El Atlético vapulea al Girona con los superhéroes de casa: Llorente, Griezmann y su escudero Barrios
Un superhéroe de manual cumple con reglas innegociables: oculta sus poderes, disfraza su identidad y aparece para salvar de apuros. Incluso los adivina. En el Metropolitano aparecieron dos ante el Girona que no eran ni la Araña Álvarez ni el Thor noruego Sorloth. Ya vestían de rojiblanco y nadie se acordaba. Griezmann y Marcos Llorente no necesitaron que se encierra un gran foco para librar al Atlético de cualquier emboscada y saben que tienen un pupilo, Barrios, que les ayudó a desactivar a un rival blando que les regaló la ocasión de hacer magia. [Narración y estadísticas]
El primero en mostrar sus poderes fue el francés. No estaba siendo un partido cómodo ni para los rojiblancos ni para su rival. Después de las grietas que el equipo mostró en el debut ante el Villarreal, Simeone lo cementó y le encomendó la tarea del gol Julián Álvarez, que sintió el aliento del veterano Blind en el cogote y no pudo darse la primera carrera que hizo rugir al estadio hasta el minuto 16.
Se tanteaban los rivales, se cerraban bien los atléticos y no hallaba el Girona, con más control, cómo desordenarlos. De hecho, los latigazos en ataque se iban concentrando en su área. Lino sirvió un centro raso al punto de penalti que Griezmann sólo tenía que empujar, pero inexplicablemente chutó al aire. Le quiso devolver el francés la asistencia y el extremo sólo armó un remate manso.
El Girona ha cambiado piezas esenciales en su once de ataque pero siguen encontrándose hasta con los ojos cerrados y eso hacía que al Atlético le costara estirarse más de la cuenta. Oblak empezara a ver tránsito a su alrededor. Probó Tsygankov con un centro llovido sin rematador y Míchel pedía a sus jugadores que apretaran en las bandas y con balones buscando las carreras de Abel Ruiz. Sin embargo, antes se quebró el partido.
Un pase larguísimo a Julián Álvarez, en pelea con Blind, lo cazó Gazzaniga con la mano fuera del área. Munuera Montero lo castigó con amarilla, para enfado de la parroquia rojiblanca, y falta. La lanzó Griezmann al hueco de la barrera y ajustada al palo del arquero que no pudo atajarla. El Atlético respiraba, pero el Girona avisó antes del descanso justo como Míchel había pedido, con carreras de Abel Ruiz para dos mano a mano que ganó Oblak.
Por si el Girona reaccionaba, tras el descanso le dieron el segundo golpe. Volvieron a aparecer en la foto Griezmann y Gazzaniga, pero el protagonista fue Llorente. Sin capa, voló por el carril derecho y le vio el francés para, en una acrobacia, lanzarle la pelota para que se plantara en la la medialuna del área y batiera de un derechazo a un meta que volvió a hacer un gesto extraño. Segundo gol en la Liga y el mejor ejemplo de que es el jugador más en forma del equipo.
Con el partido escorado, Simeone se protegió con la veteranía de Koke, el pulmón de Gallagher y la amenaza de Sorloth. Y es que el Girona se instaló en campo contrario y fue probando por dónde encontrar la grieta. Lo hizo con fe Bryan Gil , Portu y Almena sin que nada pudiera cambiar el escenario. Sin embargo, el respiro definitivo se lo dieron los mismos: apareció Barrios en una carrera infinita en el tiempo añadido para apoyarse en Llorente y regalarle el gol al capitán Koke en una noche feliz para el Metropolitano.