El ex jugador del FC Barcelona Gerard Piqué ha defendido ante la juez que investiga el denominado 'caso Rubiales' que las comisiones millonarias que percibe de Arabia Saudí en el marco de la Supercopa de España son completamente legales y ha negado el pago de cualquier comisión a directivos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Piqué ha recalcado en su declaración como imputado ante el Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda que siempre actuó como agente de las autoridades saudíes y en ningún caso de la RFEF y que, por lo tanto, no incurrió en ningún tipo de incompatibilidad. Asimismo, ha aseverado que en cualquier otro país del mundo se hubiera homenajeado a alguien que hubiera conseguido tanto dinero para la RFEF en lugar de abrirle un procedimiento penal. "En otro país me habrían puesto un monumento", declaró el ex defensa barcelonista.
El ex capitán azulgrana, que este jueves presentó las facturas que ha venido cobrando durante los últimos años (sólo durante las pesquisas judiciales ha percibido más de 10 millones de euros, tal y como desveló EL MUNDO), ha enfatizado que se le ha ocasionado un daño reputacional irreparable con este asunto, ha roto a llorar, y ha añadido que nadie le va a compensar por los perjuicios que le ha ocasionado el procedimiento judicial.
Han sido dos horas de declaración ante la juez Delia Rodrigo. El ex futbolista, citado a las 9.30, ha llegado apenas 15 minutos antes a la sede de los juzgados de la ciudad madrileña donde le esperaban más de medio centenar de periodistas. Ni a la entrada, ni a la salida, que se ha producido un poco antes de las 12 del mediodía, ha querido realizar comentarios.
Piqué ha decidido responder a preguntas realizadas por la juez, por el ministerio fiscal y por su defensa, pero ha rechazado contestar a cuestiones de la acusación particular. Ha sido en el punto final de su declaración, cuando el exfutbolista ha expresado el deseo de decir unas palabras, el momento en el que se ha emocionado.
El Real Madrid, campeón de Liga, de Champions, de la Supercopa de España, de la Supercopa de Europa y de la Intercontinental en 2024, ha perdido desde el mes de septiembre 1-0 contra el Lille, 0-4 ante el Barça, 1-3 frente al Milan, 2-0 contra el Liverpool, 2-1 ante el Athletic y 2-5 en el último clásico contra el Barça. Algunas han sido una leve piedra en el camino, un toque de atención, como la de Francia o la de San Mamés, pero las sonrojantes goleadas contra el Barça y la desgracia continental en Anfield y contra los italianos en el Bernabéu han levantado todas las alarmas, con sombras que se repiten en cada encuentro y que preocupan al cuerpo técnico, al vestuario y a la directiva de Chamartín.
La salida de Kroos y la llegada de Mbappé han desestabilizado a un equipo cuya mayor virtud, mencionada por Ancelotti en cada uno de sus éxitos, era el equilibrio. No lo ha hecho por los nombres, sino por los perfiles. El Madrid ha perdido cerebro y ha ganado gol cuando sin cerebro no existe gol. El mercado veraniego era exclusivamente para completar su galaxia con Mbappé y el centro del campo se entregó a Valverde, Tchouaméni y Camavinga. Los cromos eran ideales, pero el puzle de videojuego comenzó a desintegrarse.
Las lesiones de Carvajal y Militao han transformado por completo la plantilla, poniendo a Lucas Vázquez en un foco inesperado y a Tchouaméni en una posición que no domina. Al gallego se le vieron las costuras en aquella semana dramática ante Barça y Milan y el francés cuajó el domingo una de sus peores actuaciones, totalmente superado en la marca, en velocidad y en los duelos individuales.
El 4-2-4 y la parálisis
Al caer Tchouaméni a la posición de central y elegir Ancelotti a Rodrygo por delante de otro centrocampista, el Madrid se rompe, como se pudo ver ante el Barça. El equilibrio que le hizo campeón de Europa en ese 4-4-2 con Bellingham en la punta de un rombo liderado por Kroos ya no existe. Ahora es un 4-2-4 en el que pocas cosas fluyen, especialmente contra los grandes del continente.
