Antía Jácome y el "lado coqueto" de las deportistas: "Luego la gente flipa cuando me ve en la canoa tan musculada"

Antía Jácome y el “lado coqueto” de las deportistas: “Luego la gente flipa cuando me ve en la canoa tan musculada”

«¿Mis hobbies? Me gusta hacerme las uñas. Me las hago yo, tardo tres horas, así que no me da mucho para otra cosa», bromea Antía Jácome (Pontevedra, 1999) mientras enseña sus manos. En su mirada de ojos impresionantemente grandes y azules se refleja el dorado de las dos medallas que anhela en París, una gallega menuda y fortísima que pasó su adolescencia en Sevilla y ahora vive y entrena en Mallorca, paladas de ambición y un «lado coqueto» que reivindica con un discurso decidido: «Me gusta ir mona. Que se vea que una chica deportista puede ir guapa a entrenar. La gente flipa cuando me ve vestida normal y luego en la canoa muy musculada».

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El piragüismo es el gran caladero de medallas para España y en Tokio descubrió a Antía, quinta en su primera experiencia, la primera canoísta nacional de la historia, un rayo en el C1 200. Ahora, cambiada «al 99% física y mentalmente», no sólo luchará por un oro, lo hará por dos, porque descubrió en su gran rival, María Corbera, a su gran compañera. Y esa ambivalencia deber ser todo un éxito en el Estadio Naútico de Vaires-sur-Marne. «Nos llevamos muy bien y eso le quita tensión al barco individual, que es donde está la rivalidad. Ahí somos otras personas, somos competitivas, lo llevamos dentro. Si otra me apretase las tuercas como lo hace María...», explica Antía de María, a la que dejó fuera de los pasados Juegos y viceversa en el último Mundial y con la que aguarda ansiosa ese gran 500 que «todavía está por venir».

Ese «mal rollo» pretérito ahora es complicidad. Un objetivo común y personalidades en las Antípodas. «Yo me despierto, me echo mis 800 cremas, me maquillo, me pinto las pestañas, me hago la coleta y las trenzas bien. No puedo tener ni un pelo por fuera. Ese es mi ritual, todo perfecto. María es todo lo contrario, le da exactamente igual. Va con el moño con un pelo para cada lado y me pone muy nerviosa. Le digo: '¿Quieres un poco de fijador para el pelo?'», ríe la gallega, que descubrió el piragüismo a los 12 años, cuando acompañaba a su padre en una travesía a nado en la playa de La Lanzada.

Antía Jácome posa para EL MUNDO.

Antía Jácome posa para EL MUNDO.SERGIO ENRIQUEZ-NISTALMUNDO

Antía fue diploma (5ª) en Tokio con 21 años y ya es doble campeona de Europa y plata Mundial el año pasado en tres modalidades en Duisburgo. Pero la resaca olímpica supuso un trauma. «Me fisuré una costilla y estuve tres meses sin tocar la canoa, era muy doloroso. Y en el selectivo me ganó María y me sacó la plaza para el Mundial. No podía competir, no tenía nada. Y a la vuelta, mis entrenadores se fueron [Marcel y Georgina Glavan, que ficharon por China, el gran rival], dimitieron sin avisarme después de seis años. Fue todo el año terrible. Un bajón enorme. Me recompuse como pude», detalla quien se trasladó a Mallorca con el grupo de Kiko Martín y empezó «a disfrutar» y a valorarse a sí misma. «Salí fortalecida, siempre me estaba comiendo la cabeza, con miedo a que pensasen que no podía», cuenta quien, para celebrar ese resurgir, el verano pasado se fue a un voluntariado a Kenia que le cambió la vida.

«Fue una experiencia diferente a todo lo que había vivido, con sensaciones extrañas. Te sientes mal, porque nos quejamos por cosas sin importancia. Quiero volver y vivir eso desde dentro, ayudar a las mujeres en riesgo, a los niños en la educación. Repetiré pronto». Tal vez no después de París, donde espera poder hacer surf y salir de fiesta. Porque Antía son dos. Dentro del barco, «muy competitiva, autoexigente» y fuera, «muy alocada».

Nadia Comaneci: "Dicen que nadie es perfecto, pero durante un instante yo lo fui"

Nadia Comaneci: “Dicen que nadie es perfecto, pero durante un instante yo lo fui”

Nadia Comaneci (Onesti, Rumanía, 1961) tuerce el gesto cuando escucha la palabra sufrir. "Yo no he sufrido en la vida. ¿Te parezco alguien que ha sufrido?", pregunta mientras abre los brazos invitándome a mirarla. Está impecable. Con la melena rubia y un inglés con apenas acento parece más la mujer de negocios estadounidense que hoy es que aquella adolescente morena que se convirtió, en los Juegos de Montreal 76, en la gimnasta más grande de la h

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Laura Heredia y aquel maldito hotel en Tokio: “Parecía que estaba en una película”

Actualizado Viernes, 19 abril 2024 - 10:20

Nunca ha sido olímpica. O sí.

Nunca ha estado en Tokio. O sí.

En los últimos Juegos Olímpicos, Laura Heredia vivió una experiencia rarísima; tenía esperanza y, al mismo tiempo, sentía tristeza. «Parecía que estaba en una película», admite.

