Italia, la vieja autoridad resquebrajada sin gol, sin PlayStation y bajo el espíritu de los ‘All Blacks’

Actualizado Viernes, 14 junio 2024 - 23:30

"Sólo hay un azul más bonito que el del cielo, el de la camiseta de la selección nacional". Usa Luciano Spalletti (65 años) un lenguaje zalamero para alentar las esperanzas de los italianos en una Eurocopa a que la que llegan con su vieja autoridad resquebrajada, inmersos en un mar de dudas y bajo un estricto régimen de concentración impuesto por el seleccionador toscano para evitar distracciones. Italia es la vigente campeona, sí, pero los pilares de un calcio que reverdece en Europa se ven azotados por el tránsito que vive la Nazionale. "Somos los protagonistas del sueño de todo italiano que, de niño, dejaba la escuela para ir a jugar al fútbol toda la tarde. Les he dicho a los jugadores que somos héroes y gigantes", añadía.

El relevo generacional se está haciendo costoso y, aunque el futuro no se ve con pesimismo con los títulos europeos para la Sub-19 y la Sub-17, hay que mirar de reojo a este grupo de jugadores que tiene como líderes a Donnarumma, Jorginho y Barella. "Italia está subestimada", viene advirtiendo Gianluigi Buffon, convertido en jefe de delegación y enlace con el vestuario, una especie de hermano mayor con 21 años de experiencia en selección.

Y es que más allá de los números, Spalletti apunta también a la actitud. Con mano de hierro, intenta que nadie descarrile. Su primera decisión: regalar cada jugador el bestseller de James Kerr sobre el legado que dejó el éxito de los All Blacks. Leer es de lo poco que no está prohibido o limitado en la concentración. No se permiten PlayStations individuales en las habitaciones, no están permitidos los auriculares y sólo se puede usar el móvil y las redes antes del desayuno y la cena y la distracción quedará restringida a la sala de juegos con ping pong, billar, futbolín y una máquina de pinball de los 80. "Se viene a la Nazionale a ganar la Euro, no el Call of Duty", advirtió en marzo, cuando dejó fuera de Scamacca por su comportamiento en las citaciones.

"El mayor reto de mi carrera"

"Quiero concentraciones de antes, con viejas conductas. Si no saben a qué jugar ya les inventaré un juego, pero aquí no entran gilipollas», insistió. Ha rebajado esa tensión en los últimos días. "Hay dos PlayStation modernísimas en la sala de juegos, incluso yo he jugado. Subiré fotos a redes sociales y lo veréis. Pero por la noche hay que descansar, como dicen los psicoanalistas". Spalletti ejerciendo de padre para que los resultados lleguen, empezando por hoy ante Albania, donde un fallo sería imperdonable. "Italia está lista", advertía Donnarumma. Necesitan crecer en este campeonato y creer en que la vieja Italia no se ha esfumado.

Se refugian en el campeonato de Europa para lamerse las heridas que la han dejado fuera de los dos últimos Mundiales (Rusia y Qatar) y expulsada con vergüenza en la fase de grupos de los dos anteriores (Sudáfrica y Brasil). A esos varapalos le siguieron el apretón de dientes que les ha servido al menos para acabar entre dos ocho mejores equipos continentales y alzar el último título. Sin embargo, después vino el vapuleo de Argentina en la Finalissima, el tropezón de la Nations League y la regeneración en el banquillo. "Este es el mayor reto de mi carrera, aquí están en juego los sentimientos de todos los italianos", confesó Spalletti y buena muestra de ellos es que el camino hacia Alemania fue tortuoso y el pasaporte se logró sobre la bocina.

Emparejada con Inglaterra, lograron la clasificación directa gracias a la diferencia de goles ganada con Ucrania tras cuatro victorias, dos empates y dos derrotas. Y lo que es peor, sólo 16 goles a favor, muy lejos de los números de Portugal (36), Francia (29), España (25) o Inglaterra (22). La comparación con la clasificación para el torneo de hace cuatro años evidencia el problema: entonces los azzurri no cedieron ni un punto y marcaron 37 goles.

Atascados con el gol

Aún así, Spalletti aventa optimismo y alerta a España y a Croacia de que puede repetir sorpresa. "Vamos a Alemania a ganar, no a participar. Nos lo pide nuestra historia. Podemos estar a la altura de Inglaterra, Francia, España y Alemania", no dudaba en advertir estas últimas semanas. Después, encerrado en Coverciano y alimentándose de pescado -"porque el fósforo ayuda al cerebro", recuerda-, da vueltas a una fortaleza defensiva discutible, a la recuperación in extremis de Nicola Barella, duda para el debut, y, sobre todo, a cómo solventar lo que es el talón de Aquiles: el ataque.

Sólo Chiesa se mantiene del grupo de campeones pero sus nueve goles en la temporada han llevado al seleccionador a mirar más allá. El foco en Scamacca, delantero de Atalanta y máximo goleador nacional de la Serie A con 12 tantos, y Retegui del Genoa con nueve dianas. De momento el atacante de la Dea quien ha tomado ventaja en los partidos de preparación. "Ha crecido mucho en el último período y le felicitamos: es completo y lo tiene todo", dijo antes de mandarle un mensaje: "Si atacas la portería 10 veces, a lo mejor te llegan cinco balones; pero atacándola 20, a lo mejor te llegan 10". Y es que durante la preparación, Italia sólo ha marcado un gol a Bosnia y fue del centrocampista Frattesi.

