Kylian Mbappé recibió este viernes la Bota de Oro 2024-2025 durante un acto que tuvo lugar en el palco de honor del estadio Santiago Bernabéu. El internacional francés conquista por primera vez este galardón, que reconoce al máximo goleador europeo de cada temporada, gracias a los 31 tantos logrados el pasado curso.
“Es un momento muy importante para mí. Ganar por primera vez este premio significa mucho como delantero. Gracias a mis compañeros puedo ser la mejor versión de Kylian y ayudar al equipo a ganar todo lo que se pueda. Tenemos un grupo increíble”, manifestó después de recibir el premio, insistiendo en el trabajo colectivo: “Sin los jugadores de alto nivel que tengo a mi lado sería imposible conseguir un trofeo como este”.
El acto contó con la participación del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y con la presencia de Xabi Alonso, y la plantilla al completo. Por parte de Unidad Editorial, asistieron el director de MARCA y vicepresidente de la European Sports Media, Juan Ignacio Gallardo; el presidente de Unidad Editorial, Marco Pompignoli; la directora general y consejera, Laura Múgica, y la directora de Negocio del diario, Gema Monjas.
Los valores
“Este premio es fruto de tu trabajo, tu compromiso y tu pasión por el fútbol y estoy muy orgulloso de contar en nuestro equipo con un jugador como tú, que representas a la perfección los valores de este club”, expresó el máximo mandatario del Real Madrid dirigiéndose al galardonado.
Gallardo se dirigió a Mbappé con palabras laudatorias: “Es un inmenso honor entregarte este trofeo. Aquí no hay votaciones ni debates. Lo has ganado con total merecimiento, con tu talento descomunal, tu dominio total del área, tu velocidad, tu fuerza, tu destreza, tu puntería y tu extraordinaria facilidad para hacer goles”.
Los 31 goles anotados por Mbappé en 34 partidos en LaLiga 2024-2025 le colocaron en la clasificación final por delante de Viktor Gyokeres (Sporting de Portugal) y Mohamed Salah (Liverpool). La Bota de Oro se suma así al Trofeo Pichichi, también concedido por MARCA, que el internacional conquistó en su estreno en el fútbol español con esta cifra, que se elevó a una más amplia, hasta las 44 dianas, teniendo en cuenta todas las competiciones.
Con este trofeo, Mbappé entra a formar parte de una exclusiva lista en la que figuran los grandes artilleros que han jugado en Europa desde finales de los años 60. El primer ganador fue el portugués Eusebio, leyenda del Benfica, al que siguieron otros ilustres futbolistas como Gerd Müller, Ian Rush, Marco van Basten, Hugo Sánchez, Ronaldo Nazario, Thierry Henry, Francesco Totti, Leo Messi o Cristiano Ronaldo.
La Bota de Oro es un galardón que reconoce al máximo goleador europeo de cada temporada y que fue creado en 1968 por la European Sports Media (ESM), la asociación de medios deportivos formada por las principales cabeceras a nivel mundial, entre ellas MARCA, La Gazzetta dello Sport, A Bola y Frankfurter Allgemeine.
El Barcelona ha encontrado una vía inesperada para agilizar las inscripciones de los jugadores pendientes de obtener la correspondiente licencia federativa: el adiós de Iñigo Martínez. El central, que cumplió 34 años el pasado 17 de mayo y fue una pieza absolutamente clave para Hansi Flick en su primera temporada al frente del conjunto azulgrana, tiene sobre la mesa una oferta irrechazable por parte del Al-Nassr de Arabia Saudí, el equipo en el que juega actualmente Cristiano Ronaldo.
Una de las condiciones para cerrar su salida es que lo haga con la carta de libertad bajo el brazo, algo que la entidad barcelonista está dispuesta a aceptar como muestra de agradecimiento por su actitud a lo largo de su etapa en el club. Y que, además, le permitirá aligerar la masa salarial en 14 millones de euros, con lo que se facilitaría también la inscripción de algunos de los jugadores pendientes de contar con la correspondiente licencia federativa: Joan García, Wojciech Szczesny, Gerard Martín, Marcus Rashford y Roony Bardghji, fichado inicialmente para el filial pero que está siendo muy del agrado del técnico germano.
