Los árbitros ya están en guerra con el Madrid

Los árbitros ya están en guerra con el Madrid

Actualizado Sábado, 15 febrero 2025 - 19:07

Francamente pienso que la estrategia de aquella carta del Real Madrid en contra de los árbitros y los estamentos federativos ha sido un fracaso. Lo único que ha conseguido es que los colegiados ya estén en guerra con el club blanco.

El Comité de Árbitros, tras tantas infamias, se siente más fuerte. Todos los clubes que odian al Madrid se sienten reforzados con el apoyo del resto del fútbol español. A partir de ahora, el Madrid está condenado a cadena perpetua. Y será imposible que gane la la Liga ni la Copa. Que lo vaya olvidando.

Siempre surgirá un penalti inexistente, un fuera de juego, una cadena de penas máximas sin pitar... Lo peor es que los rivales se sienten inmunes y dan estopa hasta en el paladar.

No quiero entrar mucho en la pantomima de Pamplona. Jamás habría ganado el Madrid y me dicen que el enemigo número uno de los árbitros, el prevaricador Clos Gómez, tomó las riendas por lo que pudiera pasar.

Llevó las riendas del VAR, que para eso es el jefe. Cualquier penalti o similar del Madrid jamás sería revisado en manos de estos desaprensivos. Creo que seguro hubo tres penaltis y que el gol inventado por el pisotón del torpe Camavinga -cada vez me gusta menos- fue cuando ya había disparado Budimir.

Pero no fue tan sólo eso. Osasuna se portó como un villano, con faltas que nunca fueron amonestadas. Y jamás castigaría nada a Osasuna. Encima Bellingham picó cuando sabía que el árbitro estaba en contra. Fue indecente la vergüenza de Pamplona.

De risa ver cómo empataban de penalti falso y lo celebraban como si hubieran ganado la Chammpions. Ni jugando en superioridad durante 50 minutos quisieron ganar el partido. Acurrucado como un animal herido, protegido por el arbitraje. Vicente Moreno siempre me ha parecido un entrenador gris, incluso mediocre.

Fue Moreno quien desató una violencia de sus jugadores rayana en el delirio. Desde hace muchos años, Pamplona es un foco de un odio tenebroso al Madrid, con muchos independentistas vascos a la cabeza. Me acuerdo cómo Buyo tenía que soportar hasta chinas de tirachinas para amedentralo.

Luego está la cuestión de Ancelotti, que también ayudó al descalabro. Como siempre, no sacó a nadie salvo el perdido Rodrygo. Modric no podía ni correr y no lo sustituyó, por despecho con Arda Güler.

Ni movió al equipo con una chispa nueva para acabar con un Osasuna a años luz de los blancos. Empeñado en un Tchoauméni que es un peligro en área. Un poste, un estorbo con fallos. Nunca reconocerá al heroico Asencio, porque nunca le gustó. Ese es su olfato actual. Con los años se ha vuelto muy caprichoso.

Acabo con recordarle a la Casa Blanca que desde la desdicha carta, el equipo ha perdido siete puntos, puntualmente con arbitrajes criminales. No se puede eludir una guerra con los árbitros, que encima se sienten amnistiados por el fútbol español.

El Real Madrid, entre el gol y la ira, pone en riesgo el liderato en El Sadar

El Real Madrid, entre el gol y la ira, pone en riesgo el liderato en El Sadar

Un Madrid entre el gol y la ira puede haberse dejado el liderato en El Sadar. El gol lo representa Mbappé, que crece y crece mientras intenta alejarse de lo tóxico. Difícil. La ira la personifican, esta vez, Bellingham y Ancelotti. El inglés, expulsado presuntamente por un insulto o menosprecio a Munuera Montero sin el balón de por medio; el italiano, amonestado, lejos de su temple en la banda, incluso contenido por su hijo Davide. El empate en inferioridad ante Osasuna no puede disociarse de una actuación del equipo arbitral deficiente, con un posible penalti no señalado a Vinicius, el corregido por el VAR en el área contraria, tras una acción de Camavinga, y la expulsión de Bellingham. La Liga se calienta, y no para bien. [Narración y estadísticas (1-1)]

Bellingham lo hace solito. Ya se le ha visto dirigirse airadamente a jugadores o colegiados en otros partidos. Debe corregir esa impronta. La situación de Ancelotti, en cambio, es más sintomática y significativa del estado de nervios en que vive el Madrid en la Liga, no en la Champions, donde no sospecha. Con razón o sin ella por los errores arbitrales, que los hubo en El Sadar, no es algo que le convenga, porque resta energía a quien tiene la mejor. La discusión iguala a los equipos. La calidad los diferencia.

Sin discutir, el Madrid no es que fuera superior, es que abrumó a Osasuna con un arranque autoritario, de tirano, mucho más que de líder. Eso no es fácil en El Sadar, un lugar con electricidad esté como esté Osasuna. La intensidad es la primera característica de su idiosincrasia. Con Modric y Camavinga en el centro del campo, el Madrid se hizo con el mando del partido, amenazante, rápido en el movimiento de la pelota. Vinicius protestó una mano en la primera jugada y falló lo más claro en la siguiente jugada. No se habían alcanzado aún los tres minutos. El Madrid era un ciclón.

