Alcaraz y su quinto Grand Slam: exactamente la misma edad que Nadal y un asalto imposible al número uno del ranking

Actualizado Domingo, 8 junio 2025 - 21:12

Uno más y ya van cinco. Hace unas semanas Carlos Alcaraz se abría en Netflix en un documental llamado ‘A mi manera’ sobre su camino para ser el mejor de la historia. El trabajo no es lo único importante en la vida, proclamaba, como tantos otros de su generación. Es una reivindicación muy humana: quiere ascender al Olimpo de tenis y hacerlo comiendo las marineras de su madre y yéndose unos días a Ibiza con sus colegas. Pero muchos no lo entendieron. El argumento en su contra se puede resumir con una reflexión de Carlos Moyà: "Es una opción viable si quieres ganar Grand Slam a corto plazo, pero a largo plazo es más complicado, porque esto es una carrera de fondo". Nadie sabe qué pasará de aquí a 2034, a 2036 o 2038, pero de momento la única certeza es que el método de trabajo de Alcaraz funciona. Uno más y ya van cinco.

A su edad ninguno de los grandes de la historia había ganado más títulos ‘grandes’ y apenas un par mostraban los mismos números. Uno de ellos, de hecho, exactamente los mismos números. Pero exactamente, exactamente.

¿Imaginan quién? Después de ganar cuatro Roland Garros, Rafa Nadal venció en Wimbledon 2008 y levantó así su quinto Grand Slam con 22 años, un mes y tres días. Este domingo, Alcaraz, lucía exactamente la misma edad: 22 años, un mes y tres días. La coincidencia les une, como tantas otras cosas, y demuestra que ambos son prodigios. Merece un repaso a las leyendas que ya se quedan por detrás en la lista de Grand Slam: cuatro tiene Manolo Santana, Guillermo Vilas o Jim Courier; tres tienen Gustavo Kuerten, Andy Murray o Stan Wawrinka. Merece un repaso a la edad que tenían los otros mitos del deporte a estas alturas.

Novak Djokovic, por ejemplo, tenía 24 años, ocho meses y siete días cuando venció en el Open de Australia de 2012 y colocó en su vitrina la quinta copa. Roger Federer también tenía 24 años, aunque en su caso con un mes y tres días al ganar su quinto Grand Slam, el US Open de 2005. Sólo hay un caso semejante a los de Alcaraz y Nadal: Bjorn Borg, que celebró la ‘manita’ con 22 años y cinco días. Pete Sampras, Boris Becker y Mats Wilander, también ejemplos de precocidad, ya lo hicieron a los 23, y otros tuvieron que esperar mucho más, como Jimmy Connors o Ivan Lendl, hasta los 26 o André Agassi, hasta los 29.

El difícil reto del ranking

De momento, la manera de Alcaraz es exitosa, no queda duda, e invita a pensar en un futuro de dominio, lo que le falta. Mientras en tierra batida parece imbatible, igual que en hierba, le queda el asalto a las pistas duras como tarea pendiente para finalmente abalanzarse sobre la superioridad. Por delante de Jannik Sinner después de haberle derrotado en sus últimos cinco enfrentamientos, incluidas ya tres finales -los últimos Masters 1000 de Pekín y Roma y este Roland Garros-, es una anomalía que esté tan lejos suyo en el ranking ATP.

Pese a su triunfo en París y a la sanción de tres meses que frenó al italiano, Alcaraz continúa con 2.030 puntos de desventaja y tiene por delante, el mes que viene, la defensa de Wimbledon. Sólo si también retiene la corona y continúa la racha podrá plantearse un asalto al número uno alrededor del US Open. Es lo que le toca viendo su rendimiento en Grand Slam. Uno más y ya van cinco.

Alcaraz inventa la remontada de todos los tiempos ante Sinner para levantar su segundo Roland Garros en uno de los mejores partidos de la historia

Alcaraz inventa la remontada de todos los tiempos ante Sinner para levantar su segundo Roland Garros en uno de los mejores partidos de la historia

Hubo un día en el que Carlos Alcaraz dejó de ser ese niño que se soñaba a sí mismo en París, mordiendo una copa enorme como hacía su ídolo, para erigirse en una leyenda de del tenis. Fue el 8 de junio de 2025. El futuro enmarcará sus números, de momento van cinco Grand Slam con 22 años, pero recordará antes su milagro en aquella final de Roland Garros, la final de todos los tiempos, la final más larga de la historia en el lugar. La certeza de ser capaz de todo le llevó a una gesta imposible, remontar dos sets de desventaja, salvar tres bolas de partido, para celebrar su segundo título consecutivo.

