Simon Yates y un Giro contra todo pronóstico: forjado en el velódromo, indistinguible de su gemelo Adam y fichado para proteger a Vingegaard

Actualizado Domingo, 1 junio 2025 - 23:21

Simon nació 26 segundos después que su gemelo Adam, el mismo que el viernes comandaba el ya rendido grupo de perseguidores camino de Sestriere, toda la estructura del UAE hecha añicos por un ciclista con el que nadie contaba y que ayer en Roma festejaba enfundando en rosa el triunfo de una vida. Es el éxito de quien siempre prefirió «pasar desapercibido», la segunda grande del 'menor' de los Yates -el Yates bueno se suele bromear, pues le supera en victorias- tras la Vuelta a España de 2018, entonces por delante de otro talento emergente, Enric Mas.

Para saber más

Para saber más

En esta época de prodigios precoces, Simon ha triunfado con varias de las cualidades que marcan su carrera. La regularidad, la resistencia y, finalmente, el ataque. No flaqueó en ninguna de las etapas de montaña de las dos primeras semanas, lució en la contrarreloj bajo la lluvia de Pisa (a nueve segundos de Juan Ayuso), en una de las disciplinas que más ha evolucionado durante su carrera. No le pilló el corte del pelotón camino de Nova Gorica. Y resistió sin alardes pero sin perder demasiado tiempo los tres etapones de los Dolomitas. Y, en el Colle delle Finestre, donde en 2018 había protagonizado un hundimiento histórico, saldó una cuenta pendiente para escribir una de las páginas más vibrantes del ciclismo de los últimos tiempos, desplumando las dudas de Isaac del Toro y de Richard Carapaz.

La carrera de Simon, que incluye 10 victorias de etapa entre las tres grandes, está marcada por las comparaciones con su hermano -al que hace dos años, en la primera etapa del Tour con meta en Bilbao, dejó el honor del triunfo cuando culminaron juntos la escapada-, que sigue siendo su mejor amigo, no hay día sin llamada telefónica entre ellos. Imposibles de distinguir, cuando se convirtieron en profesionales en el equipo australiano Orica-GreenEdge en 2014, les obligaron a usar gafas de sol de diferentes colores. Habían crecido en Bury, influidos por la afición de su padre John, y se habían labrado en el ciclismo en el velódromo de Mánchester. De hecho, su gran sueño de infancia era ser olímpico en pista, ahí fue oro Mundial en 2013 en Minsk. Simon aguantó algo más, creciendo en la Academia Great Britain. Adam puso rumbo a Francia (Troyes) para aventurarse en la carretera.

Era la primera vez que se separaron. Se volvieron a unir en 2014, hasta que en 2021 Adam volvió a separar el camino, rumbo al Ineos. Simon permaneció una década bajo la misma estructura con sus cambios de nombre: Orica-Scott, Mitchelton-Scott, Team BikeExchange, BikeExchange-Jayco y, finalmente, Jayco-AlUla. Allí vivió uno de sus episodios más turbios, cuatro meses sancionado por el uso de un inhalador para el asma en París-Niza. Su propio equipo se responsabilizó del error de no haber avisado previamente a la UCI.

Hasta que el pasado verano protagonizó uno de los fichajes más sonados al unirse al proyecto de un Visma Lease a Bike marcado por los infortunios y las derrotas en los últimos tiempos. Pero el gran objetivo de Simon era (y sigue siendo) ayudar a Jonas Vingegaard en el Tour.

Adam y Simon Yates, durante la última etapa en Roma.

Adam y Simon Yates, durante la última etapa en Roma.LUCA BETTINIAFP

Nadie contaba demasiado con él para el Giro. Pero alejado de enfermedades e infortunios que le lastraron en el pasado, su preparación fue perfecta, entre las montañas de Andorra (donde reside desde 2015) y de Sierra Nevada, su lugar preferido para los trainings camps, donde siempre le acompaña su familia y su perro. «Disfruto analizando los datos, mirando las gráficas y viendo qué funciona y qué no», aseguraba en una entrevista hace un par de años.

Simon, cuyos ojos claros estaban empapados en lágrimas en la meta de Sestriere, el mismo que por la mañana en Verrés dudaba de si iba a ser capaz de pasar al ataque (reconoció que fueron sus compañeros los que le animaron y le dieron la confianza suficiente para intentarlo), confiesa su pasión por los videojuegos - paso muchas horas relajándome con el FIFA, Call Of Duty, Battlefield»- y también disfruta de la carrera a pie, que practica fuera de temporada. Su hermano corrió hace años el maratón de Barcelona, bajando de las tres horas. Él, confiesa, también le gustaría intentarlo algún día.

«No hay nada más grande que esta sensación. Es un momento importante en mi carrera, ya veremos qué pasa a partir de ahora», confesaba ayer el tercer corredor británico de la Corsa Rosa, tras Chris Froome en 2018 y Tao Geoghegan Hart en 2020.

