterráneo. Hay más equipos madrileños en Primera que los dos grandes. Pero el derbi por antonomasia y definición es el Madrid-Atleti. Hay más partidos políticos en la Asamblea de Madrid que los dos de mayor peso. Pero el derbi por excelencia y exclusión es el PP-PSOE.
Madrid es doblemente pepero. Sin embargo, el rojiblanco alcalde capitalino no suscita en la bancada opositora la misma obsesiva animadversión que la neutral presidenta autonómica, que también libra a diario, en la arena o las ergástulas, combates de 'voxeo'. Isabel, la reina Sol, disfruta de una mayoría en las urnas que equivale en la cancha a una victoria por goleada. En política no existe el VAR rectificador. Bueno, sí, se llama elecciones anticipadas o moción de censura. Pero este segundo supuesto tendría las mismas posibilidades de prosperar que las encuestas de Tezanos, ese chamán chapucero de la demoscopia-ficción, de acertar.
Güelfos y gibelinos han enviado contra Ayuso a sus mejores alineaciones. Un equipo inclusivo de viejas glorias retiradas o traspasadas formaría así: Iglesias, Casado, García, Lobato, Gabilondo, Jacinto, Errejón, Aguado, Serra I, Serra II y Monasterio. Un once prometedor en la pizarra. Pero, para empezar, con Iglesias fallando en las salidas, Casado metiéndose goles en propia puerta y todos incapaces de presionar arriba, tirar las líneas o recuperar tras pérdida, sin equilibrio colectivo ni desborde individual, no ganó ni empató partido alguno.
En el mercado de invierno, el PSOE ha fichado como refuerzo (más bien remiendo), cedido con opción de compra por el Ministerio de Transformación Digital y Función Pública (¡qué batiburrillo!), a Óscar López. Un centrocampista de brega, experimentado, con poca clase y muchas mañas adquiridas cuando se fajaba en las categorías inferiores, en el Peugeot FC. Un especialista en el juego sucio, las faltas tácticas y los «saques de inquina». Estampados contra la muralla isabelina, otros antes que él salieron del embarrado terreno de juego con los meniscos hechos puré. Algunos, los más afortunados, aunque cojeando, por su propio pie. A López se le auguran la camilla y la triada. Aficionado a lo truculento, estuvo el viernes en la madrileña Colonia del Pico del Pañuelo, en el rodaje de 'The Walking Dead'. Premonitorio.
En el ambiente político más degradado de la democracia, se disputó uno de los derbis futbolísticos más viciados de la historia a causa de la tormenta blanca desatada contra el arbitraje. Soto Grado, en territorio hostil, soportó impasible e impecable una enorme presión con una actuación serena en un encuentro limpio. Y si un penalti ambiguo de Tchouaméni favoreció al Atleti, un pisotón igual de fronterizo de Ceballos benefició al Madrid.
Fútbol y política. Que ambos obedezcan a los jueces. 'Cedant arma togae'. Que las armas cedan ante las togas.
El Barça aprovechó su oportunidad. El conjunto azulgrana, en un partido en el que hizo gala de potencial ofensivo y solidaridad defensiva, se las arregló para imponerse a un Sevilla que vendió cara la derrota. Lewandowski, Fermín, quien fue expulsado con roja directa a instancias del VAR por una imprudente entrada sobre Sow, Raphinha y Eric García se encargaron de marcar los tantos para los visitantes mientras que Vargas envió al fondo de la red el que a la postre fue solo el momentáneo tanto del empate para los sevillistas. [1-4: Narración y estadísticas]
Hansi Flick, con vistas al duelo frente al Rayo del lunes que viene, no podrá contar ni con el onubense ni, tal vez, con un Araujo que se vio obligado a dejar el partido antes de tiempo tras una dura entrada de Saúl que acabaría por provocarle una dolorosísima lesión en su tobillo derecho.
El duelo tuvo unos primeros compases absolutamente trepidantes. El primer aviso serio lo dio un Lamine Yamal cuyo disparo tras una medidísima asistencia de Pedri acabó por encontrarse con una mano salvadora de Nyland. La acción, no obstante, sería solo la antesala del primer tanto del encuentro, obra de un Lewandowski que se las arregló para impactar un balón enviado hacia su posición por Íñigo Martínez para mantenerse fiel a su cita con el gol. La alegría azulgrana fue tremendamente efímera. Apenas un minuto después, el suizo Vargas, quien ha llegado al club de Nervión en el pasado mercado de invierno y tras aprovechar una acción en la que Saúl rompió casi por los pelos el fuera de juego, se encargó de hacer que el 1-1 subiera al marcador. Poco después, sería Szczesny quien le rebañaría in extremis el balón a Isaac en una jugada que acabaría con dura entrada del futbolista cedido por el Atlético sobre Araujo que, a la postre, obligaría al uruguayo a marcharse el banquillo por lesión.
Entrada que le costó la roja a Fermín.Jose BretonAP
El Barça trató de volver a romper el partido apretándole las tuercas a un Sevilla muy ordenado y solidario en tareas defensivas, que esperaba agazapado su opción para lanzarle otro golpe a la mandíbula a su rival a la contra. Lamine Yamal, muy marcado, fue muchas veces su mejor opción, si bien pecó también en alguna ocasión de exceso de individualismo. Por parte de los locales, mientras, fue Lukebakio, al límite del final del tiempo reglamentario de la primera parte y con un remate acrobático, quien obligó a Szczesny a lucirse para propiciar que el empate se mantuviera intacto al llegar al descanso. Un resultado que, desde luego, no les servía en absoluto a los de Flick para aprovechar el hecho de que tanto el Real Madrid como el Atlético se dejaran dos puntos en el derbi disputado este pasado sábado en el Bernabéu.