Su rival generacional, Jannik Sinner, le presentó una evolución de laboratorio, un mejor juego, un mejor físico, una mejor mentalidad, y pese a ello cayó ante él por un asombroso 4-6, 6-7(4), 6-4, 7-6(3) y 7-6(2) en un nuevo récord de cinco horas y 29 minutos de juego. Pase lo que pase, quedará el canto de ambos a la belleza del tenis y su búsqueda de la eternidad. No será consuelo, Sinner requerirá de muchas horas de trabajo psicológico, pero la rivalidad entre ambos ya tiene su partido icónico. ¿Fue mejor que la final de Wimbledon 2008 entre Rafa Nadal y Roger Federer? Dependerá de cada uno, dónde los vivió, cómo los vivió, con quién los vivió.

El arranque de Sinner

Al acabar Alcaraz romper a llorar, como también tuvo que hacerlo Sinner. La ausencia de gestos, incluso de muecas, le define como un hombre insensible -"Sinner è una macchina umana", escribía La Gazzetta en su previa-, pero en realidad no lo es. Es imposible verlo, no así sentirlo. En los partidos grandes, especialmente ante Alcaraz, especialmente en las finales, empieza con muchos errores incomprensibles; hay nervios, vaya si hay nervios. La inquietud va por dentro: los dientes apretados, la tensión por las nubes, los dolores de cabeza. Como ocurrió en los últimos Masters 1000 de Shanghai y Pekín, el italiano estuvo lejos del nivel en los primeros juegos, pero esta vez salió airoso.

Sinner fallaba todos sus primeros saques, Alcaraz acumulaba bolas de rotura a su favor y el marcador ahí seguía, inmovil, durante más de media hora. Sólo al séptimo intento, por fin, el español rompía la igualdad. Una alegría y, al mismo tiempo, una condena. El 'break' en contra tranquilizó a Sinner que a partir de entonces empezó a jugar. Un metrónomo a toda velocidad, 'allegro prestissimo con fuoco', tac, tac, tac, tac, tac, tac, golpes aquí y golpes allá desde el fondo. En su adaptación a la tierra batida, ya sabe dar un paso atrás y mandar desde la defensa: lo que le faltaba.

Una brizna de tierra

Si después de su despertar seguía la igualdad era porque Alcaraz todavía tenía su derecha. Ese golpe que le sale de dentro, sin esfuerzo, como si estuviera cautivo en su interior esperando su liberación. Temblaba la Philippe Chatrier con cada estallido y los espectadores se extasiaban. Pero algo inesperado ocurrió. Todavía en ese periodo inicial, con 5-4 en el marcador, el viento -durante toda la jornada hubo viento, mucho viento- levantó briznas de arcilla y una le entró en el ojo derecho al español. Una nimiedad. Una tontería. Una pequeña molestia que le despistó, le enfrió y le hizo perder ese primer set y prácticamente el segundo.

Con otro break inicial -un 3-0 para empezar-, Alcaraz volvió al agujero del que siempre habla, "las pataletas" que critica su actual entrenador, Juan Carlos Ferrero, y amagó con rendirse. Si no le hizo, si aguantó más, fue por un hecho impensable antes del éxito de Rafa Nadal. El público de París le levantó con sus cánticos. "¡Carlos, Carlos, Carlos!". Y él, tan emocional como todavía es, tan permeable, aprovechó ese cariño para llevar el periodo hasta el tie-break. Era su última oportunidad, su salvavidas. Una muerte súbita que para él fue eso: una muerte, súbita. Sinner fue más Sinner que nunca en sus intercambios, sumó ese segundo set y se abalanzó sobre el título.

Una reacción imposible

A partir de ese momento tan sólo quedaba el milagro. ¿Quién podía creer? Los amigos de Alcaraz aterrizados desde El Palmar todavía cantaban: "¡Sí se puede, Sí se puede!". Pero la estadística le golpeaba en la cara. En toda su carrera, el español había empezado un partido con dos sets en contra hasta en ocho ocasiones y nunca los había remontado. Sólo en cinco finales en la historia se había dado un giro de esas características y siempre había sido por desfallecimiento del favorito. La última, aquel triunfo de Novak Djokovic sobre Stefanos Tsitsipas en 2021. Alcaraz necesitaba que Sinner temblara primero y se desplomara después y eso no ocurrió.

