Vinicius Júnior apareció por la sala de prensa de Valdebebas por primera vez desde la comparecencia que realizó con la selección brasileña en marzo de 2024, cuando rompió en lágrimas al hablar del racismo que sufría en el fútbol español. Doce meses en los que al delantero del Real Madrid le ha pasado de todo: la Liga, la Champions, la polémica del Balón de Oro, alguna lesión... Y una temporada actual en la que ha tenido altibajos, pendiente ahora de la eliminatoria contra el Atlético de Madrid en Champions. "Es la primera vez que juego contra ellos en Champions y tengo muchas ganas, no podemos fallar".
"He tenido lesiones y no puedes estar al 100% en todos los partidos. Vamos a jugar más de 80 partidos esta temporada y es complicado. La afición te pide estar cada tres días, pero no siempre estamos bien de cabeza ni físicamente. Todos los jugadores tienen molestias y tienen que jugar", reflexionó, y aseguró que está en su "mejor momento".
"Mi temporada va bien. Después de la última la gente pide más de mí, es normal, pero ahora llega el momento más importante y nosotros siempre jugamos mejor ahí", insistió Vinicius.
Los 15 minutos del brasileño ante los medios dieron para mucho, incluido el tema arbitral y su ausencia, junto a la expedición del Real Madrid, en la ceremonia del Balón de Oro. "Me siento más cómodo con los árbitros europeos. Defienden más a los jugadores que dan espectáculo, castigan a los que dan patadas. No nos gusta hablar de los árbitros, pero nos gusta que piten bien", declaró.
El delantero reconoció su nerviosismo en algunos momentos de los partidos, también relacionado con la actuación de los colegiados. "Me pone nervioso cuando los árbitros no sacan tarjeta a los demás y cuando yo protesto por primera vez me la sacan. Estás caliente y haces cosas que no debes hacer, pero estoy mejorando para estar más tranquilo. La gente se olvida que solo tengo 24 años y tengo que aprender mucho", aseguró.
El foco pasó entonces a la gala del Balón de Oro y Vinicius contó que fue el club el que le dijo de no ir a París. "El club me pidió quedarme en Madrid y yo hago lo que el club me manda", dijo, y rechazó sentirse "engañado" por el premio. "La gente vota lo que cree. Yo tengo mi pensamiento y creo que tendré muchas oportunidades de ganar premios y títulos con este club. He ganado dos Copas de Europa y quiero ganar más", dijo.
Sobre la mesa, la oferta de Arabia Saudí y las negociaciones para su renovación con el Madrid. Si las palabras del brasileño son ciertas, el acuerdo con el conjunto blanco está cerca. "Tengo contrato hasta 2027 y ojalá podamos renovar cuanto antes. Soy feliz, cumplo mi sueño de jugar con los mejores, tengo el mejor entrenador, el mejor presidente, la gente me ama, no podría estar en un sitio mejor que aquí", comentó, y recordó que ante el Atlético "no podemos fallar".
Unos segundos después, Carlo Ancelotti confirmó que están a la espera de ver cómo entrena Fede Valverde en la tarde de hoy y que si el uruguayo no puede jugar ante el Atlético, el lateral derecho será Lucas Vázquez. Parece que el charrúa podrá forzar su físico para el encuentro y que Asencio hará pareja con Rüdiger en el centro de la zaga. "Los jugadores que descansaron en Sevilla, como Asencio y Camavinga, pueden tener la oportunidad", dijo.
"Será una eliminatoria igualada", declaró el italiano, que repitió que ante el Betis "falló la actitud, pero ojalá haya sido un caso aislado".
No cabe duda de que Diego Simeone ha provocado un cambio de aires en los derbis de la capital ante el Real Madrid. De no ganar en 14 años a perder solo uno de los últimos siete partidos. El Cholo sabe al rival al que se enfrenta, pero llega al duelo confiado en su equipo y en aprovechar esta oportunidad. "No entiendo y obviamente respeto la búsqueda de tener un favorito. Es un rival importante al que respetamos y sabemos también de nuestra fuerza y la intentamos potenciar", ha explicado el técnico.