El que golpeó casi nada más de que se reiniciara el partido, en este caso, fue Fermín. El onubense, que entró en el campo como relevo de un Gavi que se llevó alguna tarascada y una amarilla de su participación en el primer tiempo, picó el balón de cabeza tras otro buen desplazamiento de Pedri y puso el 1-2 en el marcador. Por su capacidad de llegar desde la segunda línea y su excelente manera de manejarse en el juego aéreo, a pesar de que por su estatura muchos no lo dirían, podría recordar en parte a un Jose Mari Bakero que ya brilló con estas credenciales en el Barça hace más de tres décadas. Vargas, casi acto seguido, volvió a enviar el balón al fondo de la red, si bien la jugada sería finalmente invalidada por fuera de juego. Después, protestó, y mucho, la grada del Pizjuán una acción de Koundé sobre Sow que ni Hernández Hernández ni el VAR consideraron como penalti, poco antes de que Raphinha, con un latigazo con su pierna derecha desde fuera del área, pusiera el 1-3 en el luminoso para afirmar un poco más el paso de los de Flick hacia la victoria.
El camino aparentemente diáfano, con todo, acabaría por complicarse, y mucho, para los barcelonistas después de que el colegiado, a instancias del VAR, expulsara precisamente a Fermín por una dura acción sobre Sow con algo menos de media hora de juego aún por delante para llegar al final del encuentro. Flick tuvo que mover sus fichas y sacar a Lewandowski y De Jong para dar paso a Dani Olmo y Eric Garcia, en busca de armarse más en tareas destructivas y contar con más opciones para esconder el esférico. Dos argumentos con los que los barcelonistas lograron apaciguar el final de un partido en el que Szczesny tuvo que estar también muy atento y en el que Eric García acabó por materializar el definitivo 1-4 casi al límite del tiempo reglamentario.
'Todos los hombres del presidente' es el relato escrito por Bob Woodward y Carl Bernstein, periodistas del 'Washington Post', sobre sus investigaciones en el caso 'Watergate', que acabó con la dimisión de Richard Nixon, en 1974. Llevada al cine y protagonizada por Robert Redford y Dustin Hoffman, es una crónica de las tentaciones y transgresiones del poder, situada en el lugar más poderoso del mundo. Los reporteros persiguen sombras y voces sin descubrir siempre a los hombres hasta encontrar a su «garganta profunda». El fútbol no es la política, aunque pueda tener hasta más visibilidad, y la Ciudad del Fútbol nada tiene que ver con la Casa Blanca, pero la transgresión y la corrupción se aferran al poder como la hiedra, en cualquiera de sus acepciones. Los ejemplos sobran. Es difícil saber si la España de Lamine Yamal podrá ganar otro Mundial, pero la Federación es campeona del mundo en imputados: Ángel Villar, Luis Rubiales, Pedro Rocha... Rafael Louzán estaba ya condenado hasta que el Tribunal Supremo lo habilitó para continuar en el cargo, limpio, como si se tratase del VAR. El presidente que dice a todos que sí y prefiere enviar a otros a decir que no, arranca su mandato de verdad, tras el fallo del alto tribunal, en un complejo escenario, rodeado de ambiciones, traiciones y enfrentamientos, envuelto por las sombras de los hombres que quieren el poder de verdad, no sólo dar la mano, ganar un buen salario y practicar el deporte del 'palquismo' de campo en campo.
Después de las revelaciones de Woodward y Bernstein en el 'Post', lo que acabó por provocar la dimisión de Nixon fue la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, que obligaba al presidente a entregar grabaciones a los investigadores gubernamentales. Para Louzán, en cambio, la decisión del Supremo español ha significado lo contrario, la continuidad, y por unanimidad de los cinco magistrados de la Sala Segunda, al entender que no estaba lo suficientemente sustentado el delito de prevaricación por el pago con dinero público del sobrecoste de unas obras de un campo de fútbol para las que se había destinado ya una subvención pública. Mientras para algunos juristas el fallo es aceptable, la realidad es que había sido condenado en dos instancias judiciales con anterioridad. En la Federación había pesimismo, por lo que se trabajaba en un plan B. En el Gobierno, contrario ya a que Louzán se presentara siquiera a las elecciones, eran taxativos: «Si el Supremo la ratifica, ni un atajo más, nuevas elecciones».
Rafael Louzán.SERGIO PÉREZEFE
Buenas conexiones judiciales
El único realmente optimista era Louzán. Convencido de que saldría adelante su recurso de casación, mantenía una agenda frenética, incluso con una visita a Aleksander Ceferin un día antes de la vista. Estaba bien asesorado y beneficiado por las sombras del contexto. Hablan de la buena sintonía que tiene quien ha dirigido su defensa, Nicolás González-Cuéllar, con Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda y juez del 'procés'. El perfil del panel de los cinco magistrados era claramente conservador ante un recurso que databa de su etapa como presidente de la Diputación de Pontevedra por el PP. Entre ellos, un ex Fiscal General del Estado, Julián Sánchez Melgar, a petición de Mariano Rajoy.
Ahora el presidente de la Federación debe moverse entre otras sombras en la que la mayor es la proyectada por el verdadero presidente in pectore del fútbol español, Javier Tebas. Louzán no estaría en el cargo sin su apoyo. Lo sabe y eso se paga. Tebas es un dirigente hiperactivo, trabajador, inteligente y estratega, pero también frontal. Jamás ha estado en una posición de tanta fortaleza, una vez caído Rubiales, sentado en Las Rozas como vicepresidente y con el sindicato domesticado. La escasa presencia de la AFE en el 'caso Olmo' lo pone de manifiesto, hecho que resultaba chocante en la dialéctica habitual patronal-sindicato. Como si Pepe Ávarez y Antonio Garamendi dijeran lo mismo.