España es la escuela del tenis mundial y eso tiene una contra: "Cuestan mucho dinero, para los españoles son prohibitivas"

España es la escuela del tenis mundial y eso tiene una contra: “Cuestan mucho dinero, para los españoles son prohibitivas”

«Tuve la suerte de aprender de la cultura española en mi formación. En España aprendí a ganar partidos, ya sabes, a encontrar diferentes maneras de ganar. Todo el mundo es muy competitivo allí y no servía sólo conocer la técnica», define el australiano Alex de Miñaur, el número nueve del ranking mundial, que pasó su adolescencia en Alicante, modelado en el Club de Tenis 40-15. Su caso puede parecer excepcional porque su madre es española, pero no lo es.

En el presente Roland Garros hasta 30 tenistas extranjeros se han formado en academias y clubes de todo el país, especialmente a orillas del Mediterráneo. De los rusos Andrey Rublev y Karen Khachanov que se criaron en el 4Slam Tennis de Barcelona al chino Bu Yunchaokete, que habla castellano con acento porque se formó en el Club Nazaret de Jerez. De la filipina Alex Eala, perla de la Rafa Nadal Academy, a la egipcia Mayar Sherif, que se prepara en el Club de Campo de Elche. Casper Ruud, Grigor Dimitrov, Alexei Popyrin, Zheng Qinwen, Olga Danilovic, Daria Kasatkina, Elina Avanesyan... La lista es larga, más si se le suman los 11 representantes españoles en el torneo. Hay una buena cantera en Estados Unidos, jóvenes de nivel entre Francia e Italia, pero España es el epicentro de la formación en el tenis mundial. ¿Por qué?

ANNE-CHRISTINE POUJOULATAFP

«Todo empezó hace 20 o 30 años en Barcelona, con las academias que había allí, y ahora se ha extendido a todo el Levante y Baleares. Al principio la mayoría de alumnos que llegaban venían de otros países de Europa, especialmente del este, pero luego hubo un boom de tenistas chinos. También tenemos alumnos de Sudamérica o del norte de África, pero China seguramente sea el país que más apuesta por la formación aquí. Ahora mismo tenemos ocho becados por ellos», expone Iñaki Etxegia, CEO de la Ferrero Tennis Academy de Villena de la que salió Alcaraz, que pone sobre la mesa el principal motivo del éxito: «Lo que más valoran es el ecosistema».

"España es el lugar perfecto"

«Hay varios elementos que hacen que España sea el lugar perfecto para aprender a jugar a tenis. Desde la calidad de los entrenadores, que están muy bien pagados, a las increíbles instalaciones de las academias pasando por el clima. Pero al final todo se basa en el nivel que hay aquí. Durante todo el año hay competiciones y, en apenas una o dos horas de coche, cada semana te puedes enfrentar a chicos o chicas de tu edad que son buenísimos. Eso no pasa en otros lugares», analiza Alfredo Sarriá, coordinador de la Carlos Alcaraz Academy de Murcia.

Según la Federación Española de Tenis (RFET), en España hay unos 10.000 entrenadores titulados, 15.000 pistas de tenis, 1.300 clubes y, sobre todo, más de 2.300 competiciones anuales. En 2024 se disputaron 193.000 partidos oficiales en todo el país. Cada año se organizan 15 torneos Challenger, 41 torneos ITF, 25 torneos ITF juniors y hasta ocho circuitos nacionales juveniles. De hecho actualmente el más famoso tiene nombre ilustre, el Rafa Nadal Tour by Santander, donde participa, por ejemplo, Jaime Alcaraz, hermano pequeño del número dos del mundo.

Toda esa marabunta de encuentros fomenta la fama mundial de las escuelas que con el tiempo se han especializado para cubrir cada detalle de la formación de los tenistas. Antes eran clubes pequeños; ahora son pueblos con todo lo necesario. La Rafa Nadal Academy de Manacor ocupa 76,400 metros cuadrados y su subdirectora general, Maribel Nadal, explica la razón: «Tener en un mismo centro deportivo 45 pistas, centro médico, residencia, restauración y un colegio internacional americano permite a los alumnos combinar sus estudios con el desarrollo de su carrera tenística. Hay que pensar que en la academia tenemos a niños y niñas a partir de 12 años y hacemos todo lo posible para que se sientan como en casa».

RAFA NADAL ACADEMY

"Falta trabajo gubernamental"

Pero hay un reverso de ese renombre internacional que tiene la escuela española: los de casa. En este Roland Garros sólo queda un español, Alcaraz, que cada vez tiene menos compatriotas entre los 100 primeros del ranking mundial. Mientras subía el nivel de las academias también subía su precio y ahora los cerca de 5.000 mensuales que cuestan no están al alcance de la amplia mayoría de familias españolas. «Es la connotación negativa de tanto éxito. Las academias ahora son prohibitivas y si tienen jugadores nacionales son porque les becan. De alguna manera también son un reclamo. Entrenar con el mejor junior de España es atractivo para un ruso o un chino», considera Sarriá, de la Carlos Alcaraz Academy, que todavía atiende mayoritariamente a alumnado español -no tiene colegio internacional, por ejemplo-, pese a que trabaja en su expansión.

