El balear reconoce que todavía no ha desaparecido del todo su dolor. “Hago cosas que antes no podía hacer, entreno un poquito más”.
Nadal, durante el acto.MARISCALEFE
Rafael Nadal reconoció que todavía no le ha desaparecido totalmente el dolor de la lesión en el psoas que le ha tenido apartado de la competición durante todo el año, pero destacó que en los entrenamientos puede “hacer más cosas”.
El ganador de 22 Grand Slam apuntó al Abierto de Australia como idea de retorno a la competición, aunque no lo aseguró, en un acto en el Museo del Traje de Madrid donde presentó una línea de complementos alimenticios junto a Juan Matji, presidente de Cantabria Labs, con quien comparte la iniciativa.
“No hay aún fecha de vuelta. La Copa Davis ya no, porque estamos eliminados y noviembre no hubiera podido ser. Voy día a día porque no tengo la capacidad de conocer cómo va a estar mi cuerpo dentro de unos meses. Mi primera opción ahora mismo sería en enero, en Australia, pero no lo sé seguro”, dijo Nadal.
“Puedo entrenar un poco más y eso es ya un avance. Tengo menos dolor, pero sigo con molestias. Si no tuviera dolor podría dar una fecha. Pero hago cosas que antes no podía hacer, entreno un poquito más”, añadió el tenista manacorí.
Nadal se mostró cauto pero optimista: “Voy por el camino adecuado. Aunque es una lesión que no he tenido antes. Pero tengo ilusión, que es lo más importante. Es una lesión que es nueva para mí y es un terreno desconocido. Intenté volver en la temporada de tierra y no pudo ser, por eso no sé y no puedo decir cuándo voy a regresar”.
La última sprint race de la temporada dejó idéntico sabor que la mayoría de las cinco anteriores. Un espectáculo devaluado, muy lejos del prometido torrente de emociones. De hecho, el único sobresalto, tras 19 vueltas, llegó en los últimos 200 metros, cuando Lando Norris, líder desde la salida, levantó el pie para regalar el triunfo a Oscar Piastri. Un peculiar modo de invertir el doblete de McLaren, que ahora maneja 30 puntos de ventaja sobre Ferrari en el Mundial de Constructores.
"Terminad en este orden. Estamos contentos así", advirtieron por radio a Norris, lanzado como una centella hacia la bandera de cuadros. Sin embargo, el británico hizo caso omiso del mensaje, asumiendo un cierto riesgo para ceder el paso a su compañero y evitar cualquier susto ante George Russell, que completaría el podio. Nadie se salió del carril del DRS en 27 minutos para el olvido. Eso sí, hubo que anotar un detalle relevante. A diferencia de Interlagos, Austin, Austria,Miami y Shanghai Max Verstappen no acabó primero, sino octavo.
El flamante tetracampeón perdió de inicio la posición ante Lewis Hamilton, Nico Hulkenberg y Pierre Gasly. "Sobreviraje es decir poco", comentó a los ingenieros de Red Bull, mientras Sergio Pérez ni siquiera podía sostener el ritmo de Franco Colapinto y Guanyu Zhou. El méxicano, último en la meta a 64 segundos de su compañero, sumó otro desastre a su cuenta.
"Era como un coche de rally"
"No había agarre, el equilibrio era dramático. Y con neumáticos fríos es peor. Era como un coche de rally". El análisis de Mad Max, que llegó a lamentar no haber viajado a Bélgica este fin de semana a Spa para competir junto a su padre al volante de un Skoda Fabia, debería servir de enseñanza para el domingo. No hay ritmo en el RB-20, pero tampoco Mercedes o Ferrari parecen inquietar a McLaren.
Nada más arrancar, Russell tuvo que ceder la segunda plaza ante el empuje de Piastri, mucha decisión para completar la maniobra por el exterior. Mientras, Carlos Sainz mantenía sin alardes su cuarta plaza, justo por delante de Charles Leclerc, que sí demostró algo más que carácter para quitarse de encima a Lewis Hamilton. "Realmente fue al límite, con un ligero roce entre las ruedas", reconoció el monegasco sobre el movimiento ante su próximo compañero en Ferrari.
Fernando Alonso, undécimo en la parrilla y undécimo en la meta, se aburrió como el que más. Así que sus críticas al formato de estas sprint races subieron otro tono. "Si haces una crono con el formato Q1, Q2 y Q3, los mejores siempre van a acabar delante. O cambias el formato de la parrilla, o haces una crono a una vuelta... Si no, vemos una repetición de lo que vamos a ver en la carrera larga", lamentó el bicampeón mundial.
Gabriel Bortoleto (Sao Paulo, 2004) se mueve por el paddock con un empaque y una suficiencia impropios para un rookie de 21 años. No alardea de amigos, ni se llena la boca con promesas vanas. Tampoco regala sonrisas hipócritas. Quizá porque se sabe muy cercano a Max Verstappen y Fernando Alonso, los dos pilotos más carismáticos de la parrilla. Cada cierto tiempo, el tetracampeón sigue desafiándole en el simracing, las carreras con el simulador que le ayudaron a perfeccionar su pilotaje. Mientras, el líder de Aston Martin compagina las batallas sobre el asfalto con su rol de representante. Desde 2022, Bortoleto figura en la nómina de A14 Management, la agencia del asturiano. Hoy, con apenas 20 carreras en la F1, ya es su buque insignia.
