La Liga de Fútbol Profesional ha decidido no esperar al proceso deportivo y recurrirá ante la justicia ordinaria la cautelar urgente que concedió el Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes (CSD) el pasado miércoles al Barcelona para que pueda inscribir a sus jugadores Dani Olmo y Pau Víctor, desinscritos por la Liga al no cumplir el club catalán con las reglas del Fair Play Financiero.
Fuentes de la patronal han confirmado a EL MUNDO que en breve presentarán un recurso contra esta decisión ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo para tratar de impedir que esa cautelar urgente sea efectiva durante el tiempo que tarde el CSD en decidir sobre el fondo del asunto (tiene un máximo de tres meses para hacerlo).
Para saber más
El pasado miércoles, el CSD hizo público que concedía esa cautelar urgente al club catalán amparándose en varios argumentos. Mencionaba, por ejemplo, el artículo 27 de la Ley del Deporte, en el que recoge que los deportistas profesionales tienen derecho "a una carrera deportiva conforme a sus potencialidades" y argumentaba que el Barça está inmerso en un torneo de repercusión mundial entre "equipos que han tenido mejor rendimiento en las competiciones nacionales en el curso anterior".
Posteriormente, miembros del Gobierno como Pilar Alegría, ministra de Educación y Deporte, o incluso Félix Bolaños, de Justicia, justificaban la decisión en que se podía causar un "daño irreparable" al Barcelona y a los jugadores.
Sin embargo, desde el miércoles y hasta este mismo viernes han sido varios los clubes profesionales que han alzado la voz contra la decisión del CSD. Con argumentos más o menos parecidos que se pueden resumir en que la decisión pone en peligro la igualdad de todos los participantes en la competición. El PP ha ido más lejos y ha acusado al Ejecutivo de "adulterar la Liga" de fútbol.
El PP ha pedido explicaciones al Gobierno por la decisión del CSD de conceder la medida cautelar urgente solicitada por el FC Barcelona y por los jugadores Dani Olmo y Pau Víctor en la que se solicitaba la suspensión de la cancelación de las licencias deportivas de dichos jugadores para que puedan jugar.
El grupo popular entiende que el Gobierno "debe dar explicaciones por adulterar La Liga a través del CSD, que ha pervertido la competición con una decisión sin precedentes. La intervención política para permitir la inscripción de los futbolistas Dani Olmo y Pau Víctor por parte del Fútbol Club Barcelona ensucia la reputación del principal y más popular campeonato deportivo de España. Algo intolerable y que ha llenado de indignación a millones de aficionados al fútbol en nuestro país".
Por ello, el PP registró este jueves ante la Mesa del Congreso de los Diputados, una serie de preguntas al Gobierno, agrupadas en ocho epígrafes, de las que desea obtener respuesta por escrito.
"¿Tiene constancia el Gobierno del acuerdo de la Comisión de Control Económico de La Liga y los parámetros por los que se consideró que el F.C. Barcelona incumplía los requisitos presupuestarios del llamado "fair play"? ¿Qué diálogo se ha mantenido con LaLiga y la RFEF respecto a la concesión de esta medida cautelar? ¿Qué impedirá a partir de ahora, a juicio del Gobierno y del CSD, que cualquier club incorpore a jugadores rompiendo las normas que todos los clubes se han autoimpuesto para después hallar amparo, siquiera de forma cautelar, en base a la protección de sus intereses económicos y de la carrera deportiva de los jugadores?", son algunas de las preguntas que recoge el escrito.
El texto también destaca que la resolución del CSD llegó pocas horas después de que Pilar Alegría "declarara públicamente que el estudio de los 52 folios y 60 documentos de la pieza sería "un trabajo tedioso" y que la RFEF y LaLiga podrían formular alegaciones antes de la resolución de la medida cautelar", lo que, a juicio del PP indica "que esta decisión de carácter político podría haber estado ya decidida".
Desde el partido de Feijóo entienden que "la admisión de la medida cautelarísima por parte del CSD no sólo incumple las más elementales reglas de fair play, también consagra el trato de favor de un Gobierno empeñado en generar desigualdades, a tratar de forma diferente a unos frente a otros. Pero esta nueva amnistía, como la anterior, no se va a producir con el silencio cómplice del PP. No nos vamos a quedar de brazos cruzados mientras el Gobierno trata de corromper también el deporte, fuente algunos de los mejores valores sociales".