La salida de Iñigo Martínez podrá proporcionarle además un respiro a un Barça que sigue a la greña con Marc-André Ter Stegen. El enfado de Joan Laporta con el guardameta, quien se niega a firmar el consentimiento para ceder sus datos médicos a la Comisión Médica de LaLiga para que determine su periodo de baja tras su operación en la espalda es monumental. Ante esta actitud, la entidad ha ido también más allá. Ahora, no solo tiene un expediente abierto, sino que también se ha decidido apartarlo de la capitanía. Al menos, temporalmente.
Discurso en el Joan Gamper
El encargado de tomar las funciones de primer capitán, por ahora, será Ronald Araujo, cuyo nombre ha estado en la rampa de salida en los últimos meses. El uruguayo, en este caso, debería encargarse de dar el tradicional discurso ante los aficionados en los prolegómenos del trofeo Joan Gamper, que se disputará el próximo domingo en el estadio Johan Cruyff.
La decisión supone desoír en gran parte a un vestuario que, cómo no, cerró filas alrededor del alemán en la gira por Asia. Pero, por supuesto, tiene el visto bueno tanto de Deco como de Flick, a pesar de que el técnico alemán señalara también desde Corea del Sur que es el equipo el que debe decidir quiénes son los capitanes. ««El FC Barcelona informa que, a raíz del expediente disciplinario abierto al jugador Marc-André Ter Stegen, y mientras no se resuelva definitivamente este proceso, el club, de manera consensuada con la Dirección Deportiva y el staff técnico, ha decidido retirarle temporalmente la capitanía del primer equipo», señaló el club azulgrana de manera tremendamente concisa a través de un comunicado.
La negativa de Ter Stegen a firmar el consentimiento para compartir sus datos médicos con la Comisión Médica de LaLiga, la que debería definir, en principio, el periodo que deberá estar de baja tras pasar por el quirófano para solventar una recaída en sus problemas con las lumbares que ya le obligaron a operarse hace dos años, ha sido el detonante último de esta decisión, que rompe así la tradición instaurada en los últimos años en la entidad azulgrana de dejar la elección de los capitanes en manos de los propios jugadores.
Si la baja del alemán fuera superior a los cuatro meses, podría usarse también parte de su salario para inscribir nuevos futbolistas, entre ellos a un Joan García llamado a ser el titular bajo los palos este curso. El germano, no obstante, ya dejó caer a través de sus redes sociales, cuando anunció su intención de volver a pasar por el quirófano, que su ausencia iba a ser de unos tres meses. En 2023, la primera vez en que tuvo que intervenirse de la espalda, de hecho, solo estuvo en el dique seco durante 65 días.
Fueron cuatro días a principios del mes de diciembre de 2012. Un día, el 3, 'debutó' con el Cadete B del Real Madrid junto a Achraf Hakimi y Óscar Rodríguez, que luego han hecho carrera en la elite, y al otro conoció a Cristiano Ronaldo, el protagonista de los pósters que llenaban su habitación en Bondy. Casi 12 años después, Kylian Mbappé se reencuentra hoy con su gran ídolo, su «referente», su «inspiración», el jugador por el que tiene «más admiración», como admitió ayer en la sala de prensa del Volksparkstadium de Hamburgo. 12 años después, es capitán de la selección de Francia y campeón del mundo. Enfrente, Cristiano, líder eterno de Portugal.
«Cristiano sólo hay uno», reconoció ayer Mbappé, convertido en líder deportivo, político y social de su generación y en nuevo fichaje del Real Madrid. Ahora sí. «Emocionado por verte brillar en el Bernabéu», le dijo Cristiano el día que se anunció la firma del francés por el conjunto blanco. Les une una relación muy cercana, no de amistad, pero sí de compañerismo y admiración mutua. Comparten patrocinio de Nike y Cristiano, consciente de que siempre ha sido su ídolo, «ha estado muy pendiente deél», cuenta en la concentración portuguesa. En 2012, los dos posaron sonrientes en una foto que fue la elegida por Kylian para anunciar su llegada a Chamartín.
