El último desafío de Mbappé: la herida de Lisboa, la preparación mental y el deseo de una despedida triunfante

El último desafío de Mbappé: la herida de Lisboa, la preparación mental y el deseo de una despedida triunfante

«Quiero hacer historia para mi país. Esta es mi misión: ganar la Champions». Las palabras de Kylian Mbappé sonaron a premonición aquella tarde del 22 de agosto de 2020 en Lisboa. En esa inusual Champions pandémica, huérfana de público en las gradas y desplazada en el calendario, el PSG, liderado por el francés escoltado por Neymar y Di María, se deshizo del Atalanta y el Leipzig para plantarse en la final ante el Bayern Munich. Todo parecía indicar que los parisinos iban a convertirse en el segundo equipo francés en proclamarse campeón tras la gesta del Olympique de Marsella en 1993.

Sin embargo, no tuvieron opción. El Bayern de Hansi Flick se llevó su sexta Copa de Europa con un 0-1 de Kingsley Coman en el minuto 50 ante el que el equipo de Thomas Tuchel no pudo reaccionar. Aquella derrota dejó huella en Mbappé, el sentimiento de que no había cumplido con la tarea que le encomendaron cuando le ficharon en 2017 por 180 millones de euros- 35 de ellos sujetos a variables- y le rodearon de estrellas.

No pudo cobrarse venganza en 2021, porque el Manchester City le apeó en semifinales de manera inapelable. Pero busca hacerlo esta noche, arropado por el Parque de los Príncipes en la que será, seguro, su última gran noche europea en ese estadio. «Llegaré al partido con buen humor, dispuesto a defender los colores y llevar al equipo a la final. Ya estoy preparado», advirtió el domingo en un acto con su fundación con decenas de niños. No será fácil ante un Dortmund que llega con la ventaja del gol de Füllkrug, pero no hay escapatoria.

Liderar a los jóvenes

No habrá otra oportunidad, como no la ha habido desde 2021 de pelear por llegar a la final, algo que sólo habían conseguido una vez en toda su historia un año antes. Antes de la irrupción del flujo millonario catarí, el PSG había pisado en una ocasión las semifinales de la máxima competición. Fue en 1995 con Luis Fernández en el banquillo y con George Weah como estrella, pero el Milan de Fabio Capello les apartó de la final que acabaría llevándose el Ajax de Louis Van Gaal.

Con ese peso de la historia a sus espaldas, para que Mbappé acabe su misión tendrá que hacerse más presente que el duelo de ida, donde le costó dañar al conjunto alemán. Lo tendrá que hacer con sus incuestionables condiciones, pero también ejerciendo el liderazgo de la plantilla más joven que queda en la competición. Con una media de 24,5 años, casi ninguno de los que estará en el once ha vivido una situación similar. Se lo puede contar el propio Mbappé y el capitán Marquinhos, protagonistas en el once titular de aquella noche de lágrimas en Lisboa, como también de la decepción ante el City en 2021. También se mantiene en la plantilla de aquellas derrotas Keylor Navas y de la última, lesionado en el tendón de Aquiles, Kimpembe.

Los campeones, del Madrid

Achraf Hakimi llegó después con una Champions bajo el brazo que ganó con el Real Madrid en 2018, pese a haber jugado sólo dos partidos en la fase de grupos y haber ido convocado a otro, la ida de los octavos precisamente ante el PSG.

Son algunos de los menos protagonistas para Luis Enrique los que mejores recetas tienen sobre cómo jugar, y ganar, la Liga de Campeones. Uno de ellos es el guardameta costarricense, que alzó tres con el Real Madrid. Las mismas ha conquistado Marco Asensio, con un rol residual para el asturiano, pero fue campeón en 2017, 2018 y 2022.

La máxima de que todos los campeones de Europa que hay en el PSG lo fueron con la camiseta del Real Madrid la rompe Lucas Hernández. Él supo lo que es ser campeón precisamente en Lisboa, pero jugando para el Bayern. La opción de ayudar a poder devolver a la afición parisina la euforia arrebatada en 2020 se esfumó hace una semana. El central francés no estará hoy en el césped del Parque de los Príncipes y es una de las principales bajas de Luis Enrique. En el intento por evitar el gol de Füllkrug se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda.

Todos ayudarán a empujar contra los alemanes, pero las miradas serán para Mbappé. En sus botas estará si la despedida se alarga hasta Wembley buscando que la relación acabe con buenos recuerdos y una bonita amistad, o si el final de una leyenda empieza a llorarse en París.

El Rayo Majadahonda, que sufrió el racismo contra Sarr, cantera de la Champions: Llorente, Rodri y Lucas Hernández

El Rayo Majadahonda, que sufrió el racismo contra Sarr, cantera de la Champions: Llorente, Rodri y Lucas Hernández

Actualizado Jueves, 18 abril 2024 - 22:12

La victoria del Real Madrid por penaltis ante el City el fue el broche de oro para cerrar los cuartos de final de la Champions. Entre los ocho equipos que se jugaban el pase a semifinales, había tres futbolistas españoles que pasaron por las categorías inferiores de un humilde equipo situado al norte de Madrid: Rodri (Manchester City), Lucas Hernández (PSG) y Marcos Llorente (Atlético).

