El doble pecado de Correa en la primera derrota del Atlético ante el Getafe en 14 años: "Hijo de mil putas, cagón, la concha de tu madre"

El doble pecado de Correa en la primera derrota del Atlético ante el Getafe en 14 años: “Hijo de mil putas, cagón, la concha de tu madre”

Dicen que después del pecado viene la penitencia, el problema para Ángel Correa es que se fue con dos del Coliseum. Uno por dejar a su equipo con 10 y favorecer lo que ocurrió a la postre: la primera victoria del Getafe ante el Atlético de Madrid en 14 años. El segundo fue que su entrenador no va a poder contar con él entre 4 y 12 partidos. "A Ángel lo queremos muchísimo y no va a cambiar la opinión que tenemos de él", manifestó Dieo Simeone en la rueda de prensa post partido.

Lo que le dijo el delantero argentino al árbitro del encuentro, Guillermo Cuadra Fernández, fue bastante menos positivo. Según el colegiado, se dirigió a él en los siguientes términos tras ser expulsado por disputar el balón con el defensa del Getafe Djené con "fuerza excesiva": "Hijo de mil putas, cagón, la concha de tu madre".

Ese insulto se considera que infringe el artículo 94 del reglamento general de la Federación Española de Fútbol, que reza lo siguiente: "Insultos, ofensas verbales y actitudes injuriosas. Insultar, ofender o dirigirse en términos o actitudes injuriosas al árbitro principal, asistentes, cuarto árbitro, directivos o autoridades deportivas, salvo que constituya falta más grave, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos".

"Djené se tira bien"

El insulto llegó después de que el colegiado del encuentro fuera a revisar una entrada extemporánea del argentino sobre Djené. Una presión excesiva y hasta el final, quizás innecesaria teniendo en cuenta que, en aquel momento, el marcador era favorable a los intereses rojiblancos. "La roja de Correa, que puede ser o no, Djené se tira bien y el árbitro decide expulsarlo", ironizó Simeone cuando fue preguntado tras el encuentro.

Así, si el primer pecado de Correa le cuesta al Atlético la posibilidad de asaltar al líder tras la anulación de su encuentro ante Osasuna, el segundo le impide al Cholo contar con él en la difícil serie de encuentros que se le presentan al equipo este próximo mes. La sanción no se le aplicará en la vuelta de Champions de este miércoles, pero el argentino no podrá ser alineado contra el FC Barcelona el próximo domingo en el Metropolitano en liga y, dependiendo de la gravedad, tampoco podrá disputar la vuelta de Copa ante el mismo rival. "No tenemos que pensar en el árbitro, tenemos que pensar en jugar mejor", apuntó el Cholo.

El delantero argentino pidió perdón horas después de su expulsión tanto al colegiado como a la afición y a sus compañeros. Lo hizo en sus redes sociales donde aseguró que su "respeto hacia los árbitros es total" y que esa reacción no es propia de él. Decía que "estaba muy caliente por dejar al equipo con diez en un momento tan delicado" y que reaccionó "de la peor forma".

Un contratiempo para Simeone y para su fondo de armario, que estaba siendo crucial en la temporada rojiblanca. Parte de la responsabilidad recae sobre Sorloth. El noruego es, con siete, el suplente más goleador de la historia rojiblanca en liga. El 9 del Atlético transformó el polémico penalti que se pitó en el Coliseum. Se produjo tras un rebote en la mano de Alderete al chocar con Soria. "No voy a entrar en detalle. Ellos vieron penalti y no podemos hacer nada. Lo más importante es la victoria", confesó Bordalás contento por el resultado de su equipo.

Como para no estarlo, el técnico azulón acabó con sus demonios. Eran 14 años sin ganar al Atlético de Madrid. O, lo que es lo mismo, desde que se sentó Simeone en el banquillo rojiblanco. En total eran 27 duelos consiguiendo, máximo, un empate. "No pienso ni en las estadísticas ni en la historia solo en el momento y en la victoria", declaró el técnico azulón.

Lo cierto es que no es la primera vez que el Getafe rompe la estadística ante los rojiblancos. La temporada pasada fue el equipo que, con un 3-3 y una exhibición de Borja Mayoral, consiguió quebrar la racha de 20 victorias seguidas de los de Simeone en el Meteopolitano. En esta ocasión, el delantero madrileño partió desde el banquillo, pero antes del encuentro el presidente del club, Ángel Torres, le hizo entrega de una camiseta conmemorativa por cumplir 100 partidos con el club azulón.

Cabeza en la Champions

"Tenemos que digerir una derrota merecida. Aceptarla y a pensar en lo que viene", mantuvo el Cholo Simeone. Lo que viene es la vuelta de Champions ante el Real Madrid con una desventaja mínima en el marcador. Pablo Barrios reiteró que, pese a la tristeza de la derrota, la mente del vestuario ya está en ese partido. De hecho, el canterano, que entró en la segunda parte sustituyendo a Rodrigo De Paul, aseguró que no les afectó la cercanía de ese duelo en el rendimiento de este. "Todos sabíamos el partido que nos tocaba hoy y ahora a pensar en el encuentro del miércoles", expresó el canterano.

La falta del intensidad del Atlético pudo ser por el desgaste de ese periodo de entreguerras, la hora o, también por el césped. El balón no corría en la hierba de un Coliseum que estaba al límite reglamentario: 30 milímetros. Encima, la lluvia apenas hizo acto de presencia durante el encuentro.

Sea lo que fuere, el miércoles será otra competición y otra historia. En la europea es el rival el dragón a batir. Nunca ha conseguido hacerlo el Atlético en Champions. Aunque hubo brotes verdes en la última semifinal que se enfrentaron en 2017 y, sobre todo, en la victoria rojiblanca en la Supercopa de Tallin un año después. No es Champions, pero es un título. El último en las vitrinas europeas del Atlético.