Pese a ese cambio de tendencia, el argentino cree que "los partidos previos no influyen" en lo que pueda pasar el martes a las 21.00 en el estadio Santiago Bernabéu. "Es un encuentro con mucho respeto ante un grandisimo rival y ellos nos respetan de la misma manera", ha expresado Simeone y ha valorado positivamente el impacto de un partido de estas características para la ciudad y la importancia para el país de tener un representante español en los cuartos.
El técnico cree que el duelo se decidirá en los pequeños detalles y que pasará el equipo que mejor sepa manejar las diferentes situaciones del duelo. Uno de esos pequeños detalles puede ser la ausencia de Bellingham. "La baja de Bellingham será importante, pero es el Real Madrid y tienen jugadores de jerarquía. El equipo tiene que estar al 100%, será un desgaste físico y mental", ha apuntado Rodrigo De Paul, que habló antes del argentino en la rueda de prensa previa al duelo de Champions.
El mediocampista argentino, que está ante una de sus mejores temporadas como rojiblanco, ha puesto el foco más especialmente en el desgaste mental que supone un duelo de estas características. "Estos partidos son batallas que uno quiere jugar y que desgastan porque requiere mucha concentración", ha mantenido el futbolista.
Ambos, tanto Simeone como De Paul, han mencionado "la ilusión" como clave a la hora de afrontar este duelo europeo ante el eterno rival. Y el técnico ha dicho encontrarse en un momento dulce pese a la presión de la temporada. "Estoy con mucha ilusión, como si fuera mi primer día en el Atlético y con la búsqueda de llevarlo a un lugar importante en Europa y creo que lo estamos representando", ha apostillado.
Los argentinos no miran hacia ningún lado que no sea el partido de mañana, el "más importante" para De Paul hasta el miércoles, que será el del fin de semana. "Veo lo que me toca ahora. No sé lo que pasara en la liga, que faltan muchas jornadas, pero me centro en mi partido de mañana", ha apostillado Simeone.
Julián Álvarez
Julián Álvarez y su gran momento de forma ha sido otro de los nombres que se han mencionado en la rueda de prensa y desde el equipo técnico y el vestuario esperan saber cómo ayudarlo a seguir creciendo.
Un crecimiento que, ha mencionado Simeone, sigue instalado en el club rojiblanco y gracias al que compiten día a día con dos históricos gigantes de la liga epañola. "Siempre los puse en el lugar que están por su historia, nosotros somos crecimiento puro, que es muy bonito", ha detallado el argentino.
Hace unos meses que Jota, cantante de Los Planetas, preguntó a Álvaro Rivas por qué se había hecho del Real Madrid si su padre era del Atlético. «Hasta ese momento, nunca lo había verbalizado», admite el cantante de Alcalá Norte, antes de razonar su respuesta. «Cuando yo nací, mi madre murió en el parto. Hacerme del Madrid fue un detalle con mi abuelo materno, que era muy del Madrid y vecino de Chamartín. De un modo inconsciente tomé esa elección para darle cariño a mi familia materna», desarrolla Rivas, en conversación con EL MUNDO. En febrero de 2007, días antes de cumplir 12 años, Álvaro vio en el Vicente Calderón junto a su padre el primer gol de Fernando Torres en un derbi. Sin embargo, mañana no querrá compañía para disfrutar de la ida de octavos de Champions. «Ni de broma voy a verlo con él. En estas ocasiones preferimos harcelo por separado», añade el autor de La vida cañón, uno de los grandes himnos de 2024. En un momento de distanciamiento entre los clubes, con Florentino Pérez y Miguel Ángel Gil enfrentados a propósito de los árbitros, el caso de Rivas ilustra la rivalidad ciudadana. La de un derbi agitado por las vaivenes históricos y marcado por los extremos.
Estos días, en la sede del Partido Popular de Madrid se suceden las escenas de sano pique deportivo. «Debido a mi cargo, a mí se me respeta bastante. Es cierto que en el PP hay mucho madridista, pero como soy un liberal convencido, allá cada cual con sus decisiones y sus errores», bromea Alfonso Serrano, secretario general de los populares madrileños. Durante su época de portavoz, Serrano inició una tradición que mantiene hasta hoy. «Tras alguna gran victoria, las reuniones del grupo parlamentario arrancan con el himno del Atleti», desvela Serrano, apoyado por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida y con la frontal oposición de Carlos Díaz-Pache, portavoz en la Asamblea.