El día de la inauguración de los Juegos de Tokio, Laura Heredia estaba en Tokio, pero no en la Villa Olímpica, si no en un hotel desde donde veía toda la ciudad y de donde no podía salir. Era reserva. La primera reserva. Si cualquiera de las 36 participantes en pentatlón moderno se hubiera lesionado o hubiera dado positivo en coronavirus, Heredia habría debutado en unos Juegos. Fueron 72 horas de una espera trepidante. Desde que llegó a Japón hasta que empezó la competición, en cuarentena estricta y sin compañía, Heredia estuvo todo el rato pendiente del móvil. En cualquier momento podía sonar. Pero al final, para su desgracia, no sonó.

«No puedo decir que fui olímpica y tampoco que estuve en Tokio. Llegué al aeropuerto, me llevaron al hotel y de allí al aeropuerto. Casi no pude ni seguir cómo fue la competición porque estaba volando de vuelta», expone Heredia, que recuerda aquella vivencia con pesar. «Fue duro por la espera de aquellos días y por cómo llegué a esa situación. Podía haberme clasificado, pero en abril me contagié del virus, me perdí algunas competiciones y se fue todo al garete. Podía haberme quedado en casa y renunciar a ser reserva, pero no me lo hubiera perdonado si hubiera habido una baja», reconoce la pentatleta que este verano, ahora sí, seguro que sí, será olímpica.

David RamírezAraba

Desde hace meses tiene asegurada la plaza para los Juegos de París 2024 y, de hecho, es una de las candidatas españolas a medalla menos conocida. En su deporte, que combina natación, esgrima, hípica, atletismo y tiro, suele haber sorpresas y viene de una plata en los últimos Juegos Europeos. Toda la vida explicando en qué consiste su deporte y este agosto quizá lo aprende toda España.

¿Por qué nunca se especializó en atletismo o natación?
Es una pregunta que en algún momento nos hemos hecho todos los pentatletas. Pero al final esa es la gracia. Combinar disciplinas que no tienen nada que ver es muy divertido. Si me obligaran, elegiría el atletismo, el mediofondo, pero nunca lo he trabajado de forma específica.

Heredia forma parte de un milagro que se llama Escuela Llor de Sant Boi del Llobregat. De allí salieron los hermanos Gasol, sí, pero también han salido de allí la mayoría de practicantes españoles de un deporte en extinción. Desde primero de Primaria, extraescolar de pentatlón moderno. Así ya han formado a dos olímpicos.

«Yo empecé siguiendo a mi hermano Aleix, que compitió en los Juegos de Tokio. Nos llevamos ocho años y cuando empecé él ya estaba becado en la Blume. Al principio en la escuela combinábamos nadar y correr, luego nos introdujeron el tiro, después la esgrima y, por último, la equitación», acepta Heredia, que compagina el deporte con sus estudios de veterinaria en la UCAM. Especialistas en remontadas en la última prueba del pentatlón, que combina carrera y tiro, estas semanas está centrada en mejorar su esgrima, la disciplina que la puede aupar entre las mejores.

David RamirezAraba

«Esta vez llevo meses trabajando con la tranquilidad de tener la clasificación y todo es distinto a antes de Tokio», finaliza Heredia, aún con la rarísima experiencia de los últimos Juegos Olímpicos a flor de piel.

Nunca ha sido olímpica. O sí.

Nunca ha estado en Tokio. O sí.

Objetivo de París 2024: fabricar una estrella en la piscina o en la pista

Objetivo de París 2024: fabricar una estrella en la piscina o en la pista

¿Quién ganó los 100 metros lisos en los Juegos de Tokio? ¿Y los 100 metros estilo libre? Sólo lo recordarán los aficionados muy aficionados y quienes estén armados de una memoria excepcional. El resto, nada. De Marcell Jacobs y Caeleb Dressel pocos se acuerdan. Los deportes más importantes de los Juegos Olímpicos, el atletismo y la natación, viven en una crisis de la que están intentando salir a base de sacudirse la tradición y modernizarse, pero es complicado. Más allá de inventos -cambios de formatos o de distancias- viven en el vacío que dejaron Usain Bolt y Michael Phelps, los mejores de la historia. Por eso estos Juegos de París serán tan importantes. Algo grande tiene que pasar, sí o sí.

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Deben aparecer nuevos ídolos, nuevos polos de atracción para el público. De lo contrario, los años posteriores, hasta los Juegos de Los Ángeles 2028, se harán muy largos tanto en el tartán como en la piscina. Candidatos no sobran, aunque los hay, todos con algún pero.

En la pista está Noah Lyles que, en principio, lo tiene todo para brillar. Es estadounidense, tiene carisma y, sobre todo, es rápido: en el pasado Mundial ganó los 100 metros, los 200 y el relevo 4x100. ¿Qué problema tiene? Más allá de la sombra de Bolt, aún debe exhibirse en unos Juegos -en Tokio fracasó- y conectar con el público. A través del manga y los videojuegos puede llegar a las nuevas generaciones, pero su estilo fanfarrón, tan yankee, antes siquiera de alcanzar el éxito, le aleja de muchos aficionados. Hace unos meses realizó un tour por los late night de su país y se proclamó capaz de batir los récords de Bolt, pero eso no le sirvió para hacer un hueco en el star system. De hecho, él mismo se quejó de la atención que reciben los campeones de la NBA. Sólo una auténtica exhibición en París le convertiría en una estrella. Tiene, así, un problema.

¿Dónde está Popovici?