Champions, la montaña prohibida de los 'indios': "Simeone genera odios y amores también en Argentina"

Champions, la montaña prohibida de los ‘indios’: “Simeone genera odios y amores también en Argentina”

El origen del mote de los 'indios' para los aficionados del Atlético de Madrid no sería, hoy, políticamente correcto. Empezó en los años 70 en la capital para aludir a sus jugadores latinoamericanos, como Panadero Díaz, Cacho Heredía o Ayala, la mayoría con sus largas melenas setenteras. Era un mote racista, fuera en los tiempos que fuera, del mismo modo que existe un componente racial en la palabra 'cholo', con la que se alude a su entrenador. El 'cholo' es el mestizo o el indígena que adopta la forma de vida del blanco, según el país en el que se utilice, y no siempre con el cariño con el que acompaña a Simeone. El Atlético de los 70, sin embargo, no tenía tantos jugadores sudamericanos como el actual. Seis argentinos (Musso, Nahuel Molina, Giuliano Simeone, Correa, De Paul y Julián Álvarez), más el uruguayo Giménez, central y capitán. Enrique Cerezo dice que el «Atlético no se entiende sin argentinos». Son parte de la idiosincrasia que Simeone encarna en carne y hueso, y que vuelven a encontrarse ante su montaña prohibida. Velan el siguiente asalto a la Champions sin pensar en la caída en Getafe, sólo en el deseo de que no sea un Everest inalcanzable, sino el Machu Picchu que permite pasar de lo terrenal a lo divino.

Para tener opciones de hollar la cima, los 'indios' deben eliminar a los 'vikingos', como se aludía a los madridistas en la misma época por los alemanes Netzer, Stielike y Breitner, además del danés Jensen, en la batalla de las tribus de la capital, algo más difícil que ascender el Camino del Inca. Lo intentarán en un Metropolitano que podría ser el Metropolitano de la Boca, como se conoce al puerto de Buenos Aires, y donde volverán a verse pinturas de guerra y plumas. Los 'indios' del Atlético no sienten ya el mote de forma peyorativa. El Madrid carga la atmósfera emocional que quiere Simeone, aunque las atmósferas muy cargadas pueden confundir el fútbol. El entrenador las invoca, ataviado como un bailarín de tango, de negro riguroso. El tango, en cambio, es una combinación de aceleración y pausa. Como el fútbol.

El duelo con el Madrid tiene un sentido finalista, aunque la final está lejos, todavía en octavos. Tiene sentido, porque es el equipo que le venció en dos de las tres finales de su historia, y le apartó, en semifinales, de una cuarta. Ello implica un bloqueo mental que el Atlético debe superar. También su gente. También Simeone, al que la caída en Milán, en 2016, le hizo dudar sobre su futuro. Desde entonces, la Champions no es únicamente un objetivo. Es una misión.

El Atlético necesita su Wembley

El Atlético es el único de todos los equipos que han perdido tres finales de Champions o más que no ha ganado el torneo. La Juventus cayó en siete finales, pero levantó dos títulos, hecho que ahonda en su fatalismo, aunque sin urgencias históricas. También Madrid y Barcelona perdieron tres finales, pero los blancos, reyes del torneo, suman 15 títulos, por cinco de los azulgrana, que cayeron dos veces con tics fatalistas, los palos en Berna o los penaltis en Sevilla, antes de cambiar su destino en Wembley, en 1992. El Atlético aguarda su Wembley.

Simeone, durante la ida en el Bernabéu.

Simeone, durante la ida en el Bernabéu.JUANJO MARTINEFE

Son más de una veintena los argentinos que han conquistado el gran trofeo europeo. El primero, Di Stéfano, lo hizo suyo nada más empezar. En la actual plantilla del Atlético sólo hay uno, Julián Álvarez, con un City en el que no llegó a ser titular. En cambio, los rojiblancos cuentan con hasta seis campeones del mundo, el propio Julián, De Paul, Molina, Correa y Griezmann, al que la larga cohabitación con argentinos y uruguayos le hizo aficionarse al mate, y Lemar, hoy en la segunda unidad. Es el equipo con más integrantes de la gesta de Argentina en Qatar, después de River. En el Monumental no han olvidado la calidad de Julián.

El salto del futbolista al Atlético ha disparado el seguimiento que en Argentina ya se hacía del equipo, especialmente desde la llegada de Simeone. Es conocido entre los hinchas como el Asadito Mecánico, tras tomar parte del apodo de la gran Holanda de Cruyff, la Naranja Mecánica, a la que la albiceleste derrotó en la final del Mundial del 78, en el Monumental, aunque sin el mejor futbolista de su historia. Los componentes del Atlético utilizaron el sobrenombre en las redes en su regreso por Navidad.

«La atención por el Atlético es histórica, porque existe una larga tradición de representatividad argentina. En el pasado, por exigencia, era un salto más sencillo para los jugadores de acá desembarcar en el Atlético que en el Real. Una estación intermedia. En aquellos años para sufrir y, desde la reconstrucción del 'Cholo', para soñar», explica Cristian Grosso, editor de Deportes de La Nación y uno de los periodistas más influyentes.

"El 'Cholo' siempre provoca algo"

«Simeone tiene una debilidad por el jugador argentino, por su carácter, y ya desde el principio fichó a Cata Díaz, a Demichelis, aunque no llegara a debutar, a Augusto y otros muchos en una década», prosigue Grosso, que, no obstante, alude a los sentimientos encontrados que despierta el técnico en su propio país: «El Cholo no pasa jamás desapercibido, es un personaje pintoresco, que siempre provoca algo. Genera odios y amores también en Argentina, pero todos están pendientes. Unos, por ver si fracasa; otros, felices con su éxito».

Julián Álvarez celebra un gol en Mestalla.

Julián Álvarez celebra un gol en Mestalla.JOSE JORDANAFP

Para el periodista argentino, el Atlético es el reflejo de su entrenador: «También provoca, a su alrededor siempre pasan cosas. El Atlético garantiza partidos intensos, y eso conecta bien con lo argentino».

