Las dos caras de la moneda de la Copa con el Barça "soñando" con el triplete y el Atlético fuera de todo en abril: "No hay reproches, los futbolistas lo están dando todo"

Las dos caras de la moneda de la Copa con el Barça “soñando” con el triplete y el Atlético fuera de todo en abril: “No hay reproches, los futbolistas lo están dando todo”

Quizás solo fueran detalles, quizás metaforas, pero ayer una moneda giró en el Metropolitano y sólo con ver a los entrenadores en rueda de prensa se podía imaginar a quién le salió cara. Hansi Flick salió fresco, despejado, como si se acabara de levantar, mientras que Simeone lo hizo como si hubiera jugado él los 90 minutos de la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. "Reproches no hay. Los futbolistas están dando todo. Creo que estamos dando el máximo y aspiro a seguir igual en liga", apuntó el Cholo en su comparecencia.

La Liga está casi imposible para los rojiblancos, a nueve puntos de un equipo que aún no ha perdido en 2025. La última derrota de los azulgrana fue, precisamente, ante el conjunto de Simeone antes del parón invernal y ese duelo levantó aún más el vuelo de los pupilos de Flick. "Después de la navidad mejoramos mucho, el equipo creció en su manera de cómo jugar, pero el partido contra el Atlético anterior ya había sido bueno y les había dicho a los chicos que estaba contento", reveló el entrenador alemán.

Un técnico que permite ahora ciertas licencias que no permitía al inicio de la temporada. Aún es pronto, dice, pero el camino lo tienen claro hacia el triplete. "Soñar está permitido, pero hay que trabajar muy duro", apuntó el técnico y le secundó poco después su jugador Jules Koundé en zona mixta. "Estamos metidos en todas las competiciones, el camino todavía es largo, pero sí soñamos", comentó el defensor.

El Atlético está en el lado contrario. Cruz total en la moneda del fútbol. Lejos en liga, eliminados de Champions ante el Real Madrid y ayer se rehicieron a un primer tiempo horrible para soñar con el partido de la Cartuja. "Nos disculpamos por no haber conseguido el pase a la final, que era la ilusión de todos", dijo Josema Giménez en zona mixta.

Pero la clave del cambio de actitud fue la charla del Cholo al descanso y los múltiples cambios que se hicieron desde la caseta tanto tácticos como de nombres. "Les dije que nos habian perdonado y dejado vivos y eso nos daba optimismo para enfrentar con mas valentía el segundo tiempo", explicó el argentino.

El optimismo y la valentía los puso Alexander Sorloth. El responsable del tanto que terminó con la derrota del Barça en Montjuic fue una pesadilla para la defensa blaugrana, pero le falto contundencia y eficacia. Pese a que disfrutó de varias ocasiones claras, el noruego no pudo rematarla con un sólo disparo a puerta. Todos terminaron fuera o anulados por fuera de juego.

El equipo, con los cambios, había conseguido inclinar el campo hacia sus intereses, pero fueron incapaces de remontar el tanto inicial de Ferran, en una primera parte de los blaugrana memorable. "El rival juega muy bien, me gusta como juega y lo he dicho muchas veces", alabó el Cholo y fue correspondido por Flick que calificó al Atlético como uno de los "mejores equipos no de España sino de Europa".

Maratón y final

El Barcelona afronta ahora una maratón de partidos hasta la final de La Cartuja en la que habrá un Clásico. "Mañana llegaremos a las 3 de la mañana, dormiremos no mucho y luego a entrenar otra vez, recuperarse y ver qué es posible contra el Betis. No es fácil", apuntó Flick sobre el calendario.

De hecho, el alemán avisó de que no quería responder a ninguna pregunta sobre la final del 26 de abril ante el Real Madrid porque "su foco está en el Betis" y quedan "muchos partidos antes". Aunque al final deslizó: "El Clásico está bien". Los dos que ha jugado, por cierto, los ha ganado tras marcar cuatro y cinco goles al rival.

El Barça y Ferran se citan con el Madrid en la final de la Copa del Rey

El Barça y Ferran se citan con el Madrid en la final de la Copa del Rey

¿Qué es el fracaso? El fracaso está en no intentarlo, claro. Pero a veces también aparece detrás del canto de una moneda. En que un disparo de Lamine roce el palo por fuera y no por dentro, en un mal o buen control de Julián ante Sczesny, en una picardía de Griezmann que sale o no, o en que Munuera decida desautorizar al VAR y mantenga la amarilla a Azpilicueta en lugar de la roja. [Narración y estadísticas, 0-1]

Se tiró una moneda al aire en el Metropolitano. Una moneda que giró durante los 90 minutos. Que pudo caer de cara para el Barcelona en la primera mitad o para el Atlético en la segunda. Que a veces necesita una brisa para que se vuelque de un lado y que Ferran fue el que la sopló sin que nadie quisiera contestar su soplido por mucho que lo intentara. Esa moneda compró el billete para La Cartuja al Barça, pero lo sudó hasta el final.