En ataque está falto de ideas, paralizado ante equipos que, como el Barça, le dejan sin espacios. No puede dominar el juego como lo hacía con Kroos porque Camavinga y Valverde son todoterrenos imparables, no metrónomos. Y en defensa hace aguas, insistiendo Ancelotti en ese famoso bloque bajo con el que ganó dos Champions. No es otra cosa que cerrarse y buscar la velocidad al contraataque, simple y efectivo, pero imposible con el nivel actual de sus defensa, lastrada por ese Lucas-Tchouaméni del carril derecho y por la poca ayuda de Rodrygo y Vinicius a los laterales.
Y ante los problemas, la búsqueda de soluciones. El cuerpo técnico entendió después de los duelos ante Barça y Milan que Lucas no podía ser titular en partidos grandes y planeó situar ahí a Valverde. Pero perder al uruguayo en el centro del campo era demasiado riesgo. El mercado parece una opción casi obligada para cualquiera, aunque en la dirección de Chamartín se trabaja más por proyecto que por impulso. Los planes por encima de las necesidades puntuales.
Ancelotti y sus futbolistas, tras el 2-5 del domingo en Yeda.EFE
El fichaje de Alexander-Arnold va por buen camino, pero más para verano, cuando sea libre, que ahora en invierno pagando un traspaso al Liverpool. Como el curso pasado, tras las lesiones de Militao y Alaba, la urgencia deportiva no parece que vaya a cambiar el mapa de los despachos. Ni fue así antes ni parece que vaya a ser así ahora salvo que en Anfield rebajen sus pretensiones.
En el conjunto blanco señalan ese plan como la base principal de sus éxitos recientes. Si uno analiza los fichajes del Madrid en el último lustro, no hay urgencias y sí realidades. La respuesta al adiós de Benzema fue la cesión de Joselu (y adelantar a Bellingham) las llegadas hace tiempo que son 'jugadores inversión', como los llaman en Valdebebas, o gangas a coste cero. De Camavinga y Tchouaméni a Alaba o Rüdiger. El próximo sería Arnold.
Plan deportivo
Hay un plan económico y deportivo sobre la mesa que, de momento y condicionado por las lesiones, deja al vestuario con varias sombras complicadas de corregir. Se buscará un centrocampista organizador y con calidad, pero no en invierno ni con prisa, esperando un paso adelante de Valverde y Camavinga. Se buscará un central joven asumiendo la edad de Alaba o Rüdiger y los problemas físicos de Militao, pero tampoco será con urgencia. Tchouaméni y Asencio son, para el club, soluciones de emergencia y se espera a Alaba.
Se considera que hay piezas suficientes y que es deber de Ancelotti y de los futbolistas a nivel individual hacerlas funcionar. El lateral, conscientes de que Lucas está sólo y que Valverde es mediocentro, podría ser el foco de interés para un parche, pero siempre, como lo que fue Joselu, a coste mínimo.
En la última Asamblea, el Madrid anunció una cifra de negocio de 1.073 millones, 150 más que en 2023, un saldo en tesorería de 83 (40 millones menos), un presupuesto de gasto de plantilla de 482 millones (20 menos que la anterior), una subida en los ingresos de marketing de 90 millones (hasta los 426) y un presupuesto para este curso de 1.127 millones, sin contar los conciertos, pendientes de la pelea legal con los vecinos. Dijo Florentino que no hay que darle "mucha importancia al tema de los ingresos, porque el grueso viene de patrocinadores y estos son espectaculares". Hay dinero, parece, pero también un plan, un carril. Balones a Ancelotti.
