La polémica noche de Vinicius en Mestalla: ‘Black Power’, doblete y gestos a la grada

Actualizado Sábado, 2 marzo 2024 - 23:37

Mestalla no se olvidó de Vinicius ni el brasileño de la grada del estadio valencanista. Esta vez no se saltaron las líneas rojas, pero vivieron los 90 minutos en un duelo permanente. Hubo gritos de «tonto, tonto» y gestos de provocación evitables de un jugador sobre quien, gracias a sus dos goles, se sostuvo la remontada del Real Madrid. Alzó el puño recordando el Black Power en el primero; menos disciplinado fue en el segundo, cuando se llevó las manos tras las orejas reclamando a la tribuna que le pitara más.

El valencianismo ha aprendido del daño reputacional que ha soportado y quería pasar página, pero aún se le escaparon en algunos momentos del partido un «Vinicius, qué tonto eres» que supondrá una multa para el club y que no pasó a más. La grada se centró en silbarle de manera ensordecedora. Descentrar al rival sí está dentro de los cánones del fútbol, es casi un deber de los aficionados, que lo cumplieron desde que la megafonía anunció las alineaciones.

Si no fue una bronca constante se debió a que el brasileño, como el resto del Real Madrid, apenas apareció hasta el instante final de la primera parte, cuando cazó al segundo palo un centro de Carvajal, ligeramente desviado por Guerra para despistar a Mamardashvili. Buscó la pelota en fondo de la red bajo las protestas de la grada de animación, a la que miró de reojo pero decidió ignorar. Eso sí, cuando corría al centro del campo se giró y alzó el puño. Un gesto que quiere representar.

Apareció para mantener al Real Madrid en el partido, pero antes había dado más bien poco bien perseguido por Foulquier y Fran Pérez. Esa falta de ocasiones provocó que, tras una caída en el lateral del área, buscara a Gayà para recriminarle. Ambos evitaron la tensión, pero el veloz atacante siguió sin entrar en partido. Tan impotente como sus compañeros, incapaces de frenar a un Valencia cada minuto más intenso y más cerca de Lunin hasta que lo batió. Y en esa jugada que remató Hugo Duro colaboró Vinicius. Javi Guerra lanzó a Foulquier, que piso línea de fondo perseguido por el brasileño al tratrán que no impidió que sacara el centro.

Fruto del desconcierto, antes del fogonazo de su gol atropelló a Pepelu en el centro del campo que desató la ira de todo el estadio. Otra vez el cántico, que volvió a sonar cuando, en la segunda parte, vio la tarjeta amarilla. No le pesó, porque poco después, apareció para lograr el empate y desatar sus demonios pese a los esfuerzos de Bellingham.

La tensión con Vinicius esta vez no arrancó fuera del estadio, El valencianismo se centró en volver a levantarse contra Peter Lim. Cerca de 20.000 personas marcharon hasta Mestalla organizados por el colectivo Libertad VCF y dejando al brasileño en el olvido. Eso quisieron reflejar en el clásico cartel amarillo con el lema 'Lim go home', al que añadiero dos siluetas del jugador del Real Madrid con una larga nariz y un mensaje: Pinochius, I don't care (no me importas)».

Ni un solo grito entre las miles de personas que se congregaron para recibir a los equipos. Una pancarta casera iba destinada a Vinicius y a su documental: «Netflix presenta: Vini y los 40 ladrones. Basado en hechos reales». El brasileño no la vio porque el dispositivo de seguridad desvió el autobús del Real Madrid por un lateral del estadio. Evitar la ocasión es evitar el peligro.

Final de cómic para un partido de poder e igualdad en Mestalla entre Valencia y Real Madrid

Final de cómic para un partido de poder e igualdad en Mestalla entre Valencia y Real Madrid

El rival no era Mestalla, era el Valencia, pero el Madrid partió con la intención de contemporizar con la atmósfera, con un ojo en Vinicius como se tiene en el hijo que siempre se sube donde no debe. Cuando por fin miró al frente ya había encajado dos goles que eran como dos clavos a su indolencia. Si un clavo saca otro clavo, nadie como el propio Vinicius para hacerlo por dos veces, porque su martillo, en Mestalla, era el martillo del gol y de la ira. El gol pasa, la ira queda, después de que un partido poderoso tuviera un final de cómic, al pitar Gil Manzano el final justo cuando Brahim se disponía a centrar para que Bellingham rematara a la red. No fue claro. Más madera. Lástima que el fútbol que se había apoderado de Mestalla no pueda jamás respirar tranquilo.