Javier Tebas atiende a los medios.SERGIO PÉREZEFE
El presidente de la LaLiga, sin embargo, nunca ha estado tan enfrentado a Florentino Pérez, como se ha visualizado a raíz de la carta del Madrid contra el arbitraje y su irónica respuesta. Para Louzán no va a ser fácil hacer de poli bueno, porque hay algo que Florentino y Tebas entienden del mismo modo: conmigo o contra mí.
Al Gobierno no le gusta Louzán, pero una vez que se ha pronunciado el Supremo, José Manuel Rodríguez Uribes no tendrá más remedio que recibir al gallego. Hasta ahora, no había contestado a sus peticiones, lo mismo que la ministra Pilar Alegría. Rodríguez Uribes es hombre de pactos, no de confrontación, pero ya ha tirado líneas de las que no piensa retroceder. La cautelar que el CSD concedió al Barcelona en el 'caso Olmo', contra Liga y Federación, es un ejemplo. La resolución final ahondará en los mismos argumentos. Eso no es un problema para Florentino, pese a lo que diga el madridismo de pie, ya que prefiere dar oxígeno a su aliado Joan Laporta por el bien de la Superliga. Lo es para Tebas.
Medina Cantalejo.SERGIO PÉREZEFE
Propuestas de cambio del arbitraje
Louzán conoció el fallo del Supremo mientras estaba reunido con los clubes para hablar del arbitraje, con la ausencia del Madrid. La búsqueda de un nuevo modelo, a lo Premier, que pasaría por externalizar el CTA, es compleja en lo jurídico, puede resultar muy cara y, además, necesita de la complicidad del CSD. Hasta el organismo, incluso al despacho del ministro Miquel Iceta, ya llegaron propuestas de cambio que no prosperaron en la era Rubiales. Se quedaron en el cajón. Veremos si no hay decisiones más cortoplacistas, como cambiar a personas muy desgastadas y relacionadas con el pasado, como Medina Cantalejo. Los colegiados callan porque temen por su promoción profesional, siempre pendientes de evaluaciones poco claras. Algunos querrían parar, utilizar el arma de la huelga y que la Federación los defendiera con mayor aplomo frente a las críticas y los vídeos de RMTV, pero la realidad es que están desunidos. Es un mal de los colectivos del fútbol del que se aprovechan las federaciones territoriales.
La habilitación para la continuidad de Louzán se produce, asimismo, en mitad del juicio por el beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso, donde algunos de los testigos han empeorado un relato de por sí detestable. Es el caso de Luis de la Fuente, al que Louzán acaba de renovar bajo un amplio consenso. Debería preguntarse el presidente porque a otros técnicos de éxito, como el campeón olímpico Santi Denia, sólo se les renueva año a año.
"Es increíble que lo ganen todo"
Si algo demuestran las declaraciones es que el conflicto del fútbol femenino no está cerrado, con Montse Tomé en el punto de mira de varias jugadoras. Louzán ha puesto al frente del fútbol femenino a Reyes Bellver. La abogada fue asesora del sindicato FUTPRO, beligerante con la AFE de David Aganzo, ahora también vicepresidente de la Federación.
A una declaración judicial no se va como De la Fuente, con la chaqueta de seleccionador, aunque sea como testigo. La Eurocopa lo blanquea todo, pero la imagen de la Federación continúa en caída libre. Cuando aún no haya acabado el juicio del beso, empezará el del 'caso Haití', con Ángel Villar como imputado. Con razón en despachos de la FIFA bromean: «Es increíble que España lo gane todo con esta Federación».
Este domingo se cumplieron tres años. Ese día Ibon Navarro (Vitoria, 1978) aterrizó en el aeropuerto de Málaga para encargarse de un histórico venido a menos. Poco antes, el vitoriano había sufrido el primer despido de su carrera tras encadenar cinco derrotas seguidas con el Andorra. En la Costa del Sol amaneció parecido, perdiendo tres, y sólo iba a ser capaz de ganar tres de las 10 siguientes noches. El resto es historia: tras 17 años de sequía, crisis y desencanto, el club de Los Guindos ha levantado cuatro títulos (Copa, Champions, Intercontinental y Supercopa) en dos temporadas. Pero es mucho más: es el equipo de moda, lleno tras lleno en el Martín Carpena, ambición, continuidad y un estilo tan único que «nos reconocerían aunque jugáramos de rojo». En plena euforia, las tribunas cantan su mantra: «¡Ibon tiene un plan!». A unos días de la Copa de Gran Canaria a la que acude como primer cabeza de serie (se enfrenta el jueves en cuartos al Joventut), el entrenador se sienta con EL MUNDO para desgranar su revolución.
Ibon desprende de artilugios su conversación. Es directo y analítico, nada de misterios ni pócimas mágicas. Ha hecho mucha mili antes de que el éxito le alcanzara. Jugador frustrado, con 16 años entrenaba a un grupo de niños con los que permaneció nueve temporadas y ahora son como «mis hermanos pequeños». Pura vocación, siempre se guio por el consejo de su tío, un clásico del baloncesto de formación en Vitoria: «No tengas miedo a probar con niños lo que harías en profesionales. La valentía». Se licenció en Ciencias Químicas, especialidad de química orgánica, trabajó una temporada en Colonia y con 30 años y empleo estable la Fundación Leia la vida le puso delante uno de esos trenes a los que subirse. Las probetas iban a esperar: «les dije a mis padres que dejaba la empresa». Se fue de asistente con Rafa Sanz a Tenerife, a LEB Oro.
