Nacho, muy cerca del adiós: del empujón de Mourinho a la arenga en Wembley

Nacho, muy cerca del adiós: del empujón de Mourinho a la arenga en Wembley

Nacho Fernández reconoce ponerse más nervioso en los actos institucionales, donde ejerce como capitán del Real Madrid, que en las noches más enrevesadas de la Champions. No sólo se trata de una cuestión de carácter. Hay otro motivo más. Desde hace dos años, los aficionados aprovechan esos momentos para pedirle que siga. Ayer, los gritos volvieron a repetirse entre la Catedral de la Almudena y la Puerta del Sol. Entre Cibeles y el Santiago Bernabéu. Nacho, tan maduro y responsable, no sabe muy bien cómo agradecer tanto cariño. Después de una temporada inolvidable, la primera con el brazalete, el capitán parece decidido a abandonar el club de su vida.

Para saber más

A lo largo de las últimas semanas, el silencio de Nacho se ha interpretado con cierto fatalismo en las oficinas del Bernabéu. Desde Wembley, a última hora del sábado, el presidente Florentino Pérez verbalizó esta sensación: "Es dueño de su destino, así que haremos lo que él quiera". El capitán nunca fue un tipo que esconda nada, así que tanto sigilo sólo puede significar una cosa.

Desde su debut a las órdenes de José Mourinho, un 23 de abril de 2011, Nacho ha disputado 364 partidos con el Madrid. Se trata de una cifra asombrosa para alguien como él, sin un físico apabullante ni una técnica particularmente depurada. Un canterano llegado desde Alcalá de Henares que hubo de hacerse hueco entre centrales como Sergio Ramos, Raphael Varane y Eder Militao. O laterales como Marcelo y Dani Carvajal.

La arenga del descanso

Hoy, 13 años después de aquel partido en Mestalla, en el palmarés de Nacho figuran 26 títulos, entre ellos, seis Champions, cuatro Ligas, dos Copas del Rey y cinco Mundiales de Clubes. Pese a quedarse fuera de la convocatoria en la final de Lisboa (2014), el triunfo del sábado ante el Borussia le permite igualar a Paco Gento en el Panteón de la Copa de Europa. A su lado, Luka Modric, Toni Kroos y Carvajal. Tras el torbellino de emociones, apenas podía contener las lágrimas. "Es la recompensa a toda una vida de dedicación a este club", dijo en los micrófonos de Movistar, admitiendo que se trataba de uno de sus días "más felices". El nivel de exigencia del Borussia hizo la gloria más placentera.

Durante el descanso, Carlo Ancelotti había querido incidir en la idea de que con la calidad individual no bastaría. Aun sin hablar ni gritar demasiado, el técnico trasladó a sus futbolistas que se necesitaba atención y orgullo. Sobre todo a la hora de defender. Después, cedió el turno a los líderes del vestuario. Carvajal tomó la palabra, haciendo hincapié en la falta de compromiso, en la escasa agresividad ante un rival cada vez más ambicioso, que ya había merecido tomar ventaja. Nacho, un tipo tan serio, no podía entender los malos ajustes de Vinicius, Rodrygo y Jude Bellingham en la presión.

La arenga surtió efecto y el cambio de esquema, pactado entre Carletto y sus futbolistas, resultó determinante para la victoria. Tras el pitido final, Nacho se abrazó en la tribuna con su hermano Alex, centrocampista del Cádiz, mientas sus hijos revoloteaban por el césped junto a Bellingham. El colofón a otra actuación casi perfecta como central zurdo. No se podía ceder un metro ante Niclas Füllkrug, protagonista de las mejores ocasiones del Dortmund. Cuando hubo que dejar algún recado, como en el minuto 67, Nacho tampoco iba a titubear ante el panzer germano. El campeón supo sufrir sin la pelota, consciente de que, tarde o temprano, llegaría su momento.

La espera, como virtud, ha sido una constante en la vida de Nacho, un tipo acostumbrado al furibundo nivel de exigencia en Valdebebas. Sus dos expulsiones en Girona y Vitoria -las primeras de su carrera- suscitaron en otoño un torrente de críticas. Quizá su peor momento a lo largo de 13 temporadas. Pero el trabajo oscuro volvió a dar fruto y la grave lesión de David Alaba terminaría por abrirle las puertas de la titularidad y un hueco en la convocatoria de España para la Eurocopa.

La llamada de Luis de la Fuente, el pasado lunes, supuso una pequeña reparación a lo que muchos madridistas -incluido su propio entorno- consideran una vieja afrenta. Seis años después del Mundial de Rusia, Nacho disputará su segundo gran torneo con La Roja, pugnando por un hueco en una defensa donde Robin Le Normand, Aymeric Laporte, Alejandro Grimaldo y Carvajal parten, de inicio, con cierta ventaja.

Antes de viajar a Donaueschingen, en plena Selva Negra, Nacho pretende resolver su salida de Chamartín. Como suele ser habitual en los últimos tiempos, las mejores ofertas para un jugador de 34 años provienen de Estados Unidos y el Golfo Pérsico. Mientras tanto, Ancelotti seguirá apurando sus dotes persuasivas: "Le he dicho que se lo piense bien, porque tengo la esperanza de que pueda seguir. Es una pieza demasiado importante, sobre todo para el ambiente del vestuario". Todo parece, sin embargo, más orientado hacia el adiós del último one club man blanco.