Es difícil competir cada Navidad y alrededores por hacer el mayor ridículo de España. Están los adultos con jerséis de renos (yo, lo confieso), el creciente número de amigos que da la turra en las cenas con sandeces escuchadas en lo de Iker Jiménez e, incluso, el villancico anual de Leticia Sabater. Palabras mayores. Pero desde 2020, cuando decidió vender cualquier atisbo de dignidad y llevar la Supercopa a Arabia Saudí, el fútbol español no admi
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La semana de Dani Olmo acaba con un baile en el que Olmo sólo disfrutó de los últimos compases. El baile de un Barça que fue incapaz de seguir un Madrid lento y patoso, salvo por los primeros pasos del Mbappé verdadero, aunque pasos insuficientes para el ritmo coral de su rival. Ni siquiera la deseada coyuntura de adelantarse en el marcador para esperar y lanzarse a los espacios, pudo detener a un Barça que ganó a lo Barça y a lo Madrid, que fue
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El Barça de Hansi Flick tiene un aura especial cuando enfrente ve al Real Madrid. Puede tropezar en Liga o en Champions, incluso con algún estruendo, pero se convierte en una máquina letal en cada Clásico. Lo hizo en octubre en el Bernabéu con un 0-4 en la segunda mitad del duelo pero en Yeda ni siquiera tuvo que esperar. Arrancó el partido calentando a Courtois, que sacó dos manos magistrales, y se sobrepuso a la soberbia cabalgada de Mbappé para abrir el marcador en el minuto 5. Aún no habían hecho conexión los tres jugadores que electrifican a los azulgrana.
Lamine Yamal, Robert Lewandowski y el capitán Raphinha son un tridente que martiriza al Real Madrid. Los tres marcaron aquel sábado de octubre para desesperación de la parroquia de Chamartín y volvieron a hacerlo ante una grada menos apasionada que no pudo dejar de aplaudirles. En 17 minutos escoraron la final de la Supercopa, que empujó un poco más Balde antes del descanso de forma que ni la épica del Real Madrid para las remontadas parecía posible. Desde mayo de 2009 no recibían más de tres goles de los azulgrada en los primeros 45 minutos.
El tridente de ataque de Flick suma 52 goles en todas las competiciones y ocho al eterno rival en sólo dos partidos. Lamine Yamal abrió el marcador con un gol disfrazado de Leo Messi para empatar y desatacar el vendaval azulgrana. Era su segundo gol en el Clásico y el séptimo de la temporada. Mucho más habituado está Lewandowski, aunque anoche batiera a Courtois de penalti para sumar el tercero que le hace al belga este curso. Lleva 26 el polaco, que ya ha marcado en todas las competiciones.
A la fiesta se sumó Raphinha, elegido mejor jugador de la final. Para el brasileño el brazalete se ha convertido en una poción mágica que engorda sus estadísticas. Marcó el tercero cabeceando un balón cruzado de Koundé y volvió a desnudar a la defensa blanca nada más arrancar la segunda parte. 19 goles lleva en sólo media temporada, tres en los dos duelos contra el eterno rival. Los tres jugadores son veneno para el equipo de Ancelotti.
Mbappé y una expulsión
Endulzó el marcador Balde en el último minuto de los 10 que añadió Gil Manzano -muy necesitado de VAR en esta final- a la primera parte. El joven lateral se sacudió el pesar por haber salido en la foto del primer gol, quebrado por Mbappé.
Parecía que el francés iba a vivir su gran noche y olvidar aquellos ocho fueras de juego y los tres mano a mano con Iñaki Peña en el enfrentamiento de Liga. Lo logró con un gol que le convierte en anotador en todas las finales que han disputado los blancos, porque ya batió la portería del Atalanta en la Supercopa de Europa y la del Pachuca en la Intercontinental. Después llegó un pisotón de Koundé que le eclipsó y sólo apareció, de nuevo de manera decisiva, en el minuto 58 cuando se escapaba y Szczesny lo frenó en falta fuera del área. Expulsión del guardameta y gol de Rodrygo ante un frío Iñaki Peña.
Junto a él había saltado al campo Dani Olmo. Flick protegió al protagonista de la polémica en el arranque del año futbolístico y, cuando lo puso a jugar, ya nadie se acordó. Sólo él mandó un mensaje: el gesto del reloj, parado para él durante algunos días, y un beso al escudo demostrando que siempre estuvo dispuesto a esperar.