Para los libros, para siempre, queda su reacción. En lugar de reconocer la derrota en el tercer set aprovechó el peor juego de su rival -tocó dos bolas con el canto de la raqueta- para minimizar su desventaja y en el cuarto set resucitó con la muerte justo detrás. Con 5-3 en el marcador, Sinner disfrutó de tres oportunidades para cerrar el juego, el partido y el torneo y no las aprovechó. Ahí el partido cambió de manera definitiva. Alcaraz, con la certeza de que podía, levantó un tie-break con dos saques directos a la línea y, en el quinto set, la locura, lo nunca visto.

Carlos Alcaraz no es Rafa Nadal y nunca lo será... ni falta que hace

Carlos Alcaraz no es Rafa Nadal y nunca lo será… ni falta que hace

Es una gozada estar al otro lado. Tras tantos años viendo cómo el nuestro desquiciaba genios, cómo la mente imperturbable amansaba al talento infinito y ganaba todos los partidos en los que era superior y muchos en los que, aparentemente, lo era el rival, ahora el cíborg que no ha venido a jugar sino a devorar almas es Jannik Sinner. Carlos Alcaraz no es el nuevo Nadal, es el nuevo Federer y su Rafa es italiano, pero...

Pero en este triunfo épico en Roland Garros, en esas tres bolas de partido salvadas, en ese Super tie-break perfecto, en esa increíble sensación que sólo deja el deporte de "¿qué diablos acaba de suceder?", fue imposible no sentir que tantas horas viendo al manacorí han dejado un poso en el murciano. Tan distintos, tan vinculados. De repente, fue el genio y fue el cíborg, fue Nadal y fue Federer, fue un auténtico escándalo en un partido que va directo al Louvre y, como aquellas finales de Wimbledon entre el suizo y el español, nos regala una rivalidad ética y estética para mucho tiempo.

Sin embargo, aunque la manera heroica en que llega esta victoria provocará otra avalancha, la comparación entre los dos mejores tenistas de nuestra historia es un recurso facilón que no se sostiene. En la pista, ver jugar a Carlos es disfrute puro. No hay manierismo, no hay drama, no hay ratos de mártir doliente al borde del desmayo, sólo un chaval de El Palmar extremadamente talentoso echando la tarde contra un androide. Unas entran, otras no, ahora se ríe, luego se cabrea, todo el rato juega. Y tú con él.

Y fuera de ella, la diferencia es aún mayor. Alcaraz no es Nadal y nunca lo será porque no está dispuesto a sacrificar su vida en el altar de nuestra felicidad. Hace bien. Con los ídolos permitimos que el egoísmo nos domine: siempre queremos más y nos da igual el precio, pero si Rafa hubiera sido nuestro amigo y no nuestro entretenimiento le hubiéramos rogado que parase mucho antes. En lugar de eso, le empujamos a seguir y Carlos creció viéndole inmolarse por nosotros mucho más allá de lo sensato. Él, muy inteligentemente, no está dispuesto a hacerlo y no durará ni ganará tanto, pero el tiempo que decida regalarnos será una gozada.

Este Roland Garros memorable inaugura oficialmente una nueva era gloriosa. Ya teníamos héroe, ahora también tenemos villano admirable. Otros diez años de sobremesas y noches eternas nos aguardan. Benditas sean.

EL MUNDO - Diario online líder de información en español

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Creatividad a cualquier edad: empieza la XVII edición del Concurso de Relatos Escritos por Personas Mayores de la Fundación ”la Caixa”

”No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo”, afirmaba Óscar Wilde. Y, sin duda, las personas mayores tienen mucho que decir. Para celebrar su talento, la Fundación ”la Caixa” regresa con la 17ª Edición del Concurso de Relatos 2025 para autores de más de 60 años.

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Mbappé, con gol y asistencia, da el bronce a Francia ante Alemania

Mbappé, con gol y asistencia, da el bronce a Francia ante Alemania

Actualizado Domingo, 8 junio 2025 - 18:06

El madridista Kylian Mbappé lideró, con un gol y una asistencia, la victoria de Francia ante Alemania por 0-2, que dio al equipo de Didier Deschamps el tercer lugar en la Liga de Naciones, tras superar una primera parte difícil en la que permitió muchas llegadas de su rival.

