La eterna espera madridista de Kubo: un pasaporte, cuatro cesiones y un "no" constante

La eterna espera madridista de Kubo: un pasaporte, cuatro cesiones y un “no” constante

Parecía llamado a dominar la futura banda derecha del Real Madrid y a ser la puerta millonaria del club hacia el tan deseado mercado asiático, pero Takefusa Kubo (Kawasaki,, 2001) sigue sin pasar el umbral del vestuario local de Chamartín y cada vez está más lejos. Por él, cansado de esperar desde su fichaje en 2019, y por el propio conjunto madridista, confiado su carril diestro a Rodrygo, Brahim y Güler. Hoy vuelve a visitar la Castellana con la Real Sociedad, dueña de sus derechos federativos y del 50% de lo que genere la plusvalía de una futura venta. El otro 50% es del Madrid, que lo vendió por seis millones a los txuri-urdin y se guardó esa opción, esperando ahora un ingreso millonario cuando alguien se acerque a los 60 millones de su cláusula.

A sus 23 años, Kubo volverá al Bernabéu con el mismo ánimo de revancha y la misma rabia acumulada de siempre, amenazando futbolísticamente al equipo que un día llamó a Japón y le recuperó para el fútbol español después de haber abandonado las inferiores del Barça.

Y es que la historia de Kubo en la capital es la de la espera y el rechazo. Un «no» constante que ha condicionado la primera etapa de su carrera. Aterrizó en el verano de 2019, formando parte de una camada adolescente que era vista en la cúpula como la heredera de la época dorada. Por ahí estaban Vinicius y Valverde, firmados en 2018, más Brahim, Rodrygo y Kubo, cuyos fichajes llegaron en 2019 junto a Militao y Mendy.

El ejemplo de Odegaard

De todos ellos, sólo Kubo se ha quedado en la carretera, compartiendo con Martin Odegaard el foco de los proscritos. En su momento, el noruego decidió que no iba a esperar y el club le vendió al Arsenal por casi 40 millones, previo paso brillante por la Real Sociedad. Lo suyo fue rápido y ahora es el capitán de los gunners.

En el caso de Kubo, todo ha sido diferente. Una situación peculiar limitada desde el principio por su pasaporte extracomunitario. La acumulación de extranjeros en el Madrid, especialmente brasileños, obligó al conjunto blanco a elegir desde 2019 a varios descartes, y Rodrygo siempre le ganó la partida a Kubo en el extremo derecho. Mientras el brasileño crecía junto a Vinicius en el ataque madridista, el japonés vivía temporadas complicadas entre Mallorca, Getafe y Villarreal. Cuestión de elecciones y de destino.

Así que el Madrid ganó la Champions 2022 con Rodrygo como héroe de la eliminatoria contra el Chelsea y el City en el momento en el que Kubo terminaba su segundo paso por Mallorca. Antes, había pedido dejar el Villarreal a mitad de año porque Unai Emery no contaba con él, y acabó unos meses en el Getafe de José Bordalás. Un camino de espinas que le revolvía el estómago, presionado mediáticamente en Japón y con la obsesión de brillar en Europa.

Kubo, rodeado de jugadores del Valladolid, el sábado en el Reale Arena.

Kubo, rodeado de jugadores del Valladolid, el sábado en el Reale Arena.EFE

De blanco sólo le hemos podido ver en una pretemporada, la de 2019, cuando fue uno de los protagonistas por la ilusión que despertaba su fichaje. Se fue a la gira americana con Zidane, tuvo minutos y volvió para ponerse a las órdenes de Raúl en el Castilla, donde compartió algún amistoso con el propio Rodrygo. Un casting que terminó ganando el brasileño, que aceptó jugar varios partidos oficiales con el filial.

El japonés, mientras, observaba la elite con ansia. «Era cabezota. Tenía mucha personalidad y muy claras sus decisiones», recuerdan en Valdebebas fuentes consultadas por este periódico. «Me estresaba muchísimo en cada entrenamiento porque quería demostrar mi valía», admitió hace unos meses en una entrevista.

