Copa del Rey
Martínez Munuera sacó 12 amarillas, récord en un clásico desde 2011. “¡La nueva era! ¡La nueva era!”, vaciló Ceballos saliendo del Camp Nou.
El Camp Nou vivió ayer uno de los clásicos más calientes que se recuerdan. Una tensión que se explica en las 12 amarillas que tuvo que sacar Martínez Munuera, récord en los Barça-Madrid desde las 9 amarillas y 3 rojas con las que Fernández Borbalán castigó a azulgranas y blancos en la vuelta de la Supercopa de España de agosto de 2011, con Guardiola y Mourinho en los banquillos. El éxtasis de la polémica entre ambos equipos.
Sin embargo, esta cita de semifinales de Copa del Rey tuvo tanto fútbol como adrenalina, patadas, insultos, cánticos y encontronazos. 29 faltas cometidas (21 del Barça y 8 del Madrid) y un tramo final de partido, ya con el duelo sentenciado, lleno de broncas que recordaron a los clásicos entre las plantillas de Pep y Mou.
Por encima del resto de futbolistas, Gavi y Vinicius protagonizaron el enfrentamiento de la noche. Las dos jóvenes estrellas encendieron la mecha de la polémica en el minuto 27 y no la soltarían hasta el final del duelo. El centrocampista culé ‘cazó’ a Camavinga y a Vinicius en la misma jugada y se quedó con el balón mientras sus rivales estaban en el suelo. El brasileño, eléctrico también, le devolvió la acción dándole un manotazo para quitarle la pelota. Los jóvenes juntaron sus frentes y entre Camavinga y Busquets les separaron mientras recibían sendas tarjetas amarillas.
Ahí empezó su guerra. Ambos se buscaron y se encontraron en casi todos los parones del juego en la primera mitad, coronando su pique con un conato de tangana camino del túnel de vestuarios evitado por el cuerpo técnico.
Gavi, contra los veteranos
Gavi, al que Luis de la Fuente ya aconsejó “controlar algunos comportamientos” durante la última concentración de España, no cae bien en el vestuario del Madrid, donde más allá de las faltas o los piques normales de un partido intenso critican que tiene una actitud “muy tóxica“, especialmente con futbolistas más veteranos. Durante el último clásico, además de sus roces con Vinicius, se le vio encararse con Alaba y Kroos.
Enfrente, Vinicius volvió a ser el centro de la diana de la grada y de los rivales. El brasileño, que marcó el primer gol, provocó el penalti del 0-3 y asistió en el 0-4, terminó siendo sustituido para evitar que viera la segunda amarilla y se quedara sin final. Se marchó del campo desquiciado con la afición rival y con Gavi y Araújo, que le había despedido con un empujón que le envió al suelo, y con Ferran Torres. “Tú calla, que eres malísimo”, le contestó al ex del Valencia mientras éste se encaraba con él antes de llegar al banquillo.
“Los jugadores le buscaban, él decía alguna cosa… Todo el mundo empezó a picarle y a buscarle esa roja”, explicó Courtois, mientras que Araújo admitió que se “calentó”. “Me calenté al ver a Vinicius hablar tanto a la grada y a los compañeros. Si se dedica sólo a jugar al fútbol será aún mejor jugador”. Su compatriota Valverde aseguró que “tenemos que pensar un poco más. En vez de disfrutar del partido, te enfrentas a ellos…”.
La tensión saltó del césped a la grada, de la que, según el acta del encuentro, “cayeron varios mecheros y una moneda de 1 euro en la portería del Madrid, “impactando uno de estos objetos en Courtois”. Además, durante la celebración de los jugadores tras el cuarto gol, se lanzaron “dos botellas de agua medio llenas”. Unas acciones lamentables que acarrearán una multa al Barcelona.
La fiesta en el vestuario
En el vestuario, Ancelotti, a gritos, anunció a su plantilla que este jueves sería “¡Día de descanso!”, para locura general, mientras Militao, Rüdiger y un enloquecido Modric bailaban sin parar. “¡Así gana el Madrid!”, cantó una plantilla en la que Benzema, después de un histórico hat-trick, entró dando gritos ininteligibles a la ducha. El francés ya es el máximo goleador de 2023 con 19 tantos. “¡La nueva era! ¡La nueva era!“, se jactaba Ceballos camino del bus, en referencia a la frase utilizada por los jugadores del Barça tras ganar la Supercopa en Arabia.
“Os he mentido, esta no era la final“, bromeaba Ancelotti con los suyos. Hace unas semanas, el italiano le había dicho a Jagoba Arrasate un comentario que ahora es realidad: “Nos vemos en la final”.