«Queda poco del Ibon químico, de las probetas y esas cosas. Apenas la persona que gestionaba grupos. Pero me sigo considerando alguien muy normal, no he cambiado tanto», pronuncia mientras observa a su hijo Aritz, quien ha venido a pasar unos días con él a Málaga, «es del Unicaja en Valencia (allí vive con su madre), no te digo más», ríe.
Ibon Navarro, en el Carpena, antes de la Copa del Rey.Carlos DiazMUNDO
Fue ayudante de Spahija, de Ivanovic y de Scariolo en el Baskonia, hasta que en 2014 recibió la oportunidad en el club de su ciudad. Salvó al Manresa con el luego vivió un descenso en 2017. En Murcia disputó la Final Four de la Champions y en Andorra sufrió el único despido de su carrera tras casi cuatro cursos en el Principado. Por el camino fue asistente de Puerto Rico en un Centrobasket y seleccionador sub20 con España. Mucha mili. Hace unos días renovó hasta 2027, pero sabe que en un banquillo la estabilidad «no existe»: «Hay dos tipos de entrenadores, los que les han destituido y los que les van a destituir. Hasta a Obradovic le han echado».
Pero, ¿realmente Ibon tiene un plan?
Pues no sé si existe. En cualquier caso, no es el plan de Ibon. Hablábamos de los títulos, pero hacer reconocible el juego del equipo... Eso es un legado. Y lo otro es haber generado una filosofía de trabajo. Un método que el jugador, cuando llega, enseguida percibe y entiende: se le va a cuidar y se le va a exigir. Eso es el plan. A los veteranos conseguimos que se le pueda alargar la carrera, a los jóvenes se les hace crecer, se ayuda a los que quieren estar en Euroliga y ganar más dinero... Todo eso a cambio de que nos ayudéis.
¿Todo empezó en la Copa de Badalona hace dos años?
Fue un fin de semana especial por muchas cosas. El problema de Darío Brizuela con su hijo [recién nacido, estaba ingresado en la UCI]. Todo el mundo le decía que se tenía que quedar en Málaga y él decidió ir. Se lesionaron Yankuba y Lima. Pero llegamos allí y disfrutamos mucho, un estado de flow en el que sale todo. Esa semana habíamos hecho una sesión de coaching que nos vino muy bien, nos liberó de la tensión competitiva y nos hizo ver la parte buena. Es probable que fuera el principio de todo lo que vino. Pero la gente dice que el Carpena empezó a llenarse después de esa Copa y no es verdad. Siento que la conexión con la afición ya había empezado un poco antes. Por lo que el equipo transmitía a nivel de pelea, de jugar buen baloncesto.
Después llegaron tres títulos más, el liderato histórico de la Liga Regular... ¿Siente que este Unicaja, pase lo que pase ya, será recordado?
Ese es el objetivo de cualquier deportista. No sabemos cuando esto se acabará, pero seremos recordados. En un momento complicado para el club, llegó este grupo de jugadores y lo cambió todo. Esto es algo muy bonito. Pero vamos a ver si podemos dejar algo más... Esa es la clave, el 'algo más'. También creo que el legado de verdad es haber recuperado la gente, que vuelva a no haber entradas... Antes venían a ver al rival y ahora la atracción es venir a ver al Unicaja.
Ibon Navarro, durante el último partido del Unicaja.Eliseo TrigoEFE
En todo este tiempo apenas han cambiado jugadores en su plantilla.
La parte buena de esa continuidad es evidente: los jugadores se conocen mucho, a veces simplemente con mirarse les vale, no tienes que preocuparte por la química. Lo malo es el hastío. Que parezca que siempre es lo mismo. Cuando yo entro al vestuario, a veces parezco Hommer Simpson con los platillos, sé que los jugadores no están allí porque ya saben lo que les voy a decir. Me falta llevar la nariz de payaso para llamar su atención (ríe). Es luchar contra la rutina. Pero que la gente no piense que somos el mismo equipo. Porque no somos las mismas personas. Las personas cambian y en tres años, mucho más. La clave es no encasillar a tu compañero, que no piensen 'éste en los partidos grandes quiere hacer esto, éste desconecta contra los pequeños...'.
¿Y cómo se trabaja eso?
Me fijo en sus caras, en cómo reaccionan cuando un compañero hace algo. Esas son las cosas que no aparecen en los high lights ni en las redes sociales. Lo vemos y lo hablamos con ellos. Se trata de manejar personas. Mi éxito es hacer que encajen.
Lee libros de autoayuda y recurre al coaching con sus jugadores.
Lo empecé a hacer en Andorra. Yo trabajo personalmente con uno de ellos. Vino a ayudarme con el grupo, porque estaba un poco deprimido. Nos vino bien, nos dio impulso. Son actividades para desarrollar la química de equipo, la cohesión, el conocimiento mutuo, el empatizar, el ponerte en la piel del otro. Esto es importante, no sólo con los jugadores entre sí, también que se pongan en la piel del fisio. Que la gente salga de su burbuja para entender la reacción de otros. Pero no te puedo contar más detalles, hay una alianza por la cual no puede salir nada de lo que hacemos ahí (ríe).
Ibon Navarro, en las gradas del Carpena.Carlos DiazMUNDO
Empatizar, ser buena persona. ¿Eso un entrenador lo tiene en cuenta?
Mis amigos son muy buenas personas, pero nunca podrían jugar en Unicaja. Evidentemente, seleccionamos a los jugadores por sus talentos y cualidades. Aunque tenemos mucha información, no podemos saber si son buenas o malas personas hasta que no están aquí. Intentamos casar las personalidades, que no haya dos roles que choquen. Y, por último, también es una cuestión de suerte, de que las personas encajen, hasta de que sus parejas encajen... Esto es fundamental. Las que hacen que los jugadores después de los partidos se vayan a cenar juntos son sus parejas.
