Raphinha emerge en la locura de Lisboa para cerrar la remontada del Barça y colocarlo en octavos

Raphinha emerge en la locura de Lisboa para cerrar la remontada del Barça y colocarlo en octavos

Recomponerse en medio de la locura fue lo que hizo el Barça ante el Benfica para entrar en los octavos de final de la Champions. Lo cerró Raphinha en el tiempo añadido después de picar piedra contra el rival y la desgracia. De una sacudida en 30 minutos y un sinfín de disparates que parecieron dejarlo aturdido a una remonta para la historia. [Narración y estadísticas (4-5)]

El Benfica golpeó tres veces con rapidez, la primera sin que los azulgrana rompieran a sudar. El gallego Álvaro Carreras se convirtió en un martirio con sus escapadas por la orilla izquierda y en la primera se plantó en el lateral del área para poner un centro al punto de penalti que Pavlidis le ganó a Pau Cubarsí. Primera mueca de Hansi Flick en el banquillo porque intuyó que el joven lateral iba a ser un quebradero de cabeza. En tres minutos ya tuvo certeza cuando, de nuevo, calcó la jugada sin que esta vez cazara la bola el noruego Aursnes.

Antes de recibir más latigazos, el Barça se estiró buscando la igualada. Pedri filtró un pase a Lewandowski para que entrara en juego, pero fue un pisotón de Tomas Araujo a Balde lo que provocó que, de penalti, el polaco lograra el empate con un lanzamiento impecable. Era el minuto 11 y el partido parecía que iba a asentarse después de un arranque frenético. El equipo culé quiso manejar y el guardameta Trubin tuvo que sacar una mano para evitar que Gavi enviara al fondo de su portería el rebote que, por instensidad, se llevó ante Antonio Silva. El crecimiento del Barça lo frenó en seco uno de sus propios jugadores.

Los errores de Szczesny

Había apostado Flick por darle la titularidad a Szczesny en la portería y, desde el minuto 22, debió de arrepentirse. Primero porque abandonó el área para cazar un pelotazo larguísimo a la espalda de la defensa y que también perseguía Balde y acabó arrollando a su lateral y dejando el balón franco para que Pavlidis marcara su segundo gol de la noche. Sin tiempo para asimilar el mazazo de tener que nadar contra corriente, de nuevo se lanzó a los pies de Aktürkoglu. Tocara balón o no, el colegiado neerlandés no lo dudó y el VAR tampoco: penalti que lanzó el héroe griego de la noche. Pavlidis, que sólo había marcado un gol con el Benfica esta campaña, se convirtió en el primer jugador que le hace un hat trick al Barça en Europa en apenas medida hora.

La remontada se antojaba complicada para un equipo al que le costaba jugar y no dejaba de acumular desgraciados errores. Pero aún había tiempo. Mucho tiempo. El Benfica iba a fiar el resto del partido a armar contras, a correr por los costados para sorprender una vez más. Ante eso, el Barça intentó llegar al descanso con presión alta y robos en la salida de pelota, y tuvo sus ocasiones. Primero Lamine Yamal, que no enganchó al segundo palo un centro de Raphinha desde el costado izquierdo. Después fue el propio capitán quien armó a bote pronto un disparo tras una recuperación de Lewandowski de los pies de un central. No parecía infalible el Benfica, pero tantas fueron las facilidades que, en muchos momentos, lo pareció.

No tuvo más remedio el Barça que intentar recomponerse, a pesar de que los lisboetas volvieron a inquietar, como en la carrera que Cubarsí le ganó a Aursnes. Buscó Flick a De Jong para darle el mando y liberar a Pedri y el colmillo de Fermín. Antes probó Lamine desde la frontal a la grada y Pedri hizo pasearse una pelota por el área pequeña que no acertó a empujar Lewandowski. Hasta se animó el canario al disparo viendo que no había manera de acortar distancias.

El malentendido entre Szczesny y Balde que dejó en bandeja el 2-1.

El malentendido entre Szczesny y Balde que dejó en bandeja el 2-1.AP

Entonces Trubin devolvió parte de los regalos de su compañero en la portería contraria. Un saque de puerta cómodo se le quedó bajo y acabó en la cabeza de Raphinha para espolear al Barça... unos segundos. Porque un centro lateral de Schjelderup lo empujó Araújo antes de que llegara a atraparlo Szczesny.

Todo en este partido era sobreponerse a la desgracia. Y el Barça lo hizo. Encontró otro penalti, esta vez de Carreras a Lamine, que marcó Lewandowski para estrechar el marcador y un testarazo inapelable del recién incorporado Eric García al perfecto centro de Pedri que pareció salvar un punto. Entonces emergió Raphinha para, en una contra, obrar la proeza y colocar al Barça entre los ocho que avanzan directamente a octavos.

Trifulca en el túnel

La efervescencia del partido no acabó con el pitido final. Antes vio una tarjeta roja Cabral en el banquillo del Benfica y, ya en el túnel, Raphinha fue protagonista de un enfrenamiento con jugadores locales en el que tuvo que intervenir la policía.

