La Champions pide el DNI a los niños de Flick para pasar

La Champions pide el DNI a los niños de Flick para pasar

Tenga cuidado si empieza a fiarse usted mucho de la inteligencia artificial para planificar su vida o, qué se yo, para hacer inversiones. Porque yo ya empiezo a no tener tan claro eso de dejar en sus manos cosas como la prescripción de medicamentos, la crisis energética, la de alimentos o el cambio climático. El llamado superordenador de OPTA, la empresa británica de análisis deportivo, dijo que el Barça jugaría la final, y que PSG ganaría la Champions; pero a principios de la semana pasada decía que el Arsenal, hace tres que el Barça, en febrero que el Liverpool, y en septiembre que el Manchester City. La conclusión más obvia es que la IA se parece cada vez más a los humanos.

Tras su éxito con el Como, La Gazzetta dello Sport, definió a Cesc Fábregas como «un poco Guardiola, un poco Conte y un poco Harry Potter». Lo de Hansi Flick ha sido más un exorcismo, sacándole al Barça demonios acomodados desde hace más de un lustro, que obligaba a los culés a acabar las eliminatorias echando puré y girando el cuello delante de la tele de formas biológicamente imposibles para no presenciar el esperpento.

La plantilla que Xavi Hernández pensaba que no le llegaba para competir, el alemán casi la lleva a la final de la Champions. Que no es que Xavi estuviera equivocado, es que Laporta necesitaba a alguien que no pensara, que para eso ya está el superordenador de OPTA.

Es cierto que la Champions la ganan los jugadores y las ligas las plantillas, pero para competir en todas a la vez necesitas más de una. El Barça está tan agotado que se ve obligado a aplazar las victorias hasta la mitad de la segunda parte, y no puede llegar siempre.

Simone Inzaghi ha sido capaz estos años de construir, más que un equipo, una tela de araña y luego la llenó de explosivos; y se aprovechó de que el Barça usa el fuera de juego, más que como una estrategia, como una excusa para no tener que defender, que no sabe.

El Barça recordaba que un 6 de mayo ocurrió el Iniestazo, olvidando que Lamine tenía año y medio. De hecho, su ignorancia absoluta por la historia contemporánea del Barça en Champions ha sido lo que le ha permitido liderar este Barça inmaduro e inconsciente. Un equipazo. El Barça ha caído, pero el DNI de la plantilla dice que para la Champions, sigue llegando a tiempo.

El Barça no rompe su maldición y sigue sin una final de Champions 10 años después

El Barça no rompe su maldición y sigue sin una final de Champions 10 años después

Actualizado Martes, 6 mayo 2025 - 23:55

El 6 de mayo no pudo ser esta vez talismán para el Barça. En 2009, en esa misma fecha, los azulgrana, con Pep Guardiola en el banquillo, lograron arrancar un agónico 1-1 en la vuelta de las semifinales ante al Chelsea de Guus Hiddink en Stamford Bridge, casi cuando estaba a punto de cumplirse el tercer minuto del añadido y jugando con 10 desde el minuto 66, para meterse en una final de Roma en la que, ala postre, batiría al Manchester United por 2-0 para sumar el primer triplete de su historia. Seis años más tarde, el equipo, entonces con Luis Enrique al frente, sellaba un contundente 3-0 frente al Bayern precisamente de Guardiola en la ida de unas semifinales que serían la antesala de la final de Berlín ante la Juventus. Su victoria allí, por 3-1, significó a la vez tanto su quinto máximo trofeo continental como el segundo triplete para el club.

Desde ese triunfo, cosechado en 2015, el Barça no ha hecho más que encadenar una serie de decepciones en Europa a las que el Inter le ha añadido ahora un nuevo capítulo. La Champions insiste en darles una y otra vez la espalda a los azulgrana, en una suerte de maldición que, de momento, no ha escrito aún su última página. En la temporada 2015-16, cayeron en los cuartos de final frente al Atlético de Diego Pablo Simeone. Por mucho que se llevaran un 2-1 aparentemente favorable del Camp Nou, los colchoneros sellaron un 2-0 con doblete de Antoine Griezmann en el Calderón que acabó por obligarlos a despedirse de reeditar el triunfo conquistado el año anterior.

El curso siguiente, el 2016-17, aún comandados por Luis Enrique, consiguieron firmar remontada en los octavos de final ante el PSG con un 6-1 en el Camp Nou tras caer inicialmente en París por 4-0 tan vistosa como finalmente estéril. La Juventus, en los cuartos de final, los descabalgaría de la máxima competición europea tras vencer por 3-0 en Italia y arrancar un 0-0 en la vuelta.

Fiascos en Roma y Anfield

La temporada 2017-18, con Ernesto Valverde al frente del banquillo, los barcelonistas se vieron en la calle también en los cuartos de final, en este caso a manos de la Roma. Tras vencer por 4-1 en el Camp Nou, en un partido en el que la fortuna se alió con los locales, el equipo giallorosso remontó endosándole un contundente 3-0 en Italia.

El curso siguiente sería aún más aciago. Entonces, después de vencer al Liverpool por 3-0 en el Camp Nou en la ida de las semifinales, con Ousmane Dembélé enviando al limbo el posible 4-0 en los instantes finales, los reds les pasaron por encima en Anfield con un tan incontestable como humillante 4-0. La humillación, no obstante, alcanzaría su cota máxima en la temporada 2019-20, en una fase final de la Champions marcada por la pandemia y disputada a partidos únicos en Lisboa a partir de los cuartos de final. Entonces, el Bayern de Hansi Flick arrasó a un equipo dirigido por Quique Setién con un demoledor 2-8.

Tampoco ante el Eintracht

El curso 2020-21 fue otra decepción. El PSG, liderado por Kylian Mbappé, se impuso por 1-4 en el Camp Nou en la ida de los octavos de final y le bastó con ceder un 1-1 en París para sellar una nueva eliminación de un equipo azulgrana que, en las temporadas 2021-22 y 2022-23, no logró ni siquiera alcanzar los octavos y se vio condenado a jugar una Europa League en la que el Eintracht de Frankfurt lo eliminó en los cuartos de final tras un 1-1 en casa e imponerse por 2-3 en el Camp Nou en 2022 y el United, por su parte, lo mandó también a casa en la ronda preliminar previa a los octavos en 2023 tras arrancar un 2-2 e imponerse por 2-1 en Old Trafford.

