El difícil equilibrio deportivo y financiero del Atlético: sin palancas, pero con ampliaciones de capital y una gran deuda

El difícil equilibrio deportivo y financiero del Atlético: sin palancas, pero con ampliaciones de capital y una gran deuda

Cuando el resto de equipos trabaja en procesos de recuperación de los futbolistas que no han acudido al parón internacional, el Atlético de Madrid viajó a Bengasi (Libia) para enfrentarse en un amistoso al Inter de Milan en lo que se conoce como Reconstruction Cup. Ese partido permite que los rojiblancos ingresen en torno a los 3 millones de euros en sus arcas en ese equilibrio entre lo financiero y lo deportivo con el que lleva jugando Miguel Ángel Gil desde su nombramiento como CEO del club rojiblanco en 1993.

"Hay que buscar un punto de equilibrio entre agradar a los aficionados y mejorar la cuenta de resultados y para ello hay que invertir", explicó el CEO rojiblanco en un reciente foro que mezclaba finanzas y deporte. El máximo mandatario siempre ha tenido claro que resulta obligada una especialización en todas las áreas de un club para maximizar ambas patas del sostén de la entidad. "El fútbol es más que 90 minutos", insiste.

La reciente llegada de Mateu Alemany es una incorporación para reforzar la parcela deportiva en la que, pese a la llegada de Carlos Bucero, faltaba una figura para suplir a Andrea Berta, hoy en el Arsenal. Se trata no sólo de mirar hacia la mejora deportiva, sino de hacerla sostenible pese a que el club se ha gastado casi 400 millones de euros en las dos últimas ventanas veraniegas, aunque ha vendido por casi 180.

Más allá de las labores que Alemany ejerció en el Mallorca y en el Valencia, destaca la que realizó hace un par de temporadas desde la dirección deportiva del FC Barcelona. El ejecutivo balear trajo mucho talento a precios de mercado: Raphinha, Lewandowski, Ferran o Koundé, por unos 200 millones entre los cuatro, pero también logró atraer otros jugadores a coste cero que ayudaron a la maltrecha economía blaugrana como Aubameyang o Eric García.

La estabilidad que proporciona Diego Simeone, clasificando al club durante once años consecutivos para Champions League, así como la cada vez mayor competitividad de su plantilla proporciona unos ingresos estables que han permitido crecer a la entidad desde la parte deportiva. El presupuesto y las ganancias del Atlético se han multiplicado en la última década: de los 187 millones de ingresos por 195 de presupuesto en la 2014/15 a los 409,5 y 459, respectivamente de la 2023/24.

Fútbol y negocio

A la parcela deportiva hay que sumar otras retribuciones provenientes del área comercial y merchandising, entre otros, que lidera Óscar Mayo, un fichaje quirúrgico como el de Alemany. Desde la llegada de Mayo, mano derecha de Tebas en LaLiga, a la dirección general, el club ha conseguido grandes contratos como los de Fanatics, Mahou, Red Bull o Riyadh Air que han aportado otra fuente de ingresos importantes para la cuenta de resultados.

Muchas están vinculadas no sólo a la entidad, también a la Ciudad del Deporte que el Atlético planea finalizar para finales de 2026 y principios del 27. Si Riyadh Air aporta casi 30 millones de euros anuales por el naming del estadio y la presencia principal de la camiseta, la marca de bebidas energéticas será, por 40 millones de euros anuales, patrocinador oficial no sólo de las instalaciones actuales sino de las futuras como la piscina de olas, la restauración o los otros espacios deportivos que configurarán ese singular espacio de 265.000 metros cuadrados.

Socios y no palancas

Pero este crecimiento del club no ha podido financiarse únicamente con el aumento de ingresos y el desempeño del equipo. Se han necesitado socios adicionales para que la entidad crezca. Wanda, Quantum, Ares y ahora Apollo han sido grupos inversores que han entrado o quieren entrar en el paquete accionarial del Atlético de Madrid. "Llevamos tiempo recurriendo a ampliaciones capital que nos parece mejor que las palancas", explicó Miguel Ángel Gil Marín.

Las más recientes fueron las de 2021, para hacer frente a los estragos de la pandemia valorada en 70 millones de euros, y la de 2024, de 120 millones de euros. En los próximos meses se prevé una tercera ampliación de capital, especialmente para poder financiar el proyecto que transformará el entorno del Metropolitano.

Obras en los alrededores del Metropolitano.