"Al salir del campo me han insultado y yo devolví los insultos, aunque sé que no se debe hacer. Soy una persona que no se lleva nada para casa y si me dicen, también va a escuchar. Al final nos calentamos todos", explicó el capitán, en declaraciones a Movistar Plus, antes de reconocer que esta temporada está siendo la mejor de su carrera.

El Barça se atraganta con un Getafe que sostuvo su muralla

El Barça se atraganta con un Getafe que sostuvo su muralla

El Barça que avasallaba en Liga fue un espejismo. No aparece y el campeonato se le atraganta ahora que sus rivales se aceleran. Hace tiempo que perdió su ventaja y la alegría que muestra en las copas y en Europa se esfuma y flaquea cuando debe engancharse a la pelea doméstica. Se enredó en el Coliseum y mira de lejos el liderato que un día atesoró. [Narración y estadísticas (1-1)]

El Getafe es experto en preparar encerronas. Desde 2019 había conseguido que el Barça cayera en la trampa una y otra vez. No sólo no ganaban los culés, sino que en las últimas cuatro temporadas no habían ni siquiera conseguido marcar. La dificultad parecía que iba a durar nueve minutos. Quiso Bordalás ahogarles en la zona de creación, evitando que el balón fluyera a los costados para Lamine Yamal y Raphinha. Pero la efervescencia de su plan la desbravó Pedri encontrando un pasillo imaginario al corazón del área donde apareció Koundé con un desmarque en diagonal. Se lanzó Soria a los pies del francés sin quedarse un balón y, a trompicones, lo mandó el lateral al fondo de la red.

Con la ventaja pareció que el Barça podía desmadejar a un equipo en el que sólo Coba por la orilla izquierda mostraba ímpetu en ataque. Volcados en la contraria estaban los azulgrana, encontrando flancos por donde perforar el muro. Lo pudo hacer Raphinha cabeceando un centro de Koundé, otra vez en el área. Flick se llevaba las manos a la cabeza porque Lamine había retado a Rico para encontrar a Gavi, que vio aparecer al lateral francés y dejó que pusiera la asistencia. Se habían colado por las grietas del Getafe sin aprovecharlo para engordar el marcador. Y eso, en el Coliseum, se paga.

protocolo antirracismo

En una contra, fueron los hombres de Bordalás los que se sacudieron el primer golpe. Una jugada iniciada por Aleñá, que se apoyó en Milla, facilitó el remate de Coba en el segundo palo. El rechace de Iñaki Peña acabó en los pies de Arambarri, quien sólo tuvo que empujar el balón a la red. Koundé rompió el fuera de juego. El equipo menos goleador había descosido al Barça, que tenía que empezar a roer de nuevo el hueso para no ver como espectador la pelea por el título.

Nunca es el Getafe un rival cómodo en su fortín, pero al Barça ya no le quedan vidas. La exhibición en el Clásico de la Supercopa o ante el Betis no suman puntos, ni siquiera parecen haber dado el impulso suficiente. Lo sabe el técnico alemán, que volvió a llevarse las manos a las cabeza cuando, al filo del descanso, Lewandowski tampoco acertó a cabecear entre los tres palos un centro telegrafiado de Balde. La necesidad empujaba a los dos equipos a desatarse en la segunda parte, que arrancó con González Fuertes activando el protocolo antirracismo por la denuncia de gritos desde la grada.

Flick buscó hacer correr más la pelota poniendo a De Jong al mando. Casi lo nubla Arambarri después de que Uche corriera a la espalda de Cubarsí y encontraran con un taconazo a Djené para que se la dejara del cara a uruguayo, que tuvo doble castigo: su remate acabó en las manos de Iñaki Peña y se lesionó.

Los futbolistas del Barça, tras el 1-1 de Arambarri.

Los futbolistas del Barça, tras el 1-1 de Arambarri.AP

No tardó en responder el Barça con una escapada de Raphinha que buscó a Lewandowski y el polaco a Lamine, que apareció para pegarle mordida. Ante la necesidad, la estrella comenzó a soltar chispazos que electrizaron a los culés. No fue suficiente para tumbar a un equipo acostumbrado a mascar hormigón y esperar el error del rival. Lo pudo provocar Uche en un contragolpe y Flick respondió mandando al campo a Dani Olmo. La aceleración tenía que ser máxima sin caer en la precipitación.

Nada le salía porque enfrente tenía a un rival curtido en estas batallas, capaz de compactarse y volverse pétreo al tiempo que explota su capacidad de sorpresa, como hizo Djené rematado a las nubes un centro de Uche o Diego Rico cazando una carambola tras un córner que estrelló en el pecho de Iñaki Peña. El Getafe no dejó de buscar su oportunidad sin olvidarse de los deberes encomendados por Bordalás. Y si fallaban, estaba David Soria, que salvó con la manopla un disparo lejano de De Jong.

Reclamó el Barça penalti por un abrazo de Uche a Koundé y Lamine siguió insistiendo en buscar centros a Raphinha, que remató a bote pronto al lateral de la red. No había manera de encontrar la vía de tumbar al Getafe y la losa de haber sumado seis puntos de los últimos 24 es ya demasiado pesada.