Una marcada división interna en el PP que derriba algunos tópicos sobre el extracto social de las aficiones. «Hemos superado los estereotipos y ahora vivimos un fenómeno totalmente transversal, que trasciende el barrio y la ciudad, la clase social o los niveles de renta. Aun así, creo que el madridista es más prepotente y el aficionado del Atlético, más dado a saborear la victoria. La pasión de un partido en el Metropolitano no tiene nada que ver con el ambiente del Bernabéu, donde además de apoyar y disfrutar, lo que la gente quiere es exigir a su equipo», relata Serrano.
«Romantización excesiva»
La bipolaridad entre un Madrid supuestamente favorecido, desde los tiempos del franquismo, por las instituciones, frente a un Atlético sufridor, bohemio y canalla, también es puesta en cuestión en nuestros días. «Eso del adalid de las causas perdidas supone una romantización excesiva. Nos gusta montarnos muchas películas, pero no creo que haya tanta profundidad. ¿Por qué somos del Atleti? Porque es el equipo que nos emociona. Pero no tiene nada que ver con las victorias o las derrotas. Como decía Luis Aragonés: "Si el Atlético es El Pupas, ¿los demás qué son, El Costras? La grandeza va por otro lado, no por el número de copas expuestas en una vitrina», apunta a este periódico Juanan Cantelar, socio fundador de Los 50, una asociación que lucha por recuperar la verdadera historia del club rojiblanco.
El veredicto de Cantelar sobre la presunta filiación franquista del gran rival ciudadano derriba algunos mitos. «A Franco no le gustaba el fútbol, pero cuando el Madrid empieza a ganar Copas de Europa, ese éxito le viene fenomenal como instrumento de propaganda de la Dictadura. Por tanto, no oculta una cierta simpatía por ellos, dado el aperturismo que suponía en un momento de aislamiento internacional. ¿Esto quiere decir que el Madrid fuese un club franquista? Sólo hay que analizar las cosas a la luz de su momento».
Tampoco conviene olvidar que el mismísimo Santiago Bernabéu, durante su etapa como futbolista, traicionó al Real Madrid para disputar la temporada 1920-21 con los colchoneros. Y que, pese a su sincera amistad con Javier Barrios, presidente del Atlético, siempre consideró al vecino con mucha más antipatía que al Barça, cuya enemistad fue posterior y de carácter sociopolítico. «Obviamente había rivalidad, pero también otro tipo de valores», completa Cantelar. «En 1964, el Atlético jugó unas semifinales de la Recopa contra el Nuremberg en el Bernabéu y la opinión general del madridista era que ganara el vecino. De igual modo que entre la afición rojiblanca no se veían con odio los títulos de Copa de Europa del Madrid», sostiene el autor de 95-96: El año del doblete (Alborada, 2005).
Santiago Bernabéu y Vicente Calderón, en una imagen de 1975.EFE
A estas muestras de mutuo respeto, Cantelar añade el gol de Rubén Cano en Belgrado, que otorgaría el billete a España para el Mundial de 1978, cuando Juanito salió «a abrazar como un loco a un jugador al que odiaba a muerte en el campo»; la cesión de Ramón Grosso en 1963, cuando el Atlético coqueteaba con el descenso; o la fotografía de Alfredo Di Stéfano con la camiseta rojiblanca en 1955, durante un partido homenaje a Adrián Escudero. Entonces, muchos madrileños adquirían los carnets de socio de ambos equipos para ver cada domingo a uno. «No había un clima de antimadridismo, ni viceversa», finaliza Cantelar, subrayando que ahora vivimos «en una escalada de violencia», con un ambiente «muy encanallado».