Un problema diametralmente opuesto al que tiene el máximo referente en el agua. Si Lyles es demasiado charlatán, David Popovici es demasiado reservado. En el Mundial de 2022, a los 17 años, lo ganó todo y atrajo la atención del mundo por varios motivos: un cuerpo hecho para la natación, más incluso que Phelps, una sonrisa inocente y muchos secretos. Criado en Bucarest, había rechazado múltiples ofertas para nadar en Estados Unidos y se mantenía fiel a su equipo de siempre. Además, apenas concedía entrevistas. «No queremos que nadie sueñe por él», comentaba su entrenador, Adrian Radulescu, en conversación con EL MUNDO. El silencio entonces era parte de su encanto, pero se le ha girado en contra. En el último Mundial falló y ahora es una incógnita para París, más tras la irrupción del chino Pan Zhanle, que le arrebató el récord mundial de los 100 libre.

John MunsonAP

Como Lyles, además, Popovici necesita a triunfar en París contra una competencia mediática brutal. Como ocurre desde los Juegos de Barcelona 1992, los ídolos de deportes que no necesitan el olimpismo, como el fútbol, el baloncesto o el tenis, coparán la mayor parte de la atención, más con el cartel que se espera. Con la presencia de Kylian Mbappé aún en el aire, el USA Team ya ha anunciado un equipo exagerado con LeBron James como líder -Curry, Durant, Embiid, Tatum, Davis...- y Novak Djokovic ha fijado el oro en París como su principal objetivo del curso. En los tres deportes puede haber otros nombres atractivos -Wembanyama, Nadal, Alcaraz, incluso Messi- por lo que las disciplinas puramente olímpicas deberán pelear mucho por hacerse un hueco.

La vuelta de Biles

El único asegurado lo tiene Simone Biles. Después de lo ocurrido en los Juegos de Tokio, de su baja por salud mental en plena competición, la gimnasta estadounidense será nuevamente la estrella femenina más brillante, más después de su regreso. Pese a sus casi dos años de ausencia, en el último Mundial ganó su sexto oro y clavó un salto hasta ahora reservado para hombres, por lo que en París todo es posible. De retirarse, nada. La historia la espera. Aunque, para evitar lo ocurrido hace tres años, ella lleva meses quitándose presión. En sus últimas apariciones siempre asegura que su objetivo es clasificarse y que incluso si no lo consigue estará feliz consigo misma. Demasiada humildad. Los Juegos la necesitan y ella necesita los Juegos.

En el resto de deportes se pueden nombrar centenares de grandes deportistas -el judoka Teddy Riner, la arquera An San...-, pero es difícil que salten a las portadas. Sólo el atletismo y la natación pueden y deben marcharse de París con nuevas estrellas en su firmamento. Tiene que pasar.

Las 22 medallas de Barcelona 92, techo y obsesión: "Cuando conoces la inversión de otros países..."

Las 22 medallas de Barcelona 92, techo y obsesión: “Cuando conoces la inversión de otros países…”

Barcelona 92 fue cumbre y también 'techo de cristal'. Un espejismo olímpico de 22 medallas que desde entonces persigue España como un imposible. Es «la barrera que debemos de romper», en palabras de Alejandro Blanco. El presidente del Comité Olímpico Español (COE), poco de hacer quinielas, no se esconde esta vez. «Por primera vez en la vida me he lanzado. El reto, y cuando hablo con los deportistas lo tienen claro, son las 22 de Barcelona. Mínimo. Las previsiones invitan a ese optimismo», desafía en EL MUNDO a 100 días de París.

Para saber más

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Los Juegos de Barcelona fueron un precioso asterisco en una colección histórica no tan boyante. El ardor patrio de aquella cita y una inversión de los sectores públicos y privados -vía Plan ADO- sin precedentes disparó los éxitos, nada menos que 13 oros, sextos en el medallero. Pero después, la cruda realidad. En las dos últimas citas, Río y Tokio, apenas 17 (y apenas tres doradas en la cita nipona). En deportes de equipo, uno de los puntos fuertes del deporte español, no se gana un oro desde Atlanta 96, por ejemplo.

La regla es sencilla en el medallero. Inversión, habitantes y PIB suelen ser el baremo olímpico. España tiene calidad y cantidad en sus deportistas para soñar con superarse, para dar ese salto necesario, aunque en tantas cosas el deporte nacional siga a años luz de otros. «Es imposible compararnos a Estados Unidos, China, Gran Bretaña... E incluso a otros países de ámbitos más cercanos. Cuando conoces las inversiones de esos países... Siempre digo que en el cociente entre resultados e inversión, somos el primer país del mundo. Los resultados están por encima de los medios. Y ahí destaca la calidad de nuestros deportistas, entrenadores, clubes y federaciones, que son las cuatro patas sobre los que se sujeta el deporte español. Que es el mejor del mundo, lo digo convencido», expone Alejandro Blanco que, sin embargo, pone en valor «el programa del Team España», que, junto a la inversión del CSD, «ha ayudado muchísimo».

Equipos

Pero hay motivos y, sobre todo, nombres propios para pensar que en la capital francesa España puede estar en una cifra similar a la de hace 32 años. «Hemos tenido un ciclo olímpico espectacular y la clasificación de nuestros deportistas para los Juegos está alcanzando récords. Sinceramente, la realidad nos invita a ser optimistas de cara a París», apostilla Blanco. «Sería negar la evidencia. Hay ya nueve equipos clasificados, nos falta el baloncesto masculino [Juega el Preolímpico en Valencia del 1 al 7 de julio] y el rugby. En piragüismo estamos al máximo, la vela también, taekwondo, gimnasia, Carolina cada [Marín] día bate más récords... Es un momento mágico», enumera. Y eso que, por ejemplo, la desaparición del kárate priva de dos éxitos casi seguros con Sandra Sánchez y Damián Quintero.

