El amargo adiós de España al Mundial

El amargo adiós de España al Mundial

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 20:19

Brasil, con un Hugo Bryan Monte demoledor y un Mateus Martins infranqueable cuando más parecían atenazarle las dudas, acabó por propiciar que los Hispanos ni siquiera pudieran decirle adiós al Mundial con victoria. Por mucho que pelearan lo indecible para llegar a un final apretadísimo y que incluso tuvieran una postrera acción de un Ian Barrufet que se jugó el tipo para anotar el empate, el conjunto de Jordi Ribera acabó cayendo por la mínima (25-26) ante un rival que, de hecho, no se jugaba nada en su duelo con los españoles, pues Portugal (46-28 a Chile), había dejado sentenciado el primer puesto del grupo.

España se va de este Mundial con el sabor amargo de a quien la renovación le va a costar. Apenas seis meses después del bronce en los Juegos de París, un equipo que desde 2011 sumaba 12 medallas en grandes campeonatos (destacando dos títulos europeos, uno mundial y dos bronces olímpicos) se ha quedado por segundo año consecutivo (en el Europeo de 2024 cayó en la primera fase) sin pelear siquiera por las medallas. El rejuvenecimiento del grupo (había cinco debutantes en esta cita) llevará un tiempo, y este campeonato no ha hecho más que confirmarlo.

El domingo, en el inicio, Brasil llegó a atesorar una máxima ventaja de cinco goles (4-9) ante una España que no parecía estar del todo cómoda en la pista. Los matices introducidos por Jordi Ribera desde el banquillo a partir de ese momento, no obstante, sumados al buen hacer de Sergey Hernández en la portería, acabaron por permitirles recortar la distancia (9-10), diferencia que, pese a sus intentos, se mantuvo hasta la llegada de un descanso en el que el luminoso mostraba un ajustado 13-14. Un golpe de talento de Petar Cikusa (uno de esos nombres llamados a brillar en un futuro no muy lejano), con un pase mirando al tendido para que Víctor Romero anotara con un suave tiro parabólico, fue lo que les permitió a los españoles marcharse a los vestuarios con sensaciones mucho mejores que las que habían vivido durante gran parte del primer tiempo.

Con un arranque fulgurante del segundo tiempo, España aprovechó un parcial de 3-1 para ponerse por primera vez por delante en el marcador (16-15). La respuesta de Brasil, sobre todo por medio de un Hugo Bryan Monte que tiró una y otra vez de su poderoso lanzamiento lejano, acabó por permitirles devolverles los golpes para ponerse tres goles por delante (17-20).

Los ataques quirúrgicos de la canarinha, perfectamente cimentados también por un Mateus Martins capaz de frustrar una y otra vez los intentos de los Hispanos por recortar las distancias, llevaron a su equipo a una distancia cómoda (18-22) que los de Jordi Ribera, dando un paso adelante en defensa y saliendo con velocidad a la contra, se encargaron de borrar con un parcial de 4-0 para vivir un final de partido apretado. Las buenas paradas del meta brasileño y un ataque rival capaz de encontrar el más mínimo hueco para anotar, no obstante, terminaron por despedir el Mundial con una nueva derrota (25-26), por mucho que trataran de resistirse a ese destino prácticamente hasta los últimos segundos y de que Ian Barrufet, al límite, tuviera una opción para marcar que acabó perdiéndose por la línea de fondo y que le costó a su vez un choque con el portero tan duro como exento de consecuencias.

Sólo Alcaraz puede sentarse en la mesa de Sinner

Sólo Alcaraz puede sentarse en la mesa de Sinner

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 19:30

«Eres demasiado bueno», admitió Alexander Zverev dirigiéndose al ya bicampeón en la ceremonia de entrega de premios tras la final del Abierto de Australia. No fue un mero mensaje de cortesía sino el reconocimiento sincero de aquello que ya había sentido, padecido, según avanzaba un duelo en el que tardó poco en darse cuenta de que estaba ante un Jannik Sinner de nuevo inabordable. Le duró poco la convicción inicial al alemán, que no fue capaz de aprovechar el descenso en el porcentaje de primeros servicios de su adversario desde mediado el segundo set hasta el comienzo del tercero. Tampoco le funcionó su juego más directo en ese segundo parcial, asumido que no obtenía provecho de los largos intercambios. Forzó el desempate, su mayor logro en un partido que Sinner dominó con claridad. Fue mejor en todas las facetas del juego.

Entre las muchas virtudes de Sinner se encuentra la inteligencia táctica. Supo situar a Zverev ante su propia realidad, la que le persigue al constatar el flanco débil en su golpe de derecha, sobre el que hizo sangre el de San Cándido, cerebral, calculador, metódico, constante, frente a la visceralidad y el progresivo desorden de su oponente, mermado en su energía y credibilidad a medida que se topaba con la evidencia. Había un lugar claro donde atacarle y empezó a acumular errores. Camino de los 28 años y ya con tres finales del Grand Slam sobre sus hombros, sigue sin culminar el objetivo.