Este título, y de la manera que lo consiguió el conjunto azulgrana, es un espaldarazo para enchufarse de nuevo a la pelea por la Liga. "Es un plus de confianza. Estoy muy orgullo de lo que ha hecho el equipo porque hace tiempo nos costaba superar cuando nos hacían un gol. Incluso después de la expulsión dijimos que nos iba a tocar sufrir pese a la ventaja y lo hemos sabido hacer", aseguraba Koundé al final del encuentro, justo después de recibir un premio a la mejor asistencia de la final por su balón largo que Raphinha convirtió en el tercer gol.
Tenían muy claro los azulgranas cómo hacer daño a su rival: "Hemos aplicado el plan de partido, que era presionar porque si al Real Madrid le dejas espacios, se te complica. Luego hemos mantenido la calma y tenido paciencia para ganar el título, que siempre es especial y más en un Clásico".
Tan especial fue el partido que no recogieron el trofeo ni Raphinha, tras unas psicodélicas gafas de sol, ni Ronald Araújo. Fue Ter Stegen, lesionado, quien saltó al césped para recoge la medalla de manos del presidente de la RFEF, Rafael Louzán, y alzar el trofeo, que esperan que no sea el último de la temporada. Por si acaso, Joan Laporta no perdió la ocasión de festejar en el césped, Supercopa en mano, como si fuera un futbolista más.
El Barça se subió a su propia alfombra mágica y pasó por encima de un Madrid desastroso, sin ideas ni ritmo para contrarrestar el gran partido azulgrana. El desierto fue culé tras un primer tiempo exultante, con cuatro goles, y un tramo final en el que, con un futbolista más, los blancos, hundidos moralmente tras el descanso, fueron incapaces de acercarse en el marcador. La manita se suma al doloroso 0-4 de octubre y deja dos noches para el olvido madridista, con Ancelotti señalado y Flick vencedor. [Narración y estadísticas (2-5)]
La noticia estadística en la previa de la final de Yeda era que Ancelotti no había ganado el mismo título dos años seguidos en sus más de tres décadas como entrenador. Levantada la Supercopa de España en 2024, el técnico italiano mantuvo su racha y vio cómo el Barcelona le pasó por encima en el torneo saudí de 2025.
En la previa, Flick admitía que el 0-4 del Bernabéu era «el equipo que querían ser». Atrevido, físico y vertical. Parecía imposible repetir una actuación como la de Chamartín, pero sucedió en 45 minutos colosales. Los dos entrenadores repitieron las alineaciones de la semifinal. Dos plantillas estelares, con dos ataques superlativos y dos defensas que han sufrido durante algunos momentos de la temporada. «Los clásicos están siendo partidos locos. La clave estará en la defensa», avisaba Ancelotti en las horas previas. Y ahí estuvo.
superados y sin ayuda
Mbappé adelantó al Madrid en su primer disparo a puerta, apenas en el minuto 4, al aprovechar un contraataque después de un córner del Barça. El equipo azulgrana falló en la transición defensiva y permitió espacios a Vinicius y Mbappé, y el francés, con una bicicleta sobre Balde, terminó anotando cruzado ante Szczesny. La alegría inicial del Madrid fue un oasis en el desierto de Arabia Saudí. Una ilusión que duró 15 minutos, los que tardó el Barça en reaccionar y subirse a su propia alfombra mágica camino de la Supercopa.
El conjunto azulgrana, que había obligado a Courtois durante los primeros minutos, se asentó bien sobre el césped saudí. Ocupó espacios, se movió con y sin balón, creó superioridades en las zonas más débiles del Madrid (Lucas y Tchouaméni) y aprovechó el escaso trabajo defensivo de los blancos, con Valverde y Camavinga totalmente superados y sin ayuda.
En el 21, Lamine se plantó en el área en apenas tres toques. Una jugada que se repitió durante todo el partido. Koundé encontró a Lewandowski detrás de los mediocentros y el español buscó el espacio a la espalda de los centrales para que el polaco le encontrara. Simple y efectivo, Yamal amagó y batió con calma a Courtois.