A estas alturas, ya hay 277 deportistas clasificados y la cifra puede superar los 360 cuando finalicen los ránkings y preolímpicos. Entre ellos, algunas parecen opciones seguras de metal. Hugo González fue campeón del mundo en 200 metros espalda el pasado mes de febrero, como meses antes lo fueron (por partida doble) los marchadores María Pérez y Álvaro Martín (sus opciones en París además se multiplican con la novedad del relevo mixto). Fátima Gálvez en tiro, Adriana Cerezo en taekwondo, Teresa Portela, el K4, Antía Jacomé y María Corbera en piragüismo, Jordi Xammar y Nora Brugman en vela..., especialidades en el que siempre son varias las opciones y que son las que nunca fallan en el deporte español.

Los nacionalizados Jordan Díaz y Yaimé Pérez, que se unen a otras opciones en atletismo como Ana Peleteiro, Fatima Diamé, Adrián Ben... El judo que pide foco después de años de mal fario con Fran Garrigós, Niko Shera, Ai Tsunoda... La gimnasia (Ray Zapata), la escalada con el dorado Alberto Ginés, por supuesto Carolina Marín y Maialen Chorraut (a sus quintos Juegos con 41 años)... Y dos mediáticos con ganas olímpicas como Jon Rahm en golf y Carlos Alcaraz en tenis (ese doble mágico con Rafa Nadal...).

Y, cómo no, los deportes de equipo y esa tradición de competir 'juntos' en la que España brilla como casi nadie en el mundo. «La ilusión, las ganas, el compromiso y el talento» como señas de identidad grupales, que reivindica Alejandro Blanco. Y ahí, por encima de todos, destaca la primera participación de la selección femenina de fútbol (entró en el programa olímpico en Atlanta 96), la histórica campeona del mundo. También la masculina (plata en Tokio) y los dos waterpolos. Quizá perdieron algo de expectación el baloncesto, el balonmano y el hockey.

A 100 días de París 2024: la inseguridad, el Sena y el terrorismo llenan de incertidumbre el inicio de los Juegos

A 100 días de París 2024: la inseguridad, el Sena y el terrorismo llenan de incertidumbre el inicio de los Juegos

Actualizado Martes, 16 abril 2024 - 21:54

Son las 10 de la mañana del lunes, quedan 102 días para la celebración de los Juegos Olímpicos de París y en la recién inaugurada Villa Olímpica los operarios ultiman detalles y trasladan el mobiliario a los apartamentos donde dormirán los deportistas. Serán entre cuatro y ochopor espacio, dos por habitación. Las camas son de cartón y espuma reciclada, siguiendo el modelo de los juegos de Tokio. El objetivo es que "duerman y coman lo mejor posible". Un trabajador lleva ventiladores. En el recinto no habrá aire acondicionado, sino "un sistema a través de agua subterránea que hará bajar las temperaturas", explica Laurent Michaud, director general de la mini ciudad.

Estamos en Saint Denis, uno de los barrios periféricos de París, en la llamada 'banlieue'. El equipo organizador abre por primera vez a la prensa las puertas de esta ciudad que Emmanuel Macron inauguró hace unas semanas tras seis años de obras. Es una de las infraestructuras clave para estos juegos, que arrancan el 26 de julio. Son 52 hectáreas con 50 edificios, más de 14.000 camas, un área de restaurantes, parking de autobuses o espacio médico. Tras el evento deportivo, se convertirá en barrio y contribuirá a revitalizar Saint Denis.

Los edificios "se han construido siguiendo el modelo de las ciudades del sur de España, tratando de adaptarse a la subida de las temperaturas, con tejados ajardinados y paneles solares", explica desde una de las azoteas Henri Specht, director del proyecto de la villa.

Macron, durante una visita a las piscinas olímpicas.

Macron, durante una visita a las piscinas olímpicas.AP

A 100 días del inicio de los juegos, hay algunas certidumbres y un puñado de incertidumbres. Que la villa está lista es una de las primeras. El resto de las obras van dentro del calendario, tanto las de las instalaciones fijas, que seguirán o se transformarán después de los juegos, como las temporales ubicadas en la Torre Eiffel o en la plaza de la Concordia. "Estamos listos para este último tramo, haymucha convicción y serenidad, los tiempos se están respetando", señalaba Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador de París 2024, en un acto para explicar cómo van los preparativos.

Ayer la llama olímpica salió de la ciudad griega de Olimpia y llegará a Marsella el 8 de mayo. "Quedan aún preparativos, pero Marsella ya es el principio de la celebración", presume Estanguet. "Estoy seguro de que estaremos muy orgullosos de estos juegos", dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, el lunes en una visita a las obras del Grand Palais, donde se harán las pruebas de taekondo y esgrima. Un 53% de franceses tiene dudas sobre la organización y opina que serán un caos.

Euforia contenida

Entre los organizadores y autoridades hay euforia, aunque algo contenida. No preocupa las infraestructuras, pues el grueso está terminado, aunque aún hay 22 obrasen marcha. Inquietan tres cosas: la seguridad, si París será capaz de acoger tal flujo de gente sin que se desate el caos y el estado del agua del Sena, donde se harán algunas pruebas acuáticas.