Barça y Getafe, la cara y la cruz de la Liga: el más goleador contra el que menos marca y más faltas comete

Barça y Getafe, la cara y la cruz de la Liga: el más goleador contra el que menos marca y más faltas comete

El escudo de los números no tranquiliza a Hansi Flick. El germano no se fía de las antagónicas estadísticas que describen las trayectorias del Barcelona y del Getafe en esta Liga que ahora inicia la segunda vuelta. El técnico avisa de que su equipo, impulsado por un viento favorable en el comienzo de año, afronta este sábado una visita incómoda al Coliseum. «Lo importante es centrarnos en jugar como queremos. Cuando controlamos el partido y tenemos la pelota, no sufrimos. El Getafe es un equipo muy peligroso al contragolpe que sabe defender y juega bien a la espalda de la defensa», recalca.

El alemán prefiere ser prudente ante un adversario que persigue la rentabilidad sin florituras. El Barcelona -invicto en 2025 y que ha anotado 10 tantos en los últimos dos encuentros- es el equipo más goleador de Primera División, con 51. La escuadra de José Bordalás es, junto al Valladolid, la que menos ha marcado, con 13. Los datos también contrastan con la eficacia de los resultados. El Barcelona consigue dos tantos cada 10 lanzamientos (el mejor porcentaje de todos) y el Getafe ni siquiera logra uno (el peor).

Los principales argumentos del grupo madrileño (15º clasificado) radican en su fortaleza defensiva, es el segundo que menos tantos recibe, 16, sólo superado en este concepto por el Atlético de Madrid, el líder, con 12. «Los equipos se construyen desde la base», insiste Bordalás, que muestra el contragolpe como recurso predilecto y que ahora atraviesa por el momento más productivo del curso, con tres victorias consecutivas en partidos oficiales.

16% de posesión ante el Pontevedra

Para el técnico alicantino, el dominio queda en un segundo plano. Mientras que el Barça encabeza el ránking de posesión, con un 67%, el Getafe es el quinto por la cola, con un 43%, sólo un punto por encima de Alavés y de Leganés y dos superior al Valladolid y al Español. En el último partido de la Copa del Rey, jugado en el feudo del Pontevedra (0-1), sólo sumó un 16% de posesión y efectuó un lanzamiento a portería. Eso sí, la segunda parte la disputó con un jugador menos y los cinco últimos minutos, con nueve.

El Barcelona disfruta con el balón y el ataque posicional; el Getafe prefiere las transiciones rápidas. Los culés son líderes en pases realizados (11.408) y los azulones, últimos (5.670). «Sufrimos cuando cometemos muchos errores. Queremos tener la pelota para generar tantas ocasiones como sea posible», afirma Flick. Las diferencias entre ambos también se reflejan en la conquista de puntos: 38 frente a 19, el doble.

En las últimas campañas, Bordalás es acusado de que sus equipos retienen excesivamente el juego y que generan muchas confrontaciones directas. Él rechaza esa acusación, pero lo cierto es que el Getafe, según las estadísticas recogidas por LaLiga, es el que más faltas comete, 325. Por el contrario, el Barcelona es el que menos, con 173. Sombras y luces en el Coliseum.

Lamine Yamal y Leo Messi

Estilos contrapuestos en un duelo en el que este sábado el Barça pretende frenar su particular racha negativa en Getafe. En sus últimas cuatro visitas al recinto getafense no ha marcado, con una derrota (1-0) y tres empates (0-0). Pero eso era antes de la llegada de Hansi Flick y de las exhibiciones de un su tridente ofensivo: Lamine Yamal, Robert Lewandowski y Raphinha.

Ayer, Bordalás elogió la labor que está realizando Flick en su primera temporada en la Liga: «Está dotando al equipo de una personalidad, de un sello, de un estilo y de una competitividad muy grande». También alabó las condiciones del nuevo fenómeno del fútbol español: «Lamine Yamal es un jugador que nos hace disfrutar a todos y el hecho de que ya le comparen con Leo Messi dice mucho del potencial que atesora. Es muy joven y todavía tiene que pasar mucho tiempo para llegar a ser Messi. Ojalá siga haciéndonos disfrutar y su crecimiento sea el correcto».

El salto exponencial de Raphinha: ninguneado por Xavi y hombre de confianza de Flick

El salto exponencial de Raphinha: ninguneado por Xavi y hombre de confianza de Flick

Actualizado Lunes, 13 enero 2025 - 18:29

Hasta qué punto puede ser clave un entrenador para cambiar la dinámica de un equipo o, incluso, de un futbolista tiene como claro ejemplo la metamorfosis que ha experimentado Raphinha en el Barcelona. A cuatro meses para acabar la temporada, el brasileño ya ha pulverizado todos sus récords goleadores. Ahora mismo, suma 19 tantos en todas las competiciones. Y, lo que es más importante, se ha convertido en una pieza clave en los esquemas de Hansi Flick gracias a su actitud incansable sobre el terreno de juego.