Los Atlético - Barcelona han recuperado el lustre de los 90, la calidad, las alternativas y la pierna fuerte. Los rojiblancos se ganaron dos amarillas en sus dos primeras faltas. Esa primera, como decimos, naranja. Y el Barça quiso el cuerpo a cuerpo, el vértigo. Cómo no quererlo con extremos como Raphinha o Lamine.

El canterano culé había dado una pase de la muerte que salvó Giménez con riesgo del autogol, tirado una porra de pisada al hijo de Simeone frente a su padre, asistido a Koundé para una ocasión clarísima y rozado el gol en el primer cuarto de hora. Los primeros cinco acercamientos del Barcelona fueron por su costado. Son conscientes de que Lamine, en trance, se parece a un argentino que emigró hace poco a las Américas, salvando las distancias.

En el Atlético la cosa empezó cambiada. Griezmann, rejuvenecido, robando dos balones peligrosos en un minuto y acertando en cada acción. Julián, en cambio, fallando dos controles fáciles para él y con los que podría haber generado peligro en la portería de Sczesny. El equipo buscó en sus salidas a De Paul, pero el argentino estaba más a defender que a crear. Y pasó lo que tiene que pasar con esto de la manta que te tapa la cabeza o los pies. Simeone cerró los caminos interiores, pero Pedri encontró a Lamine en un costado que vio perfecto el desmarque de Ferran. El Tiburón no perdonó. Se le caen los goles de los bolsillos juegue de titular o de suplente. Flick ha transformado esta Barça desde sus cimientos. No hay jugador que no haya mejorado su versión.

El tanto se sintió en ambos conjuntos, el Barça sacó el colmillo y el Atlético se desordenó. Simeone llamó a Griezmann en tres ocasiones en cinco minutos para mover el sistema pero, ante tanto cambio, los jugadores no supieron cómo colocarse ante el vendaval culé. Nueve disparos, el último un mano a mano que marró Raphinha, a uno en media hora. El resultado, apenas un gol, era quizás la mejor noticia.

Revolución sin premio

Entonces, Simeone tocó a rebato. Sacó a Sorloth en el descanso y el noruego tuvo la primera casi en el primer minuto. Fue fuera de juego, pero cambió algo el aire. El Atlético puso un uno contra uno a todo el campo y el Barcelona se vio sorprendido por este arranque rojiblanco aupado al 5-3-2 que tanto le gusta al Cholo. Repitió el noruego tras un gran pase de De Paul que le dejó solo ante Sczesny, pero su disparo no vio portería. El Barça aceptó el cambio de papeles esperando la contra y Raphinha pudo cerrar el partido, pero Musso respondió bien.

Es curioso cómo actúan los seres humanos ante la desesperación, el miedo o el fracaso. El Atlético se vio fuera de todo tras los primeros 45 minutos. Seguro que Simeone, muy activo en la banda, se lo recordó a los suyos en el descanso: Que el fracaso es no intentarlo, y el equipo acusó el recibo y se levantó para tutear al todopoderoso Barça, el imperio que no ha perdido en 2025. Solo un empate, pero éste lo consiguió la resistencia rojiblanca.

Los mapas de calor cambiaron completamente con un conjunto, el de Simeone, pisando constantemente el territorio culé. Flick sacó a Eric para ganar el medio, pero ese territorio estaba poblado de rojiblancos, que corrían y mordían como no lo habían hecho en los últimos partidos. Si habían llegado hasta aquí, había que morir matando. Y hubo más uy que ocasiones reales. El Barça aguantó y se pidió un Clásico en La Cartuja.

Mourinho agrede al entrenador del Galatasaray tras caer eliminado en Copa y rememora su acción con Tito Vilanova

Mourinho agrede al entrenador del Galatasaray tras caer eliminado en Copa y rememora su acción con Tito Vilanova

Actualizado Miércoles, 2 abril 2025 - 22:51

El Galatasaray en el que milita Álvaro Morata, que jugó los últimos cinco minutos, alcanzó las semifinales de la Copa de Turquía tras vencer al Fenerbahce de Jose Mourinho (1-2). El duelo estuvo cargado de tensión, especialmente en los últimos minutos, con tres expulsados y la agresión del técnico portugués al entrenador rival Okan Buruk.

El conjunto visitante aprovechó el acierto de Osimhen, que hizo los dos goles, para clasificarse a semifinales, donde jugará contra el Konyaspor.

El nigeriano anotó el primero de los tantos en el Ulker Stadium Sukru Saracoglu a los diez minutos tras recibir un balón de Baris Yilmaz e hizo el segundo en el minuto 28, de penalti, señalado por una mano dentro del área del serbio Filip Kostic.

En el añadido de la primera mitad, el Fenerbahce acortó distancias después de que el polaco Sebastian Szymanski batiera a Gunay Guvenc

Morata, suplente al principio, saltó al campo en el minuto 85 en lugar de Osimhen.

Tensión al final

En el tramo final la tensión invadió el terreno de juego y también los aledaños de los banquillos. Los jugadores se enzarzaron en el césped primero y después, entre los suplentes, fue necesaria la presencia de las fuerzas de seguridad para separar a los componentes de ambos equipos.

