La diferencia es Julián Álvarez, con los mismos goles ya que Luis Suárez en 2021

La diferencia es Julián Álvarez, con los mismos goles ya que Luis Suárez en 2021

El pasado agosto, el Atlético decidió invertir 80 millones de euros por el delantero titular de la campeona del mundo, con el doble objetivo de dar un salto cualitativo a su ataque y liderar un próximo futuro sin Antoine Griezmann. Desde entonces, Julián Álvarez ha superado las expectativas, ajustando su juego a las exigencias de Diego Simeone. Porque no se trata sólo de sus 21 goles en 40 partidos, sino de sus desmarques continuos, su habilidad para atacar el segundo palo y su disposición para la presión y el robo.

Menos de un mes después de su penalti a lo Panenka, La Araña visita de nuevo el Bernabéu convertido ya en la referencia ofensiva del Atlético. Partiendo desde la izquierda o como segundo punta, parece idóneo para dañar la defensa del Real Madrid, donde Fede Valverde arrastra unas recurrentes molestias en el muslo izquierdo y Raúl Asencio podría volver a ejercer como central en sustitución de David Alaba.

"Cuando supimos que ya estaba confirmada su llegada nos puso muy contentos, porque teníamos un jugador diferente, como en su momento Luis Suárez", aseguró el domingo Simeone. De hecho, los 21 goles de Julián igualan el registro del uruguayo en la temporada 2020-21, la última vez que el Atlético alzó el título de Liga. "Son jugadores diferenciales. Me alegra su humildad, su forma de trabajar, su manera de estar entre los titulares, de jugar por la izquierda o esperar en el banco para entrar", valoró El Cholo sobre el autor del tanto de la victoria ante el Athletic en el Metropolitano.

La remontada ante el Leverkusen

Incluso actuando muy lejos del área rival, Álvarez ha sabido ofrecer soluciones para sus compañeros. Su primera aparición diferencial llegó el 26 de septiembre, con el tanto de la victoria en Balaídos. A partir de ahí fue acelerando su adaptación y ganando en confianza, incluso sacrificándose en tareas ingratas. De hecho, el pasado martes en la Copa del Rey, su capacidad de trabajo frente al Barça permitió al Atlético salir airoso de las mayores fases de dominio rival.

En la presente Champions, Julián ya ha dejado formidables actuaciones, con especial mención para la remontada ante el Leverkusen, liderando a un Atlético en inferioridad tras la roja a Pablo Barrios. A finales de noviembre se convirtió en el tercer jugador rojiblanco que marcaba de libre directo en el máximo torneo continental, después de Milinko Pantic (1996) y Sergio Agüero (2009).

Sólo 12 partidos completos

Ahora mismo, sus números podrían incluso superar a los de la temporada pasada en el Manchester City, cuando fue uno de los siete jugadores de la Premier League implicado en más de 30 goles, fuese con el disparo o con la asistencia. Este año ha formado 31 veces en el once titular, aunque sólo jugó 12 partidos completos. Tiempo suficiente para convertir la mitad de sus disparos entre palos (21/42).

En los próximos tres meses, el objetivo prioritario será ampliar su excelso palmarés. Porque ya en diciembre de 2023, con apenas 23 años, Julián ya había igualado a dos leyendas como Dida y Cafú, al reunir en su vitrina la Copa del Mundo, la Copa América, la Champions League, la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes. A esa hoja de servicios hay que añadir otros trofeos nueve trofeos, entre ellos una FA Cup y una Supercopa de Europa.

El taconazo de Sadiq rescata al Valencia en El Sadar pero no le saca del descenso

El taconazo de Sadiq rescata al Valencia en El Sadar pero no le saca del descenso

Para no rendirse hace falta creer ponerse detrás de la bandera de quien no se sienta nunca derrotado. Para el Valencia, uno de esos estandartes es Umar Sadiq. Con un increíble taconazo rescató un punto en El Sadar en el minuto 87 cuando Osasuna ya trataba de amarrar la victoria. Fue lo mismo que hizo en Villarreal para dar oxígeno al equipo mientras trepa para salir del abismo. [Narración y estadísticas: 3-3]

No es casualidad que el Valencia sea el único equipo de LaLiga que no ha logrado ganar sin el abrigo de su parroquia. Lejos de la coraza de Mestalla, se vuelve débil, quebradizo por más que, a ráfagas, de signos de que puede lograrlo. Siempre ocurre algo que le deja en el camino al menos dos puntos. En Pamplona fueron demasiadas cosas.