«Que el Atlético sea el equipo con más campeones del mundo, junto con River, pero con los más determinantes, salvo Messi, influye, claro. Sobre todo, la presencia de Julián Álvarez, que merece párrafo aparte. La expectación es enorme, mientras todos se preguntan si Simeone le hará ver a Guardiola que se equivocó», concluye Grosso. En el Bernabéu lo hizo, con un soberbio gol, pero en un Atlético demasiado precavido, que perdió la ocasión de castigar a un Madrid herido. El Metropolitano cargará o no de razones la respuesta.

El "educado" e "introvertido" Carles Miñarro, mano derecha del primer médico del Barça: "Era una persona muy discreta y, a la vez, muy decidida"

El “educado” e “introvertido” Carles Miñarro, mano derecha del primer médico del Barça: “Era una persona muy discreta y, a la vez, muy decidida”

Actualizado Domingo, 9 marzo 2025 - 23:34

El súbito fallecimiento del doctor Carles Miñarro, de 53 años, y principal colaborador del médico Ricard Pruna en el primer equipo del Barcelona, ha sido un golpe muy duro, no sólo para el propio club azulgrana, sino también para todo el colectivo de galenos que se encargan de cuidar de la salud de las piezas más importantes del fútbol español: los futbolistas.

"Era una persona muy discreta y, a la vez, muy decidida. A lo largo de su trayectoria profesional, ejerció cargos de responsabilidad, no sólo dentro del fútbol, sino que también fue presidente de la Sociedad Catalana de la Medicina del Deporte y miembro de nuestra asociación desde 2008, creo recordar, y siempre acudía a nuestros cursos y congresos", señala el doctor Juan Carlos González, presidente de la Asociación Española de Médicos de Equipos de Fútbol (AEMEF) y quien conocía al doctor Miñarro desde hace algo más de 20 años.

A instancias de esta misma asociación, y tras propuesta del doctor José Manuel Álvarez, responsable de los servicios médicos del Betis, todos los médicos que se sentaron en un banquillo a lo largo de esta jornada del campeonato de Liga lo hicieron luciendo un brazalete negro en tributo al compañero fallecido el pasado sábado.

"sin levantar demasiado la voz"

Ese, además, no fue el único acto de homenaje póstumo al doctor Miñarro. En los prolegómenos de los partidos de ayer también se guardó un minuto de silencio en su memoria. Tal y como pasó, por ejemplo, en el Santiago Bernabéu, antes del duelo entre el Real Madrid y el Rayo Vallecano, donde también se homenajeó la figura del árbitro David García de la Loma, fallecido tras una larga enfermedad. Los jugadores del Barça también guardaron un minuto de silencio en el entrenamiento de ayer en la Ciudad Deportiva Joan Gamper.

"Carles, desde la presidencia de la Sociedad Catalana de Medicina Deportiva, defendió con mucha firmeza nuestra especialidad, que ha estado en discusión desde hace unos años", insiste el doctor González.

"Era una persona muy educada, muy correcta, no muy extrovertida, pero tenía relaciones importantes en el colectivo de médicos y era muy participativo. No era de esos que se quedan en un rincón, pero siempre desde la discreción y sin levantar demasiado la voz. Además, respecto a su trato con los jugadores puedo decir que tenía relaciones bastante firmes con muchos de ellos, que siempre le destacaban por ser muy cercano. Era muy atento y participativo. Cuando me nombraron presidente, en septiembre, me felicitó y hablamos un rato. Siempre tenía estos detalles. Su muerte nos ha hecho mucho daño a un colectivo que siempre estamos en contacto, que compartimos información y que tenemos muy buena relación entre nosotros. Estamos todos consternados", señala el presidente de la AEMEF, quien comprende la conmoción de la plantilla azulgrana por el fallecimiento de un personaje tan próximo.

Ayudar a que "todo fluya"

González dice que Miñarro era un miembro más del staff del Barça, que convivía totalmente con el equipo: "En una entidad tan importante y con tanta repercusión como el Barça, el médico siempre está ahí, no sólo en los partidos o entrenamientos, sino también en el resto de actos. La prueba la tenemos, por ejemplo, en que su fallecimiento se produjo en el hotel de concentración. El médico convive continuamente con la plantilla y es alguien muy cercano, que forma parte del núcleo", explica el doctor González.

"Muchas veces, además, su papel también engloba la esfera mental, de dar tranquilidad, de intentar estabilizar un poco situaciones que se puedan producir. Los buenos resultados no siempre tienen que ver sólo con el hecho de jugar bien, también es importante el ambiente, que la plantilla se comporte como una familia, que se ayuden unos a otros, y ahí el médico, los fisios y otros miembros del staff ayudan a que todo fluya, a que haya el menor número posible de aristas, al margen de diagnosticar y ordenar los tratamientos que sean necesarios", reitera el galeno.

Golpe anímico

La maquinaria del fútbol, no obstante, no da muchas treguas y el martes, el mismo día en que tendrá lugar el funeral en memoria del doctor Miñarro, el Barça debe medirse al Benfica en la vuelta de los octavos de final de la Champions. "Probablemente el Barça habrá puesto al alcance de toda la plantilla y de todos los miembros del staff el tratamiento especializado que seguro que tienen y que pueden ofrecer. Es evidente que es un golpe anímico muy importante pero, sin que eso reste ningún tiempo de sentimiento hacia Carles, los jugadores también están muy acostumbrados desde pequeños a recibir golpes duros y volver a levantarse", señala el presidente de la AEMEF.

Incluso, es posible que alguno esté aún más motivado, con ánimo de dedicarle la victoria. "Seguro que va a haber chavales ahí que tuvieron una relación más personal con él, y eso va hacer que tengan un plus más de motivación para dedicarle todos los éxitos que puedan tener. Al fin y al cabo, era un miembro más de esa familia", sentencia.

Ancelotti es una pesadilla

Ancelotti es una pesadilla

Espantoso, vergonzoso partido del Irreal Madrid, que no mereció ganar y fue un pelele frente a un gran Rayo. Una vez más, los grandes jugadores blancos le quitaron la soga de la horca al técnico italiano.