El árbitro solventó la situación con la expulsión de Karem Demirbay y Baris Alper Yilmaz del Galatasaray y Mert Yandas, del Fenerbahce, todos fuera del terreno de juego. El choque estuvo detenido unos minutos y el alargue se extendió hasta los 15 minutos.

Después del pitido final, Mourinho agarró la cara del técnico rival, Buruk, apretándole la nariz. Una acción que recordó a la famosa situación entre el portugués y Tito Vilanova durante un Barça-Madrid, cuando el luso le puso un dedo en el ojo a Vilanova. El entrenador turco se desplomó inmediatamente sobre el terreno de juego, según las imágenes difundidas por los medios de comunicación turcos, y al portugués le podría caer una sanción muy importante... Y no sería la primera.

El luso, que llegó a Turquía el pasado verano, fue suspendido cuatro partidos y multado a finales de febrero por unos comentarios realizados tras un partido de liga contra el Galatasaray. El ex entrenador del Chelsea, Real Madrid y Manchester United acusó de parcialidad al cuarto árbitro del partido, y a través de él a todos los árbitros turcos, y afirmó que el banquillo del Galatasaray había "saltado como monos" como reacción a una decisión arbitral. Estas declaraciones le valieron acusaciones de racismo por parte del Galatasaray, que él negó, pero que volvieron a poner el foco sobre su persona.

Un detenido en los enfrentamientos entre ultras del Atlético y la Policía tras la llegada del equipo al Metropolitano

Un detenido en los enfrentamientos entre ultras del Atlético y la Policía tras la llegada del equipo al Metropolitano

Decenas de radicales se han enfrentado a la Policía tras el paso del autobús del Atlético de Madrid camino del estadio Metropolitano para el duelo de Copa del Rey ante el FC Barcelona de esta noche.

Tras el paso del vehículo en el que viajaba la expedición rojiblanca, numerosos aficionados han tirado al suelo las vallas de control dispuestas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para mantener la seguridad.

Varias patrullas de antidisturbios y de Policía a caballo han acudido a contener a la masa, que se ha enfrentado a ellos con el lanzamiento de varios objetos entre los que había botellas de cristal, piedras y varias bengalas.

Ante el revuelo, han acudido varias unidades más de antidisturbios y han conseguido detener el conato de enfrentamiento dispersando a los seguidores más radicales.

Unas 3.000 personas habían acudido al llamamiento de la afición para recibir al Atlético de Madrid. Una convocatoria que habia circulado por redes sociales y detrás de la que estaba, entre otros, el Frente Atlético, grupo radical del conjunto rojiblanco.

El recibimiento al equipo antes de una cita importante es algo habitual para la parroquia rojiblanca. Las famosas busianas trasncurren, principalmente, por la Avenida Arcentales, una de las calles aledañas al estadio Metropolitano.

Ancelotti declara que el Real Madrid le sugirió una fórmula para los derechos de imagen: "Nunca pensé en defraudar"

Ancelotti declara que el Real Madrid le sugirió una fórmula para los derechos de imagen: “Nunca pensé en defraudar”

Actualizado Miércoles, 2 abril 2025 - 11:43

El entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, ha declarado en el juicio por un presunto fraude fiscal de un millón de euros en los ejercicios fiscales de 2014 y 2015 que "nunca" pensó en defraudar, afirmando que fue el Real Madrid el que le sugirió una fórmula para cobrar los derechos de imagen que entendía que era "correcta" y con la que el club blanco obtendría ventajas fiscales.

El técnico italiano se enfrenta a unapetición fiscal de cuatro años y nueve meses de prisión por dos delitos contra la Hacienda Pública. La deuda tributaria ha sido cobrada por la Agencia Tributaria mediante embargo, ascendiendo finalmente a un total de 1.217.958,24 euros, un recargo de apremio de 243.593,71 euros y 47.298,10 por intereses. El fiscal le reclama dos penas de multa que ascienden a un total de 3.186.237 euros.

En las cuestiones previas, el abogado del acusado ha solicitado que se incorpore a las actuaciones un documento en el que consta que Ancelotti dio instrucciones al Real Madrid para proceder al pago del dinero que se le exigía, dado que la Abogacía del Estado discute que ese abono sea voluntario.

En su declaración, el entrenador merengue ha detallado que cuando llega al Real Madrid firmó un contrato federativo en julio de 2013, acordando que un 15% de su salario lo cobraría por derechos de imagen y en el que se hablaba de una sociedad cesionaria para los citados derechos.

A preguntas del fiscal sobre las sociedades creadas para presuntamente eludir a Hacienda el rendimiento por derechos de imagen, ha indicado que siempre ha negociado los contratos al neto y que en este caso, negoció seis millones de euros por temporada. "Yo nunca he dado importancia a los derechos de imagen. Los entrenadores no son tan importantes pero sí los jugadores porque venden camisetas. Me importaba solo cobrar seis neto", ha afirmado.

El técnico ha insistido en que "nunca" se dio cuenta de que "algo no era correcto" y que ya en 2018 tuvo conocimiento de los hechos por los que se le juzga porque hasta entonces la Fiscalía no le comunicó nada sobre el supuesto fraude fiscal. "Nunca pensé en defraudar porque nunca me ha pasado", ha aseverado.

