Hay una situación que da un poco de miedo en la ciudad deportiva de Valdebebas: el futuro del Real Madrid sin Florentino Pérez. Un momento que, a los 77 años del reelegido presidente del conjunto blanco, está cada vez más cerca. La pregunta se repite alrededor del máximo responsable del club de Chamartín: «¿Quién será su sustituto?». La respuesta, en nombre y tiempos, sólo la sabe él. Mientras, afronta su séptimo mandato, quizás el más importante. El que abre el camino del legado más allá de los 65 títulos, 37 de fútbol y 28 de baloncesto. El mandato del negocio del nuevoBernabéu, de la creación de la Superliga y del cambio de la estructura societaria del club.
Esos son sus grandes retos después de unas elecciones que le han encontrado, otra vez, como único candidato. Un resultado que se repite desde 2009. Florentino, que había ganado a Lorenzo Sanz en el año 2000 y 2004, no ha tenido rivales en toda su segunda etapa, 2009, 2013, 2017, 2021 y 2024.
Nadie ha podido cumplir los requisitos para ser presidente, entre los que figuran tener 20 años como socio y presentar un aval bancario del 15% de presupuesto del club respaldado con patrimonio personal, es decir, más de 100 millones. Los condicionantes han dejado a Florentino listo para asumir el timón del Madrid durante otros cuatro años más. En 2029, con 82 años a sus espaldas, cumplirá 26 como presidente. Empezó en 2000 y sólo paró entre 2006 y 2009.
Conflictos externos
La reelección le llega en un momento de trincheras, quizás uno de los más conflictivos hacia el exterior de toda su carrera presidencial. Enfrentado a la UEFA y a la FIFA por la Superliga, a LaLiga y a Tebas por los derechos audivisuales y las guerrillas del fútbol español, a los vecinos de la Castellana por el ruido en los conciertos del Bernabéu… Y con la idea de transformar la estructura del club.
«Vamos a traer una propuesta que nos proteja, que asegure prosperidad y que garantice que los socios seamos propietarios del club, y la someteremos a referéndum. Me mataré para que el dinero y el patrimonio del Madrid sean del Madrid», anunció en la última asamblea. A la espera de más detalles, ese cambio se centraría en el control del 51% del club por parte de la Fundación Real Madrid y del 49% por parte de una sociedad mercantil. Es decir, convertir al club en SAD. Un cambio histórico.
La transformación societaria llegará, según admiten en el conjunto blanco, para hacer frente a los cambios que se producirán a corto plazo en el modelo de negocio del club y para aspirar a competir de tú a tú contra los clubes estado, protagonistas del mercado de fichajes durante los últimos años.
El Madrid está transformando su interior (un estadio activo los 365 días del año) y las competiciones en las que participa (Superliga), por lo que es necesario, insisten, adaptarse a los nuevos tiempos. Los conciertos y grandes eventos del Bernabéu están parados a la espera de la decisión judicial. De cómo el Madrid sea capaz de solucionar la insonorización, y por tanto la rabia de los vecinos, dependerá una parte de sus ingresos en el corto plazo y la conversión definitiva del estadio en centro neurálgico del ocio de la capital.
Puerta grande o enfermería
La Superliga planea saltar a la mesa del fútbol europeo en 2026, aunque se desconocen de momento los aliados del Madrid más allá del Barça. Puerta grande o enfermería ahí para el conjunto blanco y para Florentino, líder del proyecto y de la guerra contra Gianni Infantino y Aleksander Ceferin.
En la cabeza de Pérez estará también el próximo entrenador del equipo, el heredero de ese binomio Ancelotti-Zidane que ha dado seis Copas de Europa al Madrid. Palabras mayores para cualquier entrenador. Xabi Alonso parece destinado para ello, pero la presión y la responsabilidad serán extremas para una plantilla que debería mantener a Bellingham, Vinicius y Mbappé.
Y para acabar, su sustituto presidencial. José Ángel Sánchez, mano derecha y director general, ha entrado en la directiva y será el hombre fuerte en la sucesión, pero no aspira a presidente. En la lista de rumores, figuran directivos, empresarios… Y Rafael Nadal.