Esos días de diciembre, Fayza y Wilfried, padres de la criatura, aceptaron la invitación de Zinedine Zidane y le entregaron a su hijo el mejor regalo por su 14º cumpleaños: saludar a los jugadores del primer equipo del Madrid y realizar un par de entrenamientos con varios equipos de la cantera. «Estuvo casi firmado, pero se fue al Mónaco», confesó en 2017 Zidane, en aquel momento asesor de la dirección deportiva y el hombre que puso por primera vez el nombre de Mbappé sobre la mesa madridista. No sabemos qué hubiera pasado si se hubiera quedado en Valdebebas, pero no fue la primera vez que 'rechazó' estar cerca de Cristiano, deportivamente hablando.
El "no" de 2017
Mbappé dijo «no» al Madrid en 2012 y le volvió a decir «no» en 2017, en una decisión mucho más importante. Acababa de explotar en el Mónaco, con goles clave en la Champions, y el Madrid volvió a la carga. Esta vez, obviamente, no era para la cantera. La directiva madridista quería convertirlo en una pieza más del ataque junto a Bale, Benzema y Cristiano, pero Mbappé dijo «no» a jugar con el portugués. No porque no lo deseara, sino porque pensó en su carrera y su legado. Ganar con Francia y con el equipo de su ciudad y luego marcharse. Y así lo hizo. Levantó el Mundial de Rusia en 2018 y aunque el PSG no ha conseguido una Champions, será recordado en París.
Ahora, el '9' es suyo: «Yo no soy Cristiano. Cristiano sólo hay uno. Ahora tengo que hacer mi camino». El adolescente que se pasaba las tardes viendo vídeos del portugués en esa habitación heredará ahora el número '9' que vistió el luso en su primera temporada en el Madrid. No podrá vestir el '7', propiedad de Vinicius, pero su presentación, el próximo 16 de julio, estará a la altura de la de su ídolo: un Bernabéu lleno por y para él. «Es madridista y su ídolo siempre ha sido Cristiano. Se pasaba horas viendo vídeos en internet», confesaba su padre en una entrevista en 2017, justo antes del fichaje del joven delantero por el PSG.
Los enfrentamientos
Francés y portugués se han enfrentado en cuatro ocasiones, con dos triunfos para Cristiano y dos empates. El luso ganó en los octavos de final de la Champions 16-17 (3-1 y 1-2 para el Madrid ante el PSG) y firmaron tablas en la Liga de Naciones de 2020 (0-0) y en la Eurocopa de 2021 (2-2). Eso sí, Mbappé no sabe lo que es marcarle en partido oficial al equipo de Cristiano: cinco goles del portugués y ninguno del galo.
Las comparaciones entre ambos son obligatorias. No por su estilo de juego, pero sí por las similitudes en sus números y en su aterrizaje en la Castellana. A sus 25 años, Mbappé ha logrado ya el Mundial que le faltará a su gran ídolo, pero debe acelerar si quiere conquistar algunos de los récords del icono de Madeira. A su edad, Cristiano, que fichó por el Madrid a los 24, ya había ganado una Champions y un Balón de Oro, ambos, eso sí, lejos del Bernabéu. La primera 'orejona' vestido de blanco la logró con 29, en 2014, y el triplete consecutivo con 31, 32 y 33 hasta completar nueve temporadas como madridista.
La persecución goleadora
Kylian tiene tiempo para dominar Europa y el Bernabéu, pero no debe relajarse. Entre el Mónaco y el PSG, Mbappé ha sumado 282 goles en ocho temporadas. Es decir, 35 tantos por curso. Para que se hagan una idea, Cristiano Ronaldo es el máximo goleador de la historia del Madrid con 450 goles en nueve campañas. A 50 por año. Palabras mayores. Los valedores de Mbappé y el propio Madrid se agarran a los números del portugués con el Manchester United y la explosión vivida tras su llegada al Bernabéu. En sus últimas tres temporadas en Old Trafford, el luso había anotado 30 goles por curso. ¿Podrá superarle?