Llegó a El Sadar preparado para la brega bajo la premisa de Corberán de jugar con tres centrales y con Rioja esforzado en las vigilancias a Bryan Zaragoza. De ese duelo entre pillos saltaron chispas, pero el Valencia parecía más centrado que Osasuna. Un disparo de Enzo Barrenechea y alguna última mala decisión de Sadiq en el área inquietaban a los rojillos, que se vieron con un gol en contra en el primer cuarto de hora y por las líneas del VAR. Rioja buscó a Diego López a la espalda de Catena, la corrió el asturiano sin mirar la bandera del asistente, recortó a Sergio Herrera y marcó. Por si acaso. Hizo bien, porque la revisión determinó que había partido en posición correcta y el gol subió al marcador.

Pudo Sadiq hacer el segundo cuando Gayà le puso un balón al punto del penalti, pero en lugar de buscar el disparo intentó asistir a Diego López. El nigeriano acabada de impedir que el Valencia tuviera un minuto de tranquilidad, porque Osasuna empezó a despertar. Bryan consiguió burlar a su sombra sevillana y obligó a Mamardashvili a rechazar su disparo cruzado. El extremo había cogido carril y desde la banda buscó a Budimir en el corazón del peligro. Solo pudo el croata rebañarla desde el suelo para que Aimar Oroz la enganchara ante la pasividad de la nutrida defensa valencianista.

El partido iba de golpe en golpe y no estaba todo dicho. Si apareció Oroz, con tres kilos menos por una gastroenteritis, también lo hizo Javi Guerra para cabalgar hasta la línea de fondo y poner un centro que, ahora sí, Sadiq mandó al fondo de la portería. Se había repuesto el Valencia y, una vez más, no supo manejar su ventaja por Osasuna mostraba más empaque. De hecho, en apenas seis minutos al filo del descanso le dio la vuelta al marcador.

Aimar Oroz festeja su segundo gol ante el Valencia.

Aimar Oroz festeja su segundo gol ante el Valencia.EFE

Primero con una genialidad de nuevo de Aimar Oroz, que sabía que no aguantaría todo el duelo y se exprimió. Se escapó Areso por banda derecha para poner un centro que cazó de volea picada en la frontal sin que Mamardashvili, algo adelantado, pudiera atajarla. El talentoso centrocampista actuó por instinto, pero hubiera tenido tiempo para pensar porque para el Valencia fue invisible en esa jugada. Nadie le importunó.

Si el empate fue un mazazo para el equipo de Corberán, el penalti de Mosquera a Rubén García con el tiempo cumplido, tan indiscutible como innecesaria la jugada, lo fue más. Esta vez Budimir engañó el guardameta georgiano para convertirse en el máximo goleador de la historia de Osasuna en Primera División con 58 goles. El 59, cuando encaraba de nuevo la portería valencianista solo, lo envió a la grada.

Osasuna había dado la vuelta al marcador en un partido en el que enmendó sus errores mejor que el Valencia, revolucionado en la segunda parte. Tuvo que salir del campo Oroz por lesión y los ataques se espaciaron a pesar de que a Bryan Zaragoza se le escapó el cuarto ajustado a la escuadra valencianista. Corberán miro al banquillo y lanzó el órdago junto a Sadiq con Rafa Mir. La tuvo el murciano de cabeza, como también Rioja con un zurdazo cruzado que se perdió rozando el poste. Apretaban a un Osasuna que empezó a protegerse para aguantar su ventaja secuestrando el balón. Mientras, el Valencia sacó del campo a Gayà después de una entrada y a Javi Guerra, dos decisiones sorprendentes.

Cuando nada parecía suficiente para evitar que los rojillos sumaran por que nada ocurría... hasta que apareció Sadiq para hacer magia. Con un taconazo convirtió a un centro de Canós en el gol del empate porque Catena, en el añadido, erró el testarazo que hubiera vuelto a romper la igualada.

Sólo Hezonja brilla en la oscuridad de Gran Canaria

Sólo Hezonja brilla en la oscuridad de Gran Canaria

Pocas veces el Real Madrid se va a encontrar un triunfo más cómodo en sus visitas a las islas. Sin brillar, sin llegar ni siquiera a los 70 puntos, sin hacerlo "bonito" en palabras de Chus Mateo, pero con defensa y eficacia, los blancos sumaron su novena victoria consecutiva en ACB para mantener su liderato en solitario. El Dreamland Gran Canaria, raquítico en ataque, no fue rival. [54-69: Narración y estadísticas]

Para saber más

Fue un Real Madrid de entreguerras, con la resaca del clásico y la vista puesta en su visita al OAKA del jueves, en esa Euroliga en la que tanto trabajo le queda por hacer. No pareció en ningún momento apretar el acelerador, entre otras cosas porque tampoco lo necesitó. Dominó desde el amanecer, aguantó el envite amarillo del regreso del descanso y sobrevivió a su poco acierto y a la tristísima actuación de Dzanan Musa (dos puntos en 11 minutos y -6 de valoración).

En contraste con Mario Hezonja (14 puntos y ocho rebotes), que fue esta vez ese líder que tanto quiere ser. Sin alardes, certero y poderoso desde el banquillo. Bien acompañado por Bruno Fernando y con Hugo González y Llull animando el cotarro.

