Entrevista
El campeón del mundo en ruta atiende a EL MUNDO antes de la salida del Criterium de Madrid, donde se impuso en la prueba en ruta.
La fila desbordaba la plaza de Callao y se estiraba Gran Vía abajo, dirección Plaza de España. A mediodía de ayer, el único afán de centenares de aficionados era conseguir un autógrafo y una foto con Mathieu van der Poel (Kapellen, 1995), portador del maillot arcoíris. Antes de tomar la salida del Criterium de Madrid, el último ganador de Milán-San Remo, París-Roubaix y Mundial de Glasgow guardó unos minutos para conversar con EL MUNDO.
- Hasta hoy [por ayer] usted sólo había participado en dos carreras en España, el Mundial de Ponferrada de 2014, en categoría sub-23 y el CX de Benidorm, el año pasado. ¿Es este Madrid Criterium un nuevo hito en su relación con nuestro país?
- No lo sé, la verdad. Disputar la Vuelta está en mi lista de deseos para el futuro, desde luego, así que estoy convencido de que la correré al menos una vez en los próximos años. Pero mientras tanto, creo que no competir tanto en España ha sido la decisión correcta.
- En 2023 nos ha brindado fantásticas victorias en San Remo, Roubaix y el Mundial de Glasgow. ¿Cree que ya ha alcanzado su madurez total como ciclista?
- Sí, desde luego, considero que ha sido una de mis mejores temporadas hasta ahora. Claro que ha influido la experiencia que pude acumular durante los últimos años en esas mismas carreras. Creo que he alcanzado la madurez y quizá me sienta más fuerte que nunca.
- Usted es el rey de las distancias cortas, campéon de la Copa del Mundo de ciclocross, pero también el de la carrera más exigente por su kilometraje, como la Milán – San Remo. ¿Cuál es el secreto de su versatilidad?
- No lo sé, la verdad. Crecí haciendo ciclocross, así que es una especialidad que siempre me resultó familiar y siempre supe cómo afrontar. Mi salto a las carreras en ruta también me sirvió para entender que podía ser realmente fuerte en los tramos finales de pruebas tan largas. Y esa es ahora una de mis grandes fortalezas.
Siempre hubo un grupo de escogidos que se repartían todo. Hace 20 años sucedía igual
- Esta temporada, Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard, Wout van Aert, Remco Evenepoel y usted se han repartido el 85% de las grandes victorias. ¿Es este porcentaje una buena noticia para el ciclismo?
- Desde luego, porque siempre ha sucedido de esta manera. Es decir, que este deporte siempre ha contado con un grupo de escogidos que se imponían en las carreras de mayor prestigio. Sin ir más lejos, hace 20 años ya pasaba igual. Y esto se debe a que algunas citas del calendario son tan duras y difíciles que finalmente siempre van a caer en favor de los más fuertes.
- Le quería preguntar por su feroz rivalidad con Van Aert. ¿Cree que el belga, de algún modo, le tiene miedo?
- No, no lo creo en absoluto. De igual modo que yo tampoco tengo miedo de él. Creo que simplemente llevamos muchos años siendo grandes rivales. Como ya dije en otras ocasiones, eso también nos ayuda a alcanzar un mejor nivel a ambos.
- ¿Siente algo especial cuando consigue batirle?
- No, de ningún modo. Conozco a Wout desde hace mucho tiempo y como ya he comentado varias veces estoy acostumbrado a mantener grandes batallas con él. Sin embargo, también he podido sentir algo parecido frente a Pogacar, como hace dos años en el Tour de Flandes. Fue algo muy especial ver al ganador del Tour de Francia competir conmigo sobre el pavé. No hay que personalizar en nadie, sino intentar ser el mejor en un día determinado.
- A usted le han llegado a encasillar como un corredor que se basa simplemente en la fuerza bruta. ¿Considera que todavía tiene puntos débiles donde seguir mejorando?
- Simplemente me siento satisfecho con el modo en que corrí a lo largo de la temporada. Creo que completé muy buenas carreras, con inteligencia a la hora de leer las situaciones, combinadas con otras donde mostré toda mi fortaleza. Me siento bastante feliz de cómo marcharon las cosas.
Voy a centrarme en las carreras que me gusta hacer
- Para ganar los cinco monumentos, aún necesita Flandes, Lieja y Lombardía. ¿Son estas carreras objetivos para usted?
- No, realmente no. Hasta ahora he ganado las clásicas que mejor se ajustaban a mi manera de correr. Por ejemplo, creo que me resultaría realmente difícil Lombardía, por su perfil escarpado. Quizá en el futuro, pero de momento me voy a centrar en las carreras que realmente me gusta hacer.
- ¿Va a seguir compaginando en el futuro el ciclismo en ruta con el ciclocross y las pruebas de mountain bike o se va a centrar definitivamente en la primera disciplina?
- Ahora ya estoy centrado en las pruebas en ruta. Durante los últimos años no estuve realmente activo en el MTB, dado que es muy difícil combinarlo al más alto nivel. En mis comienzos, cuando lo hacía, en realidad no competía en los eventos más prestigiosos de la ruta.
- ¿La bici de montaña le ayuda a desarrollar nuevas habilidades para la ruta o puede llegar a perjudicarle de algún modo?
- Siempre encontré cosas positivas desde que pasé de la MTB a la ruta. Me sentía bastante fuerte y también me servía para mantenerme fresco a nivel mental. Para mí siempre es bueno alternar las diferentes disciplinas.
- ¿Cómo se puede explicar el apabullante dominio del Jumbo en el Giro, el Tour y la Vuelta?
- No me ha sorprendido, porque ya venían mostrando su fortaleza desde hace un par de años. Simplemente tienen corredores extraordinariamente fuertes. Todo el equipo es increíble y sólo de este modo puedes obtener unos resultados así.