El Atlético despierta al final y golea a un Sevilla inofensivo

El Atlético despierta al final y golea a un Sevilla inofensivo

En la hora de las siestas, dos equipos no quisieron despertar a los españoles en una costumbre sagrada hasta que apareció el jugador que no entiende de cabezaditas. Giuliano es como un coche de radiocontrol que pasa de cero a 100 en un instante. De la que despertó el argentino, se terminó la tranquilidad, aunque ya fuera ganando el Atlético por un penalti provocado por un fallo de Nianzou. Suyo fue el pase de gol a Almada y dio otro a Griezmann que no concretó, aunque anotara el francés dos minutos después para cerrar la goleada. [Narración y estadísticas, 3-0]

El duelo había empezado con una alineación arriesgada, en busca del toque perdido con la lesión de Barrios. Se la jugó el Cholo con Álex Baena como acompañante de Koke en el medio y el almeriense se lo tomó muy a pecho. Meritorias su carreras para tapar a Peque entrenado por el carril del 10. También verle basculando de banda a banda e intentando tapar huecos en fase defensiva. Pero faltaba algo.

Faltaba ése último pase que sólo un tipo como el de Roquetas puede dar en el Atlético de Madrid. Esa visión de Griezmann, que empezó en el banquillo y sería su recambio, se ha trasladado al 10 rojiblanco. Así, con el transcurrir de los minutos, se podía ver el tema de la manta que nunca cubre los pies y la cabeza a la vez. Pero, muy avanzado un atípico primer tiempo en el Metropolitano, donde la posesión fue del visitante y no del local, apareció la magia del centrocampista rojiblanco donde suele mostrarse.

El primer toque de varita fue un pase en profundidad desde la frontal a Sorloth que el noruego estrelló en el pecho de Vlachodimos. El segundo fue cinco minutos después y el destinatario fue el mismo. En esta ocasión, el ariete cedió de pecho a Nico para que el argentino reventara la base del palo. Ése es el Baena que quería el respetable, el que vale la entrada. Las habilidades del almeriense en campo rival no son ni parecidas a las de campo propio.

Salvados los últimos diez minutos, el primer tiempo fue bastante plomizo. El control correspondió al Sevilla. Puso más presión y control de pelota el conjunto de Almeyda que el del Cholo, pero no tuvo ninguna profundidad. No se le contaron paradas a Oblak y apenas cuatro disparos fuera, pero siempre lejanos y desde posiciones poco ventajosas salvo el de Vargas, casi al final. Poco antes, el guardameta sevillista sí tuvo que esforzarse cuando Sorloth peinó un balón para Nico que el argentino no logró acertar.

Nico remata ante Vlachodimos.

Nico remata ante Vlachodimos.FERNANDO VILLAREFE

Malas noticias para el Atlético es que Julián Álvarez apenas hubiera tocado el balón los primeros 45 minutos. Aunque las estrellas ya sabemos que aparecen cuando quieren, y cuando lo hacen, suelen modificar partidos. De hecho, ha tenido muy buenos encuentros por detrás del punta este curso. De hecho, tuvo un cabezazo recién iniciada la segunda parte con un gran centro de Sorloth. Respondió con otro similar poco después Isaac Romero. La igualdad se mantuvo a la salida de los vestuarios.

Despertar final

A la hora de partido, el diagnóstico era muerte por aburrimiento. Incluso el público estaba apagado hasta que Nianzou decidió despejar a Giménez y se encendieron las masas. Hernández Maeso necesitó del VAR, pero una vez en la pantalla no dudó tras ver el tatuaje que le hizo al uruguayo el sevillista. Julián Álvarez no perdonó, como habitualmente y Simeone respondió quitando a Sorloth por Almada y a Nico por Gallagher. Más control y menos vértigo.

Ese mensaje lo aceptó el Sevilla y al minuto ya respondió con un disparo de Gudelj que mandó Oblak a córner. Un espejismo. De hecho, ese pasito adelante, ese espacio atrás, lo quiso aprovechar un jugador que nunca duerme. Giuliano no acepta siestas, robo, diagonal, pase atrás y gol de Almada. Es increíble la capacidad del argentino para revolucionar partidos dormidos.

Con los suyos despiertos, el partido ya fue una cuesta abajo en la que Griezmann, que había salido por Baena, no quiso concretar otra asistencia de Giuliano, que le había dejado sólo ante Vlachodimos. Sin embargo, no perdonaría poco después el francés. Quiso el siete sumarse a la fiesta con un disparo cruzado tras una contra con el Sevilla ya volcado. Qué bien viene un hombre que nunca duerme.

Un Atlético de 'sofá y manta': en noviembre viajará 50 kilómetros frente a los 11.750 del Real Madrid o los 7.902 del Barça

Un Atlético de ‘sofá y manta’: en noviembre viajará 50 kilómetros frente a los 11.750 del Real Madrid o los 7.902 del Barça

Entre el Metropolitano y el Coliseum hay 23,3 kilómetros por carretera, ida y vuelta, 46,6. Esa es la distancia que el Atlético de Madrid tendrá que recorrer durante el mes de noviembre. El Getafe es el único partido fuera de los rojiblancos de los próximos seis encuentros, cuatro de liga y dos de Champions League. Lo que significa que el club colchonero no tiene que salir de la Comunidad de Madrid durante un mes de competición. "Al final todo se compensa", responden fuentes del Atlético, que tienen un mes de diciembre más movido.