«Debemos ser críticos. En España falta trabajo gubernamental, inversión de las federaciones, un programa específico para ayudar a los chavales. Hay mucho nivel, pero la mayoría no se plantean llegar a ser profesionales porque la formación cuesta mucho dinero y es más accesible aceptar una beca de una universidad de Estados Unidos. Es un problema grave», remata Etxegia, de la Ferrero Tennis Academy, en el epicentro de la escuela mundial de tenis llamada España.

Alcaraz resiste ante Shelton para avanzar a cuartos de Roland Garros y deja un ejemplar gesto de deportividad

Alcaraz resiste ante Shelton para avanzar a cuartos de Roland Garros y deja un ejemplar gesto de deportividad

Dejó escrito David Foster Wallace aquello de que "el tenis es ajedrez en movimiento", pero qué ajedrez puede haber cuando un tipo coge la raqueta, golpea la bola y la envía al otro a 230 kilómetros por hora. No sirve tramar con los peones, tampoco avanzar con los alfiles, ni tan siquiera arremeter con la reina. Únicamente funciona agarrar el tablero y lanzarlo al otro a la cabeza para que caiga redondo del castañazo.

Carlos Alcaraz sufrió este domingo un duelo de esos, una batalla en el estricto sentido de la palabra, explosiones, estruendos, dolor, sangre, y si sobrevivió fue porque supo estar tranquilo en su trinchera. Sólo salía cuando tenía que salir. Su rival, el estadounidense Ben Shelton, coetáneo suyo, tiene uno de los saques y una de las derechas más potentes del circuito y, pese a jugar en tierra batida, había peligro. Después de tres horas y 14 minutos de juego, venció por 7-6(8), 6-3, 4-6 y 6-4 y cruzó a cuartos de final de Roland Garros donde le espera un adversario diferente, Tommy Paul. También yankee, muy yankee, granjero en Nueva Jersey en sus ratos libres, su juego es mucho más curvilíneo. Quizá esta vez habrá "ajedrez en movimiento".

Desde el mismo calentamiento de la mañana, Alcaraz se parapetó para contrarrestar el servicio súbito de Shelton. Esta semana, por azar, él y su equipo han descubierto a un sparring francés, Enzo Couacaud, que "le pega duro", como dice su entrenador Juan Carlos Ferrero, y a las once de la mañana ya estaba en la pista 2 sacando y sacando y sacando para que el español pudiera restar. "Estoy reventando, no puedo más", le confesaba Couacaud a su técnico, pero Alcaraz necesitaba más. Horas más tarde, ya en la pista Philippe Chatrier se encontró con lo mismo, pero todavía a más velocidad.

El estilo de juego de Shelton lo transportó de París a Melbourne o a Nueva York, a una pista sobre cemento, y tuvo que superar el ‘jet lag’. "Hoy, mucha paciencia", le reclamaba Ferrero y mucha paciencia tuvo. La estadística dice que apenas un 10% de los intercambios superaron los nueve golpes; la mayoría no pasaron de los tres o cuatro golpes iniciales. Además, al contrario que en otras ocasiones, esta vez Shelton no cayó en excesivos errores no forzados, así que la serenidad era obligatoria. "Tenía que calmarme, que mantenerme calmado. En algunos momentos me enfadaba conmigo mismo, pero pensaba: 'Relájate, Carlos, que si no será peor", admitió después Alcaraz.

JULIEN DE ROSAAFP

Su gesto deportivo

Los minutos decisivos, aquellos que decantarían tanta guerra, iban a llegar y lo hicieron pasada la hora de juego. Hubo dos ratos memorables: es obligado a regresar al partido para volverlos a ver. El primero fue el tie-break del primer set. La forma inglesa, 'tie-break', rotura de empate, no dice nada, pero la castellana muerte súbita evoca a lo que se disputaba esta vez: todo o nada. Si perdía, Alcaraz entraba en un laberinto del que costaría salir; si ganaba, cielo despejado. Pese a su habilidad en estos casos, el español empezó con el paso torcido, con un 4-1 en contra, y así continuó hasta plantarse frente al abismo. Tres bolas de set en contra defendió. Tres bolas de set salvó, una de ellas con una de esas voleas a contrapié tan suyas.

El éxito en el primer set invitaba a Shelton a la rendición, pero no fue así. Hasta el final siguió, siguió y siguió. En el arranque del segundo set, el estadounidense volvió a tener oportunidades, entonces cinco bolas de break, y las desaprovechó de nuevo. En ese juego, precisamente, hubo un detalle de deportividad de Alcaraz. Después de un intercambio largo, salvó una pelota lanzando su raqueta al aire y ni el juez de silla ni Shelton se percataron. El punto era para el español. Pero avisó de lo ocurrido y lo perdió, como debía. Luego, en el tercer set, la lucha de su rival tuvo premio, pero Alcaraz supo resolver más tarde.