Además, ha subrayado que fue el propio Real Madrid el que le sugirió una fórmula para cobrar derechos de imagen, que usaban el resto de futbolistas y que a él le parecía "normal". "Pensaba que era correcto. Me puse en contacto con mi asesor fiscal. Nunca pensé que podría ser un fraude", ha reiterado. A preguntas sobre su intervención en los derechos de imagen, ha apuntado que "no tuve más participación más allá de lo que hacían mis asesores fiscales".

Durante el interrogatorio de su letrado, el entrenador ha explicado que el Real Madrid le iba a pagar una parte en derechos de imagen y que hizo una cesión de un 50% en este concepto, reiterando que ese tema no es importante para los técnicos.

"No vendemos camisetas. Pensé que era para retribuirme el salario no cobrado", ha agregado, indicando que a través de este sistema no ganaba nada. "Yo quería seis neto y al final de la temporada tenía seis neto", ha reiterado.

El fiscal considera que a pesar de que confirmó su condición de residente en España a efectos fiscales, y de que reflejó que su domicilio estaba en Madrid, solo consignó en sus declaraciones de la renta las retribuciones de trabajo personal percibidas del Real Madrid y omitió el rendimiento correspondiente a la explotación de sus derechos de imagen que ficticiamente pretendía haber cedido a otras entidades.

Residencia en Madrid

El escrito de acusación recuerda que el 4 de julio de 2013, el acusado firmó un contrato de trabajo de deportista profesional como entrenador del Real Madrid para el periodo comprendido entre el 5 de julio de 2013 y el 30 de junio de 2016, "fijándose y especificándose en su remuneración para ese periodo, además de unos rendimientos del trabajo, unos rendimientos derivados de la cesión de los derechos de imagen al club".

A partir del mes de julio de 2013, el acusado pasó a trabajar y residir en España, fijando su domicilio y residencia habitual en Madrid, si bien cesó de forma anticipada su relación profesional con el club el día 25 de mayo de 2015.

No obstante, desde su llegada a España hasta aproximadamente el mes de octubre del año 2015, dispuso de dicha vivienda arrendada, siendo ese mismo año España "su centro principal de relaciones personales e intereses económicos y profesionales". De hecho, obtuvo 14.867.622,25 euros del Real Madrid sólo en concepto de rendimientos del trabajo, "debiendo por tanto tributar por su renta universal en nuestro país también en este ejercicio 2015".

La Fiscalía sostiene que el acusado, con el fin de eludir la tributación por los rendimientos de dichos derechos de imagen que recibía del club o de otras marcas por participar en algunos eventos, acudió para canalizar el cobro de dichos derechos "a un complejo y confuso entramado de fideicomisos y sociedades interpuestas".

De la bronca de Ancelotti que despertó a Vinicius a la humildad de Endrick: "Yo no soy nadie"

De la bronca de Ancelotti que despertó a Vinicius a la humildad de Endrick: “Yo no soy nadie”

"Para jugar en el Madrid hay que chupar mucho banquillo". En la previa, Carlo Ancelotti resumió la idea del Real Madrid con sus jóvenes estrellas. El mismo guion que siguieron en su momento Vinicius, Rodrygo y Fede Valverde. Primero el banquillo, después el césped y luego la gloria. Contra la Real Sociedad, Endrick volvió a comerse esos tiempos.

El delantero de 18 años parece rechazar con fuerza la reflexión de su entrenador. Aguanta el chaparrón del banquillo porque no le queda otra, asumiendo la titularidad obligada de Kylian Mbappé, pero muerde como nadie en los escasos minutos que tiene.

El 20º con más minutos

Y es que Endrick es el 20º futbolista más utilizado por Ancelotti, lejos de sus compañeros de posición, por debajo de compañeros de generación como Arda Güler y con menos protagonismo acumulado, todavía a estas alturas, que lesionados de larga duración como Carvajal y Eder Militao.

Los números son tan aplastantes que sólo Alaba, recuperado en invierno de su grave lesión de rodilla, y los canteranos Jacobo Ramón, Diego Aguado, Lorenzo Aguado, Chema Andrés y Gonzalo García suman menos minutos que el brasileño. Tan duro como real.

Sus 496 minutos antes del duelo contra la Real Sociedad contrastan con la apuesta que realizó el Madrid por él hace más de dos años, cuando con 16 años anunció su fichaje por más de 30 millones de euros. Llegó a Valdebebas al cumplir la mayoría de edad, después de brillar en el Palmeiras y tras debutar con la absoluta de Brasil.

Dos circunstancias, la cantidad de su traspaso y su participación internacional, que no pueden pasar desapercibidas para analizar su primera temporada. Ancelotti se centra en su edad y en el proceso obligado para llegar al máximo nivel, pero incluso en ese apartado parece recibir menos confianza Endrick. Vinicius sumó 2.170 en su año de debut, Rodrygo 1.696 y Fede Valverde 1.120 tras pasar por A Coruña.

Contra los txuri-urdin, sin embargo, Carletto sí apostó por él, manteniendo su idea: que juegue de titular en la Copa del Rey. En 2025, el brasileño sólo ha sido titular ante el Minera, contra el Leganés y en la ida ante la Real. Los tres en el torneo del K.O., donde pelea por el Pichichi.

