La Libreta de Van Gaal: "Al periodista deportivo le sobra ego y le falta sentido del humor"

La Libreta de Van Gaal: “Al periodista deportivo le sobra ego y le falta sentido del humor”

¿Quién vigila a los vigilantes? La pregunta que planteaba ‘Watchmen’ tiene una respuesta clara en el caso de los periodistas deportivos españoles: les vigila ‘La libreta de Van Gaal’ o, lo que es lo mismo, Miguel Gutiérrez (Madrid, 1977). Antes como blog, ahora como podcast, ambos de éxito, la recopilación de contradicciones, falsedades, burradas y peleas del gremio lleva siendo desde 2004 palomitas para el público, cura sana de humildad para las ‘víctimas’ con sentido del humor y motivo de indignación para quienes viven de criticar, pero no asumen que se les critique. El propio Miguel, consciente de la polémica que genera su labor, lanza la contrapregunta: "Yo os vigilo a vosotros, pero ¿quién me vigila a mí?".

¿Cómo llevarías que alguien criticase tu trabajo como tú el del resto?
Lo llevaría estupendamente si lo hacen bien, como creo que lo hago yo. Normalmente las críticas que he recibido son personales o de gente que se inventa cosas sobre mí. Eso lo llevo mal porque no es crítica, es ataque. Pero si alguien se dedicara a repasar lo que hago, analizarlo y buscar mis contradicciones, tendría que aceptarlo. ¿Cómo no voy a aceptar que hagan conmigo lo que yo hago con ellos?
¿Qué se inventaron sobre ti?
Un periodista, Juan Antonio Alcalá, se inventó en la COPE que había coincidido conmigo en un avión a Canarias y que yo iba en la última fila mientras él iba en clase business. Más allá del chiste clasista, que muchos en su programa rieron, no piso Canarias desde el año 2010. Ese tipo de cosas son las que llevo mal.

Para saber más

¿Por qué decidiste empezar a controlar a los periodistas deportivos?
La realidad es que no lo decidí, quizá por eso salió bien. Empecé con un blog para desahogarme. No me senté un día a trazar un plan maestro en plan voy a hacer un blog dirigido a este público objetivo que con estas líneas, simplemente me lancé a escribir cosas que me apetecía decir. Y no eran sólo cosas sobre periodistas deportivos, escribía de todo. ‘La libreta de Van Gaal’ era un cuaderno de apuntes de fútbol, pero vi que cuando escribía sobre periodistas deportivos a la gente le gustaba especialmente y que las cosas que yo escribía no las decía nadie más. Tal vez las pudiera decir algún aficionado, pero ningún periodista. Ahí vi por dónde tenía que ir, pero fue un proceso muy natural.
¿Cómo elegiste el nombre?
Pensando títulos se me ocurrió este, que me pareció un poco absurdo, pero pensé: "Si existe La Oreja de Van Gogh, ¿por qué no va a poder existir ‘La libreta de Van Gaal’? Ya lo cambiaré". Y ha funcionado, sorprendentemente.
En realidad tienes un trabajo de verdad.
Trabajo en el departamento de comunicación de una empresa desde hace seis años. En ese momento decidí que me desvinculaba definitivamente de la prensa deportiva y que mi camino iba por otro lado. Efectivamente ha sido así porque esto de ‘La libreta’ es un hobby. En ese momento dejé de escribir y mantuve el podcast como un pequeño vínculo con el pasado y un poco también para desahogarme, pero resulta que ese podcast ha seguido creciendo, tiene una comunidad muy fiel y desde 2020 además lo emite Radio Marca, que si me lo llegan a decir en su día no me lo creo con los palos que le pegaba a Radio Marca. Bueno, y que le sigo pegando.
‘La libreta’ es un hobby porque pese al boom de los podcasts, como antes sucedió con los blogs, siguen sin monetizarse en condiciones.
Los primeros años, absolutamente nada. El primer banner de publicidad que puse en mi blog fue cuando ya llevaba cinco años. Ahora el podcast es un hobby venido a más y lo monetizo un poco. Si tuviera que vivir de ello, me daría para ir tirando pero como es algo que hago en mi tiempo libre, monetizarlo no es lo más importante. Lo más importante es que me sirve para seguir sintiéndome periodista.
Ejerciste el periodismo deportivo durante muchos años. No hablas de oídas.
Estuve en ‘ADN’ y luego fui redactor jefe en 'Sportyou', que lo dirigía Elías Israel y es el sitio en el que más años he trabajado, pero siempre me he considerado un outsider en el periodismo deportivo. De hecho, cuando me llamaste para hacer la entrevista me sorprendió porque voy viendo los personajes que sacas y nunca me imaginé que yo pudiera encajar en esa galería.
Hombre, algo tendrás que decir sobre el periodismo deportivo, nadie dedica tantas horas como tú a estudiarlo.
Algo puedo decir, claro, pero nunca me he considerado parte de la tribu. Si acaso, un vigilante externo.
¿De verdad crees que existe esa tribu?
Claro que sí. ¿Tú no?
No. Creo que es una profesión donde cada cual tiene su grupo y ya está. Y a menudo esos grupos se miran mal.
Bueno, los choques tribales son inevitables [risas]. Te compro que en vez de una gran tribu hay varias más pequeñas, pero en cualquier caso yo no he estado en ninguna. He sido más un francotirador. También porque el trabajo que hacía como periodista deportivo era más de editor y de jefe que de reportero. Esto es algo que me sacan muchos de los que me critican, que no he hecho guardias. Y es verdad que ni las he hecho ni las he querido hacer. El reporterismo está muy bien, pero no es el único periodismo posible, que es una cosa que parece que nos quieren colar sobre todo los que lo ejercen. El periodismo necesita perfiles muy diversos. La radio necesita productores y los periódicos necesitan editores gracias a los que el periódico llega al quiosco o se publica en web. Quiero reivindicar un poco eso porque parece que fuera periodismo de segunda categoría y para nada. Además, muchas veces estos reporteros van a los sitios y tampoco consiguen más que el que el que tienen al lado de otro medio.
¿Cuántas horas de periodismo deportivo consumes al día para elaborar el podcast?
Muchísimas. No las cuento porque me agobia, pero me levanto todas las mañanas escuchando ‘La tribu’, de Radio Marca, y me acuesto escuchando ‘El Partidazo’, de la COPE. Y entre medias voy picando de aquí y de allí. Me lleva muchas horas, pero es una cosa que me apasiona y me sigue divirtiendo. Si no, no lo haría porque es mucho trabajo y el retorno, como hablábamos al principio, es escaso.
¿Qué es lo que más te divierte encontrar?
Lo que más me divierte, que hasta me río físicamente haciendo el montaje, es cuando encuentro una contradicción de un periodista que un día dice una cosa y el siguiente, la contraria. Si tuviera uno de esos todas las semanas sería el éxtasis. Luego las peleas y los enganchones entre tertuliano, parece que son barro puro y duro, pero debajo hay cosas que se pueden analizar. Lo que asoma en esas discusiones es que, en general, a los periodistas deportivos les sobra ego y les falta de sentido del humor. Hay también un componente de forofismo, pero sobre todo lo que define al gremio es eso.
Entonces, ¿en la lápida del periodismo deportivo deberíamos inscribir: "Le sobró ego y le faltó humor"?
Bueno, cualquiera que use Instagram ve que no hace falta ser periodista para tener mucho ego, pero podríamos ir en esa línea. En el periodismo deportivo hay mucho de: "Yo hablo con este micrófono tan importante, a mí me escucha la gente, yo soy influyente"... Se pretende marcar territorio con el resto aunque, al final, muchas veces el que tiene un micrófono muy importante maneja más o menos la misma información que el señor de la calle. Esa es la realidad actual del periodismo deportivo.
Aparte de que, en general, lo decisivo es el micrófono y no el periodista.
Exactamente. Las grandes radios tienen su audiencia pongan a quien pongan. De hecho, a mí, que he conducido por caminos secundarios y terciarios, mucha gente de la profesión me miraba un poco mal porque yo hablaba desde un micrófono que no tenía la serigrafía de una gran emisora. Lo que hacía como mecanismo de autodefensa era preguntarme cuánta gente prestaría atención a ese que me miraba mal desde esa radio tan importante si hubiera empezado con un blog y con un podcast. ¿Cuántos seguidores tendría en Twitter? ¿50? Ha tenido la suerte de que hizo unas prácticas y se quedó en una emisora per secula seculorum, pero el periodismo deportivo está lleno de gente que vale lo que vale el micrófono de su emisora. Nada más.
¿Te llaman muchos periodistas cabreados?
No, muy pocos. Lo realmente gracioso es que los periodistas que me llaman no lo hacen para reprocharme algo, me llaman para salir. Quieren que les critique [risas]. El otro día, Paco Grande me citó en un congreso y dijo que ‘La libreta’ era como los antiguos guiñoles Canal+, que eran críticos pero los políticos querían tener el suyo para estar representados. Tengo casos de periodistas que me han llegado a mandar vídeos de ellos diciendo barbaridades para que las meta en el podcast y de una gran emisora que no voy a nombrar me hicieron llegar que ellos salían muy poco. Es increíble.
Miguel Gutiérrez posa para la entrevista.

