LaLiga Santander 2022 – 2023
El brasileño ocupa la izquierda de Vinicius y desequilibra un partido hipotenso con su calidad (2-1). RDT empata tras un discutido primer gol
La semana de fútbol se la ha comido el caso Vinicius, especialmente en un Madrid ofendido y sin objetivos, porque ser segundo no es un objetivo para este club, es otra cosa. Bajo el no al racismo que recorre los terrenos de juego y los terrenos de la política, Vini apareció en el palco, junto a su presidente, convertido ya en un icono de la lucha contra esta lacra. El Bernabéu estuvo más por apoyar que por celebrar en uno de esos partidos que provocan hipotensión en el Madrid, pero en el que el gemelo de Vinicius, por nacionalidad, edad y raza, interpretó a su compañero, en la izquierda, y a sí mismo para decidir el choque y levantar el mismo puño que Tommie Smith y John Carlos en el 68. Fue el ‘black power’ de Rodrygo, el poder negro del Bernabéu.
Rodrygo fue el que más se rebeló frente a la falta de motivación que sufren los grandes cuando las piezas ya no aparecen en su punto de mira. El gol con el que deshizo el empate que, minutos antes, había logrado Raúl de Tomás, fue de los que descubren dos de sus mejores cualidades: ese desborde deslizante, como si patinara, y el golpeo. Pudo marcar mucho antes, en el primer tiempo, pero lo impidió un resbalón de este césped que las obras no han dejado fraguar.
Con problemas en la rodilla y en mitad de un volcán emocional, Ancelotti ya había advertido que dejaría al brasileño fuera de la convocatoria. En cambio, en el resto no hubo muchas más concesiones. Kroos y Modric estaban en el centro del campo, pero con Camavinga como tercer hombre. Todo indica que se trata de uno de los cambios que vienen en la transición encomendada al italiano. Sobre todo, al observar quién era el lateral izquierdo: Rüdiger. No es una posición desconocida para el alemán, pero no es a la que sus condiciones sacan más partido. Valverde regresaba a la derecha.
PRESIÓN ALTA VISITANTE
El Rayo intentó en la salida pescar en las circunstancias del Madrid, con una presión muy alta. Los de Iraola realizan muchas transiciones a partir de los robos. No entretienen la pelota. Comesaña probó a Courtois en disparos, porque al Rayo le faltaba la precisión del último pase. A Camello se le enredó la pelota cuando buscaba un pase de tacón en el área. En el Bernabéu buscaba una de sus últimas opciones de acercarse a la séptima plaza en busca del último billete para Europa, pero le faltó ser más hiriente, ya que pudo transitar en el Bernabéu mejor que otras veces, con muchos espacios. El problema para los rayistas es que esos espacios también eran para el Madrid. Si a la calidad se le deja sitio, siempre salen ganando los mejores. Rodrygo es calidad en un bote de esencias.
Calidad hubo en la acción del primer tanto, tanto en el pase de Valverde como en la definición de Benzema, pero la realidad es que esta vez los mejores fueron también los más listos. Gil Manzano decretó un bote neutral y el Madrid entendió que le pertenecía el primer toque, ya que estas acciones no se disputan como en el pasado, sino que la inicia quien estaba en posesión de la pelota cuando el árbitro interrumpió el juego. El Rayo creía, del mismo, que le pertenecía y estaba por ello sin tensión. En dos toques se vio por detrás en el marcador. Sólo le quedaba la protesta.
Sin amenazas reales de los visitantes ni más intensidad de los locales, el partido se activó gracias a la salida de RDT, que demostró el oficio de delantero en una recepción y un golpeo. Rodrygo dijo minutos después al empate como si lanzara un grito en el silencio, puño en alto.