Alemania, que había caído derrotada en semifinales ante Portugal, tuvo un buen arranque. En los primeros cinco minutos llegó dos veces con claridad ante la portería: la primera vez en el minuto 2 con un remate central de Nick Woltemade a pase filtrado de Niclas Füllkrug; después hubo un remate desviado de Pascal Gross y otro de Karim Adeyemi al cuerpo de Mike Maignan a pase de Woltemade.

El comienzo del partido mostraba a una Alemania con intensidad, que tenía más la pelota que los franceses y que llegaba al área pero era imprecisa en el remate. Francia, víctima de España en las semifinales, tuvo un momento alrededor del minuto 20 con dos buenas llegadas, un remate de Rayan Cherki y un cabezazo de Loic Badé y, en ambas ocasiones, Marc-André Ter Stegen reaccionó con buenas paradas despejando a saque de esquina.

Pero Alemania seguía pareciendo dominante. En el 37 Florian Wirtz estrelló un remate contra el poste y en el 43 hubo otra ocasión en los pies de Woltemade con un remate desde corta distancia ante el que Maignan firmó una gran parada.

Poco antes del descanso, aparecería Mbappé con una efectividad implacable. El capitán francés recibió un centro cerca del vértice del área pequeña. se deshizo de Joshua Kimmich con un regate y anotó frente al guardameta del FC Barcelona con un remate cruzado al segundo poste.

En la segunda parte Alemania siguió atacando. En el 53 Deniz Undav marcó, pero su gol fue anulado tras consulta de las imágenes del VAR por falta previa de Füllkrug sobre Adrien Rabiot, mientras que Francia lanzó desde la reanudación contragolpes peligrosos.

El segundo gol francés estuvo cerca varias veces: en el 59 lo evitó el poste, tras un remate de Marcus Thuram; en el 70 y el 79 fue Ter Stegen el que apareció con buenas paradas ante el propio Thuram y Mbappé.

Sin embargo, la sentencia terminó por llegar, en otro contragolpe, facilitado por un error de Jonathan Tah en la raya central que le dejó una autopista a Mbappé, quien, al acercarse al área, entregó un pase a Michael Olise, quien había entrado apenas 15 minutos antes en el campo, para que este marcase a puerta vacía y diera el premio de consolación al combinado francés.

Veteranos y pipiolos

Veteranos y pipiolos

Los deportistas veteranos van contracorriente. A medida que el tiempo avanza, ellos retroceden. Pero algunos, por tiempo indefinido, aunque siempre de modo provisional, logran ralentizar hasta detenerlo el declive precursor de la retirada.

Hace unos pocos días, casi simultáneamente, Simon Yates ganaba el Giro y Marcelinho Huertas le endosaba 39 puntos al Joventut en el primer partido del playoff de la ACB. Otro brasileño, Felipe Perrone, recién retirado, y con doble nacionalidad, reconsideraba su decisión al ser reclamado para entrar en la lista previa de la Selección de waterpolo, que prepara el próximo Mundial.

Por su parte, Griezmann renovaba por el Atlético hasta 2027 e Isco era llamado a filas por De la Fuente. Gente con peso, poso y solera. Yates tiene 32 años. Huertas, 42. Perrone, 39. Griezmann, 34. Isco, el de mayor edad de los convocados, 33, uno más que Morata. Por añadidura, Santi Cazorla, a los 40, ha llevado durante toda la temporada la batuta de un Real Oviedo que está luchando por el ascenso.

A mayor abundamiento, Marcelinho ha sido elegido MVP de la temporada de la Liga ACB, con otro "carcamal" en segundo lugar: Ante Tomic, de 38 años. En la alabanza general hemos incluido a un Griezmann más cercano al homenaje nostálgico que al aplauso vigente. En su caso, la sombra ya ocupa más espacio que el cuerpo. De todas formas, su renovación por dos temporadas en lugar de una, que sería lo lógico, no deja de suponer por parte del club un gesto de confianza tanto como de gratitud.