Obras en los alrededores del Metropolitano.MUNDO

A los 200 millones que aportan los socios actuales hacen falta otros 600 para finalizar la Ciudad del Deporte y se esperaba conseguirlo de inversores privados. Así comenzaron las conversaciones con Apollo, pero éstas podrían derivar en una toma de control por parte del Fondo de Inversión Estadounidense con una compra que supere el 50% de las acciones de una entidad valorada en 2.500 millones de euros.

Otra de las cuestiones que se deberá afrontar también de cara al futuro es el de una deuda que se mantiene como una sombra pegada a las cuentas del club. Aunque se ha ido reduciendo desde la pandemia, se eleva aún a casi 510 millones de euros, lo que obliga a la institución a mantener la tensión competitiva para seguir con su estabilidad financiera desde la parcela deportiva así como la mejora constante en el área que lidera Óscar Mayo para colaborar en su reducción.

Lamine vuelve a ser Lamine pero no es Pedri

Lamine vuelve a ser Lamine pero no es Pedri

Las noticias inquietantes para el Barça en la capital de Flandes Occidental comenzaron mucho antes de que arrancara el partido, cuando a una inocente pregunta sobre Lamine Yamal, el presidente Joan Laporta anunció que se encargaría personalmente de protegerlo. El entorno que rodea al jugador, y que tanto preocupa al aficionado del Barça, sería monopolizado por la luciérnaga de Luz de gas, de las duchas en Moët & Chandon, del puro en ristre y de las noches en Ibiza. El día en que Lamine se quede en calzoncillos en un control de seguridad en un aeropuerto, el presidente es capaz de anunciar que el jugador ya está preparado para volar solo. De momento, a efectos de resultados, es Lamine quien está cuidando de Laporta, y de paso del resto del Barça.

Hay un esfuerzo porque el futbolista se centre en el fútbol, e incluso los periodistas, por lo que no tiene ningún sentido que se sepa muchísimo más de los detalles de su ruptura con Nicki Nicole que de su pubalgia. Lamine lo está jugado todo, y no hay ningún motivo que impida que este viernes Hansi Flick vuelva a cabrearse con Luis de la Fuente.

Está claro que este noviembre, el Barça no está para hacer corrillos saltando en el centro del campo. Que para eso ya está el Madrid. Pero su juego invita a pensar que tampoco lo estará en mayo, donde probablemente para eso también esté el Madrid.

Lamine volvió a ser Lamine en Brujas. Su partido fue para mandárselo en vídeo a Vinicius, quien se quejó en el Bernabéu de que el 10 del Barça no encaraba. Y de paso verse él el suyo en Liverpool. Incluso viendo el segundo gol, Lamine también fue un poco Messi. Del Messi cuando empataba. Dando un recital sólo superado por el recital que dio el Brujas de salir a la contra.

La peor noticia para el Barça fue constatar que Lamine no es Pedri. El Barça defiende mal, pero eso es irrelevante, porque sucede desde que el 4 de mayo de 1988, Johan Cruyff decidió defender con tres, y que ninguno fuera defensa. El estilo del Barça se convirtió desde ese momento en una lucha permanente por tapar sus carencias con tipos que tuvieran siempre la pelota, y este lustro le toca a Pedri, al que el presidente, por cierto, no ha tenido que prometer cuidar.

Courtois, la pesadilla de Anfield: el 23% de sus paradas desde la final de 2022 fueron ante el Liverpool

Courtois, la pesadilla de Anfield: el 23% de sus paradas desde la final de 2022 fueron ante el Liverpool

«Me empezaba a recordar a la final de 2022... Estuvo increíble otra vez». En la zona mixta de Anfield, Virgil Van Dijk todavía no lograba quitarse a Thibaut Courtois de la cabeza. El hombre que le arrebató al Liverpool la Copa de Europa en Saint-Denis hace poco más de tres años con nueve históricas paradas apareció de nuevo en territorio 'red' para desesperar al conjunto británico, incrédulo ante los vuelos del belga. «Por suerte, encontramos la manera», se congratulaba el central neerlandés, feliz por el gol de Mac Allister que cerró un triunfo merecido.

El Madrid, como en París, sobrevivió el tiempo que duraron los milagros de su portero en un alarde extraordinario de manos y pies. «He intentado sostener al equipo. Es una pena», admitía en los pasillos de un estadio que vive atemorizado por él. El 23,2% de las paradas de Courtois en Champions desde el inicio de la final de 2022 han sido al Liverpool, 29 de 125.

