Mejor porcentaje goleador que Lamine, Raphinha y Lewandowski: Ferran Torres, a seguir la racha ante Osasuna

Mejor porcentaje goleador que Lamine, Raphinha y Lewandowski: Ferran Torres, a seguir la racha ante Osasuna

Actualizado Miércoles, 26 marzo 2025 - 23:12

Ferran Torres tiene otra gran oportunidad para reivindicarse este jueves frente a Osasuna. El valenciano, a quien Hansi Flick suele recurrir como revulsivo cuando las cosas no acaban de ir todo lo bien que le gustaría en la faceta ofensiva, ha sabido aprovechar hasta ahora muy bien sus oportunidades y se perfila como el relevo de un Raphinha finalmente descartado por el entrenador en el ataque barcelonista.

Con menos minutos en sus botas que Robert Lewandowski, el brasileño y Lamine Yamal, Ferran se ha erigido como cuarto máximo anotador de los azulgrana en lo que llevamos de curso. En total, suma 13 goles en todas las competiciones, los mismos que Yamal, pero está aún a una distancia considerable del ex delantero del Leeds (27 goles) y, sobre todo, del polaco (35 goles), quien parece vivir una segunda juventud como killer.

No obstante, los fríos datos son también demoledores si nos fijamos, precisamente, en los minutos de juego que atesoran unos y otros. En este sentido, Lewandowski, en promedio, marca un gol por cada 89,7 minutos disputados; Raphinha, uno por cada 127,4, y Lamine Yamal, uno por por cada 237,8. Los números de Ferran Torres, en este caso, son mejores que los de los tres delanteros en principio titulares indiscutibles: un gol por cada 86,7 minutos disputados. Sobre el papel, ha jugado únicamente seis duelos menos que el joven crack barcelonista para marcar los mismos tantos, pero, en muchas ocasiones, sus minutos han llegado con cuentagotas. A veces, incluso, se ha visto desplazado hacia el centro del campo azulgrana.

Espectacular 2025

El nuevo año, además, ha sido tremendamente productivo para él. No en vano, ha marcado en 2025 ocho de los 13 tantos que luce en su casillero. Su buena racha arrancó en la Copa del Rey, ante el Betis. Frente a los verdiblancos convirtió únicamente un tanto del contundente 5-1 con el que los azulgrana sellaron su pase a los cuartos de final.

Ante uno de sus ex equipos, el Valencia, fue capaz de marcar un gol en la Liga, en un duelo que terminó con 7-1 en el luminoso y, también, de sellar un hat trick en un cruce en la Copa del Rey que acabó con otra contundente victoria, en este caso por 0-5.

De vuelta a la Liga, el 22 de febrero, frente a Las Palmas, le bastaron únicamente cinco minutos para sentenciar el triunfo de los suyos al convertir el 0-2 en la recta final del partido. Y, justo antes del parón por las selecciones, fue capaz de anotar dos goles más frente al Atlético en el Metropolitano, en un encuentro que se saldó con un incontestable 2-4 para los azulgrana, por mucho que llegaran a verse dos tantos por debajo en el luminoso.

Algunos goles importantes

Curiosamente, su partido más productivo en los primeros meses de la competición llegó ante el que será el rival del Barça en los cuartos de final de la Champions: el Borussia Dortmund. En el Signal Iduna Park, Ferran Torres marcó dos tantos para un equipo que se llevó una victoria por 2-3. El Valladolid, el Mallorca y el Betis, mientras, en duelos en los que el Tiburón fue capaz de marcar un gol en cada uno de ellos, fueron sus otras víctimas en unos primeros compases de la temporada 2024-25 en los que también se vio frenado por una lesión en el bíceps femoral del muslo derecho que le obligó a perderse un total de ocho partidos con el equipo azulgrana.

Su rendimiento, en el conjunto de lo que llevamos de curso, está siendo más que satisfactorio a ojos de Flick. Por eso, no es nada raro que ya se esté especulando en el entorno azulgrana con la posibilidad de que el club amplíe su contrato, que finaliza al término de la temporada 2026-27, hasta el 30 de junio de 2029.

En el duelo frente a Osasuna tendrá una nueva opción para seguir sumando goles. En el partido aplazado por el fallecimiento del doctor Carles Miñarro iba a encargarse de relevar a un Lewandowski con molestias. En este caso, podría hacerlo como recambio de un Raphinha a quien Flick da por descartado junto con Ronald Araujo.

«Tienen que recuperarse»

«No van a jugar ni van a estar en el banquillo. Están fuera. El vuelo es largo y no es la situación más óptima. Tienen que recuperarse, entrenarse y, luego, ya veremos qué haremos el domingo. El equipo sigue siendo fantástico y tenemos que luchar por los tres puntos. Ganarlos sería la mejor reacción que podemos mostrar», sentenció un Flick que evitó quejarse del calendario con puyita incluida para el eterno rival. «Somos el Barça, no el Real Madrid, y estamos orgullosos de ser el Barça», sentenció.

Raphinha fue una de las víctimas a tiempo completo de la goleada sufrida por Brasil en Argentina (4-1), mientras que Araujo no jugó en el empate a cero de Uruguay en su visita a Bolivia.

El Valencia se agarra a los goles de Sadiq y obra ante el Valladolid el milagro que le saca del descenso

Actualizado Sábado, 8 marzo 2025 - 21:01

Cinco meses y medio, 162 días, 19 jornadas, todo ese tiempo ha pasado el Valencia en puestos de descenso, con Mestalla ejerciendo de salvavidas pero cómo al equipo le costaba reaccionar. Sufría el mismo castigo que Sísifo, condenado a empujar la piedra por la ladera de la montaña, a pelear por sacar la cabeza de la cola de la clasificación y, cuando parecía que llegaba con ella a la cima, que podía pasar una jornada sin estar en peligro, algo ocurría y le obliga a empezar de nuevo. Ante el Valladolid, también se enfrentó a lastres como la falta de acierto o el error tan grosero como inesperado de Mamardashvili, pero reaccionó, se sacudió Sadiq la losa de sus fallos y logró el milagro de asomar la cabeza para tomar aire fuera del infierno. [Narración y estadísticas: 2-1]