Un gol cada 80 minutos

Y Endrick cumplió. A pesar de acumular sólo 57 minutos en todos los partidos de 2025 entre Liga y Champions, apareciendo a cuentagotas y en los últimos minutos de los partidos, fue el mejor del ataque del Madrid en la vuelta de la semifinal. Primero intentó un disparo que se fue desviado, después una chilena que pasó rozando el palo y más tarde culminó con una gran vaselina y buen pase de Vinicius para empatar el partido.

El tanto fue el séptimo gol de su temporada en apenas 562 minutos. Es decir, marca un gol cada 80 minutos. Por comparar, Mbappé marca uno cada 114, Vinicius cada 178 y Rodrygo cada 215.

Después del partido, el brasileño pasó por zona mixta, donde recalcó la necesidad de "trabajar" y mostró humildad, elogiando a los cuatro futbolistas que tiene por delante en la rotación. "Sabéis quiénes están aquí, los cuatro delanteros que son los mejores del mundo. Vini, Kylian, Jude y Rodry. Yo no soy nadie, estoy aquí como el amigo de todos, como un jugador que quiere trabajar para estar aquí toda mi vida. No me importa quien juegue, estoy en el banquillo apoyando... y si me pone, lo daré todo", explicó.

Endrick también se refirió a las palabras de Ancelotti sobre la costumbre de que los jóvenes tengan que "chupar banquillo", mencionada por el técnico en la previa de la semifinal, pero admitió que escucha las cosas que se dicen ante la prensa. "Tengo que aprovechar cada minuto. No he visto lo que ha dicho. Desde los 17 años no miro nada en la prensa. Solo quiero jugar fútbol y trabajar para estar toda la vida aquí".

El otro protagonista del duelo también fue brasileño: Vinicius Júnior. El delantero fue de menos a más en el partido y despertó cuando más lo necesitaba su equipo, justo después de un toque de atención de su propio entrenador. Tras adelantarse la Real en el marcador en la segunda parte, Ancelotti le echó la bronca por no implicarse más en defensa y le amenazó con retirarle del campo. La respuesta de Vinicius fue contundente: asistencia a Bellingham para el 2-3 y las mejores jugadas del resto del duelo. "Y a partir de esa conversación subió el ritmo, ha sacado toda su calidad y ha sido muy importante. Ha dado dos asistencias"

Los dos abrazos de Giuliano, la resiliencia tras la lesión y el coraje para ser el jugador más revalorizado del Atlético: "Es todo entrega"

Los dos abrazos de Giuliano, la resiliencia tras la lesión y el coraje para ser el jugador más revalorizado del Atlético: “Es todo entrega”

Acababa de terminar el partido ante Brasil cuando Giuliano Simeone (Roma, 2002) decidió cerrar el círculo de la única manera que podía: con un abrazo. Esta vez fue su madre, Carolina Baldini, la que lo recibió entre lágrimas para celebrar la victoria ante Brasil por 4-1 con el primer gol de su hijo con Argentina. "Llevaba 22 años preparándose para este momento", dijo la progenitora.

Ese círculo comenzó algo después, hace 10 años, y fue en Copa del Rey, pero el rival del Atlético de Madrid no era el FC Barcelona con el que se enfrentan hoy, sino el Real Madrid. Giuliano también estaba en el césped, pero como recogepelotas, y los rojiblancos también jugaban en casa, pero en aquel entonces era el Vicente Calderón. En aquella ocasión no fue su gol el que provocó el abrazo, esa vez con su padre, sino el de Raúl García. Y hoy el Cholo no sólo es su padre, también su técnico. "Su relación es muy buena, pero cuando se pone la camiseta la relación es profesional, no es su padre sino su técnico", cuentan desde el vestuario.

Cualquier padre querría ver a su hijo triunfar en el club de sus amores, pero Simeone quiso que Giuliano quemara las mismas etapas que cualquier canterano. "Sus grandes amigos, además de los argentinos, son Barrios y Riquelme, con los que coincidió en las categorías inferiores", apuntan fuentes rojiblancas.

El pequeño de los Simeone llegó al Atlético de Madrid en su etapa de juvenil procedente de River Plate. Nacido en Roma, cuando su padre jugaba para la Lazio, de pequeño vivió en Argentina con su madre, al estar ya sus padres separados. Pero aterrizó en Madrid y la rompió, hizo cinco goles en sus 10 primeros partidos, y eso le valió ser una de las joyas de la cantera rojibanca a pesar de llevar ese apellido.

El argentino celebra su primer tanto con argentina.

El argentino celebra su primer tanto con argentina.Luciano GonzálezEFE

Pese a ser un activo prometedor, desde el club decidieron foguearle con varias experiencias primero en Segunda y después en Primera. En Zaragoza volvió a demostrar su olfato goleador con nueve goles y tres asistencias y después llegó su primera experiencia real en la máxima categoría con el Alavés. Entonces, el drama. En un partido de pretemporada ante el Burgos, Giuliano sufrió una entrada criminal por detrás que le partió el peroné y le luxó el tobillo. "El primer pensamiento que me vino a la cabeza cuando vi el pie para otro lado es: 'No vuelvo a jugar al fútbol'", expresó el Cholito sobre su lesión.

