El Barça de Flick, ante su ogro en la Champions: "El pasado no cuenta"

El Barça de Flick, ante su ogro en la Champions: “El pasado no cuenta”

Actualizado Miércoles, 23 octubre 2024 - 00:06

Si hay un equipo que ha angustiado al Barcelona en los últimos cuatro años, ese es el Bayern de Múnich, al que se medirá esta noche en Montjuïc (21.00 horas) en la tercera jornada de la liguilla de la Champions. Desde que el conjunto bávaro, de la mano en aquel entonces del actual técnico azulgrana, Hansi Flick, le endosara un demoledor 2-8 en los cuartos de final de la Champions de la temporada 2019-20, cada partido entre los azulgrana y la formación alemana ha caído del mismo lado. Y, además, casi siempre por goleada.

Por eso, el Bayern se antoja como la piedra de toque ideal para medir realmente el momento de forma de los culés. «El pasado no cuenta, lo que vale es el aquí y el ahora. Ya no podemos influir en lo que ocurrió, pero sí podemos influir en lo que va a pasar. Y lo que queremos es ganar al Bayern», recalcó ayer en la sala de prensa el siempre prudente Flick.

Las dos últimas visitas de los alemanes a Barcelona se saldaron con sendos 0-3. En el primero, en la temporada 2021-22, Ronald Koeman apuraba sus últimas fechas en el banquillo azulgrana. En el segundo, en la 2022-23, era ya Xavi Hernández quien dirigía los destinos barcelonistas. Ambos, eso sí, tuvieron como escenario el antiguo Camp Nou. El técnico de Terrassa, además, fue el responsable de preparar al equipo en sus dos últimos desplazamientos al estadio Allianz Arena. En el primero de ellos, cerró la fase de grupos con un 3-0 en contra. En el último, mientras, encajó un 2-0 en la segunda jornada de la liguilla.

«Siento la amabilidad con que me tratan»

En la Champions, ambos equipos se han enfrentado en 13 ocasiones, con 10 triunfos del Bayern, un empate y dos victorias del Barça. 33 goles a favor de los alemanes y 13 de los catalanes.

Según señaló Flick, los aficionados no le tienen en cuenta que él fuera el artífice de la mayor humillación del Barça en Europa. «Todos los días siento la amabilidad con que me tratan los seguidores, no tiene nada que ver con el pasado o con promesas de futuro. Lo que tenemos que hacer es trabajar cada día. El equipo está muy unido y La Masia influye en cómo trabajan los futbolistas, juntos, con entrega y respeto. Se preocupan los unos de los otros. La vuelta de Gavi, con el ambiente y el aplauso de los compañeros, me puso la piel de gallina. No sé si ganaremos todos los partidos, pero trabajaremos duro para lograrlo», recalcó el germano en la previa del encuentro de hoy.

Con los fríos números de lo que llevamos hasta ahora de temporada, la verdad es que el choque entre el Barça y el Bayern promete emociones fuertes. Ambos lideran sus respectivas ligas. En el caso de los azulgrana, con nueve victorias y una derrota en 10 jornadas disputadas, en las que han marcado 33 tantos y han encajado 10. Los bávaros, por su parte, suman cinco victorias y dos empates en siete jornadas, con 24 tantos a favor y siete en contra.

«una broma de mal gusto»

En el caso de los barcelonistas, gran parte de sus brillantes estadísticas anotadoras se debe al excelente momento de forma por el que atraviesa Robert Lewandowski, capaz de sumar 12 goles en el torneo de la regularidad. Por parte germana, su estilete es Harry Kane, quien acumula ocho goles en la presente edición de la Bundesliga. Tres de ellos, eso sí, los anotó el pasado fin de semana frente al Stuttgart.

Por parte azulgrana, además, destaca también Raphinha, incansable al que, según ha señalado, no le sentaron bien las especulaciones de que Nico Williams le tomara el relevo en el equipo el verano pasado. «Lo que hicieron en Instagram con las camisetas de Nico y la mía fue una broma de mal gusto. La gente puede hacer lo que quiera, pero me pareció una falta de respeto. Aunque no ha influido en mi arranque, sí debo decir que estoy muy motivado. Si antes daba el 100%, ahora doy el 200», recalcó el brasileño.

Raphinha invita al Barça a un festín europeo ante el Young Boys

Raphinha invita al Barça a un festín europeo ante el Young Boys

La sensación de control es la más poderosa en la vida y en el fútbol. Sólo desde la convicción de que todo fluye como se planea se puede crecer y desatar el talento. Se suelta lastre y se vuela, que es justo lo que hizo el Barça ante el Young Boys. Se olvidaron los golpes en Europa, el vapuleo en Pamplona y la retahíla de bajas para disfrutar ante un rival que le sirvió la goleada en bandeja. [Narración y estadísticas (5-0)]

Hansi Flick ha hecho de psicólogo de un equipo que, pese al talento que acumula, se empequeñecía ante la adversidad. Su Barça aún no es perfecto porque ni siquiera está armado, pero se ha despojado de ataduras con dos líderes del descaro, Raphinha y Lamine Yamal que acaban contagiando al resto. Esta vez el técnico alemán dejó a un lado el excel de minutos y puso sobre el césped a sus mejores peloteros, buscando cómo hacerles hueco a todos.