Hay siete kilómetros entre el Hotel Marriot de Yeda, sede de la Federación Española de Fútbol durante esta Supercopa de España, y el Assila Luxury Collection, cuartel general del Fútbol Club Barcelona. Siete kilómetros que separan las trincheras de la nueva guerra del fútbol español, que vivió en la noche del miércoles y la mañana del jueves sus horas más tensas. La decisión del Consejo Superior de Deportes de conceder la cautelar para inscribir a Dani Olmo y la exaltación, insultos a directivos federativos mediante, de Joan Laporta en el palco del Estadio King Abdullah torpedearon la paz recién estrenada con las elecciones en la Federación y provocaron multitud de mensajes, llamadas y mucha presión sobre todos los responsables. Vuelve el barro, si es que alguna vez se fue.
Mientras, a lo lejos, relajado en el Park Hyatt del paseo marítimo de la ciudad, el Real Madrid espera acontecimientos. Un silencio que es entendido por sus críticos como un apoyo al conjunto catalán. Así lo argumentó Javier Tebas, presidente de LaLiga, desde Madrid. No le importó la distancia al que ahora también es vicepresidente de la RFEF, enfrentado durante años al ente que dirigía Rubiales y ahora parte de la Federación, para situarse de nuevo contra el equipo blanco y el CSD. En Chamartín, personados en el Caso Negreira contra los culés, prefieren mantenerse al margen de momento mientras el resto de clubes de LaLiga se revuelven por lo que consideran "una decisión política". Esos son los bandos, aquí los hechos.
La noche del 4 de enero, mientras volvía en su coche desde Barbastro hacia Barcelona, Joan Laporta, acompañado en el vehículo por Alejandro Echeverría, su mano derecha, tuvo una conversación por teléfono con Rafael Louzán, presidente de la Federación. En esa llamada, el dirigente culé le agradeció al federativo su trabajo durante el intento de inscripción de Olmo a pesar de que no se podía conseguir. Había, en teoría, buena relación.
Cuatro días después, ambos se encontraron en persona en el palco de Yeda, justo antes del Athletic-Barça, donde la situación fue diferente. Louzán llegó a la sala VIP del King Abdullah unos segundos después de que Laporta gritara varios "hijos de puta" a los directivos de la Federación y a varios presidentes territoriales. "Sinvergüenzas, cobardes, acojonados", fueron, según pudo confirmar este periódico, algunos de los insultos que propinó el presidente azulgrana.
Mala imagen para la Federación... Y posible sanción
Una imagen "impresentable" y "violenta", definen varios testigos de la escena, en la que Laporta "estaba fuera de sí" y que "sorprendió", aseguran, a los representantes del Gobierno saudí presentes en el palco. Una acumulación de actos, los insultos, los golpes, la mala imagen hacia los dirigentes locales y la decisión del CSD, que provocaron una noche de miércoles y una mañana de jueves frenéticas.
En la madrugada, Louzán y Tebas hablaron por teléfono para intentar marcar los siguientes pasos a seguir, conscientes ambos de que los clubes y los directivos iban a presionarles durante el jueves. Así fue. En la mañana de ayer, el presidente federativo tuvo una reunión en su hotel de Yeda con representantes de los 47 clubes no profesionales invitados por la RFEF a la Supercopa, y no tardó en salir el tema del ataque de Laporta, prometiendo Louzán "estudiar" la apertura de un expediente disciplinario al presidente ante el enfado de algunos directivos y presidentes.
El gallego, en una conversación con tres medios de comunicación entre los que se encontraba este periódico, aseguró que instará al culé a pedir perdón para evitar una sanción que escale la tensión. De momento, Laporta ha anunciado una rueda de prensa para el próximo martes, ya en Barcelona, rechazando hablar en Yeda, y el domingo, en el clásico, habrá encuentro con ambas directivas.