"Era esencial ganar ese primer set, si no el partido hubiera sido mucho más duro. Estoy contento de mantener el nivel pese a haber perdido ese tercer set", analizó el actual número dos del mundo, que también valoró su confesión al árbitro: "Podía no haber dicho nada, pero me hubiera sentido culpable. Si sé que he hecho algo ilegal, tengo que decirlo para ser honesto. El deporte debe ser así, hay que ser justo con tu rival y con uno mismo"

Refugio en junio

Refugio en junio

Actualizado Domingo, 1 junio 2025 - 21:03

La Liga Endesa empieza eliminatorias por el título, las competiciones europeas acabaron hace casi un mes pero no se ha adelantado el formato, por instalaciones y por marca. Junio es el espacio libre que la ACB quiere para darle foco a unos emparejamientos en los que Barcelona y Baskonia no tienen ventaja cancha pero son peligrosos. Una parte del cuadro con los 4 equipos con más títulos de los últimos 20 años. Unicaja, Baskonia, Barça y Madrid. No se peguen contra la pared pidiendo más protagonismo de jugadores españoles porque no va a pasar ni en el continente ni en Europa. Ni ahora, ni mañana.

Desde hace un tiempo, los mejores nacionales proyectos van a jugar la Liga universitaria/profesional de EEUU, una suerte de contrato de estudios con las prácticas muy bien remuneradas desde el primer día de novato. Imposible competir si el gran trofeo del baloncesto español de nivel medio-alto es descubrir perlas de talento a precio muy bajo. La gran conversación de mantel es quién podía tener mejor clasificación gastando menos presupuesto, medirla a ver quién tenía menos tamaño. Son tiempos de expansión en Europa y USA, pero aquí no vamos a cambiar. Deme más por menos.

Real Madrid vuelve a ser favorito, por nivel físico dominante y resultados aplastantes en Liga Regular. Unicaja para volver a otra final tiene que tumbar a los dos grandes. La pena máxima de López Nieto sería cargarse a los tres equipos que han jugado Euroliga. En el otro lado Pedro Martínez no quiere más caídas, un Valencia que sudará su último junio en la Fonteta para luego dar paso a la cancha más lujosa posible. Gran noticia en un país donde nuevas arenas para el basket son perentorias para un cambio del modelo de negocio. Quiero ir a cenar, a estar cómodo y a gastar a una cancha. Y además, a ver un buen partido. Gran Canaria sueña con amargar el plan valenciano.

Marcelinho y Ante Tomic copan premios individuales, no estamos en 2011 pero lo parece. El arte de estos jugadores técnicos, finos, españoles por empadronamiento en lugares asistenciales, un trocito de Brasil en el Teide, Croacia del bressol. ¿Longevidad por mérito propio o ausencia de relevo? ¿Murió el relevo?

La ACB no ha cambiado de formato de competición en 30 años, defienden esa identidad frente a otras competiciones que introducen play in o ampliaciones. No nos engañemos, la verdadera ampliación mental es que cuando se sienten los que mandan de todas las partes, la generosidad tenga una silla aunque sea pequeña a esa mesa y además de defender intereses propios, los del aficionado, los de las canteras y los del jugador seleccionable tengan una voz.

La fiesta agridulce del PSG tras unos disturbios “inaceptables”: “Nada puede justificar lo ocurrido. El país está de luto, el fútbol no es eso”

Actualizado Domingo, 1 junio 2025 - 20:52

París fue una fiesta, agriada al final por los dos muertos, más de 550 detenidos, 700 fuegos, 260 vehículos incendiados y 190 heridos en los disturbios que siguieron al triunfo del PSG en la Champions. "Nada puede justificar lo ocurrido en este país en las últimas horas", advirtió Emmanuel Macron en su recepción al equipo al completo tras el desfile en los Campos Elíseos ante más de 100.000 seguidores, ensombrecido por los incidentes en la madrugada del sábado. "Lo sucedido es inaceptable. El país está de luto; el fútbol no es eso".

El presidente francés elogió después "la manera sublime y monstruosa" con la que se impuso el PSG y agradeció personalmente su contribución a Luis Enrique (enrojecido) durante más de dos minutos: "Recuerdo muy bien lo que pasó cuando llegaste, mucha gente decía que no entendía a este equipo, que si era demasiado joven". Macron ensalzó "la generosidad y la exigencia" que el entrenador español ha insuflado al PSG y con la que salieron al campo dispuestos a comerse al Inter: "¡Tenían hambre, lo deseaban y lo lograron!".

El acto en el Palacio del Elíseo puso el contrapunto a una jornada agridulce, entre el júbilo y la conmoción de los franceses por los brotes de violencia que se propagaron más allá de París la noche anterior. En Dax, en el País Vasco francés, un adolescente de 17 años murió apuñalado en un tumulto callejero tras el partido. En la capital, un hombre que viajaba en patinete eléctrico falleció arrollado por un coche durante las celebraciones.