Albania será la primera prueba de fuego. "Tenemos que demostrar quiénes somos, que no nos asusta un partido de fútbol", añadió un Spalletti que debuta "con una emoción fantástica y nada tóxica".

El secreto de la debutante Georgia: una academia 'made in Barça', jugadores de calle y dos fenómenos

El secreto de la debutante Georgia: una academia ‘made in Barça’, jugadores de calle y dos fenómenos

Georgia lleva dos años en el mapa del fútbol europeo detrás de los nombres de Khvicha Kvaratskhelia y Giorgi Mamardashvili. Su brillo en el Nápoles y en la portería del Valencia ha hecho volver la vista al campeonato de un pequeño país de 3,7 millones de habitantes, la mitad que la Comunidad de Madrid, que se envuelve en su bandera para, por primera vez en su historia, disputar una Eurocopa.

Los georgianos proclamaron su independencia de la Unión Soviética en 1991 y aplastaron una invasión de Rusia en 2008, pero su fútbol ha sido conquistado por españoles. La base del logro de una selección que enloqueció al país en la tanda de penaltis de la repesca ante Grecia tiene su origen en España y en los éxitos que encadenó la Selección Española de 2008 a 2012, cuando el tiqui-taca asombró.

Jugadores y técnicos eran reclamados y Georgia fue una de las ligas receptoras. Allí desembarcaron dos ex entrenadores de la cantera del Barça: Álex García, que dirigía al juvenil y hoy es segundo de García Pimienta, y Andrés Carrasco, cuya misión era crear la academia del Dinamo de Tiflis por encargo de su propietario, el empresario Roman Pipia, dispuesto a hacer crecer al equipo que vio campeón de la Recopa en 1981 y, sobre todo, a la selección de su país. Hoy el 70% de la selección que en Alemania dirige el francés Willy Sagnol creció en esa academia, empezando por los dos estandartes.

Con ellos llegaron poco después un puñado de futbolistas , entre ellos Xisco Muñoz, campeón de Liga con el Valencia en 2002, que fue primero jugador y luego como técnico del Dinamo. "No teníamos ni ciudad deportiva para entrenar, pero había una intención de hacer crecer el fútbol y el presidente quería apostar por la gente joven del país", recuerda el técnico, hoy en Eslovaquia, que ganó dos campeonatos en el Dinamo.

Uno de esos 'cruzados' que defenderá a Georgia en su primera Eurocopa nació al fútbol con esa mentalidad española. "Yo jugaba en la academia de Dinamo de Tiflis con 12 años tuve un director que ha influido muchísimo en la manera de entrenar y de jugar al fútbol en Georgia. He crecido con la mentalidad y el estilo de juego español". Lo cuenta a EL MUNDO Giorgi Kochorashvili, centrocampista del Levante UD, que se convirtió en el primer futbolista georgiano que daba el salto a una de las cinco grandes ligas en dos décadas. "Desde Shota Arveladze nadie lo había hecho y ese primer paso fue complicado, porque salí con 18 años de mi país y hasta los 21 no pude debutar. Sin embargo, es una demostración de que es posible. De esa convicción de que se puede ha llegado Mamardashvili, con su altísimo nivel, o Khvicha Kvaratskhelia a Nápoles... Los jugadores empiezan a salir y todos estamos creciendo", explica.

Ese director que marcó a Kochorashvili es Andrés Carrasco. "Nuestra idea fue fundar la academia para conseguir un estilo, una identidad. Yo llevaba 13 años en el Barça y vimos que era factible aplicar ese 4-3-3 allí, porque su nivel físico era bueno y había muchos jugadores de calle con los que se podía trabajar con un perfil técnico interesante", explica en conversación desde Tiflis, donde acaba de renunciar a entrenar al Dinamo. Chicos con capacidad de uno contra uno para los perfiles, que no perdieran la pelota y que fueran capaces de jugar a dos toques. Eso, e inteligencia en el campo. Ambas cosas se las vio a Kochorashvili y, sobre todo a Kvaratskhelia. "Era luchador, muy trabajador, porque esa capacidad de trabajo es lo que te hace especial en Georgia. Pero nadie veía su talento. En las pruebas que hicimos no lo mostró y hubo mucha gente que dudó. Yo me la jugué porque creía que lo merecía", relata sin ver el techo del jugador que asombró al Diego Armando Maradona. "Era imposible predecir que iba a tener un impacto tan grande. El paso más difícil fue el de Rusia al Nápoles pero fue progresando y el factor sorpresa le ayudó", explica.

Para Carrasco, ha sido "vital" que hayan dado el salto a ligas más competitivas. "Es la primera vez que apenas hay jugadores en la selección que no estén en Rusia o en Georgia". En España ha costado, tanto que Mamardashvili fue ofrecido en un email que media Primera División rechazó, en la Premier apenas recuerdan la experiencia del talentoso y anárquico Georgi Kinkladze en el City a mitad de los 90 y miran al mediocentro del Watforf Chakvetadze, y es en Francia donde mejor están anidando desde el joven goleador Mikautadze en el Metz a Davitashvili en el Burdeos.

Georges Mikautadze, delantero del Metz francés.

