El regreso feliz de Rafa Nadal en Barcelona: "¡Cómo estoy sacando!

El regreso feliz de Rafa Nadal en Barcelona: “¡Cómo estoy sacando!

En la pista, prudencia. En el banquillo, prudencia. En las gradas, en los despachos, en las taquillas, prudencia. Incluso en las calles, prudencia. Años atrás la zona alta de Barcelona recibía el abril con carteles de Rafa Nadal en las marquesinas, las vallas y las farolas. Llegaba el torneo Conde de Godó y Nadal no sólo era el favorito, era el dueño. Hasta 12 veces levantó el trofeo, sólo en Roland Garros celebró más éxitos. Pero este año, prudencia, prudencia, prudencia.

Por Pedralbes y Sarrià, allí donde la ciudad luce bonitos jardines, anchas avenidas y pisos enormes, esta vez la imagen Nadal está acompañada por fotos de Stefanos Tsitsipas, Casper Ruud, Andrey Rublev y, por supuesto, por Carlos Alcaraz pese a su baja de última hora. Para toparse con el hoy número 646 del ranking ATP hay que darse un buen paseo por Via Augusta arriba y abajo. Si el próximo domingo Nadal vuelve a proclamarse campeón en Barcelona quizá sea extraño su escasa presencia por la ciudad, pero el pasado miércoles, en su primer entrenamiento, pocos hubieran apostado que jugaría siquiera.

Aquel día Nadal dejó sensaciones contrapuestas en la pista que lleva su nombre. Entre obreros taladrando y martillando, montando los palcos VIP para el torneo, Nadal apareció más delgado que nunca, exhibió su derecha de siempre ante el sparring David Jordà -298 del mundo- y disfrutó del tenis, pero reclamó intimidad al público y a la prensa cuando le tocaba practicar su saque. Como mucho dejó que se vieran unos ejercicios de volea.

Enric FontcubertaEFE

Si el entorno de Nadal siempre fue hermético, estos días lo fue más. No hubo pistas sobre su estado más allá de las molestias abdominales reconocidas o de las palabras de su tío y ex entrenador, Toni Nadal, en un acto en Segovia: «Tiene molestias a la hora de sacar, con lo demás ningún problema». De hecho, de aquella primera sesión en Barcelona, Nadal salió lanzando un mensaje de cautela en Instagram que todavía planteaba más dudas sobre su participación en el Godó. «Importante decir que no quiero confirmar que jugaré, ojalá que sí», escribió el ganador de 22 Grand Slam en la red social.

La mejoría de Nadal

Pero en los días posteriores la percepción general cambió. El jueves se ejercitó con todo un Top 20 del ranking ATP, el argentino Sebastián Báez, y ya dejó ver su saque. El viernes siguió trabajando junto a Alejandro Davidovich y anteayer, el sábado, venció por 6-1 a Andrey Rublev, seis del mundo, en un set de práctica. El resultado fue anecdótico porque el ruso está hundido en una crisis anímica considerable desde su descalificación del ATP 500 de Dubai y apenas se esforzó. Pero el servicio de Nadal desató la euforia. Incluso hubo un ace que levantó una ovación entre el público presente en las pistas de entrenamiento del Real Club de Tenis de Barcelona, la mayoría adolescentes.

El periodista de RTVE Ignasi Rosell, con una posición cercana al banquillo, desvelaba que el propio tenista había reconocido su entusiasmo a sus entrenadores, Carlos Moyà, Marc López y Gustavo Marcaccio. «¡Cómo estoy sacando!», le habría dicho en consonancia con lo que se veía sobre la pista. Luego se marchó a comer con su mujer Mery y su hijo, Rafael, presentes en Barcelona y por la tarde fue la mano inocente del sorteo.

Rivales jóvenes, rivales complicados

Ofreció suerte para el resto, no para él. Más allá de pensar en quien se encontraría en las semifinales o en la final, sus rivales en las primeras rondas son jóvenes con motivación y dotes en la tierra batida. El primero, el italiano Flavio Cobolli, con quien se encontrará este martes (no antes de las 16.00 horas, Teledeporte), fue campeón de dobles en el Roland Garros junior de 2020 y el año pasado se metió en el cuadro final del Grand Slam parisino para enfrentarse a Carlos Alcaraz. El segundo, el hispano-uruguayo-australiano Alex de Miñaur, está a las puertas del Top 10 de la ATP y viene de ganar su segundo ATP 500 en Acapulco.

Y el tercero, posiblemente Arthur Fils, la mayor promesa del tenis francés, de sólo 19 años, está creciendo sobre arcilla de la mano de Sergi Bruguera, su entrenador desde el invierno. Los tres pueden ser adversarios ideales para adquirir ritmo de competición. Los tres pueden ser adversarios peligrosos por su talento y motivación.