La inseguridad es el mayor temor. Francia está en máxima alerta terrorista, se va a movilizar a todas las fuerzas del orden y a contratar seguridad privada. París nunca habrá estado tan vigilada. El momento más delicado es la ceremonia de apertura, cuando los atletas desfilen en barcos por el Sena. Los organizadores saben que si sale bien, será espectacular y el resto de problemas, de haberlos, pasará desapercibido. "Cada día cuenta y hacemos prueba de audacia. Son unos Juegos más espectaculares que los pensados inicialmente", dice Estanguet.

El Stade de France, en obras para los Juegos.

El Stade de France, en obras para los Juegos.AP

Macron dijo el lunes que hay plan B si no se pueda garantizar la seguridad en el Sena. En este caso, la ceremonia se hará en la plaza de Trocadero, al lado de la Torre Eiffel, o en el estadio de Francia. "Estamos preparados para hacerlo según lo previsto", ha insistido Macron. La villa olímpica estará cercada por una valla de seguridad de tres metros.

No tranquiliza que en las últimas semanas se hayan robado dos USB con información de los juegos a personal de la organización. "El 97% de las necesidades en términos de seguridad están cubiertas", dice Estanguet. También inquieta el posible colapso de París, que ya a duras penas logra gestionar sus flujos y cuyos transportes están saturados. No hay aire acondicionado en el metro ni en la red de Cercanías y el propio Macron reconoció que en cuestión de accesibilidad -se celebran los Paralímpicos- París "aún no está a la altura".

Los parisinos están alquilando sus pisos a precios disparatados para huir de la capital este verano. "Se están haciendo pruebas para ver cómo será un día típico y poder hacer frente a ello", tranquiliza Estanguet.

Los trabajos en una de las instalaciones en el centro de París.

Los trabajos en una de las instalaciones en el centro de París.AFP

En el Estadio de Francia varios obreros colocaban estos días la pista violeta donde se harán las pruebas de atletismo. "Es una creación inédita con un color que no había existido antes", presume Alain Blondel, director adjunto de las obras. El 1 de junio estarán acabados los trabajos. "Esta pista se quedará una vez acaben los juegos", dice. También la villa olímpica en Saint Denis, con más de 4.000 viviendas y oficinas. Todos insisten: Este evento, que se produce 100 años después de los juegos de 1924, transformará la ciudad, y dejará una herencia a los parisinos.

El legado fetiche, del que se presume con más orgullo sin saber aún si podrá producirse, es recuperar el baño en el Sena. Hace un siglo que el río no es sumergible y la calidad del agua aún no garantiza que las pruebas se puedan hacer ahí. Aún así, Macron ha dicho que va a dar ejemplo: "El Sena será uno de los mayores legados de estos juegos".

La llama olímpica ya avanza hacia París

La llama olímpica ya avanza hacia París

Actualizado Martes, 16 abril 2024 - 12:56

La cuenta atrás para París 2024 ha comenzado. En la ciudad griega Olimpia, que albergó los primeros Juegos Olímpicos de la antigüedad, ha tenido lugar la ceremonia oficial para encender la clásica llama olímpica.

La tradición de este acto señala que las mujeres, que interpretan a sacerdotisas ataviadas con largas ropas plisadas, ofrecen una plegaria al Dios Apolo para, posteriormente, inclinar la antorcha llena de combustible sobre un espejo parabólico y que los rayos de sol hagan prender el fuego.

Pero en esta ocasión, el cielo nublado en Olimpia ha provocado que el encendido se haya realizado con una llama de reserva que había sido conservada desde el último ensayo general.

La actriz griega Mary Mina, acompañada del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, ha sido la encargada de prender la llama que recorrerá durante los próximos 11 días el país heleno.

"En estos tiempos difíciles, en que las guerras y conflictos se multiplican, la gente está cansada del odio. Aspiramos a algo nuevo, que nos reúna y dé esperanza. La llama que encendemos hoy simboliza eso", ha señalado el presidente.

El presidente del Comité de Organización para los Juegos de París, Toni Estanguet, también ha compartido la visión de Bach: "Son más que nunca una fuerza de inspiración, para todos nosotros y las generaciones futuras".

Según el recorrido oficial, la llama pondrá rumbo a Francia el día 26 de abril y llegará a Marsella el día 8 de mayo. La ceremonia inaugural será el 26 de julio en la capital francesa.

Francia estudia limitar la ceremonia de apertura de los Juegos si hay problemas de seguridad

Actualizado Lunes, 15 abril 2024 - 14:52

Francia podría limitar la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos que se celebran este verano en París en caso de que la amenaza terrorista obligue a ello. Lo ha dicho este lunes el presidente francés, Emmanuel Macron, en una entrevista para celebrar que quedan 100 días para el evento deportivo, que arranca el 26 de julio y acaba el 11 de agosto.

Para saber más

Es uno de las grandes retos de cara a los Juegos: garantizar la seguridad en la ceremonia de apertura, prevista a lo largo del Sena, donde los atletas desfilarán en barcos, ante más de 300.000 espectadores. Francia está en alerta máxima por atentado terrorista y se va a recurrir incluso a empresas de seguridad porque no da con las fuerzas del orden. Se va a restringir la circulación y el perímetro de seguridad será muy amplio. El aforo, que iba a ser de 600.000 personas, se ha ido reduciendo hasta la mitad.