Y es que Ancelotti se convertido en una pesadilla para el Madrid. Su decadente sentido estratégico inclina a los blancos a ser un equipo menor, defensivo y ridículo. No se puede tener a una afición merengue con la angustia final por el resultado con un Rayo que no jugaba ni con su mejores jugadores. Era denigrante.

El Madrid del italiano no sabe presionar ni ofensiva ni defensivamente. Se deja dominar como un voyeur del fútbol actual. Mira como los rivales juegan en ataque. El repaso táctico que le dio Iñigo Pérez fue inmisericorde. No ganó, porque no tiene ni a Mbappé ni a Vinicius. Esa era la única razón.

Los dos únicos cambios que hizo es quitar a su mejor jugador Mbappé y cambiarlo por el muy mediocre, cada vez peor, Camavinga. Y lo mismo con Rodrygo. Dejó sólo a Vinicius, que es el más insoportable. Un dantesco egocéntrico que juega sólo para él, se olvida del equipo y sólo es una narcisista del regate. Que se vaya al desierto, por favor.

Por no hablar del insufrible Bellingham, que sacude constantemente una sombra mediocre, siempre jugando de espaldas. En los tiempos de Santiago Bernabéu, a los que les echaban del campo por torpezas, los multaban según los partidos que habían faltado.

Bellingham ha hecho un daño irreparable al club, por la derrota en Sevilla y por desaparecer en la Champions con el Atletico de Madrid. Es un pecado mortal sólo por irse de la lengua, porque nos cree tontos e insulta en inglés. Eso significaría una gran sanción en otros tiempos blancos más gloriosos. Hoy, se le disculpa.

Menos mal, que contra todo pronóstico, Alaba y Tchouamení jugaron con sentido catedralicio. Aún así, con un agotado Modric, un insufrible Vini y Mbappé en el banquillo, el Madrid ganó tres puntos pidiendo la hora en el Bernabeu. Cuanto menos resulta bochornoso y todas las acusaciones apuntan a Ancelotti, que no tiene juego, ni estilo, ni nada que se le parezca. Sólo le salvan los grandes jugadores, como siempre.

Encima, la pléyade de sus pelotas echarán la culpa a los futbolistas. Por eso, aún pienso, que con el sentir cobarde del juego del italiano, lo del Metropolitano será un suplicio y quizá todo acabe en tragedia blanca.

Mbappé y Vinicius presentan armas ante un buen Rayo antes del gran duelo del Metropolitano

Mbappé y Vinicius presentan armas ante un buen Rayo antes del gran duelo del Metropolitano

Al grito de "¡presenten armas!", el Madrid lo hizo, con Mbappé y Vinicius como fusiles erguidos, preparados. El Atlético, no. Dos disparos y retirada, una peligrosa retirada. La vigilia en la Liga del gran duelo de la Champions, el miércoles en el Metropolitano, deja mejores sensaciones para los blancos que para los rojiblancos, por el estado de sus grandes argumentos ofensivos, resolutivos ante un Rayo tan ambicioso como débil. En el primer 'round' del Bernabéu frente al Atlético, apenas aparecieron. El gol de Mbappé suma en el marcador, en la tabla y en la moral. El de Vinicius, soberbio, la inflama, aunque fuera en el marco de un acto corriente.

Ambos estaban en el once. Como Bellingham, como Rodrygo. Las rotaciones, pocas, la mayoría obligadas y atrás, con una sorpresa: Lunin. Lucas Vázquez aparecía en el lateral derecho, donde es necesario administrar a Valverde, que sólo jugó unos minutos, y Alaba lo hacía en el centro por el griposo Rüdiger. Modric, que siempre toma buenas decisiones, volvía al centro en un buen día de Tchouaméni, más firme que en mucho tiempo. Hay que preguntarse si es por su mejora o por la compañía de la versión croata de Astérix. Guste más o menos, es el lugar de Tchoauméni, no el de su compatriota Camavinga, que tiene en su dinamismo un interesante desorden si es para desordenar al contrario, no a los suyos. Mejor, pues, lejos de lo que Luis Aragonés llamaba "pasillos de seguridad". Cuando saltó al campo, el francés lo hizo un paso por delante, en la zona de los interiores.

Un Rayo al ataque

La propuesta del Rayo, innegociable para Íñigo Pérez, dejaba buenos caladeros al Madrid a la espalda de su adelantada defensa. Los exploró Vinicius, fuera en la conducción, el regate o la asistencia. La que le dio a Mbappé acabó en gol, porque el francés dispara como si utilizara un látigo. El tanto del día, y de muchos días, fue, en cambio, el que el brasileño consiguió a continuación. Vini arrastró al central fuera de su zona a la que regresó para burlar a Ratiu y superar a Batalla, todo sin soltar la pelota.

Sin el lesionado Mumin, al que sus compañeros dieron aliento en sus camisetas, al Rayo le sentaba mejor pisar el campo del Madrid, incluso su área, que el propio. Vini y Mbappé eran demasiado para Lejeune y Aridane, porque el segundo no aporta lo mismo que el ausente. Si además el entrenador manda la línea hacia arriba, hay momentos en los que únicamente se pueden apretar las cuentas del rosario.

Lunin es un portero contrastado, pero cuando se aparece poco en la portería, siempre se pasa un examen, y más si el trabajo es sustituir a un cíclope. En esa tesitura, son clave las primeras acciones, la primera parada. Fueron, al menos extrañas. Una salida penosa del ucraniano pudo costarle el primer gol al Madrid, pero Aridane cabeceó alto cuando tenía toda la portería delante. Cuando detuvo el balón Lunin a disparo de Ratiu, un lateral tremendo en su despliegue, su rechace fue hacia la zona prohibida y Gumbau volvió a disparar. Asencio desvió lo justo. Entre el central y el portero pudieron, asimismo, liarla, en una cesión hacia atrás que encontró a Lunin superado y pudo acabar en la red. También el Madrid se encontraba más preciso del centro del campo en adelante. No es casual que ahí estuvieran los 'titularísimos'.