En todo caso, como Nadal ha subrayado en todos los actos en los que ha participado, irá partido a partido. Si regresan los dolores en el abdomen no forzará para evitar un parón más largo. Su objetivo era, es y será competir en Roland Garros a partir del 20 de mayo, es decir, en poco más de un mes, y entre medias no hay nada fijo. Como en cualquier momento el español podría retirarse del Godó, en cualquier momento podría darse de baja del Mutua Madrid Open y del Masters 1000 de Roma.

Con Alcaraz entre interrogantes y el tenis español en crisis -en el Godó sólo juegan ocho locales y cuatro, Martín Landaluce, Dani Rincón, Roberto Bautista y Albert Ramos, han sido invitados por la organización-, en la Caja Mágica confían en que Nadal se mantenga sano esta semana para verle jugar la siguiente. Pero no hay nada seguro. Prudencia, prudencia, prudencia.

España padece y padece para clasificarse para los Juegos Olímpicos

España padece y padece para clasificarse para los Juegos Olímpicos

Para alcanzar la Villa Olímpica hay que cruzar un abismo. Algunos deportistas saltan de golpe, ¡alehop!, y ya están en los Juegos, pero la mayoría sufren horrores sólo para clasificarse. El billete olímpico a veces es más complicado que una medalla. Hay muchísimo que perder -la presencia en la élite, dinero en becas, la máxima atención mediática- y poquito que ganar. Por eso los torneos preolímpicos son tan desagradables. Nervios, sudores, agobios y, al final, si hay suerte, una celebración efímera. La España de balonmano lo descubrió este viernes de mala manera: el trámite ante Argentina se convirtió en una pesadilla de la que sólo pudo despertar en el último minuto.

La selección ganó (23-26), logró matemáticamente el pase para los Juegos de París y disfrutó de la fiesta posterior en Torrevieja, pero antes tuvo que padecer y padecer.

Con tanto juego las piernas temblaron, también es lógico. Si en el partido anterior ante República Checa todo salió bien, un paseo sin baches, esta vez casi todo salió mal, sobre todo de inicio. Ante Argentina, una selección que en toda su historia sólo disputó los Juegos de Río 2016 y gracias a la clasificación directa de Brasil, España estuvo demasiados minutos por detrás, más de media hora.

En toda la primera parte nunca llegó a dominar el marcador y alcanzó el descanso con empate (14-14) de chiripa. Luego en la segunda parte mejoró, pero caminó sobre el alambre, con ventajas mínimas y sin alivio.

Durante un buen rato, Elke Karsten, líder de Argentina, una jugadora de rotación en el Bera Bera, amenazó con convertirse en un personaje negro en la historia del balonmano en España. Sus ocho goles y sus asistencias colapsaron la defensa de la selección que en ataque acumulaba demasiadas pérdidas -ocho en la primera parte y seis en la segunda-.

Sólo el liderazgo de la primera línea formada por Paula Arcos, Jennifer Gutiérrez y Shandy Barbosa y el regreso a la portería de Merche Castellanos llevaron a la selección a los Juegos. Este domingo habrá partido ante la potente Países Bajos, pero ya sin nada en juego, con ambas selecciones ya clasificadas. España ya ha cruzado el abismo para alcanzar la Villa Olímpica.

El cerco a Rocha se estrecha: el TAD ultima la apertura de un expediente que podría terminar con la inhabilitación en las próximas horas

El cerco a Rocha se estrecha: el TAD ultima la apertura de un expediente que podría terminar con la inhabilitación en las próximas horas

Actualizado Viernes, 12 abril 2024 - 16:06

El próximo lunes Pedro Rocha tenía que ser proclamado presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) después de ser el único candidato en conseguir los avales suficientes, pero dos procesos judiciales podrían impedírselo en las próximas horas. Uno, ya conocido, es el paso de testigo a investigado en el caso Rubiales, que se ha producido esta misma mañana en el Juzgado de Majadahonda.

El otro, según informa el opositor Miguel Galán a este periódico, es que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) le ha abierto expediente sancionador por no haber convocado elecciones durante los seis meses en los que dirigió la Comisión Gestora de la RFEF y por haber asumido funciones que no le correspondían. Siempre según su versión, el máximo órgano judicial deportivo aceptó este viernes la denuncia del propio Galán y dejó a Rocha a un paso de la inhabilitación.

Según pudo saber EL MUNDO, si se confirma esta decisión del TAD, el siguiente paso podría ser que el Consejo Superior de Deportes (CSD) se reuniese en las próximas horas para decidir si le suspende provisionalmente. Después, el propio ente del Gobierno podría intervenir la RFEF con el beneplácito de la FIFA para organizar un nuevo proceso electoral. En este sentido, fuentes del CSD han confirmado que ya han contactado con el organismo que preside Gianni Infantino porque el Gobierno "considera que esta situación agrava la crisis en la Federación".