Una forma de entender el fútbol que hizo que este verano sus compañeros lo nombraran como uno de los capitanes y que el propio Flick, cuando Ter Stegen, el primer capitán, aún no se había lesionado, le designara como responsable de hablar con el árbitro, tal y como ocurre cuando quien lleva el brazalete es un portero. Ese empujón de confianza que le han dado tanto el técnico como sus compañeros de vestuario ha acabado por provocar que Raphinha haya explotado como jugador.

Tras una primera temporada en la que jugó 50 partidos como azulgrana, en los que anotó 10 goles y repartió 12 asistencias, Xavi pareció perder un poco la confianza en sus posibilidades. El curso pasado disputó de un total de 37 encuentros, en los que logró marcar también un total de 10 tantos y dio 13 asistencias. Unos números que llevaron a muchos a estar más que dispuestos a abrirle la puerta de salida de un club que le pagó 58 millones fijos al Leeds, a los que se sumarán hasta nueve más si se cumplen una serie de variables, para hacerse con sus servicios en verano de 2022.

Flirteos con Arabia Saudí

El ahora director deportivo, Deco, era en aquel entonces su agente. El ex centrocampista, no obstante, dejó de serlo a finales de junio de 2023, antes de asumir su actual puesto, y, ahora mismo, no está claro quién dirige sus destinos, si bien Jorge Mendes, aparentemente, movió su nombre entre algunos clubes de Arabia Saudí cuando las cosas no parecían pintar tan bien.

La llegada de Flick fue todo un bálsamo. Y Raphinha, muy apreciado por sus compañeros, ha sabido aprovecharla. «Mi cambio se debe un poco a lo mental y un poco a lo táctico, y también a la confianza que me ha dado el míster y que me dan mis compañeros. Siempre estoy dispuesto a aprender, pese a llevar tres años ya en el club, y la mentalidad con la que empecé esta temporada fue algo diferente a las anteriores», confesaba el brasileño.

Ejerciendo como capitán

El hecho de ver en las redes sociales una camiseta azulgrana con su dorsal y el nombre de Nico Williams, algo que calificó como «una broma de mal gusto», tal vez, le picó en su orgullo y le espoleó a vaciarse aún más en el campo.

Aún sin el brazalete, como ocurrió este domingo cuando Ronald Araujo reemplazó a Íñigo Martínez, ejerce como capitán. Así lo demuestran el gesto de llevarse el botiquín del Real Madrid a la banda para que Mbappé fuera atendido fuera del terreno de juego, como exige el reglamento, o las protestas por una fuerte entrada sobre uno de sus compañeros que le costaron la amarilla estando ya en el banquillo. Nadie, ahora mismo, está dispuesto a dejarlo marchar. La salida del uruguayo también ahora parece más difícil después de la lesión de Iñigo Martínez, baja durante al menos las cuatro próximas semanas.

El Barça saltó el Muro Amarillo

El Barça saltó el Muro Amarillo

Actualizado Miércoles, 11 diciembre 2024 - 23:37

En un partido eléctrico, el Barça logró un triunfo muy peculiar, que le va a llevar al podio de los octavos. El Borussia fue un incómodo enemigo, aunque nunca aprovechó sus ocasiones y se sostuvo por dos goles en fallos del rival.

Partido tan frenético nos proporcionó la inquietante duda del resultado, mientras se vivía una pasión incontrolable entre un Dortmund que era como un avispa a punto de picarte y un Barcelona que se ha convertido en un ma

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Ferran Torres resuelve una noche trepidante en Dortmund

Actualizado Miércoles, 11 diciembre 2024 - 23:12

Hay momentos en que entender a Hansi Flick no es fácil. Encontrar explicación a por qué quita del campo de una tacada el talento de Dani Olmo, el colmillo de Raphinha y el oportunismo de Lewandowski no es fácil. Pero en Dortmund, cuando lo ganado parecía que se le escapaba como agua entre los dedos en una segunda parte desatada, al alemán le funcionó. En la locura, cuando el Borussia se aprovechaba de los pocos errores que cometieron los azulgrana, emergió Ferran Torres para amarrar tres puntos que casi certifican que el Barça estará en octavos. [Narración y estadísticas (2-3)]

No fue una cuestión tanto de suerte como de merecimiento. Mostró este Barça de doble cara la dominadora en el Signal Iduna Park, aunque a los alemanes les costara un minuto forzar el primer córner. Aún no habían engrasado los azulgrana el fuera de juego en el que atraparía una y otra vez a los alemanes. En escenarios gigantes como el dominado por el Muro Amarillo, apareció una vez más el equipo sólido que, por primera vez en la era Flick, también mostró una versión de control y paciencia para ir desajustando al rival poco a poco, sin tanto machetazo.

En esa trampa cayó el Dortmund, incapaz de arrebatarle la pelota, impreciso y salvando el pellejo por la imprecisión del Barça en el área. Dejaron conectar demasiado a Dani Olmo, Lamine Yamal y Raphinha y eso les hizo sufrir mucho durante los primeros 20 minutos.