No llegó a debutar en partido oficial con el Madrid porque salió cedido al Mallorca justo antes del inicio de aquella temporada. Una decisión que el club veía bien para su formación, pero que quizás llegó demasiado pronto y el foco, lejos del Bernabéu, se fue apagando. No volvió a jugar de blanco. La pandemia en 2020, los Juegos en 2021 y su fichaje definitivo por la Real en 2022 lo impidieron.

Retraso en las nacionalizaciones

En esa operación, el Madrid se guardó una opción preferencial para recuperarle y el 50% de la plusvalía de una futura venta a cambio de seis millones. Seguía gustando en Valdebebas, pero el retraso en las nacionalizaciones de Militao, Rodrygo y Vinicius lo alargaba todo. Tres años después, todo parece haber cambiado. El japonés renovó con la Real hasta 2029, aunque mantuvo la cláusula en 60 millones, una decisión que desliza la intención de una futura venta.

El Madrid tiene hueco para extracomunitarios, nacionalizados ya los brasileños, pero la nueva zurda joven se apellida Güler y el nombre de Kubo se ve más como fuente de ingresos que en la espalda de la camiseta, esperando en Valdebebas ese salto definitivo en la carrera del talento asiático. Hoy, en la vuelta de semifinales de Copa, nueva reválida.

Marco Asensio deja al Aston Villa a un paso de los cuartos

Marco Asensio deja al Aston Villa a un paso de los cuartos

No lanzaba un penalti desde un partido de Copa del Rey ante el Fuenlabrada, allá por octubre de 2017, durante su segunda temporada en el Real Madrid. Tampoco marcaba en Champions desde los cuartos de 2023, en su última campaña de blanco. Contra toda lógica había iniciado como suplente ante el Brujas, pero Marco Asensio tomó ayer el balón en el minuto 88 para certificar desde los 11 metros el triunfo del Aston Villa, con pie y medio ya en los cuartos de final, donde el mallorquín podría cruzarse con el PSG, el club al que pertenece.

La mera presencia en esta eliminatoria, primera desde 1991, suponía ya un hito en el Jan Breydel. El Brujas, que venía apuntando maneras en la liguilla, ridiculizó al Atalanta en la repesca, así que no iba a dejarse atemorizar por las dificultades propias de un rival que este curso ha gastado más de 214 millones de euros en fichajes. Tampoco por el rápido 0-1 de Leon Bailey, con un certero zurdazo tras un saque de esquina cabeceado por Tyrone Mings.

En 10 minutos iba a empatar Maxim De Cuyper, que formaba de lateral zurdo, pero que se sumó al ataque para cruzar a la red una dejada de Christos Tzolis. Bonito modo de festejar su centésimo partido con Las Gacelas. Era un hecho que los jugadores de Nicky Hayen hacían justicia a su apelativo. No sólo Tzolis, sino fundamentalmente Chemsdine Talbi, un zurdo de 19 años que ya maravilló en Bérgamo.

Martínez, providencial

Durante ese tramo inicial, el Aston Villa no titubeó ante el intercambio de golpes, porque cuenta con futbolistas tan prometedores como Morgan Rogers. En cada carrera del canterano del Manchester City se intuía algo, como en cada acción de Marcus Rashford. Sin embargo, a partir de la media hora, Unai Emery quiso bajar las pulsaciones, cediendo el balón, silbando hacia otro lado. El Brujas quiso creérselo y Emiliano Martínez salvó abajo el remate de Talbi que parecía el 2-1.