Georges Mikautadze, delantero del Metz francés.AFP

"El fútbol del país tiene visibilidad porque hemos venido jugadores a España, Italia o Francia. Ese reconocimiento ayuda a que la gente se anime más a buscar talento en Georgia. No es que antes no hubiera buenos jugadores, pero no daban el salto a un equipo europeo para jugar, aprender y crecer. Quedándote en Georgia puedes mejorar, pero hay que ver más allá y rodearte de gente que está a un nivel top. Jugar en una de las cinco grandes ligas te da muchísimo", advierte Kochorashvili.

"Como se han criado españolizados están más adaptados a nivel cognitivo al fútbol de primer nivel cuando dan el salto. Ése ha sido el éxito de Andrés, acercarlos al fútbol profesional", añade Xisco, convencido de que en esta Eurocopa pueden ser una sorpresa. "Hay jugadores que con 21 años ya llevan 100 partidos y están dispuestos a no dejar pasar ninguna oportunidad. Lo van a dar todo por su país y saldrán a jugar envueltos en su bandera y haciendo patria", advierte.

No serán nueve entre Mamardashvili y Kvaratskhelia. "Está claro que él es el gran ídolo, una estrella de las que nacen pocas veces, pero en Georgia jugamos en equipo. Él nos ayuda muchísimo con su talento y nosotros a él para que dé su mejor versión en cada partido", puntualiza 'Kocho'.

Son un equipo tras la idea que les propone Willy Sagnol, a quien siguen con fe ciega. "La parte mental la controla muchísimo, que es algo muy importante en el fútbol más allá del físico y la táctica. Nos da mucha libertad y eso nos hace sentirnos muy fuertes y disfrutar de cada momento que vivamos ante Turquía, Chequia o Portugal". Ése es el partido al que todo el mundo mira, se lamenta Kochorashvili recordando que es el último de la fase de grupos.

No tendrán los 'cruzados' georgianos el apoyo de los 60.000 aficionados que llenaron la gradas del estadio nacional en la repesca ante Grecia, pero sienten lo vital que es para el país poder darles una alegría. En medio de una crisis política por la influencia rusa y la limitación de derechos que conllevaría, "para la gente será una forma de desconectar. Somos un país pequeño que sueña a lo grande y estamos listos para esta aventura".

De las futuras estrellas Wirtz, Doku y Güler a los viejos ‘rockeros’ Pepe, Giroud y Walker

Actualizado Jueves, 13 junio 2024 - 16:56

Mientras Europa está pendiente de las grandes estrellas, aquí dejamos una lista de jóvenes promesas que llamarán la atención en el torneo y de futbolistas, ahora en segunda línea, que han marcado época en sus selecciones. En Alemania dirán adiós a esta competición y, quién sabe, si a vestir la camiseta de su equipo nacional.

LAS FUTURAS ESTRELLAS

  • WIRTZ (Alemania). Con 21 años ya es la estrella del Leverkusen de Xabi Alonso y el Madrid le quiere para 2025, así que nada mejor que una Euro para explotar del todo.
Florian Wirtz.

Florian Wirtz.A.P.

  • MAINOO (Inglaterra). Fue la gran sorpresa del Manchester United en el último tramo de la Premier. Será suplente, pero a sus 19 años parece la próxima gran estrella.
  • DOKU (Bélgica). A sus 22 años, está llamado a heredar el equipo de Hazard. Brilla en el City, pero aún no ha tenido un gran torneo con su país.
Jérémy Doku.

Jérémy Doku.AP

  • GÜLER (Turquía). La ilusión de una selección que apunta a gran sorpresa. La perla del Madrid tiene 19 años y quiere hacerse notar.
  • SIMONS (Países Bajos). Es una de las estrellas del Leipzig y Koeman le quiere como líder de su país. 21 años.

LOS VIEJOS 'ROCKEROS'

  • PEPE (Portugal). 41 años. Su misión es aportar experiencia a una selección muy joven. De Alemania se irá con el récord de ser el jugador de más edad en jugar una Euro, desbancando al húngaro Kiraly.
Pepe.

Pepe.AP

  • GIROUD (Francia). 37 años. Pilar de Deschamps en el Mundial de Rusia, el máximo goleador de la historia de la selección francesa con 57 goles, dejará de vestir la 'bleus' tras este campeonato.
  • WALKER (Inglaterra). 34 años. Es el más veterano de los 'Three Lions'. Ha jugado dos Eurocopas (2016 y 2020) y dos Mundiales (2018 y 2022), por lo que su ciclo internacional está llegando al final.

El ocaso del inoxidable Cristiano Ronaldo, hombre récord de las Eurocopas, y otros líderes de despedida

Actualizado Jueves, 13 junio 2024 - 07:46

«Su hambre es de un jugador de 18 años». Esta frase de Roberto Martínez, seleccionador de Portugal, encierra parte de la explicación de por qué Cristiano Ronaldo sigue siendo una estrella que brillará en la Eurocopa con 39 años y un sinfín de récords a sus espaldas. Mientras emerge una nueva generación liderada por Kylian Mbappé o Jude Bellingham, el portugués, pese a su desaparición de las grandes ligas y el escaparate de la Champions con la marcha a Arabia Saudí, sigue dejando huella en la historia del fútbol. Sin la responsabilidad de ser el único jugador que debe tirar de Portugal, se presenta en el que quizá sea su último gran torneo internacional dispuesto agrandar aún más su enorme leyenda.