El asedio del conjunto inglés sobre el guardameta belga no fue sólo una sensación. La estadística lo refrenda. Y es que sólo en aquella noche de París en 2022 Courtois tuvo que intervenir más veces que ayer. Nueve en Saint-Denis, ocho en su última aparición en Anfield, las mismas que ante el City en el Bernabéu y contra el PSG en París, ambos en 2022.

«demasiadas faltas cerca del área»

Un dato que explica que el nuevo Madrid de Xabi Alonso no dista mucho de lo que ha sido el conjunto blanco durante los últimos años. Un equipo extraordinario, con un talento superlativo en ataque, sostenido también por «el mejor portero del mundo», denominado así por Valverde ante la prensa.

«Hemos hecho demasiadas faltas cerca del área y ellos son buenos en eso. Algunas eran innecesarias y había que tirar de freno de mano. Tenemos que mejorar», admitió el belga, que describió así su increíble parada en el mano a mano con Szoboslai: «Hay que ocupar espacio y vi que eran un 2 contra 1 y que venía solo. Si me quedo en la portería es un penalti casi imposible de parar. Cuando he visto el pase he ido a reducir, tengo manos y brazos largos y es una parada no del manual del portero, pero también sirve».

Courtois voló cuatro veces en el primer tiempo y otras cuatro tras el descanso. Igualdad de números, de sufrimiento y de trabajo para el belga, que no recibía tantos disparos esta temporada desde el derbi madrileño del Metropolitano.

Una de las intervenciones de Courtois, el martes en Anfield.

Una de las intervenciones de Courtois, el martes en Anfield.EFE

Ese partido, perdido por 5-2 por los blancos, aparece ahora como una de las dos derrotas del curso de Xabi Alonso y los suyos. Un duelo similar en sensaciones, pero que para el técnico tolosarra no tiene nada que ver. «Ha estado igualado. Hay muchas formas de perder y la de hoy es muy diferente a la del Metropolitano», aseguró Alonso en sala de prensa, donde apeló a los «detalles» que marcaron la diferencia en un partido en el que «hemos competido bien», insistió.

«Falta de actitud»

El vasco puso el foco en los errores individuales, en los fallos en la marca y en la concesión de demasiadas faltas y córners. Al final, todo derivó en el talento de Courtois, que acumula ya 20 paradas en esta Champions: cuatro contra el Marsella, Kairat y Juventus y ocho ante el Liverpool. En la media de sus últimas temporadas: 51 en el total de la 2024-2025, con cinco en Anfield; y 42 en la 2022-2023, con siete en la eliminatoria de octavos contra el Liverpool.

«No hemos tenido esa sensación (de falta de intensidad). Creo que hemos competido bien», aseguró Alonso. «Ha sido un partido igualado, exigente, de ritmo alto, y nos ha faltado amenazar un poco más el área rival. Luego en la segunda parte han sido detalles, teníamos que estar en el partido y no conceder y hemos concedido muchas faltas, algún córner... Y ese gol les ha dado la ventaja. Es la primera fase y podremos recuperar puntos», siguió el técnico.

Más duro fue Fede Valverde, que criticó que el equipo pecó de «falta de actitud» en las jugadas a balón parado. «Con este escudo hay que salir a ganar. Tenemos que prestar más atención. Hay que saber sufrir, saber defender y mejorar», finalizó.

El Villarreal se complica la Champions con su inesperada derrota ante el Pafos

El Villarreal se complica la Champions con su inesperada derrota ante el Pafos

Actualizado Miércoles, 5 noviembre 2025 - 21:03

El Villarreal pretendía iniciar en Chipre su remontada en la Champions tras un difícil inicio en la liguilla pero se marcha de la isla sin margen ya de error tras su inesperada derrota ante el Pafos, que le deja con un solo punto tras cuatro jornadas. El equipo de Marcelino, en una versión muy distinta a la que viene exhibiendo en liga, perdonó cuando fue superior y no encontró la forma de superar a su rival tras el solitario gol de Luckassen nada más arrancar el segundo tiempo. [Narración y estadísticas, 1-0]

El partido podría haber sido muy diferente si el Villarreal llega a acertar en las dos ocasiones que tuvo, muy claras, en los diez primeros minutos. Mikautadze se encontró solo ante el portero tras un pase de cabeza de Moleiro pero el delantero ni siquiera pudo rematar bien. Apenas cinco minutos después, el canario volvió a dejar a un compañero mano a mano con Michael, tras un pase filtrado a Gueye, pero su tiro lo sacó el guardameta con el pie.