Cuatro títulos, pero también algunas decepciones importantes. La Final Four en Málaga, la Copa del año pasado, las semifinales de la ACB contra el Murcia...
Lo que me ha gustado es que el equipo ha aprendido cosas de las grandes derrotas. Porque a todo eso le pusimos remedio para que no nos pasara después, por ejemplo en la final Four de Belgrado. Más que lamentarme de haber perdido, es importante sacar alguna lección. Y a veces no ocurre, simplemente no has tenido un buen día y el rival sí. Punto. Otras veces has fallado por nervios, por tensión, has dejado de hacer cosas que sueles. Es que ganar es muy difícil. Y cuando lo normalizas, el día que pierdes es algo extraordinario. Es imposible educar a la afición. Porque el deporte va de eso, de emociones, de pasión.
¿Se sienten más cerca que nunca de Madrid y Barça?
No sé si estamos cerca de romper el binomio. Pero sí que, hasta que la Euroliga no acabe, vamos a estar cerca. También Valencia, Tenerife... Luego, cuando llegan los playoffs, ya se centran en la liga, no tienen distracciones ni mentales ni físicas. Y ahí es difícil. A cinco partidos hay poco margen a la sorpresa. Tienen muchos jugadores, con mucha experiencia.
La selección española de rugby regresará a un mundial. Tras su victoria de este domingo en Suiza (13-43) y la del anterior contra Países Bajos (53-24), los Leones se han clasificado para Australia 2027 sin necesidad de esperar al choque contra Georgia. Tienen ante sí la ocasión de recortar la brecha con la élite que el profesionalismo abrió. Este hito atraerá inversiones para acelerar el desarrollo y partidos internacionales de calidad; debería traducirse en el aumento de practicantes y de patrocinadores.
En 2027 acabará un desierto de 28 años. "Dejar un legado" era el último propósito que enunciaban protagonistas del anterior ciclo, como Alvar Gimeno o el capitán Fernando López, cuando se consumó en 2022 la segunda descalificación por alineación indebida. De aquellos 45 jugadores apenas queda una decena, la mitad titulares.
La transición hacia la selección que hoy dirige Pablo Bouza la iniciaron su predecesor, Santiago Santos, y el segundo entrenador con ambos, Miguel Velasco. Bouza llegó en enero de 2024. Tenía un año antes de esta fase de clasificación. Según contó a EL MUNDO, se propuso "arreglar sólo lo que no funcionaba".
El técnico argentino ha acelerado el debut de muchos jóvenes. También ha mantenido a un puñado de veteranos, como el apertura Bautista Güemes. Aun lesionado, vivió con sus compañeros los días previos al triunfo contra Países Bajos. "Lo primero, queremos jugar; y aparte de eso, guiar un poco al grupo, ayudar, estar para el equipo", dice sobre su papel.
La era Bouza comenzó en el Campeonato de Europa de 2024. España acabó en una esperanzadora tercera posición, pero sufría en el contacto físico. Un aspecto que no sólo es básico en el rugby actual, sino en el juego de Países Bajos, el principal rival de este febrero. Con ese foco, la Federación organizó una gira en julio por el Pacífico Sur. El plan obligaba a cambiar vacaciones por entrenamientos.
En junio los Leones se concentraron en Valladolid. "Lo sufrimos todos juntos", dice Güemes al evocar el impacto de esas tres semanas en unos cuerpos castigados por la temporada. "Es un equipo que reacciona bastante bien al trabajo físico y nos gusta construir sobre esa premisa porque implica un tipo de carácter más luchador", explica la preparadora física Mar Álvarez. "El resultado se ve también en la forma de afrontar los partidos y de sentirse preparados", recalca. "Nunca he visto jugadores tan reventados, pero después fueron a Samoa y Tonga y se sintieron bien. Si el jugador lo hace y ve el resultado, sabe que sirve", reconoce Bouza.
Hugo González y 'Tití' Futeu se abrazan tras el partidoReal Federación Española de Rugby
Tras unos días de descanso el equipo puso rumbo al fin del mundo. Güemes define la gira como "buenísima, muy positiva"; el viaje, "eterno". Barcelona - Doha - Auckland - Fiyi - Samoa - Fiyi - Tonga - Fiyi - Auckland - Doha - Madrid. Casi 48.000 kilómetros en otras tres semanas para medirse a dos selecciones mundialistas. Los Leones, endurecidos y engrasados, tuvieron opciones en su derrota en Samoa (34-30) y vencieron por primera vez a Tonga (20-29).
"Los tiempos libres fueron muy buenos, ahí nos dimos cuenta de que podíamos llegar al objetivo", recuerda Bautista Güemes. Los jugadores visitaron playas y reservas. "Votábamos donde queríamos ir, lo hacíamos todo juntos", destaca. En el ciclo anterior, compara, "no hacíamos todos lo mismo, había buena relación, eh, pero en este equipo se ve más unión, el equipo es lo primero".
La preparación ha elevado el nivel medio de la plantilla pese a la ausencia de algunos jugadores de clubes de élite de Francia. "Los jóvenes que se van incorporando lo hacen dentro de ese ambiente de trabajo y exigencia", corrobora Mar Álvarez. La España en construcción lucía buenos cimientos. Restaban, en noviembre, tres partidos. De nuevo, rivales de físico poderoso: Uruguay (victoria 33-24), Fiyi (derrota 19-31) y Estados Unidos (derrota 23-26).