Por esas mismas fechas contrastaron tamaños ejemplares otoñales con el primaveral Lamine Yamal (17), renovado por un dineral del que el Barça carece. Otra muestra de ilusionismo financiero del "mago" Laporta, un David Copperfield de pacotilla. No se comprende cómo se le permite que le funcionen los torpes trucos con toda la tramoya de cartón a la vista. Puede que lo sepan en Waterloo.

El Madrid ya tiene a su "Lamine" en los, también, 17 años de Franco Mastantuono, que ha firmado, como Yamal, hasta 2031. En una decisión técnica y también psicológica, Florentino ficha cada vez con más frecuencia a futbolistas de la edad de sus nietos. Son su segunda familia, a través de la cual prolongarse. Los años pasan para el club, pero las plantillas reponen sin cesar su lozanía. El presidente y los aficionados beben en ellas el elixir de la eterna juventud.

Pero no engañan al tiempo, que nos devora a todos, incluso a los madridistas. Lamine y Mastantuono, pipiolos gemelos, serán también veteranos un día, antes de abandonar la escena en tránsito imparable hacia la vejez física y sus estragos. Preludio a su vez de un último, definitivo viaje con gratuito billete de regreso a la vacía estación de origen.

Pero hoy, en el centro embriagador de su fama y su éxito, tan cerca todavía de la infancia, felices en su Disneylandia particular, no piensan en nada de eso. Ni en por qué han sido bendecidos por el azar en forma de habilidad con el balón, un objeto que ni mejora ni redime al mundo: sólo lo divierte. No reparan en que perderán la juventud, sus dones y privilegios. Gozosos, despreocupados, se limitan a exhibirla y disfrutarla.

Pogacar, en un espectacular regreso, supera a Vingegaard en un atípico sprint y se anota el triunfo en el Critérium Dauphiné

Pogacar, en un espectacular regreso, supera a Vingegaard en un atípico sprint y se anota el triunfo en el Critérium Dauphiné

Regreso apoteósico de un fenómeno insaciable. Tadej Pogacar, tras su periodo de descanso después de su exhibición en las clásicas de primavera, retornó este domingo a la actividad y lo hizo a lo grande, como es propio del campeón del mundo. El esloveno se anotó la primera etapa del Critérium Dauphiné superando en una electrizante llegada a Jonas Vingegaard (segundo), Van der Poel, Remco Evenepoel y Santiago Buitrago.

Pogacar, en una etapa con recorrido quebrado, mostró sus ambiciones en una ronda que sirve de último test para el próximo Tour de Francia (5.27 de julio). Este domingo, el líder del UAE volvía a enfrentarse a Vingegaard después de 11 meses. Los dos favoritos para la Grande Boucle, que han realizado una concentración de altura en Sierra Nevada, han ratificado que sus momentos de forma son espléndidos y prometen sensaciones intensas para esta prueba que finaliza el próximo domingo.

La primera jornada del Critérium Dauphiné se rompió a falta de siete kilómetros para la meta, donde figuraba una cota de 600 metros y en la que Pogacar fue el primero en moverse. El gran ataque del día corrió a cargo de Vingegaard, que saltó a seis kilómetros de meta y su ofensiva fue secundada porPogacar, por Van der Poel, Buitrago y Evenepoel.

El quinteto avanzó ante la sorpresa del pelotón, comandado por Jonathan Milan (el gran favorito de los sprinters) y se presentó en la meta con una ligera ventaja sobre los equipos de los velocistas. Van der Poel arrancó desde lejos en el atípico sprint, pero Pogacar respondió con una aceleración insuperable.

Este el triunfo 97 de Pogacar, extra motivado en la preparación de un Tour de Francia en el que persigue su cuarta victoria.

Marc Márquez custodia su trono en Aragón con su octava victoria en el circuito y protagoniza otro doblete junto a su hermano Álex

Marc Márquez custodia su trono en Aragón con su octava victoria en el circuito y protagoniza otro doblete junto a su hermano Álex

Marc Márquez ha sido capaz de cumplir con lo esperado en Aragón y ha culminado un fin de semana perfecto en el que ha liderado todas y cada una de las sesiones. El piloto de Ducati no ha encontrado un rival en MotorLand capaz de poner en duda la posesión de su trono y se ha hecho con octava victoria en este circuito, la séptima en MotoGP.