Este feo panorama, sin embargo, se matiza en boca de Miguel Aguilar, director literario de Debate, Taurus y Random House. «Aún tengo grabado un derbi en los 90, cuando a la salida del estadio vi a un tipo a quien estaban zurrando con una cadena. Ni siquiera recuerdo si eran Ultras Sur los que pegaban y alguno del Frente Atlético quien recibía. O viceversa. Esa violencia tan exacerbada, afortunadamente, se da mucho menos. Ahora hay otra más gestual, como esta moda de colgar monigotes en los puentes de la M-30», apunta este confeso madridista, en cuya memoria aún permanecen el doblete de Raúl en el Calderón en 1997, el cabezazo de Sergio Ramos en la final de Lisboa o la inmortal jugada de Karim Benzema en las semifinales de 2017, el último derbi disputado en el Calderón.
«Identificación con la hinchada»
A juicio del prestigioso editor, tanto Diego Simeone como Carlo Ancelotti juegan un papel «muy representativo» en la historia de sus clubes. La pasión del argentino conecta con el Metropolitano, mientras la mano izquierda de Carletto siempre ha encandilado a Chamartín. «Admiro la identificación del Atlético con su hinchada. Ganar una Liga al Madrid de Cristiano Ronaldo y el Barça de Leo Messi tuvo un mérito asombroso. Jugar dos finales de Champions, también. Mantenerse tanto tiempo es algo que muy pocos han conseguido. Pero no me quedaría con muchas características de Simeone. Hay una broma que suelo hacer a mis amigos colchoneros: El Cholo debería fichar por el Madrid sólo para que pudiéramos destituirlo en la segunda jornada».
El reciente mensaje de Simeone a propósito de los árbitros, apuntando a favores que se remontan a más de un siglo, tampoco ha pasado desapercibido entre sus fieles. «Si alguien no tiene motivos para quejarse del trato arbitral es el Madrid. En los derbis tenemos ejemplos a manos llenas. Soy un firme defensor del VAR, porque reduce el margen de error y convierte en más legítima cualquier victoria o derrota», desvela Serrano. Por el contrario, Rivas observa con «bastante distancia» las polémicas. «El caso Negreira pinta bastante feo, pero también hay que asumir que todo ha salido a la luz cuando ya no tiene consecuencias deportivas. Por mucho que quieras amañar o inclinar el campo hacia un lado, el deporte siempre se va a imponer», cierra el músico, recuperado de sus cuatro cirugías para corregir una rara infección intestintal.
Escuchado en una de esas poliédricas tertulias televisivas a uno de esos ubicuos tertulianos de uso múltiple: "No me gustaría estar en la piel de Vinicius".
A muchos les encantaría. Si la disyuntiva es permanecer en el Madrid ganando una fortuna o emigrar a Arabia percibiendo otra aún mayor, no tendrían problema alguno en afrontar el angustioso dilema. Tampoco les importaría estar en el pellejo de Florentino: retener a un jugador de máximo nivel mundial o recibir 300 millones por su traspaso, liberar masa salarial y poner por la izquierda a Kily o a Rodry.
Dado que toda elección implica una renuncia, jugador y presidente se lo tendrán que pensar en busca del punto coincidente entre el bien mayor y el mal menor. Pero, con independencia del desenlace de la historia, Arabia no es un empleo: es un retiro para las estrellas veteranas, receptoras de una suculenta pensión de jubilación. Un asilo. Arabia no es un destino: es un destierro para los jóvenes prometedores, atraídos por el pringoso brillo del oro negro. Un exilio. Empapan de chapapote sus mejores años.
Vinicius no ha recibido una oferta de un club de Arabia, sino de Arabia. Sociedades anónimas o clubes-Estados, en Europa pujan por los futbolistas el PSG, el City, el Milan, etc., no Francia, Gran Bretaña o Italia. La de Arabia es una Liga de medio pelo (de camello) que puede gastar infinitamente más de lo que vale e ingresa porque los cuatro mejores equipos del país, y por esa razón gozan de semejante categoría, pertenecen en un 75% al PIF, el fondo estatal de inversión. Son el Al Hilal, el Al Ittihad, el Al Ahli y el Al Nassr.