Sinner le devolvió poco a poco a un pasado no muy lejano, el del jugador vacilante con su saque y desestabilizado emocionalmente. Y lo hizo al retrasar la posición en el resto. Es muy complicado encontrar las cosquillas al ahora mismo indiscutible número 1 del mundo y ganador de los dos últimos títulos grandes. Requiere un ejercicio de precisión y persistencia para el que muy pocos están capacitados.

Si alguien puede estar en disposición de hacerlo es Carlos Alcaraz, que no ha llegado al torneo en las mejores condiciones. Los demás jugadores, salvando de manera puntual a Novak Djokovic, cuyo cuerpo pagó el peaje de su encuentro de cuartos ante el español, no están preparados para las exigencias que impone Sinner ni para sacarle de su zona de confort, para poner en duda una autoridad que resulta incontestable en estos momentos.

'Praja' Dalipagic y Kobe Bryant

‘Praja’ Dalipagic y Kobe Bryant

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 19:19

Ha fallecido 'Praja' Dalipagic, uno de los más prolíficos anotadores europeos de la historia. Dominador del difícil arte de colar la bola por el aro de múltiples formas. Y hacerlo continuamente con una tenacidad y determinación que es lo que realmente dio valor a su fuerza de piernas y envergadura, un alero alto que dominó con Yugoslavia los 70 y, de forma individual, buscando el mejor contrato posible, alargó los 80 encestando y ganando liras italianas. Jugó un puñado de partidos de Copa de Europa con el Real Madrid, su temporada más difícil.

Para saber más

Hace no mucho le preguntaron que si la mayor alegría de su vida deportiva había sido la entrada en el Hall of Fame de Springfield. Dijo que no. Y puso otra cosa por encima de menciones y medallas. «Para mí, lo más importante que logré en mi carrera fue el compañerismo». Refiriéndose a la selección nacional, las semanas recorriendo el mundo y experimentando la vida como era y como nunca podrían haber sabido que podía ser. «Y el tiempo que pasamos juntos es el más hermoso de mi vida».

Admiración por ello a una estrella que tuvo que ser un depredador de puntos para mejor convivencia o supervivencia con gente como Kikanovic y Slavnic (vaya dos pájaros), con el valls en equilibrio de Delibasic, ser recibido por Kresimir Cosic y luego enseñarle lo que era la reprezentacija plavi (la selección) a Drazen Petrovic. Para tanto éxito y tanto ego en aquellos vestuarios me alegra que lo que más disfrutara fuera del camino en compañía. En esta época de solitarias cabezas agachadas reverenciando al teléfono móvil, que nos digan que el sentido de la vida es socializar de verdad, nos debería dar una pista sobre el auténtico sentido de la vida.

Además, se cumplieron cinco años del terrible accidente que mató a Kobe Bryant, a su hija Gianna, al piloto del helicóptero y a otras seis personas que, o eran entrenadores de cantera o compañeras de Gianna o familiares de las mismas. También era domingo aquella tarde española, también era domingo cuando lo de Fernando Martín. Temperamentos especiales en la cancha, personalidades difíciles fuera. Parecía que querían vivir la vida a tope de esencia porque sabían que su tiempo aquí no iba a ser mucho. Jugadores inolvidables, iconos generacionales. Imperfectos, con sus sombras.

Cuando se retiró, Kobe decidió dedicar esfuerzos y tiempo a estar cerca de su hija y su equipo de baloncesto. Entrenándolas, patrocinando, apoyando de verdad. No se quedó en la grada para criticar árbitros, a los técnicos o para usar un mando de la Play Station imaginario para que su hija jugara como él quería que jugara. Gloria por eso para él. Tomen nota.

La selección masculina de rugby a siete gana el bronce en Australia y lidera por primera vez las Series Mundiales

La selección masculina de rugby a siete gana el bronce en Australia y lidera por primera vez las Series Mundiales

"¡A construir, a construir!", reclamaba Pol Pla a sus compañeros en el descanso de los cuartos de final de la Serie Mundial de Rugby Seven que se ha disputado este fin de semana en Australia. España ya batía por 17-0 a Uruguay y en la segunda mitad amplió el marcador hasta el 38-0 definitivo. Se colaba con autoridad en semifinales y certificaba lo que viene construyendo desde hace años: su conversión en uno de los conjuntos más peligrosos de las Series Mundiales, la competición más exigente de la modalidad olímpica.

La temporada pasada la selección masculina de rugby a siete no logró la permanencia entre la élite internacional hasta el último torneo, el que se disputó en Madrid. Al comienzo de esta, desde el entorno del equipo se marcaba como objetivo consolidarse entre los ocho primeros del mundo y, de ese modo, sortear las traicioneras eliminatorias de promoción.