16.000 espectadores asistieron en Valladolid al choque contra Fiyi, cuartofinalista en el último mundial. La selección destacó en defensa en la primera mitad y llegó a adelantarse 19-6 antes de ser superada por las carreras visitantes. "Supuso una demostración clara de intenciones, de que este equipo no se va a dejar ganar fácilmente aunque digan que es joven", valora Álvaro García, capitán aquel día a sus 21 años y este domingo en Suiza. Como buena parte de la plantilla, no había nacido en 1999, cuando la selección disputó su único mundial. Él ejemplifica el cambio de perfil de los internacionales que viven en Francia. La selección solía reclutar allí a jugadores galos, hijos o nietos de españoles, con una carrera contrastada. Ahora jóvenes formados aquí comienzan a despuntar en el país vecino. El vínculo es más estrecho porque muchos se conocen de las categorías inferiores. "Disfrutan de jugar con España, el grupo está muy bien y eso se nota en la cancha, son solidarios", dijo Bouza al acabar 2024.
El equipo, este domingo, tras el triunfo que les daba la clasificaciónReal Federación Española de Rugby
"Confianza" fue la palabra que más repitió cuando le entrevistó EL MUNDO a finales de enero. Aunque la clasificación iba a decidirse en partidos que se tomaron como eliminatorias, el staff moduló la presión centrándose en el trabajo realizado. "Si decimos que es fácil estamos muertos", apuntó el segundo entrenador, Miguel Velasco, a la prensa días más tarde. "Me siento tranquilísimo, no tengo ningún miedo", añadió en la siguiente respuesta.
La idea de legado se hizo visible la noche anterior a la victoria contra Países Bajos. Como avanzó Relevo, en una conversación con Víctor Alonso, director de marketing de la Federación, el mánager de la selección comentó que tenía muy presentes a los jugadores de la etapa anterior, que consiguieron plaza para dos mundiales pero quedaron fuera por sanciones a errores en los despachos. "Doy todo por estos chicos ahora mismo pero no se me olvida la gente de antes, que no ha podido estar en un mundial porque se ha hecho mayor", revive el mánager Pablo Pérez.
Su reflexión se plasmó en un mensaje, "Va por vosotros", en la camiseta amarilla que se colgó en el vestuario. Alvar Gimeno la mostró tras el partido. En la grada estaba, satisfecho, el anterior capitán, Fernando López. "Es tener en cuenta que son parte de esto", remata Güemes.
Santiago Santos armó una selección competitiva y muy veterana, era consciente de que tendría que renovarla. Pablo Bouza ha tenido una preparación más exigente para un camino más sencillo. Su mérito radica en confiar en la calidad de los jóvenes, en construir un bloque más homogéneo, un equipo de futuro. "Con la cabeza y las ganas que hay, el tope está donde quieran llegar", afirma Bautista Güemes. El regreso a un mundial recoge el legado desde la generación perdida a la que puede protagonizar la edad del despegue del rugby masculino español.
El Valencia pone el turbo para huir del descenso con tres victorias consecutivas en Mestalla. Quiere vivir y da síntomas de haber redirigido su camino en LaLiga, de haberse acostumbrado a manejarse en el alambre y saber cuáles son las batallas que no debe perder para lograr el objetivo. No era su guerra la Copa del Rey y no pelearla, por doloroso que fuera, le permitió no distraerse en su esfuerzo por ser otro. Ante el Leganés fue un equipo tenaz que supo masticar el duelo sin cometer errores que le pasaran factura hasta que llegó el universo para premiar a Mosquera, incómodo en las últimas jornadas, y sobre todo a Diakhaby. Queda atrás el temor por su rodilla. Antes de que se cumplan 12 meses, juega y marca. [Narración y estadísticas]
Mestalla estaba preparada para empujar a sus jugadores como en cada final de las que disputada. No hizo falta. Esta vez, desde el césped tiraron de la grada. Es cierto que probó el Leganés con dos disparos lejanísimos, pero el Valencia se asentó con control y dominio. Corberán optó por arroparse con tres centrales para adelantar la línea con algo más de seguridad y con Rioja convertido en un carrilero amo de la banda derecha, un experimento que funcionó. Y muy bien.
Los madrileños no parecieron tan fieros y tuvieron que sobreponerse a la lesión de Barisic en el minuto 7 y a que Raba, en su plan de encontrarle las cosquillas a los centrales, fracasara. Sólo Rosier se atrevió con un disparo alto. Fue entonces cuando el Valencia apretó para ir encerrándolos en su área.
Emergió otra vez la figura de Javi Guerra como catalizador. Se ha despojado del miedo que lastró su plástica zancada y se atrevió con un tiro desde la frontal ajustado al palo de Dimitrovic. Junto con los centros de Rioja, fueron un dolor de cabeza para la defensa pepinera, que se vio asediada a saques de esquina. Hasta que recibió el primer gol. Un balón a tierra de Cuadra Fernández, que había interrumpido, lo rescató Diego López, se la dejó de cara a Almeida en el pico del área y el tiro del portugués, como si el área fuera un pinball, lo envió Mosquera con la pierna izquierda lejos del alcance del portero.
En media hora, el Valencia se había puesto con ventaja y el Leganés respondió con un disparo de Darko Brasanic que hizo trabajar a Mamardashvili. No parecía despertar del equipo de Borja Jiménez y al borde del final de la primera parte le llegó el segundo. Un centro chut de Rioja obligó a repelerlo a Dimitrovic y apareció Diakhaby para poner el segundo en el marcador y hacer estallar que Mestalla, a coro, gritara su nombre.
Al regreso del vestuario, Hugo Duro pudo haber sentenciado tras una asistencia de Almeida que se paseó por el área pequeña del Leganés, pero también Óscar tuvo un disparo que rozó el palo de Mamardashvili. El partido estaba inclinado, que no cerrado. Por eso Jiménez quiso agitarlo y Corberán buscó más pólvora con Sadiq. A punto estuvo de no hacerle falta si a Gayà no se le hubiera escapado centímetros por encima del larguero su vaselina desde el pico del área pequeña.