La fiesta del Madrid en Wembley: "Vino o cerveza" para Ancelotti, la madre de Bellingham con Mourinho, un "amuleto", una pelea...

La fiesta del Madrid en Wembley: “Vino o cerveza” para Ancelotti, la madre de Bellingham con Mourinho, un “amuleto”, una pelea…

"Estoy agotado. Necesito un vino o una cerveza. Y este domingo el puro, seguro", bromeaba Carlo Ancelotti en los pasillos del Estadio de Wembley, una vez superada la celebración sobre el césped, la entrega de la copa, los compromisos con los medios oficiales, la rueda de prensa y la zona mixta. El técnico italiano, a sus 64 años, vivió otro partido después de la final de la Champions League. El Real Madrid, su Real Madrid, levantó la Decimoquinta con cierto sufrimiento pero mucha felicidad, dos palabras que el italiano ha repetido sin cesar durante esta temporada, y cuando el colegiado anunció el final se inició un nuevo partido en el estadio que tuvo de todo: fiesta, muchas fotos, muchas palabras, risas, cánticos e incluso alguna pelea. Veamos.

Las lágrimas de Courtois tras el pitido final fueron el comienzo de la fiesta. Bellingham saltó del banquillo sin control, dando saltos de alegría, y se sumó al corrillo que se había creado alrededor de Carvajal, Rüdiger y Nacho. Mientras, en el banquillo, tranquilo, Toni Kroos iba abrazando a todos los presentes y buscaba con la mirada a su compatriota Hummels, amigo de la selección. Para él fue su saludo más sincero y su primera pausa. Un señor hasta el final.

Kroos, a hombros.

Kroos, a hombros.ADAM VAUGHANEFE

A unos metros comenzaban los bailes. Vinicius se acercó a celebrarlo con el fondo madridista mientras Tchouaméni y Camavinga bailaban y el resto cantaba ese "Cómo no te voy a querer" y los operarios de la UEFA preparaban el escenario para la entrega del trofeo, momento reservado para Zidane, que entregó la copa a Nacho. El francés y Gareth Bale fueron los ex que acompañaron al equipo. Todo quedó en familia.

Carvajal y Vinicius.

Carvajal y Vinicius.ADAM VAUGHANEFE

Manteo, bailes, el capote...

Después de que el capitán elevara la orejona al cielo de Londres, la situación se descontroló. Los jugadores celebraron el triunfo en la zona del césped más cercana al fondo de la afición madridista y en el córner donde se congregaban la mayoría de los familiares de los futbolistas. Y desde un primer momento esa situación fue un problema, porque la seguridad del estadio no quería dejar pasar a los familiares al césped y los jugadores sólo querían celebrar con ellos.

Trabajadores del Madrid intentaron reconducir la situación mientras la fiesta seguía. Manteo a Ancelotti, baile con el italiano, Nacho con el capote torero, Kroos a hombros de Militao rodeado de sus compañeros en una imagen icónica... Y todos levantando la copa, incluido Jeremy de León, jugador del Castilla que ha viajado con el equipo en Champions para cuadrar el número de jugadores en los entrenamientos y al que en el vestuario llaman, con cariño, el "amuleto".

Rüdiger en la grada.

Rüdiger en la grada.Kiko HuescaEFE

A su lado, Rüdiger casi acaba con Modric. "¡Mi rodilla!", le tuvo que gritar el croata, en broma, al alemán cuando éste le cogió a hombros. "¡Seis, seis, seis, seis!", repetía como un loco el central, en referencia a las Champions ganadas por Luka.

Pelea entre la seguridad

En la grada, los miembros del club consiguieron convencer a la seguridad para que los familiares saltaran al campo, pero hubo algunos malentendidos y la situación se tornó en pelea. Trabajadores del departamento de seguridad del Madrid y de seguridad del estadio de Wembley (no de la UEFA) se enzarzaron en una discusión que llegó a las manos, con agarrones y empujones entre ellos. Todo porque no dejaron pasar a algunos familiares, lo que provocó el enfado de los futbolistas y del club. Los trabajadores del estadio argumentaban que esas personas no tenían la acreditación correspondiente y los propios futbolistas tuvieron que subir a los asientos a buscarlos. La situación continuó en el interior con varios operarios de seguridad de Wembley empujando contra las paredes del estadio a los de seguridad del Madrid. Un caos.

Bellingham y su familia.

Bellingham y su familia.JUSTIN TALLISAFP

La madre de Bellingham, fan de Mourinho

En el césped, el hermano de Vinicius corría a abrazar a Bellingham, que le recibía como un familiar más. El inglés hizo de gancho entre su madre y Jose Mourinho, al que le pidió una foto con ella. "Mi madre es una gran fan de Jose desde hace años y le tuve que pedir que se sacara una foto con ella", explicaba el jugador, que le regaló la medalla de la Champions y la camiseta del partido a su madre. "Si la próxima temporada te enfrentas al Fenerbahce, relájate", le dijo el técnico portugués, que acaba de fichar por el conjunto turco.

Vinicius se acercó a la grada a saludar a su 'jefe', el rapero Jay-Z, propietario de la agencia de representación Roc Nation, que el pasado verano adquirió la empresa que lleva los negocios del brasileño. Fue uno de los VIP que se acercó a los jugadores, junto a otros como Lando Norris, piloto de Fórmula 1, que bajó al césped a sacarse fotos con varios futbolistas. En la portería, Camavinga, incansable, jugaba al fútbol con su hermano pequeño y con los hijos de otros compañeros. Tenía gas para más.