La juez imputa a Pedro Rocha, único candidato a presidir la RFEF, y suspende su declaración como testigoEL MUNDO (Vídeo)

El presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, ha sido quien ha contactado con FIFA, iniciando unas conversaciones que continuarán en las próximas horas. "El Gobierno garantizará el buen desarrollo de los compromisos internacionales que el fútbol español tiene por delante", dicen desde el organismo, lo que traducido quiere decir que el Gobierno se ha implicado directamente en salvaguardar la candidatura de España para el Mundial 2030.

Investigado en el 'caso Rubiales'

Pero además Rocha se enfrenta a nueva situación como parte del 'caso Rubiales'. Este viernes también el Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda acordó cambiar la condición de testigo a la de investigado al dirigente y suspender su declaración.

Rocha fue citado por la mañana por la juez en el marco del caso Rubiales para que aclarara el grado de conocimiento de las operaciones que se están investigando, entre otras, el amaño de contratos a favor de la constructora Gruconsa, que, según la Guardia Civil, habría estado pagando comisiones a su antecesor en la presidencia de la RFEF, Luis Rubiales.

Pero el juzgado consideró que Rocha debía tener conocimiento de los hechos por los que estaba siendo interrogado y decidió variar su condición de testigo a la de investigado.

España se luce ante República Checa y tiene un pie en los Juegos de París

España se luce ante República Checa y tiene un pie en los Juegos de París

Actualizado Jueves, 11 abril 2024 - 20:08

Sabe la España de balonmano qué es alcanzar la cima, aunque viene de la sima. Hace nada, entre 2019 y 2021, jugó las semifinales de dos Mundiales consecutivos y se proyectó entre las mejores, pero luego cayó en el desánimo. Retiradas, graves lesiones, malos torneos y el abismo; estuvo a un paso de quedarse fuera de los Juegos de París 2024. Al final se metió en el Preolímpico de rebote. Y ahora, por lo visto este jueves ante la República Checa (21-31) en Torrevieja, está decidida a ascender de nuevo.

En su primer partido en el torneo que otorga el billete olímpico, la selección ofreció una exhibición, su mejor actuación en años, y este mismo viernes puede asegurar el pase. Si vence a Argentina (21.00 horas, Teledeporte), el rival más débil, lo tendrá hecho. Un éxito innegable.

Ante la República Checa, España volvió a ofrecer la versión de hace unos años: estrategia, lucha y creatividad. Detrás, donde se ganan los partidos, el seleccionador, Ambrós Martín, planteó una defensa 6:0 rapidísima que apenas dejó lanzar a las cañoneras checas. Ni Markéta Jerabkova ni Kamila Kordovska aparecieron y el juego rival se colgó del brazo de Charlotte Cholevova, la única inspirada. Fue importante el acierto de Merche Castellanos en la portería, pero más el escudo que formaban sus compañeras.

Y delante, la selección fue otra vez la selección. Después de un Europeo y un Mundial para olvidar, con escasísimos recursos ofensivos, España disfrutó otra vez del liderazgo de Shandy Barbosa, ausente en esas citas, y del arte de otras jugadoras como Mireya González -MVP con siete goles- y Alicia Fernández. Ambas treintañeras y ambas machacadas por las lesiones, su presencia ofrece al equipo de Martín una capacidad de generar goles que resulta esencial.

Gracias a la inercia que ellas generaron las jóvenes del equipo pudieron jugar tranquilas y todas acabaron aportando lo suyo, nadie falló. De hecho, excepto la pivote Kaba Gassama, todas las jugadoras de campo españolas marcaron y tuvieron minutos. Ante Argentina será el momento de asegurar el objetivo. Esperar al partido del domingo ante Países Bajos sería un error. Por lo visto este jueves, España vuelve a las alturas.

Lysa Tchaptchet y el libro de jugadas de balonmano de su abuelo en Yaundé

Lysa Tchaptchet y el libro de jugadas de balonmano de su abuelo en Yaundé

En un viaje para visitar a su familia en Yaundé, la capital de Camerún, Lysa Tchaptchet descubrió que hay cosas que se llevan en la sangre. Para entonces ya estaba más que asentada en Villava, muy cerca de Pamplona, y había empezado a disfrutar del balonmano en el Beti Onak, el equipo del pueblo. Sus padres nunca pisaron el 40x20 y pensaba que su pasión había surgido de la nada, como tantas. Pero en un cajón de la casa de sus abuelos en Camerún se enteró de la tradición que le empujaba.

"Fue casualidad. Encontré un libro de mi abuelo, lo abrí y vi que tenía dibujadas un montón de jugadas de balonmano. Resultó que había jugado muchos años de su vida antes de ponerse a trabajar. No fue internacional, pero estuvo en el equipo de la capital. Por desgracia cuando me enteré ya había fallecido", explica Tchaptchet sobre ese hallazgo iniciático.