Miguel Gutiérrez posa para la entrevista.JOSÉ AYMÁ

¿Quién es tu preferido de todo el bestiario?
Ha ido por temporadas. Cuando empecé con el blog, que estaba centrado en la prensa escrita, me daban mucho juego el ‘Sport’ y el ‘Mundo Deportivo’, pero luego ‘As’ empezó con el Villarato y llegó Eduardo Inda a ‘Marca’. Lo que Pedro Sánchez es ahora para mucha prensa, lo fue Inda para mí. El personaje estrella. Después le tocó a Pedrerol, que al principio me daba mucha bola porque tuiteaba muchas barbaridades de los tertulianos de ‘Punto pelota’ y le venía bien, pero luego se hizo mainstream, se enfadó conmigo y me bloqueó en Twitter.
¿Por qué se enfadó?
Le había hecho un montón de críticas y no se había enfadado, pero un día una web de información televisiva hizo una encuesta preguntando: "¿Es ‘El Chiringuito’ objetivo?". Pedrerol contestó: "La objetividad no existe, amigos. Existe la honestidad". Y entonces puse un tuit diciendo: "Reformulemos la encuesta. ¿Es honesto ‘El Chiringuito’?". Ahí me bloqueó y no he vuelto a tener trato con él. Tampoco pasa nada. Estamos bien así. Luego, si seguimos evolucionando, vienen Roberto Gómez y Alcalá, que se puede decir que ha sido mi archienemigo. Isaac Fouto también lo intentó un poco, pero luego estuve invitado un día en ‘El Partidazo’ y muy bien con él.
Cara a cara siempre es más difícil.
También es cierto, e igual está mal que yo lo diga, que los periodistas que han venido a por mí han salido trasquilados porque tengo mucho material. Últimamente Antonio Romero también se ha acordado de mí en plena narración de los partidos del Real Madrid en la SER. Me parece bien tener este tipo de enemigos que están en grandes medios y con una situación de poder. Uno tiene que elegir sus enemigos y prefiero que sean los que pueden defenderse que otros más débiles.
Roberto Gómez ha sido de los más críticos contigo.
Es verdad. Sé que no le gusta nada lo que hago y también que yo le he sacado mucho porque se contradice con facilidad. Creo que ‘La libreta’ tiene que sentar mal a determinadas personas y probablemente Roberto sea una de ellas. En casi todas estas entrevistas acaba saliendo su nombre y eso es por algo, quiere decir que las ha vivido todas y eso hay que reconocérserlo, pero si se enfada qué se le va a hacer. Yo preferiría que se lo tomara con humor, pero si no le gusta lo que hago tiene todo el derecho.
Después de todos estos años analizando el periodismo, ¿cuál es tu diagnóstico?
Para empezar, el gran problema que tiene el periodismo deportivo es que no tiene información y no tiene protagonistas. Entonces, sin información ni protagonistas es muy complicado hacer un periódico o un programa de calidad. Los grandes clubes y los grandes deportistas tienen ya sus propios canales y no necesitan al periodista para casi nada. Sólo los necesitan ya para alguna cosa no muy positiva como, por ejemplo, decir que no te vas a presentar a una final de Copa y horas después sacar un comunicado diciendo lo contrario. Esto fue el Madrid, pero evidentemente lo hacen todos. El periodista deportivo sirve para lanzar globos sondas, pero lo serio ya lo anuncian ellos. Esto hace que todos los programas orbiten en torno a la opinión y no a la información.
Mal asunto.
Sí, evidentemente son programas muy distintos a los que escuchábamos hace décadas. Aunque también es verdad que es muy fácil dar lecciones. Escuché hace poco que José María García decía que ‘El Partidazo’ es una mierda. Y mi reflexión es que si García tuviera que hacer un programa en 2025, ¿cómo lo haría? ¿Sería mejor? Porque el programa que él hacía en los 80 y los 90 no lo podría hacer hoy sin acceso a protagonistas, sin tanto poder y con redes sociales que lo van contando todo a lo largo del día. Me gustaría que alguien se lo preguntara porque probablemente sería un programa muy parecido a ‘El Partidazo’.
Ese sería el diagnóstico del periodismo, ¿y el del periodista?
El periodista deportivo medio es un perfil que la gente no conoce. La gente tiende a pensar que el periodista deportivo es el que sale en la tele y esos son un porcentaje muy bajo que, curiosamente, son los que van repitiendo por ahí que vivimos la Edad de Oro del periodismo deportivo cuando la realidad es que es un mundo absolutamente precario y en el que la mayoría de profesionales son fácilmente sustituibles. Seguramente también muchos de esos tertulianos. Por eso es tan precario. Y esos mismos que hablan desde el privilegio dicen mucho también que es cuestión de echarle horas, hacer sacrificios personales… Cosas que en cualquier otra profesión se llevarían las manos a la cabeza, pero aquí parece que es lo normal prosperar a base de desatender tus derechos.
¿Te preocupa que se te acaben los personajes con las nuevas generaciones o la cantera es inagotable?
No se van a agotar. Llevo nueve temporadas del podcast y al principio tenía la sensación siempre de "madre mía, esta semana no tengo tema". Y al final, como los programas tienen que ir sobre algo, los propios periodistas acaban sacando los temas que haga falta para llenar. Y con los periodistas pasa un poco lo mismo: siempre va a tener que haber gente que hable y llene esos programas. Hay una o dos generaciones que están taponando terriblemente a los más jóvenes, pero si algún día salen esos, habrá otros esperando para ocupar su lugar. Doy clase en un master y allí he descubierto que ahora los estudiantes se dividen en dos: los que quieren ser Miguel Quintana y los que quieren trabajar en ‘El Chiringuito’. La vía Quintana me va a dar poco material, pero la otra es una fuente inagotable.
¿No se es injusto a veces con ‘El Chiringuito’? Se le responsabiliza de algo que ahora mismo hacen casi todos.
Jorge Valdano hace poco dijo que uno puede ser periodista de manera espectacular, trabajando en programas como ese, o puede formarse y ser una persona más leída, que conozca más sobre más cosas y profundice en las historias, porque sabiendo más de la vida sabrá más sobre fútbol. Yo voy en esa línea. Mucha gente y también muchos periodistas consideran que ‘El Chiringuito’ es un buen producto periodístico. Yo creo que no. Funciona, es indudable, pero los enfoques son muy sensacionalistas y muchas noticias carecen del menor rigor. Sin embargo, es cierto lo que dices: este problema no es solo de ‘El Chiringuito’. Somos injustos y les señalamos siempre a ellos, pero ha habido una chiringuitización de todo el periodismo deportivo español.
¿Hay tertulianos tan coherentes que nunca les has pillado?
Sí, hay bastantes periodistas que salen en el podcast como parte del paisaje o porque de vez en cuando dicen alguna frase un poco estridente, pero que me gustan mucho. Por ejemplo, en la COPE me gustan Miguel Rico, Roberto Palomar o Elías Israel; en la SER está muy bien la charla que hacen de futbolistas; Ricardo Sierra, que está en Onda Cero y Radio Marca, parece que no se moja porque es muy correcto, pero dice muchas cosas interesantes; me gusta también Miguel Ángel Méndez… No sé. Muchos. Y me gusta decirlo porque, aunque me dedique a exponer los fallos, también hay que decir lo que otros hacen bien, que es algo que cuesta mucho en el periodismo deportivo.
¿Es un gremio muy cainita?
Sí. Es un mundo muy corporativista de puertas hacia fuera y muy cainita de puertas hacia dentro. Cuando un entrenador, o yo mismo, ataca al periodismo, se defienden todos, pero luego hay muchas envidias y mucha crítica velada sin dar nombres, que es una cosa que me revienta. Los periodistas son cobardes cuando critican a su profesión. Eso me alucina, porque si hacen una crítica a lo mal que defiende el Barça contra el Inter, nombran a Araujo y si dicen que el Madrid funciona mal en mediocampo, también dan los nombres de los responsable, pero cuando hablan de cosas de periodistas no se atreven. Están todo el día tirándose chinitas sin dar nombres, lo cual también contribuye a desinformar porque hay cosas que dice un idiota en una tertulia y parece que lo dice toda la prensa de Madrid o de Barcelona. Están igualando a la gente por abajo y se dedican horas y horas de programa a discutir sobre lo que dicen los más tontos. Es injusto y dañino. No hay que cubrir a los malos.
El Atleti de Simeone huele a cerrado: toca ventilar