"Podemos hacerlo y vamos a hacerlo, porque nos hemos dotado de los medios para hacerlo (...) Nuestro país ya ha sido golpeado por el terrorismo y lo que quieren los terroristas es impedirnos soñar. No hay ingenuidad en esto. Nos hemos dotado de medios para hacer una gran ceremonia de apertura", ha dicho Macron en una entrevista a la cadena BFM.

Hasta ahora no se había desvelado si habría alternativa. Macron ha avanzado que sí habrá un plan B y un plan C en caso de que el riesgo sea tal que no se pueda garantizar la seguridad. Las opciones serían restringir la ceremonia a la plaza de Trocadero, junto a la Torre Eiffel, o "replegarse en el Estadio de Francia".

Huelgas

Otra de las amenazas que planean sobre el evento es la convocatoria de huelga. Los sindicatos CGT y FO ya han comunicado preavisos de paro para el periodo de los Juegos. "Francia es un equipo, es una nación unida y hay que estar a la altura del ejemplo. Tengo confianza en los sindicatos y su espíritu de responsabilidad", ha señalado el presidente.

Macron prometió que se bañaría en el Sena, donde se van a realizar algunas de las pruebas acuáticas. Sin embargo, también aquí hay serias dudas de que vaya a poder hacerse, debido al estado del agua. Las lluvias de las últimas semanas han degradado la calidad de la misma. "No he cambiado de opinión. Estaremos a la cita antes del 26 de julio", ha insistido el presidente.

El objetivo de cara a los Juegos es celebrar algunas de las pruebas pero también dejar zonas en el Sena aptas para el baño, para que los parisinos puedan disfrutar. Hace 100 años que se prohibió el baño en el río debido a la alta polución. Tanto Macron como la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, han prometido dar ejemplo y ser los primeros en introducirse en las aguas del Sena.

Macron, en el Grand Palais de Paris, este lunes.

Macron, en el Grand Palais de Paris, este lunes.YOAN VALATAFP

"Hay un trabajo que se ha hecho desde 2016. Cuando hablamos de la herencia de los Juegos, el Sena será uno de los grandes legados de los JJOO", ha dicho el presidente. Una de las infraestructuras que permitirán mantener el agua limpia es un megadepósito de agua fluvial, que permitirá almacenar el agua de la lluvia. Esta obra aún está sin terminar.

No sólo se bañará. No descartar incluso portar la llama olímpica, que se enciende mañana en la ciudad griega de Olimpia y llegará a Marsella el 8 de mayo. Ha dicho: "Creo que no es mi papel ni mi lugar". Pero ha concluido: "Veremos a ver si alguien me invita a llevarla, pero en principio no estoy previsto dentro del programa".

Adriana Cerezo: "Yo disfruto más que el resto. Esa es la diferencia"

Adriana Cerezo: “Yo disfruto más que el resto. Esa es la diferencia”

Adriana Cerezo es pura adrenalina. Y no sólo sobre el tapiz. Saluda aquí y allá, bromea con unos y otros y deambula eléctrica por el gimnasio Hankuk de San Sebastián de los Reyes como si fuera el salón de su casa. Los minutos previos al entrenamiento resultan una liturgia de vendajes, ánimos, risas, masajes y concentración. "Yo es que a lo que renunciaría es a no venir aquí. Ese sería mi sacrificio. Si tengo algún compromiso y tengo que cambiar los horarios o faltar al entrenamiento, pues me molesta. Y fue así siempre. Cuando tenía 10 años y me coincidía con el cumpleaños de algún amigo del colegio, me fastidiaba. Mi fiesta estaba aquí. Y que dure mucho", presume la menuda taekwondista en su entrevista con EL MUNDO, en la que habla tan rápido como pelea y con igual seguridad que como ejecuta sus patadas.

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Hace tres años, en el Makuhari Messe Hall, un centro de convenciones gigantesco a las afueras de Tokio, una niña de 17 años cautivó a España con su mezcla de ternura y fiereza. Sonreía de camino a cada combate y despedazaba a su rival después. Sólo cayó en la final, contra la tailandesa Panipak Wongpattanakit, por un despiste en los últimos segundos. Y lloró. De rabia porque aquella plata, que era la primera medalla para el país en esos Juegos, no fuera oro. Aunque nadie hubiera contado con ella.

Nadie, menos los que la conocían. "El día que la vi por primera vez pensé: 'Esta es una bestia'. Vino un poco cabizbaja, pero cuando tiró la primera patada...", rememora Jesús Ramal, el entrenador que hizo de esa niña frustrada que acudió a su escuela la mejor del mundo. Pero su plata, la que le cambio la vida, fue también fruto de un guiño del destino. Si para los deportistas más veteranos el retraso de los Juegos a causa de la pandemia resultó un duro golpe, para la adolescente Adriana ese año de margen fue una bendición. "¿Cuántas posibilidades hay de que una pandemia retrase unos Juegos, que los pueda disputar con 17 años...? Una entre un millón. Si hubieran sido en el 2020, tenía la edad muy justa para llegar a Tokio. Tuve más tiempo para aprender, para que la Federación confiara en mí y para que no hubiera ninguna duda, porque venía de las categorías inferiores. No sé qué hubiera pasado si hubiesen sido antes, pero de esta forma no me fue mal. Así que, como fue un regalo, la idea era ir a por todas", dice ella, a la que todos aquí la llaman 'La Bicho'.

