Flick asegura que Bellingham faltó al respeto al árbitro del Osasuna-Real Madrid

Flick asegura que Bellingham faltó al respeto al árbitro del Osasuna-Real Madrid

Actualizado Domingo, 16 febrero 2025 - 14:37

El técnico del Barcelona, Hansi Flick, aseguró este domingo que la expresión que utilizó el centrocampista inglés del Real Madrid Jude Bellingham, que le provocó la expulsión por roja directa, fue una falta de respeto hacia el árbitro.

"Es una falta de respeto, pero yo no tengo que decidir esta situación. A mis jugadores les digo que no pierdan el tiempo o energía en hablar con los árbitros", declaró el preparador alemán en la previa al choque ante el Rayo Vallecano, que se jugará el lunes.

"Hay un jugador en el campo que tiene permiso para discutir con el árbitro, que es el capitán. A mi me gusta mucho el balonmano y deberíamos aprender mucho de ese deporte. No es bueno para el equipo que te saquen una roja y no queremos eso", prosiguió Flick.

Según el acta del Osasuna-Real Madrid (1-1), el árbitro José Munuera Montero asegura que "en el minuto 40 el jugador Bellingham fue expulsado por el siguiente motivo: Por dirigirse a mí, estando a escasos metros, en los siguientes términos: 'Fuck you'". En el canal Movistar+, indican que Bellingham espetó a Munuera: "I'm talking to you with respect, fuck off".

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En cuanto a la clasificación, el Barça se colocaría líder con 51 puntos, los mismos que el Real Madrid, si gana el lunes su choque contra el Rayo, que está en la sexta posición. "Es importante liderar la clasificación, pero lo importante es el final. Ayuda a la confianza, pero primero tenemos que jugar nosotros y ganar", agregó Flick.

"La mentalidad es buena y la calidad que hemos demostrado también ha crecido como equipo. Es importante mostrar confianza, pero nuestro objetivo es ganar títulos", incidió.

El silencio del fútbol en el caso de Mapi León: "Estamos acostumbrados a estos gestos en el fútbol masculino, no hay que sacarlo de contexto"

El silencio del fútbol en el caso de Mapi León: “Estamos acostumbrados a estos gestos en el fútbol masculino, no hay que sacarlo de contexto”

Actualizado Miércoles, 12 febrero 2025 - 20:02

Silencio. Más de tres días después de que Mapi León, jugadora del Barcelona, realizara tocamientos en la entrepierna a Daniela Caracas, futbolista del Espanyol, en el derbi que enfrentó a ambos equipos en la Liga F, la mayoría de voces del fútbol español mantienen su silencio. Al contrario que en polémicas anteriores, apenas ha habido palabras de denuncia, mucho menos de condena. Este miércoles la Federación Española de Fútbol (RFEF), de hecho, negó actuar de oficio ante el exceso de León hacia Caracas que no fue reflejado en el acta arbitral del partido. El Comité de Disciplina de la propia RFEF impuso una multa al Espanyol por el lanzamiento de un refresco desde la grada después de la celebración de uno de los dos goles del Barcelona, pero nada más. Silencio.

Sólo los sindicatos de futbolistas mostraron su repulsa, aunque sin actuar como partes implicadas en el affaire. La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) mostró su "descontento ante cualquier conducta inadecuada, física o verbal, que se produzca en el ámbito del fútbol, pues perjudica al colectivo de futbolistas al que representamos".Y el sindicato de futbolista On declaró su "rotundo rechazo a cualquier comportamiento que vulnere la intimidad de otras jugadoras" y pidió "la puesta en marcha de las actuaciones de investigación para evitar ahora y siempre cualquier comportamiento en ese sentido".

De otros estamentos no hubo noticia, más bien todo lo contrario. La presidenta de la Liga F, Beatriz Álvarez, de hecho, rebajó la importancia de los tocamientos, aunque afirmó que "a nadie le agradan". "Estamos acostumbrados -a gestos así- en el fútbol masculino y, parece que en este caso, en el lance del juego hay gestos que pueden ser antideportivos. Puede haber agresiones, también de otra índole, y hay que verlo con esa perspectiva y no sacarlo de contexto, porque es el contexto de la competición". "Hubo un forcejeo y no quiero restarle importancia, pero es cierto que ha habido más situaciones así y no podemos entrar en cada una de las cosas que pasan, no es nuestra competencia", ahondó en un enfoque parecido al que ofreció la seleccionadora española, Montse Tomé.

En la rueda de prensa en la que presentó la lista de convocadas para los dos partidos de la Liga de Naciones ante Bélgica e Inglaterra, todavía sin León entre ellas -es la única de Las 15 que no ha regresado-, dijo que espera que se llegue "a un entendimiento" y que "todo se aclare". "Mi opinión tampoco es algo que pueda decir nada. Estamos en un contexto con niños y niñas y no voy a valorar este tipo de situaciones. Son temas que ya han pasado", apuntó Tomé, que realizó la rueda de prensa en el colegio Ausiàs March de Paiporta, la zona cero de la dana, rodeada de gran parte del alumnado.