Antes de que el Young Boys asimilara que estaba en Barcelona, ya se vio con un gol en contra en una jugada perfecta en la que intervinieron todos ellos. De primeras buscó Casadó a Ferran, que en un toque se apoyó en Lamine para, sutilmente, dejar a Raphinha en posición de trazar un centro al segundo palo donde apareció Lewandowski. La pelota fue de bota en bota hasta el fondo de la portería como si hubiera una máquina de pinball sobre el césped.

Defensa transparente

Se sacudieron la tensión los jugadores y fueron empujando a los suizos, alejándolos de Peña, escrutado por la mirada desde el palco de su rival Szczesny. El partido se jugó en 50 metros, con el Barça encontrando con facilidad los huecos que dejaba una defensa transparente que se sabía expuesta a un vendaval. Suelto Pedri, alimentaba a Lamine, que vive en un duelo permanente, y a Ferran, que probó sin fortuna con un disparo raso. Escaneando las debilidades suizas andaba siempre Raphinha, asumiendo con soltura su capitanía y un liderazgo de estreno que le sienta como un guante.

Entre tanto, el Young Boys no era capaz de superar la línea de medios. Su primera ocasión llegó a la media hora con un centro de Blum que Colley remató sin fe para que se paseara por el área. Ese aviso desató aún más al Barça y afiló el colmillo del brasileño del Barça, alejado de la banda pero igual de desequilibrante.

De un saque en corto con Lamine, buscó a Pedri para que armara su tiro, lo salvó de cabeza Itteri y aún lo cazó el capitán para marcar el segundo tanto. Tres minutos después, Iñigo Martínez apareció para cabecear un falta telegrafiada con la maestría de Pedri. Era imposible que los suizos salieran con vida de Montjuïc, y eso que su guardameta Keller evitó el cuarto de Ferran y le ganó un mano a mano a Lamine, algo forzado, para no irse al vestuario humillados. Sólo era cuestión de tiempo.

Con el viento a favor

En el arranque de la segunda mitad, Raphinha volvió a agitar su zurda para pone un córner al segundo palo que, si bien no remató Iñigo Martínez, lo empujó Lewandowski. El duelo, absolutamente inclinado, le daba a Flick la oportunidad de mirar al banquillo y rescatar a Ansu Fati, al que llevaba semanas buscándole hueco. Se lo hizo en el lugar que también ha inventado para Pedri: en el centro del campo junto a Casadó. Eso sí, ante un rival como los suizos, con libertad para asomarse al área.

Lewandowski anota el 4-0, el martes en el Lluis Companys.

Lewandowski anota el 4-0, el martes en el Lluis Companys.AP

No asomó de nuevo la gallardía del campeón de Suiza, hoy penúltimo en su liga, hasta el minuto 66, cuando Monteiro logró escaparse por banda y estrellar la pelota en el larguero y que Casadó salvara el rechazo casi bajo palos. No era un partido para perdonar las pocas ocasiones que le dejó crear un Barça que no alzaba el pie del acelerador.

Con el viento a favor, Flick empezó a gestionar descansos y encendió las luces largas. El duelo, cómodo, iba a tener un segundo propósito: acelerar la dinámica de juego de algunas piezas que serán claves. Primero fue Fati, después Frenkie De Jong. El neerlandés volvió a un terreno de juego después de cinco meses de lesión dando un respiro a un centro del campo magullado en este inicio de campaña. Fue la primera ocasión para encandilar a un entrenador que ha demostrado que es capaz de resucitar a jugadores con necesidad de encontrar su mejor versión, nunca vista como azulgranas.

Eso es lo que ha logrado Raphinha con una regularidad desconocida. Fue el brasileño quien sirvió el festín europeo al que puso la guinda el gol en propia puerta de Camara para culminar el despropósito de su equipo, que sólo marcó en el añadido y fuera de juego.

Hansi Flick y la paradoja de las rotaciones: "Es mi responsabilidad proteger a los jugadores"

Hansi Flick y la paradoja de las rotaciones: “Es mi responsabilidad proteger a los jugadores”

Actualizado Lunes, 30 septiembre 2024 - 22:01

Hansi Flick lo tiene muy claro: las rotaciones van a seguir formando parte de sus planes. Por lo menos, en este arranque de la temporada. El alemán es muy consciente de que, con tantos lesionados entre sus efectivos, es mejor dosificar los minutos en lugar de arriesgarse a aumentar la lista de la enfermería. Ahora mismo, contando también a un Ter Stegen que estará varios meses de baja, y que, muy seguramente habría rotado lo mínimo, hay seis jugadores en el dique seco: Ronald Araujo, Andreas Christensen, Marc Bernal (quien no volverá a jugar en principio hasta el curso que viene), Gavi (apura su recuperación), y Dani Olmo, que debería estar a punto tras el parón por las selecciones. Frenkie de Jong, mientras, según confirmó el propio técnico, podría tener ya sus primeros minutos este martes ante el Young Boys (21:00 horas), en un partido en el que buscará tanto la primera victoria en la Champions, tras la derrota frente al Mónaco, como reencontrarse con sus mejores sensaciones después del varapalo encajado frente a Osasuna.

