El seleccionador prepara ilusionado su estreno ante Noruega y evita los rumores sobre David De Gea.
El seleccionador, Luis de la Fuente.EFE
En la primera rueda de prensa previa a un partido, Luis de la Fuente estuvo tranquilo. Agradeció a Málaga el recibimiento (unas 200 personas rodeaban la puerta del Hotel Posada del Patio justo antes de que el autobús saliera del entrenamiento) y pasó por todos los focos de interés con naturalidad. Sin aspavientos, sin una frase más alta que otra y con una educación exquisita, mostró la ilusión que le provoca el estreno.
Hubo de afrontar la pregunta sobre Gavi y Ceballos, que tuvieron un encontronazo (más bien, fue una embestida del barcelonista al madridista) en el último clásico. No lo contó, pero les hizo hacer las paces, como los niños pequeños. “Me vas a permitir que no cuente el cómo, pero sí la consecuencia, y la consecuencia es que son dos jugadores que sé que van a dejarse la vida el uno por el otro“, refirió el nuevo seleccionador, al que no le gusta que no esté Haaland. “Siento mucho su lesión”, dijo en serio, y bromeó: “Si yo te dijera que no me preocupa ver a Haaland mañana en el campo y tú me dijeras que me crees, mentiríamos los dos”.
“He visto miradas de emoción en todos los jugadores”, explicó, tendente como es a frases algo grandilocuentes. No abrió el entrenamiento de este viernes al público de Málaga porque, dijo, le quedan cosas por trabajar de cara al partido. Corrió el rumor, por cierto, de que hace unas semanas llamó a De Gea y el portero del Manchester United vino a decirle que sólo quería venir a la selección si era para jugar de titular. Le preguntaron directamente por eso: “No aireo las conversaciones privadas, ya lo sabéis. Ni con los jugadores ni con nadie”.
MORATA, FELIZ
El capitán, en esta concentración, es Álvaro Morata, que siguió a De la Fuente ante los medios. “Estoy aquí para ayudar a los más jóvenes, hacerles entender lo importante que es esto”, contó con esa rapidez verbal de la que siempre hace gala. “Veo a la gente muy ilusionada. El míster es una persona muy cercana, que le gusta darle cariño a sus jugadores, todo el mundo tiene ganas de competir y de luchar por un puesto, así que es una etapa ilusionante”, concluyó
A Derek Fisher (Little Rock, EEUU, 1974), Andrés Montes le llamaba El Reflexivo. Un base zurdo, experto defensor y con el carisma suficiente para liderar a los Lakers en dos de sus grandes y recientes periodos históricos. Tras ganar el Three Peat junto a Shaquille O`Neal y Kobe Bryant, sumó dos anillos más ya con Pau Gasol en el equipo. Disputó 18 temporadas en la NBA y sólo LeBron James ha jugado más partidos de playoffs que él. El que fuera presidente del sindicato de jugadores (NBPA) y brevemente entrenador de los Knicks, rememora esos momentos únicos para EL MUNDO.
¿Cómo recuerda su etapa en los Lakers junto a Pau y Kobe?
Fueron momentos muy especiales. Y los que realmente los hicieron así fueron estos dos seres humanos. Pau no sólo es uno de los mejores jugadores que jamás haya jugado al baloncesto, es también una de las mejores personas en la Tierra. Kobe también encarnaba un gran espíritu humano. Lograr grandes cosas en una cancha con estos tipos parte de la base de quienes son y lo divertido que fue trabajar con ellos cada día.
¿Cómo fue la llegada de Pau al equipo en 2008?
Yo había regresado a Los Ángeles en 2007, volvía a unirme a Kobe y a Phil Jackson, estaba Andrew Bynum, un pívot grande y joven que estaba mejorando. Lamar Odom, Luke Walton... teníamos piezas importantes. Cuando llegaron las noticias del traspaso de Pau en febrero de 2008, estábamos emocionados, pero no sabíamos cómo iba a encajar. Y recuerdo vívidamente su primer partido, en Nueva Jersey contra los Nets. Era cómo si hubiéramos sido compañeros durante años, como si hubiéramos jugado toda al vida. La fluidez con la que entró en nuestro sistema y cómo fue capaz de encajar en lo que estábamos haciendo ofensivamente, la forma en la que compartía y pasaba el balón, su capacidad para anotar. Fue un ajuste instantáneo. Con él, de inmediato teníamos una legítima opción de ganar el anillo.