A modo de rechifla contra un Campeonato artificioso y viciado. Como repudio a una teocracia ante la que Occidente se arrodilla en bloque, y cuya capital pone nombre al estadio del Atleti, los rebautizaremos Al Khachofa, Al Gharroba, Al Falfha y Al Hubia. Les persigue, amenazante, un quinto equipo, entrenado por Míchel y con Nacho en sus filas, el Al Qadsiah, propiedad de Aramco, la petrolera estatal. Estamos en las mismas. A éste, como reacción epidérmica en forma de sarpullido, lo llamaremos Al Erghia.
Arabia colocaría a Vini en cualquiera de esos cuatro clubes punteros, el que más le conviniera. A Arabia, no a Vini. Y les ordenaría a los otros tres, y a todos los demás, que no se empleasen con dureza contra quien llegaría para dar espectáculo y hacer magia frente a defensores alejados de la categoría media de las Ligas punteras. Arabia lo quiere para el circo tanto como para el fútbol.
Aunque su partido en Sevilla podría llevar a pensar que tenía la cabeza entre La Meca y Medina, elucubrando acerca de su propia "hégira", parece que Vini no quiere marcharse. Al menos de momento, a no ser que fermente en su ánimo la idea de que en el Golfo lo van a tratar mejor los rivales, los árbitros y los públicos.
Hablando de Sevilla y en plural mayestático, si fuéramos Mohamed bin Salman (¡Alá nos libre!), nos fijaríamos en Isco, en sus últimos bailes de gala. Echaríamos el ojo y el anzuelo a ese geniecillo de piernas cóncavas, tan prestidigitador, a su modo, como Vinicius.
El chubasquero gigante y la capucha casi no dejaban ver la cara de Carlo Ancelotti en el Benito Villamarín, pero sus brazos lo decían todo. El entrenador italiano se pasó enfadado casi todo el encuentro contra el Betis, prácticamente desde el minuto 10, cuando marcó Brahim. A partir de ahí su equipo desapareció y cuajó una de las peores actuaciones de la temporada: «Si jugamos así, seguro que el martes no ganamos», avisó después ante los medios, consciente de que la ida de los octavos de Liga de Campeones ante el Atlético es la gran prueba de este mes. «Esto es un golpe duro, un mal partido», declaró, contrariado por el duelo.
El enfado de Ancelotti con sus jugadores fue tan evidente delante del micrófono como en el césped. Después de unas semanas en las que la plantilla parecía haber dado un paso adelante en cuanto a intensidad, ganas y compromiso defensivo, en Sevilla volvió a las andadas: «El partido ha empezado bien, pero después no hemos tenido el mismo nivel de compromiso, se nos ha escapado el control de partido. El Betis ha jugado mejor que nosotros y ha merecido ganar», reconoció.
Las continuas pérdidas de sus futbolistas fueron una de las claves del encuentro. «Hemos perdido 27 balones sólo en la primera parte y hemos permitido que el Betis volviera al partido», explicó, insistiendo en que «es un golpe duro y tenemos que reaccionar». «Perder en este momento de la temporada cuesta porque todos corren y nosotros en este partido no lo hemos hecho bien», dijo, en un claro mensaje a su vestuario: no se han esforzado lo suficiente.
Mensaje a los de arriba
«Parecía que en los últimos tiempos estábamos más ordenados, más compactos... y hoy no hemos sido capaces de hacerlo como en los anteriores», aseguró.
En el tramo final, Ancelotti retiró a Mbappé y dio entrada a Endrick, y mantuvo en el campo a Vinicius y Rodrygo, aunque el italiano les dejó un mensaje a los tres de arriba: «La línea de arriba sirve para presionar cuando no puedes cortar pases entre líneas y meter presión a sus cuatro de atrás. En los primeros 20 minutos lo hicimos bien y los siguientes 70 mal».
El gran protagonista del partido fue Isco, con gol y asistencia justo en los días previos a que Luis de la Fuente anuncie la lista de convocados para la Liga de Naciones. «La Selección es el sueño de cualquier jugador. Ojalá tener esa oportunidad y volver después seis o siete años», admitió el andaluz, que celebró su gol con un beso a su mujer: «Sí, estaba mi mujer. Estoy grabando un documental de la recuperación de mi lesión y también he tenido un gesto con la afición del Madrid porque les estoy agradecido de que me hayan ayudado a cumplir los sueños que todo niño tiene. Siempre con el Madrid en mi corazón», declaró el futbolista, «muerto y reventado» tras su exhibición.