Para saber más

«Creo que es mi responsabilidad proteger a los jugadores, porque acumulan muchos minutos, pero no esperaba que jugáramos así. A pesar de todo, le he dicho al equipo que hay que seguir adelante. Jugamos dos partidos por semana y estamos en el camino correcto», analizó Flick tras la derrota en Pamplona. El entrenador azulgrana, de hecho, si no contamos al veteranísimo Robert Lewandowski, alineó un equipo tremendamente joven en El Sadar, con una media de casi 22 años. Sabe muy bien que, a estas edades, no hay que cargar demasiado los futbolistas, para evitar problemas que puedan hacerse crónicos.

Por eso prefirió dejar en el banquillo a un Lamine Yamal determinante en este arranque de temporada, así como a Alejandro Balde, que padeció una grave lesión muscular la temporada pasada. Los más veteranos, desde luego, tampoco son inmunes a las sobrecargas. De ahí, seguramente, que también estuvieran de inicio en el banco el incansable Raphinha y el imprescindible Íñigo Martínez. Y, también, apostó por cambiar al polaco, por mucho que eso supusiera renunciar a mucha pólvora.

«Sin razón» para estar «deprimidos»

La tecnología, omnipresente ya en el mundo del fútbol, es una gran ayuda para saber qué nivel de desgaste acumulan los jugadores. Y, por supuesto, para obrar también consecuencia, por mucho que algunos percances, como la mala caída de Ter Stegen, sean del todo impredecibles. Por eso, no descarta seguir aplicando rotaciones este martes en la Champions.

«Jugaremos con el equipo que creamos que puede ser el mejor. Tenemos confianza suficiente como para decir que siempre queremos ganar. El primero se perdió, pero no es razón para estar deprimidos, porque hubo razones que explican lo que pasó. Ahora mismo, no sabemos cómo será este nuevo modelo de Champions y por eso hay que sumar los máximos puntos posibles», aseveró el técnico, a quien le tocó también, cómo no, hablar de la llegada del polaco Wojciech Szczesny, por mucho que tratara de ahorrarse el trago.

«No hablo de jugadores que no están en el equipo, y él no lo es, de momento. Lo que está claro es que ningún jugador tiene la garantía de ser titular y ser el número uno», aseveró el alemán, dejando así más que entreabierta la opción de que el ex portero de la Juventus pase en breve por delante de un Iñaki Peña a quien hasta ahora le habían asegurado que sería la primera opción hasta el final de la temporada.

Los plazos con Szczesny

Por lo pronto, Szczesny aterrizó este lunes en Barcelona para pasar las pruebas físicas. Y, dado que lleva sin jugar desde la pasada Eurocopa, todo invita a pensar que su hipotética presencia bajo los palos se retrasará por lo menos hasta después del parón por las selecciones, justo en puertas de los partidos contra el Sevilla y el Real Madrid en la Liga y el duelo frente al Bayern en la Champions. O, quizás, puede que no tarde tanto.

«He hablado con él, pero no diré nada más. En los próximos días firmará. El sábado ya hablaremos de eso. Ahora, no», dejó caer el entrenador barcelonista, quien recalcó el gran ambiente que reina en la plantilla azulgrana. «Veo a los jugadores concentrados, se divierten, disfrutan entrenándose, lo veo cada día. Y yo disfruto trabajando con ellos», sentenció el alemán.

El 'baby boom' del Barça

El ‘baby boom’ del Barça

Actualizado Domingo, 22 septiembre 2024 - 22:25

Soberbio, impresionante partido en La Cerámica, por no decir que se jugó en una alfombra de seda. Como esta temporada viene siendo habitual, el Barça salió a arrasar y arrasó. Además, con un baby boom sorprendente y espectacular.

No sólo fue Lamine Yamal. Salen cuatro de la Masía, cinco, seis, incluso siete y el equipo de Hansi Flick es una máquina impresionante de ligar al fútbol de una verticalidad que asombra y de marcar una nueva era. La "era

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Goleada agridulce para el Barça

Goleada agridulce para el Barça

Actualizado Domingo, 22 septiembre 2024 - 20:49

El Barça se llevó una victoria agridulce en su visita al Villarreal. La alegría por el 1-5, forjado con sendos dobletes de Lewandowski y Raphinha y el estreno anotador de Pablo Torre, se vio terriblemente ensombrecida por una más que posible grave lesión de Ter Stegen. El capitán azulgrana, quien firmó varias grandes intervenciones a lo largo del primer tiempo, tuvo que marcharse a los vestuarios prácticamente justo antes del descanso con la pierna derecha completamente inmovilizada y presagios muy malos para esa rodilla.

Las imágenes de su caída tras atrapar un saque de esquina, estorbado levemente por un par de rivales, sus gritos de dolor y la urgencia con la que tanto locales como visitantes llamaban a las asistencias obligan prácticamente a pensar en lo peor. Por momentos, su gesto, tapándose la cara con las manos, recordó a la última lesión sufrida como azulgrana por un Víctor Valdés que, a diferencia del germano, no fue estorbado por rival alguno en su aterrizaje.