El vecino, por contra, tendrá que desplazarse 5.875 kilómetros durante el mismo periodo, 11.750 si es ida y vuelta, y el FC Barcelona recorrerá 3.951 kilómetros de ida y 7.902 si contamos también el retorno. Si el Atlético jugará ante el Sevilla, Levante y Oviedo en casa en Liga, hará lo propio en Champions ante el Unión Saint Gilloise y el Inter de Milán. El Barça se enfrentará en casa a Elche, Athletic y Alavés en Liga y fuera en competición doméstica lo hará con el Celta y en Europa ante Chelsea y Brujas. "Lógicamente es mucho mejor no salir de Madrid, pero luego en diciembre también tenemos varios partidos seguidos fuera" recuerdan desde el entorno rojiblanco.

Pero el Madrid tiene la situación contraria a los colchoneros. Todos los partidos de noviembre de los blancos son fuera de casa menos el encuentro contra el Valencia del día 1. Así, el equipo de Xabi Alonso se desplazará a Vallecas, el único que se juega dentro de la Comunidad, a Elche y a Girona en Liga. En Champions viajará a Liverpool y a Atenas.

Lógicamente, también hay que mencionar que muchos futbolistas de los tres grandes del fútbol español tendrán parón internacional entre el 10 y el 21 de noviembre. El Atlético, que cuenta con media selección argentina, perderá a muchos de sus internacionales para el duelo amistoso ante Angola en el país africano del día 14. Por contra, los internacionales españoles viajarán a Georgia el 15 y recibirán a Turquía en La Cartuja el 18. Habrá que ver cuántos aporta el FC Barcelona a esos encuentros, aunque muchos de sus internacionales están lesionados o tocados. El Madrid también sufre un gran éxodo en estos paréntesis.

El Cholo siempre se ha mantenido muy crítico con respecto al calendario que hoy favorece al Atlético de Madrid. El argentino ha llegado a comentar en varias ocasiones que durante el año se intenta "descansar más que entrenar" ya que al estar en tres competiciones es complicado realizar entrenamientos demasiado específicos tácticamente. Aunque el pasado domingo, en la sesión abierta al público, se pudo ver cómo los que fueron titulares ante el Betis realizaron una labor específica de mejora de la presión y basculación de una banda a otra. Eso sí, apenas 15 minutos.

No obstante, desde el club aseguran que, pese a reducirse los viajes, no da tiempo a hacer más entrenamientos específicos. "Lo fundamental es que el jugador tiene más descanso, en eso sí que se le saca partido", apuntan fuentes del vestuario. Los futbolistas están encantados con este mes y lo agradecen especialmente cuando vienen de una temporada en la que tuvieron que desplazarse a Estados Unidos por el Mundial de Clubes.

Menos fatiga muscular

Los expertos en la salud física de los jugadores son contundentes. "Es lo mejor que les puede pasar", explica Alejandro Lanchas, ex fisioterapeuta del Leganés y director del centro 180º. Para el especialista jugar en casa "elimina el estrés del viaje y reduce la fatiga a nivel muscular" lo que, lógicamente, beneficia a la hora de prevenir lesiones en los jugadores. Recuerda que vuelos de más de dos horas producen "acortamiento de las cadenas musculares" que pueden afectar a nivel deportivo. "Ya no es sólo el estrés del viaje a nivel físico, salir de tu casa y separarte de tu familia afecta a nivel emocional", añade el fisioterapeuta.

Encima, el Atlético afronta este mes con la enfermería casi vacía. Tras el susto dado por Pablo Barrios en el partido ante el Betis, parece que el internacional español no podrá estar ante el Sevilla en el encuentro de esta tarde en el Metropolitano, pero quizás llegue para el duelo de Champions ante el Union Saint Gilloise. Es el único lesionado de Simeone para este mes de "sofá y manta" en casa. Para noviembre ni le hace falta al Atlético haber roto el maleficio de sus duelos a domicilio ante el Betis. Sólo tendrán que afrontar lejos del Metropolitano el partido ante el Getafe, un duelo, por cierto, en el que se despidieron prácticamente de la lucha por LaLiga la temporada pasada.

Paliza del Getafe, 0-11, y sorpresa por la derrota del Oviedo ante el Ourense

Paliza del Getafe, 0-11, y sorpresa por la derrota del Oviedo ante el Ourense

Hay milagros imposibles y sorpresas recurrentes. Ambas situaciones son las que trae la Copa del Rey en sus primeros compases, especialmente cuando entran en los bombos los equipos de Primera División. El milagro imposible fue el de la familia Mayoral o el del Negreira, no pudo ganar el Inter de Valdemoro al Getafe, que le goleó, ni tampoco el equipo de apellido prohibido en el fútbol a la Real Sociedad.

Por contra, el Oviedo es la sorpresa. el primer grande caído ante un rival de inferior categoría. Fue el Ourense, de primera RFEF, el que dio la campanada en la prórroga y lo hizo por dos tantos. Menudo inicio el de Carrión en esta vuelta al conjunto ovetense. El Sevilla sufrió en el inicio en el Salto del Caballo con el Toledo, de Tercera RFEF, pero consiguió sacar el partido adelante con el oficio que le ha traído la llegada de Matías Almeyda.

Los carbayones tuvieron uno de los partidos más complicados para los Primeras en esta ronda inicial. El Ourense es un equipo tapado de la antigua Segunda B con más fútbol del que dicta su categoría. Pese a que los de Carrión se adelantaron hasta en dos ocasiones, los gallegos lograron llevar el partido al tiempo añadido en el 94. En la prórroga fueron muy superiores a los asturianos y la renta pudo ser mayor si aciertan con el penalti que erró Guerrero en el último minuto.