El momento del Valencia, sin permiso para descuidarse ni un momento, se evidenció claramente en este partido y lo personificaron el atacante nigeriano y el guardameta con errores groseros. El primero perdonó clarísimas ocasiones de gol que bien podían proporcionado un descanso a Mestalla, que por primera vez en mucho tiempo percibió que podía ver fútbol sin tener un nudo en el estómago de manera permanente. Le había regalado esa tranquilidad el gol de Diego López en apenas seis minutos y la ocasiones que fueron cayendo, una tras otra, en el área de Hein. Alguna tenía que entrar, que sí, que el Valencia estaba dominando a un Valladolid que ni siquiera intimidaba y que había tenido que reponerse de la conmoción que obligó a su central David Torres a abandonar el campo. El aturdimiento lo había demostrado todo el conjunto pucelano, que respiraba al ver que el corto marcador les daba vida. Y así fue.

En el minuto 40, Mamardashvili, el mismo jugador de manos milagrosas en el que se impulsó el Valencia la pasada temporada, le regaló el empate con un fallo incompresible en la salida de balón. Sin tensión, sin saber a quién tenía que entregarle la pelota, la mandó a los pies de Latasa, que no perdonó y se llevó el empate al vestuario. No está el georgiano entero, aparecieron algunos pitos en Mestalla que se tornaron en aplausos para sostenerle el ánimo.

Imposible no responsabilizar al guardameta, pero tampoco se pueden olvidar que hubiera sido un lunar si en ataque el Valencia hubiera sido más letal. Hasta cinco ocasiones claras tuvo de ampliar el marcador. La tuvo Rioja en el minuto 10 con un disparo perfilado que se le escapó rozando la escuadra. Más clara fue cinco minutos después la de Sadiq, que no enganchó de cabeza un centro telegrafiado por Gayà.

Volvió a fallar el nigeriano, titular indiscutible por la lesión de Hugo Duro, al no aprovechar otro centro raso que le sirvió el capitán al punto de penalti tras una jugada de pizarra al saque de una falta a la media hora de partido. Dos minutos después, cabeceó alto otra pelota llovida de Almeida, muy gris. El Valencia generaba mucho peligro sin que su delantero fuera capaz de sacar provecho ante un Valladolid que parecía capaz de acompañar.

Se animó Rioja, poco exigido en sus labores de carrilero y más centrado en intimidar como extremo, a conectar con Diego López pisando área para dejársela de cara a Enzo Barrechena en la frontal. Pero el tiro del argentino, sin demasiada fe en su golpeo, se perdió a la izquierda de la portería pucelana. Es lo único que le falta a este centrocampista que cuajó un partido soberbio y que ha dado estabilidad al juego del equipo.

Ya con el empate, fue de nuevo la conexión Rioja-Gayà la que provocó que el sevillano enganchara un testarazo al fondo de la red, aunque en un ajustadísimo fuera de juego. No se afinaba.

El Valencia volvió tras el descanso con la herida abierta de un castigo que no merecía, y le costó algo sobreponerse. Lógico porque el rival intentaba no enterrar todas sus opciones de salvación y eso pasaba por no dejar pensar. Lo pudo hacer el medio argentino para enviar una pelota a Sadiq que la espalda de Cenk. Esta vez no falló. Con su control orientado y su poderoso cuerpeo venció al turco en el duelo para batir a Hein. Se había redimido, como también lo hizo Mamardashvili salvando un cabezazo de Latasa en el minuto 59.

Desde ahí mostró el equipo de Corberán una versión desconocida: supo manejar en el encuentro, con Enzo a la batuta, contener el ímpetu que, aunque fuera por agallas, mostraron los pucelanos y hasta pudieron marcar el tercero en un córner que Tárrega cabeceó a la cruceta. Mestalla, al borde de Fallas, encendió la traca que le permite soñar con la permanencia.

El abismo del Valladolid de Ronaldo: un presidente desaparecido, un ministro enfadado y 40 millones de 'beneficios' en fichajes

El abismo del Valladolid de Ronaldo: un presidente desaparecido, un ministro enfadado y 40 millones de ‘beneficios’ en fichajes

«Somos un equipo sin soluciones, sin alma». No es el diagnóstico de uno de los aficionados que abandonaron las gradas del Nuevo Zorrilla el domingo para no ver, de nuevo, a su Valladolid humillado. Son palabras de Anuar, uno de los capitanes del colista de Primera. Otro, Luis Pérez, se despidió aplaudiendo la bronca que le dedicaba la grada por cuestionarles públicamente las críticas que le había dedicado en otros partidos. Los pucelanos se han hartado de sufrir. Con solo 15 puntos, cinco derrotas consecutivas y el segundo entrenador de la temporada, Diego Cocca, destituido, ven a su equipo enfilado hacia el descenso, y lo que es más preocupante, abocado a una descomposición que parece imparable.

Miran al césped, pero más al palco, donde focalizan el origen de todos los males en Ronaldo Nazario, el astro brasileño que compró el 51% de las acciones del club en septiembre de 2018 por 30 millones de euros a través de su empresa Tara Sport 2018 S.L.

El pasado mes de noviembre, el club convocó una ampliación de capital que eleva su paquete de control hasta el 82% y que fue recurrida ante los tribunales por Ágora Inversiones, propietarios del 9% de las acciones. El resto está en manos de pequeños accionistas y del Ayuntamiento de Valladolid, que tiene un 0,785% del capital social.

Pese a aumentar su poder, Ronaldo tiene al Valladolid en venta. Tiene que desprenderse del club para cumplir su sueño de presidir la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). «Tengo cientos de motivaciones, pero la más grande es devolver al fútbol brasileño el respeto a nivel mundial. La situación de la Seleção no es la mejor ahora mismo, tanto dentro como fuera del campo. Tengo planes increíbles», reconoció Ronaldo en una entrevista con Globoesporte hace unos meses.

Antes ya se había deshecho del 90% del Cruzeiro tras una mala racha deportiva que le llevó a ver una foto suya quemada en la grada. «Quiero irme, ya no me sirve nada, estoy decepcionado», confesó al comprador.