A pocos metros del Cerro del Espino, donde está la ciudad deportiva del Atlético de Madrid, se encuentra el centro de entrenamiento del Rayo Majadahonda. Un equipo que milita en Primera RFEF y que puede presumir de ser la cuna de varios futbolistas que tienen el honor de tener un Mundial en su palmarés, como el central Lucas Hernández y el portero Pepe Reina.

Las instalaciones son pequeñas. Todo el mundo se conoce. Cada persona que entra saluda a los que disfrutan viendo el entrenamiento y a todo aquel que pasa por allí. En el césped, Armando de la Morena, entrenador del primer equipo, da indicaciones a sus jugadores mientras el portero Cheikh Sarr, que saltó a las portadas de los periódicos hace unas semanas por el episodio racista con un aficionado del Sestao River, realiza ejercicios físicos con un preparador y otro compañero. La cafetería es el lugar perfecto de reunión. Pegada al terreno de juego y con una pequeña terraza es el sitio ideal para que jugadores y padres esperen a que acabe la sesión de los chavales.

"Enseñamos valores"

Adrián Costa es el director de la Escuela desde el pasado mes de julio y bajo su coordinación, la cantera del Majadahonda continúa con la misión de formar a jugadores que sueñan con alcanzar el fútbol profesional: «Preparamos a personas además de futbolistas. Les enseñamos valores de vida que no tienen que ver con el deporte. Nuestro objetivo es que disfruten y que aprendan jugando al fútbol», afirma sobre su filosofía de cantera.

La Escuela del Rayo Majadahonda tiene un gran equipo de captación y un departamento de psicología para un total de 60 equipos entre todas las categorías. Todos ellos con un cuerpo técnico de mínimo tres personas. Las cuotas para los futbolistas nuevos que quieran inscribirse, que jueguen en un equipo federado, empadronados en la ciudad y hasta la categoría cadete estarían, según la última información publicada en 2020, en torno a 700 euros anuales (incluyendo la equipación, la matrícula y el seguro deportivo).

Además, este año ha fundado su cantera femenina, una sección a la que espera dar mucha más visibilidad, oportunidades y recursos la temporada que viene: «Vamos a abarcar todos los niveles para que las chicas tengan toda la progresión posible. Le daremos mucha importancia, van a jugar los partidos de local aquí, con todos los servicios y tendrán un coordinador», explica con una gran motivación.

Costa lleva en el club desde los seis años, cuando coincidió con el jugador que durante más temporadas vistió la camiseta del Majadahonda en las categorías inferiores: Alejandro Arribas, ex jugador de Osasuna, Oviedo y Sevilla, entre otros, que ahora juega en la Segunda División griega. «Arribas era el mejor. Aunque fue progresando con el paso de los años. Trabajaba muy duro y recuerdo su disciplina en los entrenamientos. Llegó un momento que era un cohete», comenta Costa, entre risas. «También he visto jugar a Rodri, ya como entrenador (aunque no le dirigí) y a Munir en juveniles, pero ya me había ido del club y le veía porque seguía manteniendo relación con mucha gente. Era muy bueno. Cuando estuvo Pepe Reina yo era pequeño», añade.

Lucas Hernández y Rodri durante su etapa en Majadahonda

Lucas Hernández y Rodri durante su etapa en MajadahondaC.F. Rayo Majadahonda

Jugadores especiales, como Marcos Llorente, diferentes a los demás, pero que compartían unas cualidades indispensables que terminaron por llevarlos a la élite. «Eran muy disciplinados. Se cuidaban mucho dentro y fuera del campo y trabajaban de forma muy seria. Sobre todo, han tenido una gran pasión por el juego. Eso es lo que les diferencia. En el fútbol se pasa por momentos de todo tipo y es necesario saber sobreponerse», añade el director de la Escuela.

«Ver si alguno puede llegar alto es muy difícil. Sólo en casos muy concretos como esos se puede llegar a prever. Tienen una mayor coordinación, velocidad y un innato entendimiento del juego: miran a la izquierda y a la derecha, regatean hacia ambos lados...», comenta.

A pesar de los años y de la distancia, Costa y otros miembros del club continúan manteniendo el contacto con esas estrellas que tanto prestigio y orgullo les han dado: «Los jugadores formados aquí guardan un buen recuerdo porque somos un grupo muy familiar. Los chicos sienten lazos con quienes les han entrenado».

DANI MARTÍN

Una apuesta por la formación que también se plasma en el primer equipo, donde Dani Martín, portero de 18 años, ha sido titular durante la mayor parte de la liga, pese a ser todavía juvenil, y también con la selección española sub-19. Además, otros cinco futbolistas esperan a que De la Morena les de una oportunidad.