Vinicius.

Vinicius.GLYN KIRKAFP

La fiesta se trasladó a la zona mixta y al autobús, donde Vinicius apareció ya con gafas de sol. No se las quitó en toda la noche mientras tarareaba canciones del Madrid. "Llega un momento que los jugadores del Madrid dicen 'ahora', y van y ganan", resumía Florentino Pérez en los pasillos. "Sin armar ruido, creo que hemos hecho una buena temporada", bromeaba el presidente.

Al lado del máximo responsable del club estaba Vinicius, que le pedía "que me renueve otra vez, quiero estar aquí para siempre". Toni Kroos, admitía que es "el final perfecto" para su carrera, Bellingham reconocía que "no es una temporada perfecta, nos faltó la Copa", y Modric recordaba que está "cansado de que hablen de la edad, yo me siento bien". Todo mientras desde el bus se escuchaban los golpes de las manos contra las ventanas. Ya había empezado la música que no se apagará hasta que termine la fiesta en Cibeles, este domingo por la noche.

¿Por qué gana el Madrid? La pregunta sin respuesta

¿Por qué gana el Madrid? La pregunta sin respuesta

La humanidad lleva siglos intentando explicar con palabras, y sin éxito, fenómenos que sólo se pueden entender cuando los vives. El amor, el dolor, la belleza, el Real Madrid... ¿Quién puede atrapar lo irracional en unas frases? El Madrid ganó de nuevo. Fue inferior muchísimos minutos, se vio arrollado en la primera parte y le salvaron Courtois, el palo y el tembleque de Adeyemi. Pero ganó. Por supuesto, que ganó. ¿Por qué? Y yo qué sé. Nadie lo

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El Real Madrid se cita con la inmortalidad en el templo de Wembley

El Real Madrid se cita con la inmortalidad en el templo de Wembley

Se marcha Kroos, como antes lo hicieron Cristiano, Raúl, Casillas, Sergio Ramos, Benzema o tiempo atrás Di Stéfano, aunque ninguno con la paz interior del alemán, y ahí continúan otros, sonrientes mientras juguetean con la pelota en mitad de un templo, como niños bajo el retablo antes de misa, porque convierten cada final en un domingo cualquiera. Han conseguido dominar a la liturgia en lugar de sentirse apocados por su trascendencia. No hay voluntad de Dios, sino únicamente su propia voluntad, porque estamos ante esta religión sin Dios que es el fútbol. Ni el responso imaginario ni la música de la Champions les atenaza, ya que son la Champions en carne y hueso. También en espíritu. La carne es mortal; el espíritu, jamás.

La final de Wembley es la número 18 del Madrid, de las que ha ganado 14, a la espera del desenlace ante el Borussia Dortmund. Lo ha hecho de forma heterodoxa, en épocas diferentes y con modelos distintos, aunque pasara 32 años en blanco. Existe, sin embargo, un paralelismo en la concentración de las seis primeras, levantadas en el margen de 11 años, entre 1955 y 1966, y las cinco del último decenio, que pueden convertirse también en seis en Londres. Los presidencialistas Santiago Bernabéu y Florentino Pérez son los ideólogos de ambos periodos de éxito, pero mientras la primera época tuvo un liderazgo unívoco en el campo en la figura de Di Stéfano, la segunda ha sobrevivido a la marcha de los grandes jugadores para colocar al Madrid por encima de los nombres, como predicaba el argentino.

ANTES DE MBAPPÉ

Son los futbolistas los que se impregnan de su relato, no al revés, un intangible que los hace gigantes. Mbappé llegará en su busca. A su desplante, hace dos años, respondió el Madrid con el título en su ciudad, París. Tras su último fracaso, puede añadir el de Londres. El francés lo tiene todo, fama y dinero, a sus 25 años. Todo menos el Grial sin el que se sentirá incompleto. Por eso llegará a un Madrid sin Kroos, pero renovado y proyectado hacia el futuro, que volverá a citarse en una final.

Desde todos los ángulos, el equipo de Carlo Ancelotti parte como favorito, sea la historia; el recorrido en esta Champions, invicto; el balance goleador en el torneo (26 para los blancos por 17 de los alemanes); la jerarquía de sus jugadores o la experiencia de su técnico 'Mr. Champions' del banquillo, con cuatro títulos.

LA RECONSTRUCCIÓN DEL DORTMUND

El Dortmund es un equipo bien estructurado, motivado y liberado de presión, que ha sabido, asimismo, reconstruirse pese a las últimas salidas de Haaland y Bellingham. Ahora es más coral y ofrece un periodo de reinserción a Jadon Sancho. Hummels es el eslabón con el gran Dortmund de Klopp, puro pop, que mereció ganar la Champions, en 2015, y perdió ante el Bayern. El título que conquistaron en 1997 con una versión de menos brillo llevó a un defensa, Sammer, al Balón de Oro.

Desde el reconocimiento al trabajo de Edin Terzic, la realidad es que los peores adversarios del Madrid son la estadística y los que anidan dentro de sí mismo. A la estadística que habla de ocho Champions consecutivas, desde la 'Séptima', es mejor no mirarla, porque alienta, pero la ley de la probabilidad dice que cuánto más ganas, más amenazante es la llegada de la derrota.