A día de hoy, ese desafío parece quedarse corto. El conjunto que dirige Paco Hernández dio la campanada con la plata en el torneo de Dubai, fue cuarto en Ciudad del Cabo y ha sido tercero este fin de semana en Perth. Ahora mismo, es la única selección que se ha colado en las semifinales de los tres torneos y lidera la clasificación general con 48 puntos, los mismos que Fiyi y Argentina. El rugby español, donde nunca había estado.

El salto adelante del equipo se cimenta en un ataque que sabe conservar muy bien el oval y lo mueve sin descanso hasta romper la línea y secundar al portador con nuevos apoyos. En paralelo, la defensa acosa y acorrala al rival.

En Australia la selección masculina se impuso a Gran Bretaña (12-7) y a Irlanda (21-5) y cayó ante Francia en la fase de grupos (7-21). En cuartos, España ha vencido a Uruguay (38-0), en semifinales ha sido superada por claridad por Argentina (5-40) -inapelable campeona del torneo- y se rehecho para ganar el bronce (14-7), sufriendo hasta la última jugada, a Sudáfrica.

En la base de esta construcción se sitúa la concentración permanente del plantel, que tiene su base habitual en Rincón de la Victoria, Málaga. Allí ha aumentado las horas de preparación conjunta, tanto técnica como táctica, y ha dado otra vuelta de tuerca a la preparación física. Los españoles plantan cara en el cuerpo a cuerpo al resto de los equipos. Imponen su intensidad. Este mismo fin de semana, en cuartos de final, hicieron un ensayo decisivo a Uruguay cuando el tiempo añadido ya marcaba cuatro minutos por encima de los siete del primer tiempo.

Alejandro Laforga, en el partido por el bronce contra Sudáfrica

Alejandro Laforga, en el partido por el bronce contra SudáfricaRichard WainwrightEfe

A las Series Mundiales les quedan otras tres citas en Vancouver, Hong Kong y Singapur. En la séptima y última serie, que se jugará en Los Ángeles, los ocho primeros clasificados hasta entonces lucharán por el título absoluto de la temporada y los cuatro últimos, por la permanencia.

A este último escenario se ve abocada, por el contrario, la selección femenina, duodécima y última de la clasificación general, con sólo 5 puntos, 17 por debajo de la salvación. En Perth, las jugadoras de María Ribera han sido undécimas tras ganar a Irlanda (24-12) el último encuentro. Antes habían caído ante Francia (5-33), Australia (0-43) y China (0-14) en la fase de grupos; y contra Gran Bretaña (5-21) en las eliminatorias. En total, una última plaza y dos penúltimas en tres torneos.

Las Leonas de seven tienen jugadoras que desbordan en ataque y colectivamente han avanzado en la retención del balón, pero les falta contundencia en el choque y en el placaje. Pueden trabajar, y trabajar bien, minutos para anotar y luego conceder un ensayo en la primera carrera del rival.

El grupo, con sede en Madrid, continúa incorporando jugadoras jóvenes para darles experiencia en la alta competición. Al igual que los chicos, la selección femenina se salvó la pasada temporada en la eliminatoria de promoción. En la presente, le está costando mucho despegar. Recuperar buenas sensaciones y empezar a ganar a sus rivales directos parecen ahora mismo los primeros pasos para reconstruirse.

Alejandro del Rey logra la primera victoria del año y rubrica un recital del golf español en el segundo torneo del DP World Tour

Alejandro del Rey logra la primera victoria del año y rubrica un recital del golf español en el segundo torneo del DP World Tour

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 15:55

Alejandro del Rey logró este domingo su primera victoria en el DP World Tour en un auténtico recital del golf español, donde también David Puig e Iván Cantero terminaron entre los cinco mejores. Fue en el Ras Al Khaimah Championship, segundo torneo del año del Circuito Europeo en este comienzo de la temporada en Emiratos Árabes.

El comienzo de año en Dubái, hace ahora siete días, no fue el mejor para la armada española, con únicamente Cantero finalizó entre los 35 mejores. Aunque lo peor fue la debacle de Jon Rahm, que falló su cuarto corte en torneo regular del Circuito Europeo. Pero Del Rey aprendió la lección. Entonces el madrileño tomó impulso para lograr una explosiva victoria, destrozando el campo de Al Hamra GC con una ronda final de 66 golpes, con la que enmarcó su primer triunfo en el DP World Tour con un resultado final de -22 y cuatro golpes de ventaja sobre el inglés Marcus Armitage (-18).