Las sensaciones de los azulgrana al descanso eran tremendamente encontradas. Por un lado, podían estar felices por los dos goles convertidos por Robert Lewandowski, tras ver cómo a Yeremi Pino le anulaban un madrugador gol por fuera de juego, que llegó a permitirles mandar por 0-2 en el marcador, por mucho que Ayoze lograra recortar distancias en la recta final del primer tiempo. Y por el otro, se fueron a los vestuarios con un jarro de agua helada en sus espaldas por la grave lesión de rodilla del portero alemán al caer desequilibrado tras hacerse con el balón en un córner. Los gestos de propios y extraños pidiendo insistentemente las asistencias dejaron completamente helada a la grada del Estadio de la Cerámica, que acompañó la salida del arquero en camilla hacia los vestuarios con una sonora ovación mientras Iñaki Peña apuraba su calentamiento para tomarle el relevo.

Los jugadores del Barcelona piden que entre la asistencia médica por la lesión de Ter Stegen

Los jugadores del Barcelona piden que entre la asistencia médica por la lesión de Ter StegenJOSE JORDANAFP

El capitán azulgrana, con dos grandes paradas, sobre todo con la que firmó en un uno contra uno con Pepé, quizás el jugador más incisivo del Villarreal, había logrado mantener a los suyos con ventaja en el marcador. Una ventaja que empezó a construir Lewandowski tras enviar, en primer lugar, un pase milimétrico de Pablo Torre al fondo de la red y después, al rematar en semi caída, buscando una suerte de remate acrobático, un balón rechazado por Diego Conde y hacer el segundo. El guardameta del Villarreal, haciendo gala de reflejos y poco instinto de conservación, ya había desbaratado poco antes un remate del polaco que a punto estuvo de subir al marcador. Ayoze, con el gol también entre ceja y ceja, se encargaría de marcar el 1-2 con el que acabaría por morir la primera parte.

El Villarreal salió en tromba en la reanudación y encontró la igualada con un gol de Pepé, que fue invalidado también por fuera de juego. Algo que también le pasaría a Barry, quien buscaba, en su caso, recortar distancias porque antes de su acción, Pablo Torre, con un disparo que tocó en Logan Costa, ya había marcado el 1-3.

Robert Lewandowski, por su parte, había estrellado en el poste derecho de la portería local un penalti de Bailly sobre Lamine Yamal concedido a instancias del VAR. La desgracia del zaguero marfileño se haría aún más grande cuando, al encarar el partido su último cuarto de hora, desvió levemente un disparo de Raphinha que acabaría por convertirse en el 1-4 para los azulgrana. Con esa diferencia en el luminoso, Flick se permitió llevar a cabo varias rotaciones más. No en vano, el miércoles toca medirse a un siempre correoso Getafe en Montjuïc. Cuando el duelo se acababa, eso sí, aún tuvieron los visitantes tiempo para completar la goleada otra vez por medio de Raphinha, quien aprovechó una medida asistencia de Lamine Yamal para hacer que el definitivo 1-5 subiera al marcador.

Lamine Yamal no es suficiente para salvar al Barça de perder las alas en Champions

Actualizado Jueves, 19 septiembre 2024 - 23:20

Lamine Yamal es genio, descaro y gol, todo lo que el Barça necesita para emocionar pero como rescatador necesita ayuda. Solo no puede sumar todos los puntos. Vuela el equipo en la Liga y soñó con que la temporada fuera así, un continuo ascenso hacia el sol sin que apareciera una sola nube... hasta que pisó la aristocracia Champions. [Narración y estadísticas (2-1)]

Hansi Flick había tocado la tecla para soltar el talento de jugadores atenazados por el dilema del peso del estilo. Les quitó las riendas, les dejó ser salvajes y brillaron incluso más de lo que nadie hubiera imaginado. Sin embargo, con un arranque de calendario cómodo en Liga, en la exigente Europa entró con el pie izquierdo. El Mónaco le cortó las alas en seco. Le bastaron diez minutos para bajar a los azulgranas a la tierra y descoserles casi por completo espoleados por la superioridad numérica. La expulsión por roja directa de Éric García casi sin romper a sudar fue la primera prueba de madurez del Barça alemán.

Flick dibujó un partido enfajando su once en la medular con el central reconvertido en centrocampista de contención junto a Casadó y empujando a Pedri asomarse al área ahora que Dani Olmo mira desde los palcos. Era la oportunidad del canario, que no aprovechó, y lo único que cambiaba en un Barça que sigue apretando a sus rivales en su campo, pero que sabía del gusto de su rival por emplearse de la misma manera. A la carrera.

Como ante el PSG en Montjuïc

Así encontró el Mónaco la primera ocasión del partido en el minuto 7 cuando Ben Seghir se escapó por la orilla y probó a Ter Stegen. La siguiente decisión del guardameta alemán la pagó cara el Barça. Sus dudas en la salida de balón por la presión monegasca obligaron a Éric a reaccionar en el borde del área para frenar a Minamino y provocaron que el colegiado Lindhout no tuviera ninguna duda de que el japonés encaraba portería. Otra inferioridad que ponía cuesta arriba el camino en Champions, como hace unos meses ante el PSG en Montjuïc. Otra vez la competición se amargaba.

Pudo paliar ese regusto Raphinha pero se durmió para rematar una asistencia de Lewandowski tras una contra dirigida por Pedri. El Mónaco olió la sangre y se lanzó al área de Ter Stegen. No pudo Embolo batirle, pero encontró el joven Akliouche un pasillo en la orilla izquierda de su área que aprovechó para recortar a Balde y a Pedri, que le siguieron con la mirada, hacerse hueco y ajustar su zurdazo al palo.