Presión alta y efectiva

Probó Balde con un centro lateral al que no llegó Raphinha. Le dio réplica Lamine con otro que no cazó por milímetros el capitán brasileño y volvió a probar a Kobel con un disparo lejano. La presión del Barça era altísima y efectiva porque su rival apenas podía correr a su espalda y, cuando lo lograba, caía en clamorosos fueras de juego. Aún así tuvo latigazos para calentar a Iñaki Peña que, aunque la jugada estuviera invalidada, se lucía.

Se estaban gustando los azulgrana y parecía sólo cuestión de tiempo que llegara el gol. Lo falló Raphinha en una ocasión hilvanada entre Olmo y Lamine que envió rozando el palo. El Barça había dejado a un lado su verticalidad para amasar el partido ante un contrario muy ordenado en su área. Pese a la maraña de piernas amarillas, Lamine fue capaz de encontrar el espacio suficiente para armar un zurdazo que obligó a la mejor parada de Kobel. Ese susto hizo desperezarse al Borussia, que se estiraba con Duranville creando problemas a Balde y Gittens a Koundé, dos estiletes en las bandas que debían alimentar a Guirassy. Al guineano le amargó Peña al tapar un cabezazo picado bocajarro pegado al palo.

Todo el control en el que se había recostado el Barça saltó por los aires en la segunda mitad. Sahin echó mano de Yan Couto para intimidar y Guirassy consiguió batir la meta azulgrana, otra vez en fuera de juego. Aún no era aún su momento, era el de un jugador brasileño que lleva el brazalete de capitán tatuado. Raphinha siempre aparece al rescate para dar el picotazo letal. Fue una jugada casi del manual Flick: Pedri roba y protege, encuentra a Olmo que, con un control orientado, lanza al capitán a la carrera entre Can y Schlotterbeck para encarar y batir a Kobel.

Casadó y Ryerson pugnan por un balón.

Casadó y Ryerson pugnan por un balón.AP

La alegría azulgrana de ver en el marcador reflejado su dominio duró un suspiro. Lo que tardó en lanzar una contra el Dortmund y que Cubarsí, en un gesto infantil, derribara de un empujó a Guirassy en el área. No dudó el francés Letexier en pitar penalti que el propio guineano convirtió en el empate.

Fue entonces cuando Flick agitó el banquillo con Fermín y Ferran. También con De Jong, pero el holandés está opaco. Koundé se escapó hasta la línea de fondo y puso un centro en el punto de penalti que golpeó el andaluz ante Kobel. El suizo no embolsó la pelota y apareció Ferran para rebañarla. De nuevo el Barça tenía ventaja en el minuto 75. Y de nuevo no sabría protegerla. Desde el mismo saque de centro nació el empate cuando Gross esquivó la trampa del fuera de juego y le regaló el segundo gol a Guirassy.

No se cansó de remar este Barça y volvieron a asociarse los mejores para evitar que se escapara la proeza de ser el único equipo en asaltar el Signal Iduna Park en tres años, desde noviembre de 2021. Pedri, catalizador, buscó a chispa de Lamine y el joven astro, en otro partido de personalidad, dejó al valenciano franco para batir a Kobel. Bendita locura.

Un Barça sin Lewandowski se sacude las dudas en Son Moix

Un Barça sin Lewandowski se sacude las dudas en Son Moix

Actualizado Martes, 3 diciembre 2024 - 21:13

El Barça retomó el buen camino en Son Moix. Y sin Robert Lewandowski. Los azulgrana, en un partido en el que el polaco no se movió del banquillo para tener así algo de descanso, se impuso con contundencia a un Mallorca que sufrió la renovada efectividad de los azulgrana al aplicar el fuera de juego. Y, también, su recobrada puntería. Ferran Torres, Raphinha, con dos goles, Frenkie de Jong y Pau Víctor colocaron un aparente punto y final a su crisis que los barcelonistas habían arrastrado en los tres últimos partidos, con solo un punto de nueve posibles. Y, de paso, poner algo de presión a la visita del Real Madrid a San Mamés. [Narración y estadísticas (1-5)]

Las tablas con las que el partido llegó al descanso empañaron en gran parte un primer conato de recuperación del Barça. Sobre todo, porque el empate de Vedat Muriqi, al filo del tiempo reglamentario y tras pase de Pablo Maffeo, se encaramó al marcador en la única acción de toda la primera parte donde titubeó la línea de cuatro de Hansi Flick. Gil Manzano desoyó las protestas visitantes y el semiautomático acabó por darle la razón.

En tareas ofensivas, mientras, el Barça no estuvo lo atinado que le hubiera gustado a su técnico. Ferran Torres celebró su regreso a la titularidad aprovechando la falta de entendimiento de la defensa para abrir fuego con el 0-1. Antes, incluso, de que se cumpliera el primer cuarto de hora. También es cierto, no obstante, que al ex del City y el Valencia le faltó algo más de pegada para enviar entre palos varias buenas opciones que tuvo para, por lo menos, anotar el 0-2.

