Ancelotti y los jugadores deshonraron el escudo, al club, con una ignominiosa actuación ante el Girona, que le hizo cuatro goles, cuatro como soles del equipo de Puidgemont, de Pepe Guardiola y el Manchester City. Un Girona de Michel, que rozó el esc
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Marc Márquez no quiere bajarse de las alturas. Tras mucho tiempo, quizás demasiado, peleando por demostrar que podía volver a ser el mejor piloto del paddock, ahora que lo ha conseguido parece más que dispuesto a llevarse el que sería su noveno campeonato del mundo, el séptimo en MotoGP, por la vía rápida. Este sábado, en la primera jornada seria del Gran Premio de Argentina, se hizo con la pole y firmó otra victoria aplastante en la sprint race para afianzarse en la cabeza de la tabla.
Por ahora, solo su hermano Álex, que partía desde la segunda plaza y acabó también segundo, parece capaz de hacerle sombra. El bicampeón Pecco Bagnaia, mientras, tiene que conformarse, al menos por ahora, con ser tercero.
Marc Márquez celebra su victoria en Termas del Río Hondo.Gustavo GarelloAP
«Ha sido una victoria muy difícil, Álex apretaba mucho y yo he empujado al máximo. Al final, creo que él empezó a desacelerar porque la distancia con el tercero ya era considerable. Este domingo, en la carrera va a ser muy difícil batirle», señaló tras la prueba un Marc Márquez contento casi hasta la euforia. Tanto, que incluso no dudó en desplazarse hasta el segundo escalón del podio, el de Álex, para dejar una foto tremendamente icónica de este momento. «Ha sido fantástico, pilotar con Marc delante era como estar en el training camp. He intentado engancharme, pero, al final, me rendí un poquito, porque íbamos muy al límite, tenía a Pecco bastante atrás y vi que no podía atacarle. En este momento, hay que ser superinteligentes», terció por su parte el menor de los Márquez ante las cámaras de televisión.
«He dado el máximo y he ido reduciendo distancia, pero no ha sido suficiente para poder luchar con ellos dos. Hay que seguir trabajando para poder adaptarme y trataremos de disfrutar aún más este domingo», apuntó por su parte un Pecco Bagnaia que partía desde la cuarta plaza de la parrilla y acabó sexto. Pedro Acosta, quien arrancaba desde el quinto puesto, por su parte, cerró los puntos como noveno clasificado tras verse superado por varios rivales. Entre ellos, un Joan Mir que acompañó su mejora a nivel de sensaciones con el octavo puesto de la sprint race.
María Tato, responsable de la Candidatura del Mundial 2030, ha puesto su cargo a disposición del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Rafael Louzán, y éste ha aceptado su renuncia.
La máxima responsable de la organización de la cita mundialista abandona su puesto tras revelar EL MUNDO que modificó las puntuaciones de las sedes dejando caer el estadio de Vigo e introduciendo el de Anoeta.
La RFEF va a dar una rueda de prensa en los próximos minutos para explicar el resultado de la investigación interna que abrió el pasado lunes después las revelaciones de este periódico.
El estamento federativo exigió a la propia Tato un informe en el que explicase el proceso de modificación llevado a cado por la comisión. La responsable de la misma lo presentó el martes por la noche y en éste defiende su actuación y traslada la responsabilidad de la modificación de las puntuaciones al resto de miembros del Equipo del Mundial. Asegura que consensuó con ellos los cambios, extremo que Fernando Sanz y Jorge Mowinckel niegan rotundamente.
Tato era la última persona que quedaba de la comisión para el Mundial 2030 por la parte española. Poco después de llegar Rafael Louzán a la presidencia de la federación decidió prescindir de Sanz y Mowinckel.
Cabe recordar que, tal y como desveló este periódico, los miembros del equipo de trabajo de la candidatura conjunta de España, Portugal y Marruecos, evaluaron los estadios españoles en una reunión celebrada el 25 de junio de 2024 en el despacho del ex directivo federativo Fernando Sanz en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. De aquella reunión salió un Excel con un ránking de puntuaciones en el que resultaban elegidos once estadios. El último clasificado era el del Celta de Vigo con una puntuación de 10,2004 puntos, superando a Anoeta, que quedaba en ese momento fuera con 10,1226.
Así fue la caótica reunión para decidir las sedes del Mundial 2030EL MUNDO
Sin embargo, apenas 48 horas después, el equipo evaluador retocó el Excel alterando la puntuación del estadio donostiarra, que pasó de golpe a tener una puntuación de 10,6026 (hasta ese momento disponía de 10,1226). De esta manera superaba a Vigo dejando en el lugar número 12 a la opción gallega, que quedaba automáticamente eliminada.
En el caso de Anoeta se modificó al alza uno de los subfactores, vinculado al proyecto técnico, pasando de 15 a 20 puntos. Concretamente el Subfactor A1, que llevaba por título: "Considerar el nivel de intervención que debe llevarse a cabo". Este subfactor representaba el 30% de la valoración total de este apartado técnico.