Mientras, Louzán trata de aliviar la rabia de los clubes. Cinco equipos, con el Athletic Club a la cabeza, llamaron en la mañana de ayer al presidente federativo y a Tebas para quejarse por una decisión que, consultados por este periódico, "rompe el Control Económico de LaLiga". Los clubes consideran, aunque de momento lo dicen en bajito, nada de hacerlo público, que la cautelar genera "un precedente peligroso" en el fútbol español y piden responder de manera administrativa al CSD, algo que están estudiando LaLiga y la RFEF. Sólo la U.D. Las Palmas hizo público ayer su enfado a través de un comunicado en el que decía que la decisión del Gobierno "supone un grave peligro para la integridad de la competición". Se unió, horas después, el Atlético de Madrid. El club rojiblanco considera que la decisión del CSD es una «intervención gubernamental» y avisa que «crea un precedente muy peligroso». «El Atlético mantiene su compromiso con el rigor -continúa-. Sin unas normas claras e iguales para todos, no hay competición justa posible».
Hasta ayer, el Mallorca era uno de los seis equipos de LaLiga ante los que Jude Bellingham aún no había marcado. Ni en las dos victorias de la temporada pasada, resueltas por la mínima, ni en el empate de comienzos de curso, donde el equipo de Jagoba Arrasate empezó a evidenciar su buena condición. Un equipo con el indudable legado de Javier Aguirre, pero con mayor presencia en campo contrario. La firmeza y el buen pie del Mallorca supusieron ayer toda una piedra de toque para el Real Madrid. Hasta que apareció Bellingham con su noveno gol en los 12 últimos partidos.
Ningún otro centrocampista de las cinco grandes ligas puede presumir de una cifra similar. De hecho, durante los dos últimos meses sólo Mo Salah (Liverpool), Alexander Isak (Newcastle) y Patrick Schick (Bayer Leverkusen) marcaron más (12, 11 y 10, respectivamente). Tras no ver portería en sus 12 primeros partidos, Bellingham vuelve a resultar diferencial. Tanto en el área como en labores oscuras. Ayer se impuso en ocho de sus 14 duelos -una cifra sólo superada por Pablo Maffeo (13 de 18)- y fue frenado cuatro veces en falta.
La semifinal de Bellingham ni siquiera iba a torcerse durante el tramo final, cuando acusó una sobrecarga en la pierna derecha. Aún con mínima ventaja en el marcador, Carlo Ancelotti iba a resistirse al cambio. Unos minutos más tarde, cuando Rodrygo pudo cantar el 3-0 como festejo por su 24º cumpleaños, Bellingham volvió a convertirse en protagonista. Suyo fue el pique con Maffeo que enrareció el ambiente.
Simular una agresión
«¡Tira para allá, que eres muy malo!», gritaba Raúl Asencio al lateral barcelonés, que se había encarado con Bellingham. «¡Vete a difundir a vídeos, subnormal!», replicaba Maffeo, en referencia a la presunta implicación del canterano en la difusión de un vídeo de carácter sexual. Antonio Rüdiger, otro de fuerte carácter, se encaraba con Samu Costa, mientras en la banda, los suplentes de Ancelotti intentaban contener a un desbocado Vinicius.
Desde la instauración del nuevo formato en 2020, el brasileño había dominado la Supercopa, liderando los capítulos de regates (15 de 49), faltas provocadas (23) y más remates tras conducción (seis, dos de ellos en forma de goles). Sin embargo, esta vez le faltó finura ante Maffeo, que en la primera parte quiso simular una agresión del 7. Un pique permanente durante los 88 minutos disputados por el brasileño, con intercambio continuo de gestos y reproches.
Camino de los vestuarios, Ancelotti se llevó de la mano a Maffeo, que parecía enumerarle todas las lindezas que le habían dededicado. «Los ánimos estaban calientes, así que he intentado calmar las aguas. No era necesario para los dos equipos. Al final no ha pasado nada», explicó el técnico en los micrófonos de Movistar. La habitual flema del italiano contrastó con la contundencia de Aurelien Tchouaméni. «Todos los partidos tenemos un problema con él», lanzó el francés.
«Peleas, como en cada partido»
En el vestuario del Mallorca tampoco había llegado, precisamente, la tranquilidad. «Hubo peleas, como en cada partido», refrendó Vedat Muriqi, referencia ofensiva de los bermellones y ganador en cuatro de sus seis duelos aéreos. «Que aprenda a ganar, porque tiene muchos partidos importantes por delante y le va a venir mejor», espetó Dani Rodríguez sobre Asencio. El canterano había saltado al césped en el minuto 55 después de que Tchoaméni sufriese un tremendo impacto en la cabeza tras un salto con Cyle Larin.