La campaña pasada, finalmente, el PSG volvió a erigirse como verdugo de los azulgrana en Europa. Esta vez, en los cuartos de final. El equipo de Xavi Hernández consiguió llevarse un 2-3 de su visita al Parque de los Príncipes solo para ver como, en la vuelta, en Montjuïc, el conjunto francés se imponía otra vez por 1-4, en un partido marcado por la madrugadora expulsión de Ronald Araújo, con un doblete de Mbappé y sendos tantos de Dembélé y Vitinha.

Cruel castigo al Barça de Lamine: el Inter será finalista de la Champions tras un duelo épico

Cruel castigo al Barça de Lamine: el Inter será finalista de la Champions tras un duelo épico

Las noches de hundimiento del Barça tienen un escenario europeo más, Milán, pero en nada se parecerá a cualquier otro naufragio. Esta vez fue un castigo cruel y por momentos injusto para el equipo primaveral y descarado que ha ensamblado Hansi Flick. Se encontraron con el primer gran obstáculo y pelearon con convicción toda la eliminatoria, sin miedo, guiados por un Lamine Yamal en la persecución de un sueño que les arrebató el Inter justo cuando vivían inmersos en un estado de felicidad sostenida. Parecían quedar atrás los breves estallidos que habían alimentado la última década, en la que el Barça no creó memoria y ni recuerdos europeos, a veces por deméritos otras por falta de suerte. Cuando pareció que este equipo, comandando por un juvenil y bajo el gobierno de Pedri, lo tenía todo, los italianos se cobraron primero los errores, después le sobrevivieron y acabaron resistiendo para someter la alegría feroz de esta generación culé en una eliminatoria épica. [Narración y estadísticas (4-3)]

El Barça encontró con la necesidad de masticar un duelo que tardó en saber interpretar, tuvo en su mano y lo vio escapar. No lograba generarle dudas a un rival que echó mano de veteranía, esa misma que hizo de Dimarco buscara intimidar a Lamine a base palitos. Nada que pudiera castigar Marciniak, pero suficiente para desquiciar. Aún así se sostuvo el de Rocafonda para tirar de un Barça que se refugió solo en él para intimidar, sin que eso le permitiera sacar a pasear su don.

En los primeros minutos, ambos equipos buscaron dañarse por los flancos. Si Lamine estaba juguetón, Dumfries anduvo siempre preparado para buscarle las cosquillas a Gerard Martín. Fue la caldera del Giuseppe Meazza la que encendió el partido cuando el Inter encadenó tres saque es de esquina consecutivos e impuso su pizca de locura. Se durmió Olmo en la salida de balón y apareció Dimarco para robar, buscar a Dumfries y que el neerlandés asistiera a Lautaro Martínez para abrir el marcador. El argentino había apurado para llegar al duelo y fue determinante durante muchos minutos.

Cubarsí y el VAR

La ventaja le dibujó al equipo de Inzaghi el escenario que quería. Sin necesidad de arriesgar, entregó el control a los azulgrana, demasiado imprecisos ante Sommer. Ni Ferran ni Lamine, en alianza con un solvente Éric García en funciones de lateral, eligieron bien y Olmo y Raphinha ni aparecían.

Al Inter le bastaba con estirarse a la contra, buscando inquietar en cualquier despeje como la bolea que probó Mkhitaryan o el zurdazo de Çalhanoglu. Se sostenía el Barça en esa mínima desventaja cuando Cubarsí se lanzó a los pies de Lautaro frenando su mano a mano con Szczesny. Se jugó el penalti y el VAR lo cazó. El argentino, a medio gas, había marcado un gol y dejado en bandeja el segundo a Çalhanoglu desde el punto de penalti con la primera parte cumplida. El 2-0 era un mazazo que Flick tendría que buscar enmendarlo en el vestuario.

Aunque solo la habilidad en el fuera de fuego les libró del tercer tanto, al alemán no le hizo falta ni mover el banquillo porque el héroe inesperado lo tenía en el césped. Se activaron Lamine, Pedri y Raphinha, pero fue Gerard Martín el que puso un centro lateral que Eric García enganchó para enviar a la escuadra. Ese gol recordó que no hay desaliento cuando está en juego una final. Tuvo el empate el improvisado lateral en una contra de manual con Gerard y Pedri, pero su disparo lo adivinó Sommer, todo reflejos.

Frattesi festeja el 4-3 del Inter, el martes en el Meazza.

Frattesi festeja el 4-3 del Inter, el martes en el Meazza.AFP

Nada pudo hacer el suizo con otro centro llovido desde la izquierda para el testarazo de Dani Olmo. El Barça había revivido y el Inter temblaba. Tanto que cuando el VAR convirtió en falta al borde del área la entrada de Mkhitaryan a Lamine que Marciniak vio como penalti, todo el estadio resopló de alivio.

La superioridad culé era aplastante y, como no podía ser otro, Lamine tuvo la ocasión de romper el empate con un latigazo desde la frontal del área que salvó la mano de Sommer. Entonces apareció Raphinha. Necesitó probar con la izquierda, que salvara Sommer y recoger el rechazo para ajustar un derechazo a la base del poste para poner rumbo a Munich. Nada parecía poder frenar a este Barça y hasta Lamine estrelló el cuarto en el palo. Sin embargo, el Inter revivió para aguar la fiesta culé. Cuerpeó Dumfries con Gerard y le ganó para poner un centro que Acerbi convirtió en el empate que condenaba a la prórroga.

Con el partido loco, en el tiempo extra los errores se pagaron mucho más caros. El de Araújo dejando escapar a Thuram en el lateral del área para asistir a Frattesi fue determinante. Otra vez el Barça estaba eliminado. Bajo la intensa lluvia de Milán, faltaba el gol de Lamine que, por más que lo buscó de manera incansable, no apareció.

Ancelotti pacta con el Real Madrid anunciar su despedida tras el clásico para dirigir a Brasil en junio

Ancelotti pacta con el Real Madrid anunciar su despedida tras el clásico para dirigir a Brasil en junio

El Real Madrid y Carlo Ancelotti anunciarán su ruptura (amistosa, pero ruptura) la próxima semana, entre el partido ante el Barcelona (domingo 16.15 horas) y el choque contra el Mallorca (miércoles, 21.30). No será al final de la Liga, como dijo el técnico italiano en rueda de prensa el pasado sábado, que eludía como podía las preguntas.

«Estoy bien. Entiendo que queréis hablar de mi futuro. Estoy muy tranquilo y feliz. Sé perfectamente lo que tengo que hacer y lo que voy a hacer. Y no es hablar hoy de mi futuro. Os decepciona, pero a mí me da igual. Tengo mucho cariño a mi club, a mis jugadores y a mi afición. De mi futuro hablaré el día 25 y no antes». Pero las cosas se han acelerado, y el hecho de adelantar el anuncio tiene que ver con la intención de Ancelotti de dirigir a la selección brasileña ya en los partidos de junio.