El Atleti de Simeone huele a cerrado: toca ventilar

Carlo Ancelotti ganó Liga y Champions la temporada pasada, su segundo doblete XL en esta etapa, y el Madrid ha prescindido de él un año después. Xavi Hernández, una institución en el Barça, seguramente el futbolista más importante de su historia trasMessi, también estaba en la calle a los 12 meses de celebrar la Liga. Ambas cosas le parecieron lógicas a todo el mundo. Sin embargo, en el Atlético, tras cuatro cursos de soporífero y progresivo declive, no se puede hablar, a riesgo de ser declarado hereje, de si la era de Simeone se ha agotado. Y se debe hablar. Urge, incluso.

Para que los apologetas no se solivianten, empezaré aclarando que el Cholo no es el problema del Atleti, pero hay que preguntarse si sigue siendo la solución. La temporada rojiblanca es mediocre y eso no lo cambia una goleada a un Betis con la cabeza a otras cosas. Definirla de cualquier otra manera es negar la evidencia, pero les adelanto las excusas: "¡Se han cumplido los objetivos!" (ser tercero en una liga de tres, a Neptuno), "¡no hubo doble toque!" (el Arsenal le metió luego cinco al Madrid, tal vez llegar hasta los penaltis no fue una heroicidad sino un suicidio), "¡la plantilla es muy mala!" (no lo es, pero en cualquier caso ningún futbolista entra o sale de ese vestuario sin el OK del técnico).

Decía el domingo Simeone que es imposible competir día a día con dos multinacionales gigantescas como Madrid y Barça. Es cierto, pero nadie en su sano juicio le pide eso al Atleti. Lo que se le pide es que dé la mejor versión posible de sí mismo y ya se verá hasta dónde le lleva eso. Es una exigencia que instauró el propio Cholo para sacar a un club muerto de la morgue, pero las última cuatro temporadas no lo ha cumplido: el equipo no evoluciona, se ha arrastrado por la mitad de campos de Primera, sólo sabe qué hacer cuando el rival es más grande y puede limitarse a resistir, la meritocracia se ha agrietado (Correa mereció más, este año y todos)...

La sensación es que el propio Simeone se ha acomodado ante la falta de exigencia de la directiva, la grada y la competición. En esta Liga mustia va a entrar en Champions cada año. El mérito de eso se ha diluido, es inercia y dinero.

Nada más ganar la Liga, Lamine Yamal reconoció la labor de Xavi, pero bendijo a Hansi Flick: "Nos ha dado aire fresco, necesitábamos un cambio". Y tanto. Ahora todo es bonito, pero en agosto nadie daba un euro por este Barça. Entonces llegó el alemán con una idea clara y moderna, empezó a resucitar futbolistas cuya carrera se desvanecía (Raphinha, De Jong, Iñigo Martínez, Ferran...) y decidió mirando al balón y no a los galones (Bernal, Casadó, Eric, Gerard Martín...). ¿Saben quién hizo exactamente lo mismo en 2012? Simeone con Godín, Tiago, Filipe, Arda, Koke, Diego Costa... Aquel Atleti también necesitaba aire fresco y el Cholo fue un vendaval. Trece años después, vuelve a oler a cerrado. Toca ventilar.