El sindicato Futbolistas ON se suma a las críticas por el tocamiento de Mapi León y pide "actuar para evitar estos comportamientos"

El sindicato Futbolistas ON se suma a las críticas por el tocamiento de Mapi León y pide “actuar para evitar estos comportamientos”

Actualizado Miércoles, 12 febrero 2025 - 08:28

La polémica que ha desatado el supuestos tocamiento en la zona íntima de la jugadora del F.C. Barcelona Mapi León a una compañera del Enpanyol está sacudiendo a todos los estamentos del fútbol femenino. También el sindicato Futbolistas ON ha mostrado su "rotundo rechazo a cualquier comportamiento que vulnere la intimidad de otras jugadoras" y ha pedido "la puesta en marcha de las actuaciones de investigación para evitar ahora y siempre cualquier comportamiento" en ese sentido, informa Efe.

"En relación a la publicación realizada por el F.C Barcelona sobre los hechos ocurridos el transcurso del partido contra el R.C.D. Espanyol y protagonizados por su jugadora María Pilar León, desde el Sindicato FUTBOLISTAS ON, queremos manifestar nuestro rotundo rechazo a cualquier comportamiento que vulnere la intimidad de otras jugadoras", ha señalado en un comunicado.

El sindicato se ha expresado así después de que Mapi León negara haber hecho "tocamiento de zona íntima" a la colombiana Daniela Caracas, jugadora del Espanyol, como denunció este club, en el derbi catalán de la Liga F la última jornada.

Futbolistas ON aseguró que defiende y promueve los valores fundamentales en el deporte, el respeto, la ética y la protección de la privacidad de todos los deportistas y confía "en que se pongan en marcha todos los protocolos de investigación necesarios para esclarecer lo ocurrido para que puedan tomarse las medidas oportunas conforme a los principios de justicia y transparencia".

"Clubes, sindicatos, instituciones y, sobre todo las futbolistas, vienen trabajando desde hace tiempo en el establecimiento de una serie de instrumentos que garanticen la plena protección de sus operadores frente a actitudes violentas y vejatorias. Es por tanto el momento de la puesta en marcha de las actuaciones de investigación para evitar ahora y siempre cualquier comportamiento que afecte a la intimidad de las jugadoras", añadió.

Futbolistas ON reafirmó "su compromiso con la creación de un entorno seguro y respetuoso en el fútbol femenino, basado en la honradez y el respeto de tod@s sus integrantes". "Bases que se han firmado en el nuevo convenio colectivo con Liga F y que será publicado en el BOE en los próximos días", añadió.

La voracidad extrema de Ferran hace jirones al Valencia y lleva al Barça a semifinales

Actualizado Jueves, 6 febrero 2025 - 23:37

Ni proeza ni dignidad. Otro revolcón de una maquinaria engrasada y con colmillo que tritura sin piedad. El Barça es semifinalista de la Copa del Rey volviendo a aplastar sin necesitar más ritmo que el de un entrenamiento a un Valencia hecho añicos y convertido en un espectro. Nadie en Mestalla pensaba que obraría el milagro, pero sí esperaba que su equipo fuera capaz de esquivar una nueva humillación. La voracidad de Ferran, la clarividencia de Pedri, suelto y cómodo, y la pillería de Fermín y Lamine Yamal culminaron otro varapalo histórico. [Narración y estadísticas: 0-5]

Este equipo de Hansi Flick no tiene piedad y el técnico no pensó en recostarse en Mestalla. No se guardó mas que a Lewandowski. Sabe que cuando sus jugadores huelen el miedo son letales y la alineación del Valencia desprendía ese aroma a partido desechado. Con la salvación entre ceja y ceja, la Copa es un lujo que no se puede permitir y la proeza una palabra que aparece en el vocabulario valencianista desde hace demasiado tiempo.

Como un dejavú del guion del 7-1 en Montjuïc, el Barça marcó en el minuto tres. Como la carencias del rival fueron muy evidentes, probó dos veces a poner la pelota entre dos de los tres centrales con los que Corberán, sin fortuna, había querido protegerse. Primero salvó Dimitrievski, después a Lamine no encontró a Ferran y a la tercera fue Balde quien telegrafió la pelota al agujero entre Diakhaby y Yarek, por donde apareció el Tiburón para soltar el primer bocado. El valenciano, desterrados los demonios de otras temporadas, vive momentos dulces apretando al pichichi polaco.

Para alimentar su voracidad tiene como aliado a Pedri. En sus botas amasó el Barça la goleada. Al canario le defendieron con la mirada, con metros para pensar y maniobrar. Un suicidio de Guillamón y Pepelu que no tardaría en pagar. Sadiq intentaba pelear buscando probar qué noche tenía Szczesny y Fran Pérez fue capaz de robarle la pelota en la salida a Cubarsí y tardar tanto en armas un disparo que el propio central se rehizo y lo atajó. No daba síntomas la unidad B valencianista de resurrección pero, por si acaso, Pedri encontró a Raphinha en la frontal y con una media vuelta le dejó de cara a Lamine un disparo que se estrelló en el poste y, escupido, lo rebañó Ferran para lograr el segundo. El ridículo lo cerró Fermín burlándose de Yarek para cazar una asistencia llovida del canario y batir a Dimitrievski.

El partido, a los 23 minutos, ya se estaba haciendo largo para el valencianismo. Respondió Pepelu con un tiro de rabia desde la frontal que fue la primera vez que Szczesny tuvo que parar, pero era imposible frenar el torrente. El omnipresente Pedri se alió de nuevo con Raphinha, que el regaló a Ferran el hat trick. No hay lugar para la piedad en el fútbol.