Saber si la Escuela podrá volver a ser la cuna de más campeones del Mundo es algo que sólo el destino y la fortuna podrán determinar, pero lo que sí es seguro es que, en Majadahonda, habrá un pequeño club que seguirá buscando el éxito.

El Barça minimiza a Mbappé y conquista el Parque de los Príncipes

Actualizado Miércoles, 10 abril 2024 - 23:22

Que París no se acabe nunca, debió de pensar el Barça porque allí, en el Parque de los Príncipes, se agigantó, superó sus demonios ante un PSG tan letal como inconsistente. Fue más resistente y también más valiente para salir vivo de una eliminatoria que se antojaba una trampa mortal y que, sin embargo, le da ligera ventaja en el camino hacia las semifinales. [Narración y estadísticas (2-3)]

Creyó el Barça que se podía vivir cómodamente ante Mbappé y su tropa en unos cuartos de la Champions. Incluso que se le podía hacer daño. Lo sintió después de 20 minutos en los que se hormigonó y fue viendo cómo no tenía enfrente un rival imbatible. Lo detectó Raphinha cuando aprovechó un pase larguísimo de Ter Stegen para provocar el error de un tembloroso Donnarumma y obligar a Lucas Beraldo a rebañar lo que ya parecía el primer gol.

Son mortales y en las transiciones tenían los azulgranas un arma que iban a explorar mientras el PSG probaba con disparos lejanos de Lee o Asensio, dos apuestas de Luis Enrique, y Mbappé no sacaba ventaja de sus endiabladas carreras hacia el área. Le aguantó el primer mano a mano Araújo con la ayuda de Koundé y entre todos consiguieron que la movilidad que generaba en el ataque junto al mallorquín y a Dembélé fuera estéril. No presentó el astro francés sus credenciales a ser decisivo en los próximos Clásicos de LaLiga.

Cubarsí, frente a Mbappé

Desde esa solidez, el Barça creció. No será con el purista ADN culé, pero sí con una eficacia que le hace sostenerse en los partidos. Nuno Mendes salvó bajo palos el remate de Lewandowski en un saque de córner y Raphinha, ante las dudas del guardameta, probó desde la frontal. Le habían cogido la medida a los parisinos con una presión y una aceleración precisa desde los costados que emborronar el plan de Luis Enrique.

El polaco desquiciaba a los centrales y Lamine Yamal encontraba los espacios en la orilla para desequilibrar, lo mismo que Raphinha. Si el peligro del PSG podía llegar casi desde cualquier parte, el del Barça, también. Hasta emergió la figura del púber Pau Cubarsí para graduarse en un gran escenario europeo plagado de estrellas. Primero viendo solo a Lewandowski, que se revolvió en el centro del campo y encontró a Yamal, otro cuyo descaro le llevó a probar con un centro que Donnarumma interpretó como un disparo y su salida en falso dejó a Raphinha la portería vacía para adelantar al Barça. Si en Cubarsí nació ese gol, en el jovencísimo central tuteó a Mbappé primero en estático y después en carrera.

Con ese chute de confianza se fue el Barça al descanso. El marcador era corto y justo, tanto que se nubló en los cinco primeros minutos de la segunda parte. Sin casi colocarse sobre el césped, apareció Dembélé, se apoyó en la carrera hasta línea de fondo de Mbappé y el remate del ídolo francés lo escupió Araújo a los pies de su ex compañero. Recortó a De Jong y cruzó un disparo incontestable.

Los futbolistas del Barça celebran un gol ante Mbappé.

Los futbolistas del Barça celebran un gol ante Mbappé.AFP

No se había recompuesto el Barça y en esa descomposición encontró hueco Vitinha en el área para marcar el segundo tanto y Barcola para estrellar el tercero en palo. Necesitaba el Barça salir de las cuerdas y Xavi no lo dudó. Para sobrevivir en París había que ser valiente y generar en el rival las mismas dudas de por dónde llegaría el peligro que sus jugadores estaban acusando. El mejor para este ejercicio de prestidigitación era Pedri.

Ni las semanas de lesiones hacen que pierda su diálogo con la pelota. La primera que tocó acabó convertida en un globo que sorteó la defensa parisina y Raphinha cazó en un remate acrobático. El Barça se levantaba con la magia del canario y el duelo se enloquecía. Barcola probó con un mano a mano del que salió ganador Araújo y, otra vez Dembélé, rey del caos, se estrelló en el poste. La respuesta la dio Joao Félix con un centro raso que iba a embocar Ferran Torres cuando apareció Nuno Mendes. Nadie tenía miedo, como si no hubiera un partido de vuelta, como si nada pudiera perderse. Entonces Gündogan telegrafió un saque de esquina a la cabeza de Christensen al segundo palo para agigantar al Barça en una eliminatoria muy viva.