Que los caminos de club y técnico se separaban dejó de ser noticia hace tiempo. Pero faltaba saber cómo hacerlo público. La buena relación que mantiene el jefe del banquillo con el jefe de las oficinas lo ha facilitado. Ancelotti y Florentino Pérez han acordado comunicarlo probablemente el lunes, según ha adelantó The Athletic y ha podido confirmar EL MUNDO, lo que dejaría a Carletto la oportunidad de despedirse del Santiago Bernabéu en ese choque contra el Mallorca o en la última jornada de Liga contra la Real Sociedad.

También le va a permitir dirigir a la selección brasileña en los partidos que tiene en junio de clasificación para el Mundial. El día 6 ante Ecuador y el 11 contra Paraguay. Los contratos que unirán a Ancelotti con la CBF se están terminando de redactar y el anuncio sería en los días siguientes al comunicado del Real Madrid.

SIN FRICCIONES

Lo que ambas partes tenían muy claro es que no querían fricciones que pudieran empañar el adiós del entrenador más exitoso de la historia del club, que se va a marchar con 15 títulos (podrían ser 16 si finalmente logra engancharse a la Liga en el Clásico y termina levantando el trofeo). El palmarés habla de tres Champions, tres Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, dos Ligas, dos Copas del Rey y dos Supercopas de España, superando por un dígito a Miguel Muñoz. Especialmente en esta segunda etapa, iniciada en el verano de 2021 con aquella famosa llamada de teléfono del entrenador para pedir jugadores que terminó con una resolución de contrato en el Everton y su aterrizaje en Valdebebas.

Con Ancelotti saldrá del club también su hijo Davide, que iniciará su camino en los banquillos en solitario, pues ofertas (Inglaterra, Alemania y España) no le faltan. Del resto del cuerpo técnico todavía no hay noticias.

El club, entre tanto, sigue intentando que sea Xabi Alonso el que lleve las riendas del equipo en el Mundial de Clubes (14 de junio-14 de julio). Pero ahí juega también un papel importante, cómo no, el Bayer Leverkusen, club donde todavía ejerce el vasco. Como esa opción no está cerrada, de momento, también existe la posibilidad de que sea Santiago Solari el técnico interino que dirija al equipo en esa cita y que Xabi comience a trabajar cuando termine la aventura en Estados Unidos.

En las oficinas del Bernabéu no descartan ninguno de los dos escenarios, y todo va a depender de las negociaciones que, a varias bandas, tienen lugar estos días con la vista puesta, eso sí, en la Liga, que se juega el domingo en Montjuïc. Una victoria le coloca a un punto.

La RFEF nombra un nuevo responsable del Mundial tras el escándalo en la elección de las sedes

La RFEF nombra un nuevo responsable del Mundial tras el escándalo en la elección de las sedes

El escándalo desatado al conocerse que la Federación Española de Fútbol manipuló las puntuaciones de las sedes para el Mundial 2030 con el objetivo de sacar a Vigo y que Anoeta entrase en su lugar, desvelado por EL MUNDO el pasado 24 de marzo, se mantiene en 'stand by' a la espera, entre otras cosas, de conocer qué acciones judiciales va a emprender el ayuntamiento de la ciudad gallega, que ha contratado a un bufete de abogados para explorar todas las opciones.

En paralelo el alcalde, Abel Caballero, viajará el próximo día 12 a Madrid para reunirse con representantes de la Federación, que le ofrecerán toda la información "que no sea confidencial", y en ese entrecomillado se intuye otro choque más entre las partes, pues Caballero ya ha dicho que él quiere "toda la información".

Para saber más

La Federación, mientras todo esto sucede, ha anunciado en la mañana de este martes el nombre del nuevo responsable del Mundial, que sustituye a María Tato, cuyos movimientos son seguidos estos días con atención desde Las Rozas. El nuevo responsable del Mundial es Eduard Dervishaj. Lo ha hecho público el presidente, Rafael Louzán, en los desayunos de Europa Press.

Dervishaj es un hombre de origen albanés, relacionado con el fútbol de su país y que en 1997, durante un viaje a España como secretario general de la Federación albanesa pidió asilo político. Le fue concedido y comenzó en ese mismo año a trabajar en la Federación como director del Área de Relaciones Institucionales y Proyectos Internacionales.

Ocupó ese cargo hasta 2019, cuando Luis Rubiales le despidió. Hace menos de un año, y bajo la presidencia interina de Pedro Rocha, volvió a su cargo y ahora Louzán le hará compatibilizar sus funciones con ser el nuevo rostro visible en la organización del Mundial. Según la nota de prensa de la Federación, cuenta con amplia experiencia en la organización de eventos internacionales.

Ruud Gullit: "Ancelotti es tu tío favorito, ese que cuando llega a la cena de Navidad todo el mundo se pone contento y aplaude. Echarle es injusto y un error"

Ruud Gullit: “Ancelotti es tu tío favorito, ese que cuando llega a la cena de Navidad todo el mundo se pone contento y aplaude. Echarle es injusto y un error”

Ruud Gullit (Amsterdam, 1962) es un tipo feliz con el carisma eterno de quien, por más que se cortase las rastas hace 25 años, aún reside en la memoria colectiva con uno de los mejores pelos de la historia. Pero tras las carcajadas hay un hombre reflexivo y comprometido. Siempre fue una estrella diferente, también cuando provocaba pesadillas en el Real Madrid de la Quinta con el Milan de los holandeses, que ganó dos Copas de Europa, o guiaba, con su amigo Van Basten, a Países Bajos a su único gran título, la Eurocopa 88.

El Balón de Oro 1987 conversa con EL MUNDO en Madrid, donde ha viajado para los premios Laureus, en una etapa plácida: "Tengo una gran vida. Viajo, sigo involucrado en el fútbol como experto de televisión y no sufro. Ser entrenador fue una mala idea. Es un trabajo horrible. Siempre, siempre, la humillación te está esperando. Puedes aplazarla durante un tiempo, pero antes o después llega". Y se parte de risa por primera vez.

Para media España serás siempre un villano y para la otra, un héroe.
Sí, lo sé y lo noto especialmente cuando vengo a Madrid. A la gente no le gusto mucho y algunos me lo dicen [risas]. En Barcelona, sin embargo, me piden muchas más fotos. Lo cierto es que aquella rivalidad entre el Milan y el Real Madrid fue muy bonita. Ellos, con la Quinta del Buitre, eran un grandísimo equipo, pero tuvieron la mala suerte de que nosotros éramos mejores. En cualquier otra época creo que hubieran ganado la Copa de Europa.