Pese a encontrarnos ante el Madrid más estable y equilibrado tácticamente de los últimos tiempos, el equipo de Ancelotti ha ofrecido algunos tramos de desconexión también en esta Champions, como en los octavos contra el Leipzig, o ha tardado en activarse. En una final y frente a un equipo que saca mucho partido a esos lapsus, como hizo en en la vuelta ante el Atlético o en París, podría deparar dificultades inesperadas. Ancelotti necesita a un equipo sólido y dominador para no jugar el partido que quiera el Dortmund, pero también paciente, porque nadie disputa los desenlaces como el Madrid. Kroos para lo primero; Vinicius para lo segundo.

VINICIUS Y COURTOIS

Goleador en París, hace dos años, Vinicius está en su momento más decisivo, como ha demostrado en esta Champions, en especial frente al Bayern. Es el jugador al que invoca una final, además de sentirse invocado en el camino del Balón de Oro y frente a la llegada de Mbappé. No se llega donde quiere llegar sin ego. Ancelotti lo sabe y lo acepta, y el Madrid también, pero sin olvidar el peso de los 'antidivos' en el camino hacia Wembley, desde Lunin a Nacho o Joselu.

El ucraniano, afectado por una oportuna gripe, cedió ante la ley de la gravedad que es capaz de invertir Courtois. Una vez bajo los palos, no hay clemencia posible. Hace dos años, fue un héroe en París ante las baterías del Liverpool. Entonces dijo el belga que estaba en el lado bueno de la historia, después de haber sufrido al Madrid en Lisboa. No hay lados buenos y malos para quienes se entregan. Es el lado inmortal de la victoria el que ocupa el Madrid, porque gane o pierda en Wembley, volverá.

Pintas para la vigilia en el hotel del Real Madrid: "O goleada o catástrofe: no hay término medio"

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Lleva un tiempo comprender que afición casi nunca es sinónimo de satisfacción. El aficionado de verdad lleva sus colores como el cofrade su paso, y en la encrucijada de cada partido encuentra mucho antes razones para el sufrimiento que para el disfrute. El madridista fetén, que conoce como nadie el hábito feroz de la victoria y colecciona más títulos de los que caben en un museo descolonizado, en realidad se siente incómodo en vísperas de disputa

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El “50-50” de Modric para la final y la reflexión de Ancelotti: “Mucha preocupación y mucho miedo, es lo normal”

Actualizado Viernes, 31 mayo 2024 - 18:15

Carlo Ancelotti, Nacho Fernández y Luka Modric. 16 Copas de Europa (seis el técnico, dos de ellas como jugador, y cinco cada uno de los futbolistas) sobre la mesa de la sala de prensa de Wembley para intimidar un poco, si es que hacía falta, al Borussia Dortmund en la previa de la gran final de la Champions League. El entrenador y los dos capitanes del Real Madrid fueron los protagonistas de la comparecencia madridista y mostraron mucha "confianza" para el partido, aunque también "mucha preocupación y mucho miedo". "Es lo normal", admitió Ancelotti, siempre reflexivo.

El conjunto blanco parte como favorito ante el cuadro alemán, no es ningún secreto, pero "no ha sido una semana tranquila", insistieron Nacho y Modric. El defensa camino de su primera titularidad en una final. El croata, a punto de su primera suplencia. "Todos nos dan como favoritos, pero nosotros no pensamos así. Partido 50-50 y jugamos contra un equipo que ha hecho una temporada fantástica. Hemos entrenado muy bien", resumió Modric.

Ancelotti confirmó la presencia de Courtois en el once después de la fiebre de Lunin durante esta semana y reconoció que antes del partido apelará a la táctica, no a las emociones. "Lo más importante para este tipo de partidos es meter ideas claras en la cabeza de los jugadores. Cuanto más claro sea, menos nervios tendrá el equipo. Las emociones llegan y cada uno las maneja según su carácter. Tendremos emociones, preocupación, miedo... Pero el miedo es una parte importante para hacer bien las cosas. El equipo ha demostrado esta temporada dos cosas muy importantes: la calidad y el sacrificio. La actitud colectiva del equipo ha sido impresionante. Y el sacrificio y la calidad han sido claves".

Cuestionados sobre las remontadas, Nacho respondió que, obviamente, "prefiero ir ganando", como Modric, "yo también, claro". "Hemos demostrado muchas veces que cuando las cosas no van bien, seguimos peleando. Pero como dice Nacho, preferimos ir ganando", explicó. "Es difícil de responder esta pregunta. Este club tiene algo especial. No es casualidad lo que pasa aquí. La historia, la tradición, el carácter, la calidad... Pasa tantas veces que no es casualidad", comentó el técnico.

Carletto dejó para el final su reflexión de cada rueda de prensa, una tan concreta y sobresaliente que Modric no quiso añadir nada más. "Todo perfecto", contestó el croata. "Hay que disfrutar porque luego empieza la preocupación de que puede salir mal, porque está muy muy cerca, lo ves muy cerca, la cosa más importante en el fútbol... Tienes el miedo de que se te pueda escapar. Todos tenemos este sentimiento. Felicidad por estar aquí, porque es complicado llegar, y cuando llega la final y tienes el éxito cerca, pues viene la preocupación, esta noche, mañana por la mañana... Mucha preocupación y mucho miedo. Es todo normal. Cuanto más miedo tienes, más feliz eres si eres capaz de ganar", finalizó.