Llega a esta Eurocopa, la sexta de su carrera, con 35 goles en el Al-Nassr, un nuevo registro histórico en Arabia Saudí que le da la Bota de Oro del campeonato, y con la amargura de haber enviado al poste el penalti que le privó de ganar también la Copa y firmar un doblete. Es ese gen competitivo que hace llorar al cinco veces Balón de Oro lo que le mantiene vivo en su selección. «Nunca he trabajado con un jugador que muestre tanto sacrificio en su día a día. Tiene el deseo de ser el mejor en cada entrenamiento», dijo el seleccionador luso a los pocos días de convivir con él en las primeras concentraciones.

Ésa es la clave que ha llevado a Cristiano a sumar 207 partidos con la camiseta nacional, algo que nadie nunca había hecho. 196 había logrado el kuwaití Al Mutawa y se quedará lejos. Sólo con la fase de grupos, la cifra aumentará. De momento ya es el único jugador que ha disputado seis fases finales desde que Luiz Felipe Scolari le hizo de debutar en 2003.

Esperan los portugueses que también fulmine su registro anotador, que ya va por 130 goles. Con 14 tantos es el máximo goleador histórico en los campeonatos de Europa, el único que ha logrado un hat trick en tres ediciones consecutivas del torneo (2012, 2016 y 2020). Su último gol en una fase final se lo marcó a Francia con 36 años y 138 días. Cada vez que Cristiano huele el momento decisivo de una gran competición, se va con goles. Lo ha hecho en las diez que ha participado, fueran Mundiales o Eurocopas. Estos registros podrán caer con más facilidad ahora de Roberto Martínez le asentará en el área, aprovechando la inteligencia de sus movimientos, su definición y hasta juego aéreo.

Será uno de los tres estiletes con los que Portugal pretende, después de una clasificación impecable, creer en el torneo y acercarse a la Copa que sólo ha levantado una vez en su historia, en 2016 ante Francia en París. Aquello supuso sacarse la espina que Grecia les clavó en 2004 arrebatándole el título en Lisboa, en un partido donde un jovencísimo Ronaldo no pudo evitarlo.

Modric, Kross y Lewandowski

No es la única estrella que apura los destellos con su selección. En Croacia lo hará Luka Modric. No quiere ponerle fecha a su adiós, pero camino de los 39 años, el capitán sabe que se acerca. Subcampeón del Mundo en Rusia en 2018 y semifinalista en Qatar, donde necesitó una repesca para clasificarse, España le arrebató la posibilidad de alzar la Nations League el pasado mes de junio y ahora quiere jugar sus cartas en esta Euro, otra vez con España de por medio.

Su liderazgo, en el campo y fuera, es indiscutible y el relevo generacional, imposible. Modric tenía en la cabeza esta competición, a la que ha tratado de llegar listo pese a su menor protagonismo en el Real Madrid y buscará salir del equipo nacional con el mayor éxito posible.

Más inesperado ha sido para Toni Kloss ponerse de nuevo la camiseta de Alemania. El centrocampista, en uno de los momentos más dulces de su carrera a 34 años, aceptó la propuesta del seleccionador Julian Nagelsmann para unirse de nuevo a la Mannschaft como broche final a su carrera. Colgará las botas después de este torneo en el sueñan en llegar muy lejos después de varapalo que supuso la eliminación en Qatar en la fase de grupos. «Si no pensara que es posible ganar esta Eurocopa no habría vuelto. Tengo hambre y, aunque terminar mi carrera con una Champions y una Eurocopa podría ser casi cursi, ganar este torneo es lo que pretendo», confesaba el alemán horas antes del partido inaugural frente a Escocia.

Kross no estuvo en Qatar, pero sí Robert Lewandowski liderando a una Polonia que necesitó una repesca para clasificarse y cayó en octavos ante Francia. Nadie le discute el brazalete al delantero del Barça porque, con 35 años, es el futbolista con más internacionalidades (148) y con más goles (82), pero arrancará la competición con molestias musculares.

Nadie puede cuestionar tampoco a Antoine Griezmman en Francia. Pese a que los focos están siempre sobre en Mbappé, el atlético quiere no sólo volver a ser campeón con 33 años sino brillar como lo hizo en Rusia o en Qatar y Deschamps está dispuesto a empujarle para ello.

Tan cerca del adiós nacional como el galo podría estar Kevin De Bruyne. El capitán de los diablos rojos busca un protagonismo para Bélgica que, pese a partir como favorita en varios torneos, no ha conseguido dar el salto definitivo. Ahora lo hace, además, sin Courtois, fuera de lista por disputas con el seleccionador. A sus 32 años, y aunque sólo queden dos para el Mundial de EEUU, México y Canadá, afronta el final de su etapa en el City y se abre a la puerta al exotismo, y el poder de los petrodólares, de Arabia.

Estos jugadores son las banderas de sus selecciones. En algunos casos se prepara su sucesión, en otros el vacío será inmenso.