Cerezo, durante un entrenamiento en el Hankuk.

Cerezo, durante un entrenamiento en el Hankuk.Ángel Navarrete

¿Cómo recuerda aquel día en el que fue ganando combate a combate hasta plantarse en toda una final olímpica?
Estaba flotando. Siempre hemos afrontado el presente para estar preparados para las oportunidades. Y en el momento en que se dio, la íbamos a exprimir al máximo. En mi cabeza no entraba 'vamos a probar, vamos a ver'. En mi cabeza estaba: 'voy a ser campeona olímpica'. Con esa ilusión y esas ganas afronté ese día. Así que lo que iba sucediendo no nos sorprendía. Esa frescura y esa forma de verlo nos dio un plus. A mí allí sólo me faltaban mi entrenador y mis padres.
Y sonriendo.
Espero que la gente se acuerde de esa sonrisa. Y que en París y en Los Ángeles sea igual. Es la esencia, lo que marca la diferencia. Todos entrenamos mucho, todos queremos ganar, todos damos nuestro 100%, pero yo creo que disfruto un poco más que el resto. Porque a mí esto me encanta, es mi vida.

En París, en el Grand Palais, Cerezo ya no será esa rival a la que nadie conocía. A sus segundos Juegos, la madrileña llega como número uno del ranking olímpico de su peso (-49 kilos), bronce en el mundial de hace un año y con más experiencia, madurez y hambre. "Hemos ido aprendiendo ciertas cosas para afrontar a rivales más altas. No es que las estudiemos mucho, focalizamos la atención en nosotros. Porque si Adriana está bien, ella es imparable. Tiene cosas que...", relata Ramal sobre su pupila, que el próximo mes afrontará el campeonato de Europa como preparación para la cita que centra todas sus atenciones. "Es injusto que los Juegos marquen tanto. Nos encantaría que un campeonato del mundo tuviera tanta repercusión, como pasa en fútbol o en baloncesto. Pero en nuestro caso no es así. Todos los deportes minoritarios tenemos ese pico de exposición y es lo que, a la vez, lo hace tan importante y tan bonito. Así que toca aprovecharlo", reivindica ella.

Adriana Cerezo y su entrenador, Jesús Ramal.

Adriana Cerezo y su entrenador, Jesús Ramal.Ángel Navarrete

¿En qué es mejor ahora?
Simplemente, en el hecho de tener tres años más de trayectoria, de entrenamiento. En nuestro caso es un trabajo acumulativo. Son más cosas mecanizadas, más aprendizaje, más adaptación a las normas... Pero sobre todo, yo venía de categorías inferiores y no había tenido la oportunidad de pelear en grandes eventos ni con gente top. Algo que ahora sí he podido hacer, competir en Mundiales, en Grand Prix, con las mejores. Esa es la experiencia. Aunque muchas veces te estás enfocando en las que están ahí arriba y luego aparece alguien como yo, que no estaba en el mapa...
Ahora ya no va a sorprender.
Pero eso es bonito también. Todos trabajamos para llegar a lo más alto. Y luego, mantenerte. Creo que todavía no soy el objetivo a batir, porque no soy ni la número uno del ránking mundial ni la campeona olímpica. Todavía tengo a alguien a quien perseguir. Pero ojalá llegar a serlo. Espero que sea en estos Juegos y tener que mantenerlo. Se nos va a dar bastante bien.
Cerezo, durante el entrenamiento en Hankuk.

Cerezo, durante el entrenamiento en Hankuk.Ángel Navarrete

A la tailandesa la tendrá ganas.
Sí. Y a una turca que me ha estado ganando un montón de campeonatos, aunque en los últimos dos he podido derrotarla. Pero ese combate sabes que va a ser duro. La china también. El nivel es tan alto que llega un punto en que son detalles. El que más lo disfrute, el que mejor esté... El que ese día se haya levantado con chispa. Pero estamos preparados para atajar a cualquiera.
¿Por qué el taekwondo?
Pues no lo sé. Yo probé un montón de deportes y no me llamaban la atención. Pero fue aquí... No sé. También está el hecho de que a todos nos gusta ser el mejor. Cuando ves que algo se te da bien y vas mejorando... Crece el protagonismo y dices: 'Quiero ser la mejor'. Porque puedo y sé que si trabajo lo puedo conseguir. Es esa ilusión, que la tienes cuando tienes ocho años y quieres ser el mejor de la clase y ahora con 20 quiero ser la mejor del mundo.
¿Sigue viendo películas de artes marciales en honor a su abuelo?
Qué va. Poquísimas. Veo un montón de series, soy muy friki. Obviamente, me he visto Cobra Kai. Soy mucho de ver documentales de grandes deportistas. Jesús está muy metido y me recomienda. Pero películas de artes marciales ya no veo. Los efectos especiales de ahora son tan buenos, que los de antes ya no te los crees. ¡Ya no soy tan niña! Pero tendría que verlo algún día, creo que lo haré.
¿Cómo lleva los estudios de Criminalística?
Estoy en tercero, ahí voy, al día. Espero terminar el próximo año. Mis padres y su exigencia. Para que pudiese venir a entrenar, para tener ese premio, mi fiesta, tenía que ir bien en el colegio. Si no hacía los deberes, si no traía buenas notas, ese día no venía a entrenar. Después, se me ha ido creando una rutina de aprovechar en los viajes, algo que empecé desde muy pequeña. En un avión de 10 horas a EEUU, ahí me llevo los libros. Tiempo sacamos, de donde sea.
Cerezo, durante la entrevista.