La irrupción de Bibi, como le llaman en casa, supone la mejor noticia para Alonso en este Mundial salpicado por los errores de Aston Martin. Un suplicio para el español, que hace ahora dos décadas se proclamó, por primera vez, campeón del mundo en Interlagos. Precisamente el circuito donde estos días Bortoleto acapara los focos. Es el primer brasileño que corre en casa desde Felipe Massa en 2017. Eso sí, el novato de Sauber comparte protagonismo con Lewis Hamilton, a quien la torcida decidió hace tiempo abrazar como uno de los suyos. El enemigo histórico de Alonso ejerce también ahora como la némesis de su ahijado.
El 14 de octubre de 2004, fecha de nacimiento de Bortoleto, Fernando ya contaba con una victoria, ocho podios, tres poles y 49 carreras en la F1. Era un proyecto de campeón. Hoy, su discípulo deja indudables muestras de velocidad al volante del C45, compitiendo de igual a igual con un veterano como Nico Hulkenberg. Aunque el alemán, con 14 temporadas completas en la F1, casi le dobla en puntos (41-19), Bortoleto domina el cara a cara en la qualy (11-9) tras enlazar un 7-0 entre el GP de Austria y el GP de Azerbaiyán. Desde Daniel Ricciardo en 2019, nadie había establecido una racha tan rotunda frente a Hulk, reputado especialista a una vuelta.
"Extremadamente metódico"
Sauber, el peor equipo del Mundial 2024, ha cambiado la dinámica. Ahora establece bases sólidas para la llegada de Audi en 2026. Bortoleto es su piloto de futuro. No sólo por proclamarse campeón de la F3 y la F2 en su primer año en ambas categorías, sino porque ahora demuestra gran madurez en la pista. "Es extremadamente profesional y metódico. Eso nos da mucha confianza para el futuro", admite el team principal Jonathan Wheatley, ex de Red Bull.
De momento ya ha acabado cinco veces en los puntos y suma cuatro presencias en la Q3. Un balance equiparable al de Isack Hadjar y Oliver Bearman, los otros dos novatos con los que se pueden establecer comparaciones, aunque sea con monoplazas de mayor rendimiento. El francés (Racing Bulls) logró un podio en Zandvoort, mientras el británico (Haas), vecino de Bortoleto en Mónaco, viene de firmar un cuarto puesto en México.
Tras un flojo arranque de temporada, Gabriel hubo de esperar su momento hasta Hungría. Allí finalizó sexto, por detrás de Alonso. Nada más bajarse del coche, el bicampeón acudió a abrazarle. Y en la zona mixta dejó una frase lapidaria: "Si Gabi fuese inglés o algo, mañana sería portada en todos los periódicos". No sólo se trataba del obligado elogio a su cliente, sino de una pulla contra el establishment y contra la doble moral del Gran Circo. Si observaban con recelo su vínculo con Bortoleto, ¿por qué no hacían lo mismo con Toto Wolff, que alterna la labor de team principal en Mercedes con la de agente de Andrea Kimi Antonelli o Valtteri Bottas?
Bortoleto, al volante del C45, durante el GP de México.AFP
Apenas un mes más tarde, el brasileño recibió su segundo galardón de mejor piloto del día tras su octava posición en Austria, otra vez a la estela de su mentor, con medio segundo de ventaja en la meta.
Hace dos semanas, poco antes de tomar la salida en el Autódromo Hermanos Rodríguez, Alonso jugó una partida de pádel con su alumno, en compañía de Edoardo Bendinelli, su fisioterapeuta y Alberto Fernández, Galle, su mánager personal. Síntoma inequívoco del estrecho vínculo que les une. Este mismo jueves, Bortoleto ha compartido espacio con Verstappen en el podcast Pelas Pistas, presentado por Nelsinho Piquet, su cuñado, donde quiso reverdecer viejas anécdotas juntos.
El pequeño Gabriel llegó a Europa a los 12 años, por imperativo de Lincoln, su padre, que le dejaría en Italia bajo la tutela de Francesco Di Mauro. Tanto tiempo fuera de casa, volcado en los karts, curtió al niño, convertido hoy en esperanza nacional. Especialmente tras el abrupto adiós de Felipe Drugovich en AstonMartin, donde Jak Crawford ejerce ahora como tercer piloto. Brasil es un país con tres campeones del mundo: Emerson Fittipaldi (1972, 1974), Nelson Piquet (1981, 1983, 1987) y Ayrton Senna (1988, 1990, 1991). Sin embargo, han transcurrido 16 años ya desde la última victoria, con Rubens Barrichello en el GP de Italia 2009 y una década desde el último podio de Massa, también en Monza.
Alonso y Bortoleto, tras el GP de Austria 2025.SAUBER
El pasado septiembre Bortoleto y Alonso se dieron un pequeño homenaje en el Templo de la Velocidad. "Me dijo que sólo necesitaba mi rebufo, que no tenía la velocidad punta, por lo que no me iba a adelantar", confesó el chico. Quien lo tenía también claro fue José Manuel López, el ingeniero de pista de Gabriel. Un albaceteño de dilatada experiencia en la F1, con quien ya trabajó el año pasado. Bortoleto era la punta de lanza de la academia de jóvenes pilotos del equipo de Woking. López, por su parte, fue ingeniero de rendimiento de Lando Norris y trabajó ocasionalmente como su ingeniero de carrera, sustituyendo al titular Will Joseph. Antes de alcanzar la élite, se había fogueado en la cantera de la escudería Carlin, colaborando con Carlos Sainz.