Como el Leganés no lograba reaccionar, los valencianistas buscaron más, con tanta personalidad como la que mostró Sadiq para robar en la línea de medios, conducir hacia la portería y dejarle a Diego López la pelota con tiempo para ajustarla al poste y obligar al guardameta del Leganés a estirarse.
Estaban cómodos hasta que, en el minuto 80, los madrileños se acordaron de que se metían el líos. Como saben que el Valencia puede temblar, trataron de buscarle las cosquillas. Primero fue con una falta lanzada por Óscar que salvó el portero georgiano encadenando una seguidilla de malos despejes que siempre acababan creando peligro, como el peligroso disparo de Neyou. Pero este Valencia parece que haber hecho terapia de supervivencia. El final del partido le recordó a Mestalla que su destino este año es sufrir.
La memoria custodia el recuerdo de la primera gesta de Rafa Nadal, una remontada en la final del Masters 1000 de Madrid de 2005 ante Iván Ljubicic. Había perdido los dos primeros sets -entonces se jugaba a cinco-, pero no perdió el partido. Resucitó como rito iniciático, como haría después tantísimas veces. Aquella victoria aún se mantiene viva porque lo merece y por su singularidad: a los 18 años, Nadal ganó su primer y único título en pista dura bajo techo. Este domingo, Carlos Alcaraz igualó los trofeos de su compatriota en esas condiciones con su triunfo en el ATP 500 de Rotterdam.
Como le ocurría a su ídolo, su tenis luce menos sobre una superficie dura y aún menos en un recinto cerrado, pero las características del circuito le obligan a brillar en él y poco a poco lo está consiguiendo. Después de demasiadas derrotas -llevaba un balance de 17-11 en encuentros así-, se llevó por fin una alegrías después de superar a Álex de Miñaur por 6-4, 3-6 y 6-2 en una final en la que desnudó virtudes y defectos.
El rugby español sonríe y celebra, la selección masculina ha conquistado su clasificación para el mundial de Australia. Ha vencido en Suiza (13-43) pero, al contrario de lo esperado, ha sufrido en bastantes fases del partido. El plantel que ha plantado cara en los últimos meses a selecciones muy experimentadas no se ha encontrado a gusto en el día a priori más sencillo. Pese a ello, esta victoria y la del pasado domingo frente a Países Bajos (53-24) otorgan el pase directo al mundial y dejan sin trascendencia a efectos clasificatorios el próximo encuentro contra Georgia, que también ha ganado ya su plaza.
Poco se conocía de Suiza más allá de que la semana pasada sufrió una abultadísima derrota (110-0) frente a Georgia. Este domingo el quince español ha tomado el mando nada más salir y al paso por el minuto 3 Lucas Santamaría ha ensayado junto a los palos para abrir el marcador (0-7). Pero el equipo de Bouza no se ha asentado en el campo. No ha dominado en las fases estáticas, ha estado impreciso con el balón en la mano y dubitativo en algunos placajes. Muy por debajo del nivel mostrado ante Países Bajos, los Leones han acumulado golpes de castigo en contra, hasta casi una decena, en la primera mitad.
Como sin quererlo, el quince suizo se ha animado con los errores españoles. Sólo ha anotado en el primer tiempo dos golpes de castigo transformados por Perrod pero se ha sentido cómodo, a ratos de igual a igual, estropeando incursiones peligrosas con fallos inocentes. La diferencia a favor de la selección española ha llegado en el juego abierto. Desde la tres cuartos, cuya movilidad fabricaba huecos en la defensa local. Dos arrancadas del zaguero Casteglioni, leyendo muy bien desde atrás los espacios, han generado las ocasiones para otras dos marcas -uno de Bay, otro de Cian- que daban algo de tranquilidad a España (6-21) al término de una deslucida primera mitad.
Aunque el marcador era amplio, el juego hacía preguntarse qué habría ocurrido ante un rival más cualificado. Un ensayo de Ariceta tras una carrera de Cian (6-28) parecía garantizar la tranquilidad definitiva en el arranque de la segunda parte. Pero las dudas se apoderaron de nuevo del conjunto de Bouza. Ganaba metros a la mano y a continuación cedía posesión, territorio e iniciativa a la recién ascendida Suiza. Una actuación errática que debería servir de aprendizaje.
Poco a poco los helvéticos se han visto más seguros. En el minuto 50 han anotado un ensayo de maul (13-28) y han metido el miedo en el cuerpo al quince español, fallón y enfangado en sus propias infracciones: otra vez demasiadas indisciplinas y dos tarjetas amarillas han castigado a los Leones en la segunda mitad.
La selección española ha reaccionado al fin cuando se ha encontrado varios minutos defendiendo su línea de marca. Ha conseguido atrincherarse y su delantera ha comenzado a imponerse. Ya en la 22 contraria ha robado una melé a Suiza y la carrera de Bay ha sido imparable (13-33). López-Bontempo, que había transformado los cuatro ensayos anteriores, ha marrado luego tres consecutivos; otro detalle de un encuentro desconcertante. Aun así, a falta de quince minutos, la distancia ya parecía insalvable. Dos nuevas carreras han acabado en marcas de Imaz y Casteglioni (13-43) que dejaban en evidencia los problemas locales para defender el juego en movimiento.
Las dudas de este domingo no empañan la alegría de la clasificación. Se había convertido el rugby en una rareza para un país que desde hace años destaca a nivel internacional en numerosos deportes de equipo. La clasificación de la selección masculina para Australia 2027 se une a la de las Leonas para el mundial de Inglaterra 2025 (16 equipos), a la permanencia en el mundial sub20 masculino (12 equipos), a las selecciones de seven en las Series Mundiales. Pasos adelante con un denominador común: la irrupción masiva en los equipos nacionales de jugadores de la cantera. Los clubes los forman, la Federación respalda su camino hacia la élite. El logro de los Leones consagra el trabajo de tantas personas y tantos años, da un nuevo motivo para que el deporte más colectivo recupere la ilusión.