El Betis mereció ganar tras un nuevo cataclismo del Real Madrid, que se quedó como un escritor con la página en blanco. No hay más que decir, salvo que el Madrid regala la Liga y, esta vez, no es por los árbitros.
Les voy a decir el embrollo que metieron al Madrid, en el nuevo desastre de padre e hijo, de apellido Ancelotti. El primer gran error fue poner como centrales a un Rüdiger que sin el apoyo del centro del campo, sin velocidad, se queda desnudo, acompañado de un Alaba al borde del adiós.
¿Por qué se olvido de Asencio, que actualmente es el mejor defensa del Madrid? No me imagino a un jugador fuerte mentalmente que le afecte que le llamen "asesino". Y si se lo llaman, peor para el Betis. Estos son los complejos de un caduco entrenador.
A partir de ahí, tras unos despampanantes veinte primeros minutos, el Madrid se cayó en un pozo sin posibilidad de emerger. Con Modric más cansado y un Tchouaméni que es un absoluto desastre, el equipo equipo de cristal era irrelevante.
Si fueran unos buenos técnicos, no desperdiciarían tanto talento como Rodrygo, un Mbappé a la baja, abrumado con tanto cambio táctico de Ancelotti. Un correr y bajar fuera del área.
Una pantalla a Alaba, que estaba alelado, resucitó a un Betis que estaba en el limbo. Para colmo, el técnico que odia los cambios, prescindió de Mbappé, cuando aún faltaban 20 minutos y mantenía a un Vinicius que daba vergüenza verlo. El brasileño ya no se va de nadie y sólo sobresale por idioteces con la árbitros. Alguien me decía: "Que lo manden al desierto". Y pienso que sería una magnífica idea.
A partir de tantos errores, el Madrid se deprimió con el empate y se sintió condenado a perder. El Betis pareció un enorme equipo, cuando sólo está para la Conference League. Qué manera de hacerse el hara-kiri los de Ancelotti.
Que no se crea el altivo Pellegrini que ha sido por su equipo y su planteamiento. Ha encontrado el Madrid de inicios de la gira, que la regala el gol como si fuera baratija. El Betis hizo como todos los equipos que juegan en casa al Madrid.
Expulsan espuma por la boca, se hinchan a correr, hacen decenas de faltas y próximamente perderán con cualquier equipo de la Conference, como ya ha ocurrido. Salvaron en casa con los últimos 30 minutos agotados. Cualquier equipo con cabeza, le hubiera podido hacer mucho daño.
Pero, ¿quién iba a hacer un gol? ¿Arda Güler? Al turco sólo lo ha vuelto loco y no es posible que ahora juegue tan mal. Y Endrick, con ansia y pocos minutos, no encuentra el tesoro del gol. Además, nunca vi un partido en que el Madrid perdiera todos los balones.
Lo peor es que Ancelotti tiene muchas bajas, porque cuando en un principio había más jugadores para una plantilla incompleta, ni se quejó, como obediente y sumiso de la Casa Blanca.
No veo luz en el túnel para el Madrid. Ni por ánimo ni por juego podrá soportar al Atlético. Entonces, el Madrid habrá perdido dos títulos como si estuvieran anestesiados por los Ancelotti. Pero le queda la Copa, que la va a perder también. El pesimismo se ha apoderado de la Casa Blanca.
La primera respuesta del Madrid a la vida sin Dani Ceballos, antes último en la rotación, luego indispensable y ahora lesionado, fue agua, como el diluvio que cayó sobre el Villamarín. Y sobre la lluvia bailó Isco, timón verdiblanco, siendo todo lo que puede echar de menos el conjunto blanco estos meses: cerebro en la construcción y termómetro de su fútbol. El andaluz dio una asistencia y marcó un penalti para completar la remontada del Betis al tanto inicial de Brahim. 2-1 cayó el Madrid, al que se le puede escapar el Barça a tres puntos esta jornada. [Narración y estadísticas (2-1)]
Ancelotti le entregó el centro del campo a Tchouaméni y Modric, haciendo Brahim de Bellingham en el enganche. Arriba, los de siempre: Rodrygo, Vinicius y Mbappé.