En el partido del Getafe hay que destacar a otro delantero que no es Borja Mayoral, aunque el de Parla anotó un doblete. Fue Juanmi, con poca participación este temporada por culpa de las lesiones, quien volvió por la puerta grande a la titularidad y anotó un póker en el 0-11 al equipo del mayor de los Mayoral. El Coliseum, estadio en el que pidió jugar el Inter de Valdemoro, se les hizo demasiado grande a los modestos fubolistas de un equipo que milita en la Primera Autonómica de Madrid, la sexta categoría del fútbol.

Otra de las goleadas de la jornada la propinó el Valencia al Maracena. Necesitaba este espaldarazo Corberán tras los últimos resultados cosechados en Liga. Los goles del conjunto ché, una manita, se repartieron entre toda su pléyade de delanteros. Partido fácil y a centrarse en LaLiga.

El Girona, por su parte, sufrió lo suyo también ante un Constancia al que venció 2-3, pero un gol a 10 minutos del final consiguió llevar el partido a la prórroga. Una vez en el tiempo añadido, los cambios, especialmente la salida de Tsygankov y Vanat, pusieron fin al sueño del equipo mallorquín que milita en Tercera Federación pese a su tanto en las postrimerías del encuentro.

La Real Sociedad cumplió con su papel sin brillo ante el gallego Negreira. Más allá del apellido, los donostiarras se hicieron con el choque sin polémicas arbitrales y con la sobriedad que da la falta de gol de este equipo. Anotó tres tantos, y con ellos terminaron con el sueño de este conjunto humilde que fue pasando rondas hasta obtener este premio gordo.

También los equipos de Segunda consiguieron en su mayoría ganar con suficiencia sus partidos de esta Primera Ronda. Racing de Santander y de Ferrol, Cádiz, Granada, Burgos, Albacete y Huesca estarán en el siguiente bombo de la Copa del Rey. No así Las Palmas, que cayó ante el Extremadura por 3-1, un equipo de Segunda Federación.

Hoy debutan el Osasuna de Lisci, que no atraviesa su mejor momento, como tampoco el Mallorca de Arrasate. Mientras que también lo harán Elche, Rayo y Villarreal, el único equipo que se encuentra entre los tres primeros de LaLiga en Primera División. Será más difícil, por la entidad de los rivales, que esta jornada se preste a sorpresas como la que ha sufrido el Oviedo de Luis Carrión.

El CTA considera que Soto Grado se equivocó en dos decisiones claves del clásico: "Lamine se anticipa"

El CTA considera que Soto Grado se equivocó en dos decisiones claves del clásico: “Lamine se anticipa”

El Comité Técnico de Árbitros (CTA) ha considerado erróneas las dos decisiones de César Soto Grado en el clásico entre Real Madrid y Barcelona, que corrigió con acierto el VAR. Según el organismo, la acción de Vinicius con Lamine Yamal no fue penalti y la mano de Eric García debió sancionarse como pena máxima.

En su Tiempo de Revisión, espacio audiovisual semanal donde se revisan las jugadas polémicas de la jornada pasada elegidas por un comité de expertos, dos de los análisis fueron de estas acciones ocurridas en el partido en el que los blancos vencieron a los culés en el Bernabéu.

La primera que se estudia en la pieza es la de Lamine Yamal con Vinicius, que Soto Grado castigó inicialmente como penalti, aunque fue corregido por el VAR en el que estaba Javier Iglesias Villanueva. Marta Frías, portavoz del CTA, explica que "el defensor barcelonista se anticipa, gana la posición y va a disputar el balón". Posteriormente, añade que el que la sanción corresponde al que golpea y este es el futbolista brasileño.

Así, el CTA considera incorrecta la decisión del árbitro de campo y correcta y justificada, porque "es un error manifiesto" la intervención del VAR. Lo mismo que apunta en la siguiente jugada polémica que es la de Eric García y Bellingham.

"Sin opciones de jugarlo legalmente, el defensor realiza un movimiento claro con su brazo izquierdo para cortar la jugada", comienzas Frías la explicación de la visión del CTA. "El movimiento del brazo es intencionado y antinatural buscando ampliar el volumen corporal para impedir el avance del balón", concluye la portavoz.

El Atlético pone fin a su maldición a domicilio ante el Betis

El Atlético pone fin a su maldición a domicilio ante el Betis

Había que luchar contra el Betis y contra una maldición. Jugar lejos del Metropolitano era hacerlo contra el conjuro de una bruja, 11 victorias de 36 duelos. Los verdiblancos, encima, fueron el barro desde que el Atlético se impulsó la temporada pasada para inaugurar su gran racha que le llevó a ser campeón de invierno. El lunes fueron un tobogán, con algún bache, pero sin grandes amenazas. Valieron los goles de Giuliano y Baena y un Oblak sólido. [Narración y estadísticas, 0-2]

Quizás cueste sentirse en casa cuando uno juega en el exilio. Aunque voluntario, no es lo mismo el Villamarín que la Cartuja. Quizás por eso el Betis pareció llegar tarde al encuentro y se encontró con el zurriagazo de Giuliano con la zurda, que le puso el partido cuesta arriba. Un gol que no retrasó al Atlético sino que le animó a ir hacia delante, a incrementar la presión y a aprovecharse de la siesta verdiblanca.