Las dos caras de Vini

El zapatazo de Pedro Díaz llegó cuando el Rayo había pasado por sus mejores minutos sin frutos, sobre la campana del descanso. La pelota entró claramente después de golpear el larguero. El VAR lo ratificó para hacer el partido largo, sin que el Madrid pudiera cerrarlo. Íñigo Pérez lo entendió, del mismo modo que Ancelotti, que movió el banquillo para guardar el resultado. Todos los que saltaron al campo, menos Brahim, fueron de corte defensivo. Lo dejaron Mbappé y Bellingham, que no tuvo precisamente su día, mientras Vinicius se enredaba y se ganaba una tarjeta.

Por esa senda tiene un problema el brasileño, y tendría muchos en el Metropolitano. Por la de la primera parte, en cambio, será un peligro. Es su perversa dualidad. También la del Madrid, mejor en el homenaje al fallecido médico del Barcelona, Carlos Miñarro, y al colegiado David García, de Segunda federación, que en la parodia de los árbitros.

El Atlético se pierde en Getafe en el periodo de entreguerras

El Atlético se pierde en Getafe en el periodo de entreguerras

Se llama interbellum al periodo de entreguerras, ese en el que el viejo continente vivió como si fuera su último día, consciente de que se encaminaban a un desastre mayor del que vivió en la Gran Guerra. Nadie sabe cómo será la batalla del Metropolitano del próximo miércoles, pero al Cholo no le importa. Partido a partido. Primero lo intentó con los titulares y luego con los suplentes, pero le salió mal.

El Atlético quiso exhibir su gran fondo de armario, pero tuvo una de cal y otra de arena. Si Sorloth fue la de cal transformando el polémico penalti, Correa fue la de arena. El argentino no sólo fue expulsado, sino que tras su roja empató el Getafe y se volcó sobre Oblak. Tanto que consiguió matar al dragón, a ese que les martirizaba desde hace 14 años. Arambarri fue el ejecutor. El uruguayo, con un doblete, se convirtió en el héroe azulón.

Y eso que los rojiblancos no querían sorpresas y salieron en Getafe con el once que los niños saben de carrerilla, con pequeñas variaciones, unas previstas y otras imprevistas, como las molestias del calentamiento que obligaron a Lenglet a sentarse por Giménez. Bordalás, en cambio, sentó a Mayoral, en su partido 100 con la azulona, en parte por físico en parte por táctica. Quería balas arriba el entrenador getafense.

El partido empezó lento, mucho, y no tanto por ese periodo de entreguerras que obliga a contemporizar al Atlético sino por el césped, alto hasta el límite. Dijo el Getafe que no pudo recortarlo de los 30 milímetros que lució. Encima, sin lluvia inicial, el balón no corrió, se arrastró. Solo lo aceleró un jugador, De Paul. El argentino practicó la omnipresencia, desde la sala de máquinas hasta la portería contraria.

El peligro del Getafe lo llevó Coba por la banda de Molina. El joven jugador azulón fue un tormento para el argentino. Se le fue casi cada vez que lo intentó y, si no fuera porque no terminó de afinar el último pase, sus regates se hubieran visto reflejados en el marcador. De hecho, fue el conjunto de Bordalás el que más merodeó la portería rival. Oblak tuvo que detener un peligroso disparo de Álvaro que no entró en la estadística porque el árbitro decretó fuera de juego, si hubiera entrado, quizás el VAR habría corregido a Cuadra Fernández.

El que sí entró, en la estadística no en la portería, fue el cabezazo franco de Uche tras un centro de Arambarri. El nigeriano lo hizo flojo y al centro con lo que el portero esloveno del Atlético no tuvo que esforzarse para detenerlo. Sería el césped, el duelo de Champions o la hora, pero la primera mitad hubo que masticarla, como un bocadillo.

Salieron Correa por Lino y Barrios por De Paul, el primer síntoma de que partido a partido, sí, pero el Madrid visita el miércoles el Metropolitano. Necesita el Cholo a todos a tope y ya han quedado en el retrovisor los errores por exceso de fogosidad del canterano. Además, con el argentino, es de los que mejor distribuye el juego rojiblanco. Y será por la cholina en el descanso será porque había que aprovechar el aplazamiento del duelo del líder, la segunda mitad comenzó con más ritmo del conjunto que vestía de celeste.

Querían seguir cumpliendo con la historia, la del dragón que atemoriza la población del sur de Madrid. Llevaba el Atlético 14 años sin perder con el equipo de Bordalás, desde la llegada de Simeone al banquillo. Y quizás esa confianza en la historia y en las estadísticas provocó que el técnico sacara a Lemar por Molina, un jugador que llevaba seis minutos en liga.

VAR y locura

El experimento pareció salir en primera instancia. El francés colgó un balón que provocó un choque entre Soria y Alderete con este último tocando el balón con la mano. Esas manos que hoy en día pitan siempre como penalti y claro, el VAR llamó a Cuadra Fernández y este no tuvo otro remedio. Sorloth lo transformó entre grandes protestas del banquillo azulón que vio una roja. Este fútbol de hoy en día es muy extraño.

Pero Correa se olvidó que su equipo ganaba y cometió una imprudencia en la que también intervino el VAR. Roja, a la calle y locura. Arambarri, el pichichi del Getafe, se erigió en el héroe que mató al dragón. Lo hizo con un doblete postrero y dejó a los rojiblancos sin liderato. Un rechace y un rebote, puro Getafe. 14 años sin ganar al Atlético terminaron el domingo.

¿Cuándo podría jugarse el Barça-Osasuna?

¿Cuándo podría jugarse el Barça-Osasuna?

Actualizado Domingo, 9 marzo 2025 - 12:15

La suspensión del encuentro de Liga que el Barça y Osasuna debían disputar el pasado sábado por la noche en Montjuïc a causa del súbito fallecimiento del doctor Carles Miñarro, uno de los responsables médicos del primer equipo azulgrana, complica el calendario que debe afrontar el conjunto que dirige Hansi Flick. El estado de shock en el que se encontraban tanto los futbolistas como el propio staff técnico del club barcelonista ante tan terrible noticia justificó plenamente que el partido fuera finalmente aplazado cuando faltaban apenas unos minutos para que el balón empezara a rodar sobre el césped. Encontrar un hueco para que pueda disputarse en los próximos meses, no obstante, podría no ser una misión sencilla.

