Hansi Flick y la paradoja de las rotaciones: "Es mi responsabilidad proteger a los jugadores"

Hansi Flick y la paradoja de las rotaciones: “Es mi responsabilidad proteger a los jugadores”

Actualizado Lunes, 30 septiembre 2024 - 22:01

Hansi Flick lo tiene muy claro: las rotaciones van a seguir formando parte de sus planes. Por lo menos, en este arranque de la temporada. El alemán es muy consciente de que, con tantos lesionados entre sus efectivos, es mejor dosificar los minutos en lugar de arriesgarse a aumentar la lista de la enfermería. Ahora mismo, contando también a un Ter Stegen que estará varios meses de baja, y que, muy seguramente habría rotado lo mínimo, hay seis jugadores en el dique seco: Ronald Araujo, Andreas Christensen, Marc Bernal (quien no volverá a jugar en principio hasta el curso que viene), Gavi (apura su recuperación), y Dani Olmo, que debería estar a punto tras el parón por las selecciones. Frenkie de Jong, mientras, según confirmó el propio técnico, podría tener ya sus primeros minutos este martes ante el Young Boys (21:00 horas), en un partido en el que buscará tanto la primera victoria en la Champions, tras la derrota frente al Mónaco, como reencontrarse con sus mejores sensaciones después del varapalo encajado frente a Osasuna.

Para saber más

«Creo que es mi responsabilidad proteger a los jugadores, porque acumulan muchos minutos, pero no esperaba que jugáramos así. A pesar de todo, le he dicho al equipo que hay que seguir adelante. Jugamos dos partidos por semana y estamos en el camino correcto», analizó Flick tras la derrota en Pamplona. El entrenador azulgrana, de hecho, si no contamos al veteranísimo Robert Lewandowski, alineó un equipo tremendamente joven en El Sadar, con una media de casi 22 años. Sabe muy bien que, a estas edades, no hay que cargar demasiado los futbolistas, para evitar problemas que puedan hacerse crónicos.

Por eso prefirió dejar en el banquillo a un Lamine Yamal determinante en este arranque de temporada, así como a Alejandro Balde, que padeció una grave lesión muscular la temporada pasada. Los más veteranos, desde luego, tampoco son inmunes a las sobrecargas. De ahí, seguramente, que también estuvieran de inicio en el banco el incansable Raphinha y el imprescindible Íñigo Martínez. Y, también, apostó por cambiar al polaco, por mucho que eso supusiera renunciar a mucha pólvora.

«Sin razón» para estar «deprimidos»

La tecnología, omnipresente ya en el mundo del fútbol, es una gran ayuda para saber qué nivel de desgaste acumulan los jugadores. Y, por supuesto, para obrar también consecuencia, por mucho que algunos percances, como la mala caída de Ter Stegen, sean del todo impredecibles. Por eso, no descarta seguir aplicando rotaciones este martes en la Champions.

«Jugaremos con el equipo que creamos que puede ser el mejor. Tenemos confianza suficiente como para decir que siempre queremos ganar. El primero se perdió, pero no es razón para estar deprimidos, porque hubo razones que explican lo que pasó. Ahora mismo, no sabemos cómo será este nuevo modelo de Champions y por eso hay que sumar los máximos puntos posibles», aseveró el técnico, a quien le tocó también, cómo no, hablar de la llegada del polaco Wojciech Szczesny, por mucho que tratara de ahorrarse el trago.

«No hablo de jugadores que no están en el equipo, y él no lo es, de momento. Lo que está claro es que ningún jugador tiene la garantía de ser titular y ser el número uno», aseveró el alemán, dejando así más que entreabierta la opción de que el ex portero de la Juventus pase en breve por delante de un Iñaki Peña a quien hasta ahora le habían asegurado que sería la primera opción hasta el final de la temporada.

Los plazos con Szczesny

Por lo pronto, Szczesny aterrizó este lunes en Barcelona para pasar las pruebas físicas. Y, dado que lleva sin jugar desde la pasada Eurocopa, todo invita a pensar que su hipotética presencia bajo los palos se retrasará por lo menos hasta después del parón por las selecciones, justo en puertas de los partidos contra el Sevilla y el Real Madrid en la Liga y el duelo frente al Bayern en la Champions. O, quizás, puede que no tarde tanto.

«He hablado con él, pero no diré nada más. En los próximos días firmará. El sábado ya hablaremos de eso. Ahora, no», dejó caer el entrenador barcelonista, quien recalcó el gran ambiente que reina en la plantilla azulgrana. «Veo a los jugadores concentrados, se divierten, disfrutan entrenándose, lo veo cada día. Y yo disfruto trabajando con ellos», sentenció el alemán.

Bryan Zaragoza se ceba con el Barça en El Sadar

Bryan Zaragoza se ceba con el Barça en El Sadar

Actualizado Sábado, 28 septiembre 2024 - 23:16

La buena racha del Barça en la Liga llegó a su final en El Sadar. Un Osasuna inasequible al desaliento supo sacarle partido al olfato goleador de Ante Budimir, autor de dos tantos, el segundo de ellos de penalti, a la calidad de un Bryan Zaragoza a quien se le dan muy bien jugar contra los azulgrana y que, además, marcó el 2-0, y a un zapatazo final de Abel Bretones para cortarle las alas al equipo de Hansi Flick. Pau Víctor, en su estreno como titular en el campeonato, y Lamine Yamal fueron los goleadores para un conjunto que escribió en Pamplona sus peores minutos en lo que llevamos de temporada. [Narración y estadísticas (4-2)]

Los azulgrana empezaron a condenarse a la derrota en la primera parte. Más allá de que Flick dejara en el banquillo a jugadores que habían sido clave como Raphinha, Íñigo Martínez o Lamine Yamal, lo cierto es que el Barça se vio desbordado a lo largo de la primera parte por un Osasuna dispuesto a dejarse la piel sobre el césped.

