El PSG de Luis Enrique: en busca de una identidad propia y aún muy dependiente de Mbappé

El PSG de Luis Enrique: en busca de una identidad propia y aún muy dependiente de Mbappé

Sorteo de octavos

Actualizado

El rival de la Real Sociedad aún no ha encontrado su identidad, aunque cuenta con dos jóvenes que ya brillan por encima del resto: Ugarte y Zaïre-Emery.

Mbappé, el domingo, durante un partido ante el Lille.EFE

Hay una imagen que sintetizó el convulso camino del PSG hacia los octavos y nada tuvo que ver con Kylian Mbappé, el futbolista más decisivo del mundo. En realidad, se trata de dos instantáneas de Nasser Al-Khelaifi en París y Dortmund. La primera, tras el polémico penalti que permitió el empate ante el Newcastle en el último minuto del descuento. En la otra durante el apasionante 1-1 frente al Borussia, al príncipe saudí también le devoraban los nervios. Fue el mejor partido de toda la liguilla, un trepidante ida y vuelta para delicia de los aficionados y tormento de Luis Enrique. Aquel punto, combinado con la victoria del Milan, terminó bastando. El propietario del PSG, consciente de todo lo que andaba en juego, casi no lo cuenta.

A lo largo de los últimos meses se viene insistiendo, casi hasta el hartazgo, con un mensaje no por repetido menos equívoco: “Nada tiene que ver este proyecto con los anteriores. Esto ya no se basa sólo en las estrellas, sino en la construcción de un equipo con bases sólidas”, repiten desde las terminales del Parque de los Príncipes. Y hay algo de verdad, por supuesto, en la apuesta por una clase media, mezclada con sangre joven, que debería ser pulida por Luis Enrique. Sin embargo, de momento, el PSG sólo subiste en Europa gracias a rapto de inspiración de Mbappé y el coraje de dos centrocampistas de 17 y 22 años.

A Warren Zaïre-Emery se le ha comparado con Jude Belllingham por su facilidad para hacer pasar por sencilla cualquier acción del juego. En noviembre debería haber jugado con Francia el Mundial sub-17, pero por entonces ya andaba batiéndose el cobre en el Grupo de la Muerte. Sólo los escogidos como él compiten de verdad mientras algunos de los más veteranos se arrugan sin remedio. Se trata del mejor producto de la cantera desde la irrupción, hace una década, de Kingsley Coman.

Saber a lo que se juega

Manuel Ugarte, asimismo, se ha mostrado imprescindible en la cimentación. El uruguayo es un pivote agresivo, que no rehúye ningún duelo, con la mala uva necesaria para su posición, empeñado en llevar a término lo que en su momento no pudieron Blaise Matuidi o Giorgino Wijnaldum. El PSG, siempre tan académico, necesita a tipos así para competir en las eliminatorias. La mala imagen exhibida en St James’ Park (4-1) y San Siro (2-1) no debe reducirse sólo al resultado. Este equipo necesita saber a lo que juega y asentar su idea. Si es que hay tiempo para ello.

No basta, por tanto, con alcanzar el ritmo de crucero en la Ligue 1, donde ya suma tres goles de promedio. Ni con esperar el milagro diario de Mbappé o los desmarques, muchas veces sin premio, de Randal Kolo Muani. De tan descarado, el plan táctico a veces roza lo suicida. Y si el equipo se parte, la defensa tampoco anda como para lanzar cohetes.

Aún no han mezclado Lucas Hernández y Milan Skriniar, como tampoco convence la portería, donde no sería impensable un relevo a corto plazo para que Gianluigi Donnarumma deje paso a Arnau Tenas. En realidad, la lectura del juego del canterano del Barça, mucho más hábil con los pies, se ajusta mejor al esquema del asturiano.

kpd