Jugada residual

Vinicius fue objeto, poco después, de una entrada de Moncayola en el pico del área. El desplazamiento fue claro, pero ni Munuera Montero señaló penalti ni el VAR recomendó al colegiado que lo revisara. Extraño. Era, al menos, para verlo. La comparación de esa jugada con la que el VAR pidió al árbitro que fuera a ver al monitor por la acción de Camavinga, en una jugada residual, da argumentos al Madrid en sus protestas. La única justificación reglamentaria es que, al ser amonestado con la tarjeta amarilla, haya de señalarse el penalti. De nuevo, una pena máxima por acciones de interpretación. El Madrid la suma a la que recibió en el derbi, por el pisotón de Tchouaméni con el balón pasado, y a la no roja a Romero sobre Mbappé en Cornellà, con la carta del club de por medio.

El gol de Mbappé fue, pues, como un espejismo, en una de las pocas acciones limpias, libres de protestas, que tuvo el partido. Valverde, de nuevo como lateral, cazó un rechace y puso la directa. Pocas conducciones en la Liga son tan imparables. El uruguayo es como un expreso. Corrió, centró y Mbappé llegó a la anticipación al central para colocar el balón justo bajo el larguero. Tremendo el remate del francés, activo, medido en los espacios para evitar el fuera de juego. La progresión, parada y centro que había hecho poco antes para Vini demostraban que está afinado. Lástima que la ira pueda llevárselo por delante.

Courtois, tras la concesión del penalti por el VAR.

Courtois, tras la concesión del penalti por el VAR.AFP

La amarilla a Ancelotti y la expulsión de Bellingham cambiaron el decorado, por la inferioridad y la crispación. Osasuna comenzó a aparecer, con Bryan Zaragoza por la izquierda y las llegadas de Aimar Oroz, que provocó la primera intervención salvadora de Courtois, mano abajo con fuerza, la suficiente para que el balón saliera por encima del larguero. Una parada de valor gol. El regreso del descanso trajo la misma tendencia, apoyado el equipo navarro en su superioridad y con Asencio como anticuerpo. Crece el central de la cantera. A Osasuna le convenían los quilombos en el área madridista. El polémico penalti de Camavinga, VAR mediante, llegó en ese contexto. Courtois había vuelto a evitar el empate, pero en los 11 metros ante Budimir, nada pudo hacer.

La igualada era ya una amenaza para el líder, que empezó el choque con uno y dos puntos sobre Atlético y Barcelona, respectivamente. Una vez consumada, el Madrid debía volver al juego. Ya habría tiempo de protestas. Lo hizo el equipo de Ancelotti, con un Mbappé que apurada sus fuerzas hasta la extenuación y forzaba lo mejor de Herrera bajo palos, y un Vinicius en estado puro, determinado, sin sonrisas irónicas. No las tuvo hasta el final ni las tiene un Madrid encorajinado, entre el gol y la ira.

La Real Sociedad vence sin problemas a Osasuna y alcanza las semifinales de Copa

La Real Sociedad vence sin problemas a Osasuna y alcanza las semifinales de Copa

Actualizado Jueves, 6 febrero 2025 - 22:19

La Real Sociedad venció sin discusión alguna al Osasuna por 2-0 y ya es el tercer equipo semifinalista de la competición del K.O., la favorita de Imanol Alguacil.

Aunque algo tímidos los dos equipos, el conjunto rojillo entró mejor al partido, prueba de ello fueron dos llegadas con peligro, con un Ante Budimir que no llegó a rematar un balón dentro del área en boca de gol y un Aimar Oroz que pudo rematar sin oposición desde la frontal, aunque su lanzamiento fue desviado.

Fue precisamente en ese gran momento de Osasuna que llegó el primero de la Real, con un contraataque fantástico conducido por Take Kubo que habilitó a Oyarzabal para que este, de espaldas, asistiese a un Ander Barrenetxea que, tras un regate, batió a Sergio Herrera.

No contento con ello, los locales se vinieron arriba y en una gran presión, lograron poner nervioso al meta rojillo. Herrera asistió mal a su compañero, robó Oyarzabal y este asistió a Brais Méndez para que el gallego pusiese el 2-0 a placer.

Por si fuera poco, Alejandro Catena decidió autoexpulsarse tras una patada criminal en la nuca de Brais Méndez. Mario Melero López sacó la amarilla en primera instancia, pero, tras una rápida revisión del VAR, expulsó al central de Osasuna. Trató de reaccionar el conjunto de Vicente Moreno antes del entretiempo, y casi lo consigue Aimar Oroz de nuevo desde fuera del área, aunque su lanzamiento se marchó desviado.