El de Cervera no ha dado ni una sola opción desde la salida, contundente en cada una de las 17 curvas del circuito. Vuelta rápida tras vuelta rápida, hasta hacer la mejor de la historia del GP de Alcañiz, Marc ha demostrado los motivos por los que el caliente asfalto aragonés se adapta a la perfección a sus capacidades y solo Álex Márquez, quien mejor le conoce, ha sido capaz de mantener su moto cerca de la cabeza durante un pequeño tramo de la carrera.

"En este gran premio tengo que preocuparme de estar más cerca de Marc que del resto", expresaba el menor de los hermanos en los prolegómenos del evento, consciente de la inmensa diferencia existente entre el ocho veces campeón del mundo y los demás pilotos de la parrilla en un circuito como MotorLand, fetiche para él. Y ha conseguido cumplir con la fórmula durante gran parte del fin de semana, mostrándose agresivo en todas las pruebas del evento. El de Gresini ha perdido el ritmo de su hermano tras las primeras cinco vueltas, pero ha terminado la carrera a más de un segundo y con Pecco Bagnaia pisándole los talones. Aún así, logra mantenerse al acecho en el Mundial, a poco más de 30 puntos, y se mantiene vivo en la guerra de trincheras que está planteando con su moto satélite.

Tras la familia Márquez, el propio Bagnaia y Pedro Acosta han mantenido una guerra encarnizada por ser el último piloto en completar el podio, con una sucesión interminable de adelantamientos entre ambos. El italiano, campeón del mundo en 2022 y 2023, tras decepcionar en la carrera al 'sprint', llegaba al domingo con la intención de reivindicarse y demostrar que es capaz de sacar el mejor rendimiento de la poderosa Ducati. Así, ha sido capaz de lograr un tercer puesto que, pese a haber tenido cerca a Álex durante un gran tramo de la prueba, le sirve para cortar la mala racha de resultados que venía manteniendo en citas anteriores.

El tiburón de Mazarrón, por su parte, ha hecho una carrera muy seria, con la que vuelve a demostrar que quizá esté para optar a algo más de lo que le permite su KTM. Desde el comienzo vio la posibilidad de hacerse con un jugoso puñado de puntos en Alcañiz y atacó sin reparos en busca del podio. Sin embargo, su moto no da para más y se queda con un gran cuarto puesto que contrasta con el resultado de su compañero, Brad Binder, que se fue al suelo cuando intentaba seguirle el ritmo.

El Gran Premio de Aragón ha vuelto a ser un éxito de público, con hasta 112.633 espectadores que se han pasado por el circuito durante todo el fin de semana. Un dato con el que Alcañiz demuestra que la pasión por el motociclismo es palpable en sus tierras y se posiciona en contra de la posibilidad de que Dorna, la empresa que organiza el campeonato, decida relevarla en el calendario por un destino más exótico.

Sinner multiplica su amenaza a Alcaraz en la final de Roland Garros: “autoconocimiento” cerebral, mucho trabajo físico y hasta un canal de Youtube

Actualizado Sábado, 7 junio 2025 - 23:12

Pocos lo sabrán, pero Jannik Sinner también es youtuber. El actual número uno del mundo defiende que fuera de la pista es más gracioso de lo que parece, incluso que es un bromista, y por eso hace un año se abrió un canal. El propósito era mostrar a un Sinner alegre y para ello en el último Open de Australia llegó a hacer un vlog -un diario en vídeo- del día de la final. Pero no funcionó. Sin una raqueta en la mano también se le veía serio, indescifrable, reservado. Desde entonces no ha vuelto a hacer más vídeos. Pero igualmente el canal, JannikSin, queda ahí con sus 80.000 suscriptores como muestra de las ganas del italiano de mejorar en todo. Quiere ser más abierto con los aficionados como quiere ser más letal con sus rivales. Quiere ser mejor.

Este domingo, en la final de Roland Garros (15.00 horas, Eurosport y Max), Carlos Alcaraz tendrá la misión de parar a Sinner en el último paso de su evolución: su adaptación a la tierra batida. El español es el campeón que era hace un año, con mejor saque y más experiencia, pero el italiano es otro. Su físico ha cambiado, su tenis ha cambiado y sobre todo su mente ha cambiado.