En cualquier caso, el francés podrá disputar la final del domingo en Yeda (20:00 horas). También Bellingham, según confirmación del propio Ancelotti. De las 12 ocasiones en las que el Madrid jugó la Supercopa como campeón de Liga, en ocho pudo proclamarse campeón. Sólo tropezó ante Deportivo (1995) Sevilla (2007) Athletic (2021) y Barcelona (2023).
Otro excelente partido de Bellingham, con otro gol, basta para acabar con el partido colérico y trasnochado del Mallorca. Los últimos dos goles de Madrid fueron en el tiempo de la basura, cuando el equipo balear había perdido el compás por su escandalosa asfixia físíca.
Arrasate siempre tiene la misma medicina cuando está el Madrid por delante. Le da igual estar en Pamplona, Mallorca, Arabia o China. Como un hechicero, trata de envenenar el partid
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Del "situaciones esperpénticas" del presidente del Athletic, Jon Uriarte, al "¡hijos de puta!", corte de mangas incluido, de Joan Laporta, hay una decisión que ha removido el mundo del fútbol en España. La cautelarísima que permite inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor ha sido, a juicio de los expertos en derecho deportivo consultados por EL MUNDO, una "decisión inusual" tomada con una "urgencia innecesaria" en la que ha mediado "cierta intervención
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Arabia Saudí vuelve a tener el partido por el que paga 40 millones cada año al fútbol español. Otro clásico en el desierto después de la victoria del Madrid contra el Mallorca. Fue superior el conjunto blanco pero le costó anotar hasta que Bellingham, aprovechando el tercer rechace ante el eterno muro balear, puso a su equipo en la final de la Supercopa de España. Valjent, en propia puerta, y Rodrygo, ambos en el añadido, cerraron un duelo que terminó con tangana entre Maffeo, que venía picado con Vinicius, Bellingham, Asencio y Samu Costa. [Narración y estadísticas (3-0)]
Como hizo en la Intercontinental de Doha, Ancelotti volvió a acumular sobre el desierto saudí a todas las estrellas de su galaxia. Asentó su centro del campo en Valverde y Camavinga y dejó libertad por delante a Bellingham, Rodrygo, Vinicius y Mbappé. Y el Madrid fluyó durante gran parte del partido a un Mallorca limitado a los balones largos para Muriqi.
El inicio fue abrasador, con ritmo e ideas, confirmando las sensaciones de Ancelotti en la previa. "Tenemos que llegar motivados", pidió. Sus futbolistas cumplieron, aunque les faltó el premio del gol.
Balones a Muriqi
Greif sumó cinco paradas en los primeros 18 minutos ante un ataque madridista que fue capaz de intercambiar posiciones, aprovechar los espacios y llegar hasta pocos metros de la portería rival. Lo hizo sin demasiada posesión, buscando el uno contra uno en ambas bandas y aprovechándose del talento de sus delanteros. Entre Rodrygo, Mbappé y Vinicius fabricaron las mejores ocasiones del tramo inicial hasta que el Mallorca consiguió apagar el fuego.
Mientras Greif salvaba a su equipo ante Lucas, Rodrygo, Tchouaméni, Mbappé o Bellingham, Maffeo y Vinicius hacían su propio partido. El lateral balear intentó picar al brasileño a los 10 minutos, fingiendo una agresión tras buscar a Vinicius con un choque, y el delantero madridista fue disminuyendo su aportación a partir de ahí.
En el otro lado, el Mallorca comenzó a encontrar aire en los balones largos a Muriqi, isla inconmensurable en el ataque balear. El kosovar buscó emparejarse con Lucas en banda para que Dani Rodríguez y Larin pelearan por segundas jugadas. Así llegaron los mejores momentos de los de Arrasate. A Larin, sin embargo, le faltó acierto. Primero no midió bien un salto tras centro de Dani y luego remató alto desde la frontal.
Vinicius, ante Maffeo, el jueves en Yeda.AFP
El encuentro murió durante unos minutos, para alegría de un Mallorca que logró oxígeno para rearmarse. Enfrente, Bellingham comenzó a echarse a la espalda a su equipo, a amasar balón esperando momentos y a moverse con elegancia francesa entre líneas. De sus botas salió el ímpetu del Madrid hacia el descanso, con una ocasión de Rodrygo tras un pase de la muerte del inglés.