Como un aviso de lo que venía, resultó una pobrísima primera mitad en el Gran Canaria Arena, el reciente escenario de la Copa. No es que se impusieran las defensas, es que nadie parecía con suficiente clarividencia como para hacer fluir el baloncesto. Especialmente los locales, que no pudieron contar por unas molestias físicas con su máximo anotador, Caleb Homesley. Pero es que tampoco atraviesan precisamente por su mejor momento del curso.

Horrible Musa

Cayeron en semifinales de Copa con el Madrid y en ACB vienen de cuatro derrotas en los últimos cinco duelos. Al descanso habían fallado 14 de los 15 triples intentados -paradójicamente, entró el de Brussino desde su campo justo cuando sonaba la bocina- y se quedaron en unos míseros 18 puntos, nueve por cuarto. Así, el Madrid, a poco que se entonó Hezonja, se fue en el marcador con demasiada facilidad.

Chus Mateo recuperó a Eli Ndiaye en el quinteto -se quedó fuera esta vez Ibaka y Rathan-Mayes ni jugó-, pero su equipo también empezó desatinado, fallando los 11 primeros triples. Fue cuestión de defensa, de dominio del rebote y de Mario Hezonja.

Nada podía seguir así, con esa atonía. Si en el arranque del partido al Granca le costó casi cuatro minutos estrenarse, a la vuelta de vestuarios ya había anotado 14 puntos en ese mismo tiempo (14-3 fue el parcial), tres triples incluidos, para cabreo de Chus Mateo y desesperación de un Musa totalmente fuera del partido. Al poco, los de Lakovic ya habían empatado (36-36). Hasta que volvió Hezonja.

Y todo quedó en un fogonazo de un Gran Canaria apático, desacertado, gris. Como si su mente estuviera en el partido de entre semana, donde se juega la vida en Eurocup ante el Reyer Venezia. Con el croata liderando, Bruno Fernando y Hugo González dejando buenos detalles y con Tavares y Campazzo descansado más de lo normal, el Madrid no tuvo ningún problema en sumar su novena de carrerilla y en mantenerse en lo alto de una ACB donde le aprietan bien Unicaja y Tenerife.

Baskonismo y 'lasismo'

Baskonismo y ‘lasismo’

Actualizado Domingo, 2 marzo 2025 - 18:59

La temporada del Baskonia es dolorosamente irregular, sobre todo para sus aficionados, históricamente de los más fieles de la geografía nacional baloncestística. Pesan mucho los últimos años sin competir por títulos, porque tuvieron una brillante década de final de siglo y, mejor todavía, la primera del XXI. Fue su reafirmación deportiva y empresarial, miembro fundador y copropietario de la Euroliga. Los compradores de entradas y abonos reciben siempre una experiencia de usuario bastante completa. Conciertos, eventos, aniversarios. La celebración de lo que sucedió para que lo presente no angustie tanto. La maquinaria del grupo Baskonia-Alavés siempre fue un modelo de gestión. Ahora, la pelota tiene que entrar en el aro para darle más sentido a todo lo demás.

Para saber más

El domingo cayó en Andorra y es 10º en la ACB. El viernes, el Partizan supo que los pívots baskonistas no son buenos defensores de la media distancia y atacaron por ahí, donde ya no se tira, en tierra de nadie. Luka Samanic, último fichaje, es un talento especial con la bola en las manos, pero en defensa es muy poco estable, los rivales lo saben y le atacan. Poco tiempo en Euskadi para haber asimilado lo que se dio en llamar el carácter Baskonia.

Cuando Pablo Laso era entrenador del Real Madrid y su cotidianeidad era ganar títulos, le preguntaron: «¿Cómo definiría el lasismo?». Respondió: «Yo sólo soy un entrenador. El lasismo es Felipe, Llull, Rudy, Chacho, Doncic, Carroll... es una constancia competitiva». Laso en una rueda de prensa o ante micrófono es un plazo fijo, sabe dar con la frase. Ahorra tiempo al periodista. Esta vez también clavó un clavito. Pero ahora tiene como bases a tres jugadores sin nombre en el alto nivel: Forrest, Baldwin y Jaramaz. Ellos no conectan con sus compañeros, pero algún partido han ganado por sí mismos, sobre todo los dos primeros. Necesitan demasiados botes para generar ventajas. No encuentran a Markus Howard ni él a sí mismo. El máximo anotador de la pasada temporada anda buscando el disfrute jugando para Puerto Rico, mientras en el Buesa esperan su regularidad para ser menos impredecibles. En algunos partidos Moneke está en todos sitios, en otros en ninguno. Complejos encajes.