El brasileño salvó a un Madrid que confundió inicialmente el objetivo y lo confundió todo con errores infantiles mientras avanzaba a la velocidad de un carro frente a jóvenes aurigas hambrientos de balón y de gloria. Este Valencia 'guerracivilista' tiene en ellos su prueba de vida, a pesar de Peter Lim y a pesar de la remontada del Madrid, capaz de sobreponerse a todo, también a sí mismo. Como Vinicius. A todo, menos a un final que lo devolvió a un lugar indeseado y que enseñó a Belligham su primera roja en España. Mal asunto.

Tonto, no mono

A Vini le llamaron tonto, no mono. Al menos de esa forma se escuchaba en la grada. Una cosa es la desconsideración y otra el racismo. Aunque nada está bien, por lo menos no incendia al jugador y al estadio como hace un año. El brasileño se sentía observado desde el principio y se sintió pitado, muy pitado, cada vez que tocaba la pelota. El Madrid quiso calmar el ambiente esperado con un inicio de largas posesiones, pero sin profundidad ni velocidad en las transiciones. Para el equipo de Baraja, alineado en un 4-4-2, era sencillo sentirse protegido, sin superioridades en las bandas por parte del Madrid ni conducciones mortales de Vini o Rodrygo.

La búsqueda de Bellingham, que regresaba al Madrid, estaba más en la intención de Vinicius que en la de progresar por su carril, con Foulquier muy atento. Protestó el brasileño un posible derribo sobre la línea del área. Nada más, nada hasta el gol. Hasta los 40 minutos no hizo el equipo de Ancelotti algo peligroso, en un disparo de Valverde. Todo lo demás, para olvidar por parte del italiano. O mejor, para tomar nota.

Sin Nacho

En el once había algo sorprendente: la presencia de Tochuaméni como central junto a Rüdiger, mientras Nacho se quedaba en el banco. En un lugar de alta exigencia, como siempre es Mestalla para los blancos, la decisión tiene algo de declaración de intenciones. Veremos. No puede decirse que el francés tuviera responsabilidad en los dos goles con los que se adelantó el Valencia, después de errores en cadena por parte de Valverde y Vinicius en el primero, y de Carvajal en el segundo. Tampoco llegaron de forma aislada, sino después de que el Valencia diera un paso al frente y se comiera al Madrid por intensidad. Todos los balones divididos eran para los locales, con Pepelu a los mandos y Javi Guerra lanzado.

Foulquier avanzó por la derecha y se abrió camino hasta la línea de fondo, sin encontrar la anticipación ajena. Su centro hacia la izquierda llegó a Fran Pérez, que no sabe si quiso centrar o hacer otra cosa, pero Hugo Duro convirtió lo que fuera en gol. Fuera del partido y del marcador, Carvajal hizo una entrega defectuosa a los dos minutos y Yaremchuk castigó la empanada del Madrid. Nada puede, sin embargo, con la moral de este lateral de acero templado, capaz de redimirse en el área contraria con un centro que llegara llorando a Vinicius y a la red.

Mucho premio para lo realizado por el Madrid en el primer tiempo, pero suficiente para volver al partido y expresar su superioridad física en la segunda mitad. Lo hizo para hacer que el Valencia se comprimiera, algo que Baraja vio muy pronto y movió el banquillo. Necesitaba otra cosa. También Ancelotti, que llamó a Brahim, Modric y Joselu.

Bellingham, menos omnipresente en el regreso de su lesión, llegó a un mano a mano con Mamardashvili que falló en el área y Diego López, uno de los hombres que saltó al terreno de juego, tuvo el suyo frente a Lunin. Bien los porteros. El Valencia supo sobreponerse al dominio visitante sin perder su lugar, aunque no lo suficiente para evitar el remate de Vinicius, al que hubo que añadir el suspense del VAR, fino, fino. Estalló el brasileño, pero, por fortuna, el fútbol se había comido ya a los pitos para devolver honra a Mestalla, que sólo lamenta, hoy, la lesión de Diakhaby. Del resto puede estar orgullosa. Del final, propio de cómic, ya hablaremos. Mucho.