La acción de Szczesny ante Mbappé que le valió la roja.AP
La lesión muscular de Iñigo provocó la entrada de Araujo, un extra para la defensa ante Vinicius y Mbappé. El Madrid no encontró fútbol, desaparecidas sus estrellas, Valverde y Camavinga no tuvieron ideas, a Bellingham lo opacaron Casadó y Gavi y el Barça, con más ritmo, voló en Yeda.
El 1-2, clave
Los de Ancelotti aguantaron la marcha culé durante 15 minutos, hasta que Camavinga cometió penalti sobreGavi en el 35 con un planchazo a la altura del muslo. Lewandowski batió a Courtois desde los once metros y el tanto hundió al Madrid, en caída libre hasta el descanso.
Raphinha, aprovechando de nuevo los errores posicionales de Lucas y Tchouaméni, marcó el tercero en el 39. Vio un hueco por delante del gallego y por detrás del francés y remató de cabeza un envío de Koundé. El Madrid estaba noqueado.
La solución de los blancos ante sus problemas fue el balón largo. Éxito en otras ocasiones y absolutamente ineficaz contra los de Flick, regalando una y otra vez las posesiones. En el tiempo añadido, Balde anotó el cuarto en una contra tras un calamitoso córner madridista. Rodrygo entregó mal atrás y el lateral arrancó hasta el área para definir ante Courtois.
Vinicius, cabizbajo durante la final en Yeda.AFP
El descanso parecía reiniciar ideas, pero fue un espejismo. Rodrygo mandó al palo una volea que podía meter otra vez al Madrid en el partido tras una buena jugada de Vinicius y a la contra, Raphinha encontró oro a la espalda de Tchouaméni, recortó al francés y batió a Courtois. Cinco goles en 50 minutos para destrozar las sensaciones del Madrid y elevar de nuevo al Barça, empujado en otoño con el 0-4 y exaltado en Arabia Saudí tras la manita.
La roja a Szczesny por una falta sobre Mbappé cuando ya le había regateado y el golazo de Rodrygo en la falta posterior pusieron el partido cuesta abajo hacia la portería de Iñaki Peña. Era el minuto 59 y el Madrid, experto en gestas, compraba billetes para una muy complicada, pero ni su cabeza ni su fútbol respondieron. No creó ocasiones y vio cómo el Barça, superior y contundente, levantó su 15ª Supercopa de España.
En la sala principal del Marriot Hotel de Yeda todo eran dudas. Ni los directivos de la Federación Española de Fútbol ni los medios de comunicación tenían la respuesta a la pregunta que llevaba reenviándose durante todo el día entre los móviles de los responsables: «¿Llegará Florentino Pérez? ¿Si no viene, asistirá Laporta?». La respuesta llegó a las 19:45 de la tarde saudí y fue el inicio, dicen sus protagonistas, de una pequeña tregua institucional. Veremos durante cuánto tiempo.
El jardín del Marriot, situado a escasos 20 minutos del aeropuerto de Yeda, fue el escenario de la recepción oficial ofrecida por Rafael Louzán, presidente de la RFEF, antes de la final de la Supercopa de España. Un acto que gracias al buen hacer de Madrid y Barça en el torneo se lleva repitiendo durante varios años en Arabia Saudí y provoca momentos de máxima morbo para la actualidad futbolística española.
El año pasado, la Embajada de España en Riad se convirtió en el escenario de la paz entre Florentino y Laporta después de 10 meses de críticas y plantones a raíz del Caso Negreira. Y ayer, doce meses después, el Marriot de Yeda, con la presencia del cónsul honorario de España en la embajada en Riad, Sheikh Abdulaziz Kaki como mediador, acogió el reencuentro entre Laporta y Louzán después de los insultos del azulgrana en el palco de la semifinal contra el Athletic, justo después de saber que el CSD le había dado la cautelar en el Caso Olmo y le permitía inscribir al futbolista, al contrario de lo decidido por LaLiga y la RFEF.