La moral del Alcoyano, en lucha: la afición se subleva contra el exilio del equipo a otra ciudad por dinero

Actualizado Martes, 21 mayo 2024 - 22:36

Pensar en la resistencia y el tesón es recurrir a la frase «tener más moral que el Alcoyano». Esos dos valores que acompañan históricamente al club alicantino están más la prueba que nunca. Alcoy se enfrenta al reto de retener a su equipo en el campo del Collao y con él sus 96 años de historia en el fútbol español que incluye gestas recientes en Copa ante el Real Madrid. El Alcoyano no se entiende sin su vinculación con la ciudad industrial del interior de Alicante pero puede acabar jugando a más de 50 kilómetros.

De la crisis económica que vivía el club, instalado en Primera RFEF, lo rescató hace 20 meses el empresario Juan Carlos Ramírez. Vinculado antes al Elche y al Hércules, con poca fortuna, llegó para dar un impulso que no se ha producido. Según su versión, por falta de apoyo institucional, a través de la remodelación de instalaciones, del empresariado local e incluso de la afición. Por eso, pretende llevarse al equipo a La Nucía, una localidad próxima a Benidorm cuyo equipo acaba de comprar y que juega en Tercera RFEF. Su idea es intercambiar los clubes: el Alcoyano trasladaría su sede social y competiría en La Nucía mientras que en el Collao se quedarían con un equipo forastero y fútbol de dos categorías menos.

Se trata de una maniobra que, amparada en la Ley de Sociedades Anónimas, pretende ejecutar el próximo 17 de junio en una junta de accionistas que tiene como único punto del orden del día el traslado del domicilio social del CD Alcoyano SAD. Esto es algo que la Federación no puede evitar. El máximo accionista no puede intercambiar las categorías que cada equipo se ha ganado deportivamente en el campo, pero sí las propias estructuras de los clubes en una operación sin precedentes.

«Me llevo el equipo a La Nucía porque aquí no tengo apoyos. Me llevo la camiseta y la historia, el Alcoyano no desaparece. Pero sin apoyo empresarial, institucional y social no puedo seguir en Alcoy», asegura el dueño, que llegó a verbalizar la posibilidad de enviar al club a concurso de acreedores y liquidación. «He dado más por el Alcoyano que los que se dan golpes en el escudo. Pero esto se mueve ya por dinero», advierte.

Enfrentamiento institucional

Ramírez acusa al Ayuntamiento, encabezado por el socialista Toni Francés, de haber incumplido los compromisos, verbales, que le hicieron cuando compró la mayoría accionarial del club, como la reforma del estadio o la construcción de una ciudad deportiva, y reclama un «plan de viabilidad» que incluya una dotación pública anual de 500.000 euros, el incremento del número de abonados de 1.300 al menos a 2.500 y la colaboración de empresarios. Sin este plan, el Alcoyano será un equipo de La Nucía. «Allí tengo muchas amistades que me pueden ayudar», recuerda.

En el consistorio, todos los grupos políticos han cerrado filas y se han unido en una plataforma junto a aficionados y peñas para evitar que esto no ocurra. En un manifiesto firmado este martes, incluyen el compromiso de «tramitar y aprobar de urgencia» los trámites sean necesarios para declarar al Alcoyano «Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC)».

Defienden desde Alcaldía que desde 2015 hay un convenio por el que se aportan 200.000 euros, pero tras el cruce de acusaciones inicial, que ha acabado en una querella al alcalde, quieren abrir una vía de negociación para evitar perder el club, a quien Ramírez le ha puesto precio: tres millones de euros. Eso sí, no podrá encabezar las negociaciones Francés, con quien no quiere hablar el propietario.

La afición reclama que estas conversaciones eviten el traslado de su equipo, porque no lo seguirán a 50 kilómetros si se desvincula de la ciudad. Es más temen que sea una maniobra que acabe en desaparición.

Bajo el lema La Moral no morirá se ha movilizado para jugar «el partido más difícil de la historia» y se echará a la calle el próximo sábado a las 17 horas. Su moral, enfrentada al dinero, es lo último que quieren perder.

Gayà recae de su lesión en el cuádriceps y se perderá la Eurocopa de Alemania

Actualizado Martes, 21 mayo 2024 - 18:35

El lateral izquierdo y capitán del Valencia, José Luis Gayà, no estará con España en la Eurocopa de Alemania. El jugador, que tenía hueco en la lista de 26 jugadores que el próximo lunes convocará el seleccionador Luis de la Fuente, se ha resentido de la lesión en el cuádriceps de la pierna izquierda y no podrá recuperarse antes de que arranque la competición.

El jugador se lesionó el pasado 18 de marzo en un duelo ante el Villarreal y, desde entonces, ha trabajado en su recuperación con vistas a la Eurocopa. Entró por primera vez en la convocatoria de Rubén Baraja para el duelo ante el Rayo en Mestalla, pero no salió del banquillo. Cuatro días después, ante la Real en San Sebastián, jugó 30 minutos en la segunda parte. Tampoco fue titular ante el Girona. Los planes, pactados entre técnico y jugador, era volver a darle media hora para que fuera recuperando sensaciones de cara a la llamada de la Selección. Saltó en el minuto 61 para sustituir a Cenk y, apenas 11 minutos después, fue sustituido por Almeida.

El jugador se marchó directo al vestuario y las sensaciones ya no eran buenas. Volvía a resentirse de la zona, las primeras pruebas señalaban que existía un edema y la resonancia ha confirmado que se trata de una rotura cuyo alcance aún no ha comunicado el club pero que le aparta de la convocatoria con España.