Tras el intermedio, el partido entró en tierra de nadie. Sin ocasiones, sin ritmo y con más pelea en el centro del campo, lesiones y parones que otra cosa. Tchouaméni tuvo que abandonar el duelo tras llevarse un golpe en la cabeza, hubo algún que otro problema físico y nadie se acercó a puerta salvo Dani Rodríguez, que estuvo a punto de marcar tras un llegada al área de Mojica.
En el 63, sin embargo, Vinicius dejaría a un lado su batalla individual y correría al desmarque para que Mbappé le encontrara camino del área. El brasileño puso un centro que Rodrygo remató de cabeza al palo y después de otro rechace tras disparo de Mbappé, Bellingham anotó el primero de la noche superando a los cuatro defensas que se acumulaban en la línea de gol. El inglés marcó su segundo tanto de forma consecutiva, el séptimo en sus últimos nueve encuentros. Fue el hundimiento del Mallorca, incapaz de reaccionar ante la superioridad física del Madrid.
Greif, salvador
Los de Ancelotti pudieron ampliar su renta y sólo Greif evitó un resultado mayor. Vini, tras varios regates marca de la casa en el carril izquierdo del área pequeña, remató desviado. Luego Rodrygo, tras una buena internada, definió centrado. Y Mbappé, después de una gran arrancada de Vini, se encontró con el portero.
El añadido tuvo de todo. Problemas físicos para Bellingham, goles de Valjent, en propia puerta, y Rodrygo para poner el 3-0 y una pelea final con Maffeo, que ya venía picado con Vinicius, Bellingham, Lucas, Asencio, Samu Costa y practicamente ambas plantillas y cuerpos técnicos.
Yeda acogerá el tercer clásico consecutivo en la final del torneo saudí. El Barça ganó en 2023 y el Madrid en 2024. Toca 2025.
Un ex tenista convertido en uno de los propietarios de los Phoenix Suns de la NBA y en máximo accionista del Mallorca, actual finalista de la Copa del Rey del fútbol español. Así de curiosa es la vida de Andy Kohlberg (Nueva York, 1959). El que fuera número 26 del ranking de dobles de tenis en 1988, su mejor clasificación, está ahora en Arabia Saudí con el conjunto balear confirmando que no todas las experiencias de dueños extranjeros salen mal en LaLiga. En el hotel del Mallorca en Yeda, reflexiona sobre el fútbol español con EL MUNDO.
¿Cuál es su objetivo en Mallorca?
Lo primero es estabilizar al club en LaLiga e intentar ser de forma consistente uno de los mejores diez equipos de la clasificación. Ahora mismo lo estamos consiguiendo, pero es diferente hacerlo de forma constante. Nuestro objetivo ahora es invertir en las categorías inferiores, tener más canteranos en el primer equipo y mantenernos en el Top-10.
Final de la Copa del Rey, Supercopa... Están yendo muy rápido.
Sí, es muy ilusionante. Pero el reto es mantenernos y eso requiere mucho más trabajo. Lo hemos hecho bien en los primeros 19 partidos de LaLiga, pero hacerlo año tras año es muy diferente.
En Mallorca parece estar funcionando, pero la llegada de propietarios extranjeros ha salido mal en algunos equipos. ¿Entiende el rechazo de los fans que prefieren dueños nacionales?
Sí, por supuesto, lo entiendo y es normal. Ese escepticismo es normal y saludable. Más allá de eso, yo siempre he observado los negocios en los deportes, y en todos los ámbitos, como algo a largo plazo. He estado en la propiedad de los Phoenix Suns de la NBA durante más de 20 años y los negocios que he dirigido lo he hecho durante 30 o 35 años. Siempre he escogido el largo plazo. A veces el problema es que los propietarios llegan , tienen una perspectiva a corto plazo y eso genera mucha ansiedad e incluso enemistad con la afición. Y a veces de forma merecida. En el deporte tienes que tener una visión a largo plazo para tener éxito.
Si uno busca personalidades del deporte de Mallorca, el primer nombre que sale es el de Rafael Nadal.
Por supuesto. Es un gran embajador del deporte en general, un icono global. Es de Mallorca y obviamente tiene una conexión con el club, pero también es un gran fan del Real Madrid. Aún así, viene a nuestros partidos, le conozco, he pasado tiempo con él y es una persona increíble. Cualquier asociación con él estaría genial, pero es un icono global.