Antes del inicio de esa persecución madridista, ídolo y heredero se enfrentarán esta tarde en Hamburgo. El niño de los pósters puede retirar de su selección a su máximo referente. En juego, la Eurocopa.
Hace unos meses que Jota, cantante de Los Planetas, preguntó a Álvaro Rivas por qué se había hecho del Real Madrid si su padre era del Atlético. «Hasta ese momento, nunca lo había verbalizado», admite el cantante de Alcalá Norte, antes de razonar su respuesta. «Cuando yo nací, mi madre murió en el parto. Hacerme del Madrid fue un detalle con mi abuelo materno, que era muy del Madrid y vecino de Chamartín. De un modo inconsciente tomé esa elección para darle cariño a mi familia materna», desarrolla Rivas, en conversación con EL MUNDO. En febrero de 2007, días antes de cumplir 12 años, Álvaro vio en el Vicente Calderón junto a su padre el primer gol de Fernando Torres en un derbi. Sin embargo, mañana no querrá compañía para disfrutar de la ida de octavos de Champions. «Ni de broma voy a verlo con él. En estas ocasiones preferimos harcelo por separado», añade el autor de La vida cañón, uno de los grandes himnos de 2024. En un momento de distanciamiento entre los clubes, con Florentino Pérez y Miguel Ángel Gil enfrentados a propósito de los árbitros, el caso de Rivas ilustra la rivalidad ciudadana. La de un derbi agitado por las vaivenes históricos y marcado por los extremos.
Estos días, en la sede del Partido Popular de Madrid se suceden las escenas de sano pique deportivo. «Debido a mi cargo, a mí se me respeta bastante. Es cierto que en el PP hay mucho madridista, pero como soy un liberal convencido, allá cada cual con sus decisiones y sus errores», bromea Alfonso Serrano, secretario general de los populares madrileños. Durante su época de portavoz, Serrano inició una tradición que mantiene hasta hoy. «Tras alguna gran victoria, las reuniones del grupo parlamentario arrancan con el himno del Atleti», desvela Serrano, apoyado por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida y con la frontal oposición de Carlos Díaz-Pache, portavoz en la Asamblea.
Una marcada división interna en el PP que derriba algunos tópicos sobre el extracto social de las aficiones. «Hemos superado los estereotipos y ahora vivimos un fenómeno totalmente transversal, que trasciende el barrio y la ciudad, la clase social o los niveles de renta. Aun así, creo que el madridista es más prepotente y el aficionado del Atlético, más dado a saborear la victoria. La pasión de un partido en el Metropolitano no tiene nada que ver con el ambiente del Bernabéu, donde además de apoyar y disfrutar, lo que la gente quiere es exigir a su equipo», relata Serrano.
«Romantización excesiva»
La bipolaridad entre un Madrid supuestamente favorecido, desde los tiempos del franquismo, por las instituciones, frente a un Atlético sufridor, bohemio y canalla, también es puesta en cuestión en nuestros días. «Eso del adalid de las causas perdidas supone una romantización excesiva. Nos gusta montarnos muchas películas, pero no creo que haya tanta profundidad. ¿Por qué somos del Atleti? Porque es el equipo que nos emociona. Pero no tiene nada que ver con las victorias o las derrotas. Como decía Luis Aragonés: "Si el Atlético es El Pupas, ¿los demás qué son, El Costras? La grandeza va por otro lado, no por el número de copas expuestas en una vitrina», apunta a este periódico Juanan Cantelar, socio fundador de Los 50, una asociación que lucha por recuperar la verdadera historia del club rojiblanco.
El veredicto de Cantelar sobre la presunta filiación franquista del gran rival ciudadano derriba algunos mitos. «A Franco no le gustaba el fútbol, pero cuando el Madrid empieza a ganar Copas de Europa, ese éxito le viene fenomenal como instrumento de propaganda de la Dictadura. Por tanto, no oculta una cierta simpatía por ellos, dado el aperturismo que suponía en un momento de aislamiento internacional. ¿Esto quiere decir que el Madrid fuese un club franquista? Sólo hay que analizar las cosas a la luz de su momento».