Pretendía Corberán enmendar la imagen de descomposición que exhibió su equipo en Montjuïc, encapsular aquel marcador en el olvido, y permitir a sus jugadores que se reivindicaran. Nada ocurrió. Al regreso del vestuario Sadiq quiso volver a inquietar, pero cayó en la trampa del fuera de juego una y otra vez, y retrucó el Barça con la aparición de Lamine Yamal. Después del palo en la primera parte ni siquiera le había hecho falta brillar, y era el momento de sumarse a la fiesta, Ferran empezó a repartir, le encontró en la derecha para que hiciera diabluras y, si la primera volvió a escupirla el poste, en la segunda sacó un tiro que se metió Dimitrievski. La mano no la puso firme el macedonio sino los azulgranas en el marcador. Incontestable el juego, cómodo, y más aún el resultado.

Comenzó a proteger el técnico alemán a sus estrellas y puso en el césped a Dani Olmo e Iñigo Martínez lo que se tradujo que en que no llegaron más goles, pero tampoco más inquietud porque ocasiones hubo. El Valencia estaba deseando que pitara Ortiz Arias el final, con Mestalla silbando de manera atronadora el regreso de Rafa Mir al estadio, donde no le quieren, haciendo pagar los platos rotos a jugadores como Guillamón y viendo impasibles el debut de refuerzos que lo parecieron poco. El entretenimiento fue corear cualquier ataque de sus jugadores, una forma de combatir con humor la tremenda desazón que viven cada jornada. El Barça letal armado por Flick ya no es rival para este Valencia de desguace.

El Barça se reengancha a la Liga con un gol solitario de Lewandowski

El Barça se reengancha a la Liga con un gol solitario de Lewandowski

Actualizado Domingo, 2 febrero 2025 - 16:25

El Barça exorcizó los demonios que se había creado en lo que llevamos de campaña al medirse a rivales que viven en la zona más baja de la tabla. Por la mínima, y apretando los dientes en un final de partido en el que el Alavés se decidió por buscarle un poco más las cosquillas, los azulgrana acabaron por lograr un triunfo por 1-0 que se antojaba directamente como obligatorio, precisamente también a raíz del 1-0 encajado por el Real Madrid en su visita a Cornellà-El Prat. El solitario tanto convertido en la segunda parte por Robert Lewandowski, quien hizo gala de su olfato goleador para estrellar contra la red un intento de remate de volea no excesivamente atinado de Lamine Yamal, tras una primera parte densa y poco vistosa, bastó para que el conjunto de Hansi Flick se sitúe ahora a cuatro puntos de la cabeza, en puertas de un derbi madrileño del que, seguro, estarán muy atentos.

La opción de recortar distancias con el Real Madrid tras el tropiezo de los blancos ante el Espanyol, no obstante, marcó tal vez en gran parte a un Barça demasiado precipitado en los primeros 45 minutos del duelo. El Alavés, terriblemente rocoso y buscando una y otra vez el contacto con los jugadores azulgrana, se las arregló para llegar al descanso con 0-0 en el marcador y dejando pocas oportunidades claras para los barcelonistas, en una primera parte condicionada también por el duro choque cabeza con cabeza entre Gavi y Conechny. La caída de ambos jugadores al césped provocó la rápida llamada de Munuera Montero a que entraran las asistencias médicas de ambos conjuntos y dejó un silencio en la grada de esos capaces de encogerle el corazón a cualquiera.

Después de recibir la atención del médico, el de Los Palacios trató de seguir jugando y solo la paternal intervención de Hansi Flick acabó por convencerlo de que lo mejor era dejar el terreno de juego. El futbolista argentino del Alavés, mientras, abandonó el campo en la camilla mecanizada, con un collarín ortopédico y camino del Hospital de Barcelona para pasar más pruebas. Algo que, por precaución, también acabaría haciendo el sevillano. El encontronazo, cómo no, activó el protocolo de LaLiga que permite un cambio más por equipo en caso de conmoción cerebral y Fermín, por parte de los locales, y Conechny, por parte visitante, se encargaron de tomarles respectivamente el relevo.

El dominio azulgrana

Tras la obligada entrada de Fermín para reemplazar a Gavi, Flick movió de nuevo sus piezas tras el descanso para dar entrada a Eric García por Araujo y a Frenkie de Jong por Casadó. Con el cambio de central, logró mejorar la salida del balón desde atrás con respecto a las prestaciones del uruguayo y el holandés, por su parte, supo aportarle algo más de pausa a la elaboración. Con esos cambios y con Pedri llevando la batuta, los azulgrana empezaron a amenazar muy seriamente los dominios del Alavés. Hasta que Lewandowski, tras una asistencia de Lamine Yamal que era más bien un intento de disparo, se encargó de enviar al fondo de la red el que sería a la postre el tanto de la victoria del Barça.

Con el marcador en contra, el Alavés buscó algo más de juego y se olvidó de especular con el cronómetro. No, en cambio, de encadenar acciones bruscas ante las que Munuera Montero hacía una y otra vez la vista gorda y que desesperó a los locales. Sí correría, en cambio, para amonestar a un Raphinha que iba ya camino de su banquillo por las airadas protestas del brasileño. Con el 1-0 en el zurrón y un rival buscando el empate casi a la desesperada, los barcelonistas tuvieron que fajarse en defensa. Para ello, contaron también con un Sczcesny que se va acostumbrando cada vez más a jugar con los pies y dejar sus dominios. La calma tensa ante los ataques babazorros daría paso a un nada disimulado sentimiento de euforia con el final del duelo. Los de Flick habían aprovechado su oportunidad para engancharse de nuevo a la Liga.