¿Diría que tuvo que ver esa tradición en sus inicios en el balonmano?
¿Quién sabe? Puedo decir que lo llevaba en la sangre. Mi abuelo era muy alto y esa parte, la genética, es importante. En realidad, yo empecé a los siete años porque mi madre me dijo que tenía que hacer deporte. En Villava sólo podía escoger entre ciclismo [es el pueblo de Miguel Indurain] o balonmano y no me veía sobre la bici. Al principio el balonmano no me gustó. En benjamines jugaba en un equipo mixto y los chicos eran muy brutos, pero cuando pasé a alevines, a un equipo puramente femenino, empecé a disfrutar.

Hoy Tchaptchet, a sus 22 años y con sus 1,85 metros, es una de las mejores pivotes del mundo, referente del Vipers Kristiansand noruego que ha ganado las dos últimas Champions y líder de España. En pleno relevo generacional, con la selección ha vivido dos decepciones en el último Mundial y el último Europeo, pero esta semana intentará desquitarse en el Preolímpico de Torrevieja ante Países Bajos, República Checa y Argentina. Son cuatro equipos, van dos a los Juegos Olímpicos de París: una misión complicada.

"Estuve en el pasado Preolímpico y aunque era una niña ya viví la tensión, los nervios. Es un torneo muy complicado. Esta vez además llego de otra manera, mi rol ha cambiado mucho en la selección", comenta Tchaptchet, el nombre sobre el que se sustenta el futuro.

Rosa Gonzalez

De aquellas guerreras que se colgaron el bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con aquel apodo como estandarte ya no queda nadie y ahora hay varias internacionales nacidas este siglo. Junto a Tchaptchet, Paula Arcos, compañera suya en Noruega, Danila So Delgadoo Ester Somoza, de sólo 19 años. En el grupo podría estar la hermana pequeña de Tchaptchet, Lyndie, lateral de 18 años que ya ha debutado con la absoluta, pero tendrá que esperar. "Es muy joven, pero ya juega muy rápido, a su edad yo no tenía su habilidad. En su posición hya mucha competencia en España, no lo tiene fácil. Ojalá podamos jugar juntas muchos años, mi madre se volvería loca", apunta la pivote.

¿Fue el balonmano un medio de integración a España?
Diría que no, la verdad. Yo llegué a España a los cuatro o cinco años y cuando empecé en el balonmano ya estaba integrada. No tengo muchos recuerdos, pero siempre me explican que en un curso ya dominaba el castellano, que no me costó. Todo lo que recuerdo de esos años es muy grato.

El padre de Tchaptchet es un físico que cuando ella nació ya llevaba un tiempo trabajando temporadas en Europa y que con el tiempo decidió instalarse con la familia en España, concretamente en Navarra. Difícilmente sabría que su hija Lysa duraría poco en Villava. En cuanto destacó con el Beti Onak, a los 17 años, la fichó el Elche y en sólo dos temporadas ya daba el salto a Europa.

Ahora, después de triunfar en Noruega, se ha comprometido con el Odense danés para llevarlo lejos. "La liga danesa es muy atractiva y Odense es un proyecto muy interesante. No sé qué me deparará el futuro, dónde seguirá jugando, pero mi casa está en Villava. Es mi lugar seguro, mi hogar. Yo me siento muy villavesa, soy muy villavesa", finaliza Tchaptchet que del próximo jueves al domingo buscará un billete para los Juegos de París.

¿Qué le ocurre a Novak Djokovic? "Ha perdido la esencia de su juego"

¿Qué le ocurre a Novak Djokovic? “Ha perdido la esencia de su juego”

Ningún título celebrado esta temporada, ninguna final disputada, tres derrotas en sólo 11 partidos y fuera del Top 10 en la 'Race to Turín', el ranking que mide lo que va de año ¿Qué le ocurre a Novak Djokovic?, se pregunta el tenis. Alrededor de la crisis del vencedor de 24 Grand Slam pivotan mil análisis y otras tantas teorías, algunas conspiranoides, como merece su historial, pero ninguna descifra su bajón repentino.

A las puertas de la gira de tierra batida, que empieza este domingo con el Masters 1000 de Montecarlo y seguirá con el Trofeo Conde de Godó, el Mutua Madrid Open y el Masters 10000 de Roma hasta Roland Garros, Djokovic es la mayor incógnita a resolver. A falta de saber cómo se encontrará Rafa Nadal, el serbio no será máximo favorito en París por el empuje de Jannik Sinner y Carlos Alcaraz y eso es extraño. ¿Qué le ocurre a Novak Djokovic?