Tardó casi 20 minutos en Betis en salir al césped de la Cartuja. Se agarró a sus extremos, como no podía ser de otra manera con la ausencia de Isco, su principal puntal ofensivo cuando está en el campo. Antonio de Triana puso un centro al que Cucho no llegó por centímetros y luego Abde obligó a Oblak a un paradón de esos para hacerse un póster.

El Atlético no se agobió con ese despertar y con perder la posesión. Saben los de Simeone que también tienen nombres para correr como Nico y Giuliano. El Cholito se aprovechó a la media hora de partido de un despiste de Ricardo Rodríguez y de la lentitud de Amrabat para llegar casi al área pequeña de Pau, pero se terminó embolicando y cedió a Julián, que no pudo concretar. El argentino dio el susto en el banquillo del Atlético poco después. Simeone se llevó las manos a la cabeza cuando vio a su estrella quejarse del codo izquierdo, pero fue un pisotón.

Amrabat se ha sentado en la medular de Pellegrini. Sonó por cierto para la de Simeone, y se entiende. Omnipresente el 14 hasta que le sorprendió otra contra fulgurante ante la perplejidad de los béticos. Y es que se quedaron protestando un penalti sobre Natan mientras los rojiblancos salían como centellas. Julián cedió a Baena en el pico del área y el almeriense amagó con un disparo, se abrió un paso y la colocó en la escuadra. El primer aviso fue un cañito a Amrabat a los segundos del inicio del duelo y el segundo fue ese tanto de bandera.

Giuliano, tras anotar un tanto ante el Betis.

Giuliano, tras anotar un tanto ante el Betis.CRISTINA QUICLERAFP

La segunda parte la anunció Abde con un lanzamiento de falta que despertó la Cartuja. Habían pasado 10 minutos anodinos, pero el disparo del marroquí conectó al Betis, que empezó a inclinar el campo sobre la portería de Oblak. A ello también contribuyó la salida de Lo Celso, el argentino da un punto más de creatividad al ataque bético a falta de Isco, dejarlo en el banquillo da solidez, pero dos goles abajo obligaba a tomar riesgos.

Simeone, por contra, sacó a Julián y Baena, sus dos mejores peloteros, por Griezmann y Sorloth. Sólo tres partidos completos ha jugado el 19 rojiblanco esta temporada, sintomático. Aún quedaba media hora y cualquier cosa podía pasar, así que un gol del Betis iba a despertar rencores. Casi lo hace Lo Celso a los cinco minutos, pero respondió bien Oblak.

La charla con Sorloth

Se esperaba más actitud del noruego, especialmente después de la charla con el Cholo en el entrenamiento abierto al público del domingo. Le felicitó el argentino por su labor en Londres, donde el Atlético perdió 0-4. Cosas de entrenador. Hay que tener a todos remando a favor, aunque su aportación sea infinitesimal respecto al curso pasado.

Los rojiblancos sólo tuvieron que aguantar a pie quieto las embestidas sin mucho filo del Betis. Quizás un remate en área pequeña de Bakambú, que salió por Cucho, fue lo más cerca que los béticos tuvieron acercarse en el marcador. No hubo muchas más claras ni para un lado ni para otro. Se rompió el maleficio con oficio. Que valga la rima consonante en tierra de poetas. Tranquilidad para el Cholo, que no ve cómo se aleja más el vecino. Aún está lejos, pero el Atlético es cuarto.

Las 72 horas (y las palabras de Lamine Yamal) que calentaron en silencio al vestuario del Madrid: "Hablar es barato"

Las 72 horas (y las palabras de Lamine Yamal) que calentaron en silencio al vestuario del Madrid: “Hablar es barato”

"Esta victoria es importante por el convencimiento de que podemos ganar grandes partidos". La sonrisa de Xabi Alonso era evidente en los pasillos del Santiago Bernabéu. Tan evidente como la necesidad del Real Madrid de ganar un partido de semejante calibre tras las derrotas contra el Arsenal, el propio Barcelona y el PSG el curso pasado y el 5-2 recibido en el derbi madrileño del Metropolitano hace unas semanas.

El 2-1 de Chamartín llegó tras 72 horas de escucha y lectura sobre las palabras de Lamine Yamal, que calentó el clásico el jueves por la noche en una charla de la Kings League, la liga de streamers de Gerard Piqué en la que el delantero del Barcelona es el presidente de uno de los clubes. "Sí, roban y se quejan", respondió Yamal, preguntado sobre si el equipo de Ibai Llanos, 'Porcinos FC', era "como el Madrid". "La última vez que he ido al Bernabéu... ¿Cuánto? 0-4", repitió el de Rocafonca en esa conversación.

Ese comentario se hizo viral y llegó rápidamente al WhatsApp del vestuario del conjunto blanco, que lo repitió durante los entrenamientos de viernes y sábado, aunque mantuvo un silencio obligado. Había orden de no responder antes del partido y de centrar todos los esfuerzos, la rabia y las ganas en los 90 minutos del clásico. El propio Xabi Alonso no quiso valorar las declaraciones de la estrella culé, insistiendo en la rueda de prensa previa al duelo que "no voy a entrar". "Hay declaraciones de mucha gente en Barcelona y no puedo analizar todas", dijo.

El Madrid tenía en la cabeza los cuatro clásicos perdidos la temporada pasada, dos de ellos en las finales de la Supercopa y la Copa, y el mensaje era claro: "Silencio hasta el partido". No hubo respuesta pública ni mensajes indirectos en redes sociales. Sólo silencio.

Quizás así, en esa rabia contenida de la plantilla madridista después de siete meses sin ganar a un equipo de la máxima elite europea, de cuatro clásico perdidos y de las palabras de Lamine, todo estalló tras el pitido final.