Los superpoderes de Lamine Yamal, un futbolista de Marvel: "Con 15 años ya era superior a jugadores de 20"

Los superpoderes de Lamine Yamal, un futbolista de Marvel: “Con 15 años ya era superior a jugadores de 20”

La precocidad siempre nos asombra, pero en ocasiones puede responder a las circunstancias del contexto, no a una capacidad extraordinaria. Julio César Baldivieso debutó en la liga profesional de Bolivia con 12 años y 362 días, y Freddy Adu fue, con 14 años, el jugador más joven en firmar un contrato profesional, en Estados Unidos en 2001, cuando la Major League Soccer empezaba a tomar forma. Esa precocidad no tiene nada que ver con la de Lamine Yamal, cuya irrupción en el primer mundo del fútbol, con 16 años, y su dominio con 17 es sólo comparable a la de mitos como Pelé o Maradona. Ni siquiera Messi hacía semejantes cosas a su edad. Cuando la precocidad va asociada a lo extraordinario no podemos justificarlo siquiera con el buen trabajo que se realiza en la Masía con los jóvenes, y del que Cubarsí, Casadó o Fermín constituyen una nueva prueba. No. Cabe únicamente hablar de superpoderes, como si a Lamine le hubiera ocurrido lo mismo que a Spiderman, al que picó una araña radiactiva, como si este futbolista fuera, en realidad, producto de la ficción. Jorge Valdano dijo tiempo atrás que Romario era un jugador de dibujos animados, por sus movimientos en el área. Lamine es mucho más, un superhéroe de Marvel.

Puede ser Spiderman cuando se desliza por la banda como si escalara una pared sin apenas tocarla. Puede ser el Capitán América, que siempre decide lo correcto para los suyos. Puede ser Thor si lo necesita para encontrar la solución en la contundencia cuando no hay más remedio, como hizo ante el Espanyol para poner su rúbrica al título de Liga o empatar ante Francia en la Eurocopa. Dos goles con el mismo trazo y golpeo. Un recorrido hacia adentro, en paralelo al área, y un disparo que recuerdan a los del mejor Messi, pero no a un Messi con 17 años.

Lamine marca ante el Espanyol.

Lamine marca ante el Espanyol.Enric FontcubertaEFE

El argentino debutó con esa edad en partido oficial con el primer equipo azulgrana, ante el Espanyol, pero su eclosión llegó después. Sumó 100 partidos a punto de cumplir los 21. Lamine jugó su primer partido oficial con el Barcelona a los 15 años, ante el Betis, y alcanzó el centenario en la ida frente al Inter, probablemente en su partido más completo como azulgrana.

Dada la colosal obra de Messi, probablemente el mejor jugador de la historia, la comparación es algo más que una irreverencia, un sacrilegio, pero es inevitable, al ser, además, producto de la misma crianza en la Masía. La cantera es el contexto que permite que el talento emerja, y ese éxito no se puede regatear a la Masía, pero no hay cantera que garantice que aparezcan semejantes talentos. Lo dijo claro Simone Inzaghi, después de dejar al Barça fuera de la final de la Champions: «Aparece un jugador como Lamine Yamal cada 50 años».

Más asistencias que goles

La comparación a propósito de los primeros 100 partidos ya deja, no obstante, algunos rasgos diferenciales. Messi marcó casi el doble de goles (41-22), mientras que Lamine ofreció más del doble de asistencias (33-15). Ambos calcaron las titularidades, con una más para el argentino (76-77). Se puede ser diferencial en el terreno de juego sin el gol como enseña, pero las grandes jerarquías y los premios lo exigen, y eso Lamine lo sabe. Durante el tramo intermedio de la temporada llegó a ofuscar al delantero, autor, en cambio, de tantos decisivos. Ha marcado en tres los cuatro clásicos jugados esta temporada, en todos menos en la final de Copa.

Las comparaciones, siempre odiosas, van a dar, pues, para mucho, pero antes hay que preguntarse si Lamine será capaz de sostenerse en la cima o el balón acabara por ser la piedra de Sísifo. El fútbol sirve ejemplos para todo. En caso de lograrlo, también hay que cuestionarse acerca de su progresión, cómo y dónde puede mejorar. Para obtener respuestas, nada como acercarse a quienes han trabajado de cerca con este nuevo Mozart de la pelota.

Lamine, durante un partido de Liga.

Lamine, durante un partido de Liga.Alberto EstevezEFE

Óscar López fue su último entrenador, en el Juvenil A azulgrana, desde donde subió al primer equipo, después de devorar etapas a bocados. «Eso que veis ahora, con 17 años, ya lo veíamos con 15, porque con esa edad se enfrentaba a jugadores de 20, en la Youth League, y los superaba», explica el técnico, al que tampoco sorprenden ejercicios de liderazgo como el que mostró ante el Inter. «Cuando vi el partido -prosigue- esa forma de echarse el equipo a la espalda, me acordé de un partido que jugamos contra el Mallorca. En el descanso perdíamos 2-0 y les dije a los jugadores las cosas que debíamos cambiar. Sin ningún miramiento ni una sola palabra, Lamine decidió cambiarlo todo por su cuenta».

Introvertido en el vestuario

Nacido en Esplugues de Llobregat pero criado en el barrio de Rocafonda de Mataró, en un entorno duro, el Barça hizo una excepción con Lamine, por consejo de Jordi Roura, para que residiera en la Masía, algo no habitual en los niños que viven en Barcelona o las poblaciones cercanas, y de ese modo evitar riesgos. López no cree que, hoy, existan: «Es muy maduro para su edad, sabe lo que cuestan las cosas y tiene claro lo que quiere. Es introvertido, pero siempre toma las decisiones adecuadas, como hace en el campo».

«Claro que tiene margen de mejora, pero lo que no veo es que eso afecte a su posición. Conmigo jugó de extremo, como ahora, y de interior, pero es en la primera posición donde es decisivo, dadas sus condiciones. No lo veo pasando al centro, como ocurrió con Messi». La izquierda es la pierna dominante de un jugador prácticamente ambidiestro, que juega en la derecha a pierna cambiada, desde donde cada diagonal hacia el centro, como en la que selló la Liga o marcó ante el Villarreal, es una muestra de superpoderes, mitad Spiderman, mitad Thor.

Denuncian que no dejaron entrar a un niño al campo del Espanyol por llevar una camiseta del Barça

Denuncian que no dejaron entrar a un niño al campo del Espanyol por llevar una camiseta del Barça

Actualizado Sábado, 17 mayo 2025 - 13:13

El senador y alcalde de La Roda (Albacete), Juan Ramón Amores, desde hace años enfermo de ELA, ha denunciado en la red social X que los servicios de seguridad del Espanyol no dejaron entrar al campo a su hijo de 11 años en el derbi del miércoles, porque llevaba puesta una camiseta del Barcelona.