"Ha perdido la esencia de su juego, se ha enfocado en otras áreas y su equipo no le ha reconducido", resume en conversación con EL MUNDO Craig O'Shannessy, entrenador táctico que hoy trabaja para el ATP y que entre 2017 y 2019 formó parte del staff de Djokovic. Con él en su palco, el serbio acortó los intercambios y practicó el tenis más agresivo de su carrera. En los últimos encuentros, en cambio, ha hecho todo lo contrario: en casi el 30% de sus peloteos más recientes han superado los siete golpes o más, unos máximos que no alcanzaba desde 2017, la peor temporada de su vida. El trance pudo originarse por unos problemas físicos al empezar el año -una lesión de muñeca en la United Cup, una gripe durante el Open de Australia...-, pero ya se antoja grave.

JOHN G. MABANGLOEFE

"Debe volver a ser el jugador que fue. Novak es otro jugador cuando espera, si se mantiene pasivo. Se habla mucho de otras armas suyas, como el resto, pero su derecha es única", analiza O'Shannessy, que no quiere especular más allá de la pista.

¿Por qué ha dado ese paso atrás en su tenis?
El tenis es un deporte circular, de rachas buenas y malas, es imposible jugar a tu mejor nivel durante 20 años, todos los meses. Novak debe analizar sus partidos, estudiar las estadísicas y volver al patrón de juego que le ofreció mejores resultados. Cuando un tenista sale del camino, la confianza se resiente y todo tiembla.

Hace referencia O'Shannessy a los cambios realizados por el todavía número uno del ranking mundial para volver a dominar el circuito. En las últimas semanas ha despedido a su manager, Edoardo Artaldi, a su jefa de prensa, Elena Cappelaro, y hace pocos días a su entrenador desde 2019, Goran Ivanisevic. Según se ha especulado, Djokovic podría renunciar a Wimbledon para centrarse en la consecución del oro olímpico en los Juegos de París, una decisión que Ivanisevic no compartía en absoluto.

En los próximos meses varios técnicos podrían empezar a ayudarle, como Nenad Zimonjic, compañero suyo en la Serbia que ganó la Copa Davis 2010, o Judy Murray, la madre de Andy Murray, pero ya anunciado que de momento se dirigirá a sí mismo. A los 36 años y con el mejor palmarés de la historia del tenis, cualquier mejora está en sus propias manos.

"Como un chaval de 18 años"

"Trabajar con Novak fue como trabajar con un chaval de 18 años. Siempre quiere mejorar. Tiene el hambre de un novato, disfruta de la competición. Estoy seguro de que encontrará la manera de volver a su nivel y la gira de tierra batida es el mejor escenario para ello", comenta O'Shannessy, presente en Montecarlo para el próximo torneo.

¿El declive de Djokovic puede ser definitivo?
No lo creo, no. Ahora mismo Novak tiene la gran suerte de que existen Sinner y Alcaraz. Ellos le desafian, le presentan un reto, le hacen levantarse de la cama con ganas de entrenar. De hecho es muy posible que Novak pierda el número uno en algún momento y estoy seguro que recuperarlo será una motivación para él. Es distinto, pero en ese último tramo de su carrera son lo que fueron Nadal o Federer en sus inicios. Necesita estudiarles, entenderles y reajustar su tenis para ganarles.

Sinner y Alcaraz, de hecho, se presentan en Montecarlo como los más claros aspirantes por delante de otros como Daniil Medvedev o los finalistas del año pasado, Andrey Rublev y Holger Rune. El primero viene de celebrar en el Masters 1000 de Miami y el segundo, de hacer lo propio en Indian Wells. Alcaraz prácticamente debutará en Mónaco porque el año pasado renunció por unas molestias en la mano izquierda y en 2022, edición de su debut, cayó en su primer partido ante Sebastian Korda.

"Sinner me recuerda a André Agassi. Es sólido desde el fondo, le pega fuerte, aleja la pelota de su rival. Alcaraz me parece más completo. Le veo cosas de Djokovic, de Nadal, de Federer. Su habilidad para hacer algo distinto en cada punto me parece impresionante. Ahora que ha recuperado la confianza creo que hará una gira de arcilla realmente buena", finaliza O'Shannessy, que augura unos meses entretenidos en el circuito ATP. Una nueva generación en plena explosión y un Djokovic obligado a responder.

Jugar con desventaja por ser negro: "Deben trabajar más para que no les afecte"

Jugar con desventaja por ser negro: “Deben trabajar más para que no les afecte”

Después de la pandemia tres investigadores de la italiana Universidad de Trento, Mauro Caselli, Paolo Falco y Gianpiero Mattera, entendieron que era un momento único para responder a una pregunta imposible: ¿Cómo afecta el racismo al rendimiento de los futbolistas negros? Por primera vez podían comparar partidos de una misma temporada con público y sin público y adivinar si jugaban mejor en estadios llenos o vacíos. Agruparon todas las estadísticas de la temporada 2019-2020 de la Serie A presentes en la base de Opta, añadieron datos propios -la dificultad de los partidos, por ejemplo- y gracias al algoritmo Alvin482 crearon un índice objetivo para analizar sus actuaciones. La conclusión fue clarísima: sin aficionados mirando, aplaudiendo o insultado, los jugadores italianos mantenían su nivel, los de origen europeo jugaban ligeramente peor (0.036 puntos menos), los sudamericanos mejoraban tímidamente (0.012 puntos más) y los jugadores procedentes de África realmente brillaban (0.153 puntos más).