La buena trayectoria que está siguiendo el conjunto azulgrana en la presente campaña está dejando un margen muy escaso. Si el equipo consigue imponerse al Atlético de Madrid en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey y sigue adelante en las próximas eliminatorias de la Liga de Campeones, una vez selle definitivamente su pase a cuartos de final ante el Benfica el próximo martes en Montjuïc, la primera fecha realmente disponible podría retrasarse hasta el próximo 21 de mayo. En ese caso, el Barça y Osasuna deberían medir sus fuerzas entre semana, a caballo entre la penúltima y la última jornada del campeonato de Liga, prevista para el fin de semana del 25 de mayo. El día 31 de ese mismo mes, en este caso, es cuando se disputa la final de la máxima competición europea, con el Allianz Arena de Múnich como escenario.

El calendario, con todo, podría ser sobre el papel algo menos complicado en el caso de que el Atlético de Madrid sea quien se clasifique para jugar la final de la Copa del Rey o si los azulgrana caen en Europa antes de llegar al duelo decisivo por el título. En el primer caso, el fin de semana del 27 de abril podría albergar el partido pendiente de Liga con Osasuna, dado que entonces, a causa de la final de Copa que se disputa en el estadio de La Cartuja de Sevilla, no hay partidos de Liga de Primera División. Si los barcelonistas cayeran en la Champions, mientras, el encuentro con el equipo navarro podría jugarse en alguna fecha reservada para partidos europeos. Siempre y cuando, eso sí, por lo menos teniendo en cuenta algunos de los precedentes, su horario no se pise con el reservado para los partidos europeos, si bien la UEFA, teniendo en cuenta las especiales circunstancias que rodean a este aplazamiento, podría también hacer una excepción en ese sentido.

Allan Nyom, un tipo duro que volvió tras cuatro meses en el paro: "Estaba preparado para dejarlo, así es el fútbol"

Allan Nyom, un tipo duro que volvió tras cuatro meses en el paro: “Estaba preparado para dejarlo, así es el fútbol”

El 2 de junio del año pasado, con medio Leganés de fiesta en Butarque tras conseguir el equipo el ascenso a Primera tras vencer al Elche, Allan Romeo Nyom (Neuilly-sur-Seine, 1988) cogió el micrófono y, eufórico, dijo: "Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos". Frase mítica del futbolista filósofo. Un mes después, a sus 36 años, Nyom estaba en el paro. "Es fútbol. Creo que más que por nivel me juzgaron por la edad, porque el año anterior había jugado muchos partidos y creo que había competido bien", explica a EL MUNDO el futbolista. De la euforia a la tristeza, o no.

El jugador, fruto de su edad o de su madurez, aceptó esa situación sin rencores, en paz por su compromiso con el deporte que se lo había dado todo. "Yo estaba preparado para dejarlo, así es el fútbol", apunta el futbolista y añade con sorna: "no puedes obligar a la gente a ficharte". Así que empezó a preparar su vida de después del deporte profesional porque "cuando se está jugando no te das cuenta que se puede terminar" y también a disfrutar más de su familia. De hecho, su mujer e hijos habían sufrido la carrera de un futbolista bastante nómada: siete clubes y tres países en 16 años.

Durante cuatro meses, el gusto por el gimnasio y estar en forma le mantuvo activo y físicamente bien para lo que pudiera venir. Mientras, compatibilizaba sus entrenamientos personales con el título de entrenador. "No salió nada que me gustase. Entonces, para ir a un sitio y no ser feliz, mejor estar en casa", revela el jugador. Así, entre pesas y apuntes de tácticas, casi dos meses después del inicio de la temporada, llegó la llamada.

El jugador en un momento de la entrevista.

El jugador en un momento de la entrevista.Angel NavarreteMUNDO

"Me llamó Javi, del cuerpo técnico, tuvimos una conversación y me dijo que había una posibilidad, pero yo no me lo creía, pensé: 'No me quiere un equipo de segunda división, me va a querer uno de Primera", revela Nyom. Pero en unos días, Allan Romeo Nyom volvía bajo el ala de su general: soldado de Bordalás. "Para mí esta prórroga fue un regalo", apunta el jugador.

Desde entonces, el polivalente futbolista de origen camerunés ha jugado 642 minutos en 12 partidos de liga, más de 53 por encuentro. "Disfruto cada entrenamiento, cada partido, cada momento en el vestuario, cada charla del míster, de cada detalle que te das más cuenta cuando lo pierdes", explica y desvela que, si puede, dejará el fútbol antes de "arrastrarse por el campo".

Pero Nyom no es precisamente de los que se arrastra, su juego físico, duro es de los que gusta en el Coliseum y temen los rivales. "Cuando era más joven no medía y entrenaba como jugaba", cuenta con la media sonrisa de alguien que ha dejado muchos recados entre sus propios compañeros. "Mi estilo es más de Bordalás que de Guardiola", completa su filosofía de juego.

Eres el más duro del Getafe?
(risas) No, Djené es muy duro, Omar, Diego Rico, Arambarri también... aquí casi todos son muy duros

Son sonados los roces que ha tenido con Koeman o Ansu Fati y él sabe y aprecia ese otro fútbol que muchos critican, no el antirreglamentario, sino el que emplea los límites del deporte. De hecho, ellos lo sufrieron en Butarque en su último encuentro, pero Nyom tiene claro que "lo que pasa en el campo, queda en el campo" y que el objetivo de todos los equipos es ganar, aunque a ellos ya les cansa esa etiqueta perenne de equipo marrullero.

El futbolista sujeta una lámpara.