Fueron momentos de apretar los dientes para que no se desatara un vendaval. El gigantón suizo Embolo retaba a Iñigo Martínez, suerte que casi siempre en fuera de juego, pero alguna enganchó entre los tres palos. Parecía cuestión de tiempo que el Mónaco hurgara para hacer más grande el descosido. No ocurrió porque así lo quiso Lamine Yamal.

Akliouche festeja el 1-0 en el Louis II.

Akliouche festeja el 1-0 en el Louis II.AFP

El Barça tiene un futbolista que espanta los nubarrones y que, como buen adolescente, no piensa piensa en las consecuencias, sólo vive y juega. Por eso no dudó en retar a Akliouche y sacar de su pierna izquierda otro cañonazo ajustado al palo ante el que no pudo reaccionar Köhn. Lo había lanzado Casadó a la espalda de Singo para retar a Salisu, batirle y convertirse en el segundo jugador del Barça más joven en marcar en Champions. No hay temor a encomendarse a él.

Crecieron los blaugranas con el oxígeno que le proporcionó el empate, al que el Mónaco quiso responder a balón parado, pero fue Balde quien erró la ocasión de darle la vuelta al marcador antes de enfilar el túnel de vestuarios.

A la espalda de Iñigo

Reestructuró Flick en en el descanso el plan de partido y el Barça volvió despojado de presión, tanto que complicó a un Mónaco valiente en ataque pero con sus propios demonios en defensa. Eso sí, Ter Stegen, que no estaba en su mejor noche, tuvo la orden de no arriesgar y sus golpeos se convirtieron en un arma de ataque. Raphinha empezó a aparecer sin llegar a aprovecharse de las asistencias en carrera de Lamine o de un centro de Koundé que no pudo rebañar.

Proponía el Barça sin dejar de mirar de reojo a su espalda porque Adi Hütter ya buscaba poner en el campo pulmón y velocidad. El disparo de Vanderson hizo volar a Ter Stegen y Minamino mandó la pelota a acariciar el larguero.

Como el Barça no hincaba la rodilla y Lamine se convertía en una amenaza constante, el técnico monegasco optó por doblar el lateral para desesperarlo. Antes de que se pudiera evaluar su apuesta ya había conseguido el premio en una pelota larguísima de Vanderson a la espalda de Iñigo Martínez que se acomodó a la carrera Ilenikhena para encarar y batir la meta azulgrana. De ese golpe ya no se alzó a pesar de que el VAR le libró de un penalti.

Análisis dentales, comidas con el staff y apuesta por los jóvenes: las claves detrás del éxito de Hansi Flick

Análisis dentales, comidas con el staff y apuesta por los jóvenes: las claves detrás del éxito de Hansi Flick

Actualizado Domingo, 15 septiembre 2024 - 03:06

La pretemporada del Barcelona dejó sensaciones encontradas. En Estados Unidos, empató con el Manchester City (2-2) y el Milan (2-2), si bien se impuso en los penaltis al primero y cayó en esa misma suerte con el segundo, y fue capaz de ganar, aunque fuera por la mínima, al Real Madrid (1-2). En el Gamper, en cambio, fue goleado con estrépito (0-3) por un Mónaco contra el que, precisamente, abrirá su participación en la presente edición de la Champions. Con ese último resultado, el arranque de la Liga parecía incierto.

Las malas sensaciones han sido borradas de un plumazo por un equipo capaz de remontar ante el Valencia y el Rayo, con sendos 1-2, derrotar al Athletic tras igualada de los visitantes por 2-1 y marcharse al parón de selecciones con la moral por las nubes con un 7-0 ante el Valladolid. Triunfa el estilo Hansi Flick (Heidelberg, 1965). Y, justo antes de que los jugadores azulgranas se midan este domicilio a un Girona que la pasada campaña empezó a escribir el final de la etapa de Xavi Hernández en el banquillo al vencer 4-2 en Montilivi, merece la pena analizar las claves que explican su éxito. El Barça, invicto, es primero en la tabla clasificatoria.

Estudios dentales

La presión asfixiante al rival a es una de las características que define al preparador alemán. El Barcelona ya lo comprobó con el tremendo 2-8 que encajó en los cuartos de final de la Champions de la campaña 2019-20, disputados a partido único en Lisboa. Entonces, el Bayern Múnich dirigido por Hansi Flick, le arrasó. Presta mucha atención a los detalles, tanto es así que solicita un estudio dental de cada jugador en las pruebas médicas, dado que una condición deficiente en este apartado puede influir de manera negativa en el rendimiento físico en el terreno de juego.

Comidas para unir

"Somos como una familia", señaló el técnico, casi siempre parco en palabras, tras golear al Valladolid. El alemán, fomenta la unidad de grupo concentrando al equipo antes de los partidos en casa y cuida también de hacerlo con su propio staff. Esta semana tuvo una comida sólo ayudantes. Busca la unidad y la recuperación de efectivos. Uno de los grandes beneficiados por la llegada del alemán es Raphinha. "Es algo que no tiene tanto que ver con el entrenador como con el ambiente. Estoy muy contento del ambiente que ha promovido Deco, el nuevo personal... Todos damos lo máximo. Raphinha, al observar su evolución desde la última temporada, vemos que está a tope y tiene un papel determinante. Es brillante. Me encanta verle así, contagia energía y positividad", recalcó el preparador.