La actitud de los locales, además, se vio complementada por el buen hacer de un Bryan Zaragoza que el año pasado ya hizo estragos ante los barcelonistas vistiendo la camiseta del Granada en Los Cármenes. Suyo fue el centro con el que Budimir, ganándole la espalda a Pau Cubarsí, se encargó de abrir el marcador. Una acción notable que se vería seguida, 10 minutos más tarde, por una genialidad del malagueño para el 2-0.

Capacidad de destrucción

Tras una finta cargada a partes iguales de calidad y sutileza ante un Iñaki Peña al que encaró prácticamente solo tras una fabulosa asistencia de Pablo Ibáñez, sólo tuvo que empujar el balón a la red. De nada les sirvió a los azulgrana protestar una posible falta de Torró sobre Pau Víctor en el arranque de la jugada. Ni el árbitro, Cuadra Fernández, ni el VAR consideraron que la acción, por mucho que el centrocampista rojillo acabara pisando al joven delantero, fuera merecedora de castigo.

Pero, más allá de la falta de solidez en defensa, lo que más sorprendió de la primera parte del Barça fue su incapacidad para generar peligro genuino ante la portería contraria. Algo con lo que también tuvo mucho que ver, desde luego, el enorme desgaste en tareas destructivas que exhibió el equipo de Vicente Moreno a lo largo de unos 45 minutos en los que se vaciaron físicamente.

Tras el descanso, el Barça peleó por meterse en el partido acosando el área local. Pau Víctor, aprovechando la recuperación de Gerard Martín tras un mal saque de Sergio Herrera, tuvo toda la suerte que le faltó al meta osasunista para poner un 2-1 en el marcador que significaba su primer gol en la Liga y la mejor forma de celebrar su primera titularidad en el campeonato.

Los futbolistas del Barça, tras el 3-1 de Budimir.

Los futbolistas del Barça, tras el 3-1 de Budimir.AP

Tras el tanto, Flick movió el banquillo para dar entrada tanto a Lamine Yamal como a Raphinha y los rojillos pidieron penalti por un forcejeo entre Eric García y Pablo Ibáñez que ni el árbitro ni el VAR consideraron punible. Lo mismo sucedió con una entrada contundente de Jules Koundé sobre Budimir en la que el francés, todo sea dicho, tocó el balón. Y, también, con un contacto de Gerard Martín con Bryan Zaragoza.

La zurda de Lamine Yamal

Lewandowski, mientras, entre todas esas acciones, había rozado el gol en un disparo finamente bien salvado por un Herrera que se emplearía más tarde a fondo para salvar una internada de Ferran Torres. Budimir, tras un penalti de Sergi Domínguez, acabaría por cortar el arreón visitante desde los 11 metros. Un golpe definitivo para el líder, que aún debería sufrir un último sopapo. Bretones, en la recta final, largó una volea de zurdas que pilló desprevenido a Peña.

El Sadar enloquecía ante un resultado histórico, aunque aún tuvo que sufrir en los siete minutos del añadido. Todo por la inspiración de Lamine Yamal, que se inventó un golazo a la escuadra desde la media luna. Pese a los dos goles de margen, los nervios atenazaron a la defensa local, que tampoco supo detectar a Ferran Torres en el segundo palo. En ese cabezazo al palo derecho se extinguió definitivamente la noche para el Barça.

¿Qué quiere ser Vinicius?

¿Qué quiere ser Vinicius?

Viéndole levantar el partido contra el Espanyol, me descubrí pensando algo a lo que me he resistido todo lo humanamente posible: "Mierda, qué bueno es Vinicius". Cambió el partido en cuanto salió y el pase del 2-1, brillantísimo, no se le habría ocurrido hace un año, ni hablemos ya de ejecutarlo con precisión. Mbappé es el mejor del mundo, pero el brasileño, con Lamine aproximándose a todo trapo, es el más desequilibrante pues, a diferencia del f

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Lamine Yamal no es suficiente para salvar al Barça de perder las alas en Champions

Actualizado Jueves, 19 septiembre 2024 - 23:20

Lamine Yamal es genio, descaro y gol, todo lo que el Barça necesita para emocionar pero como rescatador necesita ayuda. Solo no puede sumar todos los puntos. Vuela el equipo en la Liga y soñó con que la temporada fuera así, un continuo ascenso hacia el sol sin que apareciera una sola nube... hasta que pisó la aristocracia Champions. [Narración y estadísticas (2-1)]

Hansi Flick había tocado la tecla para soltar el talento de jugadores atenazados por el dilema del peso del estilo. Les quitó las riendas, les dejó ser salvajes y brillaron incluso más de lo que nadie hubiera imaginado. Sin embargo, con un arranque de calendario cómodo en Liga, en la exigente Europa entró con el pie izquierdo. El Mónaco le cortó las alas en seco. Le bastaron diez minutos para bajar a los azulgranas a la tierra y descoserles casi por completo espoleados por la superioridad numérica. La expulsión por roja directa de Éric García casi sin romper a sudar fue la primera prueba de madurez del Barça alemán.