Parecía cuestión de tiempo que acabara llegando el gol amarillo, pero lo cierto es que el Pafos dio un paso al frente tras la doble oportunidad de los castellonenses. Ya había amenazado Quina, muy activo por banda izquierda, nada más arrancar el partido con un tiro que se le fue ligeramente alto. El equipo de Juan Carlos Carcedo no renunciaba a ser protagonista y fue ganando protagonismo con el paso de los minutos, aunque le faltaba claridad de ideas a la hora de atacar.

Lo que sí lograba el equipo chipriota era minimizar las opciones del Villarreal de salir a la contra. Los de Marcelino se veían obligados a a buscar la portería contraria ante un equipo replegado y con dos líneas muy juntas en la frontal de su área que dificultaban la circulación del balón. Con Moleiro metiéndose más hacia dentro, tampoco Pepe y Cardona conseguían hacer daño por las bandas, con lo que Ayoze y Mikautadze estaban muy desasistidos. Un inocente cabezazo del canario que atajó sin problemas el portero fue la última aproximación de los amarillos antes del descanso, a cuya vuelta se iban a encontrar una desagradable sorpresa.

En el primer saque de esquina del partido, Sema puso un buen balón al primer palo y apareció allí totalmente solo Luckassen para cabecear a bocajarro. Al Villarreal se le vinieron entonces encima las urgencias propias de un equipo que aún no se había estrenado en Champions y necesitaba los puntos para no descolgarse de la pelea por las eliminatorias.

Urgencias que llegaron también al banquillo, donde Marcelino agotó sus cinco cambios en solo dos ventanas y con media hora todavía por delante mientras el Pafos era quien más peligro estaba generando. Quina lo intentó con un tiro desde la frontal que resolvió bien Luiz Júnior y Luckassen buscó el doblete cabeceando otro envío de Sema, aunque esta vez no cogió portería.

Mejoría insuficiente

La mejoría del Villarreal fue inmediata con los jugadores de refresco, tanto en dominio como en fútbol ofensivo, pero insuficiente. En el primer balón que tocó, Pedraza centró desde línea de fondo y remató Oluwaseyi pero atajó seguro el guardameta. A Pepe se le marchó por centímetros un tiro cruzado tras una gran maniobra en el área y Michael volvió a intervenir tras una contra frustrada por el deficiente tiro de Solomon. Le faltó sangre fría al equipo de Marcelino, algo comprensible dadas las circunstancias, y acabó metiendo balones al área sin demasiado criterio ante un rival encerrado que se defendió con uñas y dientes para celebrar el primer triunfo de su historia en la Champions.

La terrible lucha contra la leucemia de Achille Polonara: "Me dijeron que tenía un 90 % de probabilidades de morir"

La terrible lucha contra la leucemia de Achille Polonara: “Me dijeron que tenía un 90 % de probabilidades de morir”

A finales de noviembre, Achille Polonara cumplirá 34 años. Y, como un regalo anticipado de la vida, hace unos días pudo incluso salir a la calle, escapar del hospital y celebrar el cumpleaños de su hija Vittoria, que se llama así porque nació en la capital alavesa, donde el ala-pívot jugó para el Baskonia de 2019 a 2021. Un triunfo para quien desde junio afronta el partido más difícil de su carrera, una batalla contra una leucemia mieloide.

El pasado 25 de septiembre, el de Ancona fue sometido a un transplante de médula -lo recibió de una mujer estadounidense compatible al 90%- en el hospital Sant'Orsola-Malpighi de Bolonia. Era el tercer y definitivo paso contra la enfermedad. Antes, en junio, pasó por sesiones de quimioterapia en Valencia. Y a comienzos de agosto recibió un nuevo ciclo. Pero tras el paso por el quirófano todo se complicó para Polonara, que sufrió una embolina que le ha tenido 10 días en coma. "Las posibilidades de sobrevivir son muy bajas", confesó Erika Bufano, la esposa del internacional italiano. "Me dijeron que tenía un 90 % de probabilidades de morir. Cuando estaba en coma, me parecía estar en otra ciudad", ha contado el propio jugador.