Para saber más

¿Qué es lo que más recuerdas de esos duelos?
La sensación especial de salir ganador del Bernabéu. El Real Madrid era y es el club más grande del mundo y jugar bien en este estadio es una sensación fantástica. Luego hay otra cosa que siempre recuerdo de esos años y que te demuestra lo complejo que es el fútbol. La temporada anterior a las dos que eliminamos al Madrid y ganamos la Copa de Europa, nos eliminó a nosotros de la UEFA el Espanyol. Eso es el fútbol.
El legado de ese Madrid de la Quinta ha quedado marcado por no ganar la Copa de Europa.
Y no es justo porque si ganar la Champions es difícil ahora, entonces lo era mucho más. Sólo jugábamos los campeones de liga, así que no la disputabas todos los años. De hecho, el nombre Liga de Campeones ya no tiene mucho sentido cuando va el cuarto. Ganarla entonces era una misión de dos años: tenías que ganar la liga el primero y la Copa de Europa el segundo. Era muy complicado y, además, en las primeras rondas ya te podía tocar cualquier gran equipo a ida y vuelta, ni liguilla ni posibilidad de arreglar un error ni nada. La segunda vez, eliminamos al Madrid en segunda ronda, en noviembre. Era un grandísimo equipo.
Estaban Butragueño, Míchel, Hugo Sánchez… Sin embargo, al recoger el Balón de Oro de 1987, dijiste que lo merecía Gordillo.
Sí, y lo pensaba en serio. Me encantaba Gordillo porque tenía un carácter parecido al mío. Le divertía lo que hacía, que es algo que te sorprendería saber cuántos futbolistas hay a los que no les pasa. Yo siempre disfruté jugando y Gordillo era igual, aunque luego trabajase muy duro para el equipo también. Me gustaba su forma de entender el juego y la vida, me veía reflejado en él.
Tú te lo pasabas en grande y lo mostrabas.
Divertirse es lo más importante de la vida. Además, si no te gusta lo que haces es muy difícil que tengas éxito. Yo no creo en esos jugadores que simplemente juegan al fútbol para ser famosos y millonarios. No, eso es una mierda. Al fútbol se juega porque lo amas. Divertirme siempre fue mi prioridad. Nada más fichar por el Milan me llevaron a una concentración de dos semanas en unas instalaciones aisladas y a los tres días quise volverme a Holanda, no aguantaba eso. Se lo dije a Sacchi: "A mí no me puedes meter en una jaula, necesito ir al cine, necesito salir. Si no, no me puedo concentrar". Por suerte, se adaptaron un poquito a mí, me dieron más libertad y todo salió bien. Yo necesitaba divertirme y allí nadie parecía divertirse.
El fútbol italiano de los 80 no era una juerga.
No, no [risas]. Durante las comidas yo estaba feliz, charlando, riendo, haciendo bromas y notaba que la mayoría de jugadores me miraban con sospecha: "Este tío no es serio". Lo que pasa es que luego vieron en el campo y entendieron que era tan profesional como cualquiera de ellos y trabajaba duro, pero sencillamente no podía vivir sin risas.
Siempre tuviste muchos intereses más allá del fútbol. El Balón de Oro se lo dedicaste a Nelson Mandela.
Sí, era mi ídolo, mi ejemplo, mi causa. En Países Bajos había mucho remordimiento respecto a nuestro papel histórico en lo que sucedía en Sudáfrica y participé en organizar muchas manifestaciones contra el apartheid y de apoyo al ANC [el partido de Mandela]. Además, yo estaba muy metido en el mundo de la música reggae, cuya esencia es protestar contra el racismo, el fascismo, la violencia, el sufrimiento… Nelson Mandela o Steve Biko eran presencias constantes en nuestras canciones y en nuestra cultura. Teníamos una batalla que luchar y me involucré mucho en ello. Me reuní con muchos miembros exiliados del ANC y fue una decisión clara dedicarle el premio de Mandela, que aún estaba en prisión.
Luego le conocerías.
Sí, nos reunimos muchas veces. Estoy muy orgulloso de haber conocido a alguien con tanto carisma. No he conocido otra persona que tuviera semejante aura a su alrededor y mira que he conocido gente… Pero Mandela era especial y representa lo mejor del ser humano. Cuando salió de la cárcel, siempre fue humilde, intentó involucrar al enemigo en el proceso de reconstrucción de un país y una sociedad. Nunca quiso vengarse, sino crear juntos aunque le habían tenido 26 años en una celda. ¿Cómo una persona así no va a ser una inspiración enorme? Una de las últimas veces que nos vimos me invitó a Sudáfrica y me dio una medalla.
¿De qué tipo?
De comandante. Soy comandante de las Colonias Sudafricanas. ¡Es un gran título! [risas].
¿Por qué es tan difícil ver hoy a una estrella del fútbol involucrada en cuestiones políticas y sociales?
Porque la mayoría de las veces se vuelve contra ti. Los fans y los periodistas siempre están buscando historias y titulares y si te involucras, te están esperando. El mejor ejemplo de esto es Marcus Rashford. Hizo algo maravilloso liderando la lucha contra la pobreza infantil y denunciando la inacción del Gobierno. ¿Qué sucedió? Que cuando su rendimiento en el United bajó, un montón de gente le estaba esperando para decir que era porque estaba demasiado preocupado por otras cosas. No es cierto, no tiene nada que ver, todos los futbolistas pasamos por fases, pero eso les da igual: van a usar tu posicionamiento contra ti. Así que, aunque me duela, ahora mismo le aconsejaría a cualquier futbolista que se mantenga al margen. Como futbolista, es peligroso involucrarse en proyectos políticos y de derechos humanos porque se va a volver contra ti. Es horrible, pero es así. Por lo tanto, regla número uno: no te metas en política.
Tú no la cumpliste.
No, pero sí fui haciéndolo cada vez menos. Al final, es más sencillo vivir en tu burbuja. Lo primero que debes aprender cuando triunfas en el fútbol es a decir "no", porque todo el mundo quiere algo de ti y si no se lo das va a decir que eres un gilipollas. Bueno, pues a veces es mejor ser un gilipollas que dejar que te utilicen sólo por caer bien. Lo que me preocupa es que sigo viendo hoy muchos de los problemas que veía entonces. El racismo, el sexismo, la pobreza, las guerras… Y en cierto modo está yendo a peor porque, en buena parte debido a las redes sociales, la gente cada vez es menos receptiva hacia los demás, está más enfadada, se va más a la derecha, a la extrema derecha incluso… Teníamos una Europa estupenda y se está estropeando.
Estás en un comité creado en Países Bajos para fomentar la diversidad en cargos directivos.
Sí. Por ejemplo, la Federación Neerlandesa de Fútbol, pese a la cantidad de estrellas negras que ha tenido la selección, era sólo blanca y masculina. En muy poco tiempo hemos logrado que haya una mujer vicepresidenta [Marianne Van Leeuwen], que Nigel de Jong sea el director técnico y Clarence Seedorf esté en la directiva. El cambio no debe hacerse desde abajo, debe llegar desde la cima, porque es natural que los jóvenes busquen referentes en gente que se parece a ellos. Si sólo hay hombres blancos en puestos directivos es muy difícil para una chica negra creer que ella puede llegar allí. Hay cierta gente que no quiere asumir que la sociedad actual es diversa, le guste o no. Eso no es una opinión, es un hecho. Y si bloqueas a otras razas el camino hacia el éxito estás creando frustración, la frustración crea infelicidad y la infelicidad crea enfado. Y nada es más peligroso para una sociedad que tener a un montón de gente enfadada. Si quieres una buena sociedad es imperativo que haya igualdad de oportunidades. Me he encendido, hablemos de fútbol [risas].
Ruud Gullit, representando a los premios Laureus, posa en el hotel Palace.