Vinicius vuelve a Mestalla, donde todo explotó: de los insultos racistas a los nueves meses de polémicas

Vinicius vuelve a Mestalla, donde todo explotó: de los insultos racistas a los nueves meses de polémicas

21 de mayo de 2023. Mestalla, Valencia. Vinicius Júnior sufre insultos racistas de la grada y para el partido. "Es lo de siempre. Me han llamado 'mono'", le dice a Ricardo de Burgos Bengoetxea, colegiado del encuentro. El brasileño, después de meses de insultos, de dos denuncias en la temporada 2021-2022 y seis en la 2022-2023, estalla contra el sector del fútbol español que no deja de atacar su color de piel. "España es un país racista", clama en sus redes sociales, generando una reacción mundial a su favor.

Nueve meses después, Vinicius vuelve este sábado a Mestalla, punto de inflexión en su carrera deportiva, personal y mediática. Contra el Valencia sufrió su primera expulsión en LaLiga, explotó contra los racistas a todos los niveles y se erigió en imagen global de la lucha contra el racismo impulsado por la agencia de representación del rapero estadounidense Jay-Z, a la que se unió el pasado verano. Nada fue igual para él y para el fútbol español tras lo de Mestalla, provocando incluso el apagado del Cristo del Corcovado de Río de Janeiro.

Las nueve denuncias por insultos racistas hacia el jugador que se acumularon en apenas unos meses en LaLiga y en los juzgados dejaron paso al vacío de esta temporada. Los únicos y vergonzosos lunares han sido el clásico de Montjuic contra el Barça, donde se denunciaron ante los Mossos insultos al brasileño, y los cánticos racistas de un grupo de aficionados a las puertas del Metropolitano antes del derbi madrileño del 19 de enero.

En el resto de campos de España, la situación se ha relajado un poco. El brasileño ha estado un mes lesionado, pero los recibimientos no han sido tan hostiles como en otras temporadas. Y él ha aprendido a gestionarlo, como reconoció durante la Supercopa de España en Arabia Saudí: "No soy un santo, a veces hablo demasiado, hago regates que no debo, hago cosas que no debo hacer, pero estoy aquí para mejorar, quiero mejorar", aseguró. Llegará a Mestalla después de recuperar la forma. Ha sido el mejor del Madrid ante el Girona (un gol y dos asistencias) y el Sevilla y en Valdebebas le ven más liberado que nunca a pesar del ruido.

Acusaciones desde Valencia

En Valencia, sin embargo, el ambiente sigue siendo extremadamente hostil y la previa ha sido totalmente diferente a cualquier otro encuentro. En el entorno de Mestalla acusan a Vinicius de denunciar a toda la grada en redes sociales y de mentir en su declaración, algo filtrado por el abogado de la defensa, cuando la realidad, según la transcripción a la que tuvo acceso EFE, es que el brasileño se refirió sólo a los insultos de los acusados y al ambiente hostil, pero no generalizó. Esa descontextualización provocó un comunicado del Valencia acusando al futbolista de «falacias y mentiras infundadas» y una portada del periódico Superdeporte llamando 'Pinochius' a Vinicius.

Lo último ha sido la negativa del Valencia, que en septiembre puso en marcha el proyecto contra el racismo 'VCF World', a darle acceso al campo a la productora de Netflix que trabaja en un documental sobre el delantero. Una decisión, dicen en el club, "para proteger al club". Las cámaras de la plataforma habían entrado sin problema en otros campos de España, pero en Mestalla se tendrán que conformar con grabar los aledaños.

Hugo Duro, uno de los jugadores importantes de la plantilla valencianista, ha pedido un ambiente hostil pero "futbolístico", aunque la cercanía de la declaración ante la jueza de los tres acusados de los insultos no baja las revoluciones.