¿Cuánto ha influido esa cultura norteamericana en el Mallorca?
Ha ayudado, porque a pesar de las diferencias, hay cosas parecidas. No es muy diferente a un General Manager de la NBA que tiene que escoger a un entrenador. Quieres a un profesional competitivo, y aquí estamos intentando encontrar a gente competitiva. Eso es igual en el fútbol, en el baloncesto o en el tenis.
Usted fue tenista. ¿Cómo termina presidiendo el Mallorca?
Desde nuestro grupo de inversión queríamos comprar un club de fútbol. Estudiamos diferentes equipos, pero sentimos que el Mallorca era la oportunidad perfecta. Una isla muy conocida que nos daba una buena oportunidad de marketing. Si estás en Granada o Levante, te tienes que centrar en el marketing local. Nosotros tenemos 15 millones de turistas, una isla conocida en los Estados Unidos, presencia internacional... La oportunidad perfecta.
Hablando de la Supercopa, el presidente del Athletic se ha quejado de las diferencias en la distribución de las ganancias del torneo. ¿Qué opina usted?
Creo que lo justo es que todos los clubes reciban la misma cantidad de dinero por jugar la Supercopa y que luego haya un premio por llegar a la final y por ganar.
Y siguiendo con la actualidad, ¿le parece justo para el resto de clubes lo que puede pasar con el Barça y Olmo?
Desde la perspectiva de nuestro club, nosotros miramos las normas y lo que queremos es que se apliquen siempre de forma coherente. Siempre que sea así, estamos contentos. Decida lo que decida la Federación, debería ser justo con el resto de clubes. Eso es lo más importante en el deporte, ya sea la NBA, LaLiga o la Federación. La coherencia.
En la NBA hay varios partidos oficiales fuera de los Estados Unidos. ¿Usted entiende la crítica social por jugar la Supercopa de España en Arabia Saudí?
Sí, lo entiendo perfectamente. Los aficionados quieren que los partidos se jueguen en su ciudad, pero tiene que haber un equilibrio entre eso y generar lo máximo posible. Siempre hay alguien molesto, es difícil.
Se verá con Florentino Pérez. ¿Qué le parece su gestión?
Me he reunido con él unas cuantas veces y hoy almorzaremos. Lo que ha construido en el Madrid es increíble, no tengo más que respeto por él.
P. Uno de sus grandes proyectos es el de la Superliga. ¿Está de acuerdo?
Yo lo que creo es que hay demasiados partidos y los jugadores necesitan tiempo para descansar. Creo que el mayor problema es que no hay mucho tiempo libre, como en la NBA, que los equipos que no llegan a Playoffs tienen cuatro meses de descanso. Debe haber una visión global del calendario y darle más vacaciones a los jugadores, porque física y mentalmente lo necesitan.
El miércoles de Yeda fue el delirio de Joan Laporta, arrebatado por la alegría de la cautelar que le permitirá inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor. Un júbilo que le encontró en pleno acceso al estadio King Abdullah de Yeda, justo antes de la semifinal de la Supercopa de España ante el Athletic Club. Allí, rodeado de directivos propios y rivales, de presidentes territoriales y de todo tipo de autoridades, soltó toda la rabia acumulada.
La noticia sorprendió a la expedición del Barça en su trayecto desde el hotel al campo. El Consejo Superior de Deportes (CSD) acababa de conceder la libertad a Olmo y Víctor, que volverán a ser inscritos «hasta que se resuelva definitivamente» el recurso presentado por el club azulgrana.
A poco más de una hora para el inicio de la semifinal de la Supercopa, el Barça y Laporta recibían la decisión del CSD en un clima de euforia. Poco importaba que con esos plazos tan ajustados Flick no pudiese incluir a Olmo y Víctor en la convocatoria ante el Athletic. En el interior del estadio, Joan Laporta se abrazaba con Enric Masip y Alejandro Echevarría, dos de sus asesores de confianza. Casi fuera de sí, el presidente azulgrana acompañó su alegría con un estrafalario corte de mangas camino al palco.
Eufórico abrazo
Allí, Jon Uriarte, presidente del Athletic Club, estaba tildando la decisión del CSD de «esperpéntica», definición que aterrizó en el seno del Barça para enfrentar todavía más a dos directivas que hace tiempo que no se tragan. «Es una decisión provisional tomada por un órgano político y ahora son LaLiga y la Federación quienes deberán defender la decisión que tomaron», insistió el dirigente rojiblanco en los micrófonos de Movistar.