Ronaldo junto a Óscar Puente, alcalde de Valladolid en 2018 cuando compró el club.

Ronaldo junto a Óscar Puente, alcalde de Valladolid en 2018 cuando compró el club.EFE

En Valladolid va por el mismo camino. En la grada del Nuevo Zorrilla ya proliferan los carteles amarillos con la leyenda de 'Ronaldo Go home'. Nadie le perdona lo que ocurre con el equipo. El primero, el ministro Óscar Puente, ex alcalde de Valladolid a quien el brasileño fue arrinconando en el palco. «No he visto a un Real Valladolid más inoperante, con menos calidad, menos autoestima, menos carácter, más desorientado y más perdido en mis 56 años de vida. Si ha habido un equipo peor que este, yo no lo he conocido. O no lo recuerdo», se lamentaba en redes este fin de semana.

Más traspasos que fichajes

La gestión de Ronaldo desde que llegó a Pucela ha sido de mínimos. Ha estado cuatro temporadas en Primera, con dos descensos, si bien su paso por Segunda acabó siempre en ascenso. Ha tenido hasta ahora tres entrenadores, dos muy queridos, Sergio González y Pacheta, y dos que llegaron por deseo del propietario y con los que nunca ha habido feeling: Pezzolano y Diego Cocca. El uruguayo llegó a hacer burla en la celebración del ascenso de los cánticos de dimisión que había escuchado toda la temporada. El argentino, por su parte, no ha revivido al equipo que, como admitió Anuar, no tiene soluciones. Ambos han hecho las maletas en un intervalo de apenas tres meses.

A la complicación de enderezar una temporada torcida se suma la venta en el mercado de enero de los mejores jugadores: Juma Bah, traspasado a City por 6 millones, Lucas Posa al Ajax por tres y Kike Pérez al Venezia por un millón. Queda la duda de si la lesión de Raúl Moro fue lo que impidió su venta. A esas se suma la de Boyomo en verano a Osasuna por cinco.

En el balance de fichajes y ventas de Ronaldo siempre hay beneficio. Salvo la temporada 22/23, en la que fichó por 11 millones más de los que generó en traspasos, en el resto ha comprado por 48,28 y ha vendido por 87,7, lo que arroja un saldo favorable de casi 40 millones de euros. Así ha evitado que las cuentas de club arrojen pérdidas continuadas en los balances anuales.

La operación más cara que ha afrontado el Valladolid en la etapa Ronaldo fue la compra de Gonzalo Plata por nueve millones, que una temporada después vendió por 12. Otro buen pellizco dejaron Fresneda, Larin o Weismann.

Esta temporada su mayor inversión la hizo en el croata Stipe Biuk, que llegó cedido en enero de 2024 y sumó en el ascenso. Ya en Primera, pagó cuatro millones... para enviarlo en préstamo al Hajduk Split.

El Villarreal da un repaso al Valladolid y se hace fuerte en casa

El Villarreal da un repaso al Valladolid y se hace fuerte en casa

Actualizado Sábado, 1 febrero 2025 - 21:19

El Villarreal CF se ha tomado en serio el propósito de hacer del Estadio de la Cerámica un campo inexpugnable. Como hace un par de semanas ante el Mallorca, el equipo de Marcelino dio otro recital goleando al Real Valladolid y metiendo presión al Athletic en su pelea por la cuarta plaza. Ayoze Pérez rompió la igualdad poco antes del descanso y acabó con la resistencia del colista, que se vio ampliamente superado en la segunda mitad por el juego coral y la pegada de los castellonenses. [Narración y estadísticas (5-1)]

Ayoze le da al Villarreal un plus en un ataque ya de por sí temible. Los problemas físicos han impedido al jugador canario tener continuidad pero cuando está se nota. Ante el Valladolid volvía al once casi mes y medio después de su última titularidad y fue el gran protagonista. No solo abrió el marcador sino que podría haberlo engordado con un poco más de acierto en la definición.

El delantero participó prácticamente en todas las acciones ofensivas del conjunto amarillo, como si quisiera recuperar el tiempo perdido, aunque no fue hasta el tramo final del primer periodo cuando rompió el equilibrio. Le había costado hasta entonces al Villarreal desbordar a un Valladolid ordenado y que no renunciaba a buscar portería, sobre todo a través del insistente Chuki.

Los de Marcelino, que daban la sensación de echar en falta el criterio de Dani Parejo en la medular, únicamente conseguían generar peligro a balón parado hasta que Ayoze firmó una genialidad tras convertir un saque de banda en una acción letal. El canario recibió de Cardona y se marchó entre tres rivales para encarar a Hein y batirle de tiro cruzado.

Gueye, en ambas áreas

El gol despertó el instinto asesino del delantero, que aún dispuso de un par de ocasiones antes del descanso. Se le fue por centímetros un remate después de una deliciosa pared con Gerard Moreno en la frontal. Sí cogió portería su siguiente tiro, tras bajar magistralmente un despeje de Gueye, pero Hein sacó una buena mano para despejar. Nada más arrancar el segundo tiempo tuvo otra buena opción tras una pérdida del Valladolid en la salida del balón, pero se le marchó arriba su tiro tras el pase de Gerard.

El conjunto de Diego Cocca trataba de mantenerse agarrado al partido y merodeaba el área local, aunque sin ocasiones excesivamente claras. Diego Conde abortó una internada de Sylla tras una buena maniobra del delantero senegalés. Tampoco llegó a buen término un tiro de Lucas Rosa que fue bloqueado por Gueye.

Intentando reivindicarse

El francosenegalés fue protagonista en las dos áreas, ya que solo un minuto antes había desperdiciado un pase de Ayoze rematando por encima del larguero. No perdonó la segunda que tuvo, definiendo con un ajustado disparo raso tras una acción de fortuna. Pepe quiso jugar de tacón tras un pase filtrado de Álex Baena pero el balón rebotó en un defensa y acabó en los pies de Gueye.