Cuando una organización ha sido muy exitosa, durante muchos años, con un sistema de rotación corta y mucho compromiso, pese a venir de muy lejos, lo extremadamente difícil es cambiar el sistema, la forma de hacer, las mentes pensantes con un paradigma fijo. Baskonia, el trimestre de la Copa del Rey, vuelve a no aprobar, aunque las notas se reparten a final de temporada.

El Barça descose a una Real Sociedad en inferioridad y carga las pilas para Lisboa

El Barça descose a una Real Sociedad en inferioridad y carga las pilas para Lisboa

Actualizado Domingo, 2 marzo 2025 - 18:27

El Barça cumplió sobradamente con el guion deseado tras el traspiés de Real Madrid en el Villamarín. Frente a una Real Sociedad condicionada por la relativamente madrugadora expulsión de Aritz Elustondo, los de Hansi Flick sentenciaron por la vía rápida con un incontestable 4-0 gracias al estreno de dos goleadores, Gerard Martín y Marc Casadó, y a los tantos anotados por Ronald Araujo y Robert Lewandowski en una segunda mitad en la que los visitantes empezaron muy pronto a pensar en su duelo con el Manchester United en la Europa League. [Narración y estadísticas (4-0)]

Los azulgrana, de esta manera, llegan a su primer choque con el Benfica en la Champions afianzados en el liderato y con las pilas absolutamente cargadas para empezar a definir la eliminatoria en Lisboa, ante un rival que, a diferencia de los azulgrana, habrá tenido muchos días de descanso para preparar su revancha con respecto al 4-5 encajado en la liguilla.

Flick prometió rotaciones. Y vaya si las hubo. Araujo relevó en el centro de la zaga a Íñigo Martínez, Gerard Martín hizo lo propio con Alejandro Balde en la banda izquierda y Marc Casadó volvió al once en detrimento de Frenkie de Jong. El primer susto del partido, no obstante, corrió a cargo de la Real Sociedad. El conjunto donostiarra llegó a adelantarse en el marcador cuando apenas se habían jugado los primeros cuatro minutos del duelo, pero la jugada fue invalidada finalmente por fuera de juego de Javi López, autor del centro que Sergio Gómez había enviado al fondo de la red.

Roja directa

Sabedor de cómo podía hacerle daño su rival, el Barça apostó por poner cerco a la portería de un Remiro que a punto estuvo de ponerle muy pronto las cosas terriblemente cuesta arriba a los suyos estrellando el balón en el cuerpo de Pedri para que este se perdiera finalmente por encima del travesaño. Sí lo hizo, en cambio, Aritz Elustondo, al trabar lo suficientemente a Dani Olmo cuando el atacante barcelonista se disponía a encarar a su guardameta como para que Quintero González le mostrara sin dudarlo la roja directa.

Con uno menos, los de Imanol Alguacil dieron un paso atrás y propiciaron que la llegada de los tantos azulgrana fuera solo cuestión de tiempo. Gerard Martín, tras una asistencia de Dani Olmo que llegó a su vez tras una gran acción personal de Lamine Yamal dentro del área rival, se encargó de inaugurar tanto el marcador como su cuenta anotadora con el primer equipo barcelonista con un disparo ante el que nada pudo hacer un Remiro al que se le iba a acumular mucho el trabajo.

El 1-0 llegó a cinco minutos para la media hora y, justo entonces, subiría también al marcador el 2-0. Casadó, desviando involuntariamente un duro disparo de Olmo después de que el meta txuri urdin rechazara como buenamente pudo un envenenado centro de córner de Raphinha, se estrenó también como goleador con el primer equipo del Barça. Con el nuevo tanto de los locales, el técnico vasco miró al cielo, deseando quizás acabar cuanto antes para poder pensar ya en el choque con el United en la Europa League.

Quintero González muestra la tarjeta roja a Elustondo.

Quintero González muestra la tarjeta roja a Elustondo.AP

Tras el descanso, el técnico visitante decidió dejar en la caseta tanto a Martín Zubimendi como a Ander Barrenetxea con vistas a ese encuentro. El Barça, por su parte regresó al terreno de juego más que dispuesto a dejar el partido visto del todo para sentencia con el 3-0. Avisaron Raphinha y Pedri, el primero con una falta que se marchó no muy lejos del marco donostiarra y el segundo con un disparo seco que se estrelló en el travesaño. Araujo, en cambio, aprovechando el rechace de Álex Remiro a un remate de cabeza de Lewandowski, no perdonó. Tampoco el propio delantero polaco, desviando lo justo un disparo desde fuera del área del central uruguayo para propiciar el 4-0.

Con tanta distancia en el marcador, Alguacil decidió hacer más cambios pensando en Europa, propiciando así que los locales vivieran un final de partido plácido para empezar a centrarse también en su duelo a domicilio con el Benfica en la Champions. Un partido en el que, de nuevo, deberán mostrar sus mejores galas.

