Ferran mata al Betis a los postres

Ferran mata al Betis a los postres

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El Barcelona derrotó al Betis con un engañoso 4 a 2 tras un partido en el que los locales tuvieron contra las cuerdas a un equipo abrazado al talento individual tras una propuesta pobre en construcción ofensiva y frágil en defensa. [Narración y Estadísticas, 2-4]

Apenas comenzaba el partido cuando Isco dibujó un pase al área que Luiz Henrique desperdició con una vaselina que se fue demasiado arriba. El Barcelona defendía con blandura. El malagueño, con espacios, animaba las gradas del Benito Villamarín.

Diez minutos después, De Jong remedaba el pase de Isco, y Pedri hacía lo propio, tirar la pelota sobre el larguero. Fueron las dos únicas jugadas de peligro en los primeros compases del choque. Un Barça tedioso, aferrado a Lamine Yamal, y un Betis conservador, agazapado atrás esperando los despistes visitantes, daban al encuentro un ritmo moroso.

El azar abrió el partido. En el minuto 21, Gündogan quiso cambiar el balón de banda, pero lo estrelló contra un rival. El rechazo le llegó claro a Pedri, ya dentro del área, que sólo tuvo que ponérsela en los pies a Ferran Torres, que anotó a placer.

El Betis no se achantó y se lanzó al ataque atropelladamente confiando en la profundidad de sus laterales. Héctor Bellerín y Abner centraban lo que podían, pero ni Willian José ni Assane Diao lograban imponerse a sus marcadores.

Xavi confió en Pau Cubarsí para suplir la baja de Christensen. Un central de 16 años que se estaba mostrando seguro, sereno y luchador frente a la vanguardia verdiblanca. El equipo de Pellegrini no se hacía con la pelota y sus ataques eran entusiastas pero obtusos. Isco se diluyó en el tramo final y el equipo culé acababa la primera mitad sintiéndose bien, acomodados sobre el césped, con el partido domesticado y sin sobresaltos.

Estuvo cerca el 2 a 0 tras una gran jugada de Yamal. El canterano se abrió un hueco en el área tras un explosivo eslalon y disparó con potencia a puerta; sólo el poste evitó el gol. Johnny Cardozo, que acompañaba a Marc Roca en la medular, estaba desaparecido. El centro del campo bético era un erial. Sin arquitectura, era imposible llegar con nitidez a la meta de Iñaki Peña. El descanso fue un alivio para el equipo local.

Diao y Willian se quedaron el vestuario. Fekir y Borja Iglesias tenían la misión de agitar el melindroso juego bético. Ferran Torres no dio tregua y quiso acabar con cualquier atisbo de revolución. Yamal llegó hasta el fondo y su centro, de tan cerrado, fue repelido contra el primer palo de Rui Silva. El rebote le llegó plácidamente al delantero que, sin portero y sin oposición, colocó el balón en la red.

El Betis no se resignó y empujó al equipo hacia arriba pese al gol en contra. En el 56, tras una jugada embarullada y mal defendida por la zaga blaugrana, cayó un balón muerto en el área en las inmediaciones de Isco. El centrocampista se acomodó y con una volea baja, con la izquierda, acortó distancias para los suyos.

Empate y locura

La euforia se propagó por las gradas y el Betis sintió que flotaba. En la siguiente jugada, aún si haberse cumplido la hora de juego, un centro lateral llegó de nuevo a Isco que se adelantó a la defensa y elevó la pelota por encima de un dubitativo Iñaki Peña. El empate encendía a la afición. Isco es el pantocrátor del Villamarín. El Betis es suyo. Como el champán en una fiesta, si él está, van a pasar cosas.

Xavi sacó a Vitor Roque y Fermín López. El Barcelona atacaba buscando el perfil de Abner, muy superado durante todo el partido. Sokratis y Pezzella rendían pese a las exigencias. El Betis parecía tener el partido controlado y se acercaba al gol, pero Joao Félix, que sólo llevaba unos minutos en el campo, y ya rozando el noventa, acabó con la ilusión verdiblanca con un disparo ajustadísimo al palo de Silva. Con los anfitriones arriba buscando el empate a la desesperada, Ferran puso el 4 a 2 en un contraataque feroz. Un premio a la individualidad para olvidar la insipidez colectiva.

kpd