Kobe dijo que usted fue su compañero favorito. ¿Qué era lo más impresionante de él?
Lo que más me impresionaba de la personalidad de Kobe es que nunca dejaba de querer aprender o de tener deseo de crecer. La mayoría de nosotros, cuando sentimos que dominamos algo o lo tenemos resuelto, lo mantenemos, no continuamos elevando el nivel de curiosidad más allá. Estar cerca de él cada día, viendo la forma en la que trató de encontrar formas de mejorar, aunque ya era uno de los mejores jugadores del mundo, fue realmente impresionante.
Gasol, Kobe y Derek Fisher, con los títulos de los Lakers.AP
Con Shaq y Kobe, además de ganar tres anillos, no se aburriría...
Shaq fue la más feroz fuerza dominante de la historia de la NBA. Y al mismo tiempo, literalmente te hacía reír todos los días de tu vida. Sólo estar cerca de él, encontrarte con formas tontas de hacer reír a la gente y disfrutar estando a su lado.... Cuando piensas en lo que estábamos logrando, en los tres anillos seguidos, la presión y las expectativas eran muy altas. Afortunadamente no teníamos redes sociales en ese momento. El sentido del humor de Shaq nos ayudó a manejar esa presión, todas nuestras emociones. Era como dejar salir un poco el aire para poder seguir peleando por el anillo.
¿Cómo ve a los Lakers actuales [hoy, 21:30 horas, se enfrentan a los Cavaliers, Movistar+ y NBA League Pass]?
Si tienes a dos de los mejores jugadores del mundo en tu equipo tienes una oportunidad de ganar, eso seguro. Anthony Davis se ha mantenido sano y ha jugado de forma consistente como siempre. Cuando agregas eso a la eterna competitivdad de LeBron... Ellos dos se pueden enfrentar a cualquier desafío. Tendrán una oportunidad legítima. El problema es cruzarte contra los Nuggets en playoffs, un equipo que sabe mejor que tú cómo hacer las cosas bien, porque ya han logrado algo juntos. Eso es lo más desafiante. No sé si hay algún equipo más en el Oeste que no sea Oklahoma y Denver que puedan ser mejor que los Lakers. Los Thunder son un equipo joven e inexperto en términos de playoffs y eso puede hacer que los Lakers ganen la serie. Es muy posible que veamos a los Lakers y los Nuggets en la final de conferencia otra vez.
¿Qué opina del impacto de Luka Doncic?
Nunca he jugado con Luka, pero al ver su evolución, me recuerda a los grandes jugadores como Kobe. Tengo curiosidad por la forma en que funciona su cerebro. Es como si hiciera y viera cosas que otra gente no puede y está dispuesto a correr el riesgo de hacer la jugada. Hemos visto su frustración de no poder llevar a su equipo a ganar el título. Mientras se realiza como jugador individualmente aún, él ya quiere ganar. Creo que llega tarde esta temporada a la conversación por el MVP, porque los Mavericks no se fueron tan consistente durante la mayor parte de la temporada. Pero en las últimas seis o siete semanas, han estado jugando como los mejores equipos de la NBA.
Por último, ¿quién es el jugador que más le divierte actualmente?
Shai [Gilgeous-Alexander]. Es un base de la vieja escuela NBA. No tira triples y triples, juega un poco lento, cambia de ritmo muchísimo. Es probablemente el jugador con el que más disfruto.
Luis Enrique tiene muy claro que su PSG está "preparado" para ganar la primera Champions de su historia. Lo repitió varias veces a lo largo de su discurso en la previa de la final. Preparado para afrontar los desafíos tácticos que les plantee el Inter; preparado para manejar la carga emocional que supone tener a mano el sueño de un club y toda una afición. "Estamos preparados y no tenemos miedo", insistía. Al asturiano los retos no le lastran sino que le dan alas y tiene ante sí uno de los mayores de su carrera, aunque esta sea su segunda final. "Ser los primeros en ganar la Champions tiene algo de excepcional, y eso es lo más me motiva. El mayor reto es hacer historia", aseguró.
Como no ha sido fácil la trayectoria de los parisinos en esta competición, saben lo que es jugar finales. "Nuestro recorrido ha sido difícil y duro, y eso es una ventaja ahora. Yo lo intento vivir con la tranquilidad de tener diez años más de edad y experiencia, porque no he parado de trabajar, y transmitiendo a los jugadores la bonita oportunidad de vivir una final y de hacer historia, pero a la vez lo gestionamos para que no nos supere esa situación", explicó.