Penalti protestado

Los azulgrana, pese al mazazo de la igualada en los instantes finales del primer tiempo, a punto estuvieron de tomar el camino de los vestuarios con ventaja, después de que Antonio Raíllo no estuviera nada atinado como último hombre. Raphinha, pese a plantarse en solitario ante Leo Román, acabó enviando su disparo al cuerpo del guardameta y Lamine no encontró portería tras recoger el rechace. El joven crack tampoco estuvo afortunado mucho antes para enviar el balón entre los palos tras una buena asistencia del brasileño. En la renudación, los azulgrana saltaron a la hierba más que dispuestos a volver a ponerse por delante. Y, a decir verdad, no tardaron demasiado en conseguir su objetivo.

Amenazó Raphina, con un lanzamiento de falta bien respondido por Leo Román. Pero, en la segunda clara, el ex del Leeds no perdonó. El brasileño fue el encargado de transformar un penalti cometido por Johan Mojica sobre Lamine tras una gran asistencia de Dani Olmo, muy protestado por los locales, pero que no dio duda alguna ni a Gil Manzano ni al VAR.

En defensa, además, los de Flick siguieron aplicando perfectamente su arriesgadísima apuesta por el fuera de juego. Hasta que Raphinha, tras una grandísima asistencia con el exterior del pie izquierdo de Lamine, puso el 1-3 a poco más de 15 minutos para el final. La llegada del 1-4 sería muy parecida, con otro pase marca de la casa del joven crack que Pau Víctor no pudo concretar, pero que Frenkie de Jong mandó al fondo de la red para, poco después, asistir al propio Pau Víctor para que cerrara el partido con el definitivo 1-5.

Antiviolencia propone multas a los aficionados que insultaron a Lamine Yamal en el Clásico, pero excluye al Real Madrid

Antiviolencia propone multas a los aficionados que insultaron a Lamine Yamal en el Clásico, pero excluye al Real Madrid

La Comisión Antiviolencia ha propuesto multas económicas para los aficionados que profirieron insultos y gestos de carácter racista a Lamine Yamal y a otros jugadores del FC Barcelona durante el Clásico, el pasado 26 de octubre, pero ha excluido al Real Madrid de la propuesta de sanción.

El organismo sugiere sanciones que van de los 5.000 a los 4.000 euros y la prohibición de acceso a recintos deportivos durante 12 meses a cuatro aficionados que insultaron de manera racista a Lamine Yamal y a otros jugadores culés. También propone una multa de 4.000 euros y la misma prohibición de acceder a un estadio para otro sujeto que "agredió violentamente a dos aficionados visitantes" por llevar una camiseta del Barça.

El organismo responde así a la denuncia de LaLiga en la que se recogen improperios al futbolista culé en el minuto 77 del encuentro. Según el informe se escucha: "Hijo de puta, eres un hijo de puta. Mena de mierda, que sois unos menas. Menas de mierda. Hijos de puta" y "puto negro".

La propia denuncia de la patronal habla de "numerosos insultos por parte de algunos aficionados, sin ser en ningún caso ni generalizados ni coordinados" referentes a ese minuto. Ansu Fati y Raphinha, también recibieron gritos racistas durante el choque.

No obstante, el documento también incluye otras cinco ofensas proferidas por el público madridista y una, por el visitante durante el encuentro. El equipo arbitral y el obervador de la Federación, en cambio, no recogieron ningún incidente en el acta del partido.

Por su parte, la Comisión Permanente de Antiviolencia ya había anunciado, el lunes posterior a la victoria blaugrana por 0-4, que estaba estudiando las imágenes para "depurar las responsabilidades pertinentes". Imágenes que no hacen referencia únicamente al minuto 77, momento en que LaLiga recoge en su informe los insultos a los dos futbolistas del Barça, también sobre improperios durante el calentamiento del equipo visitante.

Esta comisión advirtió que "para la erradicación de este tipo de actitudes y comportamientos, resulta imprescindible el trabajo coordinado de todos los actores implicados" y habla de la "especial colaboración de los clubes" para identificar a los responsables. El Real Madrid ya anunció que había localizado a los individuos que profirieron los insultos y advirtió de que les impondría las medidas más estrictas en su régimen interno.

Estos hechos fueron denunciados también por parte de LaLiga ante la Brigada Provincial de Información de Madrid, acción a la que se ha sumado el Real Madrid, para que sean investigados además en la Justicia ordinaria.

Lamine Yamal, por su parte, quitó hierro a los insultos recibidos durante su celebración. "Que te digan aficionados de fuera cuatro tonterías no te tiene que importar. Es al revés. Cuando te dicen eso es que lo estás haciendo muy bien", declaró el futbolista culé tras recoger el trofeo Kopa al mejor jugador joven de la temporada pasada.

El barcelonista recibió en su momento el apoyo del madridista, Vinicius Junior, que condenó los hechos tras el encuentro. "Lamentable lo que ha pasado ayer en el Bernabéu con insultos racistas. No hay espacio para estos criminosos en nuestra sociedad. Todo mi apoyo a Lamine, Ansu y Raphinha", expresó el brasileño.