Flick dibujó un partido enfajando su once en la medular con el central reconvertido en centrocampista de contención junto a Casadó y empujando a Pedri asomarse al área ahora que Dani Olmo mira desde los palcos. Era la oportunidad del canario, que no aprovechó, y lo único que cambiaba en un Barça que sigue apretando a sus rivales en su campo, pero que sabía del gusto de su rival por emplearse de la misma manera. A la carrera.

Como ante el PSG en Montjuïc

Así encontró el Mónaco la primera ocasión del partido en el minuto 7 cuando Ben Seghir se escapó por la orilla y probó a Ter Stegen. La siguiente decisión del guardameta alemán la pagó cara el Barça. Sus dudas en la salida de balón por la presión monegasca obligaron a Éric a reaccionar en el borde del área para frenar a Minamino y provocaron que el colegiado Lindhout no tuviera ninguna duda de que el japonés encaraba portería. Otra inferioridad que ponía cuesta arriba el camino en Champions, como hace unos meses ante el PSG en Montjuïc. Otra vez la competición se amargaba.

Pudo paliar ese regusto Raphinha pero se durmió para rematar una asistencia de Lewandowski tras una contra dirigida por Pedri. El Mónaco olió la sangre y se lanzó al área de Ter Stegen. No pudo Embolo batirle, pero encontró el joven Akliouche un pasillo en la orilla izquierda de su área que aprovechó para recortar a Balde y a Pedri, que le siguieron con la mirada, hacerse hueco y ajustar su zurdazo al palo.

Fueron momentos de apretar los dientes para que no se desatara un vendaval. El gigantón suizo Embolo retaba a Iñigo Martínez, suerte que casi siempre en fuera de juego, pero alguna enganchó entre los tres palos. Parecía cuestión de tiempo que el Mónaco hurgara para hacer más grande el descosido. No ocurrió porque así lo quiso Lamine Yamal.

Akliouche festeja el 1-0 en el Louis II.

Akliouche festeja el 1-0 en el Louis II.AFP

El Barça tiene un futbolista que espanta los nubarrones y que, como buen adolescente, no piensa piensa en las consecuencias, sólo vive y juega. Por eso no dudó en retar a Akliouche y sacar de su pierna izquierda otro cañonazo ajustado al palo ante el que no pudo reaccionar Köhn. Lo había lanzado Casadó a la espalda de Singo para retar a Salisu, batirle y convertirse en el segundo jugador del Barça más joven en marcar en Champions. No hay temor a encomendarse a él.

Crecieron los blaugranas con el oxígeno que le proporcionó el empate, al que el Mónaco quiso responder a balón parado, pero fue Balde quien erró la ocasión de darle la vuelta al marcador antes de enfilar el túnel de vestuarios.

A la espalda de Iñigo

Reestructuró Flick en en el descanso el plan de partido y el Barça volvió despojado de presión, tanto que complicó a un Mónaco valiente en ataque pero con sus propios demonios en defensa. Eso sí, Ter Stegen, que no estaba en su mejor noche, tuvo la orden de no arriesgar y sus golpeos se convirtieron en un arma de ataque. Raphinha empezó a aparecer sin llegar a aprovecharse de las asistencias en carrera de Lamine o de un centro de Koundé que no pudo rebañar.

Proponía el Barça sin dejar de mirar de reojo a su espalda porque Adi Hütter ya buscaba poner en el campo pulmón y velocidad. El disparo de Vanderson hizo volar a Ter Stegen y Minamino mandó la pelota a acariciar el larguero.

Como el Barça no hincaba la rodilla y Lamine se convertía en una amenaza constante, el técnico monegasco optó por doblar el lateral para desesperarlo. Antes de que se pudiera evaluar su apuesta ya había conseguido el premio en una pelota larguísima de Vanderson a la espalda de Iñigo Martínez que se acomodó a la carrera Ilenikhena para encarar y batir la meta azulgrana. De ese golpe ya no se alzó a pesar de que el VAR le libró de un penalti.

El Barça de Flick no baja el ritmo

El Barça de Flick no baja el ritmo

Actualizado Domingo, 15 septiembre 2024 - 18:28

El Barça de Hansi Flick no baja el ritmo. El conjunto azulgrana, con dos tantos de Lamine Yamal, uno de Dani Olmo y otro de Pedri, se impuso a un Girona que le pasó por encima tanto en Montilivi como en casa la pasada temporada y que sólo pudo recortar distancias, por medio de Stuani, cuando el 0-4 ya se había encaramado al luminoso. [Narración y Estadísticas, 1-4]

La expulsión de Ferran Torres en el ocaso, una circunstancia que antaño podría haber puesto algo de suspense, no tuvo en esta ocasión influencia en un marcador que, con el 1-4 final, da algo más de lustre al grandísimo arranque de Liga barcelonista. Todo, en puertas de un primer partido en la Champions en la que los visitantes se medirán al Mónaco y los locales, al siempre temible PSG.