Bueno, realmente todo estalló tras la expulsión de Pedri, ya en el descuento, cuando el Madrid entendió que había ganado el partido. Los jugadores que estaban en el banquillo blanco celebraron la roja al centrocampista canario como si fuera el pitido final y ambos grupos de suplentes se enzarzaron en la primera tangana de la noche, con Vinicius, Lunin, Ferran y Fermin como protagonistas y con Raphinha y Rüdiger, lesionados y no convocados, apareciendo por el césped para separarlos.

El portero ucraniano acabó expulsado y hubo amarillas para Vinicius, Rodrygo, Militao, Fermín, Ferran y Balde, hasta que unos minutos después, con el final, llegó el turno de la respuesta madridista a las declaraciones de Lamine. La rabia contenida.

La pelea

Carvajal, capitán de los blancos y compañero de Yamal en la selección, se cruzó con el culé al final del partido y le hizo un gesto con la mano, como diciendo "has hablado mucho". A lo que Lamine, mientras se iba a vestuarios, respondió retándole a ir al túnel. Ahí llegó corriendo Courtois para recriminarle las palabras al joven delantero y se armó la tangana general. Y Vinicius, caminando hacia el túnel, le repitió "hablas mucho" a Yamal, mientras éste le decía también de ir a vestuarios.

"A mí me gusta, si Lamine quiere hablar no hay problema. El partido se juega en el campo y hemos ganado. Me gusta, nos ayuda a competir", dijo Tchouaméni unos minutos después, ya en la zona mixta del Bernabéu. En Instagram, el galo publicó un vídeo que decía "supongo que esto es lo que todos queríais ver, eh".

"No sé si son consecuencia de una cosa o de otra", dijo Xabi Alonso sobre las palabras de Lamine y la reacción de sus jugadores al final. "Ha sido la tensión del momento, estos piques y tanganas han pasado siempre. No hay que asustarse", insistió.

Pero en redes sociales, sus jugadores pasaron del silencio obligado al éxtasis. "Hablar es barato", escribió Jude Bellingham, autor del segundo y definitivo tanto del partido. "Esto es el Madrid y el Bernabéu", publicó Carreras.

"No sé si estaba extramotivado, pero el equipo estaba muy motivado", insistió Alonso ante los medios. "Lo hablamos en la previa, que era importante el partido, ver de dónde veníamos y lo que podía suponer una victoria. Necesitaban esta sensación de partido grande y la motivación era completa", explicó el tolosarra.

Rafa Marañón: "El Espanyol es el único histórico sin título de Liga y que lucha contra un entorno político y mediático hostil"

Rafa Marañón: “El Espanyol es el único histórico sin título de Liga y que lucha contra un entorno político y mediático hostil”

Con la misma voracidad con la que buscaba y conseguía el gol en sus años de extremo izquierda en el Real Madrid y en el Espanyol, Rafa Marañón (Olite, 1948) habla de fútbol. De anécdotas del pasado, del juego actual, de cómo puede evolucionar este deporte en el futuro. Una pasión inseparable de su largo matrimonio con el Espanyol, del que es su máximo goleador histórico (144 tantos) y uno de los referentes morales de una entidad que, admite, "tiene algo especial", para bien y para mal, "que la hace única".

Marañón ha querido reunirse con EL MUNDO para repasar en esta entrevista su trayectoria profesional y hablar del 125 aniversario del Espanyol, una efeméride importante que llega en un gran momento para el club, situado en posiciones europeas, y que evidencia la solera de una entidad fundada el 28 de octubre de 1900 en las aulas de la Universidad de Barcelona por estudiantes catalanes y del resto de España, bajo el liderazgo de Ángel Rodríguez.