El madridista Rodrygo, antes de la final de la Champions: "El Manchester City es el mejor equipo del mundo"

El madridista Rodrygo, antes de la final de la Champions: “El Manchester City es el mejor equipo del mundo”

Actualizado Jueves, 30 mayo 2024 - 18:24

"Del uno al diez, mi ilusión por ganar es mil". Son palabras del delantero brasileño del Real Madrid Rodrygo Goes en un reportaje publicado en la revista GQ Hype a tan sólo dos días de la final de la Champions League.

Un largo artículo en el que el jugador desliza una afirmación llamativa. Se refiere a la clasificación del Real Madrid, en cuartos de final, ante el Manchester City. "Siendo sincero, sabíamos que ellos eran mejores", asegura sobre el equipo liderado por Pep Guardiola. "Para mí es el mejor equipo del mundo, el que juega el mejor fútbol", recalca.

Con esa perspectiva, Rodrygo encara el partido del sábado. "Creo que el rival más difícil ya se fue", explica, "pero eso no quiere decir que vaya a ser fácil ahora ganar la final. Con el Bayern fue muy difícil y con el Borussia va a ser muy difícil también".

Rodrygo, en la portada de GQ Hype

Rodrygo, en la portada de GQ HypeJesús Leonardo

Pese a lo anterior, Rodrygo mezcla prudencia y confianza al hablar sobre las posibilidades del equipo de Ancelotti. "Siempre he visto al Madrid ganar todas las finales y espero que siga así. Yo siempre digo una final es al 50-50. Claro que por ser el Madrid siempre nos ponen como favoritos, pero para mí sigue estando al 50-50".

En el reportaje, ilustrado con fotos del futbolista `vistiendo ropa de marca, el jugador elogia la actitud de sus compañeros más veteranos. "Nacho, Modric, Carvajal... llevan muchísimos años y siguen queriendo ganar como el primer día", afirma.

Elogia además Rodrygo el liderazgo de Carlo Ancelotti. "Creo que ha sacado lo mejor de mí. Siempre me intenta ayudar, habla conmigo, me dice lo que tengo que mejorar. Y eso me viene muy bien. Desde que llegó, creo que soy otro jugador", asegura sobre el entrenador italiano.

El brasileño muestra además su cariño por el alemán Toni Kroos, que ha anunciado su retirada. "Estamos todos muy tristes en el vestuario. Tristes porque va a dejar el fútbol y no lo vamos a ver jugar más. Es una noticia triste, pero también alegre, por todo lo que hemos disfrutado con él. Yo todavía más, porque he jugado con él y hemos ganado una Champions juntos", añade Rodrygo sobre el centrocampista alemán.

Wembley: la final de los 10 minutos que conviene al Real Madrid

Wembley: la final de los 10 minutos que conviene al Real Madrid

De las finales de Champions que ha disputado el Madrid contemporáneo, a la que más podría parecerse la de Wembley es a la que jugó frente al Bayer Leverkusen, en 2002. Un rival alemán de clase media, inferior desde cualquier ángulo a los blancos, que desde 1988 han ganado dos veces a la Juventus, dos al Liverpool, dos al Atlético, una al Valencia y otra al citado Leverkusen: ocho de las 14. Sin embargo, la Novena, resuelta con la volea de Zidane en el minuto 45, fue la que supuso un mayor padecimiento para el Madrid, junto con la disputada en París, con un desenlace heroico para Casillas. La radiografía de los finalistas en el trayecto hacia Wembley no augura, inicialmente, algo similar, ya que de todas las superioridades que pueden apreciarse en el Madrid frente a su rival, ninguna es tan evidente como su producción goleadora en los 10 últimos minutos de los partidos o su alargue. Las estadísticas de este curso dicen que en ese tramo es imbatible, y no precisamente por su portero. Si es capaz de llegar sin sorpresas, nadie como el equipo de Carlo Ancelotti juega mejor la final de los 10 minutos.

Entre el gol que marcó Vinicius al Bayern Múnich en el minuto 83, en la ida de las semifinales, y el de Bellingham al Unión Berlín, en el minuto 93, en el primer encuentro de la fase de grupos, el Madrid ha conseguido cinco más (ver gráfico). Es decir, siete a partir del minuto 80 de los 26 marcados en total en la competición, un 26,9%. El porcentaje de su producción goleadora ya es mayor en el segundo tiempo (61,5%), aunque con una gran concentración en esa franja final. En el mismo segmento, el Dortmund sólo ha marcado dos tantos, el que anotó en el Metropolitano por medio de Haller (minuto 81), en cuartos, y el logrado frente al PSV Eindhoven, en la ida de los cuartos, a cargo de Reus (minuto 94). Un 11,7% de su bagaje goleador en esta Champions.

Al contrario, los alemanes han conseguido dos tantos en los primeros 10 minutos por ninguno de los blancos, que lograron el primero por parte de Rodrygo frente al Nápoles en el Bernabéu, a los 11 minutos. Sugiere el dato que el Dortmund parte más activado en los partidos frente a un Madrid que ha tenido arranques perezosos, algo de lo que los propios protagonistas han hecho autocrítica repetidamente. Los anticuerpos que son necesarios para evitarlo es de suponer que son más fáciles de activar en una finalísima.