«El descubrimiento es chocante porque hemos analizado las actuaciones de futbolistas que son los mejores en su profesión y que cuentan con un alto reconocimiento social y económico. Pese a ello, es evidente que el racismo disminuye su rendimiento», finalizaba su trabajo titulado Cuando los estadios callaron publicado en 2021.

El racismo en los estadios españoles es un problema social, un problema cultural e incluso un problema económico, pero también es un problema deportivo. Como señaló el estudio de los investigadores de la Universidad de Trento y corroboran los expertos, Vinicius, Lamine Yamal, Iñaki y Nico Williams o Memphis están en desventaja competitiva por el simple hecho de ser negros. «Es una losa que deben llevar encima. Un jugador blanco no carga con ese peso. Muchas veces olvidamos que los futbolistas son personas y que este tipo de insultos pueden suponer un martirio. En la mayoría de casos ya han sufrido discriminación de pequeños, vienen de entornos desfavorecidos, y en el mejor momento de sus vidas, triunfando a varios niveles, se encuentran que tienen que seguir conviviendo con lo mismo», analiza Juan Carlos Álvarez Campillo, psicólogo deportivo que ha trabajado con la selección española o el Sevilla.

RFEF/Pablo GarcíaRFEF/EFE

Según su experiencia, son muchos los jugadores que viven con ese hándicap y sólo superan sus desventajas quienes lo encaran. «Tienen toda la razón, el racismo es intolerable, las autoridades deben tomar medidas, pero los futbolistas deben trabajar para que no les afecte. Recuerdo que me decía el ex delantero Michu que, en sus mejores partidos, no escuchaba nada, que era como si el público estuviera en silencio. Ese es el estado de concentración al que hay que aspirar a través de ejercicios, como visualizaciones, prepararte para esos insultos», expone Álvarez Campillo, que asegura que el ideal es estar concentrado en el campo y denunciarlo fuera, pero que es complicado compaginarlo.

Ser campeón y activista

El pasado martes, en la rueda de prensa previa al España-Brasil disputado en el Bernabéu, Vinicius habló del racismo sufrido y advirtió que se había planteado dejar el fútbol. Ese fue el titular, la frase más destacada, pero antes incluso de romper a llorar, dejó una clara reflexión en ese sentido, reconociendo la desventaja futbolística que afronta. «Voy a los partidos con la cabeza centrada en jugar, en hacer lo mejor para mi equipo y no siempre es posible. Me tengo que concentrar mucho, todos los días», aceptó mientras anunciaba que no daría un paso atrás y seguiría encabezando la causa contra la discriminación.

Su camino hoy es tan justo como complicado. Más allá del enorme ejemplo de Muhammad Ali, algunos deportistas han manejado con éxito el activismo, como hicieron Bill Russell y Arthur Ashe y hacen LeBron James o Lewis Hamilton, pero a otros les costó la carrera. Tommie Smith y John Carlos, los autores de la protesta del Black Power en los Juegos Olímpicos de México 1968, nunca regresaron a un podio.

«A nivel social es una excelente noticia que un futbolista lidere una causa como la lucha contra el racismo, pero no así en busca del máximo rendimiento deportivo. Es muy difícil manejar un asunto así y estar totalmente concentrado. A nivel psicológico hablamos mucho de las ideas que hacen que funciones mejor, de los pensamientos que te ayudan, lo que llamamos ideas potenciadoras. Esto sería lo contrario», añade David Peris, presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte, que termina con una reflexión: «El futbolista normalmente se deshumaniza y la rivalidad deportiva sirve como argumento para cualquier cosa. Si cobra mucho no puede sufrir. Si es el contrario se le puede insultar. Pero esa hostilidad no tiene por qué tolerarse más, esos comportamientos deben desaparecer de las gradas»

Sinner arrolla a Dimitrov en Miami y ya es el número dos del mundo

Sinner arrolla a Dimitrov en Miami y ya es el número dos del mundo

Fue una hora huracanada, un vendaval en Miami. Jannik Sinner se proclamó campeón del Masters 1000 estadounidense en una final desigual con su rival, Grigor Dimitrov, rendido a su tenis, a la perfección de sus golpes, a su brillantez actual. Un 6-3 y 6-1. Nada más. No hubo competición porque el italiano no quiso: se comió la pista desde el primer juego y evitó que Dimitrov entrara en el partido en todo momento. Apenas le concedió una oportunidad de ruptura, fue muy superior.