El futbolista sujeta una lámpara.Angel NavarreteMUNDO

Nyom o los que elija Bordalás para enfrentar al Atlético esta tarde deberán emplear todo lo que tengan para intentar cambiar la suerte ante el conjunto rojiblanco. No le han ganado desde la llegada de Simeone: 14 años y 27 partidos sin una victoria azulona. "Es un equipo de Champions, hecho para estar arriba, pero al final es un partido", apunta el azulón y ya espera con ansia el duelo de dos entrenadores con mentes privilegiadas.

Derrota o victoria el domingo, Nyom ya ha ganado sólo con volver a calzarse las botas en un vestuario. El jugador getafense está en paz consigo porque sabe que él se ha vaciado y se vacía en el fútbol. Cuenta que la pandemia le "hizo un clic" en su cabeza para "vivir más la vida". "Te das cuenta que la vida es súper corta, que hoy estás y mañana no, entonces hay que disfrutar, ver las cosas positivas, incluso en los momentos malos", apostilla el jugador.

Flash

Iñigo Pérez, un 'loco' para cada detalle en el Rayo: "Cuando termine de triunfar dirán que se veía venir, como con Xabi y Arteta"

Iñigo Pérez, un ‘loco’ para cada detalle en el Rayo: “Cuando termine de triunfar dirán que se veía venir, como con Xabi y Arteta”

Uno de los primeros desafíos que Iñigo Pérez (Pamplona, 1988) debió afrontar en el comienzo de esta temporada fue el césped de la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano. La hierba no reunía los requisitos mínimos para un equipo profesional, así que el técnico tuvo que trasladar los entrenamientos al Estadio de Vallecas. Poco parecían interesar aquellas penurias, porque por entonces toda la atención se centraba en James Rodríguez, el fichaje estrella del verano. Sin embargo, el ínfimo nivel competitivo fue relegando al colombiano, que apenas disputó 205 minutos en siete partidos antes de hacer las maletas. Pérez no iba a ceder ante las pretensiones del ex madridista o el pésimo estado de Raúl de Tomás. Tampoco ante Óscar Trejo, su capitán, que sólo ha formado como titular en cuatro jornadas de Liga. El argentino, idolatrado por la afición franjirroja, sólo es siete meses menor que el técnico navarro, el más joven de Primera (37 años). Un tipo que no necesita alzar la voz para imponer su autoridad y que hoy visita el Bernabéu al frente de un Rayo a un paso de los puestos europeos.

«Allí por donde pasa deja una imagen de integridad, de alguien capaz de reunir a gente que quiera hacer camino junto a él. Cuando acabe de triunfar dirán que esto se veía venir, como ahora sucede con Xabi Alonso o Mikel Arteta», cuentan desde el entorno del pamplonés. Sin embargo, a diferencia de los entrenadores de Leverkusen y Arsenal, Iñigo no pudo cumplir las expectativas que había apuntado sobre la hierba.

Desde 2009 a 2022 disputó 87 partidos en Primera, repartidos entre Athletic y Osasuna. A los 34 años, cumplido su último contrato como rojillo, rechazó una oferta del Málaga. Sus horizontes se habían ensanchado. Ya no quería influir en cada partido con su pie izquierdo, sino a otro nivel, más integral. En El Sadar le ofrecieron un hueco en el cuerpo técnico de Jagoba Arrasate. Tras siete temporadas juntos, tres en el Numancia y cuatro en Osasuna, Iñigo ejercía no sólo como la prolongación de Jagoba sobre el césped, sino como su confidente. Sin embargo, una llamada de Andoni Iraola desde Vallecas iba a cambiarlo todo. Los lazos forjados en Lezama, durante su etapa común con Marcelo Bielsa, pesaron lo suyo.

En constante formación

«En el Athletic tuvo una relación muy especial con Marcelo, que continúa hasta hoy. De hecho, Bielsa ya le dijo que cuando finalizase su carrera como futbolista quería guardarle un hueco en su grupo de trabajo», confirman desde el círculo de Pérez. La obsesión de Iñigo por cada detalle, su estricta ética de trabajo y su formación constante, sólo pueden interpretarse como una prolongación de las enseñanzas de El Loco. Iñigo acude cada día a las ocho de la mañana a las instalaciones del Rayo, donde pasa casi 12 horas con su plantilla y sus ayudantes. Entre ellos destaca Adrián López, viejo camarada de Osasuna. A la manera de Bielsa, sólo entiende el oficio desde el compromiso total y el aprendizaje continuo.

Con apenas 21 años, Iñigo obtuvo la titulación de entrenador a través de Kirolene, un centro del Departamento de Educación del Gobierno Vasco donde se imparten enseñanzas de régimen especial de grado medio y superior. Allí se habían graduado, entre otros, Jagoba Arrasate y Gaizka Garitano. Él obtuvo una de las mejores notas gracias a La biomecánica en el fútbol, un trabajo donde analizaba de forma minuciosa cada golpeo, cada remate con el pie o con la cabeza. Grababa todo con una cámara slow motion y señalaba los errores.

«Desde mi primer día junto a él me di cuenta que era alguien diferente, que entendía realmente el juego y veía detalles invisibles para el resto», explica a este periódico Fran Mérida, compañero en Soria entre 2018 y 2020. «Siempre fue alguien muy maduro, responsable, tranquilo, inteligente, muy curioso en todo. Tenía madera de entrenador», desarrolla el ex del Atlético, que hace unas semanas se acercó a Vallecas para seguir un entrenamiento de su amigo.

DENNIS DOYLEGETTY

Siguiendo el patrón de Bielsa, Iñigo no concede entrevistas para no dar privilegio a unos en favor de otros. Su responsabilidad se circunscribe a las ruedas de prensa. «En las distancias cortas siempre ha mostrado un trato muy humano. Y con los periodistas sólo hay que escucharle: la educación con la que afronta incluso las preguntas más incómodas, el modo en que mantiene la calma...», reflexiona Mérida.

Una de las facetas que más ha preocupado siempre a Iñigo es la de las relaciones con el vestuario. En Bilbao ya se matriculó en Psicología y como primer ayudante de Iraola ejerció de nexo entre Andoni y los futbolistas. «Un entrenador debe convencer del mensaje que quiere mandar y si no tiene empatía o feeling, hay poco que hacer. No hay que irse de cañas con los futbolistas, pero cuando hablas has de tener credibilidad y saber enviar los inputs adecuados», relata a EL MUNDO un miembro del staff del Rayo.