Confianza en los chavales

A Flick le gusta estar muy pendiente de los jóvenes. Y no sólo como alternativa a las dificultades para fichar jugadores (en este curso sólo llegaron Pau Víctor y Dani Olmo), sino como una solución. Así lo demostró dando confianza a varios chavales en este arranque del campeonato. Sobre todo, a Marc Bernal, cuya grave lesión de rodilla ha cortado una progresión meteórica. Este sábado, además, hizo que el joven Guille Fernández, un centrocampista-delantero que cumplió 16 años en junio y a quien se le augura un futuro esplendoroso, dejara el filial para entrenarse con los mayores e incluirle en la convocatoria. Ansu Fati, en cambio, pese a que sus sensaciones van en alza, tendrá que esperar hasta el partido del jueves en la Champions, según explicó el propio entrenador.

Sosegado, cerebral

Al técnico no le gusta explayarse demasiado en las ruedas de prensa. Y no únicamente porque, al menos de momento, hable sólo en inglés. Hasta ahora, parece más pendiente de hablar sobre el césped, por medio de sus jugadores, que de darse demasiada relevancia antes o después de los partidos. Aunque también es cierto que, hasta ahora, el germano no conoce la derrota. La sensación que transmite, a pesar de todo, es que ni siquiera la adversidad podrá mutar ni un ápice un perfil sosegado y cerebral. Nunca levantar demasiado ni la voz ni el tono. "Es una buena pregunta, pero no es mi trabajo opinar sobre esto. Hay futbolistas fantásticos, de gran calidad, y no voy a ser yo el que se pronuncie. No es mi trabajo", señaló este sábado cuando le preguntaron sobre su favorito para ganar la próxima edición del Balón de Oro.

Integración

Todas estas claves, además, vienen acompañadas por un esfuerzo por integrarse en la idiosincrasia del club. El presidente Joan Laporta, en sus primeros días, le entregó una carta en alemán que fue también crucial para que se decidiera a apostar por el Barça, según explicó el propio Hansi Flick en su presentación. En el torneo Joan Gamper incluso se atrevió a pronunciar unas pocas palabras en catalán. El pasado 11 de septiembre acompañó al presidente y otros representantes del club en la tradicional ofrenda floral en el monumento a Rafael Casanova con motivo de la celebración de la Diada.

El Barcelona de Flick se luce con una goleada al Valladolid

El Barcelona de Flick se luce con una goleada al Valladolid

Actualizado Sábado, 31 agosto 2024 - 19:12

El Barcelona no tuvo piedad alguna del Valladolid. Los azulgrana se aseguraron de marcharse al parón por las selecciones encaramados al primer puesto de la tabla gustándose ante un conjunto de Pezzolano que se vio superado una y otra vez por su empuje. Y que, a su vez, se llevó un serio correctivo de Montjuïc. Raphinha, con un hat trick, fue el más brillante en unas tareas ofensivas en las que Lewandowski, cómo no, Jules Koundé, culminando una acción de estrategia, Dani Olmo, en jugada personal, y Ferran Torres, tras asistencia del brasileño, aportaron también su granito de arena para endosarle un incontestable 7-0 a un rival que, por momentos, casi pidió la hora.

El Barça, muy intenso, lo dejó todo casi visto para sentencia en los primeros 45 minutos. Con Marc Casadó como relevo en la medular del lesionado Marc Bernal, a quien sus compañeros mandaron un mensaje de ánimo antes de que el balón empezara a rodar sobre el césped, y Dani Olmo como titular, los azulgrana no dieron tregua a un Valladolid que se vio desbordado una y otra vez en su zona defensiva y que se vería pronto muy por detrás en el marcador. Raphinha, tras un medido pase de Pau Cubarsí, se encargó de marcar el primero de la tarde cuando apenas se habían disputado los primeros 20 minutos del duelo. Y Lewandowski, apenas cuatro minutos después, tras un buen desplazamiento de balón de Lamine Yamal, dio el segundo zarpazo para poner el 2-0 en el marcador de Montjuïc.

Continuas ocasiones

El Valladolid, sobre todo por medio de la movilidad de Moro, trató tímidamente de meterse en el partido, pero sus intentos se estrellaron o bien contra la zaga barcelonista o bien contra un siempre atento Ter Stegen. El devenir de las cosas, a pesar de todo, invitaba a pensar más en la llegada de un 3-0 que en la posibilidad de que los visitantes recortaran distancias. Avisó Dani Olmo, estrellando por segunda vez un balón en el poste, repitiendo así el infortunio con el que se había encontrado ya en los primeros minutos del encuentro. Koundé, en cambio, a la salida de un córner en el añadido del primer tiempo, cayéndose en su búsqueda del remate, envió un disparo ajustadísimo que dejaba ya prácticamente sin opciones a los pucelanos.