Junto al periodista Niccolò Devitiis, Achille ha ido relatando su terrible proceso en el programa La Iene. Sin miedo a publicar en redes sociales las fotos que dan fe sobre su paulatino debilitamiento físico. Fue el pasado 16 de julio cuando la Virtus de Bolonia, el club en el que militaba, anunció que su jugador había sido diagnosticado con leucemia mieloide, después de varias revisiones médicas a causa de una mononucleosis. Polonara ya sufrió, en octubre de 2023 (jugaba entonces en el Zalgiris de Kaunas), un cáncer testicular por el que tuvo que ser sometido a una cirugía. En apenas dos meses regresó a las canchas.

"No me acuerdo de mucho, era como estar dormido. Pero no os liberáis tan fácil de mí. Me siento muy afortunado de estar aquí...", dijo Polonara. Erika Bufano no se separó de su lado en todo el proceso. Admitió que le hablaba todos los días durante el estado de coma y que tuvo que mentir a sus dos hijos, a los que dijo que a su padre se le había roto el teléfono y por eso no respondía. "No era creyente, pero he rezado mucho estos últimos días. Le decía: 'Por favor, no me dejes, te necesito'. Ha sido un milagro", dijo su esposa

Pese a su enfermedad, el ala-pívot, formado en la cantera del Teramo Basket, firmó este verano por el Dinamo Sassari sardo, en el que ya militó entre 2017 y 2019.

Nueve misiles sobre Courtois, “falta de actitud” y un Alonso conforme: “Hay muchas formas de perder. La de hoy es muy diferente a la del Metropolitano”

Actualizado Miércoles, 5 noviembre 2025 - 02:20

Los datos eran los que eran. El Real Madrid de Xabi Alonso había ganado 13 de los 14 primeros encuentros de la temporada, 10 en Liga y tres en Champions League, y sólo había perdido contra el Atlético en el Metropolitano. El Liverpool, por su parte, había vencido en nueve, cayendo contra el Brentford, el Manchester United, el Chelsea, el Galatasaray y el Crystal Palace. Ese era el pasado de ambos, pero la realidad de Anfield cayó a plomo sobre el conjunto blanco. Los datos son los que son.

"Hay muchas formas de perder y la de hoy es muy diferente a la del Metropolitano", se apresuró a analizar Xabi Alonso, insistiendo en la igualdad del partido y pasando demasiado por alto la actuación extraordinaria de Thibaut Courtois, que con ocho paradas evitó una goleada mayor sobre su equipo, más parecida a los cinco goles encajados en el derbi madrileño.

En el Metropolitano, el Madrid recibió 13 remates totales, siete de ellos a puerta. En Anfield, los disparos de su rival se elevaron hasta los 17, nueve sobre los tres palos del belga. Es decir, en tierras británicas los blancos concedieron más oportunidades a su rival, incansable ante Courtois. El 1-0 fue corto con respecto al 5-2 del Atlético, pero las sensaciones fueron muy similares, confirmando la tercera derrota del Madrid de Alonso ante un equipo 'grande' desde que llegara al banquillo de Chamartín tras la sufrida en las semifinales del Mundial de clubes contra el PSG.

"No hemos tenido esa sensación (de falta de intensidad). Creo que hemos competido bien", aseguró el tolosarra en la sala de prensa de Anfield. "Ha sido un partido igualado, exigente, de ritmo alto, y nos ha faltado amenazar un poco más el área rival. Luego en la segunda parte han sido detalles, teníamos que estar en el partido y no conceder y hemos concedido muchas faltas, algún córner... Y ese gol les ha dado la ventaja. Es la primera fase y podremos recuperar puntos", analizó Alonso, que tendrá un par de días para valorar el duelo antes de enfrentarse al Rayo Vallecano en Vallecas el domingo.

Algo más duro con sus compañeros fue Fede Valverde, que se retiró del campo con molestias en el aductor derecho pero apareció en zona mixta para ejercer de capitán y portavoz delante de la prensa. "El gol que nos hacen a balón parado es falta de actitud a la hora de marcar. Tenemos que cambiarlo lo antes posible", criticó el uruguayo.

El Madrid repitió en Anfield las sensaciones del curso pasado, donde también cayó derrotado en la liguilla, aunque 2-0, en un partido en el que tampoco fue capaz de estar al nivel de su rival. "Con este escudo hay que salir a ganar. Perdemos por falta de actitud a la hora de marcar en el balón parado. Tenemos que prestar más atención. Es normal que ellos tengan ocasiones claras porque tienen buenos jugadores y un buen equipo. Hay que saber sufrir, saber defender y mejorar a la hora de atacar", explicó.