Después de siete años en el Madrid, con buenas actuaciones pero falto de continuidad en el once titular, decide fichar en 1974 por el Espanyol. ¿Qué club se esperaba encontrar y cuál se encuentra cuando aterriza en Barcelona?
Recuerdo que con el Real Madrid jugamos un año la Copa contra el Espanyol. Ganamos 3-0 en el estadio Santiago Bernabéu, pero en la vuelta, en Barcelona, en el campo de Sarrià, los pericos no nos remontaron de milagro: perdimos ese partido por 3-1. Aquel era un Espanyol muy bueno, el de la temporada 1972-73, que quedó tercero en la Liga. Al jugar contra ellos, me di cuenta de que era un club que me gustaba. Tenía algo diferente que me llamaba la atención. Además, cuando yo era un chaval y jugaba en la selección navarra, una tarde el autocar que llevaba a la plantilla del Espanyol, después de jugar en Pamplona un partido de Liga contra Osasuna, paró a cenar en Olite, mi pueblo. Me acerqué a donde estaban. Vi a Arcas, Piquín, Argilés... y me impresionó. Me dio la sensación de que era un equipo grande, no uno del montón. Y se me quedó metido en la cabeza. Pasados los años, estaba cansado de la suplencia en el Madrid, y justo en la temporada en que más juego, marco goles y ganamos la Copa con Molowny, llega de entrenador Miljanic y me dice: "Cuento con usted". Yo le respondí: "No necesito que cuente conmigo, necesito que me ponga a jugar". Además, se dio la circunstancia de que el delantero del Espanyol, Roberto Martínez, acababa de fichar por el Madrid. Así que me decidí por los periquitos. Y eso que tenía muchas otras ofertas.
¿De qué clubes?
El Zaragoza ponía dinero; el Atlético de Madrid me pretendía; el Athletic de Bilbao había intentado ficharme las dos temporadas anteriores para que jugara de extremo izquierdo, porque en ese momento Txetxu Rojo había retrasado su posición a la de interior. El hecho de que en el Espanyol hubiera jugado Alfredo Di Stéfano, del que yo era un gran fan, ayudó a tomar la decisión de venir. Un factor importante fue que Santamaría, el entonces entrenador del Espanyol, me había entrenado en el amateur del Madrid, donde metí un porrón de goles, y me conocía bien. Fue mi valedor. Vinieron a Madrid con el presidente Meler a ficharme para el Espanyol, y Meler me dijo una frase que recuerdo muy bien: "Dice Santamaría que con usted nos hincharemos a meter goles". Luego hay otro factor muy importante: en la Facultad de Arquitectura de Barcelona podía estudiar en el turno de tarde y noche, cosa que en la de Madrid no era posible.
Y cuando llega a Barcelona, empieza poco a poco a conocer al club, a su afición, a la relación con el vecino azulgrana... ¿Qué es lo que más le llama la atención?
Que fuera un club tan grande, pero que a la vez se le tratara en los medios de comunicación y socialmente en Cataluña —y a veces también fuera de ella— como si no importara o fuera una entidad menor. Me empecé a dar cuenta de eso después de debutar en el Trofeo Carranza de Cádiz —con la importancia que tenía en los setenta esta competición—, donde ganamos al Santos de Pelé con un gol de Manolín Cuesta y otro mío. Pero sobre todo lo descubrí después de ganar al Barça de Cruyff y Sotil en Liga por 5-2. Les metimos un baile que prácticamente retiramos a toda la defensa y al portero, el pobre Mora. Al día siguiente cojo La Vanguardia, el diario de referencia en Barcelona, que debería hablar también de nosotros, y trataban al Espanyol como si no hubiera hecho nada, como si nuestra victoria no tuviera mérito, sino que fuera fruto del demérito del Barça. Descubrí que al Espanyol no lo trataban igual que al Barça. Luego vas viendo que ese trato diferente también viene por parte de las instituciones, de los políticos... Un entorno hostil.
Esta particularidad —que moleste tu mera existencia como institución—, que creo que ningún o casi ningún club y afición tiene que soportar en el mundo, ¿es la que ha definido y forjado el carácter del Espanyol y sus aficionados? Hoy, pese a tres temporadas difíciles, tiene 35.000 socios, muchos de ellos menores de 30 años.
El Espanyol es una institución básicamente luchadora, guerrera, que no se ha rendido en 125 años y que no lo va a hacer nunca. El fútbol en Cataluña es muy importante, y social y políticamente se ha ensalzado mucho al Barça como símbolo. Más que de fútbol, en Cataluña se habla del Barça. La prueba es que hace dos temporadas, cuando el equipo azulgrana estaba mal, empezaron a fijarse en los éxitos del femenino y a darle gran cobertura mediática para seguir hablando solo del Barça. Nosotros hemos luchado contra eso, y el hecho de que se hayan ninguneado los cuatro títulos de Copa conseguidos y las dos finales europeas —eliminando al Inter, al Milan de Arrigo Sacchi, con los holandeses Van Basten y Gullit, los italianos Baresi y Ancelotti...—, así como varios terceros puestos, lo demuestra. Seguramente nos ha faltado ganar una Liga, cuando hubo opción, para cambiar esa dinámica. Somos el único de los equipos históricos de España que no la ha ganado todavía, y eso marca. Pero creo que, aun consiguiendo el título, el trato al Espanyol no habría cambiado. Es una cuestión casi estructural.
En el Espanyol usted se consolida y explota como extremo izquierdo o falso nueve. Pero esa era una posición que le costó asumir. ¿Por qué?
Yo nunca quise jugar de extremo izquierdo, solo de 9. Pero luego, paradojas de la vida, acabé jugando de extremo y metiendo muchos goles, pero también asistencias. Me gusta resaltar lo de las asistencias, porque generalmente solo se destaca el gol, pero el pase suele ser decisivo, tan o más importante. Yo metí muchos goles gracias a los maravillosos centros que me ponía Manuel Fernández Amado. Por ejemplo, ahora en el Madrid es muy diferente para Mbappé que juegue Güler o no, porque Güler es como un Laudrup que te pone pases suaves en profundidad. Yo iba para eso, ser un diez, pero al final tener gol te obliga, te atrae y, si lo tienes, te define como jugador. Aunque al final de la primera temporada como perico me costó: tuve lesiones y, en verano, cuando llega la pretemporada, me di cuenta de que me querían vender.
Vaya palo. ¿Y usted qué hizo?
Fui a hablar con Santamaría y le dije que él me había traído al club y que, por tanto, debía defenderme en ese momento. Charlando con él me hizo ver que debía esforzarme más, trabajar más duro. Sales del Madrid y te crees que llevas galones de general y que debes jugar por decreto. Eso les pasa a muchos. Pero la realidad es que te tienes que ganar el puesto con mucha lucha. Y en los partidos de la segunda temporada, en los que soy titular, corrí y defendí como el que más. Igual que pasa con el fútbol actual: la estrella que se crea que puede no trabajar duro en el césped, que hay que ganárselo, lo pasa mal.
¿De todos los compañeros con los que coincidió en el Espanyol, cuáles destacaría más?
Uno de ellos, sin duda, es Dani Solsona. Era todo un carácter, con mucha calidad. También Fernando Molinos, un ejemplo de lucha y trabajo. Después Roberto Martínez, José María, Marcial y Canito, que fue un futbolista muy bueno, de mucha clase, que tuvo que hacer frente a unas circunstancias de la vida fuera del campo muy difíciles. Se equivocó yéndose del Espanyol —donde era un ídolo— al Barça.
¿El 125 aniversario que celebra este martes el Espanyol puede significar un punto de inflexión histórico? La temporada está siendo, por ahora, excelente.
El 125 reafirma la idea de continuidad y de importancia histórica. Reafirma la importancia de esta institución. Hace dos años, cuando estábamos en Segunda División y yo iba, en calidad de directivo, a las comidas con los representantes de otros clubes, todos daban por hecho que íbamos a regresar rápido a Primera. Por nuestra historia, por masa social, nos veían como un equipo superior. Pero es que, en Primera, todos los clubes sienten también ese respeto por la entidad. Siempre he dicho que el Espanyol es un equipo que está fuera de escala. El Espanyol, como entidad —por historia y por las condiciones que tiene: su masa social, estadio, estar en Barcelona...—, está entre los seis primeros de España, y sin embargo está en un entorno en Cataluña que no lo trata como tal. Al Espanyol no lo respalda una comunidad autónoma entera, una ciudad, un gobierno, una gran empresa ni medios de comunicación como sí pasa con otros clubes. El Espanyol tiene que competir deportivamente con el resto, pero a la vez también luchar contra esa otra realidad política, institucional y periodística que le llega a veces hasta cuestionar que sea un club catalán.
La celebración de la fundación del Espanyol coincide con la llegada de una nueva propiedad norteamericana, liderada por Allan Pace. ¿Qué mensaje o consejo le trasladaría?
No soy quién para dar un consejo o decirle nada a Allan Pace, nuevo propietario. Pero mi obsesión ha sido siempre que el club y los jugadores no caigan en la desidia ni en el conformismo. Eso no nos lo podemos permitir. Hay que ser ambiciosos, intentar ir a Europa, ganar títulos. No dejarse ir. Que los jugadores que vengan al Espanyol tengan muy claro que esto no es jauja, un club cómodo, sino que existe una obligación de ganar siempre. Los grandes equipos se construyen desde ese convencimiento. Hay que tener ambición futbolística.
¿Qué destacaría de este Espanyol en posiciones europeas y con muchos jugadores jóvenes?
El trabajo del entrenador, Manolo González. Un tipo humilde, que sabe de fútbol, que logró el ascenso hace dos años, la pasada los consolidó en Primera y en esta ha conseguido construir un equipo, con una base de cinco o seis jugadores muy interesantes y jóvenes, que siempre es competitivo. Sale a ganar, que es como un deportista debe afrontar siempre la competición. Lo de Manolo y sus jugadores está teniendo mucho mérito.
El Madrid roba, se queja y te gana