Entonces el argentino dijo que llegó a una encrucijada en la que tuvo que decidir para pasar ese obstáculo si quería "hacerse peor" o "mejorarte y aprender". Obviamente, escogió la segunda opción. En el conjunto babazorro sólo pudo jugar 16 partidos, los primeros, pocos minutos, pero en los últimos seis, de los que fue titular en cinco, consiguió hacer un gol y dos asistencias. "Es un chico que es todo entrega", explican desde el banquillo rojiblanco.

Nunca rendirse

Esa entrega le valió volver al club el pasado verano. Un equipo en el que no tenía hueco puesto que la plantilla tenía muchos delanteros en nómina y llegaban, además, Julián Álvarez y Sorloth. Entonces, la salida de Samu Omorodion le brindó un resquicio que el chico quiso aprovechar desde el principio. "Ha aprovechado con calidad y entrega la mínima oportunidad que se le ha dado y ahora es titular indiscutible", apuntan desde el club.

Los tres primeros partidos suplente, luego seis minutitos contra el Athletic, 14 contra el Valencia, cinco contra el Rayo y primera titularidad ante el Celta. Pero su verdadera irrupción llegaría tras el varapalo ante el Betis. La primera derrota en Liga de la temporada y una imagen apática del equipo. Hacía falta energía y, si hay algo que caracterice precisamente al Cholito es eso, el coraje. "Lo que destaco de él es su energía. Su energía es diferencial, transmite algo que es muy difícil ir a comprarlo, eso lo tienes o no lo tienes", alabó su padre.

Explosión

Su titularidad con gol ante Las Palmas ya le valió un hueco en el once del que no saldría y este año ya suma cuatro tantos y siete asistencias en lo que va de curso. Es uno de los integrantes de la plantilla más queridos en el Metropolitano y también uno de los responsables del cambio del equipo hasta este bajón de marzo en el que se han perdido casi todas las opciones a dos de los tres grandes títulos.

El crecimiento del equipo ha ido en paralelo al del jugador. Giuliano partió al inicio de la temporada con un valor de 13 millones de euros y ahora su precio está en 25 millones según la plataforma Transfermarkt. En ese ranking, es el tercer jugador de LaLiga que más se ha revalorizado tras el madridista Asencio que ha pasado de 12 a 30 millones y de Pedri cuyo valor ha aumentado de 100 a 120 millones, el más alto de su carrera. Hay rumores de una oferta del Chelsea de 35 millones, pero en el club lo tienen claro: "Ni se plantea desprenderse de él".

Un ridículo Real Madrid

Un ridículo Real Madrid

Otro partido insoportable del Madrid que no se mereció ni ese empate raquítico, morboso y absolutamente vergonzoso. Se puede observar que el equipo de Ancelotti es una perversión del fútbol, en muchos minutos, calumnia al fútbol. Algo inaudito.

Ancelotti ha convertido al Madrid en un equipo ruin, mezquino, absolutamente lejos de ser un conjunto. Ha convertido a los madridistas en un circo de malos malabaristas, domadores que los leones se los comen. Y, desde luego, cualquier equipo mucho peor técnicamente se convierte en un gigante.

Además, el italianizante es un siniestro alienador. ¿A quién se le ocurre jugar con un inhabilitado Alaba, que colaboró con dos goles y Camavinga, que fue un bochorno a pies de Kubo? Y deja a Rüdiger y Mbappé en el banquillo

El resultado fue que le metieron cuatro goles en el Bernabéu. Eso es una vergüenza. Valverde y Tchouameni parecieron dos fantasmas en el centro del campo, en compañía de un mediocre Lucas Vázquez.

Lunin hizo un ridículo aterrador. Dejó que le remataran en su área y recibió el primer gol por debajo de las piernas. El ucraniano es un jugador misterioso. Y peor fue que quitara a Endrick, que era el mejor atacante, porque Vini y, sobre todo, el nefasto Rodrygo, eran unos jugadores sospechoso e inútiles, que probablemente son prisioneros del mediocre Brasil.

Ancelotti volvió a hacer el ridículo con no sacar a Modric ni a Brahim, cuando el Madrid era un muñeco en manos de una Real absolutamente superior táctica y técnicamente. Hizo más que lo imposible para destrozar al equipo blanco. Y, desde luego, lo humilló hasta mandarle casi al infierno. Es un equipo destrozado por su entrenador e hijo. Se parte, se rompe, se destroza, no sabe manejar los partidos. Es un completo horror que se salva únicamente por la calidad de pocos jugadores.

Todavía habla de ganar títulos, cuando estoy seguro de que es imposible, aunque aparézcales la épica y la fortuna de un equipo marcado por su mala planificación de la plantilla. Porque la mitad de culpa se encuentra en la abulia de fichajes de la Casa Blanca. Y puede acabar presuntamente en tragedia a final de la temporada. Todo es ridículo ahora en el Real Madrid de Ancelotti.