Por si había dudas sobre el desenlace del partido, Comesaña las ahuyentó firmando la sentencia a veinte minutos del final con un impecable cabezazo a centro de Cardona, una de las jugadas favoritas del Villarreal. Lejos de conformarse, los de Marcelino siguieron apretando, con los jugadores de refresco tratando de reivindicarse. Barry hizo el cuarto poco después de entrar al terreno de juego tras recibir de Denis Suárez, que no quiso ser menos y firmó el quinto con un disparo a la media vuelta. En la última acción del partido, Amallah maquilló la goleada para el Valladolid con una buena volea desde la frontal.

Javi Sánchez: "Cada vez que me lesionaba era como bajar al sótano. Vengo de una familia humilde y era mi trabajo, mi dinero... Lo pasamos mal"

Javi Sánchez: “Cada vez que me lesionaba era como bajar al sótano. Vengo de una familia humilde y era mi trabajo, mi dinero… Lo pasamos mal”

Javi Sánchez nació en Getafe, pero es de Humanes, localidad del sur de Madrid desde la que iba casi todos los días en transporte público a Valdebebas. Del chico que empezó con ocho años en la cantera del Real Madrid al capitán, de 27, del Real Valladolid hay una carrera de garra, lucha contra las lesiones, entrenamientos con estrellas y presión por no descender. De todo charla con EL MUNDO antes de recibir al conjunto blanco.

Entró en las categorías inferiores del Real Madrid con ocho años. ¿Cómo fue?
Si te digo la verdad, no sé a qué edad empecé a jugar al fútbol. Sé que a los siete empecé a hacer las pruebas para el Madrid y a los ocho ya estaba con ellos. Pero lo poco que recuerdo de antes es que jugaba en Humanes y que luego estuve en el Atlético Hispanidad, en Fuenlabrada. Pero fue poco tiempo. Un día mi padre llegó de trabajar y por lo visto le habían mandado un fax para que fuera a hacer las pruebas al Madrid. Y es curioso porque le dije que no quería, porque justo antes había ido a unas pruebas que hizo la Fundación Real Madrid en Fuenlabrada y pararon el entrenamiento porque llovía mucho. Y dije "esto no me gusta, si llueve no pasa nada" (risas). Y cuando llegó el fax le dije a mi padre: "Allí no vuelvo, que paran el entrenamiento cuando llueve". Me impactó muchísimo. Mi padre me dijo que iba a ser diferente, fui a hacer las pruebas a la ciudad deportiva antigua, la de las cuatro torres, y me quedé.
Alucinaría.
Imagínate, tan pequeño, llegas allí con tanto niño... Y yo que era del Madrid, que toda mi familia era merengue, que tenía desde pequeño la famosa camiseta de Teka... Era increíble. Te empiezan a dar un montón de ropa y yo que no estaba acostumbrado digo "¿Pero dónde estoy?".
¿Y sus amigos del colegio?
Me llamaban El Madridista (risas). De hecho, hasta que llegué a Valladolid para ellos he sido El Madridista. Hasta en la camiseta de la peña de Humanes pone Madridista en la espalda.
¿Cómo era la vida en Humanes?
Mi padre trabajaba haciendo conductos de ventilación en hospitales y tal, y mi madre no trabajaba. Y luego tengo una hermana cinco años más pequeña. Y Humanes pues... Yo vengo de una familia muy humilde y el barrio también lo es, pero he sido muy feliz. No paraba de jugar al fútbol en la calle y teníamos todo lo que nos gustaba. Jugábamos en el jardín, en la plaza, en los colegios... Nos saltábamos las vallas para entrar a jugar.
¿Y en el colegio qué tal?
Hasta el instituto bien (risas). Luego es verdad que mi madre no ha tenido coche nunca, mi padre salía a las siete de trabajar y yo a esa hora estaba ya entrenando. De Humanes a Valdebebas tenía dos horas de transporte público. Salía del instituto a las dos, iba a comer rápido a casa de mis abuelos y me iba directo a Valdebebas porque empezaba a las cinco. Salía a las ocho de la mañana para el instituto y llegaba a casa a las nueve o diez de la noche entonces... (Risas). No tenía tiempo, cenaba, estaba con mi familia un poco y ya a dormir.
En la cantera del Madrid pasó por todas las categorías. ¿No se vino arriba en el barrio? ¿No le han tenido que decir nada sus padres?
No, nunca he sido un chico que se haya flipado por estar allí, siempre he sabido de dónde vengo. Me considero un chaval humilde y es lo que me han inculcado en casa. Alguna vez que salía un viernes a cenar con amigos y tenía partido el sábado, pues "oye, no vengas tarde". Cosas así, pero no he sido un balilla, por así decirlo.
De adolescente empiezan las lesiones.
Yo era un chico de estatura normal, no destacaba mucho, pero de repente crecí mucho y empecé a tener lesiones por el tema del crecimiento. En el Madrid, con la prueba de la muñeca, me dijeron que iba a ser bastante alto, pero todavía no había pegado el estirón. Y cuando empecé a pegarlo empecé a lesionarme. Me frustraba bastante, pero el Madrid se portó bien, me ayudó y me supo aguantar. Ese tema del crecimiento me afectó mucho. Mi etapa juvenil fue la peor en ese sentido. Pero luego en el Castilla logré estar bien.
Cuatro años en el Castilla y llega a debutar con el primer equipo a las órdenes de Solari.
Era 2018. Vienen de ganar tres Champions y de repente te ves ahí... Me llamaron para hacer la pretemporada y dije "¿Dónde estoy?". Era como la oportunidad de mi vida, lo que tenía como objetivo lejano cuando empecé de pequeño. Me sorprendió la profesionalidad de cada uno, el hambre, la voracidad... Como si no hubieran ganado nada.
En 2019 se va al Valladolid y tiene una época complicada con las lesiones. Le llegan a llamar "jugador de cristal". ¿Hasta qué punto le afectó?
Cuando salí hubo alguna mala gestión de la gente que tenía alrededor en ese momento, porque llegué tarde a Valladolid y empecé a enlazar lesión tras lesión. Lo pasé bastante mal. Me apodaron "jugador de cristal" y no se daban cuenta de las consecuencias de las cosas. Yo lo intentaba todo, todo, para estar bien. Cuando me lo empezaron a decir yo intentaba pasar del tema, pero a la familia le llega y sufres. Pero gracias a Borja Mayoral, que era amigo mío de la cantera del Madrid y me presentó a gente con la que trabajaba, logré dar un salto de calidad y llegar a mi mejor versión.
¿Qué tipo de ayuda encontró?
Justo me había vuelto a lesionar y Borja me presentó a su fisioterapeuta, que fue el primero con el que empecé a trabajar. Y a raíz de ahí vio que me hacía falta un giro en la alimentación, que comía mucha pasta, muchos hidratos y cosas que a lo mejor me inflamaban demasiado y hacían que no recuperara bien. Empecé con un nutricionista y luego con un psicólogo, porque veía que hacía todo por mi parte y me frustraba muchísimo. No era feliz. A veces se necesita esa ayuda y no pasa nada por decirlo, te ayuda a cambiar. Para mí el motor del cuerpo es la cabeza y por mucho que estés bien de piernas, que no te duela nada, si mentalmente no estás bien créeme que no vas a tener resultados dentro del campo.
¿Ha llegado a contar las lesiones?
No, nunca. Pero cada vez que me lesionaba era como bajar al sótano. Era muy frustrante y mi familia también lo pasaba mal... Vengo de una familia humilde y para mí esto es mi trabajo, mi dinero... Ellos veían cada lesión como un abismo.
¿Se presionaba mucho por eso?
Sí, sí... Al final mi familia hizo muchos esfuerzos por llevarme a entrenar y eso no se olvida. Te metes tú mismo una presión para estar bien y que todo el mundo esté feliz que no ayuda.
Ahora es capitán, indiscutible, marcó un golazo contra el Espanyol... ¿Se ha liberado?
Sí, me encuentro muy bien. Llevo varios años encontrándome bien. Creo que en el año de Pacheta, en Segunda, es cuando empiezo a acumular minutos y a explotar. El año pasado tuve un pequeño traspiés, una cirugía que fue un palo muy grande, pero me encuentro bien.
En Valladolid ha vivido dos ascensos y dos descensos. Vaya montaña rusa.
Descender es durísimo. Se lo intento explicar a la gente que viene nueva y que no lo ha vivido, que es durísimo por todo. Por suerte, las dos veces que descendimos logramos ascender al año siguiente.
Hay una presión tremenda cuando se lucha por la salvación.
En el club hay mucha gente, no sólo jugadores. Utilleros, preparadores... Y cuando bajas, los salarios también bajan. No sólo jugamos por nuestro pan, jugamos por el de los demás, por la ilusión y las ganas de la gente que hace un trabajo invisible.
¿Ha notado un trato diferente por ser canterano del Madrid?
A mí me acogieron muy bien, pero es verdad que de vez en cuando te dicen "a ver el chavalito del Madrid, qué frío hace aquí...". Tienes que demostrar, porque vienes de una buena cantera.
¿Y en el barrio?
Yo siempre he sido bastante selectivo con la gente que se ha acercado a mí. En el barrio, mi círculo cercano siempre me ha tratado igual y espero que siga siendo así, porque son los que te hacen bajar a la tierra. Me gusta estar con ellos y estar fuera de la burbuja del fútbol, ver que hay otra vida. Eso me gusta. Te cuentan sus movidas, sus problemas, sus temas familiares y ves la vida con otra perspectiva.
¿Su padre sigue trabajando?
Sí, todavía le queda. Es una persona inquieta a la que le gusta valerse por sí mismo. Mis padres son dos culos inquietos. No se dejan jubilar, dicen que esto es mi vida. Pero siempre que les puedo ayudar con algo, les ayudo. Mis padres, mi hermana y mis abuelos han sido las personas más importantes para mí. También mis tíos, que me llevaban a muchos sitios, me compraban botas porque no había mucho dinero... Toda la familia contribuía.
Ha sido padre de un niño y ahora su pareja está esperando una niña. ¿Eso le ha cambiado?
Dicen que me ven más maduro (risas). Influye mucho, son tu motor, quieres darles lo mejor. Siempre me he considerado una persona dura pero ahora la mente te hace clic, te hace centrarte más y bromear poco con lo que haces.