En los pasillos de Anfield estaba también Gareth Bale, que a unos metros de los protagonistas analizaba la actuación de las estrellas del Madrid en el partido y la necesidad de un delantero centro que fije a los centrales rivales. "Es frustrante y creo que se complican las cosas. A veces Vini y Mbappé sólo necesitan intentarlo y probar al defensor, porque son claramente más rápidos que nadie en el campo. Pero creo que tal vez no lo hacen porque no hay nadie más en el área esperando los centros. Tal vez se necesita ese número nueve de referencia".

En ese argumento, llamaron la atención los cambios de Alonso, que apostó por Rodrygo y Trent en la segunda parte y por Brahim en el descuento, dejando sin minutos a Gonzalo y Endrick, delanteros del equipo. "Busqué cambiar un poco las dinámicas y generar otras asociaciones en la banda derecha. Tenemos calidad en el banquillo para hacerlo, pero los detalles han caído de su parte", insistió Alonso en su argumentario.

El muro Giménez, la 'victoria' de los Mac Allister y el cuento del Metropolitano: "Había jugadores de ellos por todos lados"

El muro Giménez, la ‘victoria’ de los Mac Allister y el cuento del Metropolitano: “Había jugadores de ellos por todos lados”

Se le preguntaba a Simeone por los goles en la previa de Champions y en el post se le hacía casi por la hora. Porque a punto estuvo el cuento de la Cenicienta belga de terminar bien en el Metropolitano. "Sentimos decepción porque lo vimos cerca", comentó Schoof, jugador del Union Saint-Gilloise, al finalizar el encuentro y añadió que "la diferencia fue la calidad".

Y el coraje, como el de Giménez, que tuvo que salir por la lesión de Le Normand a mitad del primer tiempo y pudo conseguir otra portería a cero si Ruggeri no comete una falta en un lugar innecesario y si los jugadores belgas "no miden muchos más de 1,90", según confesó el uruguayo en zona mixta. Porque el central del Atlético admitió que su gol descontroló el partido de tal manera que, en los últimos minutos, el duelo pudo caer para cualquiera. "Había jugadores de ellos por todos lados", apuntó el defensor.

De hecho, el empate lo tuvo una de esas torres. Louis Patris, que roza esos 190 centímetros, dispuso de un cabezazo a metros de Oblak casi en el último minuto de encuentro. "Sólo quería que la pelota me cayera a mí porque estaba delante del arco", apuntó Kevin Mac Allister sobre esa oportunidad perdida.

Precisamente, fue su hermano el que marcó a 1.800 kilómetros de distancia ante el Real Madrid. "La familia está contenta, agradezco a mi madre que vino a este partido y seguro que estuvo pendiente del celular todo el tiempo", reveló el futbolista del Saint-Gilloise.

Un equipo que sorprendió a todos menos a Simeone. "Sabíamos que iba a ser un partido complejo", explicó el argentino sobre la 'Cenicienta' belga, que venía de perder en Champions por sendos 4-0 ante Inter y Newcastle. Y culpó a esa falta innecesaria la repentina rebelión de los belgas. "Con el 2-0 podíamos haber evitado esa falta. Sabíamos que podiamos sufrir a pelota parada porque tienen mucha altura", secundó el técnico a Giménez.

Elogios para todos

Terminado el encuentro, el entrenador valoró positivamente el esfuerzo de sus jugadores. Especialmente el de Giuliano, otra vez decisivo, y el de Pablo Barrios, que volvió de lesión, pero pareció completamente recuperado. "Tiene fuerza, trabajo, defiende y recupera pelotas, te las quita", explicó algunas de las virtudes del canterano.

Tampoco se quiso olvidar de Sorloth. El noruego ha sufrido un cambio tremendo tras la charla que tuvo con el míster en el entrenamiento de puertas abiertas previo al duelo en Sevilla ante el Betis. Ha cambiado la indolencia por el esfuerzo y eso es muy apreciado por su técnico. "Cuando el rompe a los espacios es muy potente, muy fuerte, lo ha hecho muy bien, me pone contento por él porque necesitamos su mejor versión", elogió a su pupilo.