Y el espíritu inquebrantable del Bernabéu, con los símbolos de victorias imprevisibles, se impuso al final, ante una Real Sociedad que ni mereció perder ni tuvo suerte en el epílogo, cuando le faltaban las fuerzas y el Madrid es un misionero de la suerte.

El Madrid, del calvario a La Cartuja

El Madrid, del calvario a La Cartuja

Del calvario a la Cartuja, del padecimiento al altar, transita este Madrid, como si lo hiciera a caballo de un presente que es su propia historia. Gana y gana, convenza o no convenza, se sobrepone a sus malos días y a los peores días de algunos de sus jugadores. Como Alaba, al que todo lo que le tocaba, acababa en la red de Lunin. Rüdiger, su sustituto, lo redimió con el tanto de la clasificación. Como Vinicius, negado para el gol, pero alumbrado para asistencias que son goles envueltos en papel de Papá Noel. La Real Sociedad asistió a ese destino que no se comprende, sólo se padece, y ahora aguardan Atlético o Barça, que hoy encienden el Metropolitano, para un duelo que sumará un título para el vencedor y una tragedia para el perdedor, sea quien sea.

Lo que empezó como un serial de sobremesa, en el que no pasaba nada salvo por el gol de Barrenetxea y la pequeña revolución de Endrick, acabó a ritmo de thriller gracias al inconformismo de la Real Sociedad. Imanol nunca perdió el pulso al partido, ni en ventaja ni en desventaja, para llevar a su equipo muy por encima de su nivel este curso. Para muestra, el gol. Ha sido su problema durante toda la temporada y en el Bernabéu marcó cuatro, dos de ellos de Oyarzabal, aunque uno en colaboración con Alaba. No fue el día del austríaco, al que Ancelotti sustituyó ya en la prórroga, después de tanta calamidad. El italiano no quería más penaltis, no más tentar a la suerte, y echó el resto, todo lo que tenía, con Modric, Brahim y Güler.

Cinco goles en 20 minutos

Al tiempo añadido, otro más para el Madrid tras el que afrontó ante el Atlético en la Champions, se llegó después de que, en el segundo tiempo, la Real se pusiera en ventaja, Bellingham y Tchouameni volvieran a dar la iniciativa a los locales y Oyarzabal, en el tiempo añadido, hiciera posible la prórroga. Cinco goles en 20 minutos.

En el mismo tiempo tras iniciarse el choque, únicamente Barrenetxea encontró la red. Un balón peinado de Oyarzabal cayó a la espalda de Lucas Vázquez, mal posicionado, como Asencio. El realista encontró el campo abierto, avanzó y batió a Lunin. Nada que reprochar al ucraniano, aunque esas acciones de uno contra uno constituyen una de las especialidades de Courtois. La titularidad en la portería en Sevilla es otra de las decisiones que deberá tomar Ancelotti.

La ventaja de un gol en la ida hizo que el italiano administrara esfuerzos en el equipo en un curso largo y cargado. La vuelta de las semifinales era el partido número 50 del Madrid, con la final de Copa, la Liga, la Champions y el Mundialito por delante. Una barbaridad. La suplencia inicial de Mbappé y Rüdiger tenía que ver con ello, pero la eliminatoria exigió otro ejercicio de estajanovismo. Hasta que el cuerpo aguante.

Endrick, en el Bernabéu.

Endrick, en el Bernabéu.Bernat ArmangueAP

Las competiciones tienen sus propios idilios. Como los amores. El de esta Copa es un joven de 18 años que habitualmente viaja en el vagón del equipaje del todopoderoso Madrid. Lástima que el desenlace lo encontrara fuera. Ancelotti, que lleva toda la vida en esto, sabe que el fútbol tiene cosas que es mejor no analizar, sólo dejarse llevar. Como los amores. Le faltó hacerlo hasta el final. Veremos cómo acaba el torneo en la Cartuja, pero de momento ha elegido a su Míster Copa. Es Endrick, con cinco goles.

Pronto sabremos si en la final, el 26 de abril, Ancelotti se deja llevar. Difícil. Endrick apareció por Mbappé en el Bernabéu, pero Mbappé está aquí para jugar finales, para la gloria y para los apuros, aunque, ayer, no le señalara el destino. Atlético o Barça le esperan en la misma medida en la que le temen.

Endrick marcó en Anoeta y lo volvió a hacer en el Bernabéu en el primer momento crítico del choque, después de que Barrenetxea adelantara a la Real Sociedad y hurgara en un problema sistémico ya del Madrid, en un día, además, de defensa experimental. Asencio era el líder, junto a un Alaba en tiempo de regreso, más Lucas Vázquez y Camavinga en las bandas. El francés regresaba al lateral izquierdo, el lugar por donde debía progresar Kubo, muy activo hasta que acabó fundido. El francés logró frenarlo en muchas fases, pero no pudo con Pablo Marín en la llegada que propició su centro y el gol en propia puerta de Alaba que volvía a igualar la eliminatoria y abría el fuego del segundo tiempo.