El circuito decidió este año dar una vuelta de tuerca al recorrido, estrechando considerablemente las calles, lo que provocó muchas dificultades para los jugadores desde el tee de salida. La tercera ronda de Del Rey fue clave, ya que sus 66 golpes le permitieron salir como líder destacado en los últimos 18 hoyos. "La verdad es que tuve algunos botes afortunados", confesaba al final del tercer día. En esa jornada los dioses del golf estuvieron claramente de lado del español con bolas muy desviadas que terminaron bien colocadas en la arena del desierto en los hoyos 10, 12 y 18.

Una ventaja sólida

Este domingo salió decidido pese a la responsabilidad de su liderato: birdie en el hoyo uno dejando la bola a un metro y otro birdie en el dos tras golpear el mástil de la bandera y dejando su bola colgando del hoyo. En total, fueron tres birdies en los primeros cinco hoyos, que daban a Del Rey un cómodo colchón. En realidad, lo más cerca que llegó a estar el más atinado de sus rivales, Armitage, fue a tres golpes. Aunque la sentencia llegaría con la racha de tres birdies consecutivos en los hoyos 11, 12 y 13 que ponía al madrileño con seis golpes de ventaja a falta de cinco hoyos.

Embocó un delicado chip desde fuera en el 11, un putt desde 15 metros en el 12 y un delicado putt de cuatro metros en el hoyo 13. El resto del torneo fue administrar sus posibles errores para celebrar el título en su torneo número 70 en el DP World Tour. "Hemos sufrido poco hoy", se escuchaba decir a su caddie Borja mientras caminaban por la calle del hoyo 18.

La ronda del día de 65 golpes fue para otro español, David Puig (-15), que sigue en su empeño de romper las reglas establecidas en este nuevo orden del golf que impera desde hace tres años. El año pasado ya logró clasificarse para los Juegos Olímpicos de París desde el LIV Golf, aprovechando las pocas oportunidades que tuvo en el Circuito Asiático y en los majors. Y ahora encara un nuevo reto: clasificarse para la Ryder Cup. De nuevo, el español está entre los 100 mejores jugadores del mundo, siendo nuestra segunda referencia tras Rahm. Iván Cantero (-12) redondeó la fiesta del golf español con un sólido quinto puesto gracias a una tarjeta final de 68 golpes.

Formando en Estados Unidos

Del Rey suma el título número 209 para el golf español en toda la historia del Circuito Europeo. El jugador formado en Arizona State tuvo una carrera brillante como jugador amateur, sin embargo, no consiguió rubricar sus expectativas en su salto al profesionalismo. Logró una victoria en el Alps Tour, otra en el Challenge Tour y el honor de haber firmado en 2031 una tarjeta de 58 golpes en Suiza, la más baja en la historia del Circuito Europeo, y su resultado de -14 en un solo día, el más bajo logrado en cualquier circuito profesional.

Terminó con par en el 18 y el reconocimiento de todos sus compañeros, que lo bañaron en agua (a falta de champán) en el green del 18 tras embocar el putt que, por fin, le convertía en ganador. "Es increíble y para esto llevo trabajando mucho tiempo", acertaba a decir el español que escalará casi 150 puestos en el ranking mundial, donde actualmente ocupaba el puesto 308.

Pérez, Trump y la invasión de la plutocracia

Pérez, Trump y la invasión de la plutocracia

Hace una semana, dos hombres tomaron posesión presidencial de, en sus distintos ámbitos, un par de primeras potencias mundiales con rango de imperios. Donald Trump y Florentino Pérez gobiernan hoy, cada uno la suya, la Casa Blanca.

Aunque distintos, no les faltan similitudes. Son de la misma generación. Pérez cumplirá 78 años el 8 de marzo. Trump, 79 el 14 de junio. Durante unos meses compartirán los 78. Sus mandatos expirarán en 2029, cuando cuenten más de 80, una edad que proyecta incertidumbres en todos los órdenes de la vida. Para empezar, en el sucesorio.

Vienen de mandatos entrecortados, en dos tandas. Hegemónicos, carecen de rivales que puedan discutirles. A Trump, en el Partido Republicano. A Pérez, en el madridismo sociológico. Aunque claro vencedor, Trump ha vuelto al Despacho Oval con un 50% de popularidad. El mismo que, "grosso modo", recibe Florentino. Sin dejar de sentir los colores locales, la mitad de España es madridista por vocación, juegue quien juegue. La otra mitad, antimadridista por principio, mande quien mande. Trump tiene de su parte doctrinal las dos Cámaras del Congreso (el Senado y la Cámara de Representantes). Florentino, los compromisarios y las Peñas. En toda autoridad sin oposición anida una pulsión autoritaria.