La segunda parte fue una de las más plácidas que la Real Sociedad habrá tenido en los últimos años, ya que no hubo acciones destacables en ninguno de las dos áreas y el tiempo corrió sin parar a favor de los txuri-urdin.

Sin tiempo para más, los de Imanol Alguacil vuelven a clasificar a semifinales de Copa del Rey, la tercera vez en seis años y la segunda de manera consecutiva. Sueñan los donostiarras con repetir el título como en la Copa de la pandemia en la que vencieron al Athletic Club.

El ejemplo de constancia de Kike García, el nómada del gol

El ejemplo de constancia de Kike García, el nómada del gol

Actualizado Sábado, 1 febrero 2025 - 21:51

Kike García (Motilla del Palancar, Cuenca, 1989) es la gran amenaza del Alavés. El veterano delantero, a sus 35 años, y Ayoze Pérez son los únicos españoles que figuran ahora mismo entre los 10 primeros en una tabla del Pichichi en la que brillan nombres como los de Robert Lewandowski, Kylian Mbappé o Raphinha.

Frente al Betis, precisamente, hace solo un par de semanas, García logró un hat-trick que le valió el triunfo al equipo babazorro y, en la última jornada, se las arregló también para anotar un tanto que les permitió a los suyos rescatar un punto frente al Celta en Mendizorroza.

Como el de tantos otros, su camino hacia la élite, en la que ha defendido los colores del Eibar y Osasuna además de los del Alavés, es un ejemplo de constancia y superación. Dio sus primeros pasos en el equipo de la localidad manchega que le vio nacer, de ahí pasaría a los juveniles del Quintanar del Rey y al Imperial, desde donde daría finalmente el salto a las filas de un Murcia con el que se estrenaría en Segunda en 2008.

Tras pasar seis temporadas en el equipo pimentonero, con el que jugó durante un año en Tercera, se incorporó en verano de 2014 al Middlesbrough de la mano de un Aitor Karanka que, tras haber asistido previamente a José Mourinho como técnico del Real Madrid, se había estrenado allí como primer técnico en noviembre de 2013.

Pendiente del futuro

Tras jugar dos temporadas en la Premiership inglesa y ser partícipe del retorno del Middlesbrough a la Premier League, llegaría, al fin, su estreno en Primera, con un Eibar cuyos colores defendió durante cinco temporadas y con el que llegó a marcar 12 tantos en una campaña 2020-21 en la que el equipo armero acabó por perder la categoría.

Osasuna, no obstante, le permitió seguir en la élite y, tras dos cursos como rojillo, fichó por un Alavés en el que, tras un primer año un tanto gris, está ofreciendo de nuevo su mejor rendimiento. El equipo vitoriano, no obstante, aún no ha cerrado la ampliación de un contrato que finaliza el próximo 30 de junio y ya hay varios conjuntos frotándose las manos con la idea de contar con sus servicios. Entre ellos, un Getafe con la puntería muy desviada en el área rival.

En otro momento, tal vez, el hecho de haberse erigido a estas alturas como el mejor anotador español de las cinco grandes ligas quizás le habría dado la oportunidad de quitarse una espinita que lleva clavada: estrenarse con la Roja. Su camino como internacional, en este caso, únicamente llegó hasta las convocatorias con la sub'21, si bien no llegó a jugar ningún partido.

Doblete en El Sadar

Con la sub'20, en cambio, conquistó el oro en los Juegos del Mediterráneo de 2009 y llegó a jugar también el Mundial de la categoría que se disputó ese año en Egipto, después de que una lesión de Bojan Krkic le abriera las puertas del torneo. «Para un chaval de Motilla del Palancar, de pueblo, es maravilloso lo que me está pasando», confesaba García el pasado diciembre tras marcarle un doblete a Osasuna en El Sadar, que propiciaron que el Alavés se llevara un punto. Dos tantos que, por respeto a su pasado, no quiso celebrar, pero por los que no dudó en poner en gran valor la labor de sus compañeros.

En su forma de entender el fútbol, el equipo está por encima de todo. Tanto, que incluso es capaz de sobreponerse al dolor tirando de antiinflamatorios si le necesitan. «No me gusta perderme nada», ha dicho. Aprieta los dientes ante la adversidad y tiene buena relación con el gol. Avales para el Alavés esta noche en Montjuïc.

Guerra civil en San Mamés: una minoría radical divide a la grada y echa un pulso al Athletic

Guerra civil en San Mamés: una minoría radical divide a la grada y echa un pulso al Athletic

Apenas siete meses después de que un millón largo de seguidores del Athletic Club abarrotaran las dos márgenes de la Ría para celebrar el título de la Copa del Rey, el virus de la división comenzó a florecer en La Catedral. El grupo más duro de la Herri Harmaila (grada popular, en euskera) lanzó el primer aviso a la directiva de Jon Uriarte el 28 de noviembre y durante 30 minutos del partido contra el Elfsborg sueco dejó de animar. Desde entonces, el chantaje ha ido a más. El millar de seguidores de este colectivo han decidido no volver a animar hasta que la directiva no se comprometa a evitar que la Policía vasca haga su trabajo. El pulso amenaza con enfrentar a la afición cuando Unai Simón e Iñaki Williams levantan la voz para recuperar una «unidad» rota.