Amores ha publicado en un hilo de denuncia en X: "Hoy he llevado a mi hijo de 11 años a su primer partido de @LaLiga y no nos han dejado entrar. El equipo de seguridad del @RCDEspanyol no ha dejado pasar a mi hijo porque debajo de la sudadera llevaba la camiseta del @FCBarcelona y un pantalón corto".

El regidor ha continuado: "Se ha puesto un chubasquero mío encima y se ha quedado en calzoncillos. Ha guardado su equipación en la mochila de mi silla de ruedas y no ha sido suficiente. Querían que la tirara a la basura y yo me he negado".

"Mi hijo llorando y yo impotente porque mi voz no me dejaba discutir", ha lamentado el regidor de La Roda en referencia a su enfermadad.

Y ha aseverado: "La mejor liga del mundo?? Mis narices!! Se habla de racismo, de homofobia, del respeto al árbitro, de lo que se vive en las gradas del deporte de formación... pero no poder ir con tu hijo al fútbol con su camiseta es LAMENTABLE".

Asimismo, Amores ha comentado en que le gustaría que este hilo de denuncia sea leído por la ministra de Educación, Pilar Alegría, y por el presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LNFP), Javier Tebas, así como por conocidos periodistas deportivos.

"No sé si mi hijo volverá a un estadio con el miedo que ha pasado hoy. Desde luego yo me siento orgulloso de que haga natación", ha manifestado Amores, que ha añadido: "Desde luego a mí hoy me cuesta explicarle porqué no ha podido entrar al fútbol y qué hemos hecho mal después de 6 horas de viaje".

El fútbol maquilla el mandato de Laporta: tres títulos frente al caso Negreira, las obras del Camp Nou, la inscripción de Olmo...

El fútbol maquilla el mandato de Laporta: tres títulos frente al caso Negreira, las obras del Camp Nou, la inscripción de Olmo…

Actualizado Sábado, 17 mayo 2025 - 00:32

La exitosa temporada del primer equipo de fútbol del Barça, con un juego que ha vuelto a despertar la admiración de propios y extraños, tres títulos más en sus vitrinas (Liga, Copa del Rey y Supercopa de España) y una superioridad casi aplastante en los duelos directos con el eterno rival, el Real Madrid, ha sido deslumbrante. Hasta tal punto, que la luz arrojada desde el césped ha acabado por ocultar una serie de sombras del todo innegables en el que es ya el quinto año de este tercer mandato de Joan Laporta.

El 2020-21, con las elecciones a mitad de temporada, ya contó como el primero, por lo que le queda solo uno para convocar de nuevo los comicios. Algo que, según ha señalado el dirigente, no se producirá hasta el verano del año que viene. Nuevos vaivenes en el apartado económico, las inscripciones con polémica de Dani Olmo y Pau Víctor, los serios movimientos de la oposición para pedir su dimisión o los aún largos tentáculos del caso Negreira serían las más destacadas de esas sombras que se mantienen más allá de los estupendos éxitos deportivos.

Laporta, a pesar de todo, sale reforzado de un curso que ha sido toda una montaña rusa desde el punto de vista institucional. La remodelación del Spotify Camp Nou, la nueva gran joya de la corona que desea dejar como parte de su legado, por ejemplo, ha acabado por alargarse más de lo esperado. Por mucho que la voluntad fuera inicialmente regresar a casa a finales del año pasado o principios del presente, finalmente se ha optado por retrasar el retorno, en principio, hasta septiembre. El regreso, eso sí, de momento, y hasta el verano de 2026 al menos, se producirá con la tercera grada pendiente de terminar y con algunas incomodidades por las obras.

La venta, precisamente, de varias localidades VIP del estadio, una nueva palanca activada tanto para inscribir definitivamente a Dani Olmo y Pau Víctor tras la firma del nuevo contrato millonario con Nike como para asegurarse el 1-1 en el fair play financiero también se ha visto rodeada de suspicacias. Sobre todo, desde LaLiga, con Javier Tebas a la cabeza. El CSD tuvo que intervenir para que los dos únicos fichajes del verano pasado pudieran seguir formando parte de los planes de Hansi Flick. Ese triunfo en los despachos, conocido durante la Supercopa de España en Arabia Saudí, llegó a provocar una airadísima reacción de Laporta fuera de sí (cortes de mangas e insultos) que vio también cómo la oposición se alineaba para reclamarle que dimitiera y convocara nuevas elecciones. Ahora, con los triunfos en la mano, podría hacerlo, pero ya ha adelantado que eso no entra en sus planes.

Las elecciones, la renovación de Flick...

«Convocar las elecciones antes sería ventajista, y no lo soy, siempre he cumplido mis mandatos en la medida que me han dejado. Las convocaré cuando corresponda, según los estatutos», recalcó en declaraciones a RAC1 un Laporta que sí tiene decidido presentarse a la reelección. «El club está mejor organizado viendo de dónde venimos y hacia dónde vamos. Me da fuerza y me hace estar convencido de que hacemos bien las cosas, en gran medida, estamos acertando. Me gustaría presentarme a las próximas elecciones, creo que estamos haciendo un buen trabajo y merecemos continuidad», agregó el máximo dirigente azulgrana, quien confirmó además la ampliación de contrato de Hansi Flick por una temporada más, hasta el 30 de junio de 2027, y cargó contra lo que él considera casi como una persecución en lo extra deportivo, tanto en el caso de las inscripciones de Olmo y Víctor como por la instrucción de un caso Negreira que parece estar eternizándose.

«Con todo este tema de la corrupción deportiva no se aclaran. Se ha extendido el sumario porque han querido estirar el chicle y no tienen nada que hacer, porque la postura del Barça es la que se está imponiendo y estoy convencido que acabaremos ganando y siendo absueltos. No se saldrán con la suya porque esta campaña de desprestigio institucional como otras campañas similares hacen que aún sea mejor y tenga más mérito ganando los tres títulos», sentenció.

Raphinha, Iñigo Martínez, De Jong... Flick revaloriza al Barcelona de pies a cabeza

Raphinha, Iñigo Martínez, De Jong… Flick revaloriza al Barcelona de pies a cabeza

Actualizado Jueves, 15 mayo 2025 - 23:42

Hansi Flick ha sido el gran artífice del resurgir meteórico del Barcelona y ni siquiera le ha hecho falta que haya habido un periodo de transición de por medio. Con Dani Olmo como único factor diferencial con respecto al curso pasado, entre los indiscutibles méritos del técnico alemán se encuentra su capacidad para revalorizar al equipo y encontrar soluciones a los distintos problemas que se fue encontrando.