Uno y otro son multimillonarios, sobre todo Donald ("Dolard"). Representan una concepción empresarial de la política y el fútbol. Eso no es nuevo. Una nación no deja de constituir una gran empresa. En cuanto al fútbol, hace tiempo que, en manos de países (los famosos "clubes-Estado"), magnates y oligarcas, supone un negocio tanto o más que una pasión. Que se lo digan al Madrid, que, según las cuentas de 2023-24, se ha convertido en la primera entidad futbolística que supera los 1.000 millones de euros de ingresos (1.045,5). Pertenece a los socios. Pero ya veremos en qué desemboca esa idea accionarial, aún sin definir, que aventura Pérez. Como en la granja de Orwell, algunos socios podrían llegar a ser más iguales que otros.

El Palco del Bernabéu

Trump y Pérez personalizan la completa invasión de la plutocracia en dos escenarios que nunca le han sido ajenos. En el Gabinete de Trump abundan los ricachones. En el adinerado ecosistema de Pérez, el equivalente gubernamental sería la Junta Directiva. Pero es el Palco del Bernabéu. Un escaparate. Un catálogo. Para el orgulloso mantenimiento de sus destinos históricos, Estados Unidos ha buscado en Trump a "un hombre fuerte". El Madrid, en Pérez, a "un hombre inteligente".

Donald, en las colosales dimensiones de todo cuanto contiene y significa su país en el Globo, y Florentino, en la hipérbole de lo que importa el Madrid en el fútbol internacional, practican un populismo triunfalista y complacido. Tosco en uno, elegante en otro. Trump pretende anexionarse Groenlandia. Pérez, tragarse a la UEFA.

Trump ha adoptado como himno propio una canción del 79, su edad en junio: "Y.M.C.A" (Village People). Florentino debería agenciarse una del 73, cuando tenía la edad actual de Mbappé, y dedicada a Kylian: "Eres tú" (Mocedades).

"Toda mi esperanza eres tú, eres tú. Todo mi horizonte eres tú, eres tú. Así, así, eres tú."

El FC Barcelona vuelve a someter al Real Madrid y se alza con la Supercopa de España (5-0)

El FC Barcelona vuelve a someter al Real Madrid y se alza con la Supercopa de España (5-0)

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 14:36

El FC Barcelona ha superado al Real Madrid en la final de las Supercopa de España con un vendaval de goles (5-0) que ya es un clásico de estos encuentros.

Con prácticamente el mismo once del partido de semifinales, a excepción de Shei y Leupolz, que se lesionó en el último encuentro, las merengues salieron con una actitud defensiva y con poco margen de maniobra ante un inicio dominante de las culers, que recuperaban a Aitana Bonmatí para el duelo.

Hasta el minuto 30, el Barcelona se presentaba como una autentica pesadilla para Olga Carmona, capitana del Real Madrid, que poco o nada podía hacer ante el ataque rival. Fue Caroline Graham quien rompió el empate con un tiro cruzado desde fuera del área que tocó en Lakrar.

El tanto abrió la lata para las culers, que, con un doblete de la polaca Pajor, sentenciaron el encuentro antes del descanso.

A la vuelta de vestuarios, el asedio sobre la portería de Misa era total y Patri Guijarro hacía el cuarto en el minuto 62. El tanto anestesió a las de Toril, que ni siquiera lograron romper la racha de dos años y siete partidos sin meter un gol al FC Barcelona.

Alexia Putellas culminó la goleada de cabeza, logrando la quinta Supercopa de España para el club azulgrana y su primer título del año.

Sinner asusta con una victoria despiadada sobre Zverev y se lleva su segundo Open de Australia

Sinner asusta con una victoria despiadada sobre Zverev y se lleva su segundo Open de Australia

Las desgracias aguardan en las esquinas, un mal gesto que acabe en un 'crec', un masaje de un fisioterapeuta despistado, pero Jannik Sinner puede dominar el tenis en la próxima década, especialmente si se juega en una pista rápida. Es preciso hasta rozar el límite humano; es racional hasta rozar el límite humano. Dicho de otra manera, parece un robot. Este domingo su victoria ante Alexander Zverev en la final del Open de Australia por 6-3, 7-6(4) y 6-3 fue la confirmación de una nueva era.

Si el número uno del ranking ATP se enfrenta al número dos y su dominio es tan contundente no hay mucho más análisis. El único contrapunto en la actualidad es Carlos Alcaraz y su creatividad, aunque cada vez es mayor la diferencia entre ambos sobre cemento. En realidad, cada vez es mayor la diferencia de Sinner con el resto del mundo sobre cemento. Sin problemas físicos, el italiano parece imbatible en ese terreno porque es imbatible: lleva 21 victorias consecutivas, todas desde que le ganara el propio Alcaraz en octubre en la final del Masters 1000 de Shanghai.