La emoción de Marc Márquez tras su fin de semana de ensueño en Tailandia: "Había sido un infierno"

La emoción de Marc Márquez tras su fin de semana de ensueño en Tailandia: “Había sido un infierno”

Actualizado Domingo, 2 marzo 2025 - 17:05

No es para nada extraño que el héroe, para retomar el poder perdido, tenga que descender hasta los mismísimos infiernos y someterse a pruebas terribles. Pruebas que, a veces, incluso le llevarán a pensar que lo mejor es arrojar definitivamente la toalla. No obstante, si es capaz de sobreponerse, su poder no solo se renueva, sino que también aumenta significativamente. Y eso es lo que parece que le está pasando ahora a Marc Márquez.

Para saber más

El ocho veces campeón del mundo empezó a deshacerse de sus demonios el año pasado, en un curso en el que, al lado de su hermano en el equipo Gresini, con una Ducati ligeramente inferior a la oficial, saboreó brevemente las mieles de antaño. Ahora, con la que es a todas luces la mejor montura del paddock, sencillamente está dispuesto a arrasar. Así lo demostró en un fin de semana en Tailandia de ensueño, en el que volvió a lo más alto de la tabla. Y, ahora, nadie parece capaz de hacerle sombra.

El sábado se hizo con la pole y dominó la sprint race. El domingo, tras otro arranque fulgurante, dejó que su hermano le adelantara para ahorrarse problemas con la presión del neumático delantero y, a tres vueltas del final, dio el golpe definitivo. «Ha parecido que Marc jugaba con nosotros durante toda la carrera», confesó después un Pecco Bagnaia que se vio superado tanto por su compañero como por Álex Márquez.

El mayor de los dos hermanos estaba sencillamente exultante, emocionado hasta las lágrimas. De alegría, desde luego. «Es el mejor momento que he vivido en mi carrera. Para mí, la familia es lo más importante. Mi hermano se lo ha ganado, no me emocionaría si no estuviera él también en el podio, sé todo lo que ha trabajado. Poder compartir el primer y el segundo puesto en un fin de semana normal, sin lluvia, sin muchos accidentes, con todos en la pista excepto el campeón, Jorge Martín, es algo totalmente increíble. Estoy muy feliz por mis padres, por mis abuelos, y en especial por mi abuelo, que tanto lo seguía, y que lo estará viendo desde el cielo», recalcó Marc en declaraciones a DAZN.

Aleix y Marc Márquez, en el podio de Tailandia.

Aleix y Marc Márquez, en el podio de Tailandia.Kittinun RodsupanAP

«Mi último Mundial lo celebré aquí, y desde entonces había sido un infierno. El año pasado salí un poco y este año me siento con velocidad, con calma. Lo que venga, bienvenido sea. Si no puedo ser campeón este año, será el otro. Acompaña ser feliz en tu vida personal y en tu vida profesional. Así, todo es más fácil», sentenció un Marc Márquez que ha atravesado todo un calvario desde ese 2019 en el que levantó un título por última vez. Al curso siguiente, en 2020, un par de graves caídas, unidas también a la eclosión de la pandemia del Covid19, que cambió de arriba a abajo el mundo tal y como lo conocíamos, le obligaron abandonar el Mundial con vistas a un retorno en 2021.

En ese año, no logró volver a subirse a una moto en un Gran Premio hasta el mes de abril. Pero, aun así, logró imponerse en los Grandes Premios de Alemania, Las Américas y San Marino, a pesar de sufrir varias caídas que incluso llegaron a afectarle a la visión. En las dos últimas citas, las de Portugal y Valencia, en cambio, no pudo competir a causa de un accidente sufrido mientras practicaba motocross.

La Honda, en 2021, empezaba ya a estar lejos de lo que había sido antaño. Y eso se acusó aún más en una temporada 2022 en la que Marc Márquez tenía que arriesgar para compensar las carencias de su máquina. Algo, que tal vez, influyó también en la grave caída sufrida en los entrenamientos del Gran Premio de Indonesia y que le provocó un desagradable episodio de visión doble, si bien pudo reincorporarse a la competición en Austin.

Las cosas, además, no mejoraron tampoco demasiado en una temporada 2023 que acabó con una más que sonada separación del equipo Honda y el anuncio de su fichaje por el equipo Gresini, junto a su hermano Álex y con una montura mucho más competitiva: la Ducati del curso anterior. Allí, durante el año pasado, se reencontró con sus mejores sensaciones. Tanto, que el equipo oficial no dudó en lanzarse a por su fichaje por encima de un Jorge Martín que, a la postre, se proclamaría campeón del mundo y que terminaría fichando por Aprilia. Martín no ha podido debutar este fin de semana en Tailandia debido a una caída la semana pasada, y ahora sólo él parece capaz de discutir con el rey, Marc Márquez. la supremacía en MotoGP.