UN RIVAL MEJOR EN EL ECUADOR

Los goles alemanes se reparten prácticamente a partes iguales entre los dos tiempos, tan sólo uno más tras el descanso. Sorprende que, pese a la diferencia en la producción (17 frente a 26), el Dortmund ha marcado más en el ecuador de los encuentros, entre los minutos 30 y 50 (cinco frente a dos). Las dos salidas al terreno de juego y el final del primer periodo son, según el recorrido anterior de los equipos, fases en las que el Madrid ha de estar especialmente vigilante.

Con muchos menos goles, en el equipo de Edin Terzic, en cambio, han marcado más futbolistas que en el de Ancelotti (12 por 10). Vinicius, Rodrygo y Joselu han anotado cinco cada uno, por cuatro de Bellingham. Ningún jugador del rival en Wembley ha conseguido tantos. Füllkrug suma tres por dos de Brandt, Reus y Adeyemi. Se trata de un equipo muy coral tanto en lo defensivo como en lo ofensivo, donde el despliegue de Adeyemi, Jadon Sancho y Brandt multiplica las opciones. El balón parado le da, asimismo, buenos frutos, como demostró Hummels en París. Füllkrug es un 'delantero-tanque' poderoso físicamente.

"NUESTRA AUTOESTIMA CRECIÓ"

El Madrid ha marcado en todos los partidos mientras que el Dortmund no lo hizo en los dos primeros, ante PSG y Milan. Curiosamente, no pudo ganar a los de Luis Enrique en ninguno de los dos encuentros de la fase de grupos, pero les derrotó en ambos en semifinales. Ello dice mucho de un equipo que ha crecido en los momentos de presión, como era la vuelta de cuartos después de perder en el Metropolitano. «A partir de la tercera jornada, cuando jugamos contra el Newcastle y ganamos, notamos cómo empezábamos a creer que podíamos conseguir algo. Nuestra autoestima comenzó a crecer», dice Terzic. La realidad es ya no dejó de hacerlo. La final es su premio. «Si jugáramos 10 veces contra el Madrid, sería difícil ganar en el balance general, pero a 90 minutos o 120 más los penaltis, podemos vencer a cualquiera».

El Dortmund será el cuarto rival alemán del Madrid en esta Champions, que la empezó ante el Unión Berlín, con una victoria pírrica en el Bernabéu, y en el mismo lugar tuvo su momento crítico del torneo ante el Leipzig. Padecer ante el Bayern estaba en el guion. Las finales tienen el suyo propio. Mejor para el Madrid sise decide en los 10 últimos minutos.

Ancelotti: "El sábado brócoli, salmón, pasta, siesta... Y luego por la tarde ya llegan los sudores fríos"

Ancelotti: “El sábado brócoli, salmón, pasta, siesta… Y luego por la tarde ya llegan los sudores fríos”

A cinco días de la final de la Champions League, Carlo Ancelotti se presentó en la sala de prensa de Valdebebas tan relajado como siempre. Lejos quedan todavía los "sudores fríos", que según el técnico italiano llegarán el sábado por la tarde, justo antes del camino desde el hotel hacia Wembley. "Las previas de estos partidos son siempre iguales. Es mi novena final si tengo en cuenta las que jugué como jugador, así que va a ser la misma semana. Estoy contento de estar aquí y después vendrá la preocupación, los sudores fríos del sábado por la tarde, el miedo... Antes quiero disfrutar. Brócoli, salmón, pasta, una siesta... Luego las pulsaciones suben a 120".

Cuestionado sobre su rival, el transalpino elogió al Borussia Dortmund y lanzó un mensaje a aquellos que menosprecian la final: "Llegan los dos mejores equipos. Muchos están de vacaciones y verán el partido por la televisión", declaró, antes de alabar las virtudes de su rival: "Tenemos que estar preparados para todas las facetas del partido, el Dortmund es formidable en transiciones. Sancho, Adeyemi... Luego tienen un bloque defensivo compacto, tienen un tipo de características como nosotros, pueden presionar, van fuerte... Va a ser un partido competido y luchado, ganará quien hace mejor las cosas", y recordó que "no pensamos en ser favoritos, el Dortmund ha eliminado a equipos de mucho nivel".

Sobre el césped, pocas dudas. La baja de Tchouaméni sitúa a Nacho como central junto a Rüdiger, con Carvajal y Mendy en las bandas, dejando el centro del campo para Camavinga, Kroos, Valverde y Bellingham y la punta del ataque para Vinicius y Rodrygo. El único debate de estos días ha sido el de la portería entre Courtois y Lunin, y como le gusta el debate, Ancelotti no quiso acabar con él: "Llega el mejor portero del mundo... Va a jugar uno de los dos y el otro estará en el banquillo. La decisión la tomaré antes del partido y como me gusta el debate y no tengo nada que hacer esta semana...", bromeó.

Ancelotti ha destacado que a pesar de ser una temporada complicada, los futbolistas nunca han pensado que tenían "un problema". "Esto ha sido lo más importante. A Tchouaméni no le gustaba ser central, pero lo prefería antes que el banquillo, Camavinga con el lateral igual...".

Sobre el futuro de sus jugadores, admitió que Nacho "lo único que me ha dicho 'hablamos después de la final'. Le he dicho 'llámame por teléfono porque yo estaré de vacaciones'", dijo sobre la situación del central, que todavía no ha renovado su contrato para la temporada que viene.