Un Zverev cabizbajo

Ante él, los rivales saltan a la pista ya abatidos, como le ocurrió a Zverev este domingo. Cabeza baja, mirada perdida; el ánimo por los suelos. Nunca fue el alemán un tipo sonriente, pero su pose no invitaba a pensar que ganaría por fin su primer 'grande'. Su única posibilidad de victoria ya le advertía sufrimiento: tenía que aguantar, aguantar y aguantar. Y no estaba para tanto aguante.

MARTIN KEEPAFP

En el primer set, en cuanto se torcieron las cosas, Zverev ya se desesperó en gestos hacia su equipo, hacia el cielo, hacia sí mismo. Fueron sintomáticas sus subidas a la red sin sentido. Es cierto que Sinner era imperturbable: no cedió una sola bola de break en todo el partido, con su primer saque apenas perdió nueve puntos y únicamente cometió 27 errores no forzados -por 45 del alemán-. Pero Zverev se lo podía haber imaginado antes de empezar. En ese periodo inicial, Sinner, preciso y serio como siempre, necesitó hasta seis oportunidades de rotura para adelantarse, pero en cuanto lo hizo se acabó.

Remontarle era una quimera, pero Zverev tenía que intentarlo y lo intentó. En el segundo set, mucho más concentrado que al principio, el número dos mundial soltó su derecha, empezó a hacer más daño, y amenazó con alargar la disputa. Con 5-4 y 30-0 a su favor tuvo la mejor oportunidad. Pero Sinner no movió ni una ceja, llevó el periodo al tie-break y allí incluso le sonrío la suerte. En el 4-4, una bola suya pegó en la red, quedó suspendida en el aire y cayó del otro lado convirtiéndose en una dejada perfecta. Entonces sí, ya no había mucho más que hacer.

JOEL CARRETTEFE

Antes de empezar el tercer set, Zverev se peleó en el banquillo con su raquetero, golpe va, golpe viene, y ya sólo quedaba esperar a la conclusión. Para el alemán era su tercera final de Grand Slam perdida; seguramente tendrá más oportunidades, quién sabe si las aprovechará. Para el italiano, en cambio, es el inicio de una nueva era en la que puede dominar el tenis.

"No son tan bueno"

"Quiero agradecérselo a mi equipo. Hemos trabajado mucho para volver a estar aquí. Es increíble conseguir estas cosas, pero también compartirlas con vosotros. Gracias a todos por hacer posible este torneo, es mi Grand Slam más especial y espero que siga siendo así", comentó Sinner, discreto incluso en el momento de recoger el trofeo. La euforia, contenida. La celebración tranquila.

Detrás, Zverev seguía machacándose por lo ocurrido durante el encuentro: "Te lo mereces, Jannik. Eres demasiado bueno. Es así de simple. Creo que estoy haciendo un buen trabajo, pero no soy lo suficientemente bueno, simplemente eso. Aprecio mucho todo lo que ha hecho mi equipo después de mi lesión, ser número dos del mundo, volver a dos finales de Grand Slam... No estaría aquí sin vosotros".

El viaje interior de Gayà para retar a Lamine Yamal y rescatar al Valencia de la orfandad

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 08:33

Con más o menos talento y carisma, el lateral zurdo de un equipo es un jugador de complemento... menos en el Valencia. José Luis Gayà es el alma, la esencia de un equipo que se desmorona año a año y que lucha contra un destino que le tiene con un pie en Segunda. Es el clavo al que el valencianismo se agarra, y no sólo porque recuerde a tiempos mejores. En Mestalla se sufre su ausencia por la mala fortuna que le persigue en forma de lesiones en momentos clave y porque, sin el capitán, el equipo se empequeñece dejándose muchos puntos por el camino. En concreto han sido 48 de los 96 en juego desde que empezó el calvario físico del jugador en la temporada 22/23. En porcentaje asusta más: el Valencia ha perdido el 46% de puntos disputados en 32 partidos sin él.

A Gayà le ha perseguido un mal fario que ha aprendido a digerido. "¿Qué puedo hacer? No está en mi mano ni lo puedo cambiar. Sólo puedo trabajar para salir más fuerte", comentó a una persona de su entorno cuando el pasado mes de mayo se confirmó que debía pasar por el quirófano para suturar el recto femoral de su pierna izquierda y afrontar una larga recuperación. Ha sido su viaje interior, de "aprendizaje", de asumir que "las lesiones no se pueden controlar" y de hacerlo sin miedo. "Cada lesión es una lección de todo", confiesa. El fútbol, amable y cruel, Le quitó un Mundial y le dejó a puertas de una Eurocopa en la que podría haber sido campeón. Él mira la otra cara: es capitán del club de su vida, al que llegó con 11 años, representa los valores del valencianismo y va a tirar de un equipo por el que apostó para sumar ya más partidos que el mítico Claramunt.