La mala fortuna vuelve a cebarse con Gayà. Tuvo que volverse del Mundial de Qatar en noviembre de 2022 por una lesión en un tobillo que Luis Enrique no quiso esperar a ver su evolución y también se perdió la Nations League de 2021, en la que España cayó ante Francia, y la de 2023 porque De la Fuente, tras una temporada de altibajos, no confió en él. Recuperada la fe del seleccionador, llega este varapalo.

La ausencia de Gayà se une a la de Balde y deja a De la Fuente una incógnita. Con Grimaldo apuntando a titular, Cucurella o Fran García han sido sus alternativas, pero el seleccionador podría tener que abrir el abanico.

El Valencia se despide con tristeza y protestas de una temporada sujetada en la fe de la ‘quinta de Baraja’

Actualizado Domingo, 19 mayo 2024 - 22:20

Era un riesgo que Rubén Baraja sabía que iba a correr. El tramo final del temporada del Valencia, justo cuando coqueteó con Europa, acabó siendo un descalabro. Este equipo, con la salvación en el bolsillo desde hace mucho, intentó apretar el acelerador y perseguir el sueño que tenían en el vestuario, pero se le gripó el motor. Al Valencia valiente y peleón se la agotaron las fuerzas y se le vieron las costuras ante el Betis y el Girona, que ganó cómodo en Mestalla 1-3, pero también frente al Rayo y el Alavés.

Nadie salió a su rescate en enero, cuando Baraja clamaba por refuerzos para su quinta, consciente de que podía llegar el agotamiento, más aún cuando se perdieron a jugadores como Paulista o Diakhaby. El equipo era más débil pero el club no escuchó, Peter Lim no lo hizo. Por eso ayer alrededor de 6.000 personas decidieron quedarse fuera de Mestalla y protestar contra la gestión que les ahoga. Los colectivos que llamaron a la protesta, liderados por Libertad VCF, querían una imagen icónica del vaciado como la que lograron ante el Celta en 2022, pero no se produjo.

Muchos no entraron, 36.138 sí, según datos oficial. Es la peor entrada de la temporada porque había menos asistencia, pero no hubo imagen y sí algún enfrentamiento entre quienes estaban fuera y los de dentro. Las pancartas amarillas de Lim go home se vieron dentro y fuera, acompañadas de otras como Os sacaremos de nuestro club.

Mientras, la temporada se cerraba con el equipo estrellándose contra los palos, cometiendo errores y viendo cómo Savio, Dovbyk y Tsygankov, forzando el error de Yarek, colocaban al Valencia en su lugar desde que Meriton llegó hace 10 años: media tabla y muy lejos de Europa.

Los jugadores del Girona celebran el primer gol.

Los jugadores del Girona celebran el primer gol.Manuel BruqueEFE

La peor noticia fue la lesión de José Luis Gayà, que no fue titular y apenas aguantó 13 minutos en el campo antes de que el cuádriceps le volviera a lanzar un aviso. La Eurocopa está en el aire.

Aún queda la visita a Celta, pero Mestalla ya ha podido visualizar cómo puede ser la vida a partir de agosto. Baraja, también.

El Cádiz dice adiós a Primera y la Liga echa el cierre con la única incógnita del Pichichi

Actualizado Domingo, 19 mayo 2024 - 21:51

LaLiga echó la persiana. Queda una jornada, pero todo lo que podía haber en juego quedó decidido. El Cádiz cae condenado a Segunda División para alivio de Mallorca, Celta y Rayo, el Barça cierra un curso tumultuoso como subcampeón y el Girona se sube al podio con honores desbancando a un Atlético al que se le hizo larga la campaña. El Athletic y la Real Sociedad estarán en la Europa League y el Betis se conformará con la Conference League.

Sin embargo, aún hay un aliciente: la pelea por el Pichichi. El noruego Alexander Sorloth sacudió la estadística con cuatro goles en el duelo ante el Real Madrid y se convierte en el máximo goleador de la competición con 23 goles, 15 de ellos en la segunda vuelta. Un arreón le dio Marcelino el 4 de febrero tras un mal partido y la respuesta ha sido letal. Pero los talones se los pisan Dovbyk con 21 tras marcar en Mestalla, Bellingham con 19 y 18 suma Lewandowski, que goleó al Rayo en Montjuïc.

La pelea entre goleadores fue la salsa de una jornada que miraba a Cádiz. No pudo el equipo de Pellegrino agarrarse a Primera División. Para soñar con la proeza de alargar la vida hasta la última jornada tenía que ganar a Las Palmas y no lo hizo (0-0). A pesar del empuje de Mirandilla, no consiguió revertir una suerte que hace mucho que parecía echada. Lo rozó por un instante en el minuto 37 cuando el jerezano Javi Hernández marcó, pero el VAR lo anuló por fuera de juego. Buscó el gol de todas las maneras posibles, pero pesaron más los nervios ante un equipo no dispuesto a ceder, porque eso suponía coquetear con el infierno. Con un ojo en lo que ocurría en Mallorca, el final se empinó aún más cuando se quedó en inferioridad por la expulsión del central Víctor Chust.