Será la sexta final de Ancelotti como entrenador y hasta ahora ha ganado cuatro, dos de ellas con el Madrid. "La historia de este club nace con esta competición. La mayor motivación es seguir ganando", y resumió su forma de dirigir un vestuario: "No soy psicólogo, pero las relaciones son lo más importante. Estoy más con ellos que con mi mujer y mis hijos. Si no hay buena atmósfera, no hay buen trabajo".

En ese vestuario, dos protagonistas, Kroos, que disputará su último partido, y Vinicius, convertido en estrella mundial. "Ojalá Toni se pueda despedir con una Champions, pero ganar otra no cambiará su carrera", dijo sobre el alemán. "Vinicius está más centrado en los premios colectivos que en los individuales. Hemos hecho un gran trabajo con él", comentó sobre el brasileño.

Tras los pasos de Ancelotti en Reggiolo: "Viene de la tierra, por eso es tan humilde y trabajador"

Tras los pasos de Ancelotti en Reggiolo: “Viene de la tierra, por eso es tan humilde y trabajador”

Cada mañana, Peppino, su padre, se ponía al volante para recorrer los 50 kilómetros que separan Reggiolo de Parma. Un hombre de pocas palabras, pero tifoso enfermizo del Milan, que se hizo enterrar con el uniforme oficial del heptacampeón de Europa. Cada 10 de mayo, fecha de su cumpleños, Carlo Ancelotti acudía puntual a felicitarle. Y la pasada semana, aprovechando un hueco previo a la final de Wembley, el entrenador del Real Madrid tampoco olvidó la visita al cementerio. Junto a él, su hermana Angela, que reside en la cercana Novi di Modena. Por las riberas del Po, el sol aprieta y la vida pasa despacio. Nadie olvida de dónde viene y todos saben que volverán. La gente se remanga a disposición del bien común, como tras el terremoto que devastó la zona, un 29 de mayo de 2012. Carletto, que nació, creció y salió de aquí camino de la eternidad, también regresará. Como uno más.

A la sombra de las almenas de la Rocca di Reggiolo, una fortaleza medieval cuyos muros resistieron los embates del seísmo, Fausto Mazza regenta el Ristorante Toscanini. «El jueves [16], a las nueve de la mañana, Carlo estaba sentado conmigo en esta misma mesa», revela, con la misma naturalidad con la que arrastra su corpachón entre los manteles. En su aire socarrón y hospitalario, en el apretón de sus manos callosas, cabe toda la Bassa Emilia. «Ancelotti proviene de una familia campesina muy pobre. Así que, pese a los éxitos, esa herencia siempre va a estar ahí. Dice mucho de él que un personaje de su relevancia entre aquí a saludar y a tomar un café con los amigos».

Junto a un banderín rossonero del Milan, Mazza guarda dos fotos como alhajas. Una, de 1974, el año que compartió junto a Carlo en el Reggiolo Calcio. La otra, de 1995, cuando organizó un torneo al que su camarada, entonces técnico de la Reggiana, quiso apuntarse. «A los 14 años todos queríamos ser profesionales, pero la mayoría no teníamos ni para las botas. Las que nos dejaba al club, a menudo no nos servían, porque ya las habían destrozado los mayores», recuerda Fausto. Y su sonrisa, deshilachada entre la barba entrecana, se despliega al presentar los cappelletti in brodo, especialidad gastronómica de la Bassa. Una pasta rellena sumergida en caldo de carne y aderezada con el toque preferido de Ancelotti: «Un dedo de vino tinto. Sólo un dedo».

«¿De verdad no se marcha?»

Entre las celebridades locales, la popularidad de Mazza rivaliza con la de Giancarlo Simonazzi, párroco de Santa Maria Assunta y guardián de la llave del Oratorio San Giuseppe. Entre sotanas y alzacuellos marcó sus primeros goles, hace casi medio siglo, aquel niño tan glotón. Pero de camino al número 96 de la Via Giacomo Matteotti hay parada preceptiva en la Ferretería Ancelotti. Gaetano y Roberto, remotos parientes por parte de abuelos, regentan el negocio. Son tan gentiles, tan a la vieja usanza, que hasta su duda enternece: «¿De verdad que no va a marcharse a Brasil?» Al fondo, varios militantes de Forza Italia faenan con las pancartas en una calle dedicada al ilustre mártir del socialismo. Los ojos de Don Giancarlo, casi octogenarios, ya parecen haberlo visto todo un par de veces. Pero cuando abre la cancela, también en su voz se derraman unos acentos de nostalgia.

«Todo este vestíbulo tuvo que reconstruirse tras el terremoto, aunque la parte de dentro no ha cambiado», explica el sacerdote, apuntando a un solar donde las matas de hierba crecen desordenadas. Hace tiempo que arrancaron las porterías y hay que forzar demasiado la imaginación. Así que mejor dejar constancia de la última prédica antes de partir. «Nadie podrá objetar nada de Carlo como futbolista y entrenador, pero a nivel personal, hay quien piensa que ha cometido graves errores». No hay forma, divina o humana, de sonsacarle algo más. Simonazzi habla y se mueve como aquel Don Camilo de las novelas de Giovanni Guareschi.

El Stadio Comunale Rinaldi, sede del Reggiolo Calcio.