En la sala anterior al palco llegó el show de Laporta. Según adelantó Marca y pudo confirmar este periódico, el presidente del Barça se transformó cuando vio a Dani Olmo acercarse a él. Abrazó con euforia a su futbolista y, rodeado de multitud de dirigentes, comenzó a gritar al aire «¡Hijos de puta, hijos de puta!». Fue una situación que algunos testigos consultados por este periódico tildan de «violenta». Después de los insultos, el máximo mandatario culé comenzó a golpear varias sillas mientras los demás no daban crédito.
Pasados unos minutos, Laporta encontró la serenidad, ya con Rafael Louzán, nuevo presidente de la Federación, al lado. Se intercambió un detalle protocolario con Uriarte, siempre con Louzán en el medio, y caminó hacia su asiento en el palco. Desde allí observó la victoria del Barça mientras sus contrarios comenzaban a reflexionar sobre las razones de la cautelar, mirando directamente a esa «decisión política» que reclamaba el presidente rojiblanco.
Los intereses de la selección
A esta tesis, la de la injerencia política, podría aferrarse quien examine con algún detenimiento los razonamientos jurídicos del CSD. Porque el órgano gubernamental apeló al artículo 27 de la Ley del Deporte, según el cual los deportistas profesionales tienen derecho «a una carrera deportiva conforme a sus potencialidades y con todas las garantías y certidumbre». Sin embargo, pasa por alto el hecho de que el Barça haya burlado el control económico que el resto de clubes cumplen a rajatabla.
No conforme, el órgano presidido por José Manuel Rodríguez Uribes aprovecha la presencia del Barça en la Supercopa para argumentar que dejar fuera a Olmo y Víctor «causaría un perjuicio económico y deportivo grave para el club y, sobre todo, para los futbolistas». «Esto podría dañar también los intereses de la selección española, así como del resto de las competiciones nacionales, incluida LaLiga», añade.
Uriarte, con aficionados del Athletic, en el King Abdullah de Yeda.ATHLETIC CLUB
De momento, la principal certeza para el Barça es que sus dos futbolistas podrán disputar la final del domingo en Yeda. Y la próxima jornada liguera, el próximo sábado 18 ante el Getafe en el Coliseum. Sin perder de vista el carácter provisional de esta cautelar, dado que en un plazo máximo de tres meses deberá resolverse definitivamente el recurso de alzada del Barça.
En cualquier caso, la decisión del CSD supone un duro golpe para Javier Tebas, presidente de LaLiga, que mostró su «absoluta disconformidad» con el CSD, al tiempo que no descartaba «plantear los recursos que procedan».
Casi en las antípodas de esta contundencia, la Federación Española no quiso entrar en más honduras. «Respetamos las decisiones de un órgano como el CSD, pero no podemos entrar en este tema. Cuando podamos conocer su escrito profundidad haremos una valoración», adelantó Rafael Louzán en Movistar, donde el flamante presidente reiteró que la RFEF había cumplido «escrupulosamente lo establecido».
El Barcelona ya espera al Real Madrid o al Mallorca en la final de la Supercopa de Arabia, coronación de mitad de temporada que sirve para elevar las penas o empeorar las sensaciones. Gavi y Yamal, con dos goles en el inicio de ambas partes, hundieron a un Athletic débil y errático, lastrado por la baja inicial de Nico Williams y la ausencia de Sancet. Lo intentó en el tramo final cuando el Barça tiró de cautela, aprovechando la actualidad, se relajó y reservó a sus estrellas pensando en la final. Polémico gol anulado a Iñaki Williams. [Narración y estadísticas (0-2)]
Empujado por la alegría, peineta mediante de Laporta, de la 'cautelarísima' para inscribir a Dani Olmo, el Barça arrancó el duelo dominando al Athletic al ritmo de Pedri. El ex del Leipzig no fue convocado para el partido a la espera de la inscripción definitiva, pero parece que tendrá el permiso del Consejo Superior de Deportes (del Gobierno) para disputar la final del domingo y las próximas jornadas de Liga y Copa.