Muchos son los que siguen consumiendo fútbol de manera ilegal con plataformas piratas. Precisamente una de estas plataformas fue desactivada este sábado gracias a la coordinación de un equipo especializado, ha anunciado LaLiga. DuckVision ofrecía acceso ilegal a contenido deportivo en directo, entre el que figuraba la competición española, a más de 200.000 personas sólo en España, informa Efe.
En un comunicado, LaLiga explicó que la plataforma estaba conformada por un aplicativo web que invitaba a descargar una app de Android, que tuvo más de 200.000 usuarios activos en España durante enero de 2025, según data.ai, y estaba encubierta por el servicio de la tecnológica estadounidense Cloudflare, que protege a organizaciones criminales de forma intencionada con el fin de lucrarse.
La patronal española indicó que desde la web se podía acceder al consumo pirata de los contenidos y se complementaba con un sistema IPTV y Ace Stream para ofrecer el contenido de LaLiga sustraído de broadcasters como ESPN, Movistar, DAZN, Sky Sports, Ziggo o Bein Sports, entre otros.
También señaló que el contenido ilegal proporcionado por la plataforma pirata se promocionaba en canales de Telegram, con más de 13.800 usuarios, y en la web de DuckVision, con cerca de 70.000 usuarios únicos a fecha de diciembre de 2024 en España, según datos de Semrush.
LaLiga recordó que el cierre de la plataforma y el canal se suma a otras extensiones conocidas como Luar, Kodivertido y TVChopo que anunciaron el fin de su actividad de manera inmediata o el cierre de Cristal Azul, canal de streaming ilegal más importante de España.
El organismo que preside Javier Tebas anunció que esta acción se repetirá en los próximos días para desactivar otras plataformas y servicios de contenido pirata y que los promotores y desarrolladores de la plataforma DuckVision serán denunciados ante las autoridades policiales y judiciales en los próximos días con todas las pruebas recabadas.
"Google, Cloudflare, VPNs y otros agentes involucrados en el consumo de piratería adquieren responsabilidad de las actuaciones ilegales que están permitiendo y de las cuales se lucran. LaLiga, amparada por la justicia, no se detendrá en la defensa del fútbol y los intereses de sus clubes ante actuaciones criminales vinculadas al fraude audiovisual y su blanqueo", aseguró.
A veces cuesta volver a sufrir. Cuesta volver a ponerse las guantillas y estar preparado para dar y recibir. Pero Aleksandre Topuria había cumplido el papel con su hermano, le había permitido volar, le había ayudado a despegar y ahora era su turno de reactivar su propio camino casi dos años después. Y no iba a desaprovecharlo. El contrato en la UFC esperaba.
Fue un gancho en el primer round el que allanó el camino de la victoria ante Colby Thicknesse. Porque, como dijo el propio Topuria al terminar la pelea: "La estrategia está bien, pero a veces un golpe lo cambia todo". Y eso fue lo que ocurrió y lo que terminó borrando el clean sheet del australiano (7-1) cuando, al finalizar los tres rounds, el brazo que se alzó al aire fue el de Topuria (6-1) por decisión unánime de los tres jueces (30-27)
Y es que el combate de peso gallo (135 libras) comenzó con Thincknesse controlando bien la distancia con varias patadas más efectistas que efectivas y Aleksandre sin saber muy bien cómo meterle mano. Pegaba jabs y manos al cuerpo, pero no conseguía hacer daño con el poder que, dice Ilia, tiene en sus manos.
Entonces, tras un amago al cuerpo, consiguió golpear con un gancho de derecha a Thicknesse, que lo acusó, y la pelea viró hacia la esquina del hispanogeorgiano. Los primeros cinco minutos terminaron con un suplex magistral (una llave) que tumbó pero no noqueó al australiano.
El segundo asalto se vio a un Thicknesse más activo, pero incapaz de conectar con un rápido Topuria que entraba, pegaba y salía. Las tarjetas no mentían, 20 y 21 golpes conectados para el mayor de los Topuria en los dos primeros asaltos por 9 y 14 para Thicknesse. El combate estaba en la mano.
Así, en el tercero, El Conquistador ya supo que tenía el territorio en sus manos y lo que hizo fue "ocuparlo". Se mantuvo casi los cinco minutos agarrado a Thicknesse sin dejarle realizar ninguna maniobra. Inteligencia frente a fuerza bruta. Quizás Ilia hubiese buscado el knockout, pero Aleksandre prefirió no arriesgar. "Estaba preparado para cualquier escenario", admitió el hispanogeorgiano.
A domicilio
El mayor de los Topuria se presentaba en la UFC 312 en casa de su rival y también de Volkanovski, su mentor. Debía soportar la presión de debutar en el Olimpic Park de Sidney bajo la atenta mirada no sólo de Volk, sino de su propio hermano y campeón del mundo de la UFC de peso pluma. Y ante un rival inesperado tras la baja por lesión de Cody Haddon.
De hecho, Ilia se mantenía siempre a la espalda de Aleksandre como evidenciando que los focos debían ser sólo para su hermano. Fue el menor el que le puso el protector bucal al Conquistador, con una bandera de España de un lado y la de Georgia al otro. Igual que la enseña con la que se cubrió el vencedor tras la victoria. "No siempre es como te imaginas. Este rival me ha mostrado una gran pelea, y eso me ha valido un contrato en la UFC", explicó el luchador tras terminar la pelea.