Ruud Gullit, representando a los premios Laureus, posa en el hotel Palace.

Vale. Diría que eres el único futbolista de la historia que ha sido estrella como defensa, como medio y como delantero.
Es cierto. Empecé como líbero y así debuté en Primera con el Haarlem a los 16 años, pero en mi segunda temporada llegó un entrenador nuevo, Hans Van Doorneveld, y dijo que me quería convertir en delantero. Me resultó fácil aprender porque tenía la ventaja de que sabía cómo piensa un defensa y me anticipaba a ellos. Mientras, en las selecciones inferiores me ponían en el medio, de extremo derecho, y aprendía otras cosas. El problema de todo esto es que los entrenadores no utilizaban mi polivalencia en mi beneficio sino en el suyo. En vez de ponerme en el sitio donde yo más rendía, me ponían en el que mejor les cuadraba a ellos el puzle y eso me irritaba porque nunca me permitió especializarme en una cosa y refinarla totalmente. Al final era una desventaja poder hacer tantas cosas. Por ejemplo, en el Milan empecé de extremo, cuando se lesionó Marco [Van Basten], me pusieron de nueve, luego otra vez al medio… Me tenía que estar readaptando cada año y era frustrante a veces.
En el Feyenoord coincidiste con Johan Cruyff en la que fue su última temporada en activo (83-84).
Y ganamos Liga y Copa. Fue un maestro muy importante para mí, con esa mente privilegiada que le permitía ir muy por delante en todas las situaciones. Me dijo algo que yo no sabía en ese momento: "Rudi, tú eres diferente, vas a tener una gran carrera y debes estar preparado. Cuando vayas a un club nuevo, a los fans no vas a gustarles. Te van a gritar, te van a insultar, los demás jugadores te van a recibir mal pensando que no eres tan bueno. Entonces, lo primero que debes lograr es hacer mejor al resto. Eso te solucionará todos los problemas". Yo tenía 20 años, aún perseguía la atención, quería destacar yo y este señor me decía que pensara en gente que ni conocía [risas]. Por supuesto, tenía razón. Porque si eres realmente bueno jugando al fútbol, puedes leer y dirigir a tus compañeros hacia sus mejores versiones y eso acaba por protegerte a ti. Si vas a lo tuyo, sólo puedes hacer bien las cosas en las que tú eres bueno, pero si ves el fútbol como un todo, las virtudes de los 11 acaban siendo las tuyas. Eso me lo enseñó Johan, es la gran verdad del fútbol y una de las cosas más importantes que aprendí en mi carrera.
Tu gran amigo fue Frank Rijkaard.
En el fútbol y en la vida. Crecimos juntos en Ámsterdam, es como mi hermano. Frank siempre fue la última pieza que necesitaba todo rompecabezas. Hacía cada equipo mejor, pero no le gustaban la atención y la fama. Las odiaba y aún las odia, de hecho. Odiaba las conferencias de prensa, a los periodistas, los actos publicitarios… Sólo quería jugar y que le dejaran en paz. Era la columna vertebral del equipo tanto con el Milan como con Holanda, el que sostenía todo lo demás. Era un futbolista mucho mejor de lo que la gente se daba cuenta porque no tenía el más mínimo interés en que le aplaudieran y le dieran premios. Fuerte, atlético, inteligentísimo… Y una persona increíble. Un líder muy diferente a los habituales. Muy calmado, muy tranquilo, siempre acertado. Marco [Van Basten] y yo ya estábamos, pero hasta que no llegó Frank no ganamos la Copa de Europa y no es casualidad.
Vosotros dos erais buenísimos, pero Van Basten…
Él era excepcional. Es el mejor futbolista con el que he jugado y el segundo mejor contra el que he jugado, sólo porque lo hice contra Maradona. Y Marco, sano, no estaba lejos. Siempre conectamos muy bien, sabía dónde iba a estar sin mirarle, así que me centraba en darle el balón, era mi primera y mi segunda opción en cada jugada. Yo también era delantero, pero sabía que si me la jugaba yo, podía ser gol; si se la pasaba a él, era gol seguro. Así que, como lo que quería era ganar, se la daba todo el rato [risas].
Marcasteis ambos en la final de la Eurocopa 88 [2-0 a la URSS].
Y metimos dos cada uno en la final de Champions del año siguiente [4-0 al Steaua]. Teníamos una conexión increíble y yo amaba a ese tío, pero discutíamos porque él sólo pensaba en meter goles y las pocas veces que no se la pasaba venía a por mí muy cabreado: "¡Me duele lo que haces! ¡No me miras!". Y yo le mandaba a la mierda y me partía de risa. Eso le enfadaba aún más porque él se lo tomaba más en serio todo, pero es que me hacía mucha gracia verle dolidísimo porque no le había pasado un balón. Al final, siempre le acababa contagiando la risa y me decía: "Eres un imbécil, vete lejos" [risas].
No parece Arrigo Sacchi, vuestro entrenador en los dos títulos, el tipo más bromista del mundo a la hora de trabajar.
Buen tipo, pero muy serio. Fue mi primer entrenador en Italia y quien me convenció para ir. Al principio fue duro porque yo necesitaba divertirme y él nos tenía horas y horas trabajando durísimo en los sistemas defensivos. Una y otra vez ensayando la presión y la salida. Me parecía un coñazo, pero cuando entendimos lo que estaba siendo y que estaba revolucionando el juego, fuimos una máquina. Fue muy influyente para mí y para el fútbol mundial.
Le sustituyó Fabio Capello y con él no encajaste igual de bien.
No, tuvimos problemas y una vez casi nos pegamos de verdad, tuvieron que separarnos, pero aun así reconozco que era un gran entrenador. Yo empecé a tener lesiones y, además, se empezó a abrir el mercado a más extranjeros, por lo que se rotaba más y a mí no me gustaba. No estaba contento y me fui a la Sampdoria, pero luego se lesionó Marco y Capello me recuperó para el Milan, así que incluso con nuestras diferencias, nos respetábamos. Ahora somos muy buenos amigos y cuando nos vemos no le echo demasiadas cosas en cara [risas].
Tu compañero de habitación era Carlo Ancelotti.
Carlo es tu tío favorito, ese que cuando llega a la cena de Navidad todo el mundo se pone contento: "¡Viene el tío Carletto!". Y todo el mundo aplaude. Es una persona maravillosa, pero también extremadamente inteligente, que a veces se olvida. Nos reíamos muchísimo en la habitación, hablábamos de todo durante horas, pero a la hora de dormir la noche anterior al partido él se ponía siempre nervioso y yo dormía como un bebé. Y por la mañana me lo encontraba mirándome: "¿Cómo has podido dormir toda la noche? No he pegado ojo. Te da igual todo". Siempre supe que sería entrenador, era su plan ya en los últimos años. Es una gran persona para tener en tu vida y, si eres una estrella, vas a matar por él porque te entiende, es justo, empático y ha estado rodeado de grandes futbolistas toda su vida. Él mismo lo fue, así que sabe cómo lidiar con nuestras rarezas. Y tácticamente es brillante, nadie gana tanto como él sólo por ser buen tío.
Parece ya fuera del Madrid tras esta gris temporada.
Es injusto y un error, pero allá ellos. Ahí está Brasil esperándole, que no es un mal plan B, ¿no? De todos modos, lo que yo le diría ahora a Carlo es: "Ya lo has ganado todo, absolutamente todo. Con lo que te gusta la vida, comer, el buen vino… Tómate unas buenas vacaciones y disfruta. Ya te echarán de menos". A veces nos obsesionamos con que la vida empieza y acaba con el fútbol y no es cierto, por eso me alegro de no haber insistido en lo de ser entrenador. Nos creemos que no hay nada más y, luego, la gente lo deja y es feliz. Mira Xavi. Cuando llegó al Barça era joven y feliz, dos años después parecía un perrillo triste y abandonado. Habían pasado dos años y había envejecido 10. Sin embargo, le vi hace un mes y estaba radiante. Más alto, más guapo, de todo. ¡Eso es la vida! [risas]
Usted sí que tenía buena pinta con aquella melena.
Y el bigote. Un poco entre cantante de reggae y estrella del porno. He de decir en mi defensa que en esa época el bigote estaba de moda. Lo salvaba, ¿no?
Eso creo.
Me encantaba la música, tenía alma de estrella del rock y aquella imagen fue importante para que la gente todavía me recuerde. Lo que pasa es que en el año 2000 me cansé. Me rapé porque estaba harto de que la gente siempre me reconociera en cualquier lado, quería poder tomarme una cerveza sin que todos me miraran. Fue la mejor decisión de mi vida. Ahora estoy encantado: guapo y de incógnito.