Fue el portero internacional -el mejor jugador rojiblanco en el empate de este domingo con el Leganés (0-0)- quien dijo las cosas claras. «Estamos en una buena situación en La Liga y en Europa, que todos hubiéramos deseado al inicio de temporada. Y esta situación que estamos viviendo con la afición es una mierda», denunció tras el agrio empate en San Mamés. La «situación», además, tiene pocos visos de mejora y, como ratificó minutos después Iñaki Williams también en sala de prensa, preocupa mucho en los vestuarios y el palacio de Ibaigane.

El último incidente extiende el chantaje que el grupo Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH) mantiene con la directiva hacia el resto de los 45.000 aficionados rojiblancos, incluso los que se sientan junto a ellos. Simón incidió en otra clave ante los medios: «Es triste que se escuche ese runrún, que a gente que quiere animar no se le deje», constató. Una valiente denuncia del guardameta que el Athletic Club secundó 24 horas después al calificar de «absolutamente inaceptables las presiones» que sufrieron quienes intentaban animar.

Las entradas

La directiva ha publicado que facilita 44 entradas y material destinado a la animación (megáfonos, bombos y banderas) para una grada integrada por unos 4.000 socios. Pero este domingo, y con el balón en juego, uno de los líderes de ICHH se encaró contra otro seguidor del grupo Piratak Athletic que, megáfono en mano, intentaba animar en San Mamés.

El megáfono permaneció mudo y los ICHH se apuntaron otra pírrica victoria en una batalla ya a cara descubierta que arrancó en vísperas del partido de Copa contra Osasuna. Los jóvenes radicales declararon la víspera del partido copero que dejaban de «coordinar y participar» en la animación de los partidos. Un día después, el Athletic fue eliminado por Osasuna (2-3) y la amarga derrota agravó la crisis interna.

Los radicales de ICHH argumentan que la directiva de Uriarte no actúa ante una presunta «represión» de la Ertzaintza en los accesos y en la grada de San Mamés. El presidente rojiblanco no ha cedido al chantaje de una minoría que, jornada tras jornada, aparece retratada en los informes que elabora la Liga de San Mamés.

Amenazas a Uriarte

El primero de esta temporada, contra el Getafe (1-1), retrató a este grupo. Según el informe de La Liga, en los minutos 41 y 72 los situados en sus localidades gritaron «¡Puta Barça, eh, eh!». Cuando concluía el encuentro, (minutos 75, 82 y 87), el insultado fue José Bordalás, técnico del equipo rival. El Athletic recibió la pasada temporada sanciones por un total de 49.000 euros por estos cánticos. Todos los gritos recogidos en los informes de La Liga han sido protagonizados por «un grupo de aficionados locales» que se sitúan debajo de las pancartas «Iñigo Cabacas» y «Herri Harmaila». Cabacas fue el aficionado del Athletic que murió el 9 de abril de 2012 tras recibir un pelotazo de goma de la Ertzaintza tras un partido europeo del Athletic.

Además, un miembro de este grupo radical amenazó a Uriarte el pasado 4 de diciembre. Los de Ernesto Valverde habían logrado una vibrante victoria (2-1) frente al Real Madrid cuando un miembro de ICHH se encaró reiteradamente con el presidente advirtiéndole de las «consecuencias de meterse» con ellos. Uriarte denunció ante la Ertzaintza las amenazas e hizo pública su decisión.

Osasuna elimina al campeón de Copa

Osasuna elimina al campeón de Copa

Actualizado Viernes, 17 enero 2025 - 10:01

Osasuna dio la sorpresa de esta eliminatoria de octavos tumbando, por dos goles a tres, al Athletic Club, vigente campeón de la Copa del Rey, en un trepidante partido en el que el equipo que dirige Ernesto Valverde fue siempre a remolque en el marcador.

El delantero croata Ante Budimir, con dos tantos, uno de penalti, demostró que no es casualidad que se encuentre esta temporada luchando por el Pichichi, mientras que los Williams intentaron devolver la ilusión a San Mamés de tener otra opción de sacar la gabarra, como ya ocurriera tras su victoria ante el Mallorca en la final del torneo de 2024.

Se quedaron sin tiempo los leones ante un conjunto, el osasunista, que venía de una negativa racha en liga con dos derrotas en sus últimos dos partidos, una de ellas, precisamente, ante el conjunto que dirige Ernesto Valverde, que venía de seis victorias consecutivas. Además del torneo doméstico, las opciones bilbaínas para conseguir un título pasan este año por la Europa League, torneo cuya final se disputa en San Mamés.

Por su parte, la Real Sociedad de un inspirado Take Kubo se deshizo sin problemas de un Rayo Vallecano que se quedó con 10 por la expulsión del Pacha Espino en el minuto 77 de partido tras recibir dos tarjetas amarillas (3-1).