Precedentes

El caso similar más reciente fue el que sufrió Nico Williams en el Metropolitano la temporada pasada. En aquella ocasión, la comisión centró su dictamen en castigar al individuo localizado y expulsado por el club, al que le propuso una sanción de 6.000 euros y la prohibición de entrar a un recinto deportivo durante 18 meses.

No se puede comparar en cambio la propuesta que recibió el Atlético de Madrid por los incidentes registrados en su feudo en su duelo ante el Real Madrid esta temporada. En esa ocasión, la comisión juzgó, principalmente, el lanzamiento de objetos contra el portero merengue, Thibaut Courtois, la invasión de campo por parte de algunos aficionados radicales del Frente Atlético y la suspensión provisional del encuentro durante 14 minutos.

Por esos hechos, la Comisión propuso el cierre total del Metropolitano durante dos semanas y una multa pecuniaria al Atlético de Madrid de 65.000 euros.

Lewandowski acelera la graduación de un tridente letal: “Es una barbaridad”

Actualizado Sábado, 26 octubre 2024 - 23:32

Dos minutos y 21 segundos le costó a Robert Lewandowski acabar con varias cuentas pendientes con las que él y el Barça llegaban al Bernabéu. El equipo llevaba demasiado tiempo sin ganar al Real Madrid y desde aquel 2-6 de 2009 no había sido capaz de hacerlo por cuatro goles de diferencia. A eso se sumaba que el polaco nunca le había marcado. No lo había conseguido aún en las dos temporadas que viste de azulgrana y, de manera letal, no sólo inclinó el partido para el Barça en el minuto 54, sino que agrandó la ventaja en el 56 sin que el Real Madrid se hubiera recuperado del golpe. Y aún tuvo el hat trick en un regalo de Raphinha que estrelló en el palo en el remate más fácil que tuvo. No hizo falta porque con él se activó todo el tridente letal: a la fiesta se le unieron Lamine Yamal y el propio Raphinha para completar la semana más feliz.

Diez goles ha marcado Lewandowski en los últimos cinco partidos y ya suma un total de 17, 14 de ellos en Liga, a los que hay que añadir tres asistencias, y otros tres tantos en Champions. Si hay un futbolista que encarna la revolución de Hansi Flick en el Barcelona, ése es Lewandowski. Ambos se conocían de sobra y si técnico sabía perfectamente todo lo que le podía dar el atacante, el jugador tenía claro que se iba a vivir más feliz más arropado en el área. No iba a tener que esperar a largas posesiones hasta que le encontraran porque este nuevo Barça iba a transitar con rapidez y su tarea era estar siempre preparado.

Lo hizo para controlar el preciso pase de Marc Casadó y lanzarse a la carrera contra Lunin y también con ese giro preciso de cuello para cabecear el perfecto centro de Balde. En la primera parte ya había regalado una asistencia de espuela extraordinaria que dejó a Lamine Yamal solo ante el meta ucraniano del Real Madrid.

Lewandowski es una amenaza que se acrecienta cuando se asocia con Lamine y con Raphinha. El capitán es, con diez goles y diez asistencias, uno de los jugadores más decisivos de este Barça. Le costó ver puerta en el Bernabéu, pero lo logró. Erró una clara ocasión en la primera parte que, por egoísmo, no ofreció a Balde. De eso quizá aprendió y no dudó en buscar a Lamine para que marcara el tercero humillando a Mendy. Es el quinto gol del canterano, el primero ante el Real Madrid y el que le convierte en el jugador culé más joven en marcar al eterno rival, desbancando a Ansu Fati, que lo hizo con 17 años y 359 días. No cesó de buscar las cosquillas a Mendy y luego a Fran García. Aún quedaba el premio para Raphinha. No tuvo muchas posibilidades de correr, pero cuando lo pudo hacer, no falló picándola ante Lunin para cerrar la fiesta. "Es una barbaridad la cantidad de goles que metemos", confesaba al final del partido el guardameta Iñaki Peña.

El cambio de Flick

Buena parte de la contundente victoria del Barça se coció en el vestuario, cuando Flick entendió que el fuera de juego no iba a ser siempre un aliado. Su equipo vivió al filo del alambre durante demasiado tiempo, sobreviviendo a las zancadas de Mbappé para encarar a Iñaki Peña, incluso batirle, porque siempre las iniciaba adelantado. Eso no impidió que el meta azulgrana se luciera con algunas manos que quizá disipen dudas.

Hasta siete veces cayó el francés en posición anti reglamentaria para mantener con vida a un Barça que ya no se siente extraño viviendo a 50 metros de su portero. "Cuando llegó Flick nos dijo que la línea no se podía tirar atrás. En este partido, contra los jugadores más rápidos y más potentes, no hemos recibido goles. Eso demuestra que la idea encaja con nosotros", confesó Iñaki Peña. El portero era uno de los ocho españoles en el once, la mayoría con poca experiencia en el rugido del estadio madridista en los Clásicos. El de más experiencia en los Clásicos, Pedri, con ocho. Entre los debutantes, Casadó, a quien no le pesó e incluso se atrevió con un pase de tiralineas que encaminó a Lewandowski al gol.