Cerezo, durante la entrevista.Ángel Navarrete

Se ve en plan CSI en el futuro...
Me mola mucho el tema de cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado. Pero yo iba a hacer Bioquímica o Biología Sanitaria. Cambié el mismo día de la preinscripción, hablando con mi madre. Me dijo: '¿Te ves dentro de 10 años en un laboratorio?'. 'Ni de coña', pensé. Me entró una angustia...
¿Lo de Policía le viene de familia?
Qué va. Mi padre tiene su empresa de decoración y mi madre trabaja en marketing. Tengo un tío que es policía local. Simplemente me llama la atención, me gusta mucho la Policía. Siempre ha estado en mi cabeza el tema de opositar. Pero ahora es complicado... Con calma.
¿Sigue practicando el mindfulness?
A diario. Empezamos en 2018. Me tranquiliza. Me viene bien para el taekwondo, pero también para los estudios. Vivimos a 2.000 revoluciones. Sacar 15 minutos, sentarte, respirar y no pensar en otra cosa, me viene bastante bien. Es algo que voy a hacer siempre.
¿Cómo lleva el mal perder?
Es que me enfado mucho conmigo misma. A todos nos gusta fustigarnos un rato, aunque estoy aprendiendo a no hacerlo. A llorar, a otro sitio. Se analiza lo que hemos hecho mal y se replantean las cosas. Quedarse en bucle es pasarlo mal a lo tonto. Ni eres el mejor cuando ganas ni el peor cuando pierdes. Mañana hay que pelear otra vez.
¿Lo peor que ha hecho tras una derrota?
Esto no se lo he dicho nunca a Jesús, ya lo leerá. Una vez perdí contra una tailandesa, la única vez en mi vida que fue por una diferencia de 20, en un Open de Bélgica Junior, en la final. Estaba tan enfadada que le pegué un puñetazo a la pared... Cuando me quite el guante tenía el el puño lleno de sangre.
¿Cómo lleva el tema dieta?
En los deportes de contacto hay mucha gente que hace locuras con el peso. Si yo peso más, soy más fuerte, soy más grande. Pero a mí me gusta entrenar, no dar el peso sudando con una capucha. Nos cuidamos, por supuesto. Pero nuestra filosofía va en dirección contraria. Creo que es un tema que hay que ir cortando, porque lleva a trastornos alimenticios. Mucha gente va a límite, en el boxeo, en el judo... Hay que saber alimentarte para competir, antes y después. La educación nutricional es súper importante y agradezco a Jesús que nos haya dado esa base.
¿Habrá otro tatuaje post París?
En las costillas, en el cuello.... Va condicionado a la experiencia que tenga, no a la medalla. Porque Tokio fue inolvidable. Subir en el ascensor con Pau Gasol, encontrarte en el comedor con Djokovic, que tu vecina sea Mireia Belmonte...
España padece y padece para clasificarse para los Juegos Olímpicos

España padece y padece para clasificarse para los Juegos Olímpicos

Para alcanzar la Villa Olímpica hay que cruzar un abismo. Algunos deportistas saltan de golpe, ¡alehop!, y ya están en los Juegos, pero la mayoría sufren horrores sólo para clasificarse. El billete olímpico a veces es más complicado que una medalla. Hay muchísimo que perder -la presencia en la élite, dinero en becas, la máxima atención mediática- y poquito que ganar. Por eso los torneos preolímpicos son tan desagradables. Nervios, sudores, agobios y, al final, si hay suerte, una celebración efímera. La España de balonmano lo descubrió este viernes de mala manera: el trámite ante Argentina se convirtió en una pesadilla de la que sólo pudo despertar en el último minuto.

La selección ganó (23-26), logró matemáticamente el pase para los Juegos de París y disfrutó de la fiesta posterior en Torrevieja, pero antes tuvo que padecer y padecer.

Con tanto juego las piernas temblaron, también es lógico. Si en el partido anterior ante República Checa todo salió bien, un paseo sin baches, esta vez casi todo salió mal, sobre todo de inicio. Ante Argentina, una selección que en toda su historia sólo disputó los Juegos de Río 2016 y gracias a la clasificación directa de Brasil, España estuvo demasiados minutos por detrás, más de media hora.

En toda la primera parte nunca llegó a dominar el marcador y alcanzó el descanso con empate (14-14) de chiripa. Luego en la segunda parte mejoró, pero caminó sobre el alambre, con ventajas mínimas y sin alivio.

Durante un buen rato, Elke Karsten, líder de Argentina, una jugadora de rotación en el Bera Bera, amenazó con convertirse en un personaje negro en la historia del balonmano en España. Sus ocho goles y sus asistencias colapsaron la defensa de la selección que en ataque acumulaba demasiadas pérdidas -ocho en la primera parte y seis en la segunda-.

Sólo el liderazgo de la primera línea formada por Paula Arcos, Jennifer Gutiérrez y Shandy Barbosa y el regreso a la portería de Merche Castellanos llevaron a la selección a los Juegos. Este domingo habrá partido ante la potente Países Bajos, pero ya sin nada en juego, con ambas selecciones ya clasificadas. España ya ha cruzado el abismo para alcanzar la Villa Olímpica.