Los alrededores del Arco del Triunfo, acordonados por la policía, fueron uno de los "campos de batalla" a lo largo de la noche de sábado, junto a las inmediaciones del Parque de los Príncipes, donde 40.000 hinchas siguieron el partido en pantallas gigantes y tuvieron que se dispersados por los antidisturbios con cañones de agua y gases lacrimógenos. Más de veinte policía resultaron heridos en todo el país (uno de ellos estaba el domingo en coma inducido).

El ministro de Interior Bruno Retailleau denunció "la presencia de bárbaros en las calles de París". "No podemos habituarnos a esta violencia desbordada", advirtió Retailleau, criticado desde la izquierda por la respuesta agresiva de la policía. El ministro replicó rebautizando a La Francia Insumisa como "La Francia Incendiada".

Jordan Bardella, líder de la extrema derecha y presidente de Agrupación Nacional, se apunto a la trifulca política arremetiendo contra la "gentuza" que aprovecha cada fiesta popular: "No solo crean un grave problema de inseguridad, sino que manchan la imagen de Francia en el mundo".

Los incidentes nocturnos desplazaron de hecho a la gesta del PSG en los titulares y empañaron las celebraciones del día después. En dos autobuses, escoltados sobre la marcha por decenas de motoristas, los jugadores del PSG y el entrenador Luis Enrique llegaron hasta los Campos Elíseos pasadas las cinco de la tarde, en el paseíllo bautizado como "El retorno de los héroes".

En medio de un impresionante despliegue de seguridad, miles de aficionados lograron abrirse paso y muchos otros miles se quedaron fuera, forcejeando con la policía. Nada pudo sin embargo contener la alegría exultante con la que Luis Enrique y los suyos saludaron a los seguidores desde lo alto del autobús descapotable, con Dembélé lanzando besos a la gente, Hakimi y Doué exhibiendo sus gafas de sol y Marquinhos haciendo alarde con la copa ante un mar de banderas rojas y azules y el humo de las bengalas.

Al cabo de una hora de lentísimo avance hasta llegar al Arco del Triunfo, los jugadores repusieron fuerzas (Fabián no paraba de comer sándwiches en lo alto del autobús) y enfilaron hacia el Palacio del Elíseo. El capitán Marquinhos y el presidente del PSG, el qatarí Nasser Al-Khelaifi, portaron a dos manos la copa en presencia del presidente Macron, hincha del Olympique de Marsella, que se deshizo en unos habituales despliegues de retórica: "Habéis puesto a París en la cima de Europa. Y habéis hecho vibrar no solo a los parisonos, sino al país entero. ¡Viva el PSG! ¡Viva Francia! ¡Viva la República!".

La fiesta agridulce se prolongó hasta bien avanzada la noche con la presentación del trofeo ante más de 40.000 seguidores en el Parque de los Príncipes, convertido en una especie de fortín por la policía, para prevenir una segunda noche de violencia.

El Elche liquida al Deportivo (0-4) en media hora y acompañará al Levante a Primera División

El Elche liquida al Deportivo (0-4) en media hora y acompañará al Levante a Primera División

Actualizado Domingo, 1 junio 2025 - 20:42

El Elche se había ganado el privilegio de llegar a la última jornada con el ascenso en su propia mano. Su rival, el Deportivo, ya garantizada la permanencia haca varias semanas, llegaba al partido con tres derrotas consecutivas. Pronto se le puso de cara el partido al equipo alicantino, gracias a un gol de Mourad, fino en la resolución, en el minuto cuatro. Ya decidido todo por abajo, con el descenso de Cartagena, Ferrol, Eldense y Tenerife, quedaba por ver este domingo el equipo que acompañaría al Levante el próximo curso en la máxima categoría y qué cuatro clubes disputarían la promoción de ascenso.

El cabezazo de John en el minuto 25 que culminó una jugada de estrategia en el lanzamiento de un golpe franco puso en una situación aún más cómoda al Elche. Fiel a su estilo, el conjunto de Eder Sarabia gobernaba el juego con iniciativa y pulcritud ante un adversario que daba muestras de desmotivación. Germán Valera hizo el tercero poco después. Cualquier duda sobre el segundo equipo ascensor quedaba prácticamente resuelta. Se escucharon pitos en Riazor. La segunda parte fue poco más que un balneario, la cómoda cuenta atrás para el Elche en la certificación de su séptimo regreso a la hoy denominada Liga EA Sports. El tanto de Bigas en el minuto 88 sirvió para iniciar las celebraciones.