Pero, ante el riesgo, Flick buscó cambiar algo y optó por ponerle pausa al partido con De Jong entrando por Fermín. Más pelota y la misma idea de empujar al Madrid hacia su área y de aumentar, primero con Pedri más cerca del área y luego sumando a Dani Olmo, el peligro. Bellingham ya no podía frenar a Balde con la misma frescura, Mendy sufría y Militao y Rüdiger tenían no sólo a Lewandowski, sino también la amenazada de dos medias puntas con pegada.

El plan del alemán salió perfecto y su equipo salió con más cara de líder de un estadio que se le atragantaba y con una victoria histórica ante el Madrid de Mbappé y Vinicius. Tanto que, pese al enfado del Ancelotti, lo celebraron en la banda y en el vestuario.

Kylian Mbappé, en la trampa de Hansi Flick: dos goles anulados y ocho fueras de juego

Kylian Mbappé, en la trampa de Hansi Flick: dos goles anulados y ocho fueras de juego

Era la noche tanto tiempo esperada por Kylian Mbappé, autor de seis goles con el PSG en sus cuatro partidos previos ante el Barça. Era el clásico ideal para su juego, basado en la potencia al espacio. El mejor modo de acabar con una defensa adelantada. Por tanto, el equipo de las cinco grandes ligas europeas que más hace caer a sus rivales en fuera de juego (6,95 por partido) debía extremar los cuidados ante los desmarques del francés. El riesgo exigía precisión extrema y antes de la media hora, el banderín del juez de línea frustró tres veces a Mbappé, incluido el gol anulado por el VAR. Apenas el preámbulo de una noche aciaga para el gran fichaje de Florentino Pérez.

En los primeros 45 minutos, la trampa de Flick hizo caer ocho veces al rival en off-side (seis de Mbappé, uno de Vinicius y otro de Jude Bellingham). De este modo, las oleadas del Madrid no cuajaron en un solo disparo legal ante Iñaki Peña. Tras el descanso, el ex futbolista del PSG vio anulado otro gol, por partir en clara posición adelantada desde el perfil derecho. Sólo cinco minutos después, estrelló su último mano a mano ante el guardameta azulgrana. Tampoco hubo consuelo para Bellingham, que venía con saldar con pleno de victoria sus tres clásicos, donde sumaba tres goles y una asistencia. Su clamoroso error tras un libre directo de Luka Modric ilustró también la debacle madridista.

El campeón debió inclinarse ante un líder implacable, un Barça que además salvó la memoria del pasado. Entre abril de 2017 y mayo de 2018, el equipo dirigido primero por Luis Enrique y más tarde por Ernesto Valverde había enlazado 43 partidos de Liga sin perder (34 victorias, nueve empates). La última derrota del Real Madrid se remontaba al 24 de septiembre de 2023 (3-1 en el Metropolitano), pero tras 31 victorias, 11 empates, los hombres de Carlo Ancelotti entregaron las armas ante su gran némesis.

Impecable Casadó

Ni siquiera hubo modo de apelar a la heroica del Bernabéu, ni a los arrebatos con los que Vinicius había zarandeado al Dortmund. A la espera de recoger el lunes el Balón de Oro, el brasileño nada pudo hacer ante Jules Koundé, el mejor defensa azulgrana desde el arranque de curso. Tampoco ante Marc Casadó, cuya irreprochable labor destructiva sólo iba a empañarse con una amarilla en el minuto 43. Esa supuesta debilidad ni siquiera hizo titubear a Flick, que tras el descanso prescindió de Fermín López para dar entrada a Frenkie de Jong. El regreso del holandés, después de seis meses, al escenario donde sufrió una grave lesión de tobillo. Con el brazalete de capitán cedido por Raphinha, la primera acción del ex futbolista del Ajax fue tirar al suelo a Vinicius.

Casadó, con mando en plaza, trazaría con el tiralíneas para el 0-1 de Robert Lewandowski. Alejandro Balde, básico para dar amplitud desde la izquierda, dejaría el 0-2 en la cabeza del polaco. Son ya 17 goles en 14 partidos para el máximo realizador del continente, que además ha aportado el tanto de la victoria en seis jornadas ligueras para el Barça. Los 406 aficionados en la zona visitante, algo así como la mitad de las solicitudes azulgranas, gritaban hasta el delirio en un Bernabéu teñido de notas fúnebres. Desde el techo cerrado, en el flamante videomarcador de 360º, lucía el 0-4, gracias también a Lamine Yamal y Raphinha.

Un terrible revés para Carlo Ancelotti y la confirmación definitiva de Flick, que aún tuvo tiempo para pedir prudencia a sus suplentes y colaboradores durante la celebración del tanto del brasileño. La alineación del alemán, idéntica a la del miércoles ante el Bayern, promediaba 24 años y 188 días. Otro dato que presagia una nueva dinastía azulgrana. Al menos, en esta Liga donde ya cuenta con seis puntos de margen. Joan Laporta, desde el palco, sólo pudo echar de menos ese 0-5 de tan simbólicas connotaciones.