Sufrimiento y recuerdo

Sufrimientos aparte, el Atlético necesita sumar de a tres para colarse en el top-8. Si ganara todo lo que le queda: Inter, PSV, Galatasaray y Bodo Glimt, podría igualar su puntaje de la temporada pasada, con el que fue quinto. De momento, y a falta de los partidos del miércoles, duerme decimocuarto.

Antes de comenzar la rueda de prensa, el Cholo quiso tener unas palabras de recuerdo para Daniel Willington, el entrenador que le hizo debutar con 17 años en Vélez Sarsfield. "Estaré agradecido para toda la vida", quiso homenajear el argentino a su mentor.

El Bayern también golpea en el Parque de los Príncipes, con un doblete y una roja para Luis Díaz

El Bayern también golpea en el Parque de los Príncipes, con un doblete y una roja para Luis Díaz

Actualizado Martes, 4 noviembre 2025 - 23:26

Sólo Antoine Griezmann, en 2021 frente al Liverpool, había reunido en un partido de Champions dos goles y una tarjeta roja, hasta que ayer Luis Díaz quiso emularle en el Parque de los Príncipes. El colombiano decantó con su doblete el triunfo del PSG antes de marcharse expulsado poco antes del descanso tras una dura entrada que lesionó a Achraf Hakimi en el tobillo izquierdo. [Narración y estadísticas (1-2)]

El protagonismo de Díaz, para bien y para mal, no debe eclipsar el formidable triunfo del equipo de Vincent Kompany, que esta temporada enlaza ya 13 victorias consecutivas. Los bávaros supieron defender con aplomo su ventaja, después de que Joao Neves apretara el marcador en el minuto 74. En ese tramo final destacó, como a lo largo de toda la noche, Dayot Upamecano.

Además de su segunda derrota de la temporada, el vigente campeón también tuvo que lamentar la lesión de Ousmane Dembélé. Poco antes de la media hora, el Balón de Oro pareció resentirse de sus problemas en el muslo derecho. Kang-in Lee, su sustituto, no anduvo especialmente inspirado, ni siquiera durante los minutos de superioridad numérica.

Mejor con Ramos

Abrumados por la intensidad física de los muniqueses, el PSG pagó caro su error en el minuto, cuando Díaz aprovechó un disparo de Michael Olise que Lucas Chevalier había rechazado. Traspasada la media hora, el ex del Liverpool se benefició de un grave despiste de Marquinhos para doblar la ventaja. El Bayern, con Harry Kane a los mandos, evidenciaba una superioridad abrumadora.

Quien sí dio otro aire al PSG fue Gonçalo Ramos como principal referencia ofensiva a partir del minuto 66, cuando relevó a Bradley Barcola. El delantero portugués atrajo la atención de los centrales y dio mayor sentido a la pizarra de Luis Enrique. Sin embargo, los minutos de asedio no lograron concretarse ante Manuel Neuer, autor de varias intervenciones de gran mérito, especialmente ante Warren Zaïre-Emery en el minuto 78.

Con este último revés, el PSG encadena cinco derrotas ante el gigante bávaro, su peor racha contra un rival en la Champions. Paradójicamente, su último tropiezo oficial se produjo durante el Mundial de clubes frente al conjunto parisino (2-0).

Otra caída de Xabi Alonso

Otra caída de Xabi Alonso

Actualizado Martes, 4 noviembre 2025 - 23:22

En realidad, el Real Madrid debió perder por una goleada en Anfield tan escandalosa como la del Metropolitano. Xabi Alonso no tiene ni las agallas, ni la inteligencia futbolística, ni el talante, ni el talento que necesita el equipo en estos momentos.

Caer por un solo gol fue casi una broma del destino. Los desastres del Metropolitano y de Liverpool marcarán su carrera para siempre.

Alonso fracasó con Camavinga, pero sobre todo con Vinicius, que hoy por hoy es un jugador intrascendente. No debería estar en el Madrid: ya no tiene categoría para ello. Alonso, sin embargo, le teme y fue incapaz de sentarlo. Esa debilidad se transmite al resto del equipo.

Lo de Mbappé es un caso clínico dentro de la clínica de Alonso. No apareció, no se involucró, no mostró hambre ni orgullo frente a la defensa del Liverpool. Se arrastró por Anfield como una vieja gloria.

Al descanso, el Madrid guardaba el 0-0 con la avaricia de un usurero. En realidad, debía ir perdiendo por cuatro goles. ¿Qué pasó? Pues que 'saint' Courtois volvió a ser el salvador, y el Liverpool se quedó como un niño al que le han quitado cuatro juguetes maravillosos.