La Champions anti-Superliga golea en emociones, pero con desequilibrios por resolver

La Champions anti-Superliga golea en emociones, pero con desequilibrios por resolver

Uno de los argumentos de los promotores de la Superliga es el de poder presenciar partidos entre grandes de Europa desde el principio. La nueva Champions los ha ofrecido casi sin excepción, como demuestran los encuentros entre Liverpool y Madrid, PSG y Atlético, y Barça y Bayern, sólo en lo que se refiere a los colosos de la Liga española. También los ha enfrentado el Girona, que recibió a Liverpool y Arsenal en Montilivi, aunque en su caso muy penalizado por su posición en los bombos. Más nivel desde el arranque, más partidos, más goles, más dinero en el reparto, que ha sido un verdadero maná para el Barcelona, y más emoción en el desenlace, pero también más desgaste para los equipos, en un momento crítico por el número de lesiones, y más desequilibrios en los emparejamientos. La fórmula, que precisa ajustes, es el contrapeso de la UEFA a la amenazante Superliga de Florentino Pérez.

Los goles siempre han sido determinantes para resolver empates en las fases de grupos, pero al tratarse por primera vez de un grupo único, de 36 equipos, su valor aumentaba exponencialmente, incluso en el 'Top 8', los clasificados directamente para octavos, ya que las posiciones determinan emparejamientos futuros. Tres equipos acabaron empatados a 19 puntos; otros tres, a 16; cinco, a 15; cinco a 13, y cuatro, a 11. El número de goles podía, pues, suponer cinco puestos de diferencia en alguno de los casos. Aunque no llegó a afectar al 'Top 8', cerrado con 16 puntos por el Aston Villa, sí dejó fuera al Dínamo de Zagreb, con peor diferencia de goles (siete en contra) que el Brujas, último clasificado para los 'playoffs' de dieciseisavos.

Ello provocó que esta primera fase de la Champions fuera la que registró mejor promedio goleador (3,26 goles por partido) desde que la UEFA cambió el formato de la Copa de Europa en la temporada 1992/93. En la última jornada, con 64 tantos en 18 partidos, lo superó (3,55).

El Barcelona, segundo clasificado, fue el equipo más goleador, con 28 tantos, 11 más que el Liverpool, primero. No es extraño, pues, que Raphinha fuera el futbolista con más intervenciones en acciones de gol y Lewandowski, el máximo goleador, con nueve dianas, las mismas que Guirassy. Sin embargo, el conjunto azulgrana es también el equipo del 'Top 8' que más goles ha encajado (13). La dualidad reproduce la de la Liga, donde también es el máximo goleador (59), pero el más goleado (24) de los cuatro situados en zona Champions.

Palanca para Laporta

Los goles determinan posiciones pero también millones en esta nueva fórmula con la que la UEFA pasó a incrementar en 400 millones de euros la dotación en premios para los clubes. Para el Barça, gran aliado del Madrid en la Superliga, los 54,5 millones son como una nueva 'palanca'. El Madrid se queda en 37,27, que pueden incrementarse en 11 si juega los octavos más sus ganancias por 'ticketing'. Incluso el Girona, pese a su eliminación, supera los 20 millones.

Un balón de oxígeno para Joan Laporta, en cuyo círculo hay quien le sugiere apearse de la Superliga y acercarse a la UEFA con el 'caso Negreira' en el horizonte. Cuando acabe el proceso judicial, para largo tras el cambio del juez instructor, será el momento de pronunciarse para el organismo europeo.

Sin condicionante por países

Real Madrid y Borussia Dortmund, campeón y finalista de la última edición, no entran en el 'Top 8', donde tampoco están Bayern, PSG y Manchester City, en la peor crisis de la era Guardiola. Ni las predicciones de la IA lo habían previsto, pero el fútbol suele derrotar a los algoritmos. Al Madrid le penalizó su derrota en Lille y uno de sus peores partidos de la temporada, ante el Milan en el Bernabéu. Los puntos logrados por los rivales de los equipos españoles muestran desequilibrios que serán inevitables, porque el punto de partida de la configuración no siempre coincide con los estados de forma.

Los condicionantes que evitan duelos entre equipos del mismo país en esta fase también lo complican. Eliminarlos contribuiría a un equilibrio mayor en lo deportivo y acercaría a esta Champions más a la Superliga, por qué no con un clásico ya en el aperitivo.

Un Barça inconformista liderado por Lamine se queda sin la guinda tras empatar con el Atalanta

Actualizado Miércoles, 29 enero 2025 - 23:28

No fue suficiente la irreverencia para deshacer el oficio. El Barça rozó la corona europea en esta primera fase pero el Atalanta evitó que se la ajustara sin que eso supusiera haber logrado el objetivo de colarse entre los ocho mejores. Se sostuvo el equipo de Flick en Lamine Yamal, inconformista como buen adolescente. No especuló, no echó cuentas y se agigantó ante las trampas de del rival buscando sin cesar, como si fuera un juego de escapismo, la manera de noquearles. Fue su irreverencia la que estuvo a punto de sorprender a un pegajoso Atalanta que no halló cómo frenarle. A fuerza de descaro y diabluras, los descosió, con su capitán Raphinha de escudero, pero se encontraron con que los italianos renacieron una y otra vez.[Narración y estadísticas: 2-2]

El Barça hubiera podido ver la superjornada por televisión con palomitas porque, contra todo pronóstico después de aquella primera derrota ante el Mónaco, había cuajado una competición casi perfecta, por momentos arrolladora, que le colocaba en octavos de manera directa librándoles de cualquier agonía. Sin embargo, en un momento álgido de la temporada, afianzarse en el segundo escalón tras un Liverpool que parecía inalcanzable no era suficiente. Hansi Flick mandó ese mensaje con un once en el que no falta nadie. Necesitaba todo el talento para vencer a un Atalanta incómodo que sí se jugaba esquivar una eliminatoria.

