El Oporto devora en el descuento a un Arsenal de mantequilla

El Oporto devora en el descuento a un Arsenal de mantequilla

Enfrascado en su lucha por la Premier, el Arsenal se topó de bruces con la realidad de la Champions, un torneo que esconde rivales tan ásperos como el Oporto. Ni una sola vez remató a palos el equipo de Arteta, ofuscado ante un adversario con gran callo competitivo, que terminó por mandarle a la lona con un golazo de Galeno en el último minuto del añadido. [Narración y estadísticas (0-0)]

Vaya todo el mérito para el grupo de Sergio Conceiçao, que hizo de la solidaridad y el compromiso su razón de ser. Sin lamentar por un instante las bajas de larga duración de Marcano y Taremi, su mejor central y su goleador, el Oporto marcó un plan de choque y lo cumplió con creces. Sus opciones ante el Arsenal pasaban por una estricta vigilancia sobre Rice, Odegaard y Havertz, los fogoneros de la maquinaria. Y durante buena parte de la noche, marcada por la decisión de Francisco Conceiçao y la habilidad de Pepê, el Oporto cumplió con creces.

Rice, el mediocentro de moda en la Premier, se vio penalizado por una patada sobre Galeno castigada con amarilla en el minuto dos. El noruego, por su parte, apenas aportó desde su posición de interior derecho, lo que a su vez desconectaba a Havertz, el fichaje estrella del verano. Con sus luminarias fundidas, el Arsenal sólo sabía toquetear sin hacer daño. En tierra baldía.

Sólo a balón parado

La batalla se manejaba al son de los timbales de Nico González y Alan Varela, con una intensidad contagiosa. Mención especial para el canterano del Barça, que aún tuvo fuerzas para soltar un derechazo lejano, por encima del travesaño. No fue, sin embargo, la mejor ocasión blanquiazul, obra de Galeno, con un doble remate ante la pasividad de Gabriel y Saliba. Del palo, el balón salió escupido otra vez a la bota derecha del brasileño. Ni él mismo debe saber aún cómo no supo acertar con la red.

El Arsenal que venía de masacrar a domicilio a Burnley y West Ham con 11 goles no daba señales. Aunque para ser honestos, algo se intuía en cada uno de los cinco saques de esquina del primer tiempo, exquisitamente preparados por Nicolas Jover, el gurú de Arteta para el balón parado.

El ejemplo del capitán

Tras el paso por los vestuarios, el primer acercamiento visitante también llegó desde el córner, con un balón servido esta vez por Rice hacia Trossard, cuya volea se marchó alta. El esfuerzo del Oporto por cerrar las líneas, interiores y exteriores, seguía siendo encomiable gracias a Pepe, el capitán, que ya había dejado su sello en la bota de Odegaard. Pudo llegar incluso el 1-0 en un remate de Evanilson asistido por el escurridizo Pepê. El Oporto, tercero en la Primeira Liga, a siete puntos de los líderes lisboetas, competía con ejemplar solvencia.

Fue durísimo este regreso a Portugal tras la última eliminación en los penaltis ante el Sporting en la Europa League. Otro revés en los octavos de la Champions, la ronda maldita durante siete años seguidos, incluido el infausto 2-10 acumulado ante el Bayern en 2017. A diferencia de aquel equipo de Wenger, que se desmoronaba al menor soplido, este Arsenal parecía haber aprendido a afrontar la adversidad con el descaro propio de sus jóvenes estrellas. Dentro de tres semanas deberá confirmarlo ante su hinchada en el Emirates.

kpd