El no 'Proceso' de Joel Embiid: del MVP de 2023 a un posible "retiro médico"

El no ‘Proceso’ de Joel Embiid: del MVP de 2023 a un posible “retiro médico”

Cuando jugaba en la Universidad de Kansas, un año después de llegar a Estados Unidos y dos después de empezar a jugar al baloncesto en su natal Yaoundé (Camerún), Joel Embiid hacía creer a sus compañeros que con seis años tuvo que «entrar en la jungla, matar un león y cargarlo en la espalda hasta mi aldea para demostrar que era un hombre». Eso fue poco antes de comenzar lo que él mismo bautizó como El Proceso. Desde que fue elegido en el número tres del draft del 2014 hasta su debut en la NBA tuvieron que pasar 853 días (más de dos años), dos operaciones de tobillo mediante.

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Eso, las lesiones, han sido la pesadilla del gigante africano, que se ha perdido más de 400 partidos en la liga hasta que esta semana los Sixers anunciaron lo que todo el mundo temía: no iba a jugar más en el resto de la temporada por sus problemas, ahora, en la rodilla izquierda, la misma que también se operó en febrero de 2024 (y mucho antes, en 2017, lo que le impidió ser nombrado rookie del año). Fue después de que el alero de los Warriors Jonathan Kuminga le cayera encima. Quizá en el momento de más dominio de toda su carrera, pues hasta ese día , Embiid había anotado más puntos que minutos jugados, algo que ningún jugador había logrado desde Wilt Chamberlain hace más de 60 años.

Desde entonces, parones, cirugías, descansos, inyecciones y un estado físico bastante precario que, evidentemente, repercutió en su rendimiento. Hasta la alarmante preocupación de ahora. Se diría que todo el futuro de Embiid está en el aire. «Estamos trabajando con expertos médicos para determinar el plan de tratamiento exacto», informó la franquicia de Pensilvania. Pronto se deslizó que incluso valora seriamente intentar el «retiro médico», una decisión que debe tomar un médico seleccionado por la propia NBA y la Asociación de Jugadores, y un mecanismo que le permitiría ahorrarse parte de la boyante extensión de contrato que le firmó hace sólo unos meses: tres años más por 193 millones de dólares (para un total de 301 en cinco). Embiid, que cumplirá 31 años en unos días, asoma como un negocio ruinoso: le deben 248,1 millones durante las próximas cuatro temporadas.

Embiid, en el banquillo de los Sixers.

Embiid, en el banquillo de los Sixers.Matt SlocumAP

Los Sixers lo hicieron pensando en los cielos alcanzados por el chico que creció formándose para ser profesional del voleibol, pateando un balón de fútbol y soñando con jugar en el Real Madrid (del que es un fanático, hasta viajar a alguna de sus recientes finales de Champions League y celebrar cada triunfo blanco con euforia en las redes sociales), siete veces All-Star y MVP de la NBA en la temporada 2022-2023 -para destronar a Nikola Jokic promedió 33,1 puntos, 10,2 rebotes y 4,3 asistencias, aunque en sólo 66 partidos-, un año después de ser el primer pívot desde Shaquille O'Neal en dominar la liga en anotación. Desde aquel cénit todo ha sido una travesía en el desierto y no sin polémicas, desde su atribulada elección para jugar con el USA Team los pasados Juegos Olímpicos (se había comprometido con Francia) a su sanción de tres partidos este comienzo de curso por empujar a un periodista. Al parecer, el columnista de The Philadelphia Inquirer hacía mención a Arthur, el hermano de Joel fallecido a los 13 años en Camerún en un trágico accidente de tráfico.

Embiid, en acción contra los Raptors.

Embiid, en acción contra los Raptors.Matt SlocumAP

Aquel lejano Proceso, que también incluía al equipo de Filadelfia -estuvo seis años sin pisar unos playoffs-, tampoco culminó en lo colectivo. Pese a las expectativas, no logró no acercarse a unas Finales (como en 2001 con Allen Iverson). Y lo que debería ser presente vuelven a ser cuentas de futuro. Con el curso arruinado (en verano se habían hecho con Paul George), los de Nick Nurse pierden y pierden y ya piensan en el siguiente draft, en la posibilidad de que ahí les caiga ese fenómeno que viene llamado Cooper Flagg. Para eso, la lotería del draft les tiene quedar una de las seis primeras elecciones; si acaban del siete en adelante, será para los Thunder en una acuerdo que se arrastra desde 2020, cuando Al Horford fue enviado a Oklahoma Danny Green.

Vini e Isco de Arabia

Vini e Isco de Arabia

Escuchado en una de esas poliédricas tertulias televisivas a uno de esos ubicuos tertulianos de uso múltiple: "No me gustaría estar en la piel de Vinicius".