María Tato recibió en su correo electrónico las dos versiones de los Excel el 27 de junio a las 15.16 horas, tal y como acredita la documentación que obra en poder de este periódico. Que la opción de Vigo estaba incluida en los primeros planes de la RFEF lo confirma, además, otro correo electrónico que obra en poder de este diario, que fue remitido por María Tato al actual presidente y entonces vicepresidente Rafael Louzán el 26 de junio.
"Querido Rafa, te escribo unas líneas sobre la situación actual, siguiendo tus indicaciones para poder informar al detalle a Pedro (Rocha, entonces presidente de la RFEF)". Tato le contó a Louzán los "criterios de baremación" que habían estado empleando, "basándonos en los usados por la FIFA en el último mundial elegido: Brasil 2027 Femenino".
Le resumía que habían valorado en un "80%" los "criterios técnicos" y en un "20% los documentales", pero que el Gobierno había terciado pidiendo que se introdujeran, además, "criterios estratégicos" que debían contar con un peso de un 35%. Le indicaba que el Ejecutivo quería premiar la "vecindad", es decir, "aquellas sedes que estén cerca de la frontera de los otros dos países" y que ese criterio "únicamente afecta a Vigo".
Por lo que, con la propuesta gubernamental, "garantizan la sede de Vigo", subrayaba. Por último, le apercibía de que la información que le facilitaba era "únicamente a efectos de su conocimiento y del presi", que "no se debe filtrar nada" y que contenía "datos no confirmados, sólo propuestos" hasta ese momento ya que estaban analizando si aplicaban la modificación de los baremos propuesta por el Ejecutivo.
Pese a ello, el 28 de junio, esta trabajadora de la RFEF remitió la clasificación retocada en favor de Anoeta a los miembros del Comité Ejecutivo de la candidatura mundialista y desechó la versión inicial que favorecía a Vigo y las indicaciones gubernamentales. Lo hizo mediante un correo electrónico remitido a las 12.43 horas.
Nunca había sido abucheado Carlos Alcaraz en Roland Garros. Quizá por su aura de campeón, quizá por su juego vistoso, quizá por un cariño heredado de Rafa Nadal, siempre había sido aplaudido, alabado, incluso querido. Pero este viernes llegó su primera bronca. "¡Buuuh!", atronaron las gradas de la Philippe Chatrier cuando, al principio del cuarto set, el español se desesperaba y chutaba una pelota. "¡Carlos, cojones!", gritaba un español para rematar la escena. Luego habría reconciliación, vaya si la habría, porque la reprobación no era gratuita, era necesaria.
Alcaraz revivió este viernes la pesadilla que le llevó este mismo año a perder los cuartos de final del Open Australia ante Novak Djokovic. Otra vez un adversario que sufre una lesión, otra vez el frío en las piernas por la espera, otra vez la incertidumbre. Demasiadas preguntas: ¿Está bien? ¿Puede jugar? Como le pasó ante ‘Nole’ en enero, ante Damir Dzumhur en tercera ronda de Roland Garros, el español desconectó en el parón para que su adversario fuera atendido y lo pagó caro. Para los días que vendrán, como los octavos de final del domingo ante Ben Shelton, ya tiene una hora más de esfuerzo en el cuerpo. Al final ganó, por 6-1, 6-3, 4-6 y 6-4, pero del susto se acordará. Porque volvió a pecar de inocente. Porque jugó con fuego y se quemó.
En la primera media hora, mucho antes del rarísimo desenlace, su adversario estaba frustrado, abría los brazos en busca de un milagro: era imposible. Con una buena derecha, velocidad y carácter, a Dzumhur le faltaban argumentos para dominar los intercambios y Alcaraz volaba. Con la inercia de su excelente actuación en la segunda ronda ante Fabian Marozsan, en el primer set todo lo que hacía rebosaba fuerza y precisión, especialmente los saques, pero en los dos siguientes fue bajando el nivel. Ahora una mala decisión, ahora un fallo inesperado. Con el público nocturno -y por lo tanto especialmente animoso- de la Philippe Chatrier celebrando todo logro de Dzumhur, el español se apagó.
En el segundo set ya concedía algunas opciones de 'break', pero en el tercero, después del parón médico reclamado por el bosnio, ¡puf!. "¡Mueve las piernas!", se gritaba a sí mismo mientras mantenía cierta discusión con su equipo. Recuperado de sus dolores, Dzumhur cambió su estilo de juego, asumió más riesgos, golpeó más profundo y le funcionó. Su primera rotura de servicio le valió para ganar el tercer set y la segunda para liderar el cuarto. Al final, Alcaraz supo centrarse, salir del agujero en el que estaba, remontar y pasar a la siguiente fase.
"Hoy no he disfrutado, hoy he sufrido", aceptó al acabar el encuentro, cuando analizó: "Por eso los partidos de Grand Slam son tan difíciles. Necesitas estar concentrado durante más de dos horas. En los dos primeros sets me he encontrado muy bien, pero después me faltaba la energía".
En octavos se encontrará con Ben Shelton, su primer adversario de peso, el número 13 del ranking mundial. En sus dos enfrentamientos previos, Alcaraz ha vencido sin mácula, pero el estadounidense llega esta vez en buena racha en tierra batida después de haber alcanzado la final del ATP 500 de Múnich.