Los donostiarras, con goles de su capitán, Mikel Oyarzábal, de Olasagasti y de Sergio Gómez hicieron inútil el tanto de Óscar Trejo de penalti en el descuento del primer tiempo. La Real Sociedad fue campeona de Copa tras imponerse al Athletic en la final aplazada por el Covid y que se disputó en 2021.

El Atlético suma 14 victorias seguidas y se proclama campeón de invierno

El Atlético suma 14 victorias seguidas y se proclama campeón de invierno

Cuesta un mundo sumar 14 en cualquier cosa. Lo que darían muchos por hacerlo en la quiniela. Pero este Atlético lleva esos partidos seguidos ganando. No lo había hecho en toda su historia. Y es Simeone, el entrenador que muchos creían había cumplido un ciclo, el que lo ha conseguido. Suya por cierto es también la marca de 13 victorias, hace más de 12 años. Le valió un solitario tanto de Julián Álvarez para conseguirlo y tambien proclamarse campeón de invierno. La última vez que lo fue terminó también al final de la temporada en lo alto del cajón. Y este Atlético lo quiere, lo busca y lo ansía. [Narración y estadísticas, 1-0]

Entre el pitido inicial y el primer momento que el balón tocó la red de Osasuna, la posesión había sido del 100% rojiblanca, 99,9% si contamos los despejes de los rojillos. La suerte del equipo que dirige Vicente Moreno es que lo que impulsó al interior de su portería fue el brazo de Griezmann y no su cabeza. Lo tenía pegado, sí, pero hizo el francés por moverlo para dirigir el esférico y el VAR le pilló.

Ese susto inicial sirvió para que el equipo visitante recordase que el fútbol se juega con el balón en los pies y no persiguiéndolo, pero esa primera estirada rojilla casi le cuesta el primer gol en una contra si Julián Álvarez hubiera sabido cómo mandar a la red un gran pase de Giuliano. Remató flojo a las manos de Sergio Herrera para desesperación del Cholo, que ya había negado con la cabeza tras el gol anulado al Principito.

Pasado el agobio inicial, el Atlético bajó un poco el ritmo y Osasuna subió algo sus líneas. Sin volverse loco el conjunto de un Vicente Moreno que, con la tablilla, quiso más llegar vivo al segundo tiempo que dominar desde el inicio. De hecho, Ante Budimir, tercer en el Pichichi de esta liga, inició el choque desde el banquillo. Simeone, por contra, ha encontrado una veta de oro y no piensa cambiar hasta que se agote. Hace pequeñas variaciones, como la salida de Molina por Llorente y la obligada de Le Normand por Giménez, pero el resto es inamovible.

El partido se igualó y el Atlético de Madrid comenzó a echar de menos a su Armada Argentina. Julián, el más activo, tuvo tres ocasiones, dos de ellas claras, pero no debe de haber vuelto igual de fino tras su paso por el parón navideño. De Paul, por su parte, estuvo más espeso, a chispazos, no con la regularidad de otros partidos y Molina, fue el que criticó la parroquia antes de la lesión: fallón e inconsciente en defensa, pero algo más incisivo en ataque. Quizás Giuliano, un hombre que no conoce la palabra relax, estuvo más cercano a su nivel habitual de gran o, a veces, exceso de actividad.

Griezmann, tras marcar el tanto que fue anulado.

Griezmann, tras marcar el tanto que fue anulado.THOMAS COEXAFP

Osasuna, de hecho, fue el último rival que se llevó algo positivo del Metropolitano. Fue en el último partido en casa de la temporada pasada, con todo decidido, y le consiguió endosar cuatro tantos a la portería que defendía Oblak. No obstante, si quería intentar una machada parecida, necesitaba pólvora arriba. El equipo echaba de menos a su delantero titular, aunque Raúl García, como su homólogo ya retirado, ponía mucho trabajo a nivel de presión y defensa.

Salió Lino tras el descanso, notaba Simeone un desequilibrio ofensivo entre ambas bandas, y veía que Galán no sufría con Rubén García así que decidió buscar la mordiente que aporta el brasileño arriba. Circunstancial o casualmente, el Atlético comenzó a empujar desde el inicio de la segunda parte. Quería la 14 seguida, quería que su técnico hiciera historia, quería el título de invierno. Giuliano estrelló la primera ocasión rojiblanca en la defensa rojilla. No perdonó Julián en la suya tras una gran dejada de cabeza de Lenglet a centro de Griezmann.

Faltó ambición

El gol espoleó a Vicente Moreno en el banquillo que hizo un triple cambio para asemejar Osasuna a lo que suele ser el resto de duelos. Oroz, Moncayola y Areso, al campo, aunque el Cisne seguía esperando turno. Sacó a Torró, un mariscal en el medio y el mejor rojillo sobre el campo, raro ahí el de Massanassa. Serían los cambios o sería el cansancio tras el parón, pero el Atlético dio un paso atrás muy peligroso para sus intereses y algo menos usual esta temporada.