Emery manoteaba en la zona técnica, nervioso ante los avances de Tzolis, pero el partido empezaba a estabilizarse justo donde más le convenía. Sin ritmo en la circulación, el mero dominio belga ni siquiera hacía cosquillas por los dominios de Martínez. Y cuando suturó todo lo que pareciese una herida, el técnico guipuzcoano se lanzó a degüello, con un cuádruple cambio en el minuto 64: Asensio, Matty Cash, Boubacar Kamara y Jacob Ramsey por John McGinn, Rashford, Bailey y Axel Disasi.

50 partidos como suplente

La recompensa de un cruce de cuartos ante Liverpool o PSG resultaba demasiado goloso para dejar escapar la ocasión. El Brujas había cedido en su entusiasmo y Asensio sólo se demoró cuatro minutos en exigir el máximo a Simon Mignolet. Se trataba del partido 50 del mallorquín como suplente en la Champions, donde apenas ha disputado 20 como titular. Era el momento del Villa.

En otra incorporación de Rogers, esta vez como extremo diestro, su centro raso fue desviado por Brandon Mechele, ese central ataviado con una máscara. Aun sin tiempo para reponerse, Tzolis cometió una imprudencia ante Cash, imputable a su falta de práctica en ciertas funciones. Asensio asumió la responsabilidad, impávido, resuelto, definitivo.

La nueva vida de Marco Asensio con Unai Emery: un cedido de lujo para el Aston Villa

La nueva vida de Marco Asensio con Unai Emery: un cedido de lujo para el Aston Villa

El único partido que había jugado como titular esta temporada en la Champions se remontaba al pasado 6 de noviembre. Fue ante el Atlético en el Parque de los Príncipes y sólo aguantó 67 minutos sobre la hierba antes de dejar su puesto a Kang-in Lee. Hoy, cuatro meses después, Marco Asensio volverá a formar de inicio en la ida de octavos ante el Brujas. Pero no con la camiseta del PSG, sino con la del Aston Villa. No a las órdenes de Luis Enrique, sino a las de Unai Emery. No como delantero, sino en la posición de '10'.

Desde hace justo un mes, Asensio parece otro futbolista en Birmingham, donde llegó como cedido, convirtiéndose en la guinda del pastel de Monchi. Previamente, el director deportivo ya había cerrado los fichajes de Donyell Malen, por el que pagó 25 millones de euros al Dortmund, y Andrés García, el prometedor lateral zurdo procedente del Levante. También la cesión de Marcus Rashford, aquel apabullante talento que nunca pudo desarrollarse en el Manchester United. Pero a diferencia del resto, Asensio era casi una obsesión para Emery, que le había abrasado a llamadas desde semanas atrás.

«Hablé muchas veces con Unai y me transmitió muchas cosas: cómo trabaja el cuerpo técnico, cómo eran sus futbolistas, cómo es Villa Park. Me confirmó la confianza que tenía en el club y lo que estaba creando», dijo el ex madridista poco después de aterrizar en Birmingham. No se trataba de la primera vez que el ex técnico del Sevilla preguntaba por él. Ya lo hizo en el verano de 2023, cuando su Aston Villa había logrado el billete para la Conference League. Pero la tercera competición continental no se antojaba precisamente apetecible.

18 minutos desde diciembre

El flamante proyecto de Luis Enrique parecía mucho más acorde para todo un campeón de tres Champions. Sin embargo, un traumatismo en el pie derecho complicaría su primer año en París. Esta temporada, la confianza del asturiano se redujo a la mínima expresión. Apenas 16 partidos, 10 como titular, entre agosto y enero. Desde diciembre, únicamente 18 minutos en 11 compromisos. En principio, el PSG sólo pensaba en un traspaso, dado que había alcanzado las seis cesiones permitidas por la UEFA. A última hora, después de traspasar a Cher Ndour del Besiktas a la Fiorentina, lograron vía libre para Asensio.