Una vez definida la segunda plaza que conducía a la máxima categoría, lo más interesante estaba en los encuentros para la promoción. Oviedo y Mirandés, los otros dos equipos que tenían posibilidades de subir, cumplieron con lo suyo, pero sólo les alcanzó para la promoción. Los asturianos ganaron 2-1 al Cádiz y son terceros, mientras que los burgaleses derrotaron 3-1 al Cartagena a domicilio y terminaron cuartos. El Racing ganó 2-1 al Granada con un tanto en el minuto 97 y se hizo con el quinto puesto para los playoffs de ascenso. El Almería venció 2-0 al Tenerife y finalizó sexto.

Estos son los cruces y las fechas de los playoffs de ascenso: el sábado, 7 de junio, a las 21.00 h., Almería-Oviedo. El domingo, 8, a las 18.30 h., Racing-Mirandés. El miércoles, 11, a las 21.00 h., Oviedo-Almería. El jueves, 12, a las 21.00 h., Mirandés-Racing. La ida de la final se disputará el domingo, 15, a las 19.00 h., en el campo del equipo peor clasificado en la Liga. La vuelta, el sábado 21, a las 21.00 h.

El Giro corona a Simon Yates con la bendición del Papa León XIV

Actualizado Domingo, 1 junio 2025 - 19:17

El habitual paseo por Roma para coronar al campeón del Giro de Italia tuvo en esta edición 108, una de las más sorprendentes que recordará la Corsa Rosa, la bendición del nuevo Papa. León XIV recibió al pelotón a las 15.30 horas en el Vaticano, antes del inicio de la última etapa.

Para saber más

"Sepan que son modelos a seguir para los jóvenes de todo el mundo. Les agradezco su labor y espero que, así como han aprendido a cuidar el cuerpo, el espíritu también sea siempre bendecido. Estén siempre atentos a la totalidad del ser humano: cuerpo, mente, corazón y espíritu. Que Dios los bendiga", pronunció el Papa Prevost, que estrechó la mano de Simon Yates, Mads Pedersen, Isaac del Toro y Lorenzo Fortunato, las cuatro maglias del Giro. Y recibió un maillot rosa del presidente de RCS, Urbano Cairo.

La anécdota del encuentro la protagonizó Nairo Quintana que se saltó el protocolo y se acercó al Papa para estrechar su mano. Los corredores pasaron por la Plaza de San Pedro, los Jardines Vaticanos y salieron por la Porta del Perugino para iniciar la etapa final. De ahí, con los festejos típicos del final de cada gran vuelta, afrontaron los 144 kilómetros por Roma, casi siempre controlado el pelotón por el Soudal, el Alpecin y el Visma.

Olav Kooij celebra su triunfo en Roma.

Olav Kooij celebra su triunfo en Roma.LUCA BETTINIAFP

A falta de 70 kilómetros triunfó una fuga de seis hombres (Verre, Paleni, Cerny, Hepburn, Pietrobon y Marcellusi), que mantuvieron un pulso con el pelotón durante muchos kilómetros: su ventaja apenas llegó a los 30 segundos. Josef Cerny fue el que más resistió; fue neutralizado a falta de menos de seis kilómetros, ya en la última vuelta al circuito.

El triunfo de etapa fue para Olav Kooij, su segundo de este Giro. Por delante de Kaden Groves y Moschetti. Lanzado por Van Aert y completando la fiesta del Visma Lease a Bike, que lució un maillot negro y rosa para la ocasión

La patria ciclista

La patria ciclista

Roma rindió multitudinario homenaje al Giro, su patria ciclista. La afición italiana es la más entusiasta y leal del mundo, acaso porque fueron italianos y rivales los primeros verdaderos gigantes de la ruta: Costante Girardengo y Alfredo Binda. Los siguientes, también hermanados en la grandeza universal y el antagonismo local, se llamaron Fausto Coppi y Gino Bartali.

Unos y otros hicieron nacer en sus compatriotas un fundacional sentimiento de orgullo que se instaló para siempre en el alma deportiva nacional y alcanza en el interés, en la pasión por la corsa rosa, tan perfecta rima, su máxima expresión. Tanto apasionamiento condujo en no pocas ocasiones a comportamientos no del todo limpios en los despachos y el pelotón.

La entrega de los italianos al Giro es todavía mayor, si cabe, que la de los franceses al Tour. Y, desde luego, que la de los españoles a la Vuelta. Desigual, por añadidura, según las regiones. En el ciclismo, Euskadi es la Italia de España.

El Giro es con diferencia la más endogámica de las tres mayores rondas por etapas. Lo han ganado 69 veces los italianos con 44 corredores distintos. El Tour, 32 veces los franceses con 21. Y la Vuelta, también 32 veces los españoles con 24. Los ciclistas italianos han antepuesto, como una vocación y un deber, el Giro al Tour y a la Vuelta. Muchos, incluso, han sumado más participaciones en el Giro que en el Tour y la Vuelta juntos.

No ocurre lo mismo con franceses y españoles, que no han hecho de su gran ronda nacional el núcleo indiscutible, innegociable de sus trayectorias y apetencias. Sin ir más lejos, por estos nuestros pagos, Bahamontes, Indurain y Contador corrieron más Tours que Vueltas. Delgado empata a 11. Son casos plenamente significativos y ampliables.

