Alejandro Blanco: “Madrid es, hoy, la ciudad más preparada del mundo para organizar unos Juegos Olímpicos”

A sus 74 años, Alejandro Blanco dice que no le cuesta levantarse cada día para dedicarse al deporte 24-7. Reelegido para un sexto mandato al frente del Comité Olímpico Español (COE), asegura no arrepentirse de nada. Las aplastantes mayorías, una tras otra, le dan la razón.
Pregunta. Confiese su secreto.
Respuesta. Defender la independencia del deporte, lo que me ha ocasionado problemas con responsables políticos, porque siempre he creído que el único partido al que se debe el deporte es España.
Pregunta. También defiende a los presidentes, algunos en situaciones complejas, como Luis Rubiales.
Respuesta. Cierto. Defender públicamente a los presidentes de las federaciones, protegerlos, porque hacen una gran labor, en general, es mi máxima. Luego, en mi despacho, les doy mi punto de vista, pero en privado, lo que me supuso alguna ruptura. Pero hay algo más...
Pregunta. Continúe.
Respuesta. Si algo he hecho bien ha sido bajar el aura del olimpismo a la tierra. Lo que había antes de mi llegada [2005] es todo lo contrario a lo que yo creo. Esa filosofía de estar por encima de todo no sirve. Tienes que bajar al nivel de los deportistas. Si no los recibes aquí, en este despacho, si no vas a los entrenamientos, a las galas de pequeñas federaciones, a las competiciones de categorías inferiores... es que no entiendes nada, no sabes lo que es el deporte.
Pregunta. Pues diga usted qué deporte necesita España para el futuro.
Respuesta. El deporte, hoy, no es únicamente lo que se percibe en la competición. Es salud, es negocio, es igualdad, es integración... y necesitamos unir todo eso en una gestión más eficaz. Unir a deportistas, entrenadores, clubes, pero también a Gobierno, ayuntamientos o comunidades autónomas, porque el deporte es una competencia transferida, no lo olvidemos. En mi opinión, el COE es el único organismo que puede hacerlo por su independencia. Aquí la única bandera es la de España. El Estado tiene la ley y tiene el dinero, pero con la cantidad de competiciones que hay en la actualidad, salvo que seas un país de petrodólares, no hay presupuesto público que lo aguante. Por eso hemos de ir hacia un modelo público-privado, que implique a las empresas, que revise la fiscalidad, entre otras cosas. Nosotros vamos a recoger opiniones y proponer al Gobierno un modelo diseñado con total lealtad.
Pregunta. ¿Ese modelo lo debería gestionar el COE, en su opinión?
Respuesta. En los países más desarrollados deportivamente reposa en los comités olímpicos nacionales.
Pregunta. ¿Se trata del principal objetivo de este mandato?
Respuesta. Es uno de ellos, siempre en paralelo al trabajo que se hace en el COE desde mi llegada, hace ya 20 años, en el que el deportista y sus necesidades son la prioridad. Para mejorarlas vamos a poner en marcha un viejo proyecto, y es la puesta en marcha de la Universidad del Deporte en Madrid, que será una sede más de la UCAM, junto a las de Murcia y Cartagena. Abrir en Madrid nos permite muchas cosas, además de culminar la obra de José Luis Mendoza y su mujer, Lola. Podremos ayudar a los deportistas en formación y en puestos de trabajo. Habrá formación universitaria y profesional.
Pregunta. ¿Qué le faltó a Madrid para tener unos Juegos Olímpicos?
Respuesta. Tuvimos tres grandes candidaturas. La de 2020, que yo presidí, fue la mejor valorada por la comisión del COI. En cambio, perdimos en la votación de forma aplastante. Al año siguiente, nos dieron la razón en cuanto a los criterios que se debían seguir. Madrid es, hoy, la ciudad más preparada del mundo para organizar unos Juegos, pero hay que ver cuáles son los criterios de futuro con Kristy Coventry, al nueva presidenta del COI. Ahora toca esperar.
Pregunta. Tampoco salió adelante la candidatura Barcelona-Pirineos.
Respuesta. Es la razón por la que decidí continuar tras mi tercer mandato. Existía un gran acuerdo entre las comunidades de Cataluña y Aragón, y el COI creía en el proyecto, ya con un sistema nuevo de designación, del que no había podido disfrutar Madrid, pero cuando todo estaba consensuado, la decisión de una persona lo impidió.
Pregunta. No dice usted el nombre de Javier Lambán... Es extraño que se le escapara a usted un consenso. No había otra figura como la suya para arreglar la guerra del fútbol.
Respuesta. El fútbol de España funciona, y ahí están los resultados, campeones de todo en hombres y mujeres. Funcionan los clubes, los técnicos... pero hemos tenido una situación convulsa en la Federación. Yo siempre he defendido a los presidentes, como le dije antes, aunque me provocara disgustos personales. Ahora el organismo necesita tranquilidad para mejorar la imagen del fútbol. Tenemos un Mundial en 2030 y no podemos equivocarnos en guerras y enfrentamientos. Nos jugamos mucho como país.
Pregunta. ¿Se arrepiente de algo?
Respuesta. No. Es difícil mirar atrás y valorar decisiones sabiendo lo que ha pasado después. Eso no funciona.
Pregunta. ¿Ni siquiera de decir que en París se superarían las medallas del 92?
Respuesta. Lo repetiría, porque lo decían los resultados de nuestro ciclo. Cuando ves todas las opciones que se perdieron los últimos días, te dices: «Es imposible». No, es deporte.