En una temporada en la que ha cerrado un doblete de Liga y Copa del Rey y en la que cayó de la Champions en semifinales tras dos espectaculares partidos ante el Inter de Milán, el alemán no solo ha contado con la inusitada solidez de un Pau Cubarsí, que se afianzó como titular en el centro de la zaga antes de sacarse el carné de conducir, el enorme talento en la medular de un Pedri a quien las lesiones, por fin, parecen haberlo dejado en paz de una vez por todas y la genialidad de un Lamine Yamal que, pese a su juventud, es a todas luces el nuevo gran estandarte del club.

También ha sido capaz de recuperar o darles la confianza necesaria a jugadores que, a la postre, han sido también del todo determinantes para armar la columna vertebral de su equipo: Wojtiech Szczesny, Iñigo Martínez, Frenkie de Jong y Raphinha. La gravísima lesión de Marc-André ter Stegen a finales de septiembre del año pasado dejó la portería azulgrana en vilo. Flick, inicialmente, quería contar con un portero con experiencia en caso de que cayera también Iñaki Peña y Robert Lewandowski, otro de los jugadores que ha tenido un gran rendimiento bajo su mando, se puso en contacto con su compatriota Szczesny para que descolgara los guantes y se enrolara en la aventura azulgrana.

Szczesny, talismán

Al polaco le costó entrar en el equipo. No en vano, llevaba retirado desde el verano. Pero una vez empezó a jugar con asiduidad, Flick dejó sin duda alguna la portería en sus manos, incluso después de un desafortunado partido en el estadio del Benfica. Pasó a considerarlo su talismán particular durante el gran número de partidos en los que, con él bajo los palos, el equipo no conoció la derrota. Pese a algunos fallos puntuales y a que su rendimiento parece haber bajado últimamente algunos enteros, la solidez que transmite desde un puesto tan delicado como el de arquero ha sido vital.

En el centro de la defensa, la gran apuesta de Flick fue la de Iñigo Martínez. Hasta tal punto, que priorizó sin dudarlo su inscripción en la Liga por encima de la del gran fichaje de este curso, Dani Olmo. El zaguero, quien llegó al club el curso pasado en la recta final de una lesión que impidió que Xavi pudiera contar con él en los primeros compases de la competición, ha sido fundamental en sus esquemas.

Tanto a la hora de poner en práctica con éxito la trampa del fuera de juego en la que tantos y tantos rivales han caído a lo largo de la presente campaña como por todo lo que transmite en el vestuario. No en vano, el vasco, de 33 años, es uno de los más veteranos de una plantilla en la que los jóvenes talentos de La Masia no paran de demostrar una calidad intachable, trufada a veces por algunos inevitables pecados de juventud. La experiencia que puede aportar Iñigo Martínez, tanto dentro como fuera del campo, también ha sido clave en la gran temporada que han firmado los azulgrana.

El regreso del neerlandés

En el centro del campo, mientras, además de propiciar las irrupciones del también lesionado de larga duración Marc Bernal o de un todoterreno inasequible al desaliento como Marc Casadó, Flick ha sido el artífice de la recuperación de un jugador que parecía aparentemente perdido para la causa: Frenkie de Jong.

En cuanto llegó al club dejó claro desde el primer momento que el neerlandés iba a ser fundamental para sus esquemas. Y, poco a poco, también con algunas fases de cierta incertidumbre de por medio, parece haber logrado su objetivo. Tanto a nivel de juego como, sobre todo, de implicación por parte de un futbolista que, al fin, lució como es debido galones de capitán en un duelo tan comprometido como el protagonizado ante el Real Madrid en Montjuïc el pasado domingo. Se espera que su estela no vuelva a decaer por enésima vez.

Pero quien ha protagonizado la metamorfosis más decididamente espectacular, a pesar de todo, ha sido sin duda Raphinha. El brasileño, que nunca llegó a gozar del todo de la confianza de Xavi Hernández, ha firmado unos números que podrían hacerlo candidato, por lo menos, a estar en el podio del próximo Balón de Oro.

Con Flick, se ha erigido en el segundo máximo anotador de los azulgrana, con un total de 34 goles en 54 partidos, a los que les suma también 25 asistencias. Su actitud de darlo todo hasta el final le ha permitido firmar varias acciones decisivas. Como, por ejemplo, el gol, prácticamente en el último suspiro, con el que los azulgrana se impusieron por 4-5 al Benfica en la fase de liguilla de la Champions a finales del pasado mes de enero. Infatigable, también hizo dos tantos en una nueva remontada de los azulgrana, esta vez ante el Real Madrid, en Montjuïc, en un duelo que se reveló crucial para que el Barcelona conquistase su vigésimoctavo título de Liga.

Lamine Yamal saca el genio y da la Liga al Barça

Lamine Yamal saca el genio y da la Liga al Barça

Actualizado Jueves, 15 mayo 2025 - 23:34

Un golpe de genio de Lamine Yamal, un zurdazo que limpió las telarañas de la portería, las buenas intervenciones de Wojtiech Szczesny y un último gol de Fermín propiciaron que se cumpliera lo que ya parecía inevitable desde el último clásico: el alirón del Barça.

El triunfo, por 0-2, ante un Espanyol incansable durante gran parte del duelo y finalmente condenado por la expulsión de un Cabrera a quien se le fue la mano, literalmente, en los útlimos instantes del partido, selló el tercer título para los de Hansi Flick en una temporada que, para muchos, debía ser de transición y que se ha saldado con un dominio barcelonista únicamente ensombrecido por la eliminación en las semifinales de la Champions ante el Inter. Y al germano no sólo le han acompañado los resultados. También un juego que ha despertado la admiración dentro y fuera de las fronteras españolas.

El Espanyol, cómo no, trató de apretar al máximo a lo largo de los primeros 45 minutos. Su motivación, desde luego, era doble: sellar a la práctica la permanencia en Primera y, de paso, evitar que el eterno rival volviera a celebrar un título en su estadio, tal y como ya pasó hace un par de años. Un encuentro que sentenció la Liga para los azulgrana y condenó a su vez a los blanquiazules a bajar a los infiernos.

Con esas premisas, no es nada raro que el conjunto que entrena Manolo González tuviera las opciones más claras para abrir el marcador. Szczesny, finalmente de nuevo titular por mucho que Flick diera rienda suelta a las opciones de que Ter Stegen volviera a estar bajo los palos, tuvo que estar muy atento a los frecuentes llegadas de los locales. Sobre todo, para frustrar una grandísima ocasión de Javi Puado que a punto estuvo de significar el 1-0 cuando ya se había cumplido el primer cuarto de hora del duelo.

Los azulgrana, por su parte, tras unos primeros instantes en los que el Espanyol rondó con más frecuencia las inmediaciones de su área y tras unos momentos de desconcierto provocados por el anuncio de un atropello masivo instantes antes del partido en los alrededores del estadio, intentaron desplegarse un poco más frente a un rival inasequible al desaliento en tareas defensivas.