No le ha tocado una época fácil, pero ni huye ni se arruga. Se sabe líder de un vestuario donde lleva el brazalete y está obligado, a sus 29 años, a ejercer de veterano. "Veo a un equipo convencido e ilusionado por salir de esta situación complicada. El equipo está muy vivo", sentenció. La experiencia de 2023 le dejó huella aunque, lejos de temblar, el lateral prefiere pensar que, en esto sí, hay remedio. "Quiero darle la vuelta. Tenemos la oportunidad de cambiarlo. Hay margen. Tengo ilusión y ganas", dijo en palabras que también hace resonar en el vestuario. Porque no es de alzar de la voz, pero sus gestos en el campo lo dicen todo. Hasta levanta a Mestalla, con quien ha desarrollado una conexión especial. Quizá por la grada sabe que sin él se sufre.

Gayà se ha perdido 32 partidos de Liga en las últimas tres temporadas: seis en la 22/23, 13 en la 23/24 y otros tantos en la actual. El Valencia sólo ha ganado siete, ha empatado nueve y ha perdido 16. Sin su capitán ha sumado 30 puntos de 96, apenas el 29%.

Para Carlos Corberán es imprescindible tenerlo sin contratiempos como el pisotón que sufrió en los primeros minutos antes el Sevilla y le dejó dos puntos de sutura en el empeine. Lo necesita a su mejor nivel en defensa y, sobre todo, como arma de ataque.

La prueba de Lamine Yamal

En Montjüic vivirá su primer reto desde el regreso: Lamine Yamal. Nunca antes se han enfrentado porque la eclosión de la joven estrella ha coincidido con las lesiones del valencianista. Sin embargo, sí se conocen. "Tengo el recuerdo de verlo cuando llegó a la selección con 16 años y aluciné. Dije que iba a marcar una época. Lo tiene todo para triunfar y su progresión no tiene límites", aventuró.

Sin haberse cruzado, Gayá tiene en mente ese duelo. "A Lamine lo tengo bastante visto. Es complicado porque no sabes que es mejor: si ir rápido a presionar, porque tiene habilidad para salir por los dos lados, o si darle espacio, porque te puede generar situaciones complicadas. Hay que hacerlo correr para atrás. Ahí puede estar la clave", advirtió. La receta la pondrá a prueba en este partido, donde puntuar catapultaría el ánimo del equipo, y también dentro de dos semanas en los octavos de final de la Copa del Rey.

¿Qué Barça tendrán enfrente? Puede ser el equipo al que Leganés y Las Palmas colorearon la cara o el arrollador que remontó en Lisboa: "Ese partido de Champions fue un recital. Cómo creyeron. Tiene grandísimos jugadores y han sabido adaptar muy bien lo que les pide el entrenador y ser muy agresivos hacia adelante. Yo y el equipo nos preparamos para enfrentarnos a la mejor versión".

Tecnología vs seguridad, el gran dilema del ciclismo: "A 80 kilómetros por hora siguen pedaleando"

Tecnología vs seguridad, el gran dilema del ciclismo: “A 80 kilómetros por hora siguen pedaleando”

La temporada ciclista en Europa se desperezó con el sol de invierno del Levante, con las primeras victorias pero también con los primeros e inevitables accidentes. Fue un 2024 durísimo en cuanto a caídas - 497 incidentes en las pruebas UCI, masculinas y femeninas-, de los peores que se recuerdan, con la curva maldita de la Itzulia como paradigma de todas las amenazas. Pero también como punto de reflexión. ¿Se ha vuelto el ciclismo peligrosamente rápido?

Para saber más

El debate lo desataron hace unas semanas Chris Froome y Wout Van Aert, dos estrellas que han vivido en sus carnes las graves consecuencias de besar el asfalto. Ambos llegaron a una conclusión parecida: es el momento de poner freno a la tecnología. "Sería tan sencillo como limitar los desarrollos de los cambios", lanzó el cuádruple ganador del Tour, a quien una caída en el Critérium du Dauphiné en 2019 cambió para siempre su carrera. "Si bajando tienes ese límite... Ahora, con los desarrollos tan grandes que llevamos, hay quien aún se plantea ir sobrepasando corredores en las bajadas", corroboró el belga, arruinado su 2024 en A través de Flandes y después en LaVuelta en el descenso de Collada Llomena.

La conversación está en el pelotón, también a la expectativa por las nuevas normas introducidas por la UCI en este 2025. Ya se han visto las primeras tarjetas amarillas, por ejemplo. "Parece interesante. Veremos si nos baja los humos", reflexionaba Urko Berrade antes de la salida de la Clàssica Camp de Morvedre que conquistaría después. El corredor del Kern Pharma, ganador de etapa en la última Vuelta, entona el mea culpa, "la ambición de los corredores, que queremos estar siempre bien posicionados...". "Pero la carretera da para lo que da. Somos humanos, cometemos errores", y exige seguridad: "limitar los desarrollos reduciría la velocidad, que cada vez es más alta y las consecuencias son peores". Un discurso que coincide con el de su director. "Cada vez se llevan platos más grandes. En pendientes que antes no les daba el desarrollo y dejaban de pedalear, ahora siguen. A 80 kilómetros por hora siguen pedaleando e imprimiendo fuerza. Eso crea más velocidad. Y a más velocidad, más peligro", expone Jon Armendariz.