El Valencia da oxígeno al Valladolid y sale de Zorrilla colista con Baraja en el alambre

Actualizado Viernes, 13 diciembre 2024 - 23:20

El peor Valencia de la historia salió de Zorrilla colista de Primera División y da pasos en firme para caer de bruces al abismo. Rubén Baraja no da con medicina que haga reaccionar a un equipo con 10 puntos, falto de calidad, romo y sin más recursos que el corazón. Cada partido acaba siendo un calvario y la primera víctima puede ser el entrenador, si es que Peter Lim muestra la más mínima preocupación. [Narración y estadísticas (1-0)]

Es imposible que el Valencia salga del infierno si comete errores que pesan como una losa. Espeso como el cemento en ataque y sin gol, no puede condenarse a remontar, pero lo hace una y otra vez. Da igual jugar con cuatro o cinco defensas, con un punta o un par. Es de cristal y el Valladolid se aprovechó de eso para hundirlo.

Cada temporada hay un equipo que se descompone camino de Segunda en un funeral larguísimo. Al primer síntoma de no puntuar se añade pronto otro muy evidente: sus desgracias no dejan de aumentar. Lesiones y carambolas siempre perjudican. El Valencia se plantó en Pucela sin Gayà ni Mamardashvili y, en un partido que comenzó serio e intimidando por la fe del desbocado Fran Pérez, cometió un solo error en los primeros 20 minutos que se convirtió en el gol del Valladolid.

Viviendo en el alambre

Se durmió Mosquera ante la presión de Marcos André, que mordió en el carril del lateral casi en el centro del campo para que apareciera Anuar pegado a la cal y enfilara área por una autopista. Sin complejos, recortó a Tárrega, mal perfilado, y fusiló a Dimitrievski. La bombona de oxígeno que estaba en juego se la colocó el Valladolid en su primera ocasión.