Fue tan previsible el equipo de Gasperini como efectivo, porque en la tela de araña que teje a sus rivales caía el Barça. Solo había un jugador capaz de liberarse por su imprevisibilidad. Lamine Yamal fue el quebradero de cabeza de los italianos. En su primera escapada por la banda filtró un balón prometedor a la carrera de Raphinha al que se anticipó De Roon. Primer intento. Respondió el Atalanta haciendo aparecer a Szczesny por primera vez a los diez minutos cuando Zappacosta se escapó por la orilla izquierda para poner el centro perfecto a De Ketelaere que tocó Balde para enviarlo al cuerpo del meta polaco. Se lamentaba Gasperini mientras Flick contenía la respiración por su apuesta, arriesgada, bajo los palos.

Era el partido un toma y daca entre dos equipos dispuestos a dañarse pero sin encontrar cómo. Probó de nuevo Lamine con un disparo de rosca desde la frontal marca de la casa, gemelo de aquel ante Francia, que esta vez rozó el palo. Él agitaba, y aunque Atalanta encontraba disparos como el de Retegui que salvaron los dedos de Szczesny, siguìó tirando de repertorio: un doble recorte a los defensas o un centro a Lewandowski que no cazó.

Se llevaron los azulgrana el susto de un tanto anulado a Zappacosta, pero al regreso del vestuario Lamine encontró el premio. Una jugada que nació en Koundé, que Lewandowski, arrastrando a su par a la medular, descargó en la banda para que Raphinha asistiera al chiquillo, que iba a jugar. Escondió la pelota a Kolasinac y batió a Carnesecchi. El golpe espabiló a los italianos, fuera de los ocho primeros con la derrota.

Respiraron cuando Lamine volvió a inventar un golpeo de exterior que salvó su portero y, sobre todo, con un disparo desde la frontal de Éderson que fue el empate. Lejos de tranquilizarse, el duelo se volvió a romper. En el intercambio de ataques, Araújo cabeceó al segundo palo un córner de Raphinha y Pasalic fusiló la portería culé tras un centro de Zaniolo. Fue entonces cuando Flick tuvo que explicarle a Lamine, enfuruñado, por qué le sacaba del campo. El empate no les servía a Atalanta para librarse de una eliminatoria y tampoco permitía al Barça aprovecharse del tropiezo del Liverpool .

El Real Madrid, contra el Manchester City o el Celtic en el playoff; el Atlético o el Leverkusen le esperarían en octavos

El Real Madrid, contra el Manchester City o el Celtic en el playoff; el Atlético o el Leverkusen le esperarían en octavos

El Madrid se presentó en Guingamp sin saber muy bien qué le podría deparar el futuro. En Guingamp, que no en Brest, porque el estadio oficial de su rival no cumple con los requisitos requeridos por la UEFA. Por tanto, el equipo bretón tuvo que buscar un nuevo hogar continental a 110 kilómetros, en el Estadio de Roudourou, propiedad del Guingamp, de la segunda división gala.

Desde allí, el conjunto blanco descubrió que su rival en el playoff previo a los octavos, que disputarán los equipos posicionados entre el 9º y el 24º, será el Celtic de Glasgow o el Manchester City. Siempre con la vuelta en el Santiago Bernabéu.

En la previa, Ancelotti admitió no estar pendiente de las cuentas, «sólo del partido, porque lo más importante es lo que hacemos nosotros». Pero al terminar el duelo, Rodrygo reconocía que en los últimos minutos estaban preguntado por posibles rivales. «¿Ya se sabe?», preguntaba el brasileño al periodista a pie de campo. «Si es el City será difícil, como siempre», declaró.

Posibles cruces

El cruce se sabrá en el sorteo de este viernes y emparejará a Bayern de o Madrid contra Celtic o City. El que gane esos enfrentamientos esperará al sorteo de octavos, que se celebrará el 21 de febrero, y en el que se podrían cruzar con el Atlético o el Bayer Leverkusen. Así lo dicta el nuevo formato de cruces de la Champions, que cruza a los equipos de dos en dos entre el 9º y el 24º, por orden clasificatorio, y envía directamente a octavos a los ocho primeros, también divididos por parejas y con un lugar reservado para cada dos a la espera de dicho sorteo. El Liverpool y el Barça, primero y segundo, esperan en octavos a los dos vencedores de las eliminatorias entre PSG, Benfica, Mónaco o Brest.

Durante los 90 minutos que duró la octava y definitiva jornada de esta nueva Champions, los posibles cruces cambiaron prácticamente cada minuto. El Madrid se puso enfrente del Mónaco, del Benfica, de la Juventus, del Celtic... Rodrygo decantó el duelo con un doblete, anotando su décimo gol en sus últimas once apariciones, y el Madrid perdió la batalla goleadora contra el Dortmund y el Bayern, que también anotaron tres goles y quedaron por encima de los blancos en la clasificación.

