Agitando los brazos e invitando a los aficionados a sumarse a sus gritos. Así se dirigió el lunes por la tarde el entrenador del Real Valladolid, el uruguayo Paulo Pezzolano, a los miles de aficionados que celebraban en la Plaza Mayor el ascenso del equipo a Primera División.
Lo llamativo es que lo que Pezzolano coreaba era el "¡Pezzolano, dimisión!", que él ha escuchado en diferentes ocasiones a lo largo de la temporada. El club ha eliminado esta secuencia de sus redes sociales, en la que permanecen los momentos más destacados de la celebración blanquivioleta.
De hecho, el propio técnico uruguayo comenzó el acto desde el Ayuntamiento, al que llegaron tras el baño de masas por las calles de la ciudad en el bus turístico, cogiendo el micrófono y gritando lo que ya parece un himno entre los aficionados.
Tras un año tremendamente duro, tal y como él mismo reconoció, en un alarde de orgullo, ese que le ha permitido lograr el objetivo que se propuso en el inicio de temporada, ha sido el primero que sacó a colación la frase.
Pero, antes, el alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, ataviado con la camiseta blanquivoleta, junto a otras autoridades locales y autonómicas, dio la enhorabuena al Real Valladolid por lo conseguido.
"Esta ciudad os quiere", aseguró el edil vallisoletano, que se vio acompasado por los gritos y saltos de los jugadores, a los que representó el capitán, Jordi Masip, quien destacó el "honor" que supone haber representado a la ciudad.
También Ronaldo Nazario, presidente del club, participó en este homenaje institucional y, tras admitir que ha sido "un año muy duro", dio las gracias a la afición y terminó su corta intervención con un "Aúpa Pucela".
Uno a uno, todos los integrantes de la plantilla del ya equipo de Primera, se dirigieron, desde el balcón consistorial, a los más de 25.000 seguidores que se congregaron en la Plaza Mayor, según datos de la Policía Municipal.
Algunos de ellos, como Raúl Moro, especialmente alabados por los aficionados, puesto que ha sido uno de los mejores del cuadro pucelano, de ahí que le pidieran que se quedara el próximo año.
El que no habló fue Pezzolano. Tan solo inauguró ese encuentro con la gente con el ya recurrente 'Pezzolano dimisión', pero no quiso decir nada más, quizá para evitar que la fiesta se chafara con algún improperio inoportuno cuando, realmente, el gran protagonista de todo ha sido él.