Sorloth amarga al Sevilla en el último minuto del añadido

Sorloth amarga al Sevilla en el último minuto del añadido

Actualizado Sábado, 11 mayo 2024 - 19:33

Un gol de Alexander Sorloth en el último minuto del tiempo añadido permitió al Villarreal romper la buena racha del Sevilla y prolongar el sueño de lograr una plaza para competir en Europa. En un final frenético, con penaltis y goles anulados por el VAR, el equipo de Marcelino tuvo más fe y pegada para llevarte un partido repleto de alternativas, suspense y ocasiones. [Narración y estadísticas (3-2)]

El Sevilla, sin control del balón, supo sufrir para capear el dominio inicial castellonense y en su primera llegada encontró un premio inesperado en un penalti cometido por Kiko Femenía, al que el balón golpeó en el brazo tras un salto con Suso. En-Nesyri definió desde los 11 metros, pero la alegría visitante apenas duró cinco minutos. Sorloth convirtió en gol, con un cabezazo picado, un preciso servicio de Cuenca. El empate desató al Villarreal, que recuperó la chispa inicial, aunque el Sevilla no rehusó la pelea y también comenzó a asomarse.

Jesús Navas encontró un filón en su banda y comenzó a nutrir de balones a sus delanteros. Ocampos, con una chilena, desperdició el primer servicio del lateral, pero En-Nesyri no perdonó, ya al límite del descanso, con un cabezazo inapelable. El final de la primera parte aún deparó otra sorpresa desagradable para el Villarreal, que perdería en el añadido a Coquelin, lesionado.

De todas las formas posibles

Los locales repitieron el guion del primer periodo y salieron en tromba tras el descanso. En apenas un minuto, Álex Baena iba a desperdiciar dos ocasiones para el 2-2. En la primera, se topó con los reflejos de Nyland, salvador en el mano a mano, y en la segunda envió fuera de volea tras un pase al espacio de Parejo.

El Villarreal, desbocado, rozó el empate con un remate de cabeza de Cuenca y en un disparo de Guedes, tras un pase de fantasía de Baena, que Nyland volvió a salvar. El Submarino lo intentó de todas las formas posibles, con centros al área, balones filtrados y disparos lejanos, pero no encontró la forma de derribar la muralla del Sevilla hasta que Mosquera cazó un balón en el primer palo.

Rectificación del VAR

Con siete minutos aún por delante, y conscientes de que el punto no valía, ambos equipos se enzarzaron en un desenfrenado intercambio de golpes. En-Nesyri remató al palo y, poco después, el VAR rectificó un penalti señalado a favor del Sevilla por una mano de Capoué que resultó ser de Agoumé.

Terrats, ya en el descuento, también vio cómo Díaz de Mera le anuló el 3-2 por fuera de juego. En plena locura ofensiva, Baena volvió a frotar la lámpara para asistir a Sorloth, que no perdonó para tumbar al Sevilla, mantener vivo el sueño europeo y luchar por el Pichichi LaLiga. De momento suma 19 tantos, uno menos que Artem Dovbyk.

Lewandowski: "Si todo el equipo juega bien en lo ofensivo, para mí es más sencillo"

Lewandowski: “Si todo el equipo juega bien en lo ofensivo, para mí es más sencillo”

Actualizado Martes, 30 abril 2024 - 00:11

Robert Lewandowski no necesita brillar durante 90 minutos para ser absolutamente decisivo. El polaco, con su primer hat trick como azulgrana en la Liga, acabó por darle la vuelta a un partido donde el Barça se complicó muchísimo por un error de Marc-André Ter Stegen y un penalti indiscutile de Ronald Araújo sobre Peter Federico. El 1-2, sin embargo, empezó a deshilacharse con la expulsión por mano fuera del área de Giorgi Mamardashivili.