Pero Osasuna pagó la falta de valentía inicial de su entrenador. Quizás con la actitud de los últimos minutos y un nueve arriba podría haber sacado otro resultado, pero a toro pasado todos somos Manolete. El Atlético y Simeone hacen historia y, también, se apuntan a la liga.

Alejandro Catena, el futbolista universitario: "Nunca jugué en la cantera de un club grande, ni con esa presión, siempre lo hice por divertirme"

Alejandro Catena, el futbolista universitario: “Nunca jugué en la cantera de un club grande, ni con esa presión, siempre lo hice por divertirme”

En casa de los Catena, en Móstoles, había un futbolista al que idolatraba el pequeño Alejandro. Se trataba de su hermana mayor que jugaba al fútbol sala en el colegio. Por imitación, él terminó fascinado por un deporte en el que nunca se imaginó llegar hasta donde ha llegado y, además, "siendo feliz".

Siete años en Primera.
Soy una afortunado, un privilegiado, porque sigo haciendo lo que hacía de pequeño, que es lo que más me gusta y lo que me hace feliz. Por suerte es mi trabajo y ojalá dure todos los años que pueda porque me sigue haciendo feliz.
¿Hay algo que odie?
Creo que el hecho de ser personas públicas. Aunque tiene su lado bueno, que es que puedes hacer feliz a mucha gente, niños, con un simple gesto, una firma o una foto. Pero tiene la otra cara de la moneda, que es que a veces pues no tienes intimidad para ciertas cosas y tampoco la gente que va contigo. Pero va con la profesión, es inevitable y creo que que somos unos privilegiados por poder hacer felices a tanta gente con cosas pequeñas.

Ahora les toca amargar a un club al que no es fácil. Viene el Atlético de Madrid en un estado de euforia tremendo tras 13 victorias consecutivas igualando su mejor racha. Si ganan hoy en el Metropolitano, no sólo harán historia sino que se pondrían líderes de Primera División y se proclamarían campeones de invierno. Lo hacen apoyados en dos nombre propios: Simeone y Griezmann.

¿Quién da miedo del Atlético?
¿Miedo? Ninguno. Respeto, porque todos son jugadorazos en una plantilla buena y muy completa. Es cierto que yo, que soy defensa, pues miromás su parcela ofensiva y creo que Griezmann, y no descubro nada, es un jugador de un nivel increíble. Aparte esta temporada también está rindiendo muy bien. Pero son un equipo muy trabajado tanto en fase ofensiva como defensiva.
¿Y Simeone?
Entrenador top. Cada uno, yo también como jugador, podemos tener unas preferencias, un gusto por un tipo de fútbol u otro, pero dejando eso al margen, no hay duda de su nivel. Estar los años que lleva en la élite y hacer al Atlético de Madrid el equipo que le ha hecho, ganador, que compite todas las temporadas, creo que tiene mucho mérito. Acumular tantos años en la élite como jugador o entrenador pues son cosas que nadie las regala, así que será por su trabajo y por su calidad como técnico.

El Simeone de Osasuna se fue la temporada pasada al Mallorca. Jagoba Arrasate siempre tendrá un hueco en la historia del conjunto rojillo "por lo que consiguió y la huella que dejó". No obstante, Catena es de mirar adelante y aprecia mucho de Vicente Moreno tanto sus cualidades como técnico y también como persona.

¿Qué dice de su míster?
Sabíamos que con el cambio de entrenador y de ciclo iba a ser difícil para quien viniese, pero creo que ha entrado muy bien. Se están consiguiendo buenos resultados y luego la parte personal, el trato que tiene con el vestuario, ninguna queja. Se ve cómo es con todo el mundo y luego está esa parte más humana que salió a la luz con lo que ocurrió en su pueblo con la DANA. Es un gran entrenador, pero también una buena persona.
Vicente Moreno en Massanassa.

Vicente Moreno en Massanassa.Movistar +

Las imágenes de Moreno ayudando en Massanassa removieron al mundo del fútbol y a sus protagonistas. Alejandro, además, es uno de esos futbolistas, con los pies en el suelo desde que salió de su Móstoles natal y fue escalando desde el Navalcarnero, Marbella y Reus hasta llegar al Rayo Vallecano, su segunda casa. Lo suyo, aunque comenzó de delantero, siempre fue el barro y, por si las cosas no salían, estudió Economía en inglés, su plan B y posible futuro cuando su actual profesión le termine dejando. "Hay más cosas después del fútbol".