Fue el Sinner de este 2024, simplemente. En su lista del año ya tres títulos, el Open de Australia, el ATP 500 de Rotterdam y este Masters 1000 de Miami, y sólo una derrota, la sufrida ante Carlos Alcaraz en Indian Wells. Es el dominador actual del circuito, sin discusión, el favorito para los próximos torneos y para el próximo Grand Slam, Roland Garros. De hecho, en el ranking ATP ya es el número dos tras arrebatarle el puesto al propio Alcaraz y sólo por detrás de Novak Djokovic.

"Estoy muy orgulloso no solamente por el resultado, he sabido sufrir a lo largo del torneo. No he tenido demasiado tiempo para adaptarme a la pista y ha sido complicado. Mi nivel de hoy ha sido muy, muy bueno. Estoy orgulloso de cómo he manejado la situación. Intento mejorar y disfrutar el momento. Es una racha especial, nunca sabes si va a este torneo va a ser el último. Ahora llega un nuevo capítulo con la tierra batida", comentó el ya campeón de Miami en la pista.

La resurrección de Dimitrov y el fin de la "maldición" de ser el nuevo Federer: "Quiero ganar en mis términos"

La resurrección de Dimitrov y el fin de la “maldición” de ser el nuevo Federer: “Quiero ganar en mis términos”

En su autobiografía Unstoppable: My life so far, publicada en 2017, Maria Sharapova ya advertía sobre el problema que más tarde hundiría la carrera de su ex novio, Grigor Dimitrov. «Grigor está llamado a ser el próximo Roger Federer, tiene mucho potencial. Su tenis es fantástico. La forma en la que golpea, cómo se desliza... es capaz de hacer cosas increíbles. Tiene un don, pero también una maldición. No sólo debe ganar, debe hacerlo bonito. O juego perfecto o no juega. O es increíble o cae eliminado. Eso le está frenando», advertía la rusa con precisión. En las temporadas siguientes, Dimitrov, entonces un joven fantástico, campeón de las ATP Finals de aquel 2017, incluso número tres del ranking, desapareció de la élite. De sucesor del Big Three a verse fuera del Top 50. De unas inolvidables semifinales contra Rafa Nadal en el Abierto de Australia a ser completamente olvidado. ¿Qué le pasó?

Una lesión de hombro o un covid severo son las explicaciones más sencillas. El motivo real de su crisis está en el libro de Sharapova: su don era una maldición. Aquellas comparaciones con Federer por su estilo -sobre todo por el revés a una mano- no le hacían ningún bien.

Ahora, a los 32 años, Dimitrov ha vuelto. Este domingo disputará la final del Masters 1000 de Miami contra Jannik Sinner (no antes de las 20.00 horas, Movistar) y mañana volverá a estar entre los 10 mejores tenistas del mundo, un hito que no alcanzaba desde 2018. En semifinales ante Alexander Zverev completó una actuación notable, pero en cuartos ante Carlos Alcaraz desplegó un juego extraordinario, preciso, brillante. No fue el Dimitrov de antes, fue un Dimitrov mejor.

La sencillez, motivo de su mejora

La confirmación de su regreso a la cima. El pasado otoño ya lo anunció, con unas semifinales en el Masters 1000 de Shanghai y una final en el Masters 1000 de París, donde cayó contra Novak Djokovic, pero esta primavera lo ha certificado. En la segunda línea que va detrás de Djokovic, Carlos Alcaraz, Jannik Sinner y Daniil Medvedev asoma su figura, único treintañero en ese grupo. En Roland Garros nunca brilló, pero en la cercana gira de tierra batida es igualmente candidato a todo.

Y todo gracias a hacerlo simple. Durante varios años, Dimitrov se bloqueó en un juego que buscaba el preciosismo y, lejos de la plenitud física, los mejores tenistas del circuito casi siempre le ganaban. Antes de derrotar a Zverev en Miami había caído siete veces contra él, por ejemplo. Pero en la temporada pasada recuperó a sus dos entrenadores de los inicios, el venezolano Dani Vallverdu y el inglés Jamie Delgado, y entre todos acordaron un plan de juego: primeros servicios, dominio con su derecha y reveses cortados. Se acabaron los trucos, se acabaron los inventos, se acabaron los problemas. Dimitrov ya no quiere ganar como Federer, sólo quiere ganar.