No se había sentido incómodo el equipo de Baraja después de abandonar los experimentos tácticos y soltando a Javi Guerra para que pisara área. Intenta el joven centrocampista mostrar su talento y catalizar el ataque. Alimentó en la derecha a Fran Pérez e incluso encontró a Hugo Duro, pero faltaba algo más.

Baraja, sin complejos porque vive en el alambre, buscó soluciones en el descanso para ajustarse algo más, con Yarek en el lateral zurdo, y horadar el muro que alzó el Valladolid confiando en André Almeida. Ayudó a pisar el área, aunque sin generar la más mínima inquietud en Hein. El portugués es lo poco diferencial que tiene en el banquillo junto a Rafa Mir, que entró en el 60 en el lugar de Javi Guerra. Con el crono corriendo y el Valladolid sobreviviendo, Baraja buscó un movimiento desesperado quitando un defensa, Foulquier, para acumular hombres en ataque con Sergi Canós. Desatar el caos como única alternativa.

La roja a Latasa

Si Baraja está cuestionado, para Álvaro Rubio era su último partido porque el argentino Diego Cocca ya ha llegado a Pucela. Sin nada que perder, mandó al campo a incomodar a Latasa y Machís. Si se desataba el rival, había que pillarles en otro error. Sin embargo, quien se sobreexcitó fue Latasa, que soltó un codazo en el pecho a Tárrega que el VAR cazó y Ortiz Arias le mandó al vestuario con una roja.

Desde ese momento, ya nada tuvo sentido. El partido se desordenó, con un equipo en inferioridad agarrado a un gol que le da vida y sin salir de su campo y otro absolutamente volcado, con dos defensas y el resto de jugadores alocados tratando de hacer un gol como fuera. Lo rozó Hugo Duro cabeceando cualquier balón que volara en el área, salvó bajo palos Juma Bah el remate de Tárrega y hasta Víctor Meseguer tuvo el segundo cuando pilló a Dimitrievski en una salida. No hizo falta. El gol de Aunar les sirvió.

El Atlético no descansa en el séptimo duelo y ajusticia al Valladolid

El Atlético no descansa en el séptimo duelo y ajusticia al Valladolid

"Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. Y en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho". Auguraba el Génesis un descanso para el Atlético de Madrid. Uno de esos partidos tontos que, en otros momentos y en otras temporadas, caían del lado del rival. Pero este año, el equipo del Cholo es de acero atrás y de hierro delante. No concede y marca con facilidad, el sábado fueron cinco. Y así, contundente en ambas áreas, ya está a dos puntos del todopoderoso Barcelona. [Narración y estadísticas, 0-4]

Ha encontrado el Dios rojiblanco su mediocampo titular. Físico, potente y con cierta clase. Quizás no son orfebres, pero sí una jauría de galgos estilosos que saben cómo filtrar un balón, morder a una defensa adormilada y trenzar a velocidades de vértigo. Tiene Barrios una elegante zancada, De Paul, la imaginación para inventar y Gallagher una voluntad de entrega como el Bulldog que representa.

Y luego está Giuliano. Hubo dudas en la parroquia de quedarse con el hijo menor del entrenador antes que con Samu Omorodion. Para colmo, el delantero melillense se salía en el Oporto en la minicrisis que vivió el Atlético tras la deshonrosa derrota en Lisboa o el triste juego exhibido en Sevilla ante el Betis.

El Cholito, poco a poco, fue arañando minutos gracias a la fe y la entrega. "Demagogia para agradar a la grada", se quejaban los puristas. Pero el argentino, con la cabeza baja y el pecho alto siguió creciendo y, lo que es mejor, contagiando su energía al equipo. Un gol y dos asistencias lleva en diez partidos, pero múltiples acciones de peligro.

El segundo gol del Atlético representa a Simeone Jr y a lo que ha conseguido el argentino para sus compañeros. Que la fe mueva montañas y marque goles. No embocó Griezmann su pase atrás, pero su disparo cayó a las botas de Julián Álvarez que no perdonó a un Hein, vendido y exhausto. El portero del Valladolid tuvo que emplearse a fondo en los seis remates que realizó el Atlético en la primera mitad, y poco pudo hacer en los tres que se le colaron. De hecho, el primero se lo marcó Lenglet tras un córner y un despiste de la defensa pucelana, muy floja toda la noche. Y el tercero no pudo más que admirar el tiralíneas del Atlético. Una jugada a toda velocidad que tuvo una preciosa pared de Galán, un pase atrás, una dejada y una llegada en segunda línea de De Paul, que definió con maestría.

Pudieron ser dos más si no llega a ser por el Var. Sus intervenciones fueron milimétricas y, aunque justas, ridículas. Los centímetros por los que elimina jugadas son el anti fútbol. A Giuliano y a Giménez les limpió sus tantos. El del uruguayo, por cierto, de muy bella factura. Un cabezazo de esos de enseñar en las escuelas de fútbol.

Este Valladolid, igualmente, es una bicoca para animar delanteras. 21 goles en contra y nueve milagrosos puntos. Los pucelanos se agarran a un Raúl Moro que parece el Messi del Pisuerga. Pero claro, un jugador ante once bestias es una liebre contra una rehala, puede escapar, sí, pero nunca hacerles daño.

Volvía Griezmann al once y no Koke. Va a tener difícil el capitán subirse a este tren en marcha. No el francés. Éste si es un orfebre del fútbol. El cuarto gol del Atlético no fue una jugada sino una escultura. Un control de tacón para librarse del central y meter el balón suavecito, como la canción de Fonsi, a la base del poste. Ronaldo estaría orgulloso en el palco... si el francés jugara para su equipo.

Banquillo profundo

El problema para el Valladolid y la bendición del Cholo es que este año el banquillo rojiblanco es profundo. Pero el duelo, ante la carga de partidos de unos y la depresión de los otros bajó de intensidad. Eso dio para alguna amenaza pucelana con travesaño incluido, pero la distancia entre ambos contendientes era tan abismal que ni la mayor de las fes podría salvarla. De hecho aún dio tiempo a Sorloth a hacer el quinto tras una generosa acción de Correa.