Un inicio de cálculo

El Madrid partió el duelo con sentido del cálculo, no con voluntad de vértigo, pero eso casi nunca se cumple en la Copa, que brinda las mejores emociones. El conjunto de Imanol lo aprovechó para tomar la iniciativa, con presión adelantada, posesión de sus centrocampistas, muy cómodos, y repliegue rápido para no dejar espacios al Madrid. Cuando pudo hacerlo el equipo blanco, llegó el empate. Vinicius lanzó un pase al espacio y Endrick tomó la ventaja sobre Elustondo, que había sustituido al lesionado Aguerd, para elevar sobre Remiro con una vaselina. Un gol de categoría, como el pase.

Nunca sabremos que habría pasado si hubiera seguido en el campo, en unas áreas agitadas y muy vulnerables a balón parado, como probaron los goles de Tchouameni, Rüdiger o el segundo de Oyarzabal. Cualquiera quiere estar en esa fiesta. Ahora aguarda la fiesta de verdad.

Las collejas a Rüdiger y un Madrid que sobrevive en el alambre: 11 de 12 prórrogas ganadas desde 2021

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Al Real Madrid le encanta vivir en el alambre. No lo puede evitar, y menos en el Santiago Bernabéu. Es como si fuera adicto a la adrenalina que se desprende en el ambiente cada vez que se ve medio muerto. Contra la Real Sociedad volvió a desestabilizarse, a caer en la lona, a resucitar en un instante y a disputar la tercera prórroga de una temporada agónica. Todas, además, en un 2025 en el que el cuadro de Ancelotti no tiene descanso.

Después de la del Celta en cuartos de Copa y la del Atlético en los octavos de Champions, el conjunto blanco dio alas a los txuri-urdin para forzar el tiempo extra de una semifinal loca. Delirante en sus últimos minutos camino de la final de La Cartuja. Hubo de todo: murmullos al inicio por el gol de Barrene, tímidos silbidos a Lucas Vázquez, aplausos por el genial gol de Endrick, ovación al brasileño cuando se retiró, decepción por el 1-2, abucheo general tras el 1-3 de Oyarzabal que dejaba a los blancos eliminados, alivio en el 2-3 de Bellingham que provocaba la prórroga, éxtasis tras el 3-3 de Tchouaméni que daba el pase y amargura global por el 3-4 de Oyarzabal que volvía a poner el partido en el tiempo extra. Cinco goles en 30 minutos... Y la locura final de Rüdiger para el 4-4.

El enfado en la plantilla y en el cuerpo técnico del Madrid era evidente. Bellingham caminó hacia el corrillo previo a la prórroga maldiciendo las ocasiones falladas, como Mbappé, mientras Ancelotti charlaba con Alaba, seguramente pidiendo explicaciones por el desequilibrio defensivo de la última media hora del partido.

El partido del italiano reflejó la ansiedad del equipo, que se veía ante un nuevo esfuerzo físico dentro de un año extenuante. Davide y Francesco Mauri intentaban dar alguna instrucción, pero las caras eran de mucho cansancio.

El partido, roto, parecía estar para la velocidad de Vinicius, mientras que en el área de Lunin nada parecía controlado. Quizás por eso Ancelotti metió en el tiempo extra a Fran García y a Rüdiger para reconstruir una defensa absolutamente destrozada por la Real, uno de los equipos menos goleadores de Primera División.

El cuadro de Alguacil sólo había anotado 27 goles en las 29 jornadas de Liga, el tercer peor dato de la competición, mejorando únicamente al Valladolid (19) y al Getafe (26). Pero llegó al Bernabéu y vio puerta cuatro veces ante Lunin. Una situación inexplicable para Carletto, desesperado en banda y con una serie de decisiones que llamaron la atención de la grada, como la sustitución de Endrick a la hora de partido.

En los parones tras los 90 minutos y tras la primera parte de la prórroga, en la plantilla del Madrid reinó la calma. Bellingham trataba de cuidarse los calambres, Asencio pidió el cambio, Ancelotti hablaba tranquilamente con Modric y Vinicius, Mbappé caminaba rápido hacia el centro del campo para reanudar el juego... Una relajación extrema fruto de la experiencia en este tipo de momentos.

Enfrente, el círculo de la Real gritaba al unísono un «Un, dos, tres, ¡Real!» que se escuchó en todo el Bernabéu, silenciado por instantes, esperando el inicio de la función.

Y la explosión de adrenalina, esa que hace respirar a este estadio, llegó con el gol de cabeza de Rüdiger. El tercero en la temporada del alemán después de los marcados al Dortmund y al Stuttgart en Champions, el que llevó al Madrid a la final de La Cartuja, donde esperará al Atlético o al Barça. El alemán recibió en la celebración las collejas que él suele dar a los demás y apoyó la cabeza en el césped, de rodillas, siempre religioso, dando gracias por la ocasión vivida.

Un tanto que levantó al Madrid en otra prórroga de la que salió triunfando. Como en las dos anteriores de este año, como en Manchester el curso pasado, como en el tiempo extra de la Supercopa de España de 2024 ante el Atlético, como en las eliminatorias de Champions de 2022... En total, los blancos han disputado doce tiempos extra desde el curso 21-22 y han superado once, perdiendo sólo ante el Atlético en en Copa en 2024. Es su forma de ser.