«Hablé con Marco sobre la posibilidad de jugar como número 10 porque es polivalente. También puede actuar por banda y por dentro. El desafío es extraer su mejor fútbol dentro de nuestra estructura», admitió el preparador guipuzcoano. No se trataba solamente de continuar con la progresión de los jóvenes Jacob Ramsey y Morgan Rogers. Ni de seguir potenciando a Ollie Watkins (13 goles y 11 asistencias). El ataque de Emery debía orbitar en torno a Asensio.

La baza de la FA Cup

Durante su citada entrevista con el Daily Mirror Asensio no dudó en explicar los motivos que le guiaron hasta Villa Park. «Una de las claves fue que Unai me dijo que me veía como número 10». Ubicado en esa posición ya formó de inicio en el 2-2 ante el Liverpool. Sólo tres días más tarde anotaría dos goles ante el Chelsea (2-1) y el pasado viernes, otro doblete ante el Cardiff en la quinta ronda de la FA Cup. Puesto que el cruce de cuartos se decidirá contra el Preston North End y dado que entre el Big 6 sólo sobrevive el Manchester City, no parece descabellado pensar que Emery podría guiar a los villanos a su primer título copero desde 1957.

El paso inmediato, sin embargo, ha de darse hoy en el Jan Breydel ante el Brujas, un rival que ya les sorprendió en la liguilla (1-0). Aquella noche será siempre recordada por el grotesco error del central Tyrone Mings, que tomó en el área el balón con la mano tras un saque con el pie de Emiliano Martínez. Hace sólo tres semanas, el cuadro belga borró del mapa al Atalanta en Bérgamo bajo el liderazgo de Chemsdine Talbi, un delantero de 19 años. El 5-2 global en el playoff ante el vigente campeón de la Europa League debe poner sobre aviso a Emery. No sólo porque se trata de la primera eliminatoria de Copa de Europa para el Aston Villa en casi cuatro décadas, sino porque en cuartos de final aguardarían el Liverpool o el PSG.

De rodillas ante Emery: del aplauso de Henry a la 'táctica secreta' para tener al Aston Villa colíder en Champions

De rodillas ante Emery: del aplauso de Henry a la ‘táctica secreta’ para tener al Aston Villa colíder en Champions

A Unai Emery le encomendaron una tarea muy específica cuando cogió la riendas del Aston Villa hace justo dos años: construir un equipo competitivo. «Que pelee por los cuatro primeros puestos en la Premier y compita por títulos europeos», confesaba en una entrevista a El Mundo cuando ya había dado el primer paso de llevar a los villanos a Europa después de 13 años. El miércoles ante el Bayern dio otro mayúsculo que acabó con Villa Park rendido a sus pies.

El Aston Villa volvía a la Liga de Campeones 21 años después y se estrenaba en casa con los bávaros bajo el recuerdo de aquella final de 1982 que los ingleses ganaron, el mayor tesoro del club. El momento histórico no se lo perdieron ni el Príncipe Guillermo ni Alexander Ceferin que entendieron, como todo el estadio, que el artífice de esta segunda victoria que tiene al equipo entre colíderes de la nueva competición es Emery.

El gol nació de dos de sus apuestas y de la capacidad su análisis de análisis de los rivales. Pau Torres sabía que debía buscar en largo a Jhon Durán y al colombiano Emery le había puesto mil vídeo de cómo a Neuer le gusta jugar adelantado. Por eso no dudó en probar una vaselina que enloqueció al estadio, como las paradas del Dibu Martínez. "Es el entrenador más importante de mi carrera", admite.

Monchi y Vidagany

Nadie duda de que ese gen competitivo y metódico es lo que Unai Emery ha inyectado a su club, en Europa y en la Premier, donde está a dos puntos del líder, el Liverpool, y sólo el Arsenal ha sido capaz de derrotarlo.

Quien recuerda su etapa como gunner reconoce que le faltó apoyo y tiempo para construir. Hasta el propio Henry lo admite y le aplaude en público. También Emery aprendió de aquel «sufrimiento» y en dos años ha construido una guardia pretoriana encabezada por Monchi y Damià Vidagany que le permite centrarse sólo en el rendimiento del equipo «y olvidarse de todo lo que hay alrededor».