Su carrera ha sido una sierra.
Sí, con situaciones un poco difíciles sobre todo a nivel económico o de estabilidad de club, como Marbella o Reus, que terminó desapareciendo, a jugar en Primera. Más que altibajos, es vivir todas las partes del fútbol. En Reus lo pasé mal más que por mí, por la gente del club que no tienen el colchón que tenemos los futbolistas. Su sufrimiento me afectó mucho. Y esas cosas me han hecho el futbolista que soy, porque no todo es fácil, ni llegar a la élite, ni asentarte y esa experiencia me ha moldeado como persona.
Es usted licenciado, ¿es algo más común en los jugadores de hoy?
Cada vez hay más gente con inquietudes, que saben que la carrera de futbolista te permite vivir desahogado, pero es muy corta en comparación a otras profesiones. Así, hay que saber, primero, administrar bien tus ingresos y, segundo, formarte o intentar orientar tu futuro profesional.

Es Catena un futbolista académico, que cambió la locura de Madrid por Pamplona, para «salir de su zona de confort» y seguir haciendo una profesión que, desde pequeño, vivió como una diversión y en la que sueña jugar, "de verdad", en Europa (lo hizo en una previa con el Rayo): "Nunca estuve en la cantera de un equipo grande, ni con la responsabilidad o el deber de ganar cosas. Yo siempre he jugado por disfrutar". Palabra de Alejandro Catena.

Las lágrimas por Militao no alteran a Ancelotti: "¿El mercado? Lo hicimos bien el año pasado y lo haremos este"

Las lágrimas por Militao no alteran a Ancelotti: “¿El mercado? Lo hicimos bien el año pasado y lo haremos este”

Ni siquiera había transcurrido media hora desde el pitido final de Melero López, cuando el comunicado oficial confirmaba los peores presagios con Eder Militao. El central sufre una rotura completa del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha -con afectación en ambos meniscos- de la que será intervenido en los próximos días. De este modo, causa baja para lo que resta de temporada. Un nuevo capítulo en la funesta sucesión de lesiones de rodilla en el Real Madrid.

Fue una acción fortuita en el área de Sergio Herrera, cuando Militao intentaba zafarse de la marca de Enzo Boyomo para cabecear un servicio de Vinicius desde la izquierda. Aún no se había alcanzado la media hora de juego cuando los gritos del brasileño estremecieron a todo el Bernabéu. De inmediato, compañeros y rivales comprendieron la gravedad del asunto. Tanto, que apenas unos minutos más tarde, el propio Vinicius no pudo contener las lágrimas ante el gravísimo percance de su amigo.

Mientras los operarios retiraban en camilla a Militao y la afición le tributaba un caluroso aplauso, Carlo Ancelotti empezaba a echar cuentas. Tanto para atrás como hacia el futuro inmediato. El técnico ya tuvo que hacer frente a una siniestra plaga de lesiones en su vestuario, iniciada el 10 de agosto de 2023 con el cruzado de la rodilla izquierda de Thibaut Courtois. Tres días más tarde, el propio Militao sufrió idéntica dolencia en San Mamés para sumarse a una lista en la que el 18 de diciembre entraría David Alaba. El defensa austriaco aún apura su recuperación y su regreso se calcula para el próximo enero. Aún más lejos se prevé la vuelta de Dani Carvajal, que cayó el pasado 6 de octubre en el Bernabéu ante el Villarreal.

«Ahora no pienso ello»

A corto plazo, la ausencia de Militao deja a Carletto con sólo un central sano para las visitas a Butarque y Anfield, donde aún no podría contar con Aurelien Tchouaméni, que debe apurar un mes hasta completar su rehabilitación. El horizonte se oscurece aún más por la dolencia de Lucas Vázquez en su aductor izquierdo. A la espera de 48 horas para el segundo y definitivo examen, los servicios médicos madridistas no cuentan con recuperar al lateral coruñés en menos de tres semanas.

Por tanto, la posibilidad de acudir al mercado en busca de recambios de garantías debería considerarse algo más que una posibilidad. Sin embargo, Ancelotti ni siquiera parece dispuesto de admitir públicamente su deseo para la próxima ventana invernal. «Ahora no pienso ello», desveló durante su rueda de prensa. «Hasta el parón de Navidad tenemos partidos que preparar con los futbolistas disponibles. Hoy ha jugado Fede Valverde de lateral derecho, que me parece bien y Raúl Asencio ha contribuido de forma importante», añadió sobre las soluciones de urgencia adoptadas ante Osasuna.

Los frustrados intentos con Leny Yoro y Riccardo Calafiori, que el pasado verano optaron por Manchester United y Arsenal, parecen haber escarmentado a Carletto. Al menos en sus siempre comedidas apariciones ante la prensa. «Tenemos esto. Como lo hicimos bien el año pasado lo haremos este», zanjó sobre el futuro inmediato. La prioridad, por supuesto, pasa por recuperar a Militao. Sergio Asenjo, que volvió tras cuatro roturas de cruzado, Sergio Canales, tras tres, y Chimy Ávila e Iker Muniain, tras dos, representan los mejores referentes para el zaguero.