Lejos de levantar el pie del acelerador, el Barça saltó al terreno de juego en la reanudación dispuesto a aumentar el castigo sobre un Valladolid incapaz de sobreponerse al aluvión ofensivo de los azulgrana. Las amenazas empezaron muy pronto. Olmo, con un intento de taconazo que no encontró portería, Raphinha, cuyo disparo se encontró con una buena parada de Hein, y Lewandowski, que quiso gustarse en su remate y tampoco encontró el camino del gol, avisaron. Unos avisos que el brasileño, a la postre, se encargó finalmente de materializar en dos tantos más para hacer aún más sangre. El primero, culminando una jugada un tanto embarullada en el área rival. El segundo, ganando la espalda a la zaga contraria para aprovechar una buena asistencia de Lamine Yamal y batir al meta visitante con un disparo que se coló entre sus piernas.

No contentos con la manita, los azulgrana siguieron acosando la meta rival. Hasta que Dani Olmo, poco antes de ser sustituido por Pablo Torre, encontró el premio a su esfuerzo anotando el 6-0. Y Ferran, tras asistencia del omnipresente Raphinha, cerró el marcador con un 7-0 que recalca el buen arranque que han sido capaces de firmar en la Liga los pupilos de un Hansi Flick cuyo nombre acabó siendo sonoramente coreado por la grada.

La cabeza de Lewandowski rescata la segunda plaza para el Barça ante un Valencia en inferioridad

La cabeza de Lewandowski rescata la segunda plaza para el Barça ante un Valencia en inferioridad

Para sobrevivir a una temporada en que no hay más en juego que la honra, el Barça necesitaba cabeza. Mucha cabeza. Por tres veces se lo recordó al Valencia para mandarlo a la lona a fuerza de saques de esquina, rehaciéndose ante su propio esperpento con el testarazo de Fermín y el hat trick a balón parado de Lewandowski. [Narración y estadísticas (4-2)]

Querían los culés celebrar la continuidad de Xavi en una noche desapacible que lo que deparó fue una retahíla de errores que se iban alternado de área a área. El Valencia buscaba resistir fiándolo todo a encontrar las grietas a la espalda de la defensa culé, cuando pudiera y a trompicones. Fue así como Peter Federico hurgó en la orilla por donde Cubarsí cubre los despistes de Cancelo y se plantó ante Ter Stegen con la fortuna para los azulgranas de que no supo qué hacer.

Mucho más claro lo tuvo Fermín, que voló para rematar de cabeza un preciso centro de Raphinha. Al Barça le había costado 22 minutos descifrar los planes de Baraja y ahora sólo tenía que manejarlos. En lugar de eso, se descosió por donde menos se esperaba.

Si hay un jugador de rendimiento seguro en el Barça es Ter Stegen, pero sus 12 porterías a cero no evitaron que hiciera un mal despeje con los pies fuera del área que acabó convertido en una asistencia a Hugo Duro para que, mansamente, enviara la pelota al fondo de la red. El partido empezaba de nuevo pero, antes de caer en la cuenta, llegó otro mazazo. Esta vez fue Araujo quien arrolló a Peter Federico y provocó un penalti que Pepelu no falló. En diez minutos y por errores no forzados, el Valencia parecía haberse metido el partido en el bolsillo.

avi corregía el agujero en su banda izquierda enviado a Koundé a taponar mientras pedía una intensidad que fue apareciendo. Probó Cancelo con un derechazo al palo corto que salvó Mamardashvili. Los síntomas indicaban que al Valencia le podía costar sostenerse en el añadido, como así fue. Asediado por saques de esquina, uno de ellos rematado por Araujo al palo, cuando se desató llegó el error del Mamardashvili.

Se apoyó en él Yarek para dormir el duelo esperando el final de la primera pero cuando al georgiano, presionado por Lamine Yamal, se le escapó. Su reacción, fuera del área, fue tapar con el cuerpo... y la mano. Tuvo que revisar el VAR, pero el meta sabía que su partido había acabado. Al Valencia, encomendado a Jaume Domenech, le tocaba sufrir.

Polémica y asedio

Lo confirmó cuando, tras el descanso, volvió el asedio. No vio De Burgos penalti en un choque de Iñigo Martínez con Peter Federico y Lewandowski hizo el empate a dos, otra vez aprovechando una jugada a balón parado desde la esquina con una polémica posición en fuera de juego y de influencia de Fermín.

Se había protegido Xavi apuntalando la defensa vasco y la medular con Sergi Roberto. Era necesario mientras Raphinha, Fermín y la estrategia está enganchando al Barça en cada partido. El Valencia, apenas tiene armas para sobreponerse al más mínimo contratiempo.

Corre, pelea, trata de forzar errores, algo que con inferioridad es una tarea titánica, imposible hasta para el incombustible Hugo Duro, con el único auxilio de puertorriqueño cedido por el Real Madrid. Aún así, intentó que el Barça no corriera y no lo hizo. Pero había que resistir ante la lluvia de saques se esquina.

Salvó Jaume el remate de Araujo, Yarek el disparo de Gündogan pero tuvo que aparecer Pedri a la carrera para rebañar el balón a Diego López cuando encaraba a Ter Stegen. Pero el Valencia no tenía opción. Apareció Lewandowski con otro testarazo y un último gol de falta que los condenó.