Aún así, a Hansi Flick no le hizo falta Olmo. El técnico alemán volvió a sentar a De Jong, situó a Gavi en la mediapunta y retrasó un poco al canario, que compartió medular con Casadó y fue el timón del conjunto azulgrana. De las botas del de Tegueste nació el asedio inicial de los culés, que bajó varios metros su tradicional defensa adelantada para evitar la velocidad de Iñaki Williams.
sin Nico ni Sancet
Pedri siempre encontró a su espalda a Prados o Unai Gómez, pero su habilidad para sortear la presión, girarse y conectar con Raphinha y Yamal desestabilizó al Athletic en los primeros minutos. Raphinha tuvo el 0-1 en varias ocasiones, una al rematar alto un centro y otra tras un saque de falta que desvió Unai Simón, pero el primer gol del Barça no tardaría en llegar. En el 16, Raphinha recibió en tres cuartos, evitó la entrada de un Lekue que perdió la marca en su carril, el brasileño cedió a Pedri, el canario aceleró hacia el área, vio la llegada de Balde en libertad y el lateral asistió a Gavi para que anotara por bajo ante Simón. Una acción rápida y vertical, máximo deseo de Flick.
Al Athletic, sin Nico ni Sancet, le costó despertar tras el tanto del andaluz. El Barça siguió fluyendo en la medular, superando la débil presión rival y aprovechándose de los errores en salida de Prados y Jaureguizar, que no consiguieron hacer suyo el juego. La tardanza rojiblanca en asentarse sobre Yeda casi le permitió al Barça alejarse en el marcador, pero Raphinha y Lamine no estuvieron acertados ante Simón.
Ante las dificultades para combinar, el Athletic optó por los balones largos a la espalda de los centrales azulgrana. Perdió muchas posesiones, pero se acercó con peligro cuando consiguió ganar las segundas jugadas y decantó el partido hacia el área rival durante unos minutos, hundiendo al Barça en su área, siendo más intenso en la presión sobre Pedri y teniendo un arreón al final de la primera parte en busca del empate, pero falló ante el gol.
Szczesny neutraliza una ocasión de Iñaki Williams.EFE
Ahí se encontró con Szczesny, titular en lugar de un Iñaki Peña castigado por Flick por llegar tarde a la sesión matutina en el hotel. En el 34, Yuri llegó a línea de fondo, puso un centro fuerte por bajo hacia Guruzeta y el portero polaco estuvo ágil para poner una mano fuerte que evitó el remate del delantero.
El descanso reinició sensaciones y la segunda parte arrancó como la primera. Con el Athletic demasiado errático en salida y con el Barça presionando y aprovechando los errores de su rival. Raphinha tuvo la primera opción en el 48, pero su disparo ante Simón salió mordido, y Yamal amplió la renta cinco minutos después.
Jaureguizar quiso conectar con Guruzeta en el círculo central, su pase no salió perfecto e Iñigo saltó al corte. El balón aterrizó en Gavi, que se giró y buscó a Lamine en la frontal. Medio gol. La joven estrella azulgrana controló hacia Simón, tuvo segundos para pensar y batió al rojiblanco para delirio de la grada saudí, que llenó hasta la mitad el Estadio King Abdullah. Entrada pobre a la espera de un posible clásico.
Dos goles anulados
Y de nuevo, se volvió al guion de la primera parte. Un paso atrás del Barça y una marcha más de los bilbaínos, sin éxito en sus acercamientos. Flick retiró del campo a un Yamal que volvía a jugar tras estar lesionado y el partido se igualó. Apretó el Athletic, más por la inercia del partido y por la entrada de Nico, al que Valverde dio media hora después de ausentarse en el entrenamiento previo..
La cautela del Barça hacia la final hizo crecer al Athletic, que se encontró con varias oportunidades. Falló Jaureguizar, falló Vesga, falló Nico... Y falló Iñaki Williams. El delantero voleó desviado un centro y no acertó a asistir con acierto a Nico Serrano en una contra, precipitándose el canterano al rematar desde lejos.
El tramo final tuvo polémica. Ortiz Arias anuló dos tantos al Athletic por fuera de juego. Uno a De Marcos, en clara posición antirreglamentaria, y otro a Iñaki después de un error de De Jong, que pasó el balón hacia atrás. El VAR avisó al colegiado de que Djaló había rozado la pelota del holandés y por tanto la jugada no podía ser válida. Protestó el Athletic, pero no sirvió. El Barça está en la final.