«Antes estaba más nervioso, más preocupado, incluso estresado por ciertos detalles de su tenis que necesitaba mejorar. Salía a la pista con esos pensamientos. Ahora es más maduro, más seguro de sí mismo y consciente. Ha crecido mucho. Hemos dedicado muchas horas a trabajar sus debilidades para que no le afecten en los momentos difíciles. Ahora ya no tiene preocupaciones», cuenta Simone Vagnozzi en un encuentro en París con medios, mayoritariamente italianos. El año pasado, en aquellas semifinales perdidas ante Alcaraz en cinco sets, Sinner justo venía de celebrar su primer Grand Slam en Australia y todavía no confiaba en sus opciones sobre arcilla. Además entonces cargaba con la mochila de su positivo por clostebol. Ahora la amenaza para Alcaraz es más grande.

Su entrenamiento cerebral

«Jannik tiene la voluntad de hacerse preguntas para alcanzar sus objetivos. Trabajamos mucho la autoconciencia, el autoconocimiento profundo. Si lo que hacemos da sus frutos, el mérito será en gran medida suyo», explicaba a Eurosport Riccardo Ceccarelli, el curioso doctor que ayuda a Sinner después de toda una vida en la Fórmula 1 junto a pilotos como Ayrton Senna, Fernando Alonso o Max Verstappen. Los secretos de su método psicológico están en un maletín que transporta con una cinta medidor de consumo cerebral y un pulsómetro para mostrar a sus deportistas cómo reacciona su cuerpo a situaciones de ira, tristeza, cansancio o tranquilidad.

DIMITAR DILKOFFAFP

Conocerse a uno mismo para mejorarse a uno mismo. Los tres meses de sanción entre febrero y mayo sirvieron especialmente a Sinner para rearmarse antes de Roland Garros. No pudo estar en los Masters 1000 de Montecarlo y Madrid, pero sabía qué hacer para progresar en tierra batida. Tal y cómo explicó Marco Panichi, su actual preparador físico, durante las primeras semanas de entregó al entrenamiento de fuerza para evitar la extenuación del año pasado ante el propio Alcaraz y en las siguientes se centró en añadir variantes a su juego. Sinner podía entrar al Montecarlo Country Club porque es un recinto que no está afiliado a la Federación Internacional de Tenis y encontró un sparring de lujo entre sus mensajes de Whatsapp. Cuando se conoció el veto, un amigo, el italiano Roberto Marcora, retirado a sus 35 años después de llegar a ser el 150 del mundo, le escribió para preguntarle de broma si necesitaba ayuda y al día siguiente ya habían llegado a un acuerdo. El plan era claro: trabajar la defensa.

El entrenamiento de Alcaraz

Sinner, especialista en superficies duras, está acostumbrado a jugar dentro de la pista, siempre al ataque, con golpes muy directos y en tierra batida esa táctica no siempre funciona. Hay que dar un paso atrás y resistir. En semifinales, ante Novak Djokovic, el actual número uno del mundo demostró que ya sabe cómo hacerlo y completó un camino perfecto a la final: no ha concedido ningún set y, es más, sólo ha permitido tres breaks.

Será el inicio oficial de la nueva era en el tenis: el primer enfrentamiento de Sinner y Alcaraz en la final de un Grand Slam. La final del Masters 1000 de Roma queda ya como recuerdo feliz para el español, más aún el balance a su favor entre todos los enfrentamientos previos -siete contra cuatro-. Sólo importa lo que ocurra este domingo. Este sábado, en la menuda pista 2, Alcaraz realizaba su último entrenamiento y se preparaba para lo que vendrá: durante una hora estuvo probando de encadenar muchos golpes rápidos y alguno lento, alguno distinto, alguno imaginativo, especialmente dejadas. Deberá correr, aguantar y exprimir al máximo su creatividad. El artista se vuelve a enfrentar a la máquina, ahora perfeccionada.

'Chico' Conceiçao, el agitador de Portugal: apellido ilustre, respaldo de Cristiano e "inspiración" para goles decisivos

‘Chico’ Conceiçao, el agitador de Portugal: apellido ilustre, respaldo de Cristiano e “inspiración” para goles decisivos

Actualizado Sábado, 7 junio 2025 - 23:12

«Necesitamos jugadores capaces de decidir partidos en momentos puntuales, y Francisco lo es». No son palabras de Roberto Martínez después de su gol en la semifinal de la Nations League ante Alemania, cinco minutos después de entrar al campo, iniciara la remontada de Portugal. Tampoco de Sergio Conceiçao, su padre y primer entrenador profesional, que inoculó en su hijo la verticalidad de los extremos antiguos. Francisco, Chico, Conceiçao (Coimbra, 2002) lleva en los genes la agitación del último portugués que en la Eurocopa de 200o le endosó un hat trick. Quien sorprendió en Múnich ni había nacido.