A su lado, Bellingham sentenció la cita en el segundo tiempo. El inglés aprovechó una buena asistencia de Lucas Vázquez y marcó su segundo gol en Champions este curso después del tanto anotado en Bérgamo contra la Atalanta.

En los últimos minutos todos estaban más pendientes del ordenador y de los móviles que del césped, con el cuerpo técnico consultando el resto de resultados y posibles rivales. Un gol del Sporting o del Milan evitaba ese posible Madrid-City, pero no sucedió.

Antes del sorteo

Atalanta, 9º, y Dortmund, 10º, se medirán a Sporting de Lisboa, 23º, o Brujas, 24º. Bayern y Madrid esperan a Celtic o City. Milan y PSV, 13º y 14º, se cruzarán contra el Feyenoord o la Juventus; mientras que el PSG y el Benfica, 15º y 16º, disputarán el playoff ante Mónaco o Brest.

Los ocho primeros aguardan en octavos, con el Atlético y el Bayer Leverkusen pendientes del Bayern, el Madrid, el Celtic y el City. De ahí saldrán sus rivales, veremos si un posible derbi madrileño. Recuerden, ese doble emparejamiento se sorteará el 21 de febrero tras el playoff.

El Barça se reengancha a la Liga arrollando al Valencia con una escandalosa goleada

El Barça se reengancha a la Liga arrollando al Valencia con una escandalosa goleada

Un vendaval contra un muro de paja. El Barça desnudó hasta el ridículo a un Valencia transparente que mostró todas las miserias que le van a condenar al averno. No lo activa ni la adrenalina de quien ve su vida en peligro y fue un despojo a los pies de un equipo ansioso por recuperar el pulso a la pelea por el título de Liga, ahuyentando las nubes que no le dejaban brillar en Montjuïc. [Narración y estadística: 7-1]

En apenas 25 minutos no sólo se metió los tres puntos en el bolsillo con un póker de goles que lograba tan pronto desde hace 17 años, sino que alimentó el ego de futbolistas que Flick quiere sumar. Mostraron colmillo Ferran y Fermín, excelso con goles y asistencias, fue feliz Lamine Yamal con su repertorio de caños y taconazos y Raphinha, una vez más, engrasó su letalidad. Hasta Szczesny sobrevivió a sus groseros errores y Lewandowski hizo números para el Pichichi.

No pudo soñar el Barça un partido más perfecto ante un Valencia que, pese al tímido despertar con Corberán, se disparó a los pies en un abrir y cerrar de ojos. En el primer duelo, Lamine Yamal la he enseñó Gayà que era noche de brujas. Lo retó, le ganó como a Yarek y sirvió un balón a De Jong que se coló en el corazón del área para, sin que nadie le persiguiera, adelantar a su equipo ene l minuto tres. La segunda ráfaga fue un remate de Raphinha a la contra y la tercera un centro lateral de Balde, con toda la banda a su merced, que cazó Ferran para engordar el marcador y lograr su primer gol ante el Valencia que no celebró. Había dejado Flick al goleador polaco en el banquillo y el Tiburón se relamía.

El Barça era dueño absoluto del partido, abusón con la pelota como los de último curso en el patio del colegio y tan letal que los valencianistas temblaban. Se descosían por las costuras sin saber cómo sostenerse en pie. Y llegó el tercero para que enseñar todas las vergüenzas. Lamine de taconazo hizo un caño a Yarek para encontrar a Fermín que, a la media vuelta, lanzó la pelota a Raphinha cuando se colaba entre los dos centrales y los arrastraba antes de armar un disparo y batir a Mamardashvili. Desde noviembre no marcaban más de un gol en Montjuïc y en apenas 15 minutos ya sumaban tres. Lo peor que le pudo pasar al Valencia fue que Flick agitara su once buscando el hambre de jugadores que rescataron la mejor versión del equipo culé para diversión de su afición. Ni ellos ni la grada se conformaron.

Otra diablura entre Fermín y Ferran la atajó Tárrega antes de que apareciera la primera jugada polémica del partido. El Valencia logró estirarse, pisar área y ver cómo Casadó arrollaba de manera expeditiva a Almeida sin que ni para Soto Grado ni para el VAR fuera penalti. Ni tiempo tuvieron los valencianistas de lamentarse porque se vieron con el cuarto gol en contra. Esta vez fue Cubarsí quien buscó la espalda de los centrales por donde apareció Fermín a la carrera. Aún no se ha había jugado ni media hora.

Era imposible que el Valencia alzara esa losa, pero de nuevo apareció el VAR para impedirlo al anular un penalti de Szczesny a Hugo Duro por una falta previa de Gayà a Koundé. El desastre no tenía enmienda y cayó el quinto. Lamine volvió a dejar sólo a Raphinha, que estrelló su remate en el palo pero apareció Fermín para rebañarlo.

Corberán hubiera necesitado una varita mágica para resucitar a su equipo en el vestuario y apenas pudo ordenarlo, lo que no evitó que siguiera recibiendo golpes. Desperdició Ferran el sexto, y encontraron el primero los valencianistas en un centro de Diego López que empujó Hugo Duro. Era como poner una tirita a un hemorragia en la femoral.

Corberán empezó a pensar en activar al recién llegado Aarons, proteger a Gayà o Almeida o dar entrada a futbolistas que necesitan minutos mientras Flick buscó a Lewandowski, infalible cuando tiene ante sí a los blanquinegros. El primer balón que llegó a sus pies acabó en la redes de Mamardashvili. Ante este voraz Barça no había nada que hacer, tan solo intentar que la vergüenza no fuera mayor. Pero ni eso logró, porque Tárrega se marcó el séptimo en propia puerta intentando atajar un remate de Ferran. No recibía el Valencia siete goles en Liga desde 1955.