A muchos les encantaría. Si la disyuntiva es permanecer en el Madrid ganando una fortuna o emigrar a Arabia percibiendo otra aún mayor, no tendrían problema alguno en afrontar el angustioso dilema. Tampoco les importaría estar en el pellejo de Florentino: retener a un jugador de máximo nivel mundial o recibir 300 millones por su traspaso, liberar masa salarial y poner por la izquierda a Kily o a Rodry.

Dado que toda elección implica una renuncia, jugador y presidente se lo tendrán que pensar en busca del punto coincidente entre el bien mayor y el mal menor. Pero, con independencia del desenlace de la historia, Arabia no es un empleo: es un retiro para las estrellas veteranas, receptoras de una suculenta pensión de jubilación. Un asilo. Arabia no es un destino: es un destierro para los jóvenes prometedores, atraídos por el pringoso brillo del oro negro. Un exilio. Empapan de chapapote sus mejores años.

Vinicius no ha recibido una oferta de un club de Arabia, sino de Arabia. Sociedades anónimas o clubes-Estados, en Europa pujan por los futbolistas el PSG, el City, el Milan, etc., no Francia, Gran Bretaña o Italia. La de Arabia es una Liga de medio pelo (de camello) que puede gastar infinitamente más de lo que vale e ingresa porque los cuatro mejores equipos del país, y por esa razón gozan de semejante categoría, pertenecen en un 75% al PIF, el fondo estatal de inversión. Son el Al Hilal, el Al Ittihad, el Al Ahli y el Al Nassr.

A modo de rechifla contra un Campeonato artificioso y viciado. Como repudio a una teocracia ante la que Occidente se arrodilla en bloque, y cuya capital pone nombre al estadio del Atleti, los rebautizaremos Al Khachofa, Al Gharroba, Al Falfha y Al Hubia. Les persigue, amenazante, un quinto equipo, entrenado por Míchel y con Nacho en sus filas, el Al Qadsiah, propiedad de Aramco, la petrolera estatal. Estamos en las mismas. A éste, como reacción epidérmica en forma de sarpullido, lo llamaremos Al Erghia.

Arabia colocaría a Vini en cualquiera de esos cuatro clubes punteros, el que más le conviniera. A Arabia, no a Vini. Y les ordenaría a los otros tres, y a todos los demás, que no se empleasen con dureza contra quien llegaría para dar espectáculo y hacer magia frente a defensores alejados de la categoría media de las Ligas punteras. Arabia lo quiere para el circo tanto como para el fútbol.

Aunque su partido en Sevilla podría llevar a pensar que tenía la cabeza entre La Meca y Medina, elucubrando acerca de su propia "hégira", parece que Vini no quiere marcharse. Al menos de momento, a no ser que fermente en su ánimo la idea de que en el Golfo lo van a tratar mejor los rivales, los árbitros y los públicos.

Hablando de Sevilla y en plural mayestático, si fuéramos Mohamed bin Salman (¡Alá nos libre!), nos fijaríamos en Isco, en sus últimos bailes de gala. Echaríamos el ojo y el anzuelo a ese geniecillo de piernas cóncavas, tan prestidigitador, a su modo, como Vinicius.

Además, es andaluz. Tiene sangre agarena.

Sandor Martín pierde el combate por el superligero ante Puello por decisión dividida: "Sentí que gané esta pelea, pero yo no soy parte de los jueces "

Sandor Martín pierde el combate por el superligero ante Puello por decisión dividida: “Sentí que gané esta pelea, pero yo no soy parte de los jueces “

Actualizado Domingo, 2 marzo 2025 - 13:09

El dominicano Alberto Puello venció este sábado por decisión dividida al español Sandor Martín con lo que conservó el título mundial de la división súper ligera del Consejo Mundial de Boxeo en un combate en el Barclays Center en Nueva York. Dos tarjetas de los jueces favorecieron al dominicano 115-113 y 116-112, y una al español, por 115-114.

Puello, de 30 años, permanece invicto en 24 combates, de los cuales ha ganado 10 por la vía rápida. Martín, de 31 años, quedó 42 peleas ganadas, 15 por nocáut, y cuatro derrotas.

En el primer asalto 'La Avispa' Puello sacó ventaja de su mayor estatura, 1.77 metros, mantuvo a raya a su rival, 1.70, con rectos de izquierda y un insistente jab de derecha. Sandor buscó hacer daño con su gancho de derecha.

Martín, nacido en Barcelona, arrancó el segundo con mayor empuje. Trató de poner contra las cuerdas a su rival e invitó al intercambio de golpes en el que castigó a un monarca que se vio apurado.

En la vuelta al ring el dominicano conectó el rostro del retador con la izquierda, lo llevó a las cuerdas, pero Sandor salió del apuro con el poder de su derecha; absorbió los golpes al cuerpo y estremeció al nacido en San Juan de la Maguana con el gancho.