El Madrid roba, se queja y te gana

Por primera vez en la historia, el Barça pierde un clásico en Youtube. Lo de que el Madrid «roba y se queja», que le soltó Lamine Yamal en el canal de Youtube de la Kings League al popular influencer Ibai Llanos, parece que encendió a algunos jugadores. Que hay que ver cómo anda el Madrid, que se tiene que enchufar a un clásico por lo que diga un niño de 18 años. Entre los más enfadados andaba Carvajal, que ya tiene edad para «visitar el románico», que diría David Gistau, pero que rumbo a los cuarenta hace esfuerzos por estar en la onda, que es lo que aún decimos los que vamos rumbo a los 50.

Es verdad que si Lamine viera más partidos del Madrid, descubriría que roba menos de lo que piensa, o lo mismo que roban los equipos grandes. Y que si viera más Real Madrid TV descubriría que se quejan mucho más de lo que piensa. Es más, en el Madrid, por quejarse, se quejan hasta por decir que se quejan, escuchando la pitada que había cada vez que Lamine tocaba la pelota.

A mí no me preocupa que Lamine hable mal del Real Madrid, ni que juegue un mal partido o haga fiestas de cumpleaños con enanos. Lo que me parece inadmisible es que empiece a comportarse con la grada y con los rivales como si fuera Vinicius; quien por quejarse, se quejó del nivel de Lamine al propio Lamine en medio del partido, por si algún votante de France Football no se había dado cuenta.

Lo único bueno para el Barça fue el corrillo que montaron los jugadores del Real Madrid en el centro del campo al final del partido. El típico que haces en mayo, cuando sentencias la Liga contra un rival directo, pero que en otoño en el Bernabéu sólo se le permitía al Alcorcón si te eliminaban en la Copa. Piqué siempre decía que lo más grande que había conseguido en su carrera fue que el Real Madrid hiciera una Rúa por ganarles una Copa. El corrillo de los jugadores de Xabi Alonso invita a pensar que creen haber logrado algo muy grande, y eso es muy bueno para el Barça.

El peor clásico de Lamine Yamal: sin brillo, sin gol y protagonista de la tangana final

El peor clásico de Lamine Yamal: sin brillo, sin gol y protagonista de la tangana final

Actualizado Domingo, 26 octubre 2025 - 19:29

Lamine Yamal no tuvo precisamente su mejor tarde en el Santiago Bernabéu. Las afirmaciones lanzadas por el joven crack azulgrana en la Kings League con el Real Madrid como protagonista provocaron no solo que le pitaran cada vez que tocaba el balón, sino que la zaga madridista se empleara especialmente a fondo para evitar que desplegara una versión que, por ahora, parece estar aún muy lejos.