Y se despide partiéndose de risa una última vez.

Lewandowski-Lautaro: duelo de goleadores entre algodones

Lewandowski-Lautaro: duelo de goleadores entre algodones

Actualizado Lunes, 5 mayo 2025 - 20:33

El duelo de alto voltaje que el Barça y el Inter disputan en Milán para meterse en la final de la Champions tendrá dos protagonistas que llegan entre algodones: Robert Lewandowski y Lautaro Martínez. El polaco, máximo anotador de los azulgrana con 40 goles en 48 partidos, se ha perdido los últimos cuatro encuentros (en Liga frente al Mallorca y el Valladolid, la final de Copa ante el Real Madrid y la ida contra los neroazzurri) a causa de una lesión en el semitendinoso del muslo izquierdo, pero recibió este mismo lunes el alta médica y entró en una convocatoria en la que Alejandro Balde sí causó baja.

El argentino, mientras, el principal goleador de los italianos con 21 tantos en 47 partidos, tuvo que dejar el césped el martes pasado antes de tiempo también por problemas musculares, pero trabajó con el grupo y todo invita a pensar que podrá tener por lo menos algunos minutos, por mucho que Simone Inzaghi jugara al gato y al ratón a la hora de hablar de su punta de lanza como también de Benjamin Pavard.

La capacidad de intimidación de Lewandowski (sus números anotadores, de hecho, ya son los mejores desde que aterrizó en el club en verano de 2022) puede ser trascendental para que el Barça logre imponerse a un equipo que, hasta su visita a Montjuïc, sólo había encajado cinco goles en la presente edición del gran torneo continental. Incluso, aunque se quede fuera del equipo titular, tal y como dejó caer Hansi Flick en la rueda de prensa previa al partido. «Hablé con él el domingo y se está recuperando mucho mejor de lo que esperábamos. Pienso que está preparado para estar en el banquillo y, cuando lo necesitemos, volver a entrar», señaló el técnico.

Lautaro, durante el último entrenamiento del Inter en Appiano Gentile.

Lautaro, durante el último entrenamiento del Inter en Appiano Gentile.EFE

En la Champions, el polaco suma un total de 11 tantos en 12 jornadas y lo supera únicamente Raphinha, que acumula 13 en 12 duelos. El brasileño, de hecho, fue decisivo en la ida, con un disparo que, tras estrellarse en el travesaño, tocó en la espalda de Yann Sommer para convertirse en el definitivo 3-3. El colmillo del brasileño, quien inició la última remontada en el José Zorrilla contra el Valladolid y que acumula 31 goles en 52 partidos, puede ser también determinante en un mano a mano con Marcus Thuram, el segundo máximo anotador interista, que suma hasta el momento 18 goles en 45 partidos. El último, un taconazo espectacular, inauguró el marcador la semana pasada.

