El pebetero olímpico vuelve a iluminar desde el aire las noches de París
El pebetero flotante que fue uno de los mayores éxitos de los Juegos Olímpicos de París ha vuelto a remontar el vuelo en el Jardín de las Tullerías. El espectacular globo aerostático, con sus 40 luces LEDS y el agua nebulizada que simboliza la llama olímpica, se alzó este fin de semana a 60 metros de altura ante el delirio de miles de parisinos y turistas que su sumaron a la ceremonia, como colofón del Día Nacional de la Música.
El regreso de la "llama flotante" forma parte de la campaña 'Jouez le prolongations' que aspira a "prolongar" este verano el espíritu de la París olímpica. "Es una forma de perpetuar algo en la vida de la nación", advirtió el presidente Emmanuel Macron, que certificó la vuelta del pebetero ante el clamor popular y por petición expresa de la alcaldesa Anne Hidalgo.
El pebetero y la noria de la Plaza de la ConcordiaEL MUNDO
El 'revival' cuenta con el visto bueno del Comité Olímpico Internacional (COI), que ha permitido que llama vuelva a iluminar los cielos de París hasta que Los Angeles tome el relevo en el 2028. Su ascenso a la caída de la noche será un rito diario hasta el 14 septiembre, cuando se celebrará por primera vez el Día Nacional del Deporte (y así en los tres veranos sucesivos).
El creador del pebetero de 30 metros de altura y 7 de diámetro, Mathieu Lehanneur, se ha mostrado encantado con la decisión de perpetuar en el tiempo su original diseño, concebido en homenaje a Joseph-Michel y Jacques-Étienne Montgolfier, los hermanos franceses a los que se atribuye la primera demostración pública de la capacidad de un globo aerostático para transportar humanos (realizada en París en 1783).
Los paralelismos con la torre Eiffel, que fue concebida como una estructura provisional para la Exposición Universal de 1889 y se acabó convirtiendo en el icono por excelencia de París, no han cesado desde que la llama flotante se elevó por primera vez en la inauguración de los Juegos del 2024.
El pebetero, el sábado por la noche en el Jardín de las TulleríasAfp
Curiosamente, el Hangar Y diseñado por Gustave Eiffel en Meudon, en las afueras de París, y concebido como un "garaje" para zeppelines, se baraja como el futuro "nido" del globo de 1,3 toneladas. Aunque la factura eléctrica diaria es de apenas 184 euros cada noche, el coste real de su "ascenso" diario se estima en decenas de miles de euros, sobre todo por los requisitos de seguridad.
El retorno oficial del pebetero olímpico se produjo el sábado poco antes de las 22:30 de la noche, antes más de 30.000 espectadores congregados en los jardines del Carrusel y como colofón al concierto de Christine and The Queens, retransmitido en directo por la televisión pública.
El calor sofocante no impidió que miles de parisinos como Laurent Durand se lanzaran a la rue de Rivoli con su familia al completo y su hijo en hombros para contemplar la renovada ascensión de la llama olímpica: "Aquellos días no volverán. Pero ver el globo servirá para recordar aquellos momentos de increíble hermandad entre todas la naciones, ahora que volvemos a tener el mundo en llamas".