El Inter no se lo pondrá fácil. "Va a ser difícil quitarles el balón y, cuando lo pierden, además saben defenderse bien. El Inter tiene patrones de juego claros y añade movilidad, lo que implica atención. Cuando un equipo se repliega bien, hay poco espacio y mucha agresividad. Pero ésa es una de las fases del juego que más conocen mis equipos. Adaptarse y saber jugar la final será clave. Y soy optimisma. Vamos a llevar el partido al terreno donde creo que somos los mejores", advirtió.
De entre sus jugadores, "entre los mejores si no el mejor", dijo Luis Enrique, es Dembélé, que no dudó en considerar un placer estar en la final después de haber cambiado la dinámica del equipo en enero. En su nuevo rol de falso 9, tiene claro que debe "ser astuto y volver locos a los defensas", justo lo que le pide el entrenador. Para él, vital será controlar las emociones. "Hay que jugar con calma, seriedad y una sonrisa, porque el momento es increíble, Pero no les podemos dejar ni un segundo", recordó.
En el control de esas emociones para "hacer feliz al pueblo parisino", para el capitán Marquinhos ha sido esencial el entrenador, que les ha devuelto la felicidad. "He pasado muchos años aquí, pero este equipo se divierte en el día a día, corremos juntos, nos entendemos. Estoy enamorado de lo que hace este equipo". Por eso quiere con ellos ganar esta Champions, la que se le escapó en 2020 en Lisboa. "Tengo una segunda oportunidad y no la puedo dejar pasar. Tenemos que hacer lo que haga falta para llevar el trofeo a París", sentenció.
Inzaghi: "Tenemos determinación, no obsesión"
Si el proyecto de Luis Enrique acaba de arrancar, el de Simone Inzaghi huele a despedida. La sombra del adiós del italiano planea sobre la final y un título con el que quiere poner el broche a su etapa interista. "Merecemos esta final. Hemos mostrado voluntad desde el primer partido. Nos queda una última etapa antes de ganar este trofeo. Este equipo ha ganado muchísimo, también hemos perdido algunos partidos, pero siempre lo dimos todo. Estamos orgullosos de representar al Inter", explicó el técnico escoltado por sus dos capitanes: Lautaro Martínez y Nicoló Barrella.
Tienen los italianos su propio reto mental tras sumar 15 años sin ganar el trofeo. "Tenemos determinación pero no obsesión. Sabemos como se preparan estos partidos. Tenemos campeones del mundo, campeones de Europa y preparar esta final es como hacerlo en el Mundial o la Euro. Va a ser un partido muy igualado", aventuró el entrenador.
"De niño soñaba con jugar partido de Champions. Como jugador no pude, pero gracias a estos jugadores he jugado dos", recordó el preparador que ha tenido estos días que apartar dos recuerdos amargos. El primero, el de la final de Estambul ante el Manchester City que perdieron por un gol de Rodrigo Hernández. El segundo, la "reciente" decepción de ver cómo se le escapó el Scudetto. Ninguno de ellos tiene peso: "No hay obsesión, veo determinación para ganar esta final", advirtió.
Lautaro junto a Frattesi en el entrenamiento.AP
El italiano declaró su admiración por Luis Enrique, "un entrenador excepcional que me gusta mucho como persona", pero tiene claro que intentará "no darles el balón". "El rival tiene un equipo de mucha calidad, pero nosotros en posesión estamos entre los tres mejores de Europa. Vamos a tener posesión y circular pelota limpia", advirtió
Eso pasa por Barella, que se medirá a un centro del campo del PSG con mucha calidad, y confía en que "la fuerza del Inter está en el equipo". Enfrente, guardando la portería francesa estará su amigo Donnarumma, con quien ha hablado estos días, "pero solo de la familia y de la selección italiana", puntualizó.
La mayor amenaza para el guardameta será Lautaro Martínez, convencido de que esta final, el "objetivo" que le falta a su carrera se decidirá por "detalles". "Se gana puliéndolos, porque habrá que hacer un partido perfecto. Hay que ser muy conscientes de eso, saber lo que hace bien el PSG y sacarle partido", aseguró el argentino, no quiere pensar en un posible Balón de Oro. "Lo más importante es este premio que hace 15 años que el Inter no gana. Mi pensamiento es hacer felices a los hinchas del Inter", sentenció.