Un 'perdón' al estilo Laporta
Laporta no había tenido ningún acto público ni se había dejado ver desde la semifinal, e incluso se había deslizado que si no acudía Florentino, él tampoco lo haría. Hasta en eso parecían ir de la mano. Pero a las 19:45 apareció en la recepción. Se saludó de manera cordial con Louzán, le enseñó el himno del Barça al hijo del cónsul, bromeó con Villar, elogió el 'Beach Club' en el que había comido, saludó a Medina Cantalejo (jefe de los árbitros) y en su discurso, totalmente improvisado, dejó un recado a la Federación y se justificó, a su manera, por los insultos del palco.
El presidente dijo ante los representantes saudíes y los directivos de la Federación que se podía haber evitado la polémica «que ha envuelto esta Supercopa» si «se hubiera aplicado la normativa correctamente, según nuestra opinión». Eso sí, se mostró «satisfecho» porque todo ha terminado saliendo «bien».
Además, reflexionó, sin mencionarlos, sobre sus gestos e insultos en la semifinal asegurando que «el fútbol es pasión, te lleva hasta el límite...». Un 'perdón' al estilo Laporta después de los cortes de manga y los «hijos de puta» en el palco.
En la Federación esperaban una disculpa más contundente, pero el discurso y su presencia han levantado la bandera blanca. La próxima batalla del Barça será cuando se termine la cautelar, y si entre medias puede evitar tener a la Federación en contra, mejor para ellos.
Mientras se firma la tregua entre el Barça y la RFEF, el Madrid se mantiene al margen. El silencio del conjunto blanco después de la concesión de la cautelar al Barça por parte del CSD, también en las ruedas de prensa de Ancelotti y jugadores esta semana, ha sido muy comentado por los clubes de LaLiga y criticado por el presidente de la competición, Javier Tebas. «¿Dónde está Real Madrid TV?», escribió en sus redes sociales.
El Madrid, al margen
Florentino no acudió al Marriot, asegurando el club que todavía no había aterrizado en la ciudad, y en su lugar la directiva del Madrid mostró cordialidad con Laporta y Louzán. José Ángel Sánchez, director general del club, charló durante un minuto con el directivo azulgrana en muy buena sintonía y Butragueño sustituyó a Pérez en el escenario de forma amistosa. Reinó la calma y la comitiva madridista abandonó el lugar a la media hora. Tan amable como rápida.
De Negreira a la Superliga
La relación entre Madrid y Barcelona no deja de sorprender. Amigos en tantas cosas, enemigos en tantas otras. Los blancos se personaron en el juicio del Caso Negreira al sentirse perjudicados, pero están unidos a su rival en el proyecto de la Superliga, en la trinchera contra Tebas y la UEFA y en sus quejas, entre otras, por el acuerdo con el Fondo CVC. «El Barça y el Madrid se tienen que ayudar, lo digo con sinceridad. Es un club que está entre los más grandes del mundo. ¿Por qué nos íbamos a enfadar?», dijo el propio Florentino en la última Asamblea madridista.
Tebas es ahora vicepresidente de la RFEF, una decisión que no ha gustado a Florentino y a Laporta a pesar de que Louzán ha mostrado su «total disponibilidad» para tener, y así lo volvió a recalcar ayer, «una paz duradera».
En algún punto de la fina línea que separa el amor y el odio entre ambos clubes está el momento actual de su relación, con el Madrid manteniendo la calma aunque parte de su afición le exija criticar a su gran rival. Un 'Juego de Tronos' en el que esta noche volverán a ser enemigos en el campo, pero en el palco Laporta y Florentino se reencontrarán para medir las sensaciones de su relación.
El presidente del Barcelona, Joan Laporta, rompió este sábado su silencio después de la cautelar concedida al conjunto catalán en el caso Dani Olmo y tras sus gestos e insultos en la palco del Estadio King Abdullah de Yeda antes de la semifinal de la Supercopa de España ante el Athletic Club. En la recepción oficial con motivo de la final ante el Madrid, ofrecida por el presidente de la Federación Rafael Louzán, a la que no asistió Florentino Pérez y en la que estuvo EL MUNDO, el directivo azulgrana ha justificado sus acciones y ha reflexionado sobre toda la polémica de la cautelar.