El conjunto blanco empezó el partido dominando, asentado sobre campo rival y generando juego hacia la portería de Adrián. La entrada de Alaba en el centro de la defensa, enviando a Asencio al banquillo, le dio a los blancos manejo de balón durante los primeros minutos.
Entre el austriaco, Rüdiger y Modric tejieron la posesión de los de Ancelotti conectando directamente con un Mbappé que fue más arquitecto que ejecutor. Así llegó el primer gol. Rüdiger buscó al francés en la frontal, éste se giró y vio la diagonal a la entrada de Mendy en el otro costado, que de primeras cedió a Brahim para el 0-1. Una combinación rápida y precisa para ponerse por delante.
libre de marca en el área pequeña
Era el minuto 10 y el Madrid sonreía en Sevilla, aunque el tanto se convirtió en losa. A partir de ahí, el Betis despertó empujado por Jesús Rodríguez e Isco, y los blancos bajaron varias marchas mientras la lluvia comenzaba a caer con fuerza en el césped.
Lo que antes los de Ancelotti tejían con facilidad ahora eran pérdidas en mediocampo, provocando las contras de los de Pellegrini, una de sus virtudes más agradecidas. Carletto cambió de bandas a Brahim y Rodrygo para que el andaluz ayudara más a Lucas, superado por Jesús, pero los blancos pagaron no igualar el ritmo verdiblanco.
En el 33, y después de varios acercamientos peligrosos aunque sin ocasiones claras, Cardoso cabeceó a gol un córner de Isco. Lo hizo libre de marca en el área pequeña, un claro error defensivo del Madrid que provocó el delirio en el Villamarín y motivó todavía más al Betis, que no dejó de intentarlo hasta el descanso.
Creció en el manejo Isco, demostrando que un equipo de fútbol necesita asentarse sobre un eje, sea Kroos o sea Ceballos en el caso del Madrid. Un volante sobre el que girar, un termómetro. Sobre la bocina del primer tiempo, Courtois salvó un nuevo cabezazo de Cardoso mientras sus compañeros miraban al cielo. Demasiada pausa.
Vinicius, bajo la lluvia, el sábado en el Villamarín.AFP
El partido no cambió tras el descanso. Un Madrid sin fútbol, sin presión, sin intensidad a la hora de atacar las segundas jugadas, sin ideas en la creación más allá de enviar balones largos... Y enfrente, Isco siendo todo lo que podría necesitar el Madrid en este momento y poniendo el 2-1 tras un penalti de Rüdiger a Jesús.
Mbappé, desaparecido
El Betis consiguió pausar el duelo, haciendo que se jugara todo lejos de las áreas y mordiendo cuando el Madrid le permitió correr a la contra. Casi sentencia Cucho en el 66 tras un buen pase de Isco a Antony y una asistencia del brasileño al delantero, que remató desviado.
Mientras, Ancelotti trató de girar su rotación dando entrada a Camavinga, Güler y Endrick y sacando del campo a Mbappé, imperial en el último mes y medio y desaparecido en el Villamarín. El italiano mantuvo a Vinicius para que fuera la chispa que le faltaba a su equipo, pero el brasileño, como el resto, no tuvo el día y terminó enfrentado al árbitro y a sus rivales.
El tramo final demostró la impotencia del Madrid en Sevilla y en la Liga, donde ha sumado una sola victoria en las últimas cinco jornadas. Perdió en Cornellá contra el Espanyol, empató ante el Atlético y el Osasuna y cayó este sábado ante el Betis, enseñando una de sus peores versiones de las últimas semanas. Hoy el Barça puede escaparse a tres puntos.
El Órgano de Apelación de la UEFA ha anunciado hoy que multa al Real Madrid con 30.000euros y con una advertencia de cierre parcial del Santiago Bernabéu por el "comportamiento discriminatorio" de sus aficionados durante el partido entre el conjunto blanco y el Manchester City, disputado la semana pasada.