La presión asfixiante, uno de los sellos marca de la casa de Hansi Flick, le permitió a su Barça acosar muy seriamente la salida de balón de un Girona que trata siempre de salir jugando desde atrás. Pase lo que pase. Una apuesta arriesgada que, al final, le permitió a Lamine Yamal abrir el marcador cuando el duelo llegaba a la media hora de juego.

El joven crack azulgrana acosó a un David López que salía desde su propia área con el esférico en los pies tras saque de puerta de Gazzaniga, acabó por arrebatárselo y se plantó completamente solo ante el guardameta rival para abrir el marcador con el 0-1. Siete minutos después, sería el mismo Lamine Yamal quien metería más tierra de por medio. En esta ocasión, tras recoger una pelota rechazada por la defensa tras saque de falta de Raphinha y enviarla al fondo de la red tras superar como tal cosa todo un bosque de piernas.

Los azulgrana, además de mostrarse implacables en vanguardia, estuvieron también muy atentos en la zaga para cortar los intentos de los locales por buscarles la espalda. Tanto Pau Cubarsí como Íñigo Martínez se multiplicaron para cortar los intentos de sorprenderlos por parte de un Girona que pudo marcharse al descanso recortando en parte las distancias.

La primera opción para lograrlo fue un remate de Bryan Gil, completamente solo, que acabó por estrellarse en el cuerpo de Ter Stegen. La segunda, una acción que, en primera instancia, Muñiz Ruiz, muy criticado por los seguidores desde la grada, entendió como penalti por mano de Íñigo Martínez, pero que acabó siendo invalidada a instancias del VAR, dado que el esférico había sido impulsado justo antes por un intento de despeje de cabeza de Balde. Uno de los supuestos en que, de acuerdo con las directrices del Comité Técnico de Árbitros hechas públicas el pasado mes de agosto, el impacto en la mano no se considera infracción.

Si el Girona podía albergar alguna tímida esperanza de meterse en el partido tras el descanso, Dani Olmo se encargó de borrarla prácticamente de un plumazo muy pronto. El gran fichaje de los azulgrana con vistas a esta temporada le sacó un partido tremendo a un pase de Koundé a la espalda de la zaga local para, tras acercarse a la portería rival quizás un tanto escorado, culminar la jugada con un tremendo derechazo ante el que nada pudo hacer Gazzaniga.

Un gol que, además de llevar el 0-3 al marcador, prolongó el arranque dulce que está viviendo el jugador en su tan deseado estreno con el primer equipo barcelonista. Unas molestias físicas, no obstante, acabaron por provocar que dejara el terreno cumplido el primer cuarto de hora de la segunda parte, aunque sus comentarios con Flick invitan a pensar que prefirió tirar de precaución para evitar males mayores.

Pedri remata el trabajo

Con el de Terrassa ya en el banquillo, fue Pedri quien adelantó su posición para situarse como media punta mientras Marc Casadó y Eric actuaban como pivotes. Y será precisamente un pase diagonal del primero, buscando otra vez la espalda de la defensa contraria, la jugada que le permitiría al canario poner una distancia ya prácticamente insalvable. Con tranquilidad , aguantó la salida de Gazzaniga y envió irremisiblemente el balón al fondo de la portería gerundense a poco más de 26 minutos para el final del tiempo reglamentario.

Con el 0-4, el Girona, lejos de tirar la toalla, redobló sus esfuerzos para reducir distancias. Y acabó por lograrlo, con un remate de Stuani que, tras centro de un Portu que se deshizo como si tal cosa del intento de Ter Stegen por arrebatarle el esférico, supuso el 1-4. Un gol que, unido a la expulsión de Ferran con roja directa por una entrada peligrosa sobre Asprilla, contribuyó a darle algo de suspense a un final de partido en el que, a la postre, el marcador no ya volvería a moverse.

Ansu Fati inicia su enésimo retorno

Ansu Fati inicia su enésimo retorno

Actualizado Miércoles, 11 septiembre 2024 - 19:15

El 7 de noviembre se cumplirán ya cuatro años de una lesión que cortó de raíz la progresión de un jugador que se atrevió a heredar el 10 de Leo Messi. Desde entonces, el camino de Ansu Fati, llamado hasta entonces a convertirse en el nuevo gran ídolo de la afición azulgrana, mucho antes de que Lamine Yamal irrumpiera en escena, ha estado plagado de baches. En el arranque de la pretemporada, sus ganas e ilusión por hacerse con un puesto en el nuevo Barça de Hansi Flick provocaron que el técnico valorara muy positivamente sus opciones.

No obstante, una lesión en la planta del pie derecho, cuando mejor parecían irle otra vez las cosas, le recordó el lado más amargo del fútbol. Esta misma semana, por fin, ya ha podido entrenarse con el grupo y, si todo va bien, incluso podría tener minutos contra el Girona este domingo en Montilivi.

En sus comienzos con el primer equipo, de la mano de Ernesto Valverde, parecía estar tocado por una varita mágica. Fue todo un soplo de aire fresco y, además, también logró marcar goles decisivos para los suyos. Por eso, no es nada raro que el actual técnico del Athletic propiciara su estreno con el primer equipo cuando aún tenía 16 años.