Los tres goles de Lewandowski le sirven también para engancharse a la pelea por un Pichichi que, ahora mismo, lidera el punta ucraniano del Girona Artem Dovbyk con 19 tantos y al que le siguen, con 17, Jude Bellingham y Alexander Sorloth. «Sólo son 16 goles. Si dispongo de más oportunidades, marcar me resulta más fácil. Si todo el equipo juega bien en lo ofensivo, para mí es más sencillo», señaló ante los micrófonos de DAZN un Lewandowski que logró su hasta ayer primer y único hat trick como barcelonista en su primera campaña en el club, en la Champions, en la goleada por 5-1 al Viktoria Plzen.

«En la primera parte no tuvimos mucho espacio en ataque. Pero, si encajamos dos, podemos marcar tres o cuatro. Somos el Barcelona, sabíamos que la segunda parte teníamos que jugar más rápido y buscar el espacio libre. Ahora estamos bien y podemos pensar en el partido ante el Girona», recalcó el punta bacelonista. Un duelo, el del próximo sábado en Montilivi, al que los azulgrana llegan con dos puntos de ventaja sobre su rival y con la Champions ya asegurada de manera matemática. «Hemos estado bien, los errores puntuales nos han hecho ir a remolque, pero, a balón parado hemos sacado fruto. Nos ha faltado calma, tranquilidad, pero estoy satisfecho por la mentalidad que ha mostrado el equipo», aseveró también ante los micrófonos de DAZN un Xavi que abordó su cambio de decisión con respecto a una salida ahora ya abortada.

«Sentí el respaldo del club»

«Es sencillo, me sentía responsable y creía que era mejor dar un paso al lado, pero han pasado los meses y he visto confianza en todo el mundo. Sentí el respaldo del club, del presidente, de Deco y de los futbolistas, y eso ha sido fundamental», explicó el técnico, quien no pudo acordarse de nuevo de las derrotas encajadas en los dos clásicos. En su opinión, inmerecidas. «Los jugadores son los protagonistas de todo esto y podían dar un poco más. Los duelos contra el Madrid han marcado la Liga. Tanto aquí como en el Bernabéu, creo que hemos merecido mucho más», sentenció.

El entrenador del Valencia, Rubén Baraja, por su parte, trató de ser lo más elegante posible al analizar las jugadas polémicas: el posible penalti de Íñigo Martínez sobre Peter Federico y la posición adelantada de Fermín en el 2-2. «La acción del penalti es discutible, puede haber contacto, pero el árbitro no ha considerado que fuera así. En cuanto al fuera de juego, puede haber, no, hay. Otra cosa es que el árbitro considere si participa o no. Tendría que ver otras situaciones de otros partidos No sabría decir por qué ha dado gol», aseveró el técnico, quien no puso en cambio pero alguno a la expulsión de su guardameta.

«Es una jugada que lo condiciona todo, es una acción de expulsión. El portero sale, pone el brazo y nos deja con diez y nos complica bastante. Es verdad que hubo algunas acciones puntuales que podrían habernos mantenido vivos, pero faltó esa contundencia tan necesaria en un campo como este. No la tuvimos y ellos sí. Me hubiera gustado ver todo el partido 11 contra 11, pero no ha podido ser», sentenció.

Dovbyk, Bellingham, Budimir, Lewandowski... ¿Camino del peor Pichichi del siglo XXI?

Dovbyk, Bellingham, Budimir, Lewandowski… ¿Camino del peor Pichichi del siglo XXI?

En la temporada 2001-2002, Diego Tristán marcó 21 goles para el Deportivo de La Coruña. La Liga se la llevó el Valencia y el mal momento doméstico de Real Madrid y Barcelona dejó la peor tabla anotadora del siglo XXI en el fútbol español. Justo nada más empezarlo. El atacante sevillano fue el único capaz de superar los 20 goles y se llevó el Trofeo Pichichi con la media más baja en cuanto a goles por partido de los últimos 30 años: 0,62. Ni Kluivert ni Morientes, ambos con 18 tantos, consiguieron darle caza. La escasez goleadora en el fútbol español era alarmante hasta que llegaron Ronaldo, Forlán, Eto'o, Ruud van Nistelrooy y, por supuesto, Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Pero 22 años después, el problema se repite.