Llega el Cacereño como siguiente rival y bien harían en Extremadura en temer a este Atlético que no descansa. Un sueño para el hombre que está en el banquillo. Quedan aún muchas victorias a este Atlético para acercarse a las 13 seguidas del de la 12/13, pero esta vez ya no cuentan con un Simeone sino con dos.

La Liga a destiempo

Actualizado Domingo, 1 septiembre 2024 - 22:13

La Liga, antes del parón, se ha puesto al día en la cuarta jornada. Pero con la tercera en pleno desarrollo, los equipos andaban aún ajustando las plantillas. En unas faltaban jugadores. En otras sobraban, tratando todos de encajar en un puzle con el tablero en movimiento. Sujetos a las distintas circunstancias de transacciones o de inscripciones, había nombres llamativos: Dani Olmo, Dani Ceballos, Julián Álvarez, Conor Gallagher, Vitor Roque, Er

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El Barcelona de Flick se luce con una goleada al Valladolid

El Barcelona de Flick se luce con una goleada al Valladolid

Actualizado Sábado, 31 agosto 2024 - 19:12

El Barcelona no tuvo piedad alguna del Valladolid. Los azulgrana se aseguraron de marcharse al parón por las selecciones encaramados al primer puesto de la tabla gustándose ante un conjunto de Pezzolano que se vio superado una y otra vez por su empuje. Y que, a su vez, se llevó un serio correctivo de Montjuïc. Raphinha, con un hat trick, fue el más brillante en unas tareas ofensivas en las que Lewandowski, cómo no, Jules Koundé, culminando una acción de estrategia, Dani Olmo, en jugada personal, y Ferran Torres, tras asistencia del brasileño, aportaron también su granito de arena para endosarle un incontestable 7-0 a un rival que, por momentos, casi pidió la hora.

El Barça, muy intenso, lo dejó todo casi visto para sentencia en los primeros 45 minutos. Con Marc Casadó como relevo en la medular del lesionado Marc Bernal, a quien sus compañeros mandaron un mensaje de ánimo antes de que el balón empezara a rodar sobre el césped, y Dani Olmo como titular, los azulgrana no dieron tregua a un Valladolid que se vio desbordado una y otra vez en su zona defensiva y que se vería pronto muy por detrás en el marcador. Raphinha, tras un medido pase de Pau Cubarsí, se encargó de marcar el primero de la tarde cuando apenas se habían disputado los primeros 20 minutos del duelo. Y Lewandowski, apenas cuatro minutos después, tras un buen desplazamiento de balón de Lamine Yamal, dio el segundo zarpazo para poner el 2-0 en el marcador de Montjuïc.

Continuas ocasiones

El Valladolid, sobre todo por medio de la movilidad de Moro, trató tímidamente de meterse en el partido, pero sus intentos se estrellaron o bien contra la zaga barcelonista o bien contra un siempre atento Ter Stegen. El devenir de las cosas, a pesar de todo, invitaba a pensar más en la llegada de un 3-0 que en la posibilidad de que los visitantes recortaran distancias. Avisó Dani Olmo, estrellando por segunda vez un balón en el poste, repitiendo así el infortunio con el que se había encontrado ya en los primeros minutos del encuentro. Koundé, en cambio, a la salida de un córner en el añadido del primer tiempo, cayéndose en su búsqueda del remate, envió un disparo ajustadísimo que dejaba ya prácticamente sin opciones a los pucelanos.

Lejos de levantar el pie del acelerador, el Barça saltó al terreno de juego en la reanudación dispuesto a aumentar el castigo sobre un Valladolid incapaz de sobreponerse al aluvión ofensivo de los azulgrana. Las amenazas empezaron muy pronto. Olmo, con un intento de taconazo que no encontró portería, Raphinha, cuyo disparo se encontró con una buena parada de Hein, y Lewandowski, que quiso gustarse en su remate y tampoco encontró el camino del gol, avisaron. Unos avisos que el brasileño, a la postre, se encargó finalmente de materializar en dos tantos más para hacer aún más sangre. El primero, culminando una jugada un tanto embarullada en el área rival. El segundo, ganando la espalda a la zaga contraria para aprovechar una buena asistencia de Lamine Yamal y batir al meta visitante con un disparo que se coló entre sus piernas.

No contentos con la manita, los azulgrana siguieron acosando la meta rival. Hasta que Dani Olmo, poco antes de ser sustituido por Pablo Torre, encontró el premio a su esfuerzo anotando el 6-0. Y Ferran, tras asistencia del omnipresente Raphinha, cerró el marcador con un 7-0 que recalca el buen arranque que han sido capaces de firmar en la Liga los pupilos de un Hansi Flick cuyo nombre acabó siendo sonoramente coreado por la grada.

Pezzolano: "El fútbol sufrió un gran cambio después de Guardiola"

Pezzolano: “El fútbol sufrió un gran cambio después de Guardiola”

Paulo Pezzolano (Montevideo, 1983) llegó a ser máximo goleador de un Clausura uruguayo antes de dar el salto a España para jugar en el Mallorca de Goyo Manzano, pero su éxito ha llegado desde el banquillo y de la mano de Ronaldo Nazario. Después de unos años en Uruguay y México, llegó al Cruzeiro cuando el exjugador brasileño compró el club, un histórico en horas bajas, y lo ascendió a Primera División. Lo mismo ha conseguido en el Valladolid, con el que ahora visita el Bernabéu. Antes, charla con EL MUNDO sobre el fútbol y la referencia de Guardiola.