"Esta Supercopa ha estado envuelta por la inscripción de dos jugadores. Pienso que podíamos haber evitado esta situación si se hubiera aplicado la normativa correctamente, desde nuestra opinión. Por suerte, se ha solucionado y podrán jugar. Estamos satisfechos", aseguró Laporta en su discurso.
El presidente culé había convocado una rueda de prensa el próximo martes en Barcelona para hablar del caso Olmo, pero al final optó por emitir una primera reacción en el acto organizado por la RFEF a la medida cautelar dictada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) para que el extremo internacional y Víctor pudieran ser inscritos.
No habrá expediente disciplinario
En sus palabras, Laporta también se refirió, sin nombrarlos, a sus actos antes de la semifinal, motivo que obligó a Louzán a "estudiar" una posible sanción. "El fútbol es pasión. Se puede reír, llorar, puedes estar en una situación límite... Lo importante son las emociones y la vida. El fútbol siempre gana porque son emociones", reflexionó. A unos metros estaba Louzán, que finalmente no le abrirá un expediente disciplinario.
Su discurso, en el que no hubo una disculpa esperada por la Federación, insistió en la importancia del Clásico, el partido más importante del mundo. "Son finales apasionantes y es un orgullo enfrentarnos al Madrid. Somos los dos clubes con más aficionados, casi a la par, en el Madrid diréis que tenéis más y nosotros diremos que somos nosotros los que tenemos más", bromeó.
LaLiga ha anunciado que va a recurrir ante la justicia ordinaria el fallo del CSD de conceder al Barcelona la medida cautelar, mientras que el ente federativo no se ha pronunciado tras la resolución.
Para Laporta, las finales entre estos dos equipos "engrandecen y dan un nivel al fútbol". "Es un partido que se disputa en todo el mundo con independencia de la competición en la que se celebre. Es un partido de nivel mundial", ensalzó.
El gran ausente de la recepción fue Florentino Pérez, cuyo avión no aterrizó a tiempo para asistir al evento. En su lugar, José Martínez 'Pirri', presidente de honor, Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales, y José Ángel Sánchez, director general, representaron al Madrid.
Se espera que el máximo mandatario blanco asista a la final de este domingo y siga el partido en el palco junto a su homólogo del Barça y Louzán. En el tradicional intercambio de obsequios, Laporta y Butragueño se intercambiaron las camisetas de sus respectivos equipos.
Carlo Ancelotti dio el pistoletazo de salida a las cuatro ruedas de prensa que se vivirán en la previa de la final de la Supercopa de España, que este domingo disputan el Real Madrid y el Barcelona (20:00 horas). Después del italiano llegarán Hansi Flick, Fede Valverde y Pedri. "Si perdemos, la temporada sigue. El equipo ha mejorado, nadie lo puede dudar, y no retrocederá si hay una derrota", analizó el técnico transalpino.
El recuerdo del 0-4 liguero del Camp Nou estuvo sobre el ambiente de la sala de prensa del King Abdullah de Yeda, donde Ancelotti aseguró que "hemos hecho una evaluación bastante clara de lo que hicimos en el último clásico". "Tenemos que intentar repetir lo bueno y no repetir lo malo. Es una final y hay más presión", insistió.
Los últimos clásicos han tenido muchos goles, algo que para Ancelotti lo provoca la calidad de los futbolistas. "Prevalece la calidad individual más que el equilibrio y el juego del equipo. Creo que si defiendes bien, tienes más probabilidades de ganar", dijo.
El italiano volvió a defender los vídeos de Real Madrid Televisión, de la que reconoció que "tiene el mismo derecho que vosotros a dar su opinión", y se refirió a la presencia de Dani Olmo en el encuentro del domingo. "Si marca, pasaría que no hemos sido capaces de frenar a un jugador que es muy bueno. Si juega, pensaremos cómo defenderle".