Tampoco conviene olvidar que el mismísimo Santiago Bernabéu, durante su etapa como futbolista, traicionó al Real Madrid para disputar la temporada 1920-21 con los colchoneros. Y que, pese a su sincera amistad con Javier Barrios, presidente del Atlético, siempre consideró al vecino con mucha más antipatía que al Barça, cuya enemistad fue posterior y de carácter sociopolítico. «Obviamente había rivalidad, pero también otro tipo de valores», completa Cantelar. «En 1964, el Atlético jugó unas semifinales de la Recopa contra el Nuremberg en el Bernabéu y la opinión general del madridista era que ganara el vecino. De igual modo que entre la afición rojiblanca no se veían con odio los títulos de Copa de Europa del Madrid», sostiene el autor de 95-96: El año del doblete (Alborada, 2005).
Santiago Bernabéu y Vicente Calderón, en una imagen de 1975.EFE
A estas muestras de mutuo respeto, Cantelar añade el gol de Rubén Cano en Belgrado, que otorgaría el billete a España para el Mundial de 1978, cuando Juanito salió «a abrazar como un loco a un jugador al que odiaba a muerte en el campo»; la cesión de Ramón Grosso en 1963, cuando el Atlético coqueteaba con el descenso; o la fotografía de Alfredo Di Stéfano con la camiseta rojiblanca en 1955, durante un partido homenaje a Adrián Escudero. Entonces, muchos madrileños adquirían los carnets de socio de ambos equipos para ver cada domingo a uno. «No había un clima de antimadridismo, ni viceversa», finaliza Cantelar, subrayando que ahora vivimos «en una escalada de violencia», con un ambiente «muy encanallado».
Este feo panorama, sin embargo, se matiza en boca de Miguel Aguilar, director literario de Debate, Taurus y Random House. «Aún tengo grabado un derbi en los 90, cuando a la salida del estadio vi a un tipo a quien estaban zurrando con una cadena. Ni siquiera recuerdo si eran Ultras Sur los que pegaban y alguno del Frente Atlético quien recibía. O viceversa. Esa violencia tan exacerbada, afortunadamente, se da mucho menos. Ahora hay otra más gestual, como esta moda de colgar monigotes en los puentes de la M-30», apunta este confeso madridista, en cuya memoria aún permanecen el doblete de Raúl en el Calderón en 1997, el cabezazo de Sergio Ramos en la final de Lisboa o la inmortal jugada de Karim Benzema en las semifinales de 2017, el último derbi disputado en el Calderón.
«Identificación con la hinchada»
A juicio del prestigioso editor, tanto Diego Simeone como Carlo Ancelotti juegan un papel «muy representativo» en la historia de sus clubes. La pasión del argentino conecta con el Metropolitano, mientras la mano izquierda de Carletto siempre ha encandilado a Chamartín. «Admiro la identificación del Atlético con su hinchada. Ganar una Liga al Madrid de Cristiano Ronaldo y el Barça de Leo Messi tuvo un mérito asombroso. Jugar dos finales de Champions, también. Mantenerse tanto tiempo es algo que muy pocos han conseguido. Pero no me quedaría con muchas características de Simeone. Hay una broma que suelo hacer a mis amigos colchoneros: El Cholo debería fichar por el Madrid sólo para que pudiéramos destituirlo en la segunda jornada».
El reciente mensaje de Simeone a propósito de los árbitros, apuntando a favores que se remontan a más de un siglo, tampoco ha pasado desapercibido entre sus fieles. «Si alguien no tiene motivos para quejarse del trato arbitral es el Madrid. En los derbis tenemos ejemplos a manos llenas. Soy un firme defensor del VAR, porque reduce el margen de error y convierte en más legítima cualquier victoria o derrota», desvela Serrano. Por el contrario, Rivas observa con «bastante distancia» las polémicas. «El caso Negreira pinta bastante feo, pero también hay que asumir que todo ha salido a la luz cuando ya no tiene consecuencias deportivas. Por mucho que quieras amañar o inclinar el campo hacia un lado, el deporte siempre se va a imponer», cierra el músico, recuperado de sus cuatro cirugías para corregir una rara infección intestintal.