7 de noviembre de 2020

El 26 de septiembre de 2021, en su primer regreso desde los infiernos, ya con Ronald Koeman como entrenador azulgrana, volvió a evidenciar esa suerte de toque especial. Después de haber pasado por hasta cuatro operaciones de rodilla para olvidar de una vez por todas ese 7 de noviembre de 2020, vivió un retorno al césped de ensueño.

Saltó al terreno de juego como relevo de Luuk de Jong a falta de nueve minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario y, tras firmar varias acciones de mérito, culminó su reestreno con un gol que sellaba el definitivo 3-0 ante el Levante. A su padre, Boti Fati, incluso se le escaparon algunas lágrimas de emoción cuando el joven atacante subió a la grada para fundirse en un abrazo con el doctor Lluís Til, a quien consideraba como el gran artífice de su retorno.

La alegría, a pesar de todo, volvió a serle esquiva. Un mes después, se resintió otra vez de molestias en la rodilla. Y, posteriormente, encadenaría una serie de problemas musculares que, unidos a otros condicionantes físicos, le llevarían a permanecer en el dique seco 162 días más.

Cláusula de 1.000 millones

En la temporada 2022-23, con Xavi Hernández como máximo responsable del banquillo, las lesiones parecieron darle tregua: únicamente se perdió dos partidos por este motivo, con un total de seis días de baja por una contusión en la rodilla. Su papel en el equipo, pese a ello, no fue aquel que parecía llamado a tener en sus primeros días. El de Terrassa contó mucho con él y llegó a alinearlo en 51 partidos de una campaña en la que los azulgrana se hicieron con la Liga y con la Supercopa de España, pero partiendo casi siempre desde el banquillo. Únicamente formó parte del once titular en 13 ocasiones. Y su rendimiento, cómo no, también se resintió. En total, marcó 10 goles, siete de ellos en la Liga, dos en la Copa del Rey y uno en la Supercopa de España, y repartió cuatro asistencias, todas en el torneo de la regularidad.

El curso pasado, el club decidió buscarle una salida en forma de cesión a un jugador que, en octubre de 2021, el día en que se hizo oficial la última ampliación de su contrato como azulgrana y su decisión por lucir el 10 de Messi, había visto cómo su cláusula de rescisión se catapultaba hasta los 1.000 millones de euros. Entonces, parecía llamado a ser el relevo del gran ídolo, quien había vivido una traumática salida de la entidad ese mismo verano. Su paso por el Brighton no fue todo lo bien que habría desado. Con el equipo inglés jugó 27 partidos, 19 de ellos en la Premier, seis en la Europa League, uno en la Copa y uno en la Copa de la Liga, casi siempre saliendo desde el banquillo, y anotó un total de cuatro goles.

Una lesión en el gemelo derecho, en este caso, provocó que se perdiera un total de 14 encuentros y removió viejos fantasmas que, ahora, quiere exorcizar de una vez por todas en el Barça.

El año sobrenatural del Lamine Yamal: “Está tocado por la varita de Dios”

Actualizado Domingo, 8 septiembre 2024 - 01:43

Hay dos indicadores que reflejan cuándo un futbolista transita la senda que conduce a convertirse en mito. El primero es salir aplaudido de los estadios rivales; el segundo, ver los aledaños de esos campos repletos de camisetas con su dorsal y su nombre, reconocible incluso para quien ni siquiera cumple la condición de aficionado. Ambas se cumplen en el caso de Lamine Yamal (Esplugas de Llobregat, 2007), que lo ha logrado con una velocidad pasmosa y con una singularidad: arrastrado por España antes que por su club.

Hoy, cuando pise el estadio de Ginebra para enfrentarse a Suiza, recordará lo que ocurrió hace sólo un año. El 8 de septiembre de 2023, ante Georgia en Tiflis, Luis de la Fuente mandaba al campo al adolescente de 16 años y 57 días que había convocado para sorpresa de muchos cuando su hábitat natural era la Sub-17 que preparaba el Mundial de Indonesia. Sin embargo, la RFEF sabía que era un diamante que se podía escapar. Pese a haber jugado con España desde los 14 años, Marruecos, país de su familia paterna, ya le había tentado. Por eso Francis Pérez, entonces coordinador de las categorías inferiores, y Tito Blanco viajaron a Barcelona a convencer a la familia. De él ya se hablaban maravillas entre los técnicos de La Masía porque incluso aguantaba las comparaciones con el crecimiento que le vieron a Leo Messi.

Sin embargo, en el primer equipo no apareció hasta unas semanas antes de la llamada de España. En la temporada 22/23, con el Barça camino de ser campeón de Liga, Xavi Hernández sólo le llamó para cuatro partidos ante Atlético, Rayo, Betis y Osasuna y lo hizo debutar ante el conjunto andaluz para jugar siete minutos. Lamine tenía 15 años, 9 meses y 16 días y rompió su primer récord al convertirse en el jugador del Barça más joven de la Liga. Pero desapareció de nuevo hasta el Trofeo Gamper de la pretemporada siguiente, la 23/24 destinada a impulsar su historia. Brilló ante el Tottenham apareciendo en las jugadas de tres de los cuatro goles (4-2) que le endosaron a los ingleses y haciendo olvidar a Dembélé. Xavi ya no prescindió de él en Liga y, antes de la llamada de España, jugó cuatro partidos en los que siguió fulminaba registros: el futbolista más joven del siglo XXI en ser titular en Liga y en dar una asistencia.