Preguntado sobre los días en Yeda, compartiendo hotel durante cinco noches con sus futbolistas, algo inusual en la temporada, Ancelotti reconoció que "prefiero darles libertad". "No les empujo mucho con los vídeos, que es lo que más hacemos ahora y no duran mucho más que 15 minutos. Se lo pasan bien juntos, hay un buen ambiente... No sé qué hacen en la habitación, ni lo quiero saber", bromeó.
Flick: "Tenemos mucho ruido alrededor"
Hansi Flick, entrendor del Barcelona, admitió que tienen "mucho ruido alrededor" del equipo, en un momento en el que el Caso Olmo protagoniza la mayoría de las portadas. "Aún así el equipo ha estado unido, ha sido fuerte... Contra el Athletic hicimos un gran partido, jugamos por Dani y por Pau. Los jugadores están muy unidos", explicó.
El técnico alemán también se refirió a la polémica alrededor de Iñaki Peña, suplente en la semifinal contra el Athletic por haber llegado tarde a la sesión previa. "Aquí en España tenéis una mentalidad diferente, pero para mí es básico. Es la tercera vez que alguien llega tarde", explicó, en referencia a las dos veces que Koundé también llegó más tarde.
Con respecto al partido, Flick admitió que "como jugamos en el Bernabéu es como queremos jugar", y que ganar la final sería "conseguir motivación" para el resto de la temporada.
Algunos familiares y aficionados del RCD Mallorca vivieron en el Estadio King Abdullah de Yeda una noche "de pesadilla", como relatan en diferentes testimonios a este periódico. El conjunto balear cayó derrotado ante el Real Madrid en las semifinales de la Supercopa de España, pero eso, según ellos, "fue un alivio", porque denuncian que al salir del campo sufrieron "acoso" por parte de los aficionados saudíes.
"Ya dentro del campo fue muy desagradable, porque los saudíes no pararon de increparnos, incluso a gente mayor y a niños, nos tocaban todo el rato", explica Pere, aficionado mallorquín, a EL MUNDO.
La situación se volvió más comprometida cuando abandonaron el estadio para coger el autobús que les llevara al hotel donde se alojaban en la ciudad. "Hicieron un pasillo y nos zarandearon, nos pegaron collejas, nos intentaron robar bufandas y banderas, tocaban a las mujeres, intentaban abrazarlas... Hubo momentos de mucha tensión", relata Pere. "Lo que tendría que haber sido un viaje de ensueño se convirtió en pesadilla, la derrota fue un alivio", admite.
Juanmi Sánchez, periodista de 'Marca' que sigue la actualidad del Mallorca, estaba al lado de los familiares: "Se burlaron de ellos y tocaron el culo a dos parejas de los jugadores, a la de Greif y Dani Rodríguez", explica.
"Los chicos de este país se han puesto a hacernos fotos de cerca y nos han estado acosando", aseguró Cristina Palavra, mujer de Rodríguez, en la televisión autonómica IB3. Natalia Kaluzova, pareja del portero, dijo que "un grupo vino hacia nosotros, nos empujaron, nos insultaron, nos grabaron y hubo agresiones". El padre de Sergi Darder, Kike, también denuncia en 'Marca' "manoseos" a las mujeres.
"Una situación bastante delicada que no puede ocurrir en un estadio, sea donde sea. La afición tiene que estar protegida. Tiene que haber un control para que no ocurra nada. Alguna mujer de algún jugador fue acosada y no se puede producir", explicó Alfonso Díaz, CEO del conjunto balear. "De madrugada estuve hablando con la Federación sobre esto, con el presidente, y nos han dicho que tomarán las medidas oportunas", continuó.
Respecto a estos hechos, fuentes del club balear informan de que todos los vídeos e imágenes de lo sucedido publicados por los medios y los aficionados en redes sociales en la salida por la puerta 1 serán de utilidad para la seguridad del estadio y la Real Federación Española de Fútbol en la identificación de los agresores.