El amargo adiós de Sergio Ramos a la selección: una llamada cordial y una mala digestión

El amargo adiós de Sergio Ramos a la selección: una llamada cordial y una mala digestión

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El seleccionador le ha llamado este jueves sobre las 13.00 horas y la conversación ha terminado de forma amistosa. Sin embargo, la reacción del jugador horas después ha sido brusca: “Se veía venir”, dicen en Las Rozas.

Sergio Ramos, durante un partido reciente con el PSG.MUNDO

Este jueves, a las 13.00 horas, Luis de la Fuente, sentado en la silla de su despacho en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, con vistas a la nada, cogió el teléfono e hizo la llamada que llevaba barruntando muchos días. Al otro lado del teléfono, Sergio Ramos, el hombre que más veces ha vestido la camiseta de la selección (180), el hombre que no la viste desde marzo de 2021, el capitán desde la retirada de Casillas. Alguien que, a juicio del nuevo seleccionador nacional, merecía la deferencia de llamarle personalmente para decirle que no cuenta con él para su nueva etapa, a iniciar dentro de menos de un mes.

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Según testigos de esa conversación, la misma transcurrió en un clima de absoluta cordialidad. Ramos pareció entender las razones del técnico que, valorando su trayectoria, ensalzando su figura, le habló sin embargo de un nuevo proyecto, de impulsar la apuesta por la gente joven que había comenzado Luis Enrique, y que no le habló, también sin embargo, de que no le quiere en el grupo porque todos en Las Rozas saben la dimensión, no siempre buena, que adquirió Ramos en sus últimos años, no le habló tampoco de la mala influencia que alguien como él suponía para un grupo sin vicios adquiridos como el que hoy compone la selección. No le habló, en resumen, de todo lo que significaba Ramos fuera del campo y que, a ojos de esta Federación, y a ojos de De la Fuente, no eran lo mejor para el futuro.

Desde París, Sergio Ramos asentía. Le dijo al entrenador que respetaba sus decisiones y, en menos de cinco minutos, colgó el teléfono con aparente normalidad. “No te fíes”, le dijo alguien poco después a De la Fuente. La confirmación le llegó pasadas las 18.00 horas, cuando jugador del PSG lanzó un durísimo comunicado en sus redes sociales para contar por qué se acaba su etapa con España. “He recibido la llamada del actual seleccionador, que me ha comunicado que no cuenta y que no va a contar conmigo, independientemente del nivel que pueda mostrar o de cómo continúe mi carrera deportiva”, explicaba, para ir subiendo el tono hasta utilizar frases como “humildemente, creo que esa trayectoria merecía terminar por una decisión personal o porque mi rendimiento no estuviera a la altura de lo que merece nuestra selección” o “miro con admiración y envidia a Modric, a Messi, a Pepe… la esencia, la tradición, los valores, la meritocracia y la justicia en el fútbol. Lamentablemente no será así para mí, porque el fútbol no siempre es justo y el fútbol nunca es sólo futbol”.

“Debió tener una mala digestión”, sonreían de medio lado este jueves en Las Rozas, “porque la comunicación la aceptó con mucha educación y de buen grado”, insisten. Otro veterano de la Federación lo explica de otro modo: “Si quieres empezar un nuevo proyecto, no puedes tener a una figura como él”. Una figura es el término más elegante que sale de esa Ciudad del Fútbol. El caso es que la abrupta reacción del ex capitán no cogió por sorpresa a casi nadie allí. “Se veía venir. La elegancia nunca fue su fuerte”, se escucha todavía por allí, donde sospechan que ha sido el último intento de Ramos de intervenir en el futuro de la selección, “echando mierda” al nuevo proyecto antes de que arranque, pues el andaluz tiene un amplio y ruidoso coro mediático que dará vuelo durante unos días al sentimiento del futbolista.

La decisión difícil, la de no convocarle por primera vez y mantenerle lejos del grupo, la tomó Luis Enrique. Y, cuando le entregaron el cargo, Luis de la Fuente, en el recorrido que hizo por casi todos los medios de comunicación hubo de responder a la pregunta sobre Ramos. Quienes le acompañaban esos días le vieron incómodo con el tema, pero también vislumbraron que la decisión la tenía tomada: no iba a contar con Ramos. Ayer se lo dijo. Y al hombre que más veces ha vestido esa camiseta no le sentó muy bien. Se marcha con dos Eurocopas y un Mundial, habiendo sido protagonista en innumerables recuerdos de aquella etapa gloriosa, se va como amigo, ver para creer, de Busquets y poco más, dice adiós, en fin, una figura irrepetible, en lo bueno, mucho, y en lo malo, al menos algo.

“Con mucho pesar, es el final de un recorrido que esperaba que fuera más largo y que terminara con un mejor sabor de boca, a la altura de todos los éxitos que hemos logrado con nuestra Roja”, apunta el ex madridista en el polémico comunicado. El andaluz cierra su periplo con España con un total de 180 partidos como internacional absoluto, en los que marcó 23 goles y conquistó un Mundial y dos Eurocopas.

“Humildemente, creo que esa trayectoria merecía terminar por una decisión personal o porque mi rendimiento no estuviera a la altura de lo que merece nuestra selección, pero no por cuestión de la edad u otras razones que, sin haberlas oído, he sentido”, admite y asegura que “ser joven o menos joven no es una virtud o un defecto, es solo una característica temporal que no necesariamente está relacionada con el rendimiento o la capacidad”.

kpd