En medio de la vorágine del 'caso Rubiales' y, pese a estar en el foco, el seleccionador no se movió de su objetivo. «Es un futbolista con un potencial excepcional. En los partidos que ha participado se le ha visto que tiene ese toque de estar tocado con esa varita de Dios. No hay máximos ni mínimos de edad. Yo mido la capacidad, la categoría y el nivel. Está preparado para competir al máximo en la selección», justificó De la Fuente, que no tardó en ver cómo el niño le dejaba en buen lugar.

En el estadio Boris Paichadze, en el minuto 44, justo antes del descanso, el seleccionador miró al banquillo por la lesión de Dani Olmo y mandó al campo al debutante más joven de la historia de la selección, que además, redondearía una victoria 1-7 para convertirse también con 16 años y 57 días en el goleador más precoz.

Una "pieza clave"

Su elección de vestir la Roja ya no tenía vuelta atrás. «Lo he tenido claro siempre, que quería jugar con España, ganar una Eurocopa, un Mundial y todo lo que se pueda», confesaba Lamine justo cuando comenzó a fraguarse el fenómeno que ha pulverizado todo tipo de datos -más joven en debutar y marcar en la Euro, en estar nominado al Balón de Oro o en jugar un Clásico- y que le ha convertido en el jugador de España de mayor incidencia en el ataque, con tres goles, siete asistencias y un penalti provocado. Es «una pieza clave», admiten en el vestuario.

Suiza le temen. «Me alegro de no ser yo quien se enfrente a él», bromeaba el seleccionador suizo Murat Yakin, antiguo central. «Hace cosas increíbles con la pelota. Hay que tener mucho cuidado con sus jugadores de banda, no dejar que el balón le llegue y pararlo», advirtió.

La Eurocopa ha sido un escaparate mayúsculo, con el gol ante Francia y otras cuatro asistencias, donde ha mostrado una «madurez» que destaca continuamente De la Fuente. Es líder sobre el césped, pero su impacto va mucho más allá.

El jugador es imagen de Adidas desde febrero, comparte modelo de botas con Messi y su cotización entre las marcas se multiplica. Durante la Eurocopa, su naturalidad y su complicidad con Nico incrementaron la audiencia entre la Generación Z, que ahora espera su visita a El Hormiguero en próximo jueves. Esta popularidad no parece ser una carga que afecte a su fútbol, ni siquiera en momentos complicados como la agresión a su padre. La maneja con naturalidad y eso también genera impacto. Sus redes sociales tuvieron en junio un incremento del 52%, según Result Sport, y alcanzaron los 25 millones de seguidores. España ha creado un mito.

España puede ser gris a pesar del ahínco de Lamine Yamal

Actualizado Jueves, 5 septiembre 2024 - 23:09

A los campeones se les exige siempre un ejercicio de solvencia. No hay excusas ni paños calientes, es el precio del éxito. En el Pequeño Maracaná de Belgrado, menos caldera de lo que se esperaba, España se dio cuenta del peso de los títulos. Mutó a gris pese a los esfuerzo de Lamine Yamal por evitarlo. No fue el equipo efervescente que encandiló a Europa ante una Serbia que, sólo con orden, lo atolondró.

Se habían disfrazado los balcánicos de víctimas en lo que llegó a parecer un parapeto de su cuestionado técnico Dragan Stojkovic, silbado por su grada, ante un posible arreón de España que no llegó a producirse. De la Fuente veía cómo su cerebro, Zubimendi, si encontraba a Fabián y a Dani Olmo, nunca era en ventaja porque los serbios perseguían hasta su sombra. El balón iba a los costados con una lentitud que complicaba la sorpresa a Nico Williams, con poca chispa, y a Lamine Yamal, capaz de provocar asustar pero que no sembró el pánico hasta que los serbios se agotaron.

La selección española no estaba inspirada y caía en la telaraña que tejieron los balcánicos. Llegaban al área trastabillados y, además, sin el compromiso de correr a su espalda. Esto abrió un agujero en las bandas, sobre todo de Carvajal, que los serbios aprovecharon para acercarse al área con remates de Zivkovic y Samardzic a la grada y los intentos de Jovic. Si no golpearon más fue por sus propias limitaciones, que en ataque fueron muchas.

Con España cortocircuitada en la zona de control, el partido iba de área a área mientras De la Fuente cabeceaba en el área. Si el requiebro de Lamine sirvió a Zubimendi un remate manso a las manos de Rajkovic, Nedeljkovic se multiplicaba para evitar que Nico y Cucurella conectaran. Con eso, les bastaba.

Fabián comenzó a emerger mediada la primera parte para correr una contra con Lamine que tardó demasiado en armar un remate y apareció Pavlovic para repelerlo. El central de Milan aun crecería más, casi como Serbia, que encadenó ocasiones en las botas de Jovic. El atacante del Milan, renqueante aún tras una lesión, desesperó a todo el estadio al desperdiciar las mejores oportunidades. A punto estuvo de aprovechar un exceso de confianza de Le Normand y las dudas de Raya y falló clamorosamente una asistencia de Ivan Ilic que le dejó solo ante el meta español.

Respondió España con la más clara, siempre comandada por la irreverencia de Lamine Yamal, que se apoyó en un gris Olmo. Su equivocado intento de control acabó convertido en remate a la media vuelta de Ayoze para el único paradón de Rajkovic en la primera mitad.