El pinganillo

Hace no tanto, apenas 15 años, lo normal en el pelotón eran grupos de 10 velocidades, con la combinación 53x11 como habitual. Ahora ya no es extraño que avancen con 13 velocidades, con multiplicaciones mucho más potentes, desde el extendido 54, al 56, 58 e incluso 60, ya visto en contrarreloj. En la guerra tecnología vs seguridad, también hay sus dudas. No todos lo tienen claro.

"Los corredores vienen con más talento y pueden mover más desarrollo. ¿A un atleta de 100 metros le dices que vaya más despacio? ¿O a un nadador? No hay ningún deporte en el que se prohíba batir récords", argumenta Jesús Hernández, director del Polti VisitMalta y el escudero más fiel que tuvo Alberto Contador en su carrera profesional. "Los asfaltos son mejores, los corredores más habilidosos, las gomas son mejores... Si todo mejora y evoluciona, es normal que se vaya más deprisa. Las caídas forman parte y es un riesgo que el corredor asume. Dejemos que el ciclismo evolucione", pide. Y si hay que limitar algo, que sea, quizá, el peso de las bicicletas. "El límite ahora está en 6,8 kilos. En una bicicleta va un ser humano encima, va una vida. Si es muy muy ligera, quizá esa fragilidad sea perjudicial para la seguridad", argumenta. "Neumáticos de 30 de ancho, frenos de discos... La tecnología también ayuda a la seguridad. En una bajada, ir a 60 a 65 kilómetros hora, ¿qué puede suponer? La hostia es la misma", aporta Josemi Fernández, director del Caja Rural.

En una línea parecida se mueve Iván García Cortina. "Sin duda se va mucho más rápido. Es evolución, es un deporte de riesgo, es lo que hay. Todo es más aerodinámico, cascos, bici, ropa... Limitar el desarrollo no es la solución, porque limitas a los que tienen más fuerza o potencia. Yo sería más partidario, aunque sea difícil, de mirar el tema aerodinámico, de que el freno sea la bici y el ciclista", expone el del Movistar en EL MUNDO antes de tomar la salida en el Gran Premio de Castellón.

Tarjetas amarillas

No sólo es la 'pausa tecnológica'. Las medias de velocidad suben y suben. Influye la tecnología, pero también la nutrición, la ciencia aplicada a los entrenamientos... Algunas de las medidas de la UCI van en otro sentido. Por ejemplo, la zona de protección se va a poder ampliar de tres a cinco kilómetros, para reducir la tensión en los finales de etapa al sprint. También se va a penalizar a los compañeros del ganador que celebren brazos en alto por detrás. Y se analizan otras soluciones relacionadas con el equipamiento, como el uso de 'airbags' para los ciclistas, la normativa sobre la altura de la llanta y la anchura del manillar...

Hay quien habla también de la precocidad de los ciclistas, de su falta de experiencia al llegar al pelotón. Y luego, en entredicho está el uso de pinganillos. ¿Ayuda o perjudica a la seguridad? "Yo los dejaría. Una bajada en mal estado, un punto estrecho, un camión parado, una caída de una moto, gasolina en el asfalto... Si puedo avisar a mis corredores... ¿Qué deporte a este nivel no tiene comunicación con sus integrantes? Ninguno. Iríamos hacia atrás", dice Jesús Hernández. "Sirve para avisar de giros, de manchas de aceite... Es una herramienta que es indispensable para la seguridad. El tema de las tarjetas sí que me parece una medida buena, que puede hacer que se piensen dos veces las cosas antes de hacerlas", expone Josemi Fernández

El director del Caja Rural - Seguros RGA pone sobre la mesa el último de los elementos, quizá el menos tenido en cuenta. El respeto. "Ahora hay unas jerarquías y unos egos muy marcados en el pelotón. Equipos que no toleran que les ganes la posición. Están dispuestos a cerrarte o hacer lo que haga falta. Comportamientos mafiosos. No vale todo", protesta, poniendo como ejemplo la actitud del AG2R en la pasada Vuelta a España. En una línea similar a lo que aporta el veterano David de la Cruz. "Limitar el desarrollo bajaría las velocidades, podría ayudar. Pero la clave para mí es el correr con cabeza y respeto. Ser conscientes de la peligrosidad de este deporte. Es un trabajo que tenemos que hacer todos. Los corredores y los organizadores al buscar recorridos seguros", concluye el corredor del Q36.5.