Es la reflexión de quien no quiere perder a un jugador diferente, un puñal por las dos bandas, capaz de electrizar a un equipo. La frase es de otro técnico, André Villas-Boas, pero esta vez en su rol de presidente del Oporto. Chico es una perla que quiere mantener o vender a precio de oro después de dos cesiones al Ajax y a la Juventus que le han reportado al club 20 millones de euros y han hecho al jugador ganar experiencia... y hueco en la selección, con la que suma diez partidos y dos goles inolvidables.

Roberto Martínez lo reclutó en la última ventana antes de la Eurocopa. Debutó en marzo con buenos datos en el Oporto tras regresar de una etapa en Países Bajos no demasiado provechosa. Se bajó un 60% el sueldo para volver a O Dragao y que el club le compensó con un 20% de una futura venta. No pudo acertar más. Se convirtió en internacional absoluto y cerró el curso con 43 partidos, ocho goles y ocho asistencias. Lo que no imaginaba es que su aparición con Portugal iba a tener un momento de impacto similar al de su debut con el Oporto.

En febrero de 2021, con el Covid aún haciendo estragos, su padre le convocó para jugar con el primer equipo dos partidos: ante el Benfica, en el que no tuvo minutos, y el derbi con el Boavista. En el minuto 77, perdían 1-2 y Conceiçao padre miró al banquillo. Era el momento de cambiar el partido y Chico era su arma. No se equivocó. El Oporto empató de penalti y el chaval provocó otro que Oliveira, esta vez, estrelló en el palo. El joven Conceiçao no se arrugó y siguió buscando hasta que en el 89 soltó un disparo raso que salvó el portero pero no evitó que Evanilson lo empujara a gol. Los Conceiçao, padre e hijo, se fundieron en un abrazo repleto de lágrimas. Sergio tenía en uno de sus cuatro hijos, todos futbolistas, el mejor de sus herederos. Sin embargo, el VAR apareció para enturbiar y anuló el tanto. Aún así, para el entrenador fue una tarde de orgullo. «Era su función, entrar y hacer lo que hizo», se limitó a valorar.

Lo mismo podría haber dicho el seleccionador de este «agitador por naturaleza» en el duelo entre Portugal y la República Checa en la Eurocopa. No habían ganado los luso aún y Roberto Martínez buscó lo que esperaba de él: «Tiene ojo para el gol. Es muy vertical y tiene mucha chispa». Que no estaba en Alemania por su apellido lo demostró cuando lo mandó al campo en el minuto 90 y en el 92 marcó el gol que daba la victoria. Icónica fue la imagen del abrazo que le dio Cristiano Ronaldo aquella noche en Leipzig. Su remate le daba vida al astro, que debutó como profesional el mismo año que nació Chico, y que intuía que podía ser su último gran torneo.

Dudas de la Juventus y Mundial de Clubes

En esta Nations League, de la que se ha perdido partidos por lesión, ha logrado pocas titularidades a pesar de una notable campaña en la Juventus, donde fue cedido tras el campeonato europeo por diez millones. Ha jugado en 37 partidos y ha marcado cinco goles. Quiso probar suerte en la Serie A, como hizo su padre en el Lazio y el Inter, pero está en el aire su continuidad. Los italianos querían quedárselo, pero ahora no ven claro pagar 30 millones, por lo que podría volver a orillas del Duero.

El mercado acaba de abrirse Conceiçao tiene por delante un Mundial de Clubes -que jugará con la Juventus- en el que su gol ante Alemania le ha colocado en el grupo de seguimiento. «Fue un momento de inspiración», reconoció el extremo que, jugó 32 minutos, los suficientes para estimular una remontada que cerró Cristiano Ronaldo, que volvió a abrazarle como si fuera un hermano pequeño.

En la final tendrá enfrente a dos terremotos como Nico Williams y Lamine Yamal. Con la estrella del Barça se cruzó en octubre de 2023 en la derrota del Oporto ante el Barça en la fase de grupos (1-0). Aquella noche el gol fue del ausente Ferran Torres.