Debe de ser cosas de torneos eliminatorios. Esos que tienen finales como la Champions. El caso es que el Atlético ya no busca el partido a partido, quiere llegar al último encuentro de cada campeonato. Lo hace con ahínco, con pasión y con fe. Tres características que son materia prima cholista. Y si de materia prima hablamos, cómo olvidar al vástago del entrenador. Ese al que su padre le regatea halagos y le pide goles y el joven cumple, como buen hijo. Hizo los dos primeros para dejar grogui al Getafe y Lino, Correa y Sorloth completaron la manita. [Narración y estadísticas, 5-0]
Es el Getafe un equipo al que le gusta incordiar: pelea cada balón, va fuerte al choque y presiona y muerde en cada duelo. En el Metropolitano lo hizo solo en el sorteo. Eligieron los azulones atacar en la portería donde suele hacerlo el Atlético en la primera parte a ver si así, con esa pequeña triquiñuela, se despistaban un poco los rojiblancos.
Nada más lejos de la realidad. De hecho, el equipo del Cholo se tomó la primera mitad casi como la que juega hacia la portería del fondo sur, como si ya se hubiera consumido los primeros 45 minutos. En el primer cuarto de hora hizo tres ocasiones y dos goles. Julián falló una con un mal control, Griezmann hizo lo propio con un tiro flojo tras una contra mal conducida, pero Giuliano no perdonó las dos que tuvo. ¿Querías goles papá? Aquí los tienes.
El primero lo hizo de cabeza después de que el árbitro bloqueara a Uche en una salida de los azulones desde atrás. El colegiado dejó seguir, el balón llegó a Galán, que la puso para que Simeone Jr. perforara de cabeza la portería de Letachek. El segundo fue tras una contra, esta vez sí, bien llevada. La condujo De Paul, que está de cine esta temporada. El argentino cedió a su compatriota en mitad del área que la puso por bajo a un Letachek al que parecía esperarle un vendaval.
De hecho, casi cae el tercero antes de la media hora tras una jugada de bisonte de Galán. El extremeño, duda hasta casi última hora, se coló en el once y casi hace lo propio en el área del Getafe a fuerza de voluntad y rebotes. El balón terminó tras varios rechaces en las botas de Molina, que la puso atrás, y Lino casi consigue introducirla en la portería del guardameta checo.
Resultaba llamativa una cosa en el Getafe. No se llevaban ni un duelo. Algo que probablemente estuviera haciendo que a Bordalás se le llevasen los demonios. Todos, no un 90%, sino todos, eran para los jugadores rojiblancos. Fruto de otro duelo ganado llegó una nueva ocasión del Atlético con el Getafe descolocado. Esta vez sí, condujo bien Griezmann que cedió a Julián y éste, con todo a favor, la echó fuera para alivio del equipo que vestía de blanco. Seguro que habrá gustado a Simeone ganar a un conjunto merengue antes del derbi del sábado.
Antes del descanso, Letachek tuvo que recoger otro balón de las mallas. Lino, con dos recortes en un baldosín, sentó a la defensa getafense y puso el tercero. Hubiera llovido menos si Uche hubiera conseguido hacer un tanto en las dos siguientes jugadas que tuvo y que él mismo se creó. Es el nigeriano la mayor amenaza del Getafe esta temporada, pero quizás le está faltando algo de puntería, como le pasó con esos dos disparos antes de marcharse a los vestuarios.
Sin rival
A la vuelta, todo fue igual. Salieron los rojiblancos a morder y el Getafe a especular. Quien también salió igual fue el Cholito, que pudo completar el primer hat trick de un Simeone en el Atlético si Galán hubiera esperado el pase medio centímetro antes. Pero el extremeño se adelantó y su centro al argentino terminó anulado.
A partir de esos primeros minutos, el Atlético contemporizó y esperó a una contra y el Getafe quiso, al menos, cazar el gol de la honra para despedirse de la Copa con la cabeza alta. Pero los que lo hicieron fueron Correa y Sorloth. Quizás sean los suplentes más rentables de la liga española. Hicieron cuarto y quinto para despedir el choque. A día de hoy, hay universos entre ambas plantillas y, si todo transcurre con normalidad, la victoria siempre debía ser atlética. Lo que pasa es que Bordalás está acostumbrado a complicar los partidos a cualquiera, pero quizás los azulones hagan bien en centrar sus esfuerzos en otras lides. También el Atlético, que el sábado tiene otro derbi y ese, probablemente, le resulte más complicado que este.