«Está muy entregado, muy motivado, volcado en hacer cada día mejor al equipo», cuenta su entorno. Un ejemplo es el propio Durán, fichado en enero de 2023 que se ha convertido en este arranque de temporada en el máximo goleador sub-20 de las cinco grandes ligas, por delante de Lamine Yamal. «Eligió venir a Birmingham desde los Chicago Fires porque Emery le convenció. Y, aunque le costó adaptarse, ha tenido paciencia para cuidarlo y ha acabado explotando», explican. El resultado son seis goles, cuatro saliendo desde el banquillo para sustituir a Ollie Watkins. 17 millones de euros que ya son una ganga frente a los 40 en los que está tasado.

Octavo presupuesto de la Premier

El valor de la plantilla del Villa, «más profunda, más joven y más atlética», analizan, es de 615 millones de euros, más del triple (180) que la que el vasco se encontró y de la que han salido 20 jugadores en dos años. Algunos, como Douglas Luiz, rentabilizando su momento más dulce para recoger, en total, 145 millones frente a los 176,20 que han invertido en fichajes este verano como el del pivote belga Onana al Everton por 60 millones o el lateral neerlandés Ian Maatsen al Chelsea por 44,50.

¿Cuál es el objetivo entonces? ¿Se puede mirar alto? «Estar en Europa», simplifican. El resto, si viene, se peleará porque Emery no renuncia a nada. No lo hacía cuando empezó su carrera ni lo hace ahora desde la madurez que le convierte en uno de los mejores entrenadores de Europa.

No es un mensaje conformista cuando el presupuesto del Aston Villa es el octavo de la Premier League y apenas supera los 300 millones. Sólo el Manchester United, su próximo rival, se va por encima de los 700 y le mira a una distancia de seis puntos en seis partidos. Eso sí, siempre hay un David para Goliat.

Mikel Arteta: “Vivir el fútbol inglés es una pasada”

Actualizado Miércoles, 15 mayo 2024 - 22:26

"Vivir el fútbol inglés es una pasada", reconoció Mikel Arteta, 42 años (24 de ellos fuera de España), con la Cruz de Oficial de la Orden Real de Isabel Católica recién prendida en la solapa por su "extraordinarios servicios a España y a la promoción de las relaciones internacionales".

"En algún momento volveré porque tenemos un tesoro de país y aquello me tira mucho", reconoció el entrenador del Arsenal, aunque su futuro a medio plazo sigue estando en el norte de Londres. "Vamos a vivir un momento histórico este fin de semana en el Emirates porque si nosotros ganamos y ellos (Manchester City) no, tenemos el título a nuestro alcance", recalcó el guipuzcoano.

"Esperemos que pueda ocurrir algo mágico", dijo tocando el oro de la condecoración recibida en un emotivo acto en la embajada de España. "Hasta que no sepamos que ocurre este fin de semana (frente a su viejo equipo el Everton) no puedo hacer balance de la temporada".

"Haberme dejado volar"

"En un honor haber recibido estre reconocimiento y es algo que debo sobre todo a mi familia, por haberme dado la confianza en su momento y haberme dejado volar cuando me tocó", dijo Arteta, que reconoció recordar aún "la sensación de soledad cuando me dejaron en La Masía y se dieron la vuelta.

"Algo debemos tener los jugadores y los entrenadores guipuzcoanos", agregó por último, en referencia a sus paisanos Unai Emery y Andoni Iraola, quienes también brillan en la Premier. "Lo importante es seguir abriendo puertas. Ojalá vengan muchos más".

Arteta no quiso pronunciarse aún sobre la postura del Arsenal en el debate abierto en la Premier sobre el futuro del VAR la próxima temporada, aunque en los últimos meses ha sido una de las voces más críticas sobre las polémicas decisiones del sistema de videoarbitraje.