Nunca hubo partido porque el Barça lo convirtió en un plácido entrenamiento que sirvió hasta para engrasar una defensa que podía estar jugando en el filial. Y nadie se acordó que no estaba Pedri. Para el Valencia, herido de muerte, solo hubo un momento para la esperanza: la vuelta al césped de Diakhaby tras 329 días recuperando su rodilla. Fue el único aplauso que mereció el Valencia.

Así se fabricó la Quinta de Lamine en mitad del caos del Barcelona: las extrañas acciones de Yamal, la mala leche de Cubarsí o la protección de Fermín

Así se fabricó la Quinta de Lamine en mitad del caos del Barcelona: las extrañas acciones de Yamal, la mala leche de Cubarsí o la protección de Fermín

De pie, apoyado sobre la barandilla metálica, Oriol Tort saludaba con un leve movimiento de cabeza desde la distancia a los periodistas que salían de presenciar los entrenamientos del primer equipo del Barcelona. No existía ciudad deportiva alguna y en los campos de tierra que se ubicaban dentro del recinto del Camp Nou solían entrenarse los juveniles del Barcelona. Con su cigarro en la mano, podía confundirse con el guarda del recinto, pero en realidad era el guarda del talento. Discreto pero irónico, le gustaba alejarse del protagonismo y el ruido, aunque dejaba frases con retranca en algún corrillo: «Si hacemos bien nuestro trabajo, uno de estos juveniles podría jugar ahí, en el primer equipo, sin que notarais la diferencia». «Pero tenemos que hacerlo bien...», insistía, con su media sonrisa. El tiempo ha mejorado la sentencia del bueno de Tort, con Lamine Yamal, de 17 años, y Pau Cubarsí, que acaba de cumplir 18, dos juveniles, asentados en el Barça de Hansi Flick y en la selección de Luis de la Fuente. En algo se equivocaba: la diferencia se nota.

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Tort había llegado al Barcelona en 1959, como entrenador de infantiles, antes de que existiera la Masía, y desde 1980 hasta su fallecimiento, en 1999, fue el director de la cantera azulgrana. Cuarenta años en el club, más de la mitad de su vida. Recorría los campos de Cataluña, porque decía que había que ver jugar a los niños en su ambiente, para descubrir potenciales talentos. Guardiola, Sergi, Amor,Iván de la Peña, Pujol o Xavi fueron algunos de los que captó para el club azulgrana, aunque le gustara relativizar su trabajo: «No somos descubridores, sólo ayudamos a los jugadores a descubrirse a sí mismos».

La captación era, pues, el momento clave, mágico, según Tort, en el que había que observar los pequeños detalles que podían hacer a un jugador especial. En Jordi Roura observó un desborde eléctrico, cuando jugaba en su pueblo, Llagostera, en Girona. La Masía fue su destino, donde coincidió y trabó amistad con Guardiola, Tito Vilanova y Aureli Altimira, que acabaron por formar la peña 'Els golafres', los glotones. El desborde le llevó hasta el primer equipo, el incipiente 'Dream Team' de Johan Cruyff, pero una grave lesión durante la Supercopa de Europa contra el Milan, en 1989, acabó con su carrera. Con 25 años estaba retirado y empezaba su andadura como técnico. De segundo de Carles Rexach en Japón, a asistente de Guardiola en el primer equipo azulgrana, segundo de Tito Vilanova y, finalmente, entrenador interino tras la terrible muerte de su amigo. Con la llegada del Tata Martino al banquillo, el club presidido entonces por Josep Maria Bartomeu lo nombró director del fútbol formativo, en 2014. Estaba en el sitio de su descubridor, donde se convertiría en el padre de la nueva generación, la 'Quinta de Lamine'.

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"Qué raro corre este niño"

«Cuando lo fiché tenía siete años. Fuimos a verlo y primero que pensé fue: 'Qué raro corre este niño'. A esa edad, todos corren detrás de la pelota, es difícil ver cosas, hay que captar los detalles. Todos menos Lamine, que se apartaba, no iba al bollo. Era como si quisiera desmarcarse, como un profesional. Hacóa cosas extrañas. Me llamó la atención. Después hizo un control distinto a los demás, y le dije a Aureli: 'Lo fichamos'», explica Roura, en conversación con este periódico. Altimira, uno de sus inseparables desde los tiempos de la Masía y persona de confianza, compartía con Roura y otros técnicos las sesiones de captación.

«Son la piedra angular de este trabajo. Nosotros no buscábamos las condiciones físicas ni nada de eso, sólo el talento, las cosas que pueden hacer a un jugador diferente y que a esa edad ya puedes observar, porque son innatas. Todo los demás, el físico y el trabajo táctico, ya lo pondremos nosotros después», continúa, como si todavía lo viviera, porque «esto es una profesión, un trabajo, pero también es pasión»

Cambios con Laporta

Roura ya no hace ese trabajo, porque el regreso de Joan Laporta provocó un cambio en la estructura técnica. «Estábamos renovados, pero de pronto estábamos fuera. Puedo entender que un nuevo presidente ponga a gente suya, de confianza, pero creo que fallaron las formas, se podría haber hecho de otra manera», recuerda, aunque sin darle más importancia. Con Roura también salieron Altimira y García Pimienta, entrenador del filial, además de Carles Folguera, director de la Masía durante más de 20 años. Un año después, dejó el club el director deportivo Ramon Planes, hombre clave en las llegadas de Pedri y Araujo.