¿Cómo cambia un vestuario cuando tiene un año de muchas victorias, como el del año pasado en Segunda, a un curso en el que se supone que perderá más de lo que ganará?
Es algo natural, pero lo vamos a tener que trabajar despacio, porque todos somos conscientes que eso puede suceder. La historia lo marca y es difícil. Sabemos nuestros objetivos, sabemos qué equipos estarán en nuestra Liga, otros con los que será más difícil puntuar.... Pero la ilusión está ahí.
¿Cómo trabaja la cabeza de los jugadores?
Me concentro mucho en lo individual, en la exigencia individual, en estar en cada detalle, usando vídeos individuales y poniendo objetivos individuales. Con eso se busca la rebeldía del jugador, su interés en conseguir el objetivo.
¿Cómo reacciona el futbolista ante ese trabajo psicológico e individual? No todos igual, ¿no?
Bien, porque lo trabajan dentro de lo que ellos quieren. Hay jugadores que quieren lograr algo económico para su familia, otros que quieren llegar a clubes grandes... Cada uno tiene lo suyo y nosotros estamos ahí para recordarle que nada le puede mover de ese objetivo, que no se pueden bajar los brazos. Y ese objetivo individual lleva luego al grupal. El equipo es lo mejor de cada uno.
¿Y Paulo Pezzolano qué objetivo tiene en su carrera?
Lo primero es mejorar para conseguir el objetivo grupal de este año, que es la permanencia. Y luego pues seguir creciendo como entrenador. Mi objetivo individual es que mi equipo sea competitivo, que se vea un equipo duro en la cancha.
Habla usted de "un equipo duro". Hay mucho debate en los últimos años sobre la manera de jugar. ¿Cree que sólo hay una manera de jugar 'bien' o más de una?
Yo siempre había estado en el primer grupo, que sólo se podía jugar de una manera, siempre matando con balón... Es lo que siempre me gustaba. ¿Qué pasa ahora? Que hay que saber adaptarse a los jugadores y a los rivales. Sólo con tener el balón no sirve, va mucho más allá. Con el tiempo vas aprendiendo a valorar y a jugar diferentes partidos dentro de un mismo partido. Tenemos que saber jugar con balón y hacer daño en bloque alto, pero también jugar sin él, duplicar marcas, robar, transición...
El estilo más famoso en España ha sido el 'tiki-taka' y ahora parece que ha cambiado a un fútbol más vertical. ¿Nota usted ciertos prejuicios en los estilos de los equipos? ¿Que sólo se puede jugar a un estilo?
Pasa en todas partes, no sólo en España. Ahora todos los equipos intentan salir jugando desde atrás, desde el portero. ¿Por qué? Porque todos tienen la calidad para hacerlo y se busca el espacio. Si un equipo atrae la presión hacia su portero y centrales, el espacio estará atrás. Todo es un juego de posición, de buscar superioridad, ventaja y ser vertical.
Jugó en la Liga en 2009. ¿Qué cambios nota 15 años después?
Justo eso que estamos hablando. Antes no había tanta visión de ese juego de salida de balón, de buscar superioridades, de 'tikitaka'... Todo evolucionó después de Guardiola. Antes se hacía un poco, pero después de Guardiola hubo un gran cambio en todo el fútbol. Veo que todos los equipos, cada uno a su manera, intentan esas salidas de balón que antes no existían. Ahí está un gran cambio. El otro sería el físico, cada vez hay más partidos y más torneos, así que las pretemporadas son más cortas y más complejas.
¿Guardiola ha sido su referente?
El Barcelona de Guardiola fue al único equipo que superar a su rival, ganando o perdiendo, pero siempre siendo superior. Es lo que todos miramos. Yo querría jugar de esa manera, pero no en todos los equipos se puede hacer. Ese Barcelona era excelente.
Usted ascendió al Cruzeiro a la Serie A brasileña y al Valladolid a LaLiga, en ambos sitios con Ronaldo Nazario como dueño del equipo.
Antes, en Uruguay, habíamos ascendido con Torque a Primera y habíamos ganado con Liverpool el Torneo Intermedio. Luego en México fuimos a Pachuca, que llegamos a semifinales, y después a Cruzeiro. Un equipo con una historia y una presión impresionantes. 60.000 personas en cada partido y conseguimos el ascenso. Y ahora en Valladolid, con la vuelta a la Liga. ¿Y qué puedo decir de Ronaldo? Es algo espectacular. Para mí es uno de los mejores 9 de la historia, y luego como presidente es espectacular, una excelente persona, deja trabajar y cuando quieres hablar de fútbol estás hablando con uno de los mejores de la historia.
¿El fútbol sudamericano es más pasional? ¿Hay más presión que en España?
La presión es individual. Cruzeiro tiene un millón de seguidores y 60.000 en el estadio... El jugador sabe que no puede fallar porque tiene una presión tremenda arriba. Como entrenador, la gente en Sudamérica, en Brasil, Argentina, Uruguay... es pasional y pierde la razón porque el resultado lo es todo, es el 100%. Si ganas eres el mejor, y no ven otra cosa. Se vive de una manera muy intensa. Es brutal. Aquí en España también hay pasión, pero allí es diferente por el número de personas.
"¡Pezzolano, dimisión!", gritó usted mismo en la celebración del ascenso del Valladolid.
Sí, me siento responsable. Es algo pasado y zanjado. Sentí que podíamos generar una unión interna a raíz de eso, hacernos fuertes. Pedí disculpas y me hago cargo. Lo importante era conseguir el objetivo y creo que a partir de ahí ahora la gente está feliz. Quiero gente orgullosa del equipo e identificada con él.
¿De dónde viene Paulo Pezzolano? ¿Cómo era un día en su infancia?
Una familia de barrio. Mi padre carpintero, mi madre ama de casa... Y yo desde pequeño metido en el equipo de fútbol del barrio. El fútbol es el primer deporte de Uruguay, la pasión de cualquiera.
Ahora hay una buena generación en el país, con Valverde, al que se enfrenta hoy, como capitán. Darwin, Araújo...
Llevan viniendo buenas generaciones muchos años, como eran Cavani y Suárez, antes Forlán... Ahora tienen un nivel impresionante y están creciendo como selección de la mano de Bielsa. Están jugando muy bien, muy dinámicos, muy intensos... Esperemos que lleguen los resultados.
Los futbolistas siguen saliendo muy jóvenes de Sudamérica.
Por los clubes. En Uruguay, por ejemplo, el crecimiento para un jugador está en el exterior. El jugador quiere jugar un año y salir joven, porque recibe ofertas mejores y el club gana dinero. Hay mucha tentación económica para ambos.