A Son Moix viajaban las miradas. Al Mallorca una victoria ante el Almería les daba la salvación matemática sin tener que sufrir y por eso todo el estadio estalló en el minuto 28 con el gol de Cyle Larin. No duró el éxtasis porque antes del descanso igualó Arribas. Todo se iba a complicar en la segunda, cuando en otro zarpazo del Almería, esta vez un zurdazo desde fuera del área de Langa, les obligó a apretar los dientes para no ir a Getafe con el corazón encogido. Fue en el minuto 83 cuando apareció el salvador Sergi Darder, héroe de la salvación esta semana, para colocar el 2-2 que les aferraba a Primera.

En Granada también sufrió el Celta hasta que en tres minutos, entre el 60 y el 63, Strand Larsen y Bamba, se agarraban a la categoría pese al tanto de Bruno Méndez y el penalti que falló Antonio Puerta en el añadido (1-2). Sin la victoria del Cádiz todo valía.

En la pelea por Europa salió victoriosa la Real Sociedad, que se queda con la Europa League y manda al Betis a la Conference tras derrotarle en el Villamarín con dos goles Brais y Merino al que no respondió porque Abde erró un penalti (0-2).

No pudo llegar a esa pelea el Villarreal pese a la exhibición de Sorloth (4-4). Vapuleados por el Real Madrid en la primera parte, bajo el liderazgo de Arda Güler, su dos goles y los de Joselu y Lucas Vázquez, en la segunda se agarraron al noruego, que destrozó a Militao y a toda la unidad B del Real Madrid para marcar cuatro y encaramarse al liderato de los goleadores. Pero en Europa no jugará. Sí lo hará el Athletic, que se aseguró la quinta plaza venciendo a un desdibujado Sevilla con dos zarpazos de Raúl García y Muniain en su despida del fútbol.

En la cuarta quedará el Atlético, goleado por Osasuna (1-4) en el Metropolitano y con dudas. El tercer escalón del podio se lo ha robado el Girona con merecimiento, que volvió a ganar a un agotado Valencia en Mestalla (1-3). Cómo fue también el duelo para el Barça ante el Rayo, que encarrilló con un gol de Lewandowski y cerró con dos de Pedri en tres minutos (0-3), la mejor noticia para España.

La Real Sociedad se mete en el bolsillo el billete europeo ante un Valencia desfondado

La Real Sociedad se mete en el bolsillo el billete europeo ante un Valencia desfondado

La Real Sociedad despertó a tiempo. Alargó demasiado el dolor de la eliminación de Champions, se vio golpeado por lesiones y deambuló por la Liga poniendo en peligro su vuelta a Europa, pero justo cuando debía dar un paso adelante, lo dio. Venció al Valencia aguantando un resultado corto cincelado en el minuto 3 ante un rival que sólo espabiló cuando se vio derrotado y con la última esperanza de llegar a Europa enterrada por el cabezazo de André Silva.[Narración y estadísticas]

Nunca es fácil ganar a la Real, pero para el Valencia la tarea se antojaba casi titánica. El equipo ha perdido chispa, frescura y, además, se plantó en el Reale sin dos de sus pilares. Las bajas de Hugo Duro y Pepelu, dueños del gol y del equilibrio, obligaron a Baraja a inventar un poco más en un partido en el que podían morir definitivamente todos sus sueños europeos. Era la Real, también remendada por las bajas, quien más cerca acariciaba el regreso a Europa en una carrera codo con codo con el Betis, que se dejó dos puntos en el Insular de Las Palmas. A los valencianistas el fuelle se les agotó hace semanas.

Quiso asustar el Valencia con un primer disparo de Yaremchuk que sorprendió a Remiro, confiado en que el ucraniano había arrancado en fuera de juego, pero el golpe lo dieron los donostiarras. Se escapó Barrenetxea por la orilla izquierda, divisó a Kubo avanzando por el lateral del área contrario y se sirvió un balón que el japonés convirtió en una asistencia para el cabezazo de André Silva a bocajarro. Ese gol en el minuto tres de partido desintegró al Valencia.

Le arrebató el balón, se ordenó, cogió el mando Turrientes con total comodidad, y comenzó a lanzar a Kubo y Barrenetxea a encontrar la grieta en los costados. Sólo dejaban respirar a los valencianistas para tratar de sentenciarlos en una contra. Mientras, Remiro era un espectador viendo que el rival vivía encerrado en su propio campo. Ni una sola ocasión tuvo el Valencia en la primera parte mientras que fue Turrientes quien cazó un mal despeje de Cenk para armar la pierna desde la frontal tratando de sorprender a Mamardashvili. No había prisa porque la sensación era que el Valencia, desquiciado, volvería a caer de maduro.

No ocurrió porque el paso por el vestuario les alimentó. El Valencia volvió al campo con ímpetu y, comandado por un descarado Peter Federico, se plantó en el área donostiarra y buscó recordarle a su rival que aún no estaba muerto. Lo entendió Imanol Alguacil y buscó la artillería de Brais Méndez y de Sheraldo Becker. La reacción de Baraja tampoco tardó. Sacó del campo a Javi Guerra para retrasar a Almeida y acomodar en el campo a dos jugadores con capacidad de sorprender: Sergi Canós y Gayà, el capitán que volvía tras demasiadas semanas de lesión.