Comparado con su propia historia, el ciclismo italiano se halla hoy inmerso en un perceptible bache. Ha resistido regular la globalización. No hay equipos italianos entre los 18 de la máxima categoría, aunque sí corredores de esa nacionalidad en sus filas. No con los mayores galones, empero. Objetivamente, ningún italiano podía aspirar a ganar este Giro, pese a que la tierra propia presta alas y el aire natal es más nutricio. No existe un Vincenzo Nibali, último italiano en vencer en el Tour (2014) y el Giro (2016).

No se le aproximan Caruso (37 años), Ulissi (35), Cattaneo (34), Formolo (32) y Ciccone (30). Ni los menos veteranos Fortunato (29) y Scaroni (27). Fabio Aru, ganador de la Vuelta en 2015, segundo en el Giro ese mismo año y tercero en 2014, pudo formar con Nibali un dúo estelar. Pero fue aceleradamente a menos y se retiró aún joven, a los 31 años. Nibali, el más internacionalista de los italianos, fue, no obstante, fiel al Giro. Participó en 11 ediciones, por nueve del Tour y cinco de la Vuelta.

Italia se ilusiona actualmente con Antonio Tiberi (23 años) y Giulio Pellizzari (21). El tiempo dirá. Entretanto, se apoya en sus dos mayores estrellas: un rodador de lujo, Filippo Ganna, y un sprinter de alta gama, Jonathan Milan. Con ellos los tifosi, optimistas por tradición y convicción, combaten la nostalgia, calman la impaciencia y alimentan la esperanza.

Una alegría para Fernando Alonso en Montmeló: sin pitos al himno y soberbia vuelta final

Una alegría para Fernando Alonso en Montmeló: sin pitos al himno y soberbia vuelta final

Una formidable última vuelta, cerrada en 1:18.128, permitió sumar dos puntos a Fernando Alonso en Montmeló. Con ese esfuerzo postrero, el bicampeón superó en la tabla de tiempos a Max Verstappen. Apenas 262 milésimas. Lo justo para dejar atrás al holandés, castigado con 10 segundos por un controvertido incidente con George Russell.

"Sigue a tope porque podría haber penalizaciones por delante", advirtieron a Alonso a través de la radio. Y el asturiano cumplió con creces, estableciendo el cuarto mejor crono en ese último giro, sólo por detrás de Oscar Piastri (1:17.445), Lando Norris (1:17.519) y el propio Verstappen (1:18.081). Tras cruzar la línea de meta, cuando aún no tenía muy claro qué posición final le correspondía, Alonso se limitó a saludar a la afición de Montmeló.

Durante ese momento de gozo no quiso comentar nada por la radio. Había sido otra carrera muy dura, con acuciantes problemas de degradación, sobre todo en los neumáticos delanteros. De hecho, sus ingenieros le habían pedido que no forzara tanto en las curvas 9 y 14. En vano, porque su réplica no dejó lugar a la duda: "Olvidadlo".

Sin velocidad punta

"Nos ha faltado ritmo y velocidad en las rectas. Todos los adelantamientos los hice por fuera en la curva tres, que no es un sitio habitual", admitió Alonso. El más espectacular llegó en ese tramo decisivo de la carrera, cuando pudo desembarazarse de Esteban Bortoleto (Sauber). Unos metros más adelante concretó otra bonita maniobra frente a Liam Lawson (Racing Bulls) en la recta principal.

Una particular revancha ante el neozelandés, que ya le había dado un buen susto nada más tomar la salida. "Me ha golpeado en la trasera derecha. Creo que no hay daños, pero deberíamos comprobarlo", explicó tras el toque en la curva 1. Ese primer relevo con las gomas blandas iba a hacerse muy largo para el español.

"Después de sólo cinco vueltas nos quedamos sin el neumático delantero izquierdo", añadió el doble vencedor en Le Mans, en referencia a su excursión por la grava en la curva 5. Sin embargo, el cambio a los medios hizo revivir al AMR25, cuyo rendimiento pudo equipararse al de Alpine o Sauber.

Invasión de pista

La euforia por los dos puntos caló de inmediato en las tribunas de Montmeló y como viene siendo costumbre, la afición invadió la recta de meta para ver más de cerca en el podio a Piastri, Norris y Charles Leclerc. Un cierre a la altura de este fin de semana, en el que Alonso estrenaba su cargo de embajador del GP de España.

Durante la ceremonia de himnos, no hubo que lamentar ningún tipo de episodio desagradable. El minuto de duración de la Marcha Real coincidió con el de Els Segadors, ante la atenta mirada de Salvador Illa, presidente de la Generalitat, Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, y Carmelo Sanz de Barros, presidente del Senado de la FIA.

