La carrera de Griezmann en el Atlético de Madrid comenzó con una amarga queja a su mujer a la vuelta de un entrenamiento: “No puedo más, no sé qué quiere de mí”. El francés hablaba, claro, de Diego Simeone. 175 goles y ocho temporadas después, el Principito se ha convertido en un “Goleador de Leyenda” para el club.
Ése era el título del homenaje que el Atlético ha querido rendir a su estrella y máximo goleador histórico. Se trató de un acto de algo más de una hora de duración en la que, con Vicente Vallés como presentador, se ha hecho un repaso a la carrera del genial futbolista galo.
“Griezmann está entre los tres, cuatro o cinco mejores jugadores de Europa”, comentó Enrique Cerezo, presidente rojiblanco y el primero que pasó por el escenario de un homenaje que pareció un programa de televisión.
Este espacio comenzó con el recuerdo del gol con el que superó a Luis. Aquel tanto en la Supercopa en el que “improvisó un regate” porque le “asustó Rüdiger” y clavó un tirazo a la base del palo que no pudo llegar Kepa. “En el descanso habló el Cholo y yo sólo tenía ganas de llorar”, reveló el propio Griezmann.
Precisamente, el siguiente en pasar por el escenario fue el entrenador con el que tanto ha crecido el fútbol del francés. Lo hizo tras un vídeo de Miguel Ángel Gil Marín en el que el CEO rojiblanco recordó las 10 horas en las que se gestionó la vuelta del francés. Una vuelta, por cierto, en la que tuvo mucho que ver la llamada de Simeone. “Su llegada le costó”, expresó el técnico, pero admitió que “el mérito es suyo por tener las cosas claras”.
Como el homenaje iba de goles, el entrenador eligió el tanto de aquella semifinal ante el Bayern Múnich mientras que el francés se quedó con la chilena a la Roma. Los 175 que ha hecho con el Atleti le valieron la insignia de Oro y Brillantes que el club entrega a sus leyendas y que el futbolista recibió de las manos de Cerezo.
Foto de grupo en el homenaje a Griezmann.EFE
Pero además de mandatarios y entrenador, el jugador recibió también el cariño de excompañeros, jugadores de la cantera, personalidades y de su gran amigo y capitán, Koke. “Él hizo más fácil integrarme de nuevo”, admitió el francés.
La vuelta al Metropolitano no fue fácil para el futbolista y así se lo recordó un aficionado, presente en el acto, que admitió que era de los que le silbó cuando volvió. “Estaba enfadado conmigo mismo y los primeros meses me hacía pequeño”, admitió Griezmann.
Pero otra leyenda del club, Fernando Torres, le dio un consejo para volver a congraciarse con la entidad: “Aquí no te van a señalar si no metes goles, pero tendrás que dejarlo todo en el campo”. Dicho y hecho.
Griezmann se ha convertido, probablemente, en una de las mayores leyendas del Atlético de Madrid y eso que es un jugador que sigue en activo, lo que le permitirá seguir agrandando su legado.