Si España no se desperezaba, Serbia tenía muy claro cuál era su plan: sostener el dominio de los campeones de Europa y correr a su espalda. Así nació el disparo de Birmancevic al que la selección respondió con remate ajustado al palo de Fabián para cerrar un primer tiempo de colapso español.

Mucho tenía que cambiar tras el paso por el vestuario y fue Lamine Yamal quien más rápido lo intentó. El jugador del Barça se volvió imparable para una defensa cada vez con menos fuelle y que acabó convertida en un frontón pese a los cambios de Stojkovic buscando oxígeno. De la Fuente leyó el partido y buscó el pie de Grimaldo y la picardía de Oyarzabal, primero, y después el control de Pedri, el remate de Joselu y la velocidad de Ferran. Las piernas serbias iban a flaquear.

Antes probó Carvajal rematando una falta servida por Lamine y después Fabián en un córner antes de irse al vestuario, pero Pavlovic desnudó otra vez a España lanzándose a la portería sin que su apoyo en Ivan Ilic acabara poniendo en problemas al guardameta español. Desde ese momento, los serbios apretaron los dientes dispuestos a resistir como si fueran un frontón el asedio que se avecinaba.

Apareció Rajkovic para salvar un zurdazo a balón parado de Grimaldo y Yamal, el mejor argumento de España y casi el único en muchos momentos. Tuvo que sacar de nuevo una mano el ex cancerbero del Mallorca para salvar el gol de la joven estrella, que fabricó para Fabián la mejor ocasión sin que el sevillano , suelto en el punto de penalti, fuera capaz de aprovecharla. Tampoco el colegiado quiso ver un penalti por agarrón a Joselu para desesperación de De la Fuente ante tanto desacierto y una posible lesión de Oyarzabal. Serbia enturbió el camino en la Nations League, que empieza sin ningún brillo.

El Barcelona de Flick se luce con una goleada al Valladolid

El Barcelona de Flick se luce con una goleada al Valladolid

Actualizado Sábado, 31 agosto 2024 - 19:12

El Barcelona no tuvo piedad alguna del Valladolid. Los azulgrana se aseguraron de marcharse al parón por las selecciones encaramados al primer puesto de la tabla gustándose ante un conjunto de Pezzolano que se vio superado una y otra vez por su empuje. Y que, a su vez, se llevó un serio correctivo de Montjuïc. Raphinha, con un hat trick, fue el más brillante en unas tareas ofensivas en las que Lewandowski, cómo no, Jules Koundé, culminando una acción de estrategia, Dani Olmo, en jugada personal, y Ferran Torres, tras asistencia del brasileño, aportaron también su granito de arena para endosarle un incontestable 7-0 a un rival que, por momentos, casi pidió la hora.

El Barça, muy intenso, lo dejó todo casi visto para sentencia en los primeros 45 minutos. Con Marc Casadó como relevo en la medular del lesionado Marc Bernal, a quien sus compañeros mandaron un mensaje de ánimo antes de que el balón empezara a rodar sobre el césped, y Dani Olmo como titular, los azulgrana no dieron tregua a un Valladolid que se vio desbordado una y otra vez en su zona defensiva y que se vería pronto muy por detrás en el marcador. Raphinha, tras un medido pase de Pau Cubarsí, se encargó de marcar el primero de la tarde cuando apenas se habían disputado los primeros 20 minutos del duelo. Y Lewandowski, apenas cuatro minutos después, tras un buen desplazamiento de balón de Lamine Yamal, dio el segundo zarpazo para poner el 2-0 en el marcador de Montjuïc.

Continuas ocasiones

El Valladolid, sobre todo por medio de la movilidad de Moro, trató tímidamente de meterse en el partido, pero sus intentos se estrellaron o bien contra la zaga barcelonista o bien contra un siempre atento Ter Stegen. El devenir de las cosas, a pesar de todo, invitaba a pensar más en la llegada de un 3-0 que en la posibilidad de que los visitantes recortaran distancias. Avisó Dani Olmo, estrellando por segunda vez un balón en el poste, repitiendo así el infortunio con el que se había encontrado ya en los primeros minutos del encuentro. Koundé, en cambio, a la salida de un córner en el añadido del primer tiempo, cayéndose en su búsqueda del remate, envió un disparo ajustadísimo que dejaba ya prácticamente sin opciones a los pucelanos.

Lejos de levantar el pie del acelerador, el Barça saltó al terreno de juego en la reanudación dispuesto a aumentar el castigo sobre un Valladolid incapaz de sobreponerse al aluvión ofensivo de los azulgrana. Las amenazas empezaron muy pronto. Olmo, con un intento de taconazo que no encontró portería, Raphinha, cuyo disparo se encontró con una buena parada de Hein, y Lewandowski, que quiso gustarse en su remate y tampoco encontró el camino del gol, avisaron. Unos avisos que el brasileño, a la postre, se encargó finalmente de materializar en dos tantos más para hacer aún más sangre. El primero, culminando una jugada un tanto embarullada en el área rival. El segundo, ganando la espalda a la zaga contraria para aprovechar una buena asistencia de Lamine Yamal y batir al meta visitante con un disparo que se coló entre sus piernas.