Los locales trataron de cerrar todos los pasillos a un equipo visitante que, pese a todo, logró apuntarse algunas llegadas a su casillero, si bien con más intención que puntería. Joan García, uno de los porteros de Primera con más pretendientes a sus espaldas, de hecho, no tuvo que firmar ninguna intervención de mérito en unos primeros 45 minutos en los que el marcador, para descontento de unos y otros, se mostró aparentemente inamovible. Ni Lewandowski, titular finalmente por la baja de un Ferran que tuvo que operarse de urgencia por una apendicitis en la noche del miércoles, espoleado en principio por retomar la pelea con Mbappé por el Pichichi, llegó a mostrarse inspirado.

Quien se encargó de romper de una vez por todas la igualada, en este caso, fue un Lamine Yamal que demostró una vez más estar tocado por los dioses. Con una internada en diagonal arrancando desde la derecha como aquellas que solía firmar en su momento de máxima madurez un Leo Messi que parecía a todas luces irrepetible, se sacó de la chistera un zurdazo que se alojó en la escuadra derecha de la portería de Joan García.

Un nuevo golpe de genio de un futbolista que, según destacó Flick, fue clave para remontar el 0-2 anotado en el primer cuarto de hora por el Real Madrid el pasado domingo en Montjuïc y que, en ese momento, aseguraba el campeonato de Liga para los barcelonistas.

Con el 0-1 en el zurrón, los visitantes pudieron abundar en su búsqueda de control del juego. Y, con ella, dormir un poco un partido en el que la agitación podía remar a favor de los intereses del Espanyol. Pero, pese a su voluntad, los locales aún serían capaces de encontrar alguna posibilidad para volver a meterse en el partido. Su mejor intento, pese a algún que otro titubeo, con todo, se vería frustrado por un casi siempre sólido Szczesny. Y la expulsión de Cabrera, tras un golpe en el estómago de Lamine y a instancias del VAR, acabaría por condenar del todo sus opciones. Unas opciones que Fermín sentenció en el añadido con el 0-2.

La Liga de Mbappé es para Lamine

La Liga de Mbappé es para Lamine

Supongo que la gente ya habrá desalojado Canaletas en vez de llenarla. Es lo que tiene celebrar las ligas en diferido, como Bárcenas cobraba los finiquitos. La 28 del Barça empezó con el quinto gol anulado a Fermín por Real Madrid TV, y acabará cuando Joan Gaspar salga del Mediterráneo por la Barceloneta.

A estas alturas del título, uno ya sólo puede celebrar a Lamine Yamal, y esperar al siguiente. O por lo menos a que tu único hijo de nueve años se haga de una vez por todas del Barça. El otro día, con el 0-2, me pasó el escudo de su camiseta de Bellingham por la cara; y con el 3-2 se durmió, porque los hijos no paran de darles lecciones a los padres.

La Liga de Mbappé ha sido finalmente la Liga de Lamine. El mejor jugador del mundo ha llegado a nuestra Liga. Sólo era cuestión de que creciera un poco para que lo viéramos todos.

El Barça ha ganado la Liga con el gol Messi, pero en las botas de Lamine. El argentino fue una suerte para el Barça, no tanto por tenerle, que también, sino porque decidió no irse, al menos demasiado pronto, ya fuera a golpe de talonario o de cabreo, como los Ronaldo, Figo, Maradona o Neymar. Lo mínimo que se le puede pedir a esta directiva es que Lamine no acabe sus días comprando el Valladolid, enfadándose en Twitter con Gabriel Rufián o teniendo hijos rubísimos.

El miedo que Lamine dice que perdió en un parque de Mataró, Vinicius lo ha encontrado en Valencia, y lo ha trasladado al Bernabéu, donde no quiere ni aparecer media plantilla. Y los aficionados han empezado a vaciarlo incluso antes de los partidos. Normal que Ancelotti quiera ver el final de Liga desde Brasil, si hasta Florentino, que es quien más sabe de esto, no quiso ni ver el Clásico.

Mientras el Madrid mira fichajes, al Barça no le queda otra que regar canteranos, ponerles una varilla para que no se tuerzan, y tratar de compensar los millones con abrazos. A Xavi no le llegaba esta plantilla, y a Flick le han sobrado tres jornadas. Le ficharon para acortar la distancia abismal que separaba al Barça del Madrid, y ha acabado ampliándola en sentido contrario. A cada Bernal le salía un Casadó, como si tras cada miembro amputado le brotara uno nuevo y mejor. Ha sacado un portero del hogar del pensionista. Y ha dejado la sensación de que habría podido armar una defensa inexpugnable con Yerry Mina, Chygrynskyi, Bogarde y Oriol Romeu.

El Barça le ha arrebatado al Madrid tres títulos en su cara, el patrimonio de las remontadas y el apetito. Y esto último basta aunque no sepas defender, y te inventes la línea del fuera de juego para no tener que hacerlo. El hambre es lo que hace funcionar los equipos, las empresas de fontanería y el Ministerio de Hacienda. Eso sí, se cura con títulos, aunque luego ya nadie sabe cómo se cura uno de ganarlos.

El éxito de Hansi Flick, el entrenador de las emociones, en tres claves: psicología con el jugador, frenesí en el campo y una preparación física de "caballos"

El éxito de Hansi Flick, el entrenador de las emociones, en tres claves: psicología con el jugador, frenesí en el campo y una preparación física de “caballos”

El vigilante de seguridad de la Ciutat Esportiva del Barcelona se levanta de golpe del asiento, sorprendido, al ver aparecer, todavía en la oscuridad, a Hansi Flick. Son las siete de la mañana. No será la primera vez. También lo hacen otros de los trabajadores más madrugadores de la ciudad, una hora antes, al cruzarse al entrenador alemán mientras pasea a su perro por la Diagonal. Si alguien lo identifica, no regatea una sonrisa. Nada más.

Flick escogió vivir en una zona céntrica, nada de una casa a las afueras, a orillas del mar, como buena parte de los jugadores, para tener fácil salida hacia Sant Joan Despí, donde se ubica la Ciutat Esportiva, y acceso rápido a Montjuïc o el Camp Nou. Flick no pide a nadie llegar a las siete de la mañana, pero exige que todos los jugadores estén preparados cuando aparece para dirigir el entrenamiento. Un retraso, por mínimo que sea, implica el correctivo que más duele. Nada de multas que en los vestuarios de élite se abonan entre risas para después pagar una comilona. No. Lo que duele es la suplencia. Que se lo pregunten a Koundé o Iñaki Peña. Lo que podría parecer el castigo propio de un sargento de hierro, de un líder inmovilista, es, según el alemán, todo lo contrario, una forma de cohesionar al grupo, porque llegar tarde es una falta de respeto con el trabajo y con los compañeros.