«Iñigo tiene la cabeza muy bien amueblada, no le gustan las polémicas. Es un tío muy sencillo, que no trata de buscar tres pies al gato. Cuando le llega un problema trata de afrontarlo y buscar una solución», añaden desde el club presidido por Raúl Martín Presa. Casado, con tres hijos, su sensibilidad dista mucho de la de un entrenador al uso. No se trata solamente de lo aprendido desde la cuna, en el barrio pamplonés de Chantrea, o durante su bachillerato en el colegio Trueba de Bilbao. Entre lo heterogéneo de sus pasiones, sólo citar la filosofía, la poesía o el medio ambiente.

Soria como «sanatorio»

El amor por la naturaleza y los versos de Antonio Machado se exacerbaron en Soria, una ciudad que en 2014 ejerció como «sanatorio», según sus más allegados. A las orillas del Duero llegó después de una difícil etapa en el RCD Mallorca. Apenas unos meses de cesión que él mismo quiso cortar a causa del estrés. «Aquí encontró tranquilidad y cercanía. Era un chico muy educado, se le veía con las ideas muy claras», rememora César Palacios, director deportivo del Numancia. «Se ganaba a todos hablando desde el ejemplo, con valores como la humildad y el respeto», concreta el ejecutivo de un club perdido hoy en la Segunda Federación.

Aquella simbiosis, en la que el entorno ayudó a la hora de potenciar sus virtudes, se actualiza también hoy. En Vallecas cuentan con sobradas razones para dar por buena la traba burocrática que impidió a Iñigo seguir los pasos de Iraola en el Bournemouth. Porque la Federación Española (RFEF) no quiso convalidar su título de Kirolene para obtener la licencia UEFAPro. Tras un inicio titubeante, el Rayo despegó en diciembre con un 0-1 en Mestalla, enlazando nueve jornadas sin derrota, ofreciendo un fútbol muy vertical y vistoso, con permanentes llegadas hasta la línea de fondo, especialmente desde la banda derecha, gracias a Ivan Ratiu y Jorge de Frutos.

Sin embargo, las dificultades se multiplicarán hoy en el Bernabéu, donde el extremo segoviano no podrá jugar tras su roja frente al Sevilla. Tampoco llegan otros dos pilares como Abdul Mumim, lesionado en la rodilla izquierda, y Randy Nteka, con un desgarro en un abductor. Iñigo pretende extender su racha ante el Madrid, a quien arañó sendos empates en sus dos cruces previos. «Tengo mucha fe en estos chicos. Tienen humildad, no hay egos y los resultados llegan gracias a ellos», concluyó Iñigo tras la última victoria, hace un mes frente al Real Valladolid (1-0).

El doctor Carles Miñarro: su conexión familiar con Dani Olmo y su paso del Palau a Montjuïc

El doctor Carles Miñarro: su conexión familiar con Dani Olmo y su paso del Palau a Montjuïc

Actualizado Sábado, 8 marzo 2025 - 23:15

El doctor Carles Miñarro, mano derecha de todo un histórico como el doctor Ricard Pruna en el primer equipo del Barça, no era para nada un recién llegado. Su trayectoria en la entidad barcelonista se inició en el año 2017 y, este mismo verano, dio el salto al Estadi Olímpíc Lluís Companys de Montjuïc desde el Palau Blaugrana, donde se había hecho cargo de los cuidados de los miembros del equipo profesional de fútbol sala de la entidad barcelonista. Su súbito fallecimiento, horas antes de que se iniciara el partido que debía enfrentar al conjunto que entrena Hansi Flick con Osasuna, fue un golpe durísimo tanto para los futbolistas como para el staff técnico. Nadie, tras conocer la triste noticia, tenia ánimos para saltar al césped.

El médico, de 40 años y padre de dos hijos, era habitualmente el responsable de cuidarlos en los partidos que se jugaban en casa, protagonizó un evento inesperadamente mediático hace poco más de un mes. Después de que Gavi sufriera un traumatismo craneoencefálico tras un aparatoso choque con Tomás Conechny en la disputa del partido entre el Barça y el Alavés en Montjuïc, tuvo que intervenir para que el bravo centrocampista cejara en su empeño de seguir jugando el encuentro.

Él fue quien le pregunto si sabía en qué día estaba y, ante la tremendamente sincera respuesta del jugador -«No tengo ni puta idea», llegó a decirle el centrocampista- no le quedó otra que indicarle al técnico azulgrana, quien le había apuntado que la última palabra iba a ser suya, que lo mejor era sustituirlo. Algo que Flick, tras un abrazo casi paternal al joven jugador de Los Palacios, no dudó en hacer.

La experiencia del doctor Miñarro en la medicina deportiva, además, incluye un paso por el CAR de Sant Cugat, como adjunto de la Unidad Asistencia y Preventiva del Deporte, así como el mando de los servicios médicos en el Sant Andreu, el Terrassa o el Sabadell. En la filas de ambos conjuntos del Vallès Occidental, de hecho, llegó a coincidir con Miquel Olmo, el padre de Dani Olmo, internacional con España y jugador del primer equipo azulgrana desde este mismo verano. Titulado como médico por la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, decidió especializarse en medicina deportiva y realizó después un máster en traumatología en la Universidad de Barcelona.

Además de a Gavi, también tuvo que atender dos lesiones tremendamente graves: la de Marc Bernal, en Vallecas, y la de Marc-André ter Stegen, en el estadio de La Cerámica de Villarreal. «Me faltan las palabras... Envío toda mi fuerza y apoyo a tu familia y amigos. Descansa en paz. Te echaremos mucho de menos y siempre te llevaremos en el corazón, Carles», señaló el meta germano en sus redes sociales. «DEP Doqui, siempre en nuestros corazones. Te echaremos mucho de menos», le secundó por su parte Gavi.