Vinicius revienta una tarde de calamidades ante Osasuna

Vinicius revienta una tarde de calamidades ante Osasuna

Después de tantas calamidades, el Madrid encontró un respiro ante Osasuna. Tres goles de Vinicius, tres, para que el Bernabéu le cantase lo que en otros estadios sonará a mofa. "¡Balón de Oro!" A quién le importa si el brasileño lo merece más que Rodri o si lo recibirá alguna vez en su vida. Lo mejor que le puede pasar al Madrid es contar largos años con su 7 en la camiseta. Hoy, en este otoño negro, Vinicius es nave nodriza, mascarón de proa, jugador franquicia. Incluso en un sábado marcado por el infortunio de las lesiones, sólo él hace lo que nunca le sale a Mbappé. [Narración y estadísticas (4-0)]

No había nada de festivo en el ambiente, sino más bien tonos fúnebres en el día de la patrona. Al homenaje a las víctimas por la DANA y al recuerdo de las debacles ante Barça y Milan hubo que sumar las lesiones de Rodrygo, Militao y Lucas Vázquez. Tras notar un desgarro en el muslo derecho, el delantero debió ceder su sitio a Brahim en el minuto 20. Si se le había escapado alguna lágrima, su desdicha pareció una broma tras escuchar los alaridos del central. A la media hora, Militao salía en camilla, con pánico generalizado en torno a su rodilla derecha.

Osasuna, quinto en la Liga con sólo una victoria menos que los blancos, se presumía un rival temible. En la actual dinámica, cualquier equipo con piernas frescas y extremos veloces puede destrozar la pizarra de Ancelotti. Así que a la media hora, con Brahim y Raúl Asencio ya sobre la hierba, la situación se antojaba ideal para los navarros. No habían inquietado a Lunin, pero tampoco sufrían en su área. El Madrid no sabía cómo nutrir a su delantera.

El regreso de Camavinga

Por desgarradora que parezca, la realidad no ha de ser enmascarada. Sin aquellos centrocampistas que marcaron una época en la Champions, los actuales ni siquiera se han ganado aún cierto estatus. Incluso Camavinga, el más capacitado para la posición de mediocentro, que regresaba a la titularidad tras su suplencia ante el Milan. El francés otorga otro ritmo y hoy parece el único capacitado para la exigencia física que requiere el puesto. Sin embargo, ni siquiera bajo su supervisión conseguía el Madrid cimentar un plan medianamente competitivo. Con la vuelta al 4-3-3, Bellingham y Valverde tampoco aportaban nada relevante en la creación.

Con Vicente Moreno cumpliendo su sanción desde uno de los palcos, Dani Pendín alentaba a sus muchachos desde el área técnica. Osasuna había desconectado a Vinicius y Mbappé. Durante la primera media hora, la mejor noticia para ambos fue su cifra de fueras de juego: cero. Entonces, cuando peor pintaba, Vinicius se sacó un as bajo la manga. Una maravilla de velocidad y precisión ante Sergio Herrera. Uno de esos goles por los que suspira Mbappé.

Militao, sobre la hierba, tras su lesión de rodilla.

Militao, sobre la hierba, tras su lesión de rodilla.AFP

La ventaja tuvo un efecto cicatrizante para el equipo y la afición. Cuando Asencio quiso aventurarse en campo rival, con el cuello erguido, hubo algún gesto de asombro. Y cuando colocó un envío de 50 metros para que Bellingham definiera el 2-0, retumbó el aplauso unánime. Rüdiger, Camavinga y Lucas acudieron prestos a abrazar al chico. El ánimo ya ni siquiera a decaer tras el infortunio del capitán. Se había lastimado en el aductor izquierdo, pero el coruñés quiso aguantar hasta el descanso. Ni aun así pudo darse una alegría Bryan Zaragoza, del que tanto se esperaba.

Los intentos de Mbappé

Ancelotti recompuso la línea dando entrada a Modric y con el remiendo de Valverde en el lateral. Ya nada ni nadie iba a importunar a Lunin. Ni una sola parada le exigió Osasuna, así que, cumplida la hora de juego, el ucraniano bajó un córner con autoridad y regaló un balón medido para el 3-0. No había modo, reglamentario o no, de sujetar a Vinicius. Mbappé había querido emularle con una soberbia arrancada ante Areso frenada a duras penas por Catena. Cuando el francés tomó el balón en la frontal para animarse con el libre directo, nadie esperaba un disparo tan enclenque. En la siguiente, tras dejar sentado a Aimar Oroz, volvió a trastabillarse ante Moncayola. Al francés le falta el remate y le sobra el regate.

Mientras el Bernabéu se rompía en aplausos con Camavinga, por el simple hecho de presionar tras una pérdida, Mbappé chutaba contra el lateral de la red. Diríase que Vinicius también suspiraba por hacerle feliz. O incluso los centrales de Osasuna, que regalaron una salida de balón para que Brahim dejase en bandeja el 4-0 al brasileño. En la acción siguiente tampoco supo el astro francés imponerse ante Boyomo. Consciente de su sus carencias, Ancelotti se negó a retirarle. Restaban 20 minutos para Güler, Endrick y el anhelado gol de Mbappé, pero ni por esas.