La norma es la primera piedra del ecosistema emocional construido por este alemán de 60 años en muy poco tiempo, y que es la base del éxito del mismo equipo que tenía Xavi Hernández, salvo por la llegada de Dani Olmo, con un rol, por ahora, circunstancial. Los mismos jugadores, entonces adocenados y pasivos, juegan, hoy, poseídos por un frenesí incontenible. La norma es la armadura del respeto, con el respeto aparece el diálogo y el buen diálogo permite liberar las pasiones. Son los elementos clave en esta reconstrucción de Flick, con la aportación de una preparación física ad hoc, y un sistema táctico de riesgo que sólo es posible ejecutar si se cree en el entrenador sin fisuras. En la Línea Maginot del alemán, una duda es un gol.

Los antecedentes del Bayern

El castillo de las emociones edificado en Montjuïc reproduce en buena parte la obra de Flick en el Bayern. Si a Barcelona llegó para sustituir a un entrenador confundido y desbordado, a Múnich lo hizo para relevar a otro, Nico Kovac, distanciado y enfrentado a los futbolistas. Conquistó el triplete en su primer año (Bundesliga, Copa y Champions), y al siguiente año completó la obra con las dos Supercopas y el Mundial de Clubes. El Inter le ha privado de reproducir ese primer año en Barcelona.

Segundo de Joachim Löw en la selección alemana desde 2008, cuando vio desde el banquillo cómo el gol de Torres decantaba la Eurocopa para España, hasta el título mundial, en Brasil, el parecer de internacionales como Neuer o Müller, enfrentados a Kovac, allanó su llegada al Bayern. En semanas, la atmósfera cambió. «La puerta del míster siempre está abierta. Tiene una manera muy positiva de liderar al equipo, nunca había visto nada igual», declaró Alaba, actual jugador del Madrid, a Kicker. La relación despertaba admiración, asimismo, puertas afuera. «Sabe cómo convencer a los jugadores y hacerlos sonreír», decía una leyenda, Lothar Matthäus.

Flick abraza a Raphinha tras el clásico.

Flick abraza a Raphinha tras el clásico.Joan MonfortAP

Esa parte de su trabajo había dejado huella en Alemania. Tanto es así que cuando Joan Laporta, convencido de que debía fichar a un técnico de la nueva escuela alemana tras su regreso a la presidencia, fue en busca del oráculo de Ralf Rangnick, hoy seleccionador austriaco, encontró la misma conclusión. Laporta le habló de Jürgen Klopp, Julian Nagelsmann, Thomas Tuchel y el propio Flick. Rangnick explicó que el juego ofensivo de todos ellos podía encajar en el Barça, pero distinguió una cualidad en Flick: la capacidad de construir equipos y trabajar con los jóvenes. Obligado a mirar a la cantera por la crisis, Laporta lo tuvo claro. Sin embargo, el presidente cedió ante un barcelonismo que se inclinaba por Xavi Hernández, el hijo pródigo, ante la nostalgia del paraíso perdido. Cuando, tres años después, tuvo que relevar al catalán, no dudó, favorecido, además, por la mala experiencia de Flick en la selección, donde le faltó el día a día con el jugador.

Tarde para Joao Félix

Cuando Deco y Bojan Krkic fueron a entrevistarse con el alemán, en Londres, la sorpresa fue que tenía una especie de archivo con los futbolistas azulgrana. Habría querido disponer de Joao Félix, al que creía que podía sacar partido, pero ya era tarde. Lo primero que trasladó es que para la velocidad que necesitaba el Barça no era adecuado Gündogan. Volvió al City.

Durante las negociaciones, Flick pidió llegar con sus ayudantes. El primero, Marcus Sorg, su segundo, que como seleccionador sub-19 ganó un Europeo después de eliminar a la España de Luis de la Fuente. También Heiko Westermann y Toni Tapalovic, durante más de 10 años preparador de porteros en el Bayern pero en el Barça dedicado a la táctica y jugadas de estrategia. Deco aceptó, pero le dijo que el club había tomado ya una decisión acerca de la preparación física. Se haría cargo Julio Tous, que había trabajado con Antonio Conte en la Juventus, el Chelsea y la selección italiana. El ritmo de los equipos de Conte era frenético. Flick aceptó. Tras el 7-0 al Valladolid, el 31 de agosto, llamó al director deportivo y le agradeció la decisión. «Es difícil encontrar a un técnico con el que tengas una sintonía tan grande y puedas influir en todo», dice, a su vez, Tous, que presume de hacer que sus jugadores corran como «caballos».

El día de ese 7-0, Flick tuvo un aparte con Héctor Fort para explicarle por qué no le había dado minutos, pese al marcador. Lo mismo ha hecho con Lamine Yamal o Gavi en otras situaciones, especialmente con los jóvenes. También con Iñaki Peña, que perdió su lugar por Szczesny. Manda y decide, pero explica las razones, y negocia si lo cree oportuno, como cuando Araujo y Raphinha, capitanes, le pidieron volver de la Supercopa en la misma noche del título, al contrario de lo planeado. Aceptó antes de jugar con el Madrid. Arrasaron. No han dejado de hacerlo, implicados en la aventura de un personaje camuflado en su inglés traducido puertas afuera, pero que entrena las emociones como ninguno.

Detenida una mujer por un atropello masivo en los exteriores de Cornellá que detiene el Espanyol - Barça unos minutos y deja al menos 13 heridos

Detenida una mujer por un atropello masivo en los exteriores de Cornellá que detiene el Espanyol – Barça unos minutos y deja al menos 13 heridos

Actualizado Jueves, 15 mayo 2025 - 21:48

En el minuto 8 del derbi catalán, el árbitro de la contienda Soto Grado suspendió unos minutos el encuentro cuando se le comunicó que se produjo un atropello masivo en los alrededores del estadio de Cornellá en el que se enfrentaban el Espanyol y el FC Barcelona.

Según se puede ver en las imágenes, el condutor de un vehículo de color blanco, rodeado de varios centenares de seguidores, arrancó contra la multitud que le increpaba y zarandeaba el coche. Al volante iba una mujer, según los Mossos D'Esquadra, y el atropello pudo ser algo accidental. Los Mossos han afirmado también que la conductora ha sido detenida.

Se desconocen las consecuencias ocurridas tras el atropello masivo, aunque las primeras informaciones apuntaban a que no hay heridos de gravedad y podrían haberse visto afectadas unas 13 personas, cuatro de carácter leve y otras nueve menos graves, según los servicios de Emergencia de la Generalitat.

El encuentro se reanudó sólo unos minutos después por parte del colegiado, aunque numerosos aficionados de la grada protestaron por la continuación entendiendo que no se debería haber producido ante la gravedad de los hechos y abandonaron la grada.

Algunos medios aseguran que hay hasta siete ambulancias trabajando en el lugar del siniestro así como varias unidades policiales para terminar de desalojar el área afectada. Los Mossos también han indicado que no hay riesgo para los asistentes al estadio.

Salvador Illa, presidente de la Generalitat, ha felicitado la rápida acuación de los servicios de Emergencias y se ha alegrado de que las consecuencias de este "accidente" no hayan sido de gravedad, según ha afirmado en el descanso del encuentro entre el Espanyol y el FC Barcelona.