El Stadio Comunale Rinaldi, sede del Reggiolo Calcio.M.A.H.

Por estos contornos, los caminos son rectos y los vecinos conocen, terrón a terrón, cada palmo cultivable. En primavera, algunos diques se desbordan y el agua, fangosa, engulle las tierras bajas. Los mosquitos devoran. El sol curte incluso el pellejo de Adone Bertazzoni, labrador a tiempo completo y presidente, en los ratos libres, del Reggiolo Calcio. Como cada sábado a mediodía, Adone acude con su furgoneta al Stadio Comunale Rinaldi. Trajina con unas sillas de plástico y enseña al periodista las instalaciones municipales. «Carlo, como yo, viene de la tierra, de la estructura de la tierra. Por eso es un tipo tan humilde y trabajador». Bertazzoni, con sus ojillos vivaces y su dentadura de niño pobre, representa el testimonio de un mundo que se acaba.

«Tenemos un terreno fértil. Yo cultivo maíz, trigo y soja. Disfruto con mi vida tranquila y con mi casa en el campo», confiesa. Pero desde la construcción de la autopista a Brennero, la arcadia se ha visto azotada por el progreso. Comer Industries, suministradora de Jeep, y la farmacéutica Sarong, abrieron sede en los alrededores. Disminuyó el desempleo, aunque el orgullo de Reggiolo no se mide en datos macro. «En este club contamos con 50 voluntarios. Empezamos con niños de cinco años hasta el equipo senior. Siempre intentamos hacer bien las cosas. Ancelotti empezó aquí en 1974 y mira su trayectoria tan increíble». Bajo la tribuna principal, en un cuartillo carcomido por el polvo, se amontonan trofeos, testigos de aquel tiempo, cuando Carletto partió hacia Parma. Del Ennio Tardini, al Olímpico de Roma y San Siro. Del banquillo de la Reggiana a las puertas de su quinta Champions.

"Durante su primera etapa en la Reggiana tenía dudas sobre si valía para los banquillos"

Han transcurrido casi tres décadas desde aquel debut en los banquillos en la Serie B, quizá la fase menos conocida de su carrera. «En esa época Carlo estaba preocupado, con dudas sobre si valía o no, pero también tenía mucha motivación», apuntan sus conocidos de entonces. Reggio Emilia, capital de la región, no entendía el pésimo momento de un equipo que únicamente sumó cuatro puntos en las siete primeras jornadas. «Él siempre repite que fue uno de sus peores momentos. Incluso se planteó la dimisión, pero le dieron confianza y terminaron ascendiendo».

Adone Bertazzoni y Roberto Angeli.

Adone Bertazzoni y Roberto Angeli.

Su filosofía originaria aún encaja en las horas previas de una séptima final de Champions: «Ninguna noche impide al sol salir por la mañana». No obstante, al éxito con la Reggiana le sucedió una repentina crisis. «Repetía a sus asistentes: "Esto es demasiado estresante". Decía que lo iba a dejar en tres o cuatro años. De hecho se ponía como fecha límite el año 2000».

La electricidad de un banquillo quizá sólo sea equipareble a la de la política. Y de eso va sabiendo lo suyo Roberto Angeli, con tres legislaturas ya a las espaldas. «Le conocí en casa de Angela, durante la fase de reconstrucción del pueblo. Hace tiempo que no nos vemos, porque siempre anda muy ocupado, pero cuando gana algún título hablamos por teléfono», comenta el alcalde de Reggiolo. Aunque comparta una casa en Vancouver con Mariann, su esposa, Carlo guarda otros proyectos para la jubilación. «Todos esperamos con ilusión su regreso a Reggiolo. Ya me han pedido un homenaje de bienvenida, así que lo recibiremos con los brazos abiertos. Organizaremos una gran fiesta en la que participará todo el pueblo», finaliza Angeli.

Entre la brisa mecida por los cerezos llegan ecos lejanos de la Champions. Algo especial habrá en la Emilia-Romagna, tierra de Arrigo Sacchi y Alberto Zaccheroni. O de Simone Inzaghi, natural de Piacenza y Stefano Pioli, de Parma. Sacchi revolucionó el fútbol, pero Ancelotti ha perfeccionado, como ningún otro, la fórmula ganadora.

El Ristorante Toscanini, el favorito de Carlo en Reggiolo.

El Ristorante Toscanini, el favorito de Carlo en Reggiolo.M.A.H.

Sus rutas gastronómicas

M.A.H.

Durante su niñez de posguerra y privaciones, la dieta semanal se limitaba a una sopa con tocino, unos huevos con cebolla y un trago de vino. Para los días de fiesta, alguna perdiz o gallina frita. El pequeño Carletto siempre tuvo buen apetito y el dinero del fútbol simplemente hizo aflorar su lado más gourmet. Apasionado del jamón ibérico y los caldos gran reserva, el técnico blanco no pierde ocasión, cuando viaja a su tierra, para el buen yantar. Entre sus rincones favoritos, el Ristorante La Pinta, en San Bernardino di Novellara. Regentado por Jeris Folloni, en sus paredes aún cuelga una foto del entonces centrocampista del Milan. De sus tiempos en el Parma queda registro en cada visita a la Hostaria da Ivan, situada en la pequeña localidad de Fontanelle di Roccabianca. Sobre estas líneas, el Ristorante Toscanini, su favorito de Reggiolo.