No contentos con la manita, los azulgrana siguieron acosando la meta rival. Hasta que Dani Olmo, poco antes de ser sustituido por Pablo Torre, encontró el premio a su esfuerzo anotando el 6-0. Y Ferran, tras asistencia del omnipresente Raphinha, cerró el marcador con un 7-0 que recalca el buen arranque que han sido capaces de firmar en la Liga los pupilos de un Hansi Flick cuyo nombre acabó siendo sonoramente coreado por la grada.

El reencuentro de Lamine Yamal y Nico Williams: dos 'hermanos' frente a frente

El reencuentro de Lamine Yamal y Nico Williams: dos ‘hermanos’ frente a frente

Actualizado Sábado, 24 agosto 2024 - 01:53

Lamine Yamal y Nico Williams tienen una conexión especial. Tanto sobre el césped, cuando defienden los colores de la Roja, tal y como quedó demostrado en la pasada Eurocopa, como fuera de él. Mientras duró una competición que culminó con el cuarto título de su historia para la selección española, el joven de los Williams casi siempre estaba cerca de los jugadores del Barça. Una actitud que llevó a propios y extraños a pensar que su fichaje por el club azulgrana no era para nada una quimera. Más aún, cuando tanto el ahora 10 del Athletic, como la última gran perla de La Masía, pasaron también juntos incluso parte de sus vacaciones. Su amistad, a pesar de todo, tendrá que quedar aparcada este mismo sábado, cuando el conjunto que dirige Hansi Flick se mida en Montjuïc a unos leones que han peleado con uñas y dientes para evitar que el jugador hiciera las maletas. Por lo menos, este mismo verano.


El propio presidente, Joan Laporta, en la presentación del técnico germano, dejó caer que el club estaba en disposición de contratar tanto a Dani Olmo, su único gran fichaje, al que se le sumaría también el del joven Pau Víctor, como a Nico Williams. El Athletic, no obstante, removió cielo y tierra para asegurarse la continuidad de un jugador al que le dieron nuevos galones otorgándole un dorsal con tanto peso como el número 10 y por quien estaban incluso más que dispuestos a denunciar al Barça ante la Liga si, finalmente, el club pagaba los 58 millones de euros que figuran ahora mismo en su cláusula de rescisión. Su argumento: que la entidad azulgrana incumpliría los controles económicos de la competición y que superaría el límite salarial que tiene establecido. Algo que se evidenciaría, en este caso, con los problemas que está teniendo el club barcelonista para inscribir a Olmo y que han acabado cristalizando en la salida relámpago deIlkay Gündogan, cuyo regreso al Manchester City traspasado a coste cero se oficializó este mismo viernes.


"Después de sólo un año, ya es hora de decir adiós. Vine aquí para afrontar un reto nuevo y emocionante, y estaba preparado para hacerlo. Lo di todo para luchar por el equipo y el club de la mejor manera posible en una temporada difícil y quería ayudar a mis compañeros en una nueva campaña. Ahora me voy en una situación difícil, pero si mi marcha puede ayudar financieramente al club, eso hace que me sienta un poco menos triste", señaló el alemán en un mensaje escrito en inglés y compartido a través de sus redes sociales. "Después del partido contra el Valencia, tuvimos una conversación honesta y pensé que quería ayudarnos, pero ha cambiado de idea, son cosas que pasan. Le conozco personalmente, ha sido un jugador fantástico para el Barça y sólo puedo decir cosas buenas de él", señaló al respecto Hansi Flick.

Con esta salida, eso sí, espera que Olmo pueda ser al fin inscrito en la Liga. "Dani, está listo para jugar, esperamos que pueda hacerlo, que pueda entrar en el equipo y que pueda ayudarnos. Confío en poder disponer de él lo antes posible", aseguró el técnico alemán, quien tuvo también palabras de elogio para un Lamine Yamal a quien tiene en muy alta consideración. "Jugó la Eurocopa, lleva dos semanas y media entrenando con nosotros y lo que he visto hasta ahora es increíble. Tiene posesión, control... Jugadores como él ayudan enormemente a cualquier equipo. Espero que no repitamos los errores que cometimos en la primera mitad en Valencia y hay que ubicarlo en la posición adecuada», apuntó acerca del joven crack barcelonista. Muchísimo más parco en palabras, eso sí, se mostró a la hora de valorar el juego de un Nico Williams por quien tanto han suspirado los azulgrana.


"No es mi trabajo hablar de él, yo me centro únicamente en mis jugadores. Jules Koundé le frenará bien", se limitó a apuntar Flick acerca del delantero del Athletic. El tira y afloja que han protagonizado tanto la entidad bilbaína como el Barça por el jugador, con el club azulgrana resistiéndose a renunciar a su contratación hasta prácticamente el último momento y los leones jugando todas las cartas posibles para retenerlo, mientras el propio futbolista hacía gestos más dirigidos hacia su continuidad, podría provocar que la grada de Montjuïc le brinde un recibimiento poco amistoso. Ernesto Valverde cree que todo discurrirá con normalidad. "Yo he jugado muchos partidos en Montjuic. Y te garantizo queno es el campo más caliente del mundo, más que nada por la distancia que hay con la gente. Además, es verano. El público animará a su equipo, habrá muchos turistas y la gente estará con ganas de ver al Barça, igual que cuando nosotros jugamos aquí. No espero nada especial", dijo ayer el técnico del Athletic.