En lugar de encarar, optó una y otra vez por mover el balón, muchas veces en paralelo, y sus mejores aportaciones en ataque llegaron más por medio de balones filtrados que buscando el uno contra uno, una de sus grandes especialidades.

Vinicius, por ejemplo, no dudó en recordárselo dentro del propio terreno de juego una y otra vez. Y, en cuanto el árbitro pitó el final del encuentro, se sucedieron las tanganas. En la primera, la policía tuvo que interponerse incluso entre ambos banquillos. El lío siguió también dentro del terreno de juego, con el brasileño acusándole con gestos de haber hablado demasiado y el de Rocafonda invitando a Courtois a seguir hablando fuera del campo.

"Cuando el árbitro pitó el final, vi muchos jugadores del Madrid corriendo hacia Lamine. Es un poco exagerado, pero, si quieren hacerlo, tendrás que preguntarles a ellos por qué", señaló al término del duelo un Frenkie de Jong que trató de quitarle hierro a las palabras de su compañero.

"¿Lamine ha dicho que el Real Madrid roba? Directamente, no. Está ahí, en la Kings League, la gente habla, no oí que él dijera eso. Puedo entender que en el Madrid estén enfadados con eso, pero no lo veo como algo tan gordo", insistió el holandés, quien sí le lanzó un recado a Carvajal por afearle a su compañero sus posibles excesos verbales. "Pueden hablarlo también en privado. Hacer gestos en el campo es más de lo mismo, creas algo de lo que hablar. Si eres compañero de Lamine, lo conoces y crees que no tiene que hacer declaraciones, le puedes llamar", señaló el centrocampista azulgrana. "Creo que se ha exagerado mucho lo que dijo", sentenció.

Por uno u otro motivo, el de Rocafonda no fue esta vez el de las grandes tardes. Algo que Marcus Sorg, relevo del sancionado Hansi Flick en el banquillo azulgrana, no dudó en aceptar en la sala de prensa.

"Para Lamine no ha sido fácil. Hablamos al descanso de que lo necesitábamos en el uno contra uno, pero no tuvo muchas opciones ni en la primera ni en la segunda parte, lo defendieron muy bien. Lo intentó todo, pero la defensa trabajó muy bien y tenemos que aceptarlo", señaló el germano, quien concedió que, tal vez, su última lesión aún lastra su rendimiento. "Creo que aún le falta algo, viene de una lesión importante y necesita más partidos para estar a su nivel más alto, es normal. Hay que darle tiempo y ayudarle, pero también es normal que la defensa rival esté bien. Hay que trabajar con él y ayudarlo para que recupere su mejor versión en el campo. Es joven, debe mejorar y le ayudaremos para que lo haga", apostilló Sorg.

Ronald Araujo, por su parte, prefirió no entrar demasiado en todo lo sucedido alrededor del joven 10 azulgrana. "No voy a hablar de Lamine. Es un gran profesional, de los mejores del mundo y estamos orgullosos de tenerlo", apuntó el uruguayo. "Es mayor de edad y ya sabe qué tiene que hacer", se limitó a señalar el capitán del Barça.

Al imperial Real Madrid le faltó más gol

Al imperial Real Madrid le faltó más gol

Hace años que no veía una superioridad tan ostentosa de un imperial Madrid ante una especie de vasallo que fue el Barcelona. Sin fuste, sin valentía y dejándose ir durante muchos minutos frente a un voluptuoso ataque del Madrid, que no terminó de rematar.

El imperial Madrid es el nuevo líder del fútbol español, pero le falta categoría con el gol, el tino de un gran cazador. Pienso que Mbappé hizo un partido deplorable. No se puede fallar un penalti de esa manera, ante un meta mediocre como Szczesny, ni desperdiciar al menos cuatro ocasiones de gol de las que nunca falla. No sé lo que le pasó con la Juve, tampoco lo que le ha ocurrido con el Barcelona, que pudo destrozarlo, pero parece que le devoran las responsabilidadades de grandes partidos.

Es posible que la sala de los 'Negreiras' le robara un primer gol por fuera de juego del pelo de un piojo. En Las Rozas no nos ensañan nunca el punto de cuando sale la pelota del pase. Hacen lo que les de la gana.

Fue como el penalti absurdo que le hizo Lamine a Vinicius, que lo vio muy bien el árbitro, pero los del VAR no quisieron que el Barcelona tuviera que jugar con dos goles en contra. Es lo que se mececieron. Como ante Olympiakos, están acostumbrados a que los árbitros sean sus salvavidas.

Claro que este Barcelona del matagigantes Flick ya no funciona. Es una sombra de lo que fue el año pasado. Tuvo que ver la posición que adoptó un inmenso Camavinga. Jugó en la derecha para sujetar a De Jong y Pedri de una tacada. Buena jugada táctica de Alonso.

Pero lo peor fue lo de Lamine, que dice que no tiene miedo a nadie, pero en el Bernabeu hizo el ridículo. No se puede jugar con tanto miedo y tanto odio al Madrid.

Este año las palancas no funcionan al Barça, no ha hecho ningún fichaje y tiene jugadores viejos. Además, no puede jugar en el Nou Camp, se tiene que ir a Montjuïc mientras pierden millones y millones de euros, se salta todas las reglas de LaLiga y está atado a un caballo perdedor como es Tebas.

Vaya fracaso y escándalo a la americana ha configurado. Para fiarse de ellos cualquier empresa del mundo. Pero ahí esta Laporta, el mayor Fantômas del fútbol y todavía con aires de grandeza. Es tan esperpéntico como lo que está ocurriendo en España.