Sobre el césped, un partido clave para el Madrid en su lucha por la Liga. En Mestalla cayó la temporada pasada y en Mestalla deberá ahora ganar para mantener la distancia con el Girona y el Barça antes de la vuelta de octavos de Champions contra el Leipzig. El ruido de la previa de Mestalla no traspasa Valdebebas, acostumbrados a grandes duelos y ambientes intensos.

Detenido el hincha del Atlético que insultó a una niña de 8 años que llevaba una camiseta de Vinicius

Detenido el hincha del Atlético que insultó a una niña de 8 años que llevaba una camiseta de Vinicius

Agentes de la Brigada de Información de la Policía Nacional han detenido al hincha del Atlético de Madrid, de 20 años, que profirió insultos racistas a una menor que llevaba una camiseta del jugador del Real Madrid Vinícius Jr antes del derbi madrileño celebrado el pasado 24 de septiembre, según asegura la Jefatura Superior de Policía de Madrid en un comunicado. La Policía no puede concretar si pertenece a algún grupo ultra o si es socio del Atlético de Madrid.

El arrestado atacó a la menor, que iba en brazos de un familiar, porque llevaba una camiseta del jugador brasileño. La menor, de apenas ocho años de edad, tuvo que abandonar el lugar junto con sus familiares, debido a un fuerte ataque de ansiedad.

Para saber más

Los hechos sucedieron el pasado día 24 de septiembre en las inmediaciones del estadio Cívitas Metropolitano, durante la previa del derbi madrileño.

Un varón se acercó a una niña que llevaba una camiseta del equipo rival y comenzó a proferirle insultos racistas y amenazas de muerte.

Este individuo, incluso, llegó a golpear el brazo del familiar que la sostenía hasta en dos ocasiones. Varios aficionados locales que observaron la escena intervinieron rápidamente, impidiendo que este varón continuara con su ataque.

En la investigación llevada a cabo han resultado muy importantes unos vídeos aportados por un periodista que se encontraba en el lugar en el momento de los hechos. Tras un visionado exhaustivo de las imágenes, los investigadores consiguieron ubicar el lugar por el que este individuo accedió al estadio, logrando así su identificación.

Finalmente, este miércoles se estableció un dispositivo de localización, que culminó con la detención de este varón, como presunto responsable de un delito de odio, siendo puesto posteriormente a disposición judicial.

El Valencia niega el acceso a Mestalla a las cámaras de Netflix que trabajan en el documental de Vinicius

El Valencia niega el acceso a Mestalla a las cámaras de Netflix que trabajan en el documental de Vinicius

Actualizado Lunes, 26 febrero 2024 - 20:03

El Valencia ha rechazado la petición de acreditación para el encuentro ante el Real Madrid de una productora de Netflix que trabaja en el documental sobre Vinicius Júnior. La empresa tenía previsto grabar imágenes de las gradas de Mestalla para la pieza audiovisual, que se estrenará en la plataforma en los próximos meses.

Según ha podido confirmar este periódico, LaLiga había dado el OK a la acreditación, pero para la aceptación definitiva era necesaria la aprobación del propio Valencia, que ha negado la entrada a las cámaras de Conspiraçao Filmes, productora brasileña, al entender que iban a buscar sonidos e imágenes que podían dañar al cuadro valenciano. "Se hace para proteger al club", han deslizado a los medios.

Las cámaras de Netflix llevan acompañando a Vinicius durante toda la temporada con el objetivo de grabar un documental que muestre el impacto del futbolista en España y en el fútbol europeo, todo a raíz de la serie de insultos racistas que el delantero ha recibido en los últimos meses. En este sentido, su paso por Mestalla el curso pasado fue lo más sonado. El brasileño denunció que desde la grada algunos aficionados le habían llamado "mono" y amenazó con abandonar el campo. Más tarde fue expulsado y cuando se dirigía al vestuario, hizo el gesto de "a Segunda" a la grada, recibiendo de nuevo la ira de Mestalla.

Su vuelta a la capital del Turia, este domingo, era uno de los momentos clave del documental, ideado por la agencia Roc Nation, propiedad del rapero estadounidense Jay-Z, que trabaja desde el verano pasado en impulsar la imagen global del futbolista.