El estallido de Jannik Sinner devuelve a Italia al techo del tenis

El estallido de Jannik Sinner devuelve a Italia al techo del tenis

Copa Davis

Actualizado

Su victoria ante De Miñaur, 6-3 y 6-0, la quinta en otros tantos partidos en Málaga, rubrica la segunda Ensaladera para los transalpinos, que no la ganaban desde 1976.

Sinner celebra el triunfo con su capitán, Volandri.LLUIS GENEAFP

Impoluto a lo largo de toda la semana en el Pabellón Martín Carpena, Jannik Sinner coronó su camino con una nueva victoria, ésta para dar a Italia su segunda Copa Davis. El número 4 del mundo y reciente subcampeón de las ATP Finals venció al australiano Alex de Miñaur, 12º, por 6-3 y 6-0, en una hora y 21 minutos, y rescató para su país la Ensaladera, 47 años después de que Adriano Panatta, Corrado Barazutti y Paolo Bertolucci, tres clásicos de un tiempo muy hermoso, cada uno con su propio recorrido y sus propias señas de identidad, elevaran el trofeo tras derrotar a Chile. El triunfo de Matteo Arnaldi ante Alexei Popyrin dejó la resolución en manos del héroe transalpino, que había protagonizado una actuación mágica en las semifinales ante Serbia, salvando tres puntos de partido frente a Novak Djokovic para ganar también el doble definitivo con Lorenzo Sonego como aliado y el número 1 del mundo de nuevo al otro lado de la red.

Italia tiene un líder sólido, un jugador de 22 años que ha crecido de manera exponencial en el último tramo de la temporada y sugiere grandes cosas para el curso venidero. En el año en el que ganó en Toronto su primer Masters 1000, además de hacerse con los títulos de Montpellier, Pekín y Viena, y derrotó dos veces en nueve días a Djokovic, a quien nunca había superado, Sinner ha encontrado en la Copa Davis, una competición distinta a cualquier otra, que multiplica la responsabilidad de cualquier jugador al tratarse de una empresa colectiva en un deporte de esencia individual, una nueva plataforma para continuar madurando.

Atrás parece haber quedado el tenista frágil físicamente y algo vulnerable en el territorio anímico. Más fuerte que nadie, sobrio, competente y, en cierto modo, poco italiano, por su forma de entender la competición y por su temperamento, Sinner es, además, un modelo de conducta, un jugador capaz de pelear por una victoria que no necesitaba, haciendo frente a sus problemas físicos, como hizo ante Holger Rune en el tercer partido de la fase de grupos de Turín, aunque como consecuencia de ello devolviese a la vida a Djokovic, posteriormente su verdugo en la final.

Un solo perfecto

Desde que cobró temprana ventaja en el primer set ante De Miñaur, un rival ante quien solo se había dejado un set en sus cinco enfrentamientos anteriores, Sinner no soltó el mando del partido. Corajudo, como acostumbra, el jugador de Sydney trató de defender las opciones de Australia de apurar su suerte hasta el encuentro de dobles y seguir litigando por su 29ª Copa Davis, galardón que se les resiste desde 2003, cuando superaron a España liderados por Lleyton Hewitt, ahora en la capitanía. Tuvo una opción de igualar a cuatro, frustrada por la severidad de Sinner con su servicio, uno de los golpes que más ha afinado en los últimos meses. El segundo set fue un prolongado solo de Sinner, la culminación perfecta de sus sucesivas interpretaciones desde el pasado jueves.

Esta Italia anuncia un porvenir venturoso a la vera de su indiscutible líder. Matteo Berrettini, ex número 6 del mundo, ganador de siete títulos ATP, y finalista de Wimbledon en 2021, puede ser un escolta de lujo si recupera su tono físico y competitivo. Lorenzo Musetti, 21 años, 27º en el escalafón, talento aún tierno, por pulir, también tiene la oportunidad de cobrar peso en un grupo en el que Arnaldi, 22, 44º, e incluso Lorenzo Sonego, 28, 47º, cuentan con su papel. Alrededor de Sinner, y siempre dependiendo de la evolución y el compromiso de cada uno de sus integrantes, Filippo Volandri empieza a construir un equipo capaz de señalar una época.

kpd