La autodestrucción de Xavi: el PSG elimina al Barça con una goleada

La autodestrucción de Xavi: el PSG elimina al Barça con una goleada

La autodestrucción de Xavi, a patadas con la publicidad en la banda, fue la autodestrucción del Barça, como un Saturno que devora a sus hijos, a una obra inconclusa. Esta eliminación tras un 1-4 en su casa no augura que pueda acabarla, que reconsidere su decisión de marcharse. Cuando lo hizo del banquillo de Montjuïc, expulsado, era como si lo hiciera del Barcelona. [Narración y estadísticas (1-4)]

Lamine Yamal mostró un camino que el propio entrenador cercenó cuando sintió el miedo de una expulsión, la de Araújo, pese a los dos goles de ventaja en ese instante. El pavor llevó entonces al campo a los fantasmas de Liverpool, Roma o Lisboa, como sombras chinescas frente a un PSG que no necesitó a un gran Mbappé, pese a sus dos tantos. Bastó con su versión más terrenal para citarse con el Borussia Dortmund y cerrar las puertas de las semifinales de Champions a un club que vuelve a la casilla de salida, con su ADN, su deuda y sus miedos.

LA DECISIÓN DE YAMAL

Ese Yamal había sido Mbappé un solo instante fugaz, como la carrera de un guepardo, fugaz pero mortal. Hay algo felino en este futbolista que corre sin pisar la hierba. Se desliza. Hay algo también de depredador que aguarda su momento, ausente de lo que sucede durante muchos minutos, porque su minuto es el minuto de oro, el que justifica su presencia en el campo. Al recibir de Araújo, orientó con la cabeza y dejó atrás a Nuno Gomes como se dejan las puertas de esquí en un slalom. El centro del gol fue para Raphinha, que sumaba su hat trick en la eliminatoria después de sus dos goles en París.

Si había un jugador diferencial sobre el campo, acabábamos de verlo en Montjuïc. Si hubo un futbolista al que Xavi eligió para dejar el campo cuando Araújo fue expulsado, fue precisamente Yamal. La mirada baja del futbolista al retirarse era la de la resignación de un joven que todavía no siente como propia la jerarquía que ya tiene en el campo. Había dado al Barcelona la cobertura con la que protegerse, un gol más de ventaja, añadido al que ya trajo en el equipaje de regreso de París. Xavi pensaba en la muralla y por eso llamó a una torre, Íñigo Martínez. En su decisión había cálculo y poco ADN Barça. En su decisión perdía al futbolista que mejor podía correr a la espalda de un PSG desesperado y volcado. Lo lamentaría.

Araujo ve la tarjeta roja.

Araujo ve la tarjeta roja.FRANCK FIFEAFP

Había todavía partidos por jugar dentro del mismo partido, pero Luis Enrique era quien más claro tenía el suyo. Lo había empezado con el mando en el juego y los cambios que más le habían dado en el Parque de los Príncipes, como Barcola y Vitinha. El primero se situó en la izquierda, con Dembélé en la derecha, por lo que el lugar del 9 era para Mbappé. Centrado, buscaba saltar de la línea del vértigo, mientras Araújo iba en su busca a todas partes. Era el central del riesgo y era el central por el que empezaron los problemas para el Barcelona cuando había hecho lo más difícil y podía jugar realmente el partido que quisiera. En la ida lo consiguió; en la vuelta, no.

EXPULSIÓN FATAL

Barcola ganó en la carrera un balón al espacio y Araújo lo derribó al borde del área. La falta fue fuera del rectángulo, pero el colegiado le mostró la roja por tratarse Barcola del último hombre. El VAR no corrigió su decisión pese a las protestas azulgrana y al no estar el francés exactamente en perpendicular a Ter Stegen. Restaba una hora de partido, la hora de la autodestrucción.

El gol del PSG no llegó en la jugada inmediata, una falta mal lanzada por Nuno Gomes, pero el gol estaba ya en la dinámica del partido. Un centro de Barcola, en otra de sus llegadas por la izquierda, no fue interceptado por Cubarsí ni por Cancelo y Dembélé marcó a placer. Lo mejor para el Barça fue el descanso; lo peor, el regreso.

Lo hizo el equipo azulgrana con las mismas dudas con las que se había ido a la caseta, con el mismo miedo. El acoso metió en su área a un equipo que no está para levantar murallas, y menos un Íñigo Martínez fuera de la dinámica del equipo. En pocos minutos, había visto una amarilla en una disputa con Mbappé. También el francés, pero las amonestaciones pesan menos en un delantero.

UN TÉCNICO HISTÉRICO

Fabián pudo adelantar al PSG a los pocos minutos, pero lo hizo a continuación Vitinha en un paseo por la frontal en el que nadie salió a su encuentro, blando De Jong y en un papel que no es el suyo Lewandowski. El hábitat del polaco es el área contraria, no la suya. Mal asunto. La igualada en inferioridad enmudeció a un Montjuïc convencido de lo contrario y sacó de sus casillas a Xavi. Por una falta sin trascendencia, le dijo de todo al árbitro y pateó una valla de publicidad. Su expulsión era su fracaso, que no pudo corregir su hermano Óscar con las entradas de Ferran Torres, Fermín o Joao Félix, al que siguió el de un Barça desnortado y desamparado.

Cancelo cometió un penalti sin sentido sobre Dembélé cuando el francés iba hacia fuera del área. Ter Stegen se movió como un muñeco de feria y entonces Mbappé, un Mbappé de blanco, no falló para firmar con otro gol más una sentencia en la que poco tuvo que ver. Casi todo, lo bueno y lo malo, fue cosa de Xavi.