Se estiraban los dos equipos, los txuri-urdin para recuperar el mando y mantener la ventaja que los apuntala en Europa y los valencianistas buscando un empate que no se veía tan lejano como en la primera parte. De hecho, en el minuto 70 lo tuvo en sus botas Alberto Marí. Cabalgó Diego López por la banda izquierda, encontró a Canós en el área pero el zurdazo del castellonense lo salvó Remiro dejando una pelota muerta que el canterano encañonó al cuerpo agigantado del guardameta.

Rozaba el empate el Valencia que, si bien de poco le servía, sí complicaba la vida en exceso a los donostiarras. Por eso Imanol volvió a mirar al banquillo para rescatar a Traoré y Oyarzabal. Había que rematar el partido o dejarlo que se adormeciera lo más cerca posible del área del Valencia. Aunque los jugadores de Baraja mordieron para evitarlo, fue de nuevo Mamardashvili quien, a mano cambiada, evitó la sentencia de Sheraldo Becker ya en el añadido. La Real se jugará la sexta plaza el domingo en un mano a mano con el Betis mientras los valencianistas se tienen que conformar con cerrar una temporada que, en algún momento, fue brillante, a media tabla.

Unionistas de Salamanca, la némesis de los grandes inversores en el fútbol: “Hay llamadas cada año, pero este club no se vende”

Actualizado Jueves, 16 mayo 2024 - 23:25

Para crecer en el fútbol no es necesario echarse en brazos de grandes accionistas, locales o extranjeros. También hay quienes resisten y pelean por mantener un modelo en el que los aficionados, los socios, sigan teniendo todo el control. Y no, no son el Real Madrid, el FC Barcelona, el Athletic u Osasuna, sino clubes más modestos que ascienden desde las categorías de barro buscando plantarse en las profesionales. Puede que el camino sea más largo, pero también más satisfactorio. Unionistas de Salamanca es el ejemplo que ha llegado más alto.

Nació en 2013 tras la desaparición de la histórica Unión Deportiva Salamanca y ha ido creciendo guiado por una gestión eficiente y el apoyo de una masa social con un enorme sentimiento de pertenencia que quedó huérfana. «Es fruto de aquel trauma, de ver que nuestro equipo se liquidaba, que intentamos salvarlo, pero el dueño sólo miró por sus intereses. Entonces entendimos que un equipo no podía depender del capricho de una persona», cuenta Roberto Pescador, hoy presidente pero miembro de la directiva desde la fundación.

En ese intento de rescatar a su club optaron primero por la vía más habitual: buscar otro comprador que hiciera frente a las deudas. Contactaron con un empresario británico, directivo de la empresa del entonces presidente del Newcastle, Mike Ashley, dispuesto a invertir un millón de libras. «Pero Pepe Hidalgo ya tenía otros planes y dejó que el equipo fuera a liquidación», recuerda. Ese golpe -«unido a la rebeldía de la juventud», reconoce-, les llevó a fundar Unionistas. «Sin empezar a competir teníamos 1.000 socios. Tras el primer año superamos los 2.000. Hubo que ganarse la confianza pero los resultados se iban dando», explica Pescador. Aún recuerda los rumores a los que se enfrentaron: «Que si nos íbamos a quedar el dinero de los abonos, que si nos estábamos haciendo de oro... Esos eran los continuos comentarios al principio y los entiendo, porque la mayoría de gente se acerca al fútbol para eso».

Se disiparon conforme se iban encadenando ascensos hasta llegar a Primera RFEF, donde están consolidados, con las cuentas saneadas y siendo protagonistas en la Copa del Rey. Recibieron al Real Madrid en 2020 y en la pasada edición, eliminaron al Villarreal, y se plantaron en octavos de final ante el Barça. «Es cierto que nos hemos creado un nombre y que estos resultados llevan a mirar más allá y han dado a conocer nuestra filosofía», admite con orgullo.

Por eso no han faltado ofertas de compra. «Cada temporada hay llamadas de inversores para comprar el club. Y todos reciben la misma respuesta: no se vende. Estamos abiertos a inversiones, pero sin ceder nunca el control, que estará siempre en manos de los socios a través de una directiva a la que fiscalizan. Aquí nadie tiene acciones y todo se decide en asambleas», advierte.

Unionistas crece sin prisas, con dos millones de ingresos y un gasto de medio en la plantilla frente a gigantes como el Deportivo que superaba los cinco, pero no descartan llegar a Segunda. ¿Se puede llegar con esta estructura horizontal y democrática? «Creo que es posible. Sólo tendríamos que profesionalizar un poco más la estructura del club, pero en cuanto a decisiones, seríamos como el Athletic o el Osasuna».

Adiós a las Sociedades anónimas y un consejero de la afición

La actual Ley del Deporte aprobada en diciembre de 2022 recoge dos reclamaciones que protegen a los aficionados frente al régimen de Sociedades Anónimas Deportivas.

La primera es que ya no es obligatorio transformarse en empresa para jugar competiciones profesionales, sino que se podrá hacer bajo la forma jurídica de club deportivo.

La segunda, recogida en el artículo 71, es que en los consejos de las SAD debe haber «al menos un consejero independiente que deberá velar especialmente por los intereses de los abonados y aficionados». Especifica la ley que no debe verse «condicionado por relaciones con la sociedad o su grupo, sus accionistas significativos o sus directivos».