Verstappen pierde los papeles y Alonso suma al fin en Montmeló

Verstappen pierde los papeles y Alonso suma al fin en Montmeló

Un safety car, el primero en tres años en Montmeló, sacó de sus cabales a Max Verstappen. A 11 vueltas, cuando Andrea Kimi Antonelli quedó varado en la grava de la curva 10 tras una rotura de motor, los favoritos debieron pasar otra vez por boxes. A Red Bull sólo le quedaba un juego de duros para Mad Max, abocado desde entonces a la peor de las suertes. El holandés supo salvar un latigazo salvaje a la entrada de la recta, pero nada pudo hacer frente a Charles Leclerc y George Russell. Totalmente desquiciado, el tetracampeón vio de lejos el doblete de McLaren, con Oscar Piastri por delante de Lando Norris.

Una merecida sanción, por colisionar ante Russell, relegó a Verstappen a la décima plaza, justo por detrás de Fernando Alonso. De este modo, el asturiano sumó sus dos primeros puntos del año, tras quitarse de encima a Gabriel Bortoleto y Liam Lawson. Entre tantas escenas de caos, ninguna como la de Nico Hulkenberg con Lewis Hamilton. Un Sauber, el coche más lento de la parrilla, rebasaba a un Ferrari y era quinto en la meta.

Hubo invasión de pista para conmemorar este loco desenlace, decisivo para la suerte del Mundial. Piastri conquista su quinta victoria del año, mientras Verstappen sale casi de vacío de Barcelona. Nunca quiso claudicar, exprimió al límite su estrategia, pero ahora queda a 49 puntos del liderato. Traspasó los límites para defender el podio y acabó disparándose en el pie. Desde la salida quiso dejar claro que no iba de farol.

Norris, lento en la salida

Piastri aún guardaba recuerdo del error de Imola, cuando intentando sujetar a Russell dejó un resquicio a Verstappen, autor de un excepcional adelantamiento. Esta vez, McLaren no hubo de lamentar la pérdida del liderato, pero sí la lentitud de Norris, que se dejó ganar la partida frente al líder de Red Bull. Tampoco anduvo fino Russell ante los Ferrari, abocados desde entonces a un duelo fratricida.

Aunque el auténtico protagonista de la salida fue Hulkenberg, envuelto en un toque que le hizo salirse por el exterior de la curva 1. Dicha maniobra fue validada por los comisarios, así que el veterano ganó cuatro posiciones hasta situarse a la estela de Alonso. En la segunda vuelta, el bicampeón también hubo de capitular ante el Sauber.

Los malos presagios asomaron con una peligrosa maniobra de Lawson y se agudizaron con una salida de pista en la curva Seat. Tras 13 vueltas, la degradación mermaba al AMR25, así que dos giros después entró el asturiano para montar los medios y reincorporarse último. En la décima vuelta ordenaron a Hamilton ceder el paso a Leclerc y Williams llamó a capítulo a Carlos Sainz. Algo habían detectado en el alerón delantero, con daños desde la primera vuelta, así que fue preceptivo el cambio. Tras casi 11 segundos en el pit-stop, las opciones del madrileño pasaron de remotas a nulas.

Alonso, el domingo, en la recta de meta de Montmeló.

Alonso, el domingo, en la recta de meta de Montmeló.EFE

La baja de Lance Stroll, víctima de un problema en una muñeca, había permitido avanzar un puesto a Carlos en la parrilla, por delante de Franco Colapinto y Yuki Tsunoda, que partió desde el pit-lane. Un domingo terrible para el madrileño, condenado a luchas de escaso rango. A bordo de un Williams muy lento en las curvas de Montmeló, con daños en el alerón delantero por culpa de Lawson, aún puede darse por satisfecho con su decimocuarta plaza final.

Lawson, un peligro rodante

En la decimotercera vuelta, Norris se quitó de enmedio a Verstappen a final de la recta. Nada podía oponer frente a los monoplazas papaya, pero el holandés sí dejó un glorioso adelantamiento a Antonelli, en la zona del estadio, y otro frente a Russell, en la Moreneta. En una carrera tan táctica, Red Bull aún guardaba su cuota de esperanza.

Por eso tomaron la iniciativa en la vuelta 14 para colocar un segundo juego de blandos a Verstappen. Ocho giros más tarde, McLaren optó por los medios con Norris y también para Piastri, cediendo la cabeza ante el tetracampeón. En la vuelta 30, Red Bull lanzó otro órdago, metiendo medios, mostrando que iban a tres paradas. A 19 giros para la meta llegaría la última parada para el holandés. McLaren, por supuesto, respondió de inmediato con Norris y Piastri.

Durante las dos últimas ediciones, no se había registrado ni una sola bandera amarilla, así que el safety car postrero con Antonelli hubo de interpretarse como una bendición. Los comisarios ya se habían ahorrado medidas cautelares incluso cuando Lawson hizo trizas el ala delantera de Alex Albon. El sol ardiente debió de pasar factura al neozelandés, demasiado agresivo frente Sainz y Oliver Bearman. Y ni por esas recibió una penalización.