Otro delantero con algo menos de olfato anotador, pero con gran talento, como Lamine Yamal, puede volver a ser también decisivo, después de la exhibición en Montjuïc. Así lo espera un Flick que, pese a que siempre pone al equipo por encima de todo, es muy consciente del tipo de jugador que tiene entre manos. «Para mí, el equipo es lo más importante, pero es verdad que hay jugadores excepcionales y Lamine es un genio. El miércoles nos ayudó y fue genial verlo, pero lo tiene que demostrar siempre. Queremos llegar a la final y esperamos que todos estén al máximo nivel», concluyó.

Las mejores narraciones de José Ángel de la Casa: del "¡gol de Señor!" en el 12-1 a Malta al "¡ha marcado Mijatovic!" en la Séptima del Madrid

Las mejores narraciones de José Ángel de la Casa: del “¡gol de Señor!” en el 12-1 a Malta al “¡ha marcado Mijatovic!” en la Séptima del Madrid

Actualizado Lunes, 5 mayo 2025 - 17:40

José Ángel de la Casa, fallecido este lunes a los 74 años, fue la voz de la selección española, del fútbol europeo y del deporte de nuestro país durante décadas, desde su debut como narrador de España en 1979 hasta su jubilación en 2007, justo antes del ciclo ganador del combinado nacional. A sus espaldas, el legado deportivo de todo un país: el gol de Señor en el 12-1 a Malta, el tanto de Maceda para superar las semifinales contra Alemania en la Eurocopa del 84, los cuatro goles de Butragueño a Dinamarca en el Mundial 86, el tanto de Koeman en Wembley para dar la Copa de Europa al Barça, el de Nayim para la Recopa del Zaragoza, el de Mijatovic para la Séptima del Madrid... Y más allá del fútbol, un momento por encima de los demás: el oro de Fermín Cacho en Barcelona 92. Aquí los mejores momentos.

El gol de Señor en el 12-1 a Malta

21 de diciembre de 1983. España necesitaba golear a Malta para clasificarse para la Eurocopa de 1984 y el tanto del futbolista del Zaragoza se convirtió en el momento icónico de la carrera periodística de De la Casa.

"Víctor, Víctor, ha caído... Señor... ¡Gol! ¡Gooooool! ¡Goooool de Señor! ¡Gol de Señor, el número 12! ... Y ahí está el golazo, el golazo de Juan Señor", cantó el narrador.

Gol de Maceda a Alemania en la semi de la Euro 84

Unos meses más tarde, el propio Señor asistiría a Maceda en lo que por entonces fue uno de los mejores momentos de la selección española. Maceda cabeceó a la red y España se metió en la final de la Eurocopa, que posteriormente perdería contra Francia. "Señor... La oportunidad ¡y el gol! ¡Goooool de Maceda!"

Los cuatro goles de Butragueño a Dinamarca en el 86

Siguiendo en los 80, los cuatro tantos de Emilio Butragueño a Dinamarca en los octavos de final del Mundial de México fueron otro de esos grandes instantes del fútbol español y de la carrera de De la Casa.

"La pelota para Butragueño y ¡gol!. El error de Olsen lo ha aprovechado Butragueño. Atento, envió la pelota al fondo de la red. El empate de Butragueño en el minuto 43", cantó en el primero.

"Ahí va Víctor al lanzamiento y ¡Butragueño gol! ¡Gol de Butragueño!", cerró en el segundo.

Koeman, Wembley y la primera del Barça

El Barça consiguió su primera Copa de Europa en 1992 gracias a un genial lanzamiento de falta de Ronald Koeman.

"La barrera está encima... Van a tocar para Koeman, pero se le han echado tres ¡y gol! ¡El gol de Koeman! ¡El gol de Koeman en el minuto seis! Koeman acaba de marcar para el Barcelona", narró De la Casa.

La Recopa de Nayim

En mayo de 1995, Nayim se inventó uno de los mejores goles de la historia de las competiciones europeas para dar al Zaragoza la Recopa de aquel año, y De la Casa estuvo ahí para contarlo.

"El balón para Nayim, y Nayim lo que ha intentado es... batir a ¡Seaman! ¡Gol! ¡Gol de Nayim! ¡Gol de Nayim!"

Mijatovic y la Séptima

1998. Uno de los goles más importantes en la historia del Madrid, o el más... El atacante yugoslavo puso por delante a su equipo en la final de la Copa de Europa contra la Juventus. "¡Ha marcado Mijatovic!", gritó De la Casa.

"El balón de Panucci, a punto de llegar Raúl... Roberto Carlos, Roberto Carlos, ¡Mijatovic! ¡Ha marcado el Madrid! ¡Ha marcado Mijatovic! Minuto 21 de la segunda parte , ha marcado Mijatovic, el balón se le quedó ahí a Mijatovic y ha adelantado al Madrid".

Más allá del fútbol: Cacho en Barcelona 92

Una de las narraciones más recordadas de José Ángel de la Casa fue en Barcelona 92, el oro olímpico de Fermín Cacho en los 1.500 metros. "¡Cacho va a ser campeón olímpico!".

"Y vean como Cacho va a aprovechar el interior, Cacho en primera posición... Hay que ponerse en pie porque Cacho está en primera posición... ¡Cacho va a ser campeón olímpico! Va a ser oro, va a derrotar a todos por K.O. técnico. ¡Cacho campeón olímpico!

El único autógrafo en la vida de José Ángel de la Casa

El único autógrafo en la vida de José Ángel de la Casa

Lo primero que aprendí de José Ángel de la Casa fue que los días de los partidos importantes, de las grandes finales, había que recogerse. Nada de buscar el mejor restaurante de la ciudad, por buena que fuera la dieta. Un paseo, una comida frugal, agua y descanso. El Tofo no lo hacía únicamente para cuidar la voz, su instrumento. También, decía, para tener la mente fresca, la atención en plenitud, abierta, en el caso de quienes escribimos, a las metáforas con las que transmitir la pasión que todo relato deportivo necesita. José Ángel las admiraba, pero te lo decía con la serenidad y austeridad de la Mancha en carne y hueso. La misma con la que impregnaba sus retransmisiones en TVE, porque la televisión pública, insistía, necesitaba ese equilibrio. Sólo el gallo en el gol de Señor, en el 13-1 a Malta, lo alteró. No fue intencionado, pero fue musical, el gallo de todo un país.

Desde entonces, mantuve la costumbre, alguna vez en su compañía, mientras se lo permitió el maldito Parkinson, pero la mayor parte de las veces solo, porque la soledad es la mejor compañía para seguir su consejo: pensar en el partido del que se va a escribir o se va a narrar. Hay que hacerlo pronto, no tarde, insistía, lo que te llevaba a comer solo, a menudo en el hotel donde te hospedabas. En más de una ocasión coincidí con personajes que hacían lo mismo. Eran matadores de toros en ciudades en feria. Nada tenía que ver su trabajo con el de José Ángel o el mío, pero al verlos siempre pensaba en la profesionalidad con la que el Tofo se tomaba el suyo, comparable con la de quien se enfrenta a la muerte.