La organización que preside Aleksander Ceferin no concreta las acciones de dicho comportamiento, pero pone en periodo de prueba al Madrid y le advierte que si esas actitudes se repiten durante los próximos dos años, será sancionado con el cierre parcial del estadio. Es decir, según el artículo 14 (2) del Reglamento Disciplinario de la UEFA, dejaría vacíos 500 asientos de la grada del Bernabéu.
El exfutbolista Javier Dorado, ex jugador del Real Madrid, Rayo Vallecano, Mallorca, Sporting de Gijón y la UD Salamanca (temporada 2000/01), entre otros, ha fallecido este jueves a los 48 años tras una larga enfermedad, según ha informado el Mallorca en sus redes sociales.
El jugador, formado en la cantera del Real Madrid, fue jugador del primer equipo entre 1999 y 2000, donde en su primera temporada solo jugó 45 minutos en un partido de Copa del Rey ante el Valencia, y en la segunda, siete encuentros, llegando a proclamarse campeón de Europa tras ir convocado a varios partidos a pesar de no llegar a debutar.
"El Real Madrid quiere expresar sus condolencias y su cariño a sus familiares, a sus compañeros, a todos sus seres queridos y a todos los clubes de los que formó parte", afirma el comunicado del club blanco publicado en su web.
Tras su paso por el Madrid, encadenó dos cesiones en la UD Salamanca -temporada 2000-2001- y Sporting de Gijón antes de ser traspasado al Rayo Vallecano, donde tras un año, volvió al club asturiano. Tras tres campañas, fue contratado por el Mallorca, volviendo a Primera División durante dos temporadas antes de anunciar su retirada en 2008.
En la temporada 2011-2012, fichó por el Atlético Baleares de Segunda División y tras una temporada anunció su retirada definitiva.
Las pruebas médicas han confirmado los peores pronósticos: Dani Ceballos estará dos meses de baja. El centrocampista andaluz abandonó llorando el Reale Arena, casi sin poder caminar, y al llegar a Madrid los análisis han determinado que sus lágrimas tenían motivo. El andaluz sufre una lesión en el músculo semimembranoso con afectación del tendón de la pierna izquierda.
Ceballos se hizo daño en una acción con Kubo, rozando el final del partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey entre la Real Sociedad y el Real Madrid, y no pudo continuar. Se tiró en el suelo y se llevó la mano a la parte posterior del muslo izquierdo. Cuando llegaron los médicos, el futbolista ya estaba llorando de la impotencia. Sabía que se había hecho algo muy serio.
Consiguió andar hacia los vestuarios, apoyado en los hombros de dos fisios y abrazado por la mayoría de sus compañeros, y de camino al autobús apenas podía mover la pierna izquierda.
El andaluz, clave para Ancelotti esta temporada y disfrutando del mejor momento de su carrera, deberá parar ahora, cuando incluso sonaba su nombre para ser parte de la próxima lista de Luis de la Fuente.
"Muy triste por no poder ayudar a mi equipo en este tramo tan importante de la temporada. Y muy triste por tener que parar en el que sentía que era mi mejor momento...", ha escrito el centrocampista de 28 años en su cuenta de Instagram.
"Toca afrontarlo con fuerzas, con ganas de luchar y con la certeza de que volveré aún más fuerte. Esto no ha acabado. He salido de peores. Gracias por tanto cariño... Nos vemos pronto, antes de lo que pensáis", concluye el comunicado del jugador.
Si Ceballos cumple el plazo de dos meses de baja, podría perderse hasta 13 partidos: ocho de Liga, la eliminatoria de Champions contra el Atlético, una hipotética ronda de cuartos, la vuelta de Copa contra la Real y la hipotética final copera del 26 de abril en La Cartuja (Sevilla). El gran objetivo es que el andaluz pueda estar recuperado para dicho encuentro, si el Madrid llega.
En Liga, no estará ante Betis, Rayo, Villarreal, Leganés, Valencia, Alavés, Athletic y Getafe.