Esta vez, el 'espía' de Alonso —Camavinga— no sabía qué hacer. Parecía un muñeco ante cada jugador arrollador del Liverpool. Y eso que el equipo inglés, técnicamente, ha bajado mucho. Da rabia pensar que el Madrid no tendrá en años una oportunidad tan clara para ganar en Anfield.

Van Dijk está como quien espera el retiro, y Salah, casi igual. Aun así, Carreras le hizo un marcaje que lo hundió anímica y espiritualmente. Junto con Valverde, fue de lo poco rescatable del Madrid.

La crisis de Vinicius

Lo más absurdo del planteamiento de Alonso fue insistir en que todos los balones de peligro pasaran por Vinicius: un desastre, como casi siempre. Mientras tanto, Mbappé se inhibía, se retorcía en su fama y esperaba, inmóvil, un centro imposible del brasileño.

No intentó una sola jugada individual. Mbappé lleva cuatro partidos besando la luna, pero la luz de su brillo natural está apagada. Y justo en los cuatro encuentros más importantes. Parece tener miedo a la responsabilidad de los grandes partidos. Algo pasa en el bosque enmarañado de su mente. Es una pena.

Menos mal que Bellingham protagonizó la única jugada de gol del Real Madrid y estuvo a la altura de una noche de Champions. En cambio, Huijsen estuvo flojo, casi tanto como Militao, y Arda Güler pareció un suplente de sí mismo.

El otro gran problema, el epicentro del desastre, es que en el Madrid no hay un líder actual. No hay un gran capitán que empuje al equipo. El único que manda es Florentino Pérez. Se acabó la era de los Ramos, los Cristiano o incluso los Modric. En Anfield, el Madrid traicionó su historia de equipo que pelea hasta el final.

Pareció un conjunto miedoso, sin garra, sin velocidad, como si creyera desde el inicio que no podía ganar el partido. Solo uno lo creyó: Courtois.

Los panes y los peces de Courtois no sacian el hambre de la Champions

Los panes y los peces de Courtois no sacian el hambre de la Champions

Los panes y los peces de Courtois no sacian el hambre que necesita esta Champions, en la que al Madrid no le bastan los milagros de su portero. Le dieron un título, en París, frente a un Liverpool mejor al que encontró en Anfield. Pero hablamos también de un Madrid mejor al que por ahora se reconstruye de la mano de Xabi Alonso. Caer en Anfield no es dramático, y menos después de haber ganado los tres primeros partidos de la primera fase del torneo. Lo preocupante es hacerlo sin mostrar apenas amenaza, dominado por un rival grande, pero en un momento de dudas. Después de perder ante el PSG en el Mundial de clubes y en el Metropolitano frente al Atlético en Liga, el Madrid de Xabi Alonso lo hace en Anfield con su portero en figura. Con la Juventus lejos de la primera línea, el Barça es por el momento su única pieza de caza mayor.

Las cuatro intervenciones de valor gol realizadas por Courtois auguraban que habría una quinta. Conviene no pedir ante el altar todos los días ni en todos los partidos. Frente a un Mac Allister a quemarropa ya no quedaban panes ni peces. El Liverpool se puso por delante porque era lo que decía el juego, inapelable, ambicioso, tenso en el caso de los ingleses, pero contemplativo y plano por parte de los madridistas.

Xabi Alonso optó por la exitosa fórmula del clásico, al incluir a Camavinga en el centro del campo. No funcionó, impreciso el francés y superado todo el equipo blanco por el ritmo de juego impuesto por el Liverpool. Apenas Carreras, frente a Salah, respondió en los duelos individuales. Fue de más a menos Vinicius, detenido por Bradley. Estuvo desaparecido demasiado tiempo Mbappé, sin conectar, y la generosidad de Bellingham no encontró socios. Suya fue la única ocasión real del Madrid, la única.

Nada pone en cuestión esta derrota más allá de constatar que el Madrid es ya apto para la velocidad de la Liga, líder con comodidad, pero todavía tiene que acelerar para alcanzar la que imponen los ilustres de la Champions. El intento de hacerlo tras el gol del Liverpool fue decepcionante, porque no generó peligro real y expuso más a Courtois. La tendencia de esos ilustres la marca un Bayern de récord, 16 de 16 victorias en la temporada tras vencer al PSG de Luis Enrique en el Parque de los Príncipes. Eso es caza mayor de verdad.