El ucraniano Artem Dovbyk (17), seguido por Jude Bellingham (16) y Ante Budimir (15) pelean por el Pichichi de la Liga. El croata de Osasuna ya no podrá sumar más, pues en el partido ante el Valencia se fracturó tres costillas y es baja para lo que queda de temporada. A siete jornadas del final de la competición, estamos oficialmente cerca del peor Pichichi del siglo XXI.

Las salidas de Messi, Cristiano, Luis Suárez o Benzema y el bajón físico de Lewandowski, máximo goleador del curso pasado con 23 anotaciones en 34 encuentros (a 0,68 por partido) han dejado a la Liga huérfana de grandes goleadores. Messi y Cristiano son un caso único, goleadores insaciables más allá de su época que elevaron el techo del galardón del Pichichi a los 40 goles por temporada, pero el fútbol español siempre ha tenido referentes goleadores. Algo que ahora mismo pende de un hilo, y un hilo muy fino.

El ejemplo de Sorloth

Dovbyk recibe al Cádiz esta noche con el Girona. El ucraniano no veía puerta desde el 21 de enero, pero ante el Betis anotó un doblete que le elevó posiciones en la clasificación y el gol conseguido ante el Atlético le deja como líder en solitario. Bellingham intentará retomar su olfato goleador en el clásico de mañana en el Bernabéu, porque después de un inicio de curso extraordinario, sólo suma tres tantos en Liga en 2024, dos de ellos ante el Girona.

Budimir, por su parte, era el atacante más en forma del campeonato. Acumulaba seis goles en los últimos ocho encuentros y tenía muchas posibilidades de llevarse el trofeo, pero esa lesión le aparta de la carrera. Por detrás de todos ellos aparece Borja Mayoral, con 15, también lesionado hasta mayo tras romperse el menisco. Con 14 están Álvaro Morata, que lleva un gol en los últimos dos meses, y AlexanderSorloth, en plena racha, con seis goles en las últimas seis fechas.

El ejemplo del noruego del Villarreal sirve para todos: una racha buena te mete de lleno en la pelea. Que se lo digan al azulgrana Lewandowski, que entre octubre y enero sólo marcó tres goles y al que su buen febrero, unido al tanto en el Metropolitano, le ha elevado a los 13 tantos, a cuatro de revalidar el Pichichi. En la pelea están todavía Guruzeta y Griezmann (13), Vinicius y Hugo Duro (12), y han bajado un escalón delanteros que otros años se han codeado con los mejores, como Gerard Moreno (10).

Juanito y Da Silva

La realidad, pese a todo, es que gane quien gane el premio será uno de los más baratos, o el que más, del siglo. A estas alturas del curso pasado, transcurridas 31 jornadas, Lewandowski llevaba 18 goles y acabó con 23 tras un buen tramo final. En la 21-22, Benzema ya llevaba 24, y si nos vamos a los años buenos de Cristiano y Messi, el portugués y el argentino ya habían superado los 25 o los 30 a estas alturas de varias de sus temporadas. Hay que remontarse de nuevo a esa 01-02 para encontrar un Pichichi tan rácano en la jornada 32. En esa campaña, Morientes y Kluivert lideraban con 16 tantos, por 15 de Tristán, que remontó al final hasta los 21 que le dieron el trofeo.

Hay que viajar todavía más al pasado para descubrir una jornada 32 peor que la actual a nivel goleador. En la 1990-1991, Manolo, delantero del Atlético, acumulaba 15 tantos, uno menos que los Pichichis actuales, mientras que Butragueño, que acabó siendo Pichichi con 19, sumaba sólo 10. El Buitre despertó al final y logró evitar ser el peor máximo goleador de los últimos 50 años en la Liga, mención que todavía tienen sobre sus hombros Juanito y Jorge Polilla Da Silva, que anotaron 17 en la 83-84.

Dovbyk, Bellingham, Morata o Lewandowski intentarán esquivar en estas últimas siete jornadas pasar a la historia como el peor Pichichi del siglo XXI (necesitan llegar a 22) o el peor de los últimos 50 años.