José Ángel me enseñó más cosas. A tener la distancia justa con los grandes personajes del deporte, una distancia mágica, que se consigue con el respeto por el off de récord, con el conocimiento y con la crítica fundamentada. A las ruedas de prensa se va estudiado. El periodismo en un lugar de privilegio, como la voz principal de la televisión en tiempos del monopolio, le acercó a los más grandes, no sólo como locutor, también como gestor y negociador de derechos en nombre de TVE.

Podía haber tenido todas las camisetas, fotografías o autógrafos que hubiese querido, pero únicamente pidió uno en toda su vida profesional. Durante un vuelo, José Ángel se levantó, se dirigió a los asientos de delante y dijo: "Por favor, puede firmarme, es para mi madre". La mujer sonrió y correspondió. Era la Madre Teresa de Calcuta.

La caridad y la austeridad personificadas en aquella diminuta mujer hicieron que el Tofo rompiera su norma. El gesto define a un profesional que ayudó a muchos compañeros en momentos difíciles, entre los que me incluyo, y otros como Roberto Gómez. En mi caso, cuando me trasladé por trabajo de Barcelona a Madrid, hace ya 25 años, con dos hijas pequeñas. José Ángel fue de los que siempre se ofrecía, junto a otras personas, como los ex atletas José Luis González o José María Nombela, y compañeros en El Mundo como Carlos Toro, Fernando Baeta o Fernando Bermejo, claves para comprender el periódico por dentro, tomar las medidas a la ciudad y al deporte de la corte .

Había conocido a José Ángel antes de cubrir partidos de fútbol, precisamente en las competiciones de atletismo, una pasión compartida. También lo había hecho en alguna final del Barcelona, la primera en Wembley, pero no fue hasta el seguimiento del Real Madrid en la Champions cuando pude hacerlo mejor, junto a Míchel, su compañero de retransmisiones, el mejor analista y una de las mejores personas con las que me he cruzado en el fútbol. Eran vecinos en Majadahonda, al lado del escritor Paco Umbral. Coincidíamos en la población y, además, en algo que habríamos querido contar como periodistas: una medalla olímpica de José Luis González en 1.500 y una Copa de Europa de la Quinta del Buitre.

Entonces, ganar un Mundial para España era más que una utopía. Por eso, al llegar al Soccer City para disputar la final, en 2010, una de las primeras personas en las que pensé fue en José Ángel. Toda una vida dedicada a la selección y no estaba para contar lo mejor. En algo me equivoqué. Estaba allí, ya afectado por la enfermedad que nos lo ha arrebatado prematuramente. Cuando tres horas después de la final entró en el autocar de la prensa, fue como si la familia estuviera al completo. Se sentó a mi lado y, antes de hablar del partido, me contó que la entonces novia de Iniesta, el héroe de la final, se había perdido y la había ayudado a encontrar el camino de salida y el parking de los autocares. Después, hablamos de la campeona. Primero la ayuda, después el fútbol, compañero del alma, compañero.

Trent Alexander-Arnold anuncia su salida del Liverpool... Y será el primer fichaje del Madrid para el Mundial de Clubes

Trent Alexander-Arnold anuncia su salida del Liverpool… Y será el primer fichaje del Madrid para el Mundial de Clubes

"Esta es la decisión más difícil que he tomado en mi vida". Con estas palabras, Trent Alexander-Arnold anunciaba que no renovará su contrato con el Liverpool, club con el que debutó en el fútbol profesional y con el que ha ganado una Liga de Campeones y dos Premier League. A sus 26 años, el lateral derecho de la selección inglesa termina contrato este 30 de junio y, según ha podido confirmar este periódico, firmará por el Real Madrid.

"Tras 20 años en el Liverpool Football Club, ha llegado el momento de confirmar que me marcharé al final de la temporada. Sin duda, esta es la decisión más difícil que he tomado en mi vida", explicó el futbolista en un comunicado. "Sé que muchos se han preguntado por qué o se han sentido frustrados por no haber hablado de esto todavía, pero siempre fue mi intención centrarme en lo mejor para el equipo: asegurar el título de Liga número 20", aseguró.

El Liverpool, por su parte, compartió también un mensaje: "El jugador de 26 años pondrá fin a su relación de dos décadas con los 'reds' tras haber tomado la decisión de abandonar Anfield una vez que su contrato finalice el 30 de junio de 2025".

Alexander-Arnold, buen amigo de Jude Bellingham, no ha confirmado que su futuro esté en el Santiago Bernabéu, mientras espera a que el conjunto blanco decida el momento del anuncio, seguramente cuando finalice la Liga el próximo 25 de mayo.

"Este club ha sido mi vida entera, mi mundo entero, durante 20 años. Desde la Academia hasta ahora, el apoyo y el cariño que he sentido de todos, dentro y fuera del club, me acompañarán para siempre. Les estaré eternamente en deuda. Pero nunca he conocido otra cosa y esta decisión se trata de experimentar un nuevo desafío, salir de mi zona de confort y superarme tanto profesional como personalmente. Lo he dado todo cada día que he estado en este club, y espero que sientan que he devuelto algo a cambio durante mi tiempo aquí", reconoció el jugador.

Los papeles están ahora en la mesa del Madrid, que lleva trabajando en la adquisición del inglés desde hace más de un año, de ahí su negativa a firmar a un lateral derecho cuando Carvajal se lesionó la rodilla al principio de esta temporada. Ancelotti se vio obligado a tirar de Lucas Vázquez y de Fede Valverde porque desde el club se confiaba en la llegada de Alexander-Arnold, al que consideran un jugador "generacional" en su puesto.

Una vez anunciada su salida del Liverpool y acordado, a la espera del anuncio oficial, su fichaje por el conjunto blanco, el Madrid trabaja ahora en negociar con el equipo 'red' para que el lateral pueda disputar con el cuadro español el próximo Mundial de Clubes. El torneo comienza la madrugada del 14 al 15 de junio y el contrato del lateral con el Liverpool, que no disputa el torneo, finaliza el día 30 del mismo mes. La organización de Anfield Road pedirá una compensación económica al Madrid, pero el conjunto blanco confía en que Alexander-Arnold sea el primer fichaje del equipo para la cita estadounidense.