La velocidad del catalán le permitió conectar en el inicio del cuarto par de zurdas al pómulo, Puello contestó con volado de derecha al rostro en un incesante tira-tira al que ninguno rehuyó. Sandor recibió al campeón con una potente izquierda al rostro en la quinta vuelta y continuó con golpes a las partes blandas.

La intensidad no amainó en el sexto y séptimo round. Ambos pugilistas se enfrascaron en constantes intercambios en el centro del cuadrilátero con ligero dominio de Puello.

En el octavo 'La Avispa' hizo sangrar la nariz de Martín con par de ganchos de derecha y le provocó un corte en la ceja izquierda, a pesar de lo cual el retador no reculó.

El noveno y décimo ofreció una exhibición de velocidad en el uno-dos del catalán que contrarrestó la efectividad del monarca.

El undécimo asalto perdió fuelle ante el desgaste de ambos boxeadores; fue el preámbulo a un cierre frenético, con un Alberto Puello que se quedó fuera de distancia con la zurda y un Sandor más certero con la derecha en una intensa y pareja batalla.

"Tuve problemas en los primeros asaltos, empecé mal, pero luego pude mantener el ritmo. La capacidad de ir de menos a más me llevó a la victoria", señaló el dominicano al final de la contienda.

Por su parte, Sandor Martín aseguró este domingo que no bajará los brazos hasta conseguir su objetivo de ser campeón del mundo. "Sentí que gané esta pelea, pero yo no soy parte de los jueces y claramente ellos lo vieron de una forma distinta. No sé qué me falta, pero no estoy por bajar los brazos", afirmó el púgil barcelonés.

Marc Márquez se impone en Tailandia con suspense

Marc Márquez se impone en Tailandia con suspense

Actualizado Domingo, 2 marzo 2025 - 10:39

Marc Márquez repitió triunfo en Tailandia. Tras imponerse de manera incontestable en la sprint race, el seis veces campeón del Mundo de MotoGP remarcó su regreso al liderato con una carrera muy diferente de la firmada el sábado. Su salida, de nuevo, fue absolutamente fulgurante y, de hecho, llegó a marcar una distancia más que cómoda con respecto tanto a su hermano Álex, como a su compañero en el equipo Ducati oficial, Pecco Bagnaia. Hasta que en la séptima vuelta, de forma inesperada para propios y extraños, miró hacia atrás y dejó que Álex tomara la delantera, pero siempre prácticamente pegado a su rueda trasera.

La presión del neumático delantero no acababa de convencerlo, según deslizaría mientras esperaba al arranque de la ceremonia del podio. Justo antes de empezar la antepenúltima vuelta, no obstante, llegó su hachazo, volvió a ponerse delante y metió de nuevo gas a fondo para hacerse con la victoria y refrendar su liderato.

"El sábado estaba feliz, hoy estoy exultante. Ganar aquí, en Tailandia, con mi hermano a mi lado es increíble", aseguró el mayor de los Márquez nada más acabar la prueba. "En la próxima, tenemos que hacer segundo y primero", bromeó junto con su hermano mientras los trasladaban a la zona de entrega de premios, según captaron las cámaras.

"Por un momento pensé en el triunfo, pero ya vi que Marc iba muy rápido, procurando no desgastar demasiado el neumático trasero. Yendo primero no puedes guardar goma. Ser segundo no está mal, por delante de Pecco, todo un campeón del mundo. He dado el 100% y estoy muy satisfecho", señaló por su parte Álex. El italiano, mientras, volvió a terminar con el gesto torcido. Ser tercero no le vale, quiere más. Pero, por ahora, no le queda otro remedio. "Lo he dado todo, pero no he podido acercarme lo bastante a Álex. La ambición máxima era ser segundo, pero no ha podido ser. Marc ha parecido que jugaba con nosotros en la carrera", aseguró.

Marc, aparentemente, va sobrado. Si tiene que adaptar su manera de pilotar para asegurarse la victoria, sencillamente, lo hace. Tiene esa confianza que, al final, es clave para la victoria. Y, por ahora, nada invita a pensar que vaya a abandonarlo en un futuro próximo. Con su dominio, acabó por eclipsar prácticamente a todos los pilotos de una carrera en la que Fabio Morbidelli, que salía desde la novena plaza de la parrilla por su sanción de tres puestos por un incidente en los entrenamientos, acabó cuarto y el debutante Ai Ogura fue quinto.

En cuanto al resto de pilotos españoles, Fermín Aldeguer terminó decimotercer, Maverick Viñales fue decimosexto, Alex Rins, decimoséptimo, y Pedro Acosta, decimonoveno, tras sufrir una caída en los primeros compases y reengancharse a la carrera. Joan Mir, por su parte, sufrió también una caída y no pudo acabar su carrera número 100 en MotoGP y Raúl Fernández, finalmente, tuvo que retirarse de la prueba.