«Ahora quiero ganar o perder en mis propios términos, no en los de otros. He vuelto a ser un jugador consciente de sus propias armas y así controlo mejor mis emociones. He recuperado la confianza en mi tenis», analizó el búlgaro en Miami preguntado por su resurrección. «Quizá mucho público no se acordaba de mí, pero yo siento que nunca me fui. ¿Lo pasé mal? Sí, lo pasé mal. ¿Tuve muchos altibajos? Sí, absolutamente. No me avergüenzo de ello, pero nunca abandoné el tenis», reivindicaba también Dimitrov, que advertía sobre lo que viene. Con su edad, su carrera no es sólo pasado, con aquel brillante 2017 como momento culminante, también puede ser futuro. En sus planes está jugar «entre seis y ocho años» y quién sabe lo que puede conseguir. Aquellas comparaciones con Federer ya no le amargan. Liberado de su maldición, ahora sólo brilla su don.

Carlos Alcaraz, un rival "perfecto" y la confesión ante una derrota pasajera: "Me sentía como cuando tenía 13 años"

Carlos Alcaraz, un rival “perfecto” y la confesión ante una derrota pasajera: “Me sentía como cuando tenía 13 años”

Hay derrotas que son remolinos: la corriente es violenta, cuesta horrores salir de ellas, son muy peligrosas. Pero hay derrotas que son lo contrario: una nube tapa el sol, se siente un ligero escalofrío y al rato todo brilla. La derrota de Carlos Alcaraz contra Grigor Dimitrov en los cuartos de final del Masters 1000 de Miami fue así, una molestia pasajera. Este viernes, dormida la noche, quizá el español ya ni recuerde el feo marcador (6-2 y 6-4) y encare despreocupado la preparación para la gira de tierra batida que viene. Es el ideal para el deportista: si hay que caer que sea porque el adversario fue mejor. Y Dimitrov fue mejor, mucho mejor.

«Grigor jugó un tenis casi perfecto. No he podido encontrar soluciones ni hacerle sentir incómodo. Yo he jugado un gran tenis, no perfecto, pero bueno. Se lo he dicho a mi equipo: me ha hecho sentir como si tuviera 13 años. Ha sido una locura. No sabía qué hacer. No tenía debilidades. No recuerdo haberme sentido de esta manera. Si me pasó antes, fue hace muchísimo tiempo. He sentido una frustración inmensa», reconoció Alcaraz en la rueda de prensa posterior con una sonrisa en la cara.

Dimitrov sumerge a Alcaraz en un mar de dudas y lo elimina en cuartos de Miami

Nada tuvo que ver su tropiezo este jueves contra Dimitrov con sus otras caídas recientes. Ni ante Alexander Zverev en el último Open de Australia ni ante Novak Djokovic en las ATP Finals ni ante Jannik Sinner en el ATP 500 de Pekín salió tan tranquilo. Entonces el número dos del mundo se sumergió en una crisis personal, dejó de disfrutar sobre la pista, dudó sobre su tenis al completo. Esta vez simplemente aplaudió a su rival y a otra cosa. En realidad no había otro camino. Dimitrov, un tenista excepcional hundido por el peso de su apodo -Baby Federer-, jugó uno de los mejores partidos de su vida con un servicio firme y su resto de revés realmente violento. Cada saque de Alcaraz encontraba una respuesta inmediata, directa, una raquetazo que no había manera de devolver. Al final, el español recogió sus raquetas, su trofeo de ganador del Masters 1000 de Indian Wells y regresó de Estados Unidos con alegría.

«Ha sido un mes de marzo muy positivo ganando un Masters 1000 y sintiéndome como me he sentido. Ha sido súper positivo. A pesar de la derrota, me voy con sensación de haber jugado un buen tenis y sólo he encontrado un rival que me ha pasado por encima. Tengo ya ganas de empezar la gira de tierra batida», concluyó y ese es ahora el desafío que viene.

Los torneos sobre arcilla

Pese a sus condiciones físicas, Alcaraz todavía no ha completado un tour de arcilla completamente satisfactorio. Tanto en 2022 como en 2023 venció en el Conde de Godó y el Mutua Madrid Open de Madrid, los dos torneos de casa, pero en los Masters 1000 de Montecarlo y Roma todavía no ha disputado los cuartos de final y siempre se ha marchado de Roland Garros con la sensación de haber podido llegar más lejos. En 2022, ante Zverev, le pudo su propia mente y en 2023, ante Djokovic, le pudo su propio cuerpo, lesionado a medio partido. Este año tiene en París el desafío de la temporada por partida doble. Primero, a principios de junio, buscará su primer título de Grand Slam, y después, a principios de agosto, el oro olímpico en los Juegos Olímpicos. Quien acierte en Francia puede encadenar una racha antológica y no hay un candidato por delante de Alcaraz.

Más allá de la incógnita de Rafa Nadal, Novak Djokovic atraviesa una crisis -más después de separarse de su entrenador, Goran Ivanisevic- y habrá que ver el nivel del resto. Sinner, Daniil Medvedev y Zverev sí se han presentado en las semifinales del Masters 1000 de Miami, pero en tierra les esperará Alcaraz con una derrota superada, una molestia pasajera.