Además de Deco y Bojan Krkic, Laporta nombró director de la cantera a Alexanko, siempre en la sintonía de Cruyff y después de Laporta. Sin embargo, promocionó y protegió a dos figuras esenciales en la estructura de las categorías inferiores, Sergi Milà y Marc Serra. Una forma de hacer política y amiguismo, pero sin perder el método. Entre ambos, suman más de 30 años en el club. Milà es responsable de la metodología del fútbol base y el coordinador de fútbol 11. La responsabilidad le ha apartado de los banquillos, después de dirigir al juvenil A, y en la Ciutat Esportiva hay quien se pregunta si no se ha cortado la carrera de un gran entrenador. Serra, por su parte, es el coordinador de fútbol 7, el fútbol-probeta que todos, Roura el primero, consideran esencial en el éxito de la cantera azulgrana. «Lamine, Cubarsí, Bernal o Gavi proceden del fútbol 7», recuerda. Los tres primeros ganaron la Liga Promises de 2019, en Nueva York, con un 6-1 al Madrid.

«El fútbol 7 es más interactivo, favorece la asociación, se toca más el balón y nos permite empezar a trabajar en el entendimiento del juego. Que los niños pasen de jugar a la pelota a jugar al fútbol. Queremos que se perfilen para recibir, que anticipen en su cabeza el pase que darán antes de que les llegue el balón, que sean mentalmente rápidos. El fútbol moderno es velocidad, pero no sólo de piernas», continúa Roura, que pone en valor el trabajo de Serra. El Barcelona rechazó, cortésmente, el ofrecimiento de este periódico para que tanto Serra como Milá ofrecieran sus impresiones acerca de su trabajo.

Esperando a Toni Fernández

A diferencia de otras épocas, en las que el Barça creaba centrocampistas que parecían clonados, una endogamia que llegó a preocupar a nivel interno, la generación de Roura tiene de todo: portero, defensas, centrocampistas o delanteros. «Pues claro... Es que cuando oigo hablar del ADN Barça me pregunto: ¿Y esto que quiere decir? ¿Qué no podemos contraatacar? ¿Qué no podemos jugar en largo cuando nos presionen arriba? El Barça tiene su identidad, asociada a la técnica y a la posesión, pero para ganar hay que ser vertical. Flick lo ha entendido bien», insiste el técnico. Algunos de los frutos de su trabajo están todavía por llegar, como Toni Fernández, de 16 años, un delantero de poderoso desborde, que comparte las categorías inferiores con su primo Guille. El portero del filial, el estadounidense Diego Kochen.

«Un buen ejemplo es Cubarsí, un central que es vertical y supera líneas con sus pases -continúa Roura-. El puesto es muy difícil en el Barcelona, porque si tienes espacio a tu espalda y has de iniciar el juego, casi nada. Lo fiché con 10 años, del Girona. Era agresivo, con carácter. Su progreso táctico al llegar con nosotros fue impresionante. Tiene cara de niño, pero es duro, con mala leche. A veces le decía: 'Pau, ríete un poco, esto sólo es fútbol'».

"Balde, hay que apretar"

Recorrer los campos era el día a día de Roura, como antes lo fue de Tort. «En la captación has de ser rápido. Ver, decidir y fichar, todo en el momento. Si no, llega otro club y lo hace». Le ocurrió con Marc Casadó. «Estaba en el equipo de la Damm, uno de los que mejor trabaja la formación. Tenía 13 años y me llamó la atención por su colocación, siempre iba a la cobertura. En cambio, no pensaba que llegaría a un nivel físico como el que tiene ahora, brutal». A Alejandro Balde, en cambio, le tuvo que insistir para dar ese salto. «Jugaba en el San Gabriel y lo trajimos muy pequeño para el fútbol 7. Era técnico, hábil, pero un día le llamé y le dije: 'Con jugar bien no vale, hay que apretar'».

«El método es común, pero cada chico necesita sus tiempos y tiene sus circunstancias. Lamine vivía en Mataró, podía seguir en casa, pero como el entorno del barrio podía ser complicado, lo llevamos a la Masía», continúa Roura. Más protección necesitó Fermín, al que decidió fichar al presenciar un torneo de infantiles en Tarragona. «Jugaba en el Betis y, nada más verlo, me di cuenta de que tenía cosas, pero también un problema: era muy pequeño. No obstante, me dije: 'Es igual, lo fichamos'. Pasaba el tiempo y no crecía, no rompía. Las dudas crecían entre los técnicos y hasta su familia, que se planteó si debía volver a casa. Yo les pedí a todos un poco más tiempo, tenía esa intuición. Finalmente, dio el salto que yo esperaba», recuerda Roura, para el que cada jugador necesita sus tiempos. «Es necesario un trato personalizado, es otro de los secretos», aclara.

Mientras ahora intenta traslada todo ese conocimiento a los jóvenes entrenadores a través del proyecto 'Best Version 1', Roura dice estar «orgulloso» por el trabajo realizado. «A partir de ahí -finaliza-, todo depende de que el primer entrenador les de la alternativa. Koeman, Xavi y Flick lo han hecho. En eso el Barça también